La vida después del comienzo
Capítulo 5
El sábado, Leigh despertó con la sensación de que un millón de mariposas revoloteaban en su estómago. Cálmate, es sólo quidditch. Se levantó y se vistió. Hermione aún dormía. Creo que mejor bajo. Tal vez encuentre a Darren antes de la prueba....
-¿Leigh? -preguntó una voz soñolienta.
-Sí. Perdón, no quise despertarte.
-Mmm, no te preocupes, no has sido tú -Hermione se levantó-. ¿Ya te vas?
-Quiero tomar algo de aire. Quizá así se me calmen los nervios un poco.
-Vamos, Leigh. Tranquila, todo saldrá bien.
La otra chica frunció el ceño dubitativa y comenzó a buscar algo en su baúl. Después de vaciarlo casi por completo, sacó una reluciente y muy bien cuidad escoba.
-Oh! ¡Es una Saeta de fuego! ¡Como la de Harry!
Hermione se acercó para mirar la escoba. Leigh negó con la cabeza, sonriendo.
-En realidad no. Es una Saeta 02, el nuevo modelo. Está mejorada en varios aspectos; alcanza una velocidad superior, mantiene un magnífico control en los giros, el equilibrio es perfecto...
-¿La cuidas mucho, verdad?
Leigh soltó una risita.
-Más o menos. Le tengo mucho cariño. Aparte de ser una excelente escoba, tiene valor sentimental -la recorrió con la mano-. Bueno, mejor que baje de una vez.
-¡Espérame! Voy contigo.
Cuando llegaron a la sala común se encontraron a Harry y Ron. Harry llevaba en la mano su escoba. Ron tenía los ojos hinchados, como si casi no hubiera dormido. Se encaminó hacia Hermione, pero en ese instante...
-¡No! ¡No te creo!
Fred y George Weasley se aproximaron corriendo hasta Leigh, quien retrocedió asustada.
-¿Qué? -preguntó con voz ahogada.
-¿Es eso una Saeta 02?
Harry y Ron se acercaron con curiosidad.
-Sí, ¿verdad?
Leigh, que al parecer tenía los nervios de punta, se serenó un poco y les mostró la escoba.
-Sí. Es una Saeta 02. Tómenla, pueden observarla cuanto gusten.
Los chicos agarraron la escoba y comenzaron a examinarla entusiasmados. Leigh se acercó a la ventana, sin hacerles mucho caso.
-¡Es increíble, Leigh! Con esta escoba deberías considerar el puesto de cazadora. O de golpeadora.
-George, ¡cállate! ¡Ese es nuestro puesto!
Los gemelos lanzaron una carcajada y Ron cogió la escoba.
-Es soberbia, ¿a que sí, Harry?
Harry asintió, impresionado.
-Vamos, no es para tanto -dijo Leigh, dejando la ventana-. La Saeta de fuego no deja de ser una de las mejores escobas, ni siquiera al lado de ésta. Además, lo más importante no es la escoba, sino la persona sobre ella.
Ron le devolvió la Saeta 02.
-¿No les apetece desayunar? -intervino por fin Hermione.
Ron la miró como si de pronto hubiese recordado algo importante.
-Yo no puedo. Angelina nos citó en el campo con una hora de anticipación -informó Harry.
-Le sienta muy bien ser capitana, ¿verdad?
Harry rió con ganas.
-Sí, en mi opinión lo está haciendo bien. Aunque cualquiera diría que el espíritu de Oliver se ha apoderado de ella.
-Bueno, si quieres te guardo algo para que te lo comas más tarde.
-Gracias, Hermione.
Harry los dejó para unirse a Fred y George. Tanto Ron como Hermione se dirigieron a la salida, pero Leigh no se movió.
-¿Qué ocurre?
-Yo...yo no iré a desayunar.
-¿Cómo?
-No tengo hambre.
-Pero, Leigh...
