NOTA PREVIA: antes que se me olvide lo dejo claro, los personajes de slayers no me pertenecen, sino a sus respectivos autores. Pero los personajes nuevos, esos si son míos!

CAPITULO 3

Lina se encontraba recostada, aunque despierta, haciéndose innumerables preguntas acerca de lo que había ocurrido.

- "Entonces, después de todo, soy un humano, como cualquiera. ¡¡ESO ES IMPOSIBLE!! He estado en el mar del caos, lo se. Un humano no puede estar ahí, es demasiado para ellos. Además ¿por qué esas personas me conocían? Aunque debo reconocer que también me parecían familiares. Debo irme, lo mejor que puedo hacer en este momento es desaparecer, hay alguien que tiene que explicarme algunas cosas. La diosa dorada tendrá que..." ¿QUIÉN ES? - la pelirroja se incorporo repentinamente, fijando la vista en dirección a la ventana. - ¡Muéstrate!
- Vaya, si que han aumentado tus poderes, realmente no me esperaba que pudieras sentir mi presencia, el haber estado tanto tiempo en el mar del caos te sirvió de mucho, ¿verdad, querida Lina?
- ¿Quién eres? - Lina observaba al sacerdote con recelo, pero no se movió de su sitio.
- Ja!!, veo que tampoco a mi me recuerdas, en fin, me presento. Mi nombre es Xellos, general y sacerdote de Zelas Metallium.
- ¿Qué quieres aquí?
- Calma, mi ama es Zelas, pero vengo en una misión encomendada por L-sama.
- ¿L-sama?
- Si, ese ser al que llamas "Madre"
- Pero, no lo es, ¿verdad?
- Bueno, si. L-sama es la madre de todo lo que existe, así que si es tu madre.
- Dime todo lo que sepas o te destruiré, aquí y ahora.
- Eso no fue lo que me dijiste la ultima vez que nos vimos.
- ¿...?
- Déjame decirte que si no hubiese sido por ti este mundo... - en eso se abre la puerta de golpe dejando ver a Gourry y a Zymas, que al ver que Xellos había desaparecido tan repentinamente, supusieron que se encontraba en la habitación de Lina, pero no se atrevieron a entrar de inmediato, se quedaron unos momentos a la espera de escuchar algo, mas lo único que escucharon fueron murmullos, así que para salir de dudas, optaron por entrar .
- Xellos, aléjate de ella - Zymas estaba molesto, se denotaba en la voz.
- ¡¡Que hacen todos ustedes en mi habitación!!
- Pero Lina, es que Xellos...
- Mira chico estoy hablando de cosas importante con el idiota de la sonrisita, así que será mejor que te vayas, lo mismo va para ti Zymas, si necesito algo te llamaré.
- Esta bien, señorita Lina... - Zymas se dio la vuelta y salió de la habitación, aunque de muy mala gana. El conocía muy bien la reputación de Xellos, después de todo, había servido junto a el al ama de las bestias, demonio del cual Lina le había salvado.
- ¿Que esperas? - la pelirroja se quedó viendo a Gourry quien aun no se movía de su sitio.
- De acuerdo, si necesitas algo estaré afuera. - a Gourry tampoco le hacia mucha gracia dejar a Lina sola con ese demonio, pero no le quedaba otra que aceptarlo.

Una vez ambos se hubieron retirado, Lina se dirigió a Xellos con un tono que dejaba ver la ansiedad que sentía.

