Capítulo 5:
Las últimas estrellas brillaban en el cielo, ya que pronto saldría el sol del Oeste. El bosque aun se hallaba dormido, en silencio... la quietud y la tranquilidad dominaban el aire
Legolas acarició las crines de su caballo. El corcel aún parecía dormido... y más que evidente era que de tanta carrera precipitada aún estaba cansado. Incluso se diría que rehusaba a abandonar la ciudadela
- Ánimo mi fiel amigo...- le susurró el príncipe- No eres el único que no desea partir
Legolas montó en el caballo y se volvió a la casa de curación, y luego azuzó al corcel. Veloz como un grito corrió el caballo blanco a pesar de su cansancio... y cuando las primeras luces de la mañana se asomaron tiñendo la Torre de oro, una figura resplandeciente apareció por el horizonte de los caminos, cabalgando con rapidez. Arwen esperó a que el jinete llegara
- Tal y como dijisteis, Arwen, he vuelto con la llegada del alba- dijo Legolas desmontando y haciendo una reverencia
- Sabía que seríais puntual, Legolas- asintió la mujer- Mas entremos y tomemos algo mientras os pongo al corriente de lo sucedido
Ambos elfos comenzaron a caminar en silencio
- Decidme Legolas, ¿Habéis resuelto ese asunto que ayer tanto os inquietada?
- Podría decirse que sí, mas es un asunto de recuperación lenta...
- ... Legolas... tarde o temprano tendréis que admitirlo, no os parece?- preguntó ella con algo de misterio
Legolas la miró sin entender y ella sonrió
- Vos pensáis que es protección... mas en el fondo sabéis que algo más os condiciona
- Arwen, no os entiendo... ¿A qué os referís?
La elfa volvió a sonreír, pero esta vez con tristeza
- Olvidadlo, Legolas... Vos mismo lo descubriréis. Venid, Aragorn y Thalireg nos esperan
- Partiré hacia Rivendel- anunció la dama de la piel blanca en medio de aquel silencio
- ¡¿A Rivendel?!- exclamó Legolas sorprendido
- Legolas, - comenzó Aragorn- A pesar de lo que nosotros hallamos podido creer todo este tiempo, nuestros problemas no han desaparecido aún... Si lo que esta mujer dice es cierto, entonces Saruman sigue con vida
- ¡¿Qué?!
- Por eso partiré hacia Rivendel- siguió la dama. Los hijos de Elrond sabrán qué hacer... ¿Vendréis conmigo, Príncipe?
- Mi deber es ese puesto que seguís siendo mi prisionera y aún no habéis recibido castigo por la muerte que ocasionasteis... Mas decidme, por dónde tenéis planeado ir?
- Pues...
- El camino más corto sería atravesar Rohan y su paso, o incluso podríais cruzar Khazad-dûm...
- Entonces... visitaremos las tierras de Éomer y las cuevas de los enanos...- susurró Legolas- Bien, entonces debemos partir cuando antes. Si puede ser con los rayos recién nacidos del sol de mañana, mucho mejor...
- Pues partid mañana al alba, Legolas -dijo Arwen- Y ahora entonces regresad a vuestro bosque y organizad a vuestro pueblo para vuestra ausencia
- Así lo haré, Reina de Gondor...
Caminaron sin prisas y en silencio a los exteriores de la torre, donde ya se hallaban el caballo blanco y el negro. La mujer de la blanca piel hizo una reverencia a los Reyes y tras darles las gracias, montó. Mas Legolas se quedó en silencio
- ¿Ocurre algo, Legolas?- preguntó Aragorn
- Muchos y recientes recuerdos me traen esta situación- respondió con una melancólica sonrisa
- Partiría contigo, amigo mío, pero la reconstrucción de Gondor es trabajosa y larga... Ten cuidado, Legolas...
- Lo tendré, Aragorn... lo tendré
Legolas hizo una reverencia y luego besó la mano de Arwen
- Sed prudente, hermano mío... Y que Erü os guarde del peligro...
Legolas montó y echando una última mirada de cordialidad a los Reyes de Gondor, partió hacia el bosque seguido de Thalireg. No tardaron en llegar y lo primero que hizo Legolas al llegar fue buscar a Demion, quien lo estaba aguardando.
- Demion! acompañadme... tengo que hablar con vos...- dijo el príncipe desmontando
Ambos se alejaron y pronto se perdieron de vista. La prisionera también desmontó aunque esperó a que el príncipe hubiese desaparecido para hacerlo, luego se dirigió a los aposentos de Niltariel
- Buenos días, Niltariel...¿Como te encuentras esta mañana?
- Mejor... - susurró ella levantándose de la cama con algo de dificultad- ¿A regresado el príncipe contigo?
- Si... ahora se encuentra dándole ordenes a Demion para que ocupe su lugar durante un tiempo
- ¿... ocupar su lugar...? ... No comprendo...