-Estaré cerca del lago. Los veo más tarde -cortó, y salió de la sala común sin escuchar ni agregar nada más.
-A veces tengo la sensación de que ella es...
-...muy rara.
Hermione y Ron se quedaron callados un momento.
-En fin, yo sí tengo hambre.
La chica se precipitó hacia el agujero, provocando que Ron tuviera que correr tras ella.
-Hermione, yo...
-¿No tienes hambre?
-No, no es eso. Es que yo...necesito hablar contigo.
-¿Y qué estamos haciendo?
-En serio, Hermione.
Habían llegado a la mesa de Gryffindor en el Gran Comedor. Se sentaron y ella apresuró un par de tostadas.
-Te escucho.
-Bueno...eh...¿recuerdas aquella vez que se te cayó un pedazo de pergamino y yo lo recogí?
Hermione escupió sin querer el jugo de calabaza que tenía en la boca. Apenada, se limpió con rapidez y eliminó toda evidencia de la mesa.
-¿Per-pergamino?
-Sí. Tú chillaste y me lo arrebataste.
-Ah! -exclamó la chica, prolongando la a' más de lo necesario-, ese pergamino. Lo recuerdo.
-Bien, pues no sé si lo notaste, pero el pergamino se rompió, y yo conservé un trozo.
Hermione lo miró fijamente a los ojos.
-¿Qué? -interrogó con frialdad.
-Que el pergamino se rompió...
-¿Lo leíste? -interrumpió ella.
-Uh...en realidad -Ron rió nervioso-...mmm, es decir, ¿que esperabas? Claro que...dada la situación...
-¿Lo leíste? -repitió Hermione, mostrando la dura expresión que tanto recordaba a McGonagall. Ron pareció avergonzado.
-Sí.
Hermione no respondió. Un par de lechuzas llegó hasta ellos. Ron reconoció el ejemplar marrón de Leigh, Chouette (después de que Ron pensara que Chouette' era el apodo de Darren, Leigh le había mostrado montones de fotos mágicas de la lechuza). A la otra jamás la había visto.
Hermione tendió el brazo a Chouette, que se acercó y se posó en él. Le dió un pequeño pellizco, como preguntando por su dueña.
-Leigh no está aquí, puedes buscarla cerca del lago. O, si prefieres, me dejas lo que traes y yo se lo doy.
La lechuza la observó, evaluándola, y finalmente dejó caer un paquete. Hermione le ofreció un plato con avena que no se pensaba terminar. Mientras Chouette comía, miró a la otra lechuza.
-Oh! Gracias.
Ésa lechuza se fue y Hermione abrió un periódico.
-¿Has renovado tu suscripción a El Profeta?
-Ajá. El otro día me puse a pensar en que, a pesar de que ahora es cuando más informados debemos estar, más nos hemos olvidado de atender lo que sucede fuera de Hogwarts.
Se sumió en la lectura y Ron la miró desesperado.
-¿Hermione?
-Mande.
-¿No tienes nada que decirme?
-De hecho sí.
Ron se irguió expectante.
-Vámonos ya al campo. Las pruebas están por comenzar.
Guardó el periódico, tomó el paquete de Leigh y la comida que había reservado para Harry. Salieron del Gran Comedor, Ron con el mal humor visible a kilómetros.
El campo de quidditch estaba bastante menos lleno que en un partido, por lo que no les costó trabajo conseguir buenos asientos. Habían dividido el lugar por la mitad: una era para los equipos de Gryffindor y Ravenclaw, y la otra para Hufflepuff y Slytherin. La señora Hooch supervisaba dando vueltas por todo el campo.
Angelina y Roger Davies (capitán de Ravenclaw) se ponían de acuerdo en cómo repartirse el espacio. Decidieron que, ya que Gryffindor sólo buscaba guardián, ellos irían primero.
-Bien -anunció Angelina-, los aspirantes a guardián para el equipo de Gryffindor, vengan aquí por favor.
