Hola a todos!!!!
Se que había dejado casi sin terminar esta historia, pero por fin encontré la inspiración que necesitaba y la pude terminar, un final medio extraño, como toda la historia. Espero que sea de su agrado y muchas gracias por todo el apoyo que me brindaron... Ah!! Y me permito informarles que ya tengo en progreso son historias más... Un Hermione/Ron y un Ginny/Harry... espérenlas....
Capítulo 5. Hogsmeade
Habían pasado ya varias semanas desde que Ginny había salido de la enfermería. El trío maravilla siempre estaba a su lado tratando de cuidarla y de protegerla lo más que pudieran, en especial Harry. El chico había terminado ya su relación con Parvati para poder atender mejor a la menor de los Weasley, asunto que le había traído a Ginny una nueva enemiga más: Parvati.
Parvati miraba con ojos de odio a Ginny cada vez que podía, siempre la molestaba y hacía lo posible por hacerla quedar en ridículo frente a Harry, cosa que el chico no permitía y defendía a Ginny frente todo y contra todos.
La pelirroja le estaba muy agradecida a Harry por eso, porque después de tantos años le brindaba un poco de atención... pero Ginny no sabía como decirle a Harry que estaba enamorada de Draco.
Desde que había salido de la enfermería, Ginny y Draco se veían todas las noches en la sala de estudio de Slytherin. La pequeña pelirroja salía de su habitación una vez que sus compañeras estaban dormidas y con mucho cuidado bajaba a la sala común en donde movía el libro verde del librero que se encontraba a un lado de la chimenea y el pasadizo hacía Slytherin se abría por completo. Ginny recorría el largo pasillo alumbrándose con su varita y llegaba hasta donde se encontraba la entrada a la sala de Slytherin.
Una noche de diciembre, cuando las vacaciones estaban ya en puerta, Ginny repitió la rutina de todas las noches y llegó hasta donde Draco la esperaba ansioso. Después de un tierno beso como saludo, Draco la condujo hasta uno de los sillones dejando la entrada del pasillo al descubierto.
- Sabes algo Gin – inició la conversación Draco – he estado pensando mucho en el futuro, en nuestro futuro...
- ¿Nuestro futuro?
- Si Gin..., me gustaría mucho que... bueno... tu y yo...
- Si...
- Pues que... ¡rayos que difícil es decirlo!
- ¿Decirme que Draco?
- Mira, tu y yo hemos pasado mucho tiempo juntos, y a cada momento que estoy junto a ti, solo me percato a cada segundo que eres la mujer con la que quiero compartir el resto de mi vida, con la que quiero que mis hijos crezcan, con la que quiero despertar todas las mañanas...
- Draco yo...
- Déjame terminar. Es por eso que he estado pensando en el futuro, en nuestro futuro... Gin... cuando yo termine Hogwarts, conseguiré trabajo en el ministerio y podremos casarnos...
- ¿Qué?
- Que ¿te quieres casar conmigo?
- Si!!! – respondió la pelirroja inmensamente feliz – si!!!, nada en este mundo me haría más feliz Draco, quiero pasar toda la vida contigo... no soportaría ni un solo momento más sin ti...
- Pero esto no te libra de la escuela señorita – sonrió pícaramente Draco – tendrás que regresar para tu siguiente curso, el séptimo, porque no quiero que dejes la escuela
- No te preocupes, Draco, no lo haré... pero... ¿Y tú familia?, ¿qué harás con tu papá y con su idea de volverte mortífago?
- Nada. No puedo hacer nada... pero ¿qué me dices de la tuya?, no creo que a Arthur Weasley le encante la idea de que su pequeña niña se case tan joven y con un Malfoy
- Mi Familia lo entenderá Draco, si realmente me quieren tendrán que entender que es mi decisión y mi vida...
- Pero y si no lo hacen...
- Pues ni modo, tendrán que vivir con la idea de que no verán crecer a nuestro hijos...
- Bueno, mira, que te parece si mañana que es la salida a Hogsmeade, estamos un rato juntos... nunca hemos podido estar juntos...
- Si ya lo se, desde que me enfermé esta ha sido la única forma de vernos sin que mi hermano, Hermione o Harry anden cerca... lo de Hogsmeade me parece una buena idea. ¿dónde y a qué hora nos vemos?
- Honeydukes a eso de las 4 de la tarde...
- Perfecto.
Ginny sonrió al hombre que amaba y Draco no pudo más que sentirse en el cielo.
