CAPITULO I

- Aquí nunca pasa nada... veamos que puedo hacer.... ¡¡NO SE ME OCURRE NADA!! Ya me he leído todos los libros de magia que he encontrado, ¡¡incluso me aprendí los hechizos que mama me prohibió!! Aunque nunca los he llevado a cabo, no me gustaría verla enfadada, cuando eso pasa, es peor que yo _U. Tampoco existe ningún mazoku o ryozoku que pueda vencerme, es k mama los creo demasiado débiles, de todas formas tampoco me podría divertir con ellos, mama me prohibió que los destruyera solo por diversión; que no puedo romper el equilibrio del bien y el mal solo porque estoy aburrida. Un momento, pero eso no corre para los humanos. ¡¡SI!! ¡¡ESO ES LO QUE HARE!!.

La joven pelirroja salió de lo que podría llamarse una "habitación", esta no tenia ni paredes, ni puertas, mucho menos ventanas, era un espacio en el cual existía todo y nada al mismo tiempo; todo lo que en ella había era formado por energía, bueno, después de todo estaba en el mar del caos, que esperaba. La pelirroja, que aparentaba no tener mas de 20 años, abrió un pequeño vórtice por el cual podía observar que hacían los humanos en ese momento. Pasó por la ciudad de Zefilia, por un momento sintió nostalgia, pero pronto lo olvidó; en esa ciudad no había nada que le llamase la atención, entonces se percató de que en el camino a la ciudad de Sailune había un chico de largos cabellos rubios, cuantas veces no le había visto antes, le encantaba verlo; no sabia por qué, lo único que tenia claro era que le agradaba y se sentía bien al contemplarlo, notó algo extraño en el chico, sentía en él mas poder que antes, pero ¿por qué?
Le miro atentamente, hasta que cayó en la cuenta de que el espadachín no llevaba la misma arma de siempre, bueno, si la llevaba, pero además portaba una espada bastante extraña de la cual emanaba mucha energía.

- Cual será el poder de esa arma, mmm AH, lo voy a comprobar, veamos ¿a quien puedo mandar para esta misión? - la chica chasqueó los dedos y al instante apareció un ser terriblemente delgado, de orejas puntiagudas, cabello largo y plateado, su tez era morena, sus ropas eran sencillas: traía pantalones ajustados y una camisa también ajustada, pero que caía suelta de la cintura hacia abajo. La cintura era cubierta por un cinturón que sostenía una espada, que a pesar de su aparente fragilidad era muy poderosa.- Zymas, tengo una pequeña misión para ti.
- Dígame mi señora, en que puedo ayudarle.
- Ves a ese joven, el posee una extraña espada, quiero que vayas y le obligues a usarla.
- ¿Quiere que le traiga esa espada?
- No, observare el combate, si es de mi agrado yo misma iré por ella.
- Bien.
- Ah, y Zymas...
- ¿Si?
- No lo lastimes, solo quiero ver el poder de la espada.
- De acuerdo, Señorita Lina.

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- Ah, Gourry ya se tardó demasiado, ¿verdad Zel? ¿Le habrá pasado algo?
- Y aunque así fuera, sabes bien que el es capaz de defenderse solo.
- Si lo se, pero... ha estado muy triste después de todo lo que pasó.
- Si, fue muy duro para el y para todos nosotros.
- Es cierto, aunque ya pasaron tres años.
- Pero aun no me explico como fue que no pudimos encontrar su cuerpo.
- No lo se, había tanto desastre a nuestro alrededor, pero aun así, si estuviera con vida, ella nos hubiese buscado, sabia perfectamente donde encontrarnos.
- Es por eso que la dimos por muerta. Aunque Gourry no lo creyó entonces, pienso que ya se esta resignando.
- Zel, gracias.
- Eh, ¿por qué?
- Haz estado a mi lado todo este tiempo, me ayudaste a reconstruir Sailune, además...
- Además nada, que esperabas que hiciera, que me quedara sentado mientras tu hacías todo, ¡OH por favor! Es lo menos que puedo hacer, es lo menos que puede hacer un esposo por su mujer.
- Zel, tengo algo que decirte.
- ¿eh? ¿qué cosa?
- Vamos a ser padres. - Amelia bajó la vista para luego levantarla y poder ver con detenimiento la reacción de su esposo.
- ¡¡¿HABLAS EN SERIO??!!
- Si. - dijo algo sonrojada - ¿Qué piensas?
- ¡¿QUÉ QUE PIENSO?! ES GENIAL!! UN NIÑO, VOY A SER PADRE!!
- Aun no sabemos si será niño o niña, habrá que esperar algunos meses.
- ¿Cuánto?
- No lo se, unos seis o siete meses.
- Debemos prepararlo todo.
- No estarás exagerando un poco.
- Nada de eso. ¡¡Guardias!!
- Eh, para que llamas a los guardias, Zel.
- Mandare a buscar por Gourry, aunque se que estará bien.