Unas once personas obedecieron. Harry los estudió con la vista y casi se cae de la escoba al notar la ausencia de Leigh. Aparentemente Ron y Hermione también lo habían advertido, porque se levantaron para buscar una vez más, como creyendo que habían visto mal.
-¡Hola! ¿Cómo va?
-Oh!, Darren, ¿dónde está Leigh?
-¿Perdón? ¿No está en el campo?
-No, mira, no se encuentra ahí.
Darren observó, preocupado. Ron exclamó un y señaló en dirección de una de las orillas del campo. Dumbledore entraba acompañado de Leigh. Dirigió unas palabras a la señora Hooch y después a Leigh, quien le sonrió y le contestó algo. Dumbledore le tomó una mano y le dió unas palmadas cariñosas. Entonces, Leigh corrió hasta donde se encontraban sus compañeros y el director abandonó el campo, no sin antes desear a todos buena suerte con la mano. La mayoría de los chicos estaban boquiabiertos y seguían a Leigh con la mirada, incrédulos.
Angelina carraspeó.
-De acuerdo, comencemos. Pasarán conforme los llame. Las pruebas son tres y muy simples. En la primera, Alicia y Katie, nuestras cazadoras, les lanzarán algunas quaffles; ustedes deberán impedir que marquen. Entre ellas y yo calificaremos su habilidad. Después, la prueba de vuelo, que será con Harry Potter. Finalmente, darán una vuelta por el campo mientras Fred y George Weasley utilizan las bludgers contra ustedes. Nosotros nos reuniremos al terminar para discutir los resultados y seleccionaremos al nuevo guardián antes de la cena. Les deseo mucha suerte. ¡Hagan su mejor esfuerzo!
Los candidatos aplaudieron y Angelina nombró al primero.
-No lo hizo nada mal -dijo Darren cuando el chico terminó.
Como iban en orden alfabético, Leigh quedó entre los últimos. Después de ella estaban sólo dos chicas más y un muchacho enorme.
-¡Stonebook, Leigh! -voceó al fin Angelina.
Hermione notó cómo ella respiraba hondo y se aferraba a la escoba.
-¡Tú puedes, Leigh! -gritó para que su amiga la escuchara. Leigh la miró con el rabillo del ojo y vió que Ron y Darren también le enviaban mensajes de ánimo con los brazos. Se sintió más confiada.
-Muy bien. Buena suerte -le susurró Angelina.
Leigh montó su Saeta 02 y se elevó con gracia para colocarse frente a los postes de anotación. Cuando estuvo lista, Katie y Alicia comenzaron a lanzarle quaffles. Leigh detuvo las primeras con facilidad, moviendo la escoba con apenas un roce de su mano. En le momento en que las cazadoras aumentaron la dificultad, dudó un segundo y entonces empezó a hacer molinetes alrededor de los aros a gran velocidad. Se escucharon algunos gritos ahogados y expresiones como ¡mira eso, es increíble.
-¡Es el Double Eight Loop! -exclamó Ron, parándose en las gradas para ver con más claridad.
-¿El qué? -interrogó Hermione.
-Es una táctica de defensa. Para bloquear las quaffles.
Darren parecía feliz y satisfecho.
-Es la especialidad de mi hermana. Bueno, eso y el Bludger Backbeat, que no le sirve de nada ahora, porque no juega de golpeadora.
Los que competían con Leigh por el puesto estaban conmocionados, al igual que los Ravenclaws.
Después de un rato, Angelina indicó a sus compañeras que se detuviesen.
-¡Eso estuvo excelente! Harry, tu turno.
Harry se acercó a Leigh.
-¡Leigh! Fue increíble -le dijo en voz baja mientras se elevaban.
-Gracias -contestó ella sonrojada.
-Bien, ahora lo que tienes que hacer es imitar algunos movimientos míos con las escoba. Es para probar tu destreza manejándola. Aunque pienso que eso ya está más que demostrado.