- El príncipe me acompaña a Rivendel. Allí han de ser resueltas las dudas que no pudieron ser resueltas por el Rey de Gondor
- Imladris...- susurró la elfa para si- mas dime... ¿Cuando partiréis?
- En cuanto el príncipe este listo... - Thalireg miro fijamente a Niltariel- ... noto tristeza en vuestros ojos... ¿es acaso por nuestra partida?
Niltariel no respondió
- No temas expresar tus sentimientos... hasta la criatura mas vil puede...
- ... ¿porque me habláis de amor?! - le cortó Niltariel alarmada
- ... yo no he hablado de amor... - respondió la dama un poco sorprendida- pero veo que vuestros sentimientos hacia vuestro príncipe son claros
- Demasiado confusos, diría yo... Para mi señor no soy mas que otro de sus guerreros... - dijo tristemente la elfa perdiendo su mirada en el vacío
- No estoy de acuerdo contigo, pero eso no debe ser discutido en este momento. Ahora he de prepararme para el viaje, espero volver a verte antes de partir.
Thalireg salió de los aposentos de Niltariel, dejando a la elfa sola y sumida en sus pensamientos
Con el paso de la tarde la noche llego silenciosamente. Legolas se encontraba paseando por los jardines, que tardaría en volver a admirar.
- Majestad... - susurró una voz tras él, rompiendo el silencio que lo rodeaba
Legolas se volvió sabiendo quién era la que lo llamaba
- Buenas noches Niltariel... - dijo con cordialidad- ¿Como os encontráis?... Siento no haberos visitado en todo el día... he estado ocupado... y supuse que en estos momentos ya estaríais durmiendo.
- No podía dormir... Thalireg... ella me dijo... - la joven dudaba en sus palabras- me dijo que partiríais a Rivendel... y me preguntaba si...
- ¿... si podríais acompañarnos...?- terminó Legolas por ella
La joven elfa asintió mirando al suelo
-Lo lamento, pero el viaje puede ser muy peligroso... y no me gustaría que os ocurriese nada ... - dijo el príncipe mientras acariciaba el rostro de la joven
- Pero mi Señor...- susurró la elfa mirándole a los ojos
Legolas no respondió mientras apartaba su mano de ella y el manto del silencio se levantaba
-Sois muy protector majestad.- interrumpió de repente la voz de Thalireg surgiendo de la nada
Legolas nada más verla se apartó de la elfa como acto reflejo y casi podría decirse que se había asustado
- Niltariel... - comenzó la dama de la blanca piel caminando hasta la elfa, tratando de reprimir una sonrisa- ¿Porque deseáis acompañarnos en un viaje tan peligroso? Vos misma sabéis que aún estáis débil, que aún necesitáis reposo... ¿Sabéis todas las incomodidades que sufriréis? Puede que incluso, vuestra vida termine violentamente... Creed joven elfa, que esto no será un camino de rosas, pues alguien poderoso nos persigue... y nuestras vidas no le importan... ¿Tan fuerte es vuestra lealtad como para arriesgar vuestra joven vida?
Niltariel no respondió, silencio y rubor fueron sus respuestas que Legolas observó sin entender.
- Comprendo- dijo la dama. Luego dirigió su mirada a Legolas y añadió- Majestad, me gustaría que nos acompañara... y creo que vos también os alegraría si lo hiciera. Y no os preocupéis porque algo pueda ocurrirle, os prometo que mientras este en mis manos no le ocurrirá nada malo.
- Tenéis la manía de entrometeros en la conversaciones ajenas, Thalireg... - dijo el príncipe - aunque no puedo desestimar vuestro consejo. Si vos lo deseáis dejare que Niltariel nos acompañe... pero si algo le ...
-No le ocurrirá nada majestad... estad seguro de ello.
El príncipe la miró con dureza
- Y qué os hace pensar que me fiaré de vos...
- Confiad en mí, majestad
- ¿Confiar en vos? No me pidáis que confíe en alguien que no conozco; que ha sido causante de las muertes de mis hombres... en alguien que maneja la magia negra- esto último lo dijo amenazante
Thalireg suspiró resignada y agachó la cabeza
- Veo que no tenéis demasiada buena idea de mi, mas insisto en que me concedáis vuestra confianza. Si hemos de hacer tan largo y peligroso viaje juntos, de nada servirá mantener rencor uno sobre el otro...
- No me haréis cambiar de parecer, dama. Para creeros necesito saber...
- No puedo revelar nada aún, Legolas!- exclamó molesta la mujer
- Entonces dadme una alternativa si es que la hay
La dama de la blanca piel lo miró dudando y tras un momento de silencio se volvió a la elfa que los observaba a poca distancia
- Esperadnos aquí, joven elfa...- luego se volvió a Legolas y mirándolo con indiferencia comenzó a caminar- Venid, Legolas...