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En el camino hacia la ciudad de Sailune, un rubio espadachín de unos 25 o 26 años caminaba lentamente hacia la recién restaurada capital del imperio Sailune.

- AH, sabia que no debía dormir al aire libre. Ahora me duele todo el cuerpo. - el joven llevaba una armadura negra, a un costado de la cintura llevaba una espada con una empuñadura dorada, bastante extraña por cierto, en ella iba atada una cinta negra lo suficientemente larga como para cubrir la frente de alguien. En la espalda llevaba otra espada.
- ¡Detente!
- ¿Eh? ¿quién es?
- Mi nombre es Zymas, y he venido a luchar contra ti.
- ¿Zymas? Que nombre mas extraño. ¿Y para que quieres luchar conmigo?
- Eso no te importa, ahora ¡¡SACA TU ESPADA Y LUCHA!!
- Si es lo que quieres. - el espadachín cogió la espada que llevaba en la cintura.- Entonces ¡¡¡a luchar!!!
- Espera -dijo Zymas- no uses esa espada. Usa la otra. Esa que llevas en tu espalda.
- ¿Por qué? A mi me gusta esta, me la dio alguien muy especial para mi.
- Eso no importa, no podrás derrotarme con una espada corriente.
- Yo puedo derrotar a quien sea con esta espada.
- ¿Incluso a un mazoku?
- ¿Eres un mazoku? No lo pareces.
- ¡¡Ya cállate!! Mi señora me envió aquí para luchar contra ti, no para charlar.
- Esta bien, luchare con mi otra espada. Espero que no te arrepientas, con esta espada puedo destruir incluso a seres como tu, la espada de la luz es muy poderosa.
- Eso lo veremos.

Gourry desenvainó su espada de luz, espada que hacia muy poco tiempo le había sido devuelta por Silius, quien con la ayuda de sus camaradas ya había derrotado a la Estrella Oscura que aun quedaba en su mundo, y para prevenir la reaparición de ese ser, dispersó las armas de luz por varias dimensiones y de paso regresó la Gor-nova a Gourry.

Zymas desenvainó su espada y se dispuso a luchar contra Gourry, parecía que Zymas tenia todo controlado, pero Gourry le arrojo un rayo de luz proveniente de su espada, que él no pudo esquivar por completo.

- Si te vas ahora te perdonare la vida.
- No puedo irme, así que, ¡¡sigue luchando!!
- Si no hay mas remedio.

Gourry le lanzó otro rayo, esta vez si puedo evadirlo, pero al momento el espadachín ya había lanzado un tercer disparo, Zymas no podía hacer mas que esperar el impacto. De pronto, así como si nada, Zymas desapareció del lugar.

- ¿No que no podía huir? Pues será- diciendo esto, Gourry envainó su espada y continuó su camino.

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- Señorita Lina, lo siento, falle.
- No, no es así, haz cumplido bien tu misión, puedes ir a descansar.
- Gracias.

La chica abrió un portal y se deslizó a través de el para luego reaparecer en una dimensión totalmente diferente.