Leigh sonrió. Al terminar, Angelina la volvió a llamar.
-Fantástico. Ahora veamos qué tal te va con las bludgers. Leigh, si lo haces bien, estás del otro lado.
La chica asintió y volvió a subir para encontrarse con los gemelos Weasley. De inmediato, las bludgers emprendieron su ataque. Leigh las esquivaba con agilidad. Una estuvo a punto de golpearle de lleno en la cara, pero giró a tiempo, quedando colgada de la escoba. Regresó a la posición normal y no volvió a tener problemas.
-¡Estupendo! -vociferó emocionada Angelina- Realmente estupendo.
Leigh se bajó de la escoba. Lucía un poco desorientada y a punto de vomitar.
-¿Estás bien?
-Sí, es sólo que dí demasiadas vueltas.
Darren llegó corriendo hasta ella.
-¡Leigie! -dijo, levantándola en el aire-. Eres genial, ¿lo sabías? ¡Magnífica!
Leigh se separó de su hermano, riendo.
-Por favor, vamos a sentarnos.
Al acabar el último aspirante, el equipo de Gryffindor desapareció en los vestidores y Ravenclaw inició las pruebas. Algunos señalaban a Leigh sin gota de vergüenza.
-¿Lo ves? -dijo Hermione-. Fuiste, con mucho, la mejor.
Ron contemplaba a la chica.
-Es verdad. No tenías que haberte preocupado por nada.
-Si tú lo dices -respondió Leigh, con los ojos cerrados.
Era inaudito lo voluble que podía ser a veces. Tan pronto como estaba emocionada y nerviosa, como cambiaba a seria y despreocupada.
-¿Qué hacías con el profesor Dumbledore?
Darren formuló la pregunta que Hermione y Ron se habían tragado con mucho esfuerzo. Leigh abrió los ojos.
-Nada. Sencillamente lo encontré cuando venía hacia acá y caminamos juntos conversando un poco.
-Ah! ¿Sobre qué?
-Darren, eres impertinente y grosero. No es tu asunto.
-¿YO soy grosero?
Hermione observaba anonadada. Nunca había visto a los Stonebook discutir, por lo general siempre estaban riendo y platicando a gusto. Estaba convencida de que eran muy unidos, como por un lazo fuerte y especial, que quizá se debía a que habían perdido a su madre siendo muy pequeños. Leigh jamás le había contado sobre eso. Tampoco hablaba de su padre; Hermione sólo sabía que estaba nuevamente en el Ministerio inglés. De hecho, lo cierto era que no conocía mucho de la vida de Leigh, salvo por lo que les había contado Ron. Claro que se conocían desde hacía sólo algunas semanas. Octubre apenas principiaba. Sumida en sus pensamientos, Hermione enfocó la vista en un chico que corría hacia ellos. Era Harry.
-Ugh! Hasta ahora Angelina accedió a darnos un descanso. Aún no terminamos de debatir. Elegimos a tres finalistas -miró a Leigh y con voz solemne agregó-. Eres una de ellos.
Los ojos de Leigh brillaron y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿D-de verdad?
-Sí.
La chica gritó y se echó a los brazos de Darren, la noticia le había hecho olvidar la discusión. Después abrazó a Ron. Hermione se sintió incómoda; también se había dado cuenta de que existía una afinidad especial entre ellos dos. La explicación que daba a eso era que se conocían desde bebés. No obstante, ¿qué recuerdos podían conservar de ese entonces? Por supuesto, las conversaciones entre Fred, George y Darren habían alimentado su amistad, pues los cinco solían sentarse en los jardines a platicar sobre sus memorias y familias. A veces, sólo a veces, incluso tenía la impresión de que Ron no había sido totalmente honesto al decir que no sabía nada más sobre el pasado de los Stonebook. El abrazo terminó. Harry parecía molesto, pero justo ahí Leigh lo estudió con cuidado. Él la miró intrigado y ella lo abrazó. El obscuro cabello de Harry contrastaba de forma extraña con el escarlata de su cara. Cuando Leigh lo soltó, se volvió al campo para que los demás no se percataran. A lo lejos distinguió a Cho, quien en ese momento volaba al lado de un chico de gran estatura y poco talento con la escoba. En su mente se revolvieron fugazmente imágenes que había intentado olvidar para siempre.