El príncipe la siguió sin entender demasiado bien lo que se proponía. Tan pronto como se alejaron lo suficiente de la elfa, Thalireg se volvió a él
- ¿Y bien?- preguntó el elfo
- Decidme; si la simple promesa de que la protegeré no es suficiente prueba como para ganar vuestro aprecio, qué he de hacer?
- ¿Quién sois?
- ¡Legolas!¡No seáis testarudo!¡No puedo revelarlo aún! He prometido y ahora os juro que protegeré a ese ser que vos tanto apreciáis con mi vida si es necesario
- ¿Y consideráis eso suficiente?¿Proteger a uno de mis guerreros?
- Sabéis tan bien como yo que no es "uno más"...
- Es uno más de todos ellos
- No seáis necio, príncipe... Mirad más allá de las paredes de vuestro corazón
- ¿Y qué he de mirar? Decídmelo vos que tanto parecéis saber...
Thalireg respiró pesadamente e hizo un ligero gesto de negación con la cabeza
- Seréis diestro con el arco, Legolas, pero no con el corazón... - susurró- Mas queráis o no tendréis que confiar en mí...
- Eso no lo decidiréis vos
- El Rey de Gondor ha confiado en mi... Y vos que le sois leal, deberías creer en él... ¿O tampoco confiáis en Aragorn?
Legolas se quedó callado y pensativo. Esa justa la había ganado ella
- Mas no penséis que cambiará mi actitud ante vos... Os recuerdo...
- que sigo siendo vuestra prisionera?... No lo he olvidado, y no he negado que vaya a otorgar la vida que arrebaté...- suspiró con resignación- Ahora id... o de tanto estar esperándoos a la intemperie, sí que caerá enferma
Y dándole la espalda la doncella de la blanca piel se alejó de allí. Legolas se volvió a Niltariel mas ella ya no estaba, y una pequeña punzada de dolor envolvió su corazón.
Thalireg abrió la puerta de su habitación silenciosamente y cual no fue su sorpresa al encontrar a Niltariel en ella. La miró con sorpresa
- Niltariel- exclamó- Què... qué hacéis aquí?
La joven elfa caminó cerca de la ventana hasta que la luna la iluminó
- Quisiera saber algo más de vos
- ... la curiosidad es algo propio de los elfos, por lo que veo- respondió la dama con una pequeña sonrisa mientras se sentaba en el borde de la cama
- Decidme; ¿por qué sois tan fría?... Presiento que no sois lo que aparentáis ser. Ocultáis de la gente vuestra verdadera persona, mas no entiendo por qué.
- Eres más lista que tu príncipe, Niltariel. Mas no te apresures por saber. El tiempo en que mis secretos sean revelados llegará, no te preocupes... Ahora si me disculpas, me gustaría descansar... Necesito dormir un poco...
Niltariel asintió y en silencio abandonó la estancia. Al salir de allí, se dirigió hacia donde ella vivía... Caminó pensativa entre los altos árboles y las escaleras de plata que se alzaban hasta las construcciones... Y fue entonces cuando oyó una voz que la llamaba
- ¡Niltariel!¡Niltariel, espera!
La joven elfa se volvió y cual no fue su sorpresa al ver a Ashtael corriendo hacia ella. Sus ojos se llenaron de alegría y ambos se abrazaron fuertemente
- ¡Oh, Ashtael!- exclamó Niltariel separándose- Mi alma ríe por verte caminar otra vez
- La mía también por poder abandonar el lecho- respondió él entre risas
- Dime... qué tal te encuentras?
- Oh, mucho mejor... Ven, tienes muchas cosas que contarme!- le dijo el elfo guiñándole un ojo y tomándola de las manos para hacerla sentar en una gran raíz que adornaba el borde del camino. Él se sentó a su lado
- ¿Y bien?¿Qué deseas saber?
- Me han dicho...- una sarcástica sonrisa asomó en los labios de Ashtael- Se rumorea que te ves muy a menudo con el príncipe
Niltariel le miró sorprendida
- ¿¿¿Quién ha dicho eso???
- Cualquiera lo sabe, es un rumor que se ha extendido como fuego en bosque seco... Créeme que he sido de los últimos en enterarme
La joven elfa agachó su mirada con rubor en las mejillas
- Por Erü...- susurró para si- Que vergüenza...
- Pero Nil...- le dijo Ashtael apoyando su mano sobre la de ella- ... No te entristezcas, amiga mía...
- Como tales rumores lleguen a sus oídos... quizás no quiera hablarme más...
- ¿Sabes? Creo que a ti no te han dicho nada de quién te sacó de la cueva ni quién se ha preocupado por ti el tiempo de tu letargo... ¿me equivoco?
Niltariel le miró sin entender mientras el elfo se ponía de pie ante ella. Luego hizo una reverencia y tomando su mano, la besó cómicamente.