Ginny y Draco hablaron toda la noche sobre la salida a Hogsmeade. Sabían perfectamente que tanto Harry como Ron permitirían que la Weasley menor estuviera todo el día con un Malfoy, sin embargo, Draco haría lo posible por estar un momento a solas con Ginny y Ginny se libraría solo por un momento de sus custodios, el lugar perfecto: Honeydukes.
Esa misma noche, en su habitación, Harry planeaba la forma de hacer que Ginny se enamorara de él de nuevo, porque a pesar de que estaba todo el tiempo con ella, de que la pelirroja decía ser su amiga y supuestamente le confiaba todo al niño que vivió, Harry se había dado cuenta, muy a su pesar, que Ginny amaba a Draco. Estaba al tanto de las visitas nocturnas de la menor de los Weasley y sin que ella lo supiera, la acompañaba a hasta la sala de estudio de Slytherin, esperaba a que terminara su encuentro con Draco y luego la seguía hasta que Ginny regresaba a su habitación. La chica no suponía nada de esto, y a pesar de que en ocasiones la embargaba el sentimiento de que alguien la seguía, jamás había visto a nadie y Harry le agradecía a su padre por la capa invisible.
A la mañana siguiente, en el desayuno, mientras Ron, Hermione y Ginny platicaban plácidamente, Harry estaba más callado que de costumbre. Presentía que Draco y Ginny tenían un plan y se lamentaba miles de veces por no haber seguido a la pelirroja la noche anterior, de esa forma, sabría que era lo que tenían planeado. Sin embargo, gracias al tiempo que habían pasado juntos y a las conversaciones nocturnas que escuchaba de Draco y Ginny, conocía muy bien a la pelirroja por lo que se daría cuenta inmediatamente cuando Ginny intentara deshacerse de ellos par verse con Draco. Y para cuando eso sucediera, él ya habría puesto en marcha su plan para reconquistar a la pelirroja.
Todos los alumnos salieron con dirección a Hogsmeade. Draco se adelantó con sus guardaespaldas para prepararlo todo, mientras que el trío maravilla no le daba ni un centímetro a Ginny, en especial, Harry. El chico colmaba de atenciones a Ginny, mismas que halagaban por completo a la chica, sin embargo, Harry estaba conciente de que el tiempo no estaba de su lado y el momento en el que Draco y Ginny se encontrarían cada vez estaba más y más cerca. Para fortuna de Harry, Hermione y Ron necesitaban algo de tiempo a solas y por lo tanto, el momento indicado para que Potter se jugara su última carta estaba cercano también
Una vez que Hermione y Ron se despidieron por un momento de sus amigos y se alejaron para charlar, Ginny esperaba que diera la hora a la que había acordado de verse con Draco para desaparecérsele a Harry y pasar una hermosa tarde con el hombre que amaba. Sin embargo, Harry no se iba a rendir tan fácilmente.
- Creo que Hermione y Ron tenían algo de prisa ¿No Harry?- sonrió amablemente la pelirroja que no pudo evitar sentir electricidad recorrerle la piel cuando el ojiverde le devolvió la sonrisa, más cálida aún
- Parece que si, creo que Ron tenía algo importante que decirle a Hermione, y creo que tú y yo sabemos exactamente que es...
- Creo que si, solo espero que las cosas le salgan bien a mi hermano...
- Eso espero yo también, se merecen estar juntos, ambos se quieren demasiado...
- ¿Y tú no quieres a nadie Harry?... me refiero a que de un tiempo para acá, lo único que haces es estar con nosotros... ¿qué paso con tus novias?
- No tengo novia Ginny – y en el comentario de Harry se notó visiblemente que lo que Ginny le había dicho le había dolido bastante.
- Ah!! Vaya – sonrió un poco la pelirroja – no creí que ese comentario fuera a lastimarte..
- Es que tu sabes Gin... las cosas han cambiado mucho en mi vida
- ¿A que te refieres Harry?
- Hasta hace algunas semanas, las cosas eran muy diferentes en mi vida. felizmente podía decir que lo tenía casi todo: amigos, dinero, fama... pero me faltaba lo más importante el amor. No tenía amor... y todas las chicas que habían estado conmigo solo querían estar a mi lado para darles fama...
- Pues yo se que Parvati realmente te quiere
- No te dejes llevar por las apariencias Ginny, Parvati jamás me ha a amado. Sin embargo, me di cuenta demasiado tarde que la mujer de la que realmente he estado enamorado siempre ha estado a mi lado... y yo fui demasiado ciego para notarla...
- ¿A qué te refieres Harry?