- ¿Madre? ¿estas aquí?
- ¿Qué pregunta es esa? Sabes que estoy en todas partes.
- Ah, eh, bueno, si es cierto. ___U
- Que se te ofrece hija querida.
- Hay un humano que... no me mires así, no es lo que piensas.
- ¿Entonces?
- Veras, el tiene un arma muy poderosa y quiero hacerme de ella.
- ¿Que no te basta con el poder que ya tienes?
- Pues... no ^____^ - la chica se acercó mas a una mujer que parecía tener su misma edad, era rubia y su rostro quedaba oculto entre las sombras producidas por un aura dorada que la rodeaba completamente.
- Y ¿cómo pretendes hacerte de ella? Quieres matar al humano?
- ¡¡NO!! - dijo rápidamente la pelirroja a lo cual su madre, la diosa dorada, le sonrió picaramente - Ya te dije que no es eso - Lina se sonrojó.
- Bien entonces, ¿Cómo pretendes arrebatarle su espada? Y a todo esto ¿ que espada es esa?
- Según Zymas, él le llamó la espada de la luz. Y quiero ir al mundo de los humanos, y no se, hacer un trato justo a cambio de la espada, tal vez dinero, o en ultimo caso su vida a cambio de la espada.
- ¡LA ESPADA DE LA LUZ!! "diablos, otra vez va estar con ese sujeto, pero en fin, no es un mal tipo, pero siempre acaba envuelta en problemas por ayudarlo"
- ¿Que pasa madre?
- Ah, nada, nada. Bien, puedes ir, pero no hagas destrozos, y tampoco vayas diciendo quien eres por todas partes, que no quiero causar caos entre esos seres tan... tan...
- ¿Cobardes?
- No.
- ¿ Simples?
- No, tampoco, ah, no recuerdo esa palabra!!!
- Eh, ya cálmate mama, entonces... ¿puedo ir?
- Si, ve. ¿cómo era esa palabra?
- Gracias _U
- ¡¡¡NO RECUERDO!!

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Tres de los guardias del palacio de Sailune enviados por su rey, Zelgadis Graywords, cabalgaban a prisa para encontrar al invitado de los reyes, de pronto uno de ellos se paró en seco, los otros dos también lo hicieron y se acercaron a al otro a ver que le ocurría; en un momento de descuido los dos guardias fueron atravesados por la espada del que se había detenido primero.

- Bien, su majestad, es hora de que salga del gobierno de Sailune, de esa forma mi señor podrá hacerse cargo de ese puesto. - diciendo esto el sujeto se arrojó al suelo revolcándose en el polvo, luego se dio un par de golpes en el rostro, y antes de subir nuevamente a su caballo y dar marcha atrás, conjuró una bola de luz que arrojó al cielo avisado así a los seguidores de su señor (que desde hacia tiempo esperaban una oportunidad como esa). Pronto en ese mismo lugar habría al menos unos veinte hombres dispuestos a matar a la familia real de Sailune.

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- Ah ¡¡POR FIN PUEDO VER LA CIUDAD DE SAILUNE!!! Amelia se molestara conmigo, debí haber llegado ayer.
- Por favor, ayu.... ayuda...
- Eh!! ¿Quien habló? ¿Será un fantasma?
- Ayúdennos... por... favor...
- Hey!! Ahí hay alguien!! - el rubio espadachín se apresuró al ver a los guardias heridos en el camino- ¿Qué fue lo que les pasó?
- Hay que avisar al rey, hay un traidor entre los... guardias...
- Zel y Amelia están en problemas, será mejor que me apresure.

Gourry ayudó a ambos guardias a levantarse y los sacó del camino curando las heridas que pudo, uno de ellos estaba demasiado lastimado y murió instantes después de haber sido encontrado por el espadachín, pero el otro se recuperaría pronto.