- Continua con lo que decías.
- Que si no hubiese sido por ti, este mundo no existiría.
- Explícate.
- En este mundo tu eras una conocida hechicera negra, derrotaste unos cuantos mazokus usando el poder de L-sama, pero un día llegó un ser que no pertenecía a ningún mundo "ni siquiera L-sama sabia de donde había salido" Durante la pelea murió mucha gente, entre ellos estaban tus amigos, esos tipos con lo que estas ahora. Cuando llegue al campo de batalla estabas invocando el poder de la diosa dorada, luego derrotaste al sujeto y ya no supimos mas de ti.
- Espera, hay algo que no me queda claro. Dijiste que con quienes estoy ahora murieron durante esa batalla, pero yo los veo bastante vivos.
- ¿A que no te lo dije? Bueno, son detalles, no creo que...
- ¡¡DIMELO!!
- Bien, no te enojes. Le pediste a l-sama que los reviviera y ella lo hizo.
- ¿Por qué?
- ¡¡Y como quieres que sepa la razón!! ¿Me haz visto cara de adivino?
- Pero, ¿ Que pasó conmigo? Por qué no puedo recordar nada de eso.
- Hasta donde yo se, se supone que estas muerta, al menos esa es la pena por usar el poder del Señor de las Pesadillas. Pero ahora L-sama me llama y me pide que te entregue esto. Como si yo tuviera tiempo libre para hacer mandados.
- Y eso ¿qué es?
- No se. Ten, se supone que solo tu puedes ver el contenido.

Lina tomó el pergamino y lo extendió con sumo cuidado para no rasgarlo. En caracteres extraños, pero aun así legibles se podía leer:

Seth, a simple vista parece un ser humano,
Se distingue de ellos por el ojo que tiene sobre los otros dos.
Este tercer ojo posee un rayo anti-magia,
que le permite bloquear cualquier tipo de magia en un radio de 90°.
Su enorme inteligencia solo se compara con la de un dragón dorado.
Posee grandes poderes mentales y es capaz de esclavizar a las criaturas mas poderosas.
Posee una lanza con la cual es capaz de crear una puerta dimensional.
Con un hechizo especial puede convertir a cualquier ser en piedra, incluso a seres en planos astrales.
Es inmune a cualquier hechizo de fuego.
Su mayor habilidad es drenar la energía de los seres vivos, alimentándose de ella. Los que caen bajo este ataque no mueren inmediatamente, a pesar que su energía y su alma le han sido arrebatadas, permanece con vida por un tiempo bastante prolongado.


Mientras Lina leía esto, Xellos la observaba. Había cambiado. La chica que se lo tomaba todo con calma y disfrutaba de la vida, ya no estaba; en su lugar había una joven que, al parecer, su existencia se complicaba aun mas, mentiras y engaños era lo único que había en su mente.

Xellos la había extrañado, ¡¿Y quien no?! A pesar de que era un mazoku, el sacerdote demoníaco tenia sentimientos, era obvio que nunca lo demostraría, eso iba en contra de su naturaleza, pero aun así sentía cariño por Lina. Se sentía en confianza, era como una hermana para el, aunque no sabia por que razón.

- ¿Y que se supone que haga con esto? - la voz de Lina le saco de sus pensamientos.
- ¿No sabes? - Lina negó con la cabeza - la verdad, yo tampoco, tenia que entregarte esto y ya lo he hecho, así que...
- Espera, aun no te vayas.
- ¿Por qué?
- Necesito saber algo. Necesito saber quien soy en realidad.
- Lo siento, pero eso tendrás que averiguarlo por ti misma, es cuestión que trates de recordar.
- ¿Recordar que? ¡¡Lo único que hay en mi memoria es estar junto a L-sama!! No se lo que hice antes. - Xellos se acercó a Lina, que a estas alturas ya se había levantado de la cama y se había dirigido hacia la ventana. La pelirroja tenia los ojos humedecidos por las lagrimas que la incertidumbre le había provocado.
- No llores. -Xellos se acercó aun mas a ella. - tus amigos te ayudaran en lo que necesites.
- Pero es que...
- Calma - Lina lloro un poco mas fuerte. Xellos no sabia que hacer, ¿desde cuando el consolaba a las personas? Lo único que se le ocurrió fue abrazarla, la estrechó entre sus brazos, al tiempo que Lina dejaba escapar toda la frustración que sentía.


- Toc, Toc!! -Alguien golpeó a la puerta.