- Permitidme, mi futura princesa, que os relate lo que aconteció
- ¿Futura princesa?- exclamó la elfa entre risas- ¡No me hagas reír, Ashtael!
Legolas caminaba de vuelta a sus aposentos, cuando oyó las risas de Niltariel no muy lejos de él. Atraído por la curiosidad, siguió el sonido hasta que divisó a la elfa sentada en una de las raíces de un árbol e iba a llamarla, cuando se dio cuenta de que Ashtael estaba allí también y tenía la mano de ella tomada entre las suyas. Decepción y tristeza velaron su mirada y se volvió para irse, mas en un último instante, se agazapó tras un árbol y se dedicó a observarlos.
- Oh, si! Futura Princesa!- asintió Ashtael soltando la mano y separándose un paso- Atended a la historia de como un Joven Príncipe del Norte rescató a una dama del Oeste de la Muerte! La caverna era oscura y tétrica y la agitada respiración del monstruo retumbaba en las paredes.- la narración de Ashtael iba acompañada de su correspondiente actuación, lo cual resultaba muy cómico.
- Oh, Ashtael... No era un monstruo...- le corrigió la elfa riendo ligeramente
- No importa... Y no me interrumpáis, princesa!!- exclamó- Seguimos... Mas en esto, en medio de toda aquella sombra, una cándida doncella esperaba ser rescatada de su raptor, atada de pies y manos y dormida en el vértice de lo vivo y lo muerto... Y de entre las oscuras pesadillas que anhelaba el monstruo de la caverna, brillaron dos dagas de plata y oro! Y un apuesto príncipe luchó con fiereza con el ser hasta vencerle y liberar así a su dama... Mas... oh! La dama parecía muerta y no respondía a sus llamadas... No tardó nuestro príncipe en darse cuenta de que sólo dormía profundamente... Así que...- se acercó a Niltariel y la tomó en brazos entre las risas de ella- el apuesto guerrero la tomó entre sus brazos...
- Oh, Ashtael!- rió Niltariel- Esto no son modales de tratar a una dama!
- Chsssst! Dejadme terminar, princesa!!- le reprochó él mientras se subía en la raíz como si de un caballo se tratase, con Nil entre sus brazos. Luego, hizo como si cogiera las riendas del imaginario corcel- Y cabalgó con ella apoyada en su pecho, llamándola y susurrando palabras en su oído, mas no despertó y su preocupación fue creciendo por momentos... Los soldados dijeron que en más de una ocasión acarició la cara de la dama...
Niltariel comenzó a sonrojarse y agachó su mirada
- ¿Eso es lo que dicen que ocurrió?- susurró
- Y cuando llegaron al palacio de plata- continuó Ashtael sin responderle- La llevó él mismo hasta la Casa de Curación... Y a ella regresó todas las noches, hasta que despertó...
Ashtael se silencio y esperó a que Niltariel hablara
- Ashtael- susurró la elfa- Hasta que punto te crees las historias que te cuentan?
- Hasta el punto de que no le eres indiferente, Nil...
- Ashtael, sólo soy uno más... Además... no es mi culpa el apreciarle tanto...- las lágrimas asomaron por los celestiales ojos de la elfa
Ashtael no dijo nada y la abrazó.
- Perdona... no debí haberte contado nada de eso, Nil... Lo siento
- No te preocupes... Para mi siempre has sido como un hermano, y siempre lo serás- susurró separándose de él y secándose las lágrimas
Se puso de pie y miró el cielo estrellado
- He de ir a descansar, me espera un largo viaje... Ha sido mi deseo partir con él... Es un viaje peligroso, lo sé; mas si he de vivir sin verle tanto tiempo... prefiero morir defendiéndole... A fin de cuentas, es mi príncipe, es mi obligación protegerle con mi vida...
- Pero Nil...
- Buenas Noches, hermano mío... Me has hecho pasar un agradable rato- le interrumpió y se alejó camino de su residencia
Ashtael la miró sonriendo tristemente
- Todo va a terminar bien, Nil... ya lo verás- susurró mientras se levantaba y caminaba en dirección opuesta a ella.
Y sumido en sus pensamientos, se encontró con Legolas de frente. El príncipe lo miraba con frialdad
- ¡Majestad!- exclamó Ashtael verdaderamente sorprendido
- ¿Qué hacéis a estas horas por aquí, Ashtael?
- No... yo... perdonad, majestad... Tenía un asunto pendiente y...
- Pues la próxima vez, procurad no tratar esos "asuntos" donde cualquiera pueda veros!- le respondió el príncipe con dureza a la vez que le daba la espalda y se alejaba de él
Ashtael le miró un momento sin entender por qué Legolas se había puesto así. Mas luego se dio cuenta de que era obvio que los había visto a él y a Niltariel juntos... Una sonrisa de malicia asomó en sus labios..