- Debes ayudar a los reyes.
- Por supuesto que lo haré, pero no puedo dejarte aquí, estas lastimado.
- No importo, debes darte prisa, por favor.
- Primero lo primero, cuando estés algo mejor, iremos juntos a Sailune. Amelia y Zelgadis son capaces de defenderse solos.

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Mientras, el desertor volvía al palacio e inventaba una historia convincente para atraer a los reyes al lugar de la emboscada.

- Su majestad Zelgadis, fuimos por su amigo, lo encontramos herido en el camino, fuimos a ver que le ocurría, pero entonces fuimos atacados sorpresivamente, fui el único que pudo escapar. Yo...
- Ya veo, ¿viste quien era el atacante?
- No, lo siento.
- Si Gourry esta en problemas, es porque su oponente es muy poderoso, será mejor que vaya a ver que sucede.
- Yo también quiero ir.
- No, no quiero que te pase nada.
- Vamos, se protegerme bien sola.
- De acuerdo, pero si veo que es algo que escapa a tu alcance, entonces te enviare a casa de inmediato, no correré riesgos innecesarios.
- Bien.

Mientras escuchaba esta pequeña discusión, el guardia fingía estar muy cansado, pero por dentro sonreía maléficamente.

- Su majestad.
- ¿Si?
- También quiero ir.
- ¿Pero no estas muy lastimado?
- Eso no importa, quiero reparar mi error, es mi deber protegerlos.
- Bien. Puedes ir.
- Gracias señor.


Zelgadis, Amelia y el guardia salieron del palacio cabalgando lo mas rápido que podían, el guardia encabezaba la marcha los iba guiando supuestamente al lugar donde los habían emboscado, pero en realidad los llevaba al lugar donde los monarcas de Sailune serian emboscados.

- ¿Eh? - el guardia traidor estaba muy sorprendido. Cuando llegó al punto donde seria la emboscada, encontró a un espadachín luchando, y protegiendo al mismo tiempo, a un guardia de Sailune de algunos de los secuaces de su señor.
- ¡¡Es Gourry!
- ¡¡Hola chicos!! Cuanto tiempo sin vernos, ¿verdad? - dijo el espadachín mientras bloqueaba la embestida de uno de sus atacantes.
- Pero, ¿no que estabas herido? - pregunto Amelia mirando al guardia que les acompañaba.
- Para nada, yo encontré a uno de sus guardias herido y cuando pretendía ir a avisarles comenzaron a atacarme.
- Tu!! ¡¡nos dijiste otra cosa!! - Zelgadis rápidamente desenvainó su espada y amenazó con ella al guardia.
- Mi señor, el es quien nos atacó a mi compañero y a mi. - dijo el guardia malherido.
- ¡¡Eres un traidor!!
- JAJAJAJA ya es tarde para hacer algo, ahora ¡¡MORIRAN!!

En ese momento salieron, de entre los arbustos, al menos unos quince hombres mas, que los rodearon inmediatamente. Estos tipos no eran cualquiera, eran muy fuertes, y a Gourry le estaba costando algo de trabajo acabar con ellos. Pero gracias a la ayuda de sus dos amigos, la situación cambio un poco a su favor, entre los atacantes también había hechiceros, y al igual que los espadachines eran bastante poderosos.

- Y yo que quería que esto fuera una reunión normal. - dijo con resignación Amelia.
- Pero, de esta forma no perdemos la costumbre.
- Vamos Gourry, a ti no hay como hacerte cambiar de opinión, ¿verdad?

Y así siguieron luchando con los sujetos, que si bien eran fuertes, no lo eran tanto como para darles mayores problemas que quitarles mas tiempo del planificado.

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- ¡¡ZYMAS!!!
- ¿Si, señorita Lina?
- Ah, lo siento no sabia que estabas aquí ^_^U. - dijo la muchacha después de casi reventarle los tímpanos a su servidor.- Voy a ir al mundo de los humanos, iré sola, pero quédate alerta por si te necesito, aunque no lo creo.
- Como usted diga, mi señora.
- Veamos, donde será mejor hacer ese portal, supongo que camino a la ciudad donde iba ese chico, lo mas probable es que ya halla llegado a Sailune, de esa forma no nos encontraremos tan pronto. ¡¡SI eso haré!!

