Hola a todos de nuevo....

Bueno, aquí esta la tan solicitada por todo ustedes, continuación de una historia que la principio no tenía continuación, pero que ahora creo que la tendrá, por lo menos por otros dos capítulos....   este capítulo es un Songfic, porque si he de serles sincera, no tenía ni idea de cómo continuarla, pero ya después de esto, ya se como va a terminar... espero que les guste y ojalá me sigan mandando reviews

Muchas gracias a Riona, Virginia Malfoy, Klaudia-de-Malfoy y a Hamish-RR y a todos aquellos que  la leyeron también

Capítulo   2 Ojalá Silvio Rodríguez Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan...

para que no las puedas convertir en cristal...

Ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que baja por tu cuerpo...

Ojalá que la luna pueda salir sin ti...

Ojalá que la tierra no te bese los pasos...

Una lluvia torrencial caía sobre la escuela Hogwarts de magia y hechicería.   Se escuchaban a las gruesas gotas caer con furia sobre la tierra, las puertas y  las ventanas del castillo; los relámpagos iluminaban el cielo haciendo temblar las paredes del colegio... Nadie estando cuerdo se atrevería a enfrentarse a la naturaleza y su furia... Nadie sería tan valiente para pararse bajo esa lluvia desafiando a la voluntad de la noche... nadie .... excepto....

La frágil figura de una chica en pijama corría por los pasillos.   El cabello suelto volaba a la velocidad de su loca carrera y no le importaba tropezar con escalones, tapetes o paredes, nada ni nadie le estorbaría para llegar a su cometido... De pronto, se detuvo frente a la puerta que la llevaba hacia los terrenos del castillo.   Caminó lentamente, pero con determinación en la mirada y abrió el gran portón.

La lluvia seguía cayendo sin piedad, sin embargo, esto no fue suficiente para que ella desistiera.   Caminó hacia fuera y la lluvia la golpeó con la misma intensidad que a una roca.   Ella no se inmutó y secando sus lágrimas que ahora se confundían con el llanto del cielo, siguió su camino, con los pies descalzos y temblando de frío hacia el lago, que ahora se encontraba embravecido...

Se quedó ahí, de pie, observando al agua agitarse con el viento y simplemente, ella no pudo más... no lo soportó más... las piernas le temblaron obligándola a caer al suelo, llorando amarga y desconsoladamente... sin saber, que alguien bajo la lluvia, a pocos metros de ella, sufría con su padecer....

El chico la observaba escondido tras de un árbol, sin poder moverse, sin saber que hacer...

Venía de la cocina en donde los elfos le habían dado un vaso con agua para ver si así lograban conciliar el sueño, mismo que lo había abandonado desde hacía ya meses tras...   Cuando escuchó que alguien corría por los pasillos, fue vencido por la curiosidad y se asomó buscando a quien corría.   El corazón le dio un vuelco cuando la vio pasar corriendo... no podía ser....

Se quedó paralizado por unos segundos, pero reaccionó y fue tras de ella sin dejar que la chica lo notase.   Salió del castillo y camino a unos pasos atrás... cuando la chica se detuvo frente al lago, él se dirigió al árbol más cercano para poder vigilarla y cuidar que nada malo fuera a pasarle...

Y ahora estaba ahí, viendo como ella sufría desconsolada por quien jamás la amaría, sin saber, sin imaginar siquiera que él podía renunciar a todo solo por que ella dejara de sufrir por un idiota....

Ojalá se te acabe la mirada constante,

la palabra precisa, la sonrisa perfecta

Ojalá pase algo que te borre de pronto

una luz cegadora, un disparo de nieve

Ojalá por lo menos que me lleve la muerte

para no verte tanto, para no verte siempre...

en todos los segundos...  en todas las visiones...

Ojalá que no pueda, tocarte ni en canciones...

No podía soportar verla así ni un momento más, ni un segundo más y aunque de sobre  manera sabía que podía ser rechazado por la chica, prefirió arriesgarse e ir a hablar con ella a seguir contemplando como se consumía por el llanto y el dolor

Tomo aire, se quitó el cabello que le caía sobre la cara y caminó hasta donde ella seguía en el piso, con la vida destrozada y con ganas de morir.   Se  detuvo a unos cuantos pasos de ella, con la indecisión de seguir adelante o largarse de ahí corriendo, pero el amor lo puede todo y su amor por ella le dio el valor necesario para acercarse lo suficiente...

- Ginny.... – susurró – te encuentras ....

La chica se sorprendió al ver que alguien le hablaba, se suponía que estaba sola con su dolor...

- Draco ... yo – respondió Ginny en apenas un hilo de voz

- Te vi salir del castillo – continuo el joven Slytherin de cabello rubio y ojos azules que la miraban profundamente – y me preocupe por ti ... digo... está lloviendo muy fuerte... y bueno, yo no podía dejarte sola...

Ginny  levantó la mirada hacia Draco que en esos momentos se encontraba arrodillado frente a ella, observándola con gesto preocupado.   Jamás lo había visto así, los el cabello en la cara, en pijama y todo mojado.  