- Me refiero a ti Gin – y Harry sonrió al ver que a la chica se le subían los colores al rostro – hablo de lo ciego que he estado todos estos años para no darme cuenta de que eres la mujer a la que siempre he amado y a la que tengo la certeza de que siempre voy a amar... porque muy a mi pesar se que con el paso del tiempo, este amor que he tenido escondido se hará mas fuerte y verdadero, hasta tornarse en eterno... Siempre te voy a amar Ginny, hasta que el universo se termine, hasta que el tiempo deje de correr y hasta que mi corazón de el último latido de vida... y aún así, se que más allá de la muerte y de mi memoria, mi corazón siempre será tuyo.
Harry estaba derramando algunas lágrimas. Le había dicho todo lo que sentía a Ginny y aún así sabía perfectamente que eso no sería suficiente para lograr que la chica se quedara con él. Tenía el presentimiento de que Draco Malfoy había hecho algo que hacía inmensamente feliz a la menor de los Weasley, algo contra lo que el no podía competir... sabía por la mirada de Ginny que esta batalla Malfoy la había ganado y para desgracia de Harry, se llevaba con él a Ginny... la mujer de la que ambos se habían enamorado.
- No tienes que responderme nada Gin – continuo Harry sacando valor desde el fondo de su alma y de lo profundo de su amor por ella – se perfectamente que tú amas a Draco... se que él es el hombre por el que has estado esperando y se que esta confesión llega demasiado tarde para ti... así que no te preocupes por mi, yo estaré bien, es solo que tenía que decirte lo que siento por ti... porque este amor me estaba consumiendo por dentro, me estaba trastornando... espero que me entiendas...
- Te entiendo perfectamente Harry... se perfectamente lo que se siente amar a alguien y no ser correspondido por ese mismo amor; Yo sufrí ese padecer contigo hasta hace algún tiempo, pero efectivamente, Draco llegó a rescatarme de esa oscuridad en la que me había sumergido por amarte como te amaba... Es una lástima que ahora que te has dado cuenta de que me amas, yo no pueda hacer nada más que brindarte mi cariño... como a uno de mis hermanos... porque... bueno, yo...
- Se que lo amas... no quiero oírlo de tus labios, me lastimaría más de lo que imaginas
- ¿Y tú como sabes que...
- Se muchas cosas, demasiadas para mi desgracia... por ejemplo, se que ahora tienes planeado verte con él... no se para qué, pero quieres verte con él...
- Si Harry, y si no te importa, creo que me voy con Draco...
- Entiendo, no te preocupes, al menos, me quité ya de seguir sufriendo sin poder decirte todo lo que siento por ti. Ve Gin y yo haré lo posible de ahora en adelante por ayudarte con los Weasley... tu familia tiene que entender que tú amas a Draco...
- ¿De verdad me ayudarás Harry? – preguntó la pelirroja ansiosa por una respuesta...
- Haría lo que sea Ginny, con tal de que tú estuvieras feliz... puedo ser capas de dar la vida por ti...
- Harry, por favor, no nos hagamos más daño... ya no me sigas diciendo todas estas cosas que yo...
- De acuerdo Ginny, ya no te diré una sola palabra más... pero antes de que guarde todo este amor por completo, me permito recordarte que eres la mujer que amo y que siempre amaré.
- Gracias Harry – sonrió con un poco de tristeza la menor de los Weasley – yo.. bueno, recuerda que cuentas conmigo para lo que sea.
- Lo se... ahora ve con Draco que te ha de estar esperando.
Ginny le dio un pequeño beso en la mejilla a Harry en señal de agradecimiento y se alejó del lugar. Harry estaba con el corazón destrozado y tenía ganas de morir, su última carta no había dado resultado. Se dio vuelta y comenzó a caminar hacia el lugar contrario de donde había partido Ginny. No quería saber nada de Ginny y Draco juntos. Así que Harry Potter, el joven que había sido capas de vencer a Voldemort un par de veces, no había podido ganarse de nuevo el corazón de la mujer que amaba profundamente,
Ginny se sentía terrible por haber dejado así a Harry, pero también sabía que Draco la esperaba y que si se quedaba un segundo más con Harry, terminaría quedándose con él y renunciando al amor que sentía por Draco... Eso no podía permitírselo.. no ahora que había encontrado el verdadero amor.