Lina invocó un portal bajo sus pies que la conduciría al camino de la ciudad de Sailune, luego lo atravesó.

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- ah, por fin llegue a... aHHAAAAHHHH!!! -Lina apareció justo sobre las cabezas de unos tipos que atacaban a otros y como no esperaba aparecer en el aire cayó abruptamente y no alcanzó a invocar algún hechizo de vuelo. Afortunadamente para ella, cayó entre los brazos de uno de los chicos que estaban combatiendo.
- ¡¡AH!!! ¡¡¿ Y TU DE DONDE SALISTE!!?? - exclamó espantado el muchacho. - la chica le miró perpleja luego se sonrojó, ¿cómo podía haber caído justo en los brazos del joven que estaba buscando? - bueno eso no importa ahora, quédate detrás de mi, es muy peligroso que estés aquí ahora. - el joven ni siquiera la había mirado, solo se limitó a ponerla en el suelo justo detrás de el.
- Pero yo... - Lina iba a alegar algo en su defensa, pero un grito le interrumpió.
- Suelta tu espada Zelgadis, o la chica se muere. - Lina miró hacia uno de los lados y vio como un hombre tomaba a una chica, mas o menos de su misma edad, por el cuello y ponía una daga cerca de el.
- Lo siento, Zel, no lo vi venir.
- ¡¡Cállate!! - le ordenó su captor. Lina, que ya se había incorporado, y miraba la situación con aire despreocupado, se acercó al sujeto, Gourry, Zel y Amelia la miraron con una expresión de: "¿QUE RAYOS HACE?" pero nadie dijo nada.
- Suéltala - se limitó a decir Lina.
- Y sino ¿qué? - respondió el maleante algo sorprendido por la seguridad de la chica frente a él.
- Pues, te pasara esto... ¡¡MEGA BRAND!! - después de haber pronunciado estas palabras se produjo una gran explosión bajo el tipo, que salió disparado por el aire, asombrosamente a Amelia no le pasó nada y en cuanto se vio libre se acercó a Zelgadis quien la abrazó con fuerza.
- ¿¿Estas bien?? ¿te pasó algo?
- No, estoy bien.
- Dejen eso para después chicos, que no ven que aun no terminamos -dijo Gourry que aun seguía luchando.
- Mas oscuro que la madrugada, mas rojo que la sangre. Oculto entre las corrientes del tiempo y el espacio, yo aquí juro a la oscuridad, que con tu poder unido al mío, destruiremos a todo aquel que se oponga en nuestro camino... ¡¡DRAG SLAVE!!! - Lina arrojó su Drag Slave a los infames que aun quedaban, y solo en ese momento los presentes se percataron de su fuerte parecido con cierta persona que había "muerto" hacia ya tres años aproximadamente. - Eso era todo. - dijo la chica una vez los atacantes quedaron reducidos a cenizas [casi literalmente ^ _ ^ U]
- ¿¡Quien eres tu?! - inquirieron Amelia y Zelgadis al mismo tiempo.
- ¡¿Lina?! - dijo Gourry tanto o mas sorprendido que sus amigos.


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Nota de la autora: Como dije antes, no me gustan las historias tan cortas así que... He vuelto!!! Y antes de cualquier otra cosa me encantaría agradecer a Jeanette Chara , ya que fue ella quien me dio la idea para esta continuación.

¿Que les pareció este primer capitulo? Estoy tratando de que esta historia sea un poco mas fiel a la serie, es decir, como un 50% de humor y el otro 50% dividido entre, peleas, misterio, mazokus, fin del mundo, romance... bueno esto ultimo no es muy común en la serie, pero me parece que igual voy a poner aunque sea un poco.
No se como vaya a salir esto, por que si no lo han notado, soy algo seria para mis historias, de todas formas, ¡¡HAY QUE HACER EL INTENTO!! ^_____^U