- Gracias Draco... – Ginny le sonrió a Draco con un dejo de tristeza pero aún así, el joven sintió electricidad recorriéndole por todo el cuerpo – gracias por preocuparte por mi...

- Creo que es nuestro destino.. yo siempre estaré para cuidarte Ginny, jamás dejaré que nadie te haga daño...

- Draco... yo

La chica comenzó a llorar de nuevo y se arrojó a los brazos de Draco.  Se refugió en él, en su fortaleza, en su calidez, algo que ella realmente necesitaba en esos momentos, mientras que Draco, simplemente la abrazó tan fuerte.. como si con eso todo el dolor del mundo se desapareciera... como si con ese abrazo la pudiera proteger de todo lo que pasara y ciertamente, en esos momentos, Draco Malfoy hubiera podido dar hasta la vida por Ginny

- Ginny – le dijo Draco interrumpiendo aquel mágico momento – será mejor que regresemos al castillo

- No, no quiero regresar a mi casa

- De acuerdo, entonces vamos a un lugar que no esté mojado, te puedes enfermar...

Ginny asintió con la cabeza y Draco la tomó entre sus brazos, para llevarla cargando hasta una entrada secreta que llevaba directo a las mazmorras, rumbo a los terrenos de los Slytherin.   Ginny no podía creer que Draco Malfoy fuera quien estuviera con ella, era un hombre totalmente diferente a lo que todos podían imaginar...

Después de caminar en silencio por los obscuros y fríos pasillos de las mazmorras, Draco entró a una habitación con Ginny en brazos, quien temblaba de frío.     La habitación era muy parecida a una sala común: sillones, mesas de trabajo, libros, una chimenea... y el escudo de Slytherin arriba de la chimenea. Draco dejó a la chica sobre un sillón y luego se dirigió ala chimenea.  Ginny observó con cuidado la habitación y luego miró aterrorizada a Draco que estaba prendiendo con magia el fuego de la chimenea para calentar el lugar.   Draco notó la mirada de Ginny e imaginando lo que ella estaba pensando en esos momentos, solo se sonrió un poco.

- No Ginny, no es la sala común de mi casa – dijo Draco tranquilo, mientras tomaba un juego de té y servía un par – es una sala especial para aquellos que quieres estudiar sin ruido y ser molestados para los exámenes

- Ah!, vaya, por un momento creí...

- Que era mi sala común... si se parecen un poco – el joven le dio una tasa de té – pero esta es más confortable... espero que estés bien

- ¿Cómo no estarlo Draco? – sonrió un poco la chica – siempre apareces cuando más te necesito... en el tren por ejemplo....

Ambos se miraron y Ginny bajo la vista, le dolía recordar lo que había pasado en el tren de regreso a Hogwarts al inicio de ese curso, cuando había visto a Draco con Pansy.   Draco notó ese pequeño problema y se dio cuanta de que si no lo solucionaba en ese momento, nunca lo haría...

- Sobre lo del tren Ginny – comenzó el chico

- No tienes que explicarme nada Draco

- Pero tengo que hacerlo, las cosas no son como tu crees... ella no es nada mío... al contrario, solo es una molestia.

- Ah!! Vaya...

- Ginny, se que no debería de preguntarte esto, pero ¿qué hacías allá afuera? 

- Bueno.. yo... – los ojos de Ginny se llenaron de lágrimas nuevamente  y dejando escapar algunas comentó – pensaba.. que la vida de todos sería más fácil si yo dejara de existir así que...

- No pensabas....

- Si, lo iba a hacer, estaba decidida a hacerlo Draco, pero cuando llegue al lago, las piernas no me respondieron y solo comencé a llorar

- Pero... ¿qué te hizo pensar que nuestra vida sería más fácil si no estuvieras?, al contrario...

- Pero es que él...

- Ah, ya entiendo, sufriendo por Potter de nuevo... – dijo Draco con un poco de tristeza

- Si, Harry es mi gran dolor...

- Deberías de tratar de olvidarlo, ese chico no es para ti.  Si quieres yo te ayudo....

Ginny miró extrañada al chico del que jamás imaginó escuchar esas palabras y solo le sonrió.  Draco también le sonrió a la chica y se sentó junto a ella.   Ginny se recorrió un poco y se recostó sobre las piernas de Malfoy y cayó en un profundo y pesado sueño.   Draco la miraba enternecido, sin poder recordar cuando se había sentido tan feliz...

- Tal vez no ahora Ginny, pero te juro que más adelante, dejarás de sufrir por Potter y te darás cuenta de lo mucho que te amo...

Trajo una manta que estaba en el otro sillón con el hechizo "Actio" para cubrir a la chica y cerró la puerta con otro hechizo para que nadie los molestara.  Después de todo, aunque a la mañana siguiente todos se iban a Hogsmeade, las precauciones no podían faltar.   Y se quedó ahí sentado, contemplando a la chica de la que estaba profundamente enamorado, acariciándole el cabello y pensando en lo hermoso que sería una vida junto a ella

Ojalá que la aurora no te de gritos que caigan en mi espalda

Ojalá que a tu nombre se le olvide esa voz

Ojalá las paredes no detengan tu ruido de camino cansado

Ojalá el deseo se vaya tras de ti

a tu viejo gobierno de difuntos y flores...