Harry se sentó en una de las mesas del rincón de "Las Tres Escobas"... no quería hablar con nadie ni que nadie l e hablara... no soportaba un segundo más de vida... se sentía morir... y de pronto, el dolor de cabeza que sentía por lo sucedido con Ginny, había pasado de ser solo un simple dolor a una señal de que Voldemort estaba cerca. La cabeza empezó a punzarle a Harry y sentí que en cualquier momento le iba a estallar. Como pudo, miró hacia la ventana que tenía cerca y los vio. Cientos de mortífagos cerca, atacando a la gente y a los estudiantes que se encontraban afuera. Harry no podía permitir que eso ocurriera y a pesar de su dolor de cabeza, salió a proteger a los estudiantes más chicos. Apenas salía cuando escuchó algo que le heló la sangre por completo...
- No toquen a Malfoy... mi hijo es mío y ha de pagar por lo que está haciendo... y por lo que piensa hacer...
Harry sabía que Draco estaba en peligro y con el joven Slytherin estaba Ginny... No podía permitir que algo le pasara a la pelirroja, lo había prometido...
Con todo y dolor de cabeza, Harry salió corriendo hacia el lugar en donde había visto a Ginny por última vez y cuando llego, la escena que se encontró le hizo olvidarse del dolor que tenía...
Draco estaba en duelo, con su padre... a Ginny la sujetaban dos mortífagos más... estaban dispuestos a matarlos en cualquier momento, aunque antes pretendían divertirse un rato. Harry no lo pensó dos veces y atacó a los mortífagos que sujetaban a Ginny.
Draco y Lucius no miraron lo que Potter hacía, sin embargo, Draco le gritó algo a Harry, una petición que hizo que Harry hiciera lo posible por vencer a ambos mortífagos...
- No la dejes sola, protégela Harry...
Harry sabía que se refería a Ginny... a su Ginny... Harry atacó a los dos mortífagos con maldiciones Cruciatus mientras que le pedía a Ginny que escapara. La menor de los Weasley se negó rotundamente a irse del lugar, pero si se ocultó de los enfrentamientos.
Harry era un mago muy poderoso, demasiado para su edad... Draco no se quedaba a atrás, sin embargo, el joven Malfoy suficiente reto tenía con estarse enfrentando a su padre, mientras que Harry, rendía cuentas con los dos mortífagos que maltrataron a Ginny. En un arranque de furia, Draco y su padre hicieron lo innombrable. Ambos se lanzaron un cruciatus que dio en el blanco, mientras que Harry, que ya no era dueño de si y que atacaba furiosamente a ambos mortífagos, les lanzaba uN Avada Kedavra a cada uno. Los dos mortífagos cayeron muertos en el suelo, inertes. Ginny estaba sorprendida por lo que Harry había hecho y más aún por la mirada llena de odio que el joven Potter tenía reflejada en el rostro.
Potter giró hasta donde estaba Lucius y le apuntó con la varita. Estaba a punto de repetir lo hecho con los otros dos mortífagos, cuando un rayo de luz salió de algún lugar matando, con la misma maldición de Avada Kedavra, a Lucius Malfoy. Harry y Ginny dirigieron la mirada hacia el lugar de donde habían provenido el rayo y la voz... y ahí estaba, tranquilo y sin inmutarse, el mismísimo Lord Voldemort se había deshecho de su mortífago favorito.
- Se lo tenía merecido por débil – sonrió Voldemort y Ginny sintió escalofríos recorrerle por el cuerpo – no quería matar a su hijo después de todo... para fortuna llegue yo, ahora a terminar el trabajo que el estúpido de Lucius no pudo hacer... pero primero, a terminar lo que yo dejé pendiente hace 17 años...
Voldemort miró hacia donde estaba Harry, que soportaba el dolor de la cicatriz que se había intensificado por la llegada del Señor Oscuro, sin embargo, Harry ya no percibía el dolor... quería matar a Voldemort, y estaría dispuesto a dar su vida antes de que tocara a Ginny ... o a Draco
Harry miró con ese odio infinito a Voldemort, que parecía complacido por ver a Potter de nuevo, estaba seguro de que ahora si cobraría venganza por todo lo que el chico le había hecho. El odio que se tenían ambos magos era mutuo y peligroso. Ginny no sabía que hacer.
Voldemort fue el primero en atacar con la Imperius, que Harry supo contrarrestar fácilmente, luego, Potter atacó con un Cruciatus que no le hizo mucho efecto a Voldemort. El turno era del señor oscuro, que utilizó la Cruciatus también y que dio efecto.
- Duele, ¿verdad Potter? – sonrió Voldemort burlándose de él – pero ese dolor no se compara con el que estás a punto de sentir, cuando mate a la pelirroja que tanto estás protegiendo...