- Señorita Lina, le traigo un poco de te. - no hubo respuesta. - Voy a entrar.
Cuando Amelia entró en la habitación, vio a Xellos y a Lina abrazados, ella estaba apoyando su cabeza en el pecho de él. Amelia tenia la boca abierta, no podía creer lo que veían sus ojos. ¡¡Lina y Xellos, juntos!! No, eso era imposible, tenia que ser un mal entendido. A pesar de que llevaba un buen rato en la puerta con una bandeja en la mano, ninguno de los dos se había percatado de su presencia y como no tenían intenciones de hacerlo, Amelia decidió hacer algo al respecto.

- Ejem... señorita Lina... yo... - al escuchar la voz de Amelia, Lina se dio cuenta de que Xellos aun la tenia abrazada y lo alejó de un golpe, sonrojándose a mas no poder.
- Amelia, no es lo que imaginas, yo... yo solo... el me estaba...
- La estaba consolando - dijo un adolorido Xellos desde el piso - pero parece que no lo he hecho muy bien.
- ¿Cómo te sientes? - pregunto Amelia tratando de cambiar el tema.
- Mucho mejor. ¿Fuiste tu quien me curó, verdad? Te lo agradezco.
- Si, yo lo hice. Lina...
- Mmm.
- Me dirás ahora como es que estas viva, y no lo tomes a mal, me siento muy feliz de que hayas vuelto, pero no me explico como o por que.
- Lo siento, pero no puedo responderte a esas preguntas, por que ni yo misma se las respuestas. Hasta ahora tenia una idea de donde venia, pero ahora no lo se.
- Lina... - dijo Amelia con un tono bajo y algo triste.
- Lo mejor será que me vaya de aquí, te agradezco que me hayas curado. Adiós.
- Pero, no tienes por que irte, puedes quedarte aquí y...
- No, es mejor así. ¡Zymas! - de inmediato apareció el elfo en la puerta de la habitación, a su lado también apareció Gourry.
- Si.
- Nos vamos.
- Pero Lina, no puedes irte. No, no ahora que por fin te encuentro. - Lina miró extrañada a Gourry.
- Gourry te estuvo buscando todos estos años, el nunca perdió la esperanza de que estuvieses con vida, Lina. - al oír esto Lina se sorprendió, pero de inmediato su rostro se relajo.
- Vayámonos Zymas. - diciendo esto Lina salió de la habitación para llegar justo al lado de Zymas, este alzo una mano y creo una puerta dimensional, apunto estaban de cruzarla; cuando un resplandor dorado inundó el vórtice.
- Lo siento mi pequeña, pero no puedes irte, no ahora.
- ¡¡¿¿Qué??!! ¡¡¿¿Por qué??!! - exclamó Lina, mientras el resto, con excepción de Zymas y Xellos que se habían inclinado en una reverencia ante la proyección de la figura de la diosa, estaban asombrados, para ese entonces Zelgadis ya había llegado al lugar y miraba atónito, al igual que los otros, la figura imponente de la diosa.
- ¿Xellos le entregaste el pergamino? - la diosa dorada miró en dirección a Xellos, y este asintió.
- No entiendo nada de lo que esta pasando aquí. Además tienes muchas cosas que explicarme, L-sama.
- L-sama suena raro viniendo de ti, Lina. Supongo que ya alguien te habrá dicho algo- la diosa volvió a mirar a Xellos, quien aun mantenía su sonrisa inocente. - Bueno, eso ahora no importa. Si quieres regresar al mar del caos antes tienes que cumplir una misión.
- Pero no deseo hacer algo que tenga que ver contigo. Si es necesario me quedare aquí. No quiero luchar por alguien que lo único que ha hecho es engañarme.
- Yo no te he engañado, solo dije la mitad de la verdad. Y tu nunca preguntaste por el resto. De todas formas, tanto si decides quedarte o si prefieres ir al mar del caos tendrás que luchar.
- Ejem... disculpen que los interrumpa, pero ¿alguien puede explicarme lo que sucede aquí?