- ¿Su majestad está celoso o son imaginaciones mías?- susurró para si
Las últimas estrellas brillaban en el cielo, ya que pronto saldría el sol del Oeste. El bosque aun se hallaba dormido, en silencio... la quietud y la tranquilidad dominaban el aire
Legolas acarició las crines de su caballo. El corcel aún parecía dormido... y más que evidente era que de tanta carrera precipitada aún estaba cansado. Incluso se diría que rehusaba a abandonar la ciudadela
- Ánimo mi fiel amigo...- le susurró el príncipe- No eres el único que no desea partir
Legolas montó en el caballo y se volvió a la casa de curación, y luego azuzó al corcel. Veloz como un grito corrió el caballo blanco a pesar de su cansancio... y cuando las primeras luces de la mañana se asomaron tiñendo la Torre de oro, una figura resplandeciente apareció por el horizonte de los caminos, cabalgando con rapidez. Arwen esperó a que el jinete llegara
- Tal y como dijisteis, Arwen, he vuelto con la llegada del alba- dijo Legolas desmontando y haciendo una reverencia
- Sabía que seríais puntual, Legolas- asintió la mujer- Mas entremos y tomemos algo mientras os pongo al corriente de lo sucedido
Ambos elfos comenzaron a caminar en silencio
- Decidme Legolas, ¿Habéis resuelto ese asunto que ayer tanto os inquietada?
- Podría decirse que sí, mas es un asunto de recuperación lenta...
- ... Legolas... tarde o temprano tendréis que admitirlo, no os parece?- preguntó ella con algo de misterio
Legolas la miró sin entender y ella sonrió
- Vos pensáis que es protección... mas en el fondo sabéis que algo más os condiciona
- Arwen, no os entiendo... ¿A qué os referís?
La elfa volvió a sonreír, pero esta vez con tristeza
- Olvidadlo, Legolas... Vos mismo lo descubriréis. Venid, Aragorn y Thalireg nos esperan
- Partiré hacia Rivendel- anunció la dama de la piel blanca en medio de aquel silencio
- ¡¿A Rivendel?!- exclamó Legolas sorprendido
- Legolas, - comenzó Aragorn- A pesar de lo que nosotros hallamos podido creer todo este tiempo, nuestros problemas no han desaparecido aún... Si lo que esta mujer dice es cierto, entonces Saruman sigue con vida
- ¡¿Qué?!
- Por eso partiré hacia Rivendel- siguió la dama. Los hijos de Elrond sabrán qué hacer... ¿Vendréis conmigo, Príncipe?
- Mi deber es ese puesto que seguís siendo mi prisionera y aún no habéis recibido castigo por la muerte que ocasionasteis... Mas decidme, por dónde tenéis planeado ir?
- Pues...
- El camino más corto sería atravesar Rohan y su paso, o incluso podríais cruzar Khazad-dûm...
- Entonces... visitaremos las tierras de Éomer y las cuevas de los enanos...- susurró Legolas- Bien, entonces debemos partir cuando antes. Si puede ser con los rayos recién nacidos del sol de mañana, mucho mejor...
- Pues partid mañana al alba, Legolas -dijo Arwen- Y ahora entonces regresad a vuestro bosque y organizad a vuestro pueblo para vuestra ausencia
- Así lo haré, Reina de Gondor...
Caminaron sin prisas y en silencio a los exteriores de la torre, donde ya se hallaban el caballo blanco y el negro. La mujer de la blanca piel hizo una reverencia a los Reyes y tras darles las gracias, montó. Mas Legolas se quedó en silencio
- ¿Ocurre algo, Legolas?- preguntó Aragorn
- Muchos y recientes recuerdos me traen esta situación- respondió con una melancólica sonrisa
- Partiría contigo, amigo mío, pero la reconstrucción de Gondor es trabajosa y larga... Ten cuidado, Legolas...
- Lo tendré, Aragorn... lo tendré
Legolas hizo una reverencia y luego besó la mano de Arwen
- Sed prudente, hermano mío... Y que Erü os guarde del peligro...
Legolas montó y echando una última mirada de cordialidad a los Reyes de Gondor, partió hacia el bosque seguido de Thalireg. No tardaron en llegar y lo primero que hizo Legolas al llegar fue buscar a Demion, quien lo estaba aguardando.
- Demion! acompañadme... tengo que hablar con vos...- dijo el príncipe desmontando
Ambos se alejaron y pronto se perdieron de vista. La prisionera también desmontó aunque esperó a que el príncipe hubiese desaparecido para hacerlo, luego se dirigió a los aposentos de Niltariel
- Buenos días, Niltariel...¿Como te encuentras esta mañana?
- Mejor... - susurró ella levantándose de la cama con algo de dificultad- ¿A regresado el príncipe contigo?
- Si... ahora se encuentra dándole ordenes a Demion para que ocupe su lugar durante un tiempo
- ¿... ocupar su lugar...? ... No comprendo...