El ruido de gente caminando despertó a Ginny, que seguía acostada en el sillón de la sala da estudio de Slytherin.  Draco estaba dormido y tenía su mano en el cabello de la pelirroja.   Ella le quitó la mano con mucho cuidado para no despertarlo y se sentó, sin embargo, el Slytherin sintió ala chica levantarse y se despertó también

- ¿Dormiste bien? – preguntó Ginny – me refiero a que si estuviste cómodo

- Dormí como nunca Ginny – sonrió Draco y Ginny se sonrojó un poco – hace mucho que no dormía

- ¿Por qué?

- No lo sé – mintió el Slytherin – solo no podía dormir...

- Creo que tengo que irme Draco.... mi hermano ha de estar buscándome

- Entiendo, será mejor que vayas... pero no por la entrada principal, ven aquí hay otra forma

Draco llevó a la chica hacia un estante de libros.    Movió uno con pasta roja y el estante se hizo a un lado.

- Este pasadillo te lleva a la sala común de Gryffindor, atrás de un estanque que está a un lado de la chimenea.   Ve con cuidado

- Gracias por todo Draco... no se que hubiera hecho sin ti

- Ginny, antes de que te vayas, debes de prometerme algo

- ¿Prometerte algo , que?

- Que cada vez que tengas problemas vendrás a esta sala por este pasillo a verme, ya no quiero que salgas de noche...

- De acuerdo Draco, así lo haré.

La chica de Gryffindor caminó hacia el pasillo y se metió en él.  Draco se dio la vuelta y empezaba a avanzar hacia el sillón donde había pasado la noche, cuando escuchó una voz que lo llamaba.  Ginny venía corriendo desde el pasillo y se lanzó sobre el Slytherin dándole un gran y fuerte abrazo.   Draco se había quedado inmóvil por unos segundos, pero cuando reaccionó también la abrazó muy fuerte.   Ginny levantó la mirada y le sonrió de esa única forma en la que hacía que Draco perdiera la razón.   Draco le tocó el rostro con la mano derecha y son uno de sus dedos le rozó los labios y luego acercó el rostro poco a poco hasta donde estaba el de Ginny, que tampoco oponía resistencia alguna y sus labios de tocaron poco a poco y con miedo, para después convertirse ese toque en un tierno beso lleno de amor y agradecimiento.   Ginny fue quien se separó primero de él, pero Draco insistía y le robaba uno y otro y otro beso más, hasta que la joven Gryffindor le dijo que ya era necesario irse.   Ginny se fue por el pasillo de nuevo y dejó a Draco siendo el hombre más feliz de la tierra.

A la mañana siguiente, cuando se suponía que todos regresaban a clases, el Slytherin entró al Gran Comedor con la esperanza de ver ala pelirroja que tanto amaba y a la que había estado esperando toda la noche sin que ella llegara.   Ginny no se encontraba en la mesa de Gryffindor, y tampoco estaban Ron; Hermione y Harry.    Draco sintió celos solo e imaginar que Ginny estuviera con Potter, pero la voz de Pansy lo sacó de sus pensamientos.

- Hola Draco

- Que quieres Parkinson – respondió despectivamente Draco

- Nada, solo saludarte y darte una noticia que te va a encantar... es sobre la gente que tanto odias... los Weasley

- ¿Qué sucede con ellos? – preguntó Draco tratando de no demostrar su preocupación, tal vez algo le había pasado a Ginny

- Bueno, pues desde ayer en la tarde la estúpida de Ginny está en la enfermería con temperatura, dicen que no la pueden controlar y que probablemente...

Pansy no pudo terminar porque Draco se levantó corriendo y salió con dirección a la enfermería.   En el camino se topó con el trío maravilla, Harry, Ron y Hermione, pero no había tiempo de insultarlos, Ginny estaba primero.  Llegó cansado de tanto correr a la enfermería en donde Madame Pomfrey le dio permiso de entrar a verla, pero solo por unos minutos...

Draco entró a la habitación y la vió en la cama.  Se acercó a ella y notó que en su rostro corrían gruesas gotas de sudor a causa de la temperatura.   Se sentó en una silla que tenía cerca y le tomó la mano.

- Ginny... ¿te sientes bien?

La chica abrió un poco los ojos y vio al joven Slytherin que siempre se aparecía cuando más lo necesitaba... y le sonrió.

- Estoy bien ahora que ya estas aquí Draco

Ojalá se te acabe la mirada constante,

la palabra precisa, la sonrisa perfecta

Ojalá pase algo que te borre de pronto

una luz cegadora, un disparo de nieve

Ojalá por lo menos que me lleve la muerte

para no verte tanto, para no verte siempre...

en todos los segundos...  en todas las visiones...

Ojalá que no pueda, tocarte ni en canciones...