El cuerpo de Ginny se paralizó por completo, no podía moverse. Voldemort caminaba hacia donde ella se encontraba y la chica no podía hacer nada para evitarlo. Lo vió de frente y el terror inundó su mente... sabía que iba a morir...
Pero la voz de Potter hizo que ambos miraran hacia el lugar en donde se suponía que el chico estaba tirado. Harry James Potter estaba de pie. Con la varita apuntando a Voldemort, sonriendo como si hubiera ganado la batalla y solo susurró Avada Kedavra. Voldemort reaccionó a tiempo para lanzarle una Cruciatus de nuevo, pero no para esquivar el rayo. El chorro de luz verde le dio en el pecho, justo en medio. Voldemort cayó al suelo, muerto por fin. Harry estaba en el piso también, sufriendo los efectos de la Maldición Cruciatus y Draco se recuperaba de la que le había lanzado su padre. Ginny salí de su escondite y corrió hasta donde estaba Harry en el suelo. Lo miró tiernamente y le sonrió...
- Harry... – dijo la chica en un susurro
- Gin... Te ... amo.
Los ojos de Harry se cerraron y Ginny empezó a llorar desconsoladamente mientras que Draco trataba de hacer algo para calmarla...
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Muchos años después del ataque a Hogsmeade en donde todos se habían enterado que por fin, Voldemort estaba muerto y que Harry Potter era el que lo había vencido, una mujer y un niño se dirigían a la casa del famoso auror Sirius Black. El pequeño tendría dos años y la chica unos 23. Al llegar a la puerta, Dieron un leve toque al que Sirius acudió inmediatamente...
- Hola Ginny, Hola pequeño… pasen, los está esperando.
Ginny saludo con la mirada a Sirius, mientras que el pequeño se dejaba cargar por su tío Black. Ginny subió las escaleras seguidas por el pequeño y Sirius y se dirigió a un cuarto al final del pasillo. Sirius dejó al pequeño junto a Ginny y entraron los dos a la habitación, como lo hacían cada semana.
Era una gran habitación bien iluminada, con un enorme espejo y una enorme cama, en donde reposaba un hombre, de unos 24 años de edad y con el pelo negro azabache, todo revuelto...
- Hola Harry – sonrió Ginny – mira, el pequeño Harry ha venido a visitarte el día de hoy también. Harry, saluda a tu tío
- Hola tío Harry.
El pequeño niño rubio de ojos grises le dio un beso en la frente al Harry adulto, que lo miró y sonrió.
- Espero que hoy te encuentres mejor y que ya no te sigan atormentado esas pesadillas...
- Si Ginny, estoy bien, gracias...
- Me da gusto...
Los dos jóvenes platicaban plácidamente mientras que el pequeño Harry se divertía con los juguetes que su tío Harry tenía en la habitación, juguetes que eran solo de él...
Después de unas dos horas, Ginny se despidió de Harry, prometiendo regresar con el pequeño Harry y con Draco para la semana siguiente.
Ginny salió de la habitación a punto de romper en llanto, como siempre le sucedía cuando lo iba a visitar.
Sirius, que ya sabía cuales eran las reacciones de la joven Malfoy, fue hasta ella para ofrecerle un pañuelo.
- Tranquila Gin, por favor
- Es que me duele tanto verlo así, ¿los doctores no han dicho nada?
- No, dicen que esa doble cruciatus que recibió probablemente lo hubieran matado, tenemos suerte de que esté con nosotros
- Si, pero no me gusta verlo así, postrado en una cama... un chico con tan brillante futuro...
- Lo se Gin, pero ahora podemos vivir tranquilos, ahora que Voldemort se fue, gracias a el sacrificio de Harry, el pequeño Harry puede crecer sin ninguna preocupación...
- Solo espero que algún día puedan encontrar algo que lo cure
- No te preocupes, que Ron, Hermione y Neville ya trabajan en eso
- Me retiro Sirius. Tango que llevar a este latoso con su padre.
- De acuerdo. Me saludas a Draco por favor y dile que espero verlo la próxima semana aquí.
- Muy bien, y tenlo por seguro que así será, me lo robo del ministerio por un par de horas, Harry me dijo que quería hablar con él... Nos vemos Sirius
- Hasta pronto Ginny
Ginny y Harry Malfoy salieron de la casa de Sirius y se fueron con dirección al ministerio de magia, a ver a su esposo que ahora era el mejor auror de todo el reino mágico, a Draco Malfoy, "El Dragón" como le decían sus enemigos
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Muchas gracias a todos por su apoyo... de verdad que son geniales!!!! ^.^