- El príncipe me acompaña a Rivendel. Allí han de ser resueltas las dudas que no pudieron ser resueltas por el Rey de Gondor
- Imladris...- susurró la elfa para si- mas dime... ¿Cuando partiréis?
- En cuanto el príncipe este listo... - Thalireg miro fijamente a Niltariel- ... noto tristeza en vuestros ojos... ¿es acaso por nuestra partida?
Niltariel no respondió
- No temas expresar tus sentimientos... hasta la criatura mas vil puede...
- ... ¿porque me habláis de amor?! - le cortó Niltariel alarmada
- ... yo no he hablado de amor... - respondió la dama un poco sorprendida- pero veo que vuestros sentimientos hacia vuestro príncipe son claros
- Demasiado confusos, diría yo... Para mi señor no soy mas que otro de sus guerreros... - dijo tristemente la elfa perdiendo su mirada en el vacío
- No estoy de acuerdo contigo, pero eso no debe ser discutido en este momento. Ahora he de prepararme para el viaje, espero volver a verte antes de partir.
Thalireg salió de los aposentos de Niltariel, dejando a la elfa sola y sumida en sus pensamientos
Con el paso de la tarde la noche llego silenciosamente. Legolas se encontraba paseando por los jardines, que tardaría en volver a admirar.
- Majestad... - susurró una voz tras él, rompiendo el silencio que lo rodeaba
Legolas se volvió sabiendo quién era la que lo llamaba
- Buenas noches Niltariel... - dijo con cordialidad- ¿Como os encontráis?... Siento no haberos visitado en todo el día... he estado ocupado... y supuse que en estos momentos ya estaríais durmiendo.
- No podía dormir... Thalireg... ella me dijo... - la joven dudaba en sus palabras- me dijo que partiríais a Rivendel... y me preguntaba si...
- ¿... si podríais acompañarnos...?- terminó Legolas por ella
La joven elfa asintió mirando al suelo
-Lo lamento, pero el viaje puede ser muy peligroso... y no me gustaría que os ocurriese nada ... - dijo el príncipe mientras acariciaba el rostro de la joven
- Pero mi Señor...- susurró la elfa mirándole a los ojos
Legolas no respondió mientras apartaba su mano de ella y el manto del silencio se levantaba
-Sois muy protector majestad.- interrumpió de repente la voz de Thalireg surgiendo de la nada
Legolas nada más verla se apartó de la elfa como acto reflejo y casi podría decirse que se había asustado
- Niltariel... - comenzó la dama de la blanca piel caminando hasta la elfa, tratando de reprimir una sonrisa- ¿Porque deseáis acompañarnos en un viaje tan peligroso? Vos misma sabéis que aún estáis débil, que aún necesitáis reposo... ¿Sabéis todas las incomodidades que sufriréis? Puede que incluso, vuestra vida termine violentamente... Creed joven elfa, que esto no será un camino de rosas, pues alguien poderoso nos persigue... y nuestras vidas no le importan... ¿Tan fuerte es vuestra lealtad como para arriesgar vuestra joven vida?
Niltariel no respondió, silencio y rubor fueron sus respuestas que Legolas observó sin entender.
- Comprendo- dijo la dama. Luego dirigió su mirada a Legolas y añadió- Majestad, me gustaría que nos acompañara... y creo que vos también os alegraría si lo hiciera. Y no os preocupéis porque algo pueda ocurrirle, os prometo que mientras este en mis manos no le ocurrirá nada malo.
- Tenéis la manía de entrometeros en la conversaciones ajenas, Thalireg... - dijo el príncipe - aunque no puedo desestimar vuestro consejo. Si vos lo deseáis dejare que Niltariel nos acompañe... pero si algo le ...
-No le ocurrirá nada majestad... estad seguro de ello.
El príncipe la miró con dureza
- Y qué os hace pensar que me fiaré de vos...
- Confiad en mí, majestad
- ¿Confiar en vos? No me pidáis que confíe en alguien que no conozco; que ha sido causante de las muertes de mis hombres... en alguien que maneja la magia negra- esto último lo dijo amenazante
Thalireg suspiró resignada y agachó la cabeza
- Veo que no tenéis demasiada buena idea de mi, mas insisto en que me concedáis vuestra confianza. Si hemos de hacer tan largo y peligroso viaje juntos, de nada servirá mantener rencor uno sobre el otro...
- No me haréis cambiar de parecer, dama. Para creeros necesito saber...
- No puedo revelar nada aún, Legolas!- exclamó molesta la mujer
- Entonces dadme una alternativa si es que la hay
La dama de la blanca piel lo miró dudando y tras un momento de silencio se volvió a la elfa que los observaba a poca distancia
- Esperadnos aquí, joven elfa...- luego se volvió a Legolas y mirándolo con indiferencia comenzó a caminar- Venid, Legolas...