-Oh! Lo olvidaba -declaró Hermione apenas Leigh dió por terminada su celebración con un abrazo a su amiga. Sacó dos paquetes; uno se lo alcanzó a Leigh (lo trajo Chouette durante el desayuno) y el otro se lo pasó a Harry (seguro que te mueres de hambre).
Mientras Harry devoraba las tostadas, Leigh soltó un respingo.
-¿Qué ocurre?
-¡Flocons!
-¿Eh?
Darren se aproximó a su hermana.
-¡Mira! Y tú que pensabas que lo había olvidado.
-Papá -murmuró ella, derramando un par de silenciosas lágrimas.
Harry, Hermione y Ron intercambiaron miradas desconcertadas, sin saber qué decir. Leigh les mostró el paquete. Contenía un gran ramo de extrañas pero hermosas flores blancas y una carta. Guardó la carta en la túnica y sacó las flores.
-Estas flores se llaman . Son mágicas, ¿saben? -calló un momento-. Eran las favoritas de mamá -añadió con un hilo de voz.
Darren pasó un brazo sobre los hombros de su hermana y miró a sus amigos.
-Crecen solamente en Winterheaven -explicó.
-¿Winterheaven? -preguntó Hermione, profundamente conmovida.
-¿No les has contado, Leigie? -inquirió el muchacho.
Leigh negó con la cabeza, recobrando la compostura.
-Lo siento. No es que no quisiera decirles, lo que pasa es que jamás me pareció oportuno. Winterheaven es el nombre de nuestra casa.
Harry no entendía. ¿Hay flores que crecen sólo en una casa?.
-Winterheaven es un castillo. Ha pertenecido a nuestra familia por siglos. Lo más hermoso de él son sus enormes jardines en invierno. Por eso Leigh y yo amamos los jardines de Hogwarts, nos recuerdan nuestro hogar. Estamos acostumbrados a dar paseos al aire libre, por consiguiente no aguantamos mucho estar encerrados.
Hermione recapituló todas las ocasiones en que Leigh había expresado lo mucho que necesitaba aire.
-Bueno, pues las flocon sólo se dan en los parques de Winterheaven durante el invierno. Hace unos días, Darren y yo escribimos a papá para contarle sobre la prueba de hoy. Yo creí...que lo había olvidado. Pero no. Él sabe lo mucho que me animan las flores de mamá, así que me envió un ramo.
-De haberlo sabido...debí dejar que Chouette te buscara, así las habrías visto antes -dijo Hermione arrepentida.
-Hermione, no te preocupes -Leigh se paró junto a ella y le tendió una de las flores. Hermione dudó, pero Leigh le tomó la mano para entregársela-. Gracias por ser mi amiga.
Después separó dos flores más y se las dió a Harry y a Ron, que las aceptaron como si se tratara de un delicado objeto de cristal y al mismo tiempo de un millón de galeones.
Harry se sobresaltó.
-Debo regresar. Leigh, prepárate. Y finges que te sorprendes cuando te den la noticia, ¿eh? Estoy seguro de que te escogen a tí.
Todos rieron alegres. Ron y Hermione se alejaron un poco para criticar a los de Slytherin que seguían examinándose.
-Aunque Hermione hubiese dejado a Chouette buscarte, no te habría hallado, ¿verdad?
Leigh contempló a Darren con unos ojos fríos como dos pedazos de hielo.
-No.
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Waa!!! @_@ Mucho tiempo en la compu. Gracias por leer y por los reviews ^O^.