- ¿Eres Zelgadis, verdad? Bueno, veras, el pergamino que le hice llegar a Lina contiene las características de un ser extremadamente poderoso y que hasta ahora estaba encerrado entre las cuatro dimensiones, es decir, el lugar donde convergen las dimensiones que he creado. Ese lugar es inaccesible a cualquier criatura, excepto por mi y los guardianes que cree para resguardar a ese ser.
- Y ¿por qué se liberó?
- Buena pregunta, Reina de Sailune. Eso se debe a que los elegidos de cada mundo han hecho demasiado bien su papel. - mientras decía esto miraba fijamente a Lina y a Xellos. - Los seres superiores tanto sagrados como demoníacos han sido destruidos poco a poco y la energía que liberó la muerte de cada uno de ellos fue absorbida por Seth, el ser de quien les hablo.
- ¿Así que este ser es un mazoku?
- Si y no. A decir verdad, es algo bastante confuso. Mira mi idea era crear un ser que hiciera el equilibrio entre los mundos, que tuviera tanto poder como yo, pero que al mismo tiempo no tuviese voluntad propia como yo. El resultado fue Seth, un ser que posee el poder de los dioses y los demonios y que poco a poco fue adquiriendo conciencia de su propio poder. Me di cuenta que había cometido un error e intente destruirlo, pero para hacerlo también tenia que destruir los mundos que había creado y opte por encerrarlo. - la diosa se llevó una mano a la nuca y luego sonrió inocentemente.
- Si quieres destruirlo envía a tus ryozokus. Yo no pretendo arriesgarme por este mundo. - la expresión de la diosa ahora era seria.
- Mi pequeña, me gustaría poder hacerlo, pero es imposible.
- ¿por qué? - el rostro de Lina mostraba ira, se sentía traicionada y confusa, mientras que la voz de LON denotaba ternura y tristeza a un tiempo.
- Por que Seth es el modelo que use para crear a los ryozokus y a los mazokus, ellos no tienen el poder para vencerlos, sin mencionar que el tiene gran influencia en ellos y podría llegar a manipularlos.
- Pero yo... "si no hubiese sido por ti, este mundo no existiría" - Las palabras de Xellos aun resonaban en la mente de Lina. - yo no... "En este mundo tu eras una conocida hechicera negra, derrotaste unos cuantos mazokus usando el poder de L-sama" - imágenes fugaces aparecían y desaparecían en la mente de Lina. En un momento se encontraba luchando por la comida con el chico rubio que ahora miraba desde la puerta de la habitación, luego se veía maltratando a una banda de ladrones, se vio a si misma interponiéndose entre un rayo de energía y otra chica que en ese momento no se encontraba ahí; las imágenes iban cada vez mas rápido. - No quiero... - la herida aun dolía, comenzó a marearse, perdió un poco el equilibrio. Estaba por caer al piso cuando un par de cálidos y fuertes brazos la atraparon en el aire.
- ¡¡Lina!! ¡¡¿¿Te encuentras bien??!!

Todo se volvió oscuridad. Los ojos de Lina estaban abiertos como si estuviese en trance. Su cuerpo no se movía en lo mas mínimo. La expresión en el rostro de Gourry se volvió de terror, el la estrechó en sus brazos tratando de hacerla reaccionar. Al instante Zymas estaba a su lado intentando inútilmente despertarla. Amelia y Zelgadis se limitaron a observar atónitos la escena. Xellos por su parte miraba fijamente a la diosa, dio un paso en su dirección para luego romper el silencio que se había formado.

- L-sama, ¿Por qué lo hiciste?
- Un tiempo para todo y todo a su tiempo, mi querido Xellos. - con estas palabras la proyección de la diosa desapareció, dejando a un grupo demasiado confundido como para reaccionar.

Nota de la Autora: y como va quedando esto? Se entiende bien? Me di cuenta que los capítulos estaban algo largos, así a menos que alguien se opongan serán mas o menos de este tamaño de ahora en adelante. No es mucha diferencia, pero igual.

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