El príncipe la siguió sin entender demasiado bien lo que se proponía. Tan pronto como se alejaron lo suficiente de la elfa, Thalireg se volvió a él
- ¿Y bien?- preguntó el elfo
- Decidme; si la simple promesa de que la protegeré no es suficiente prueba como para ganar vuestro aprecio, qué he de hacer?
- ¿Quién sois?
- ¡Legolas!¡No seáis testarudo!¡No puedo revelarlo aún! He prometido y ahora os juro que protegeré a ese ser que vos tanto apreciáis con mi vida si es necesario
- ¿Y consideráis eso suficiente?¿Proteger a uno de mis guerreros?
- Sabéis tan bien como yo que no es "uno más"...
- Es uno más de todos ellos
- No seáis necio, príncipe... Mirad más allá de las paredes de vuestro corazón
- ¿Y qué he de mirar? Decídmelo vos que tanto parecéis saber...
Thalireg respiró pesadamente e hizo un ligero gesto de negación con la cabeza
- Seréis diestro con el arco, Legolas, pero no con el corazón... - susurró- Mas queráis o no tendréis que confiar en mí...
- Eso no lo decidiréis vos
- El Rey de Gondor ha confiado en mi... Y vos que le sois leal, deberías creer en él... ¿O tampoco confiáis en Aragorn?
Legolas se quedó callado y pensativo. Esa justa la había ganado ella
- Mas no penséis que cambiará mi actitud ante vos... Os recuerdo...
- que sigo siendo vuestra prisionera?... No lo he olvidado, y no he negado que vaya a otorgar la vida que arrebaté...- suspiró con resignación- Ahora id... o de tanto estar esperándoos a la intemperie, sí que caerá enferma
Y dándole la espalda la doncella de la blanca piel se alejó de allí. Legolas se volvió a Niltariel mas ella ya no estaba, y una pequeña punzada de dolor envolvió su corazón.
Thalireg abrió la puerta de su habitación silenciosamente y cual no fue su sorpresa al encontrar a Niltariel en ella. La miró con sorpresa
- Niltariel- exclamó- Què... qué hacéis aquí?
La joven elfa caminó cerca de la ventana hasta que la luna la iluminó
- Quisiera saber algo más de vos
- ... la curiosidad es algo propio de los elfos, por lo que veo- respondió la dama con una pequeña sonrisa mientras se sentaba en el borde de la cama
- Decidme; ¿por qué sois tan fría?... Presiento que no sois lo que aparentáis ser. Ocultáis de la gente vuestra verdadera persona, mas no entiendo por qué.
- Eres más lista que tu príncipe, Niltariel. Mas no te apresures por saber. El tiempo en que mis secretos sean revelados llegará, no te preocupes... Ahora si me disculpas, me gustaría descansar... Necesito dormir un poco...
Niltariel asintió y en silencio abandonó la estancia. Al salir de allí, se dirigió hacia donde ella vivía... Caminó pensativa entre los altos árboles y las escaleras de plata que se alzaban hasta las construcciones... Y fue entonces cuando oyó una voz que la llamaba
- ¡Niltariel!¡Niltariel, espera!
La joven elfa se volvió y cual no fue su sorpresa al ver a Ashtael corriendo hacia ella. Sus ojos se llenaron de alegría y ambos se abrazaron fuertemente
- ¡Oh, Ashtael!- exclamó Niltariel separándose- Mi alma ríe por verte caminar otra vez
- La mía también por poder abandonar el lecho- respondió él entre risas
- Dime... qué tal te encuentras?
- Oh, mucho mejor... Ven, tienes muchas cosas que contarme!- le dijo el elfo guiñándole un ojo y tomándola de las manos para hacerla sentar en una gran raíz que adornaba el borde del camino. Él se sentó a su lado
- ¿Y bien?¿Qué deseas saber?
- Me han dicho...- una sarcástica sonrisa asomó en los labios de Ashtael- Se rumorea que te ves muy a menudo con el príncipe
Niltariel le miró sorprendida
- ¿¿¿Quién ha dicho eso???
- Cualquiera lo sabe, es un rumor que se ha extendido como fuego en bosque seco... Créeme que he sido de los últimos en enterarme
La joven elfa agachó su mirada con rubor en las mejillas
- Por Erü...- susurró para si- Que vergüenza...
- Pero Nil...- le dijo Ashtael apoyando su mano sobre la de ella- ... No te entristezcas, amiga mía...
- Como tales rumores lleguen a sus oídos... quizás no quiera hablarme más...
- ¿Sabes? Creo que a ti no te han dicho nada de quién te sacó de la cueva ni quién se ha preocupado por ti el tiempo de tu letargo... ¿me equivoco?
Niltariel le miró sin entender mientras el elfo se ponía de pie ante ella. Luego hizo una reverencia y tomando su mano, la besó cómicamente.
- Permitidme, mi futura princesa, que os relate lo que aconteció
- ¿Futura princesa?- exclamó la elfa entre risas- ¡No me hagas reír, Ashtael!
Legolas caminaba de vuelta a sus aposentos, cuando oyó las risas de Niltariel no muy lejos de él. Atraído por la curiosidad, siguió el sonido hasta que divisó a la elfa sentada en una de las raíces de un árbol e iba a llamarla, cuando se dio cuenta de que Ashtael estaba allí también y tenía la mano de ella tomada entre las suyas. Decepción y tristeza velaron su mirada y se volvió para irse, mas en un último instante, se agazapó tras un árbol y se dedicó a observarlos.
- Oh, si! Futura Princesa!- asintió Ashtael soltando la mano y separándose un paso- Atended a la historia de como un Joven Príncipe del Norte rescató a una dama del Oeste de la Muerte! La caverna era oscura y tétrica y la agitada respiración del monstruo retumbaba en las paredes.- la narración de Ashtael iba acompañada de su correspondiente actuación, lo cual resultaba muy cómico.
- Oh, Ashtael... No era un monstruo...- le corrigió la elfa riendo ligeramente
- No importa... Y no me interrumpáis, princesa!!- exclamó- Seguimos... Mas en esto, en medio de toda aquella sombra, una cándida doncella esperaba ser rescatada de su raptor, atada de pies y manos y dormida en el vértice de lo vivo y lo muerto... Y de entre las oscuras pesadillas que anhelaba el monstruo de la caverna, brillaron dos dagas de plata y oro! Y un apuesto príncipe luchó con fiereza con el ser hasta vencerle y liberar así a su dama... Mas... oh! La dama parecía muerta y no respondía a sus llamadas... No tardó nuestro príncipe en darse cuenta de que sólo dormía profundamente... Así que...- se acercó a Niltariel y la tomó en brazos entre las risas de ella- el apuesto guerrero la tomó entre sus brazos...
- Oh, Ashtael!- rió Niltariel- Esto no son modales de tratar a una dama!
- Chsssst! Dejadme terminar, princesa!!- le reprochó él mientras se subía en la raíz como si de un caballo se tratase, con Nil entre sus brazos. Luego, hizo como si cogiera las riendas del imaginario corcel- Y cabalgó con ella apoyada en su pecho, llamándola y susurrando palabras en su oído, mas no despertó y su preocupación fue creciendo por momentos... Los soldados dijeron que en más de una ocasión acarició la cara de la dama...
Niltariel comenzó a sonrojarse y agachó su mirada
- ¿Eso es lo que dicen que ocurrió?- susurró
- Y cuando llegaron al palacio de plata- continuó Ashtael sin responderle- La llevó él mismo hasta la Casa de Curación... Y a ella regresó todas las noches, hasta que despertó...
Ashtael se silencio y esperó a que Niltariel hablara
- Ashtael- susurró la elfa- Hasta que punto te crees las historias que te cuentan?
- Hasta el punto de que no le eres indiferente, Nil...
- Ashtael, sólo soy uno más... Además... no es mi culpa el apreciarle tanto...- las lágrimas asomaron por los celestiales ojos de la elfa
Ashtael no dijo nada y la abrazó.
- Perdona... no debí haberte contado nada de eso, Nil... Lo siento
- No te preocupes... Para mi siempre has sido como un hermano, y siempre lo serás- susurró separándose de él y secándose las lágrimas
Se puso de pie y miró el cielo estrellado
- He de ir a descansar, me espera un largo viaje... Ha sido mi deseo partir con él... Es un viaje peligroso, lo sé; mas si he de vivir sin verle tanto tiempo... prefiero morir defendiéndole... A fin de cuentas, es mi príncipe, es mi obligación protegerle con mi vida...
- Pero Nil...
- Buenas Noches, hermano mío... Me has hecho pasar un agradable rato- le interrumpió y se alejó camino de su residencia
Ashtael la miró sonriendo tristemente
- Todo va a terminar bien, Nil... ya lo verás- susurró mientras se levantaba y caminaba en dirección opuesta a ella.
Y sumido en sus pensamientos, se encontró con Legolas de frente. El príncipe lo miraba con frialdad
- ¡Majestad!- exclamó Ashtael verdaderamente sorprendido
- ¿Qué hacéis a estas horas por aquí, Ashtael?
- No... yo... perdonad, majestad... Tenía un asunto pendiente y...
- Pues la próxima vez, procurad no tratar esos "asuntos" donde cualquiera pueda veros!- le respondió el príncipe con dureza a la vez que le daba la espalda y se alejaba de él
Ashtael le miró un momento sin entender por qué Legolas se había puesto así. Mas luego se dio cuenta de que era obvio que los había visto a él y a Niltariel juntos... Una sonrisa de malicia asomó en sus labios..
- ¿Su majestad está celoso o son imaginaciones mías?- susurró para si
