Cardcaptor Sakura es propiedad de Clamp, Kodansha, etc.
¡Lo prometido es deuda! Aquí está el octavo capítulo. Cuando dije que me estaba acercando al final creo que no tome en cuenta que me proyectaría tanto, sorry! Quizá todavía tome otros 4 capítulos llegar al final, pero estén seguros que me esforzaré para complacerlos. Aquí está:
La esperanza del corazón
Por Lau
VIII
Una comida y el plan de oniichan
*Más tarde, ese mismo día, en casa de los Kinomoto... *
"Pasa Yuki. ¿No quieres un poco de agua?"
"Sí, por favor." Yukito entró, y se sentó en la sala. "Oye, ¿No hay nadie en casa?"
"No sé, déjame ver..." Touya revisó el pizarrón donde anotaba la familia sus tareas. "Mmm, aquí dice que llamó mi papá para decir que mañana regresa de su viaje, y también que el monstruo iba a comprar unas cosas antes de venir a casa."
Yukito prestó gran atención a esto último, pero no quería que Touya se acordara de la conversación que no terminaron en la cafetería, así que solo contestó: "Ah..."
En lo que su amigo iba a la cocina por el agua, Yukito se recostó contra el sillón y cerró los ojos. Era tan agradable el descansar un poco después de un día tan ajetreado... sin darse cuenta se quedó profundamente dormido.
Touya, que salía de la cocina con el vaso de agua, corrió hacia él y lo sacudió:
"¡Yuki, despierta!"
"¿Eh? ¿Qué pasa?"
"Te quedaste dormido. Dime la verdad, ¿Otra vez estás debilitándote?"
Yukito vaciló antes de contestar. "No es nada grave... solo he estado un poco cansado, es todo."
"¿Seguro?"
"Sí. No te preocupes, estaré bien, solo necesito descansar de tanta tarea." Estas palabras no convencieron a Touya, pero no dijo nada. En eso, escucharon una alegre voz, al mismo tiempo que se cerraba la puerta:
"¡Tadaima!" Ambos voltearon y vieron a las dos lindas muchachas que entraban en ese mismo momento. Sakura fue la primera en saludar. "¡Hola, Yukito-san, hola hermano ¡Hace mucho que no te veía Yukito! No sabía que vendrías hoy, pero me da mucho gusto verte", dijo, entusiasmada.
"Hola Sakura-chan, a mí también me alegra verte", dijo tímidamente Yukito.
"Buenas tardes", saludó Tomoyo.
"Hola monstruo, buenas tardes Tomoyo." Touya se dispuso a molestar a su hermana. "Oye monstruo, te toca hacer la cena, así que apresúrate, que tengo hambre."
"¿Qué? Si te toca hacerla a ti."
"Nop, acuérdate que te cambié este día a cambio de que fueras a aquella fiesta."
"Ashh, está bien, pero ya te dije que no me digas monstruo..."
Mientras los hermanos Kinomoto discutían, Tomoyo miró disimuladamente al chico de cabello plateado. Yukito miraba dulcemente a Sakura. Tomoyo ya sabía del plan de Touya porque éste le había hablado durante el descanso a su celular. Así que, si Sakura no la hubiera invitado ella se habría aparecido de todas maneras por ahí con un pretexto cualquiera. Ella haría lo posible por su amiga, era lo menos que podía hacer para que ella fuera feliz. Además, estar ahí tenía otros atractivos para ella, como estar un rato con su hermano mayor... Decidió empezar por su parte con el plan, así que se acercó a Yukito y le comentó en voz baja:
"Ella es tan alegre, ¿verdad?"
"Sí...", suspiró Yukito sin pensar en lo que decía; cuando se dio cuenta de lo que había dicho e iba a negarlo, la chica de cabello negro ya se reunía con los dos hermanos.
"Vamos, no discutan. Hagamos todos la cena, ¿sí?" propuso Tomoyo. Tanto Sakura como Touya la miraron con una sonrisa.
"¡Hai!"
* * *
"Ahh, que buena estuvo la comida."
"¿De veras? Que bueno que te gusto, Yukito.", sonrió Sakura, satisfecha.
Touya se levantó de la mesa. "Espérate, deja te traigo un antiácido, por si acaso."
"¡HERMANO!" ¬¬#
Los invitados solo rieron ante la escena. Tomoyo también se levantó y tomó un platito de la mesa. "Voy a darle esto de comer a Kero" le susurró a Sakura. "Sí, gracias, debe de estar muerto de hambre" contestó Sakura en el mismo tono. Aunque ya todos conocían la existencia de Kero, él todavía se hacía pasar por un muñeco. Decía que era lo mejor "por razones de seguridad", aunque Sakura creía que más bien era porque le intimidaba conocer más a su familia, en especial a su hermano. Tomoyo subió, dejando solos a Sakura con Yukito.
Él ya había terminado de beber su vaso. "Bueno, ahora hay que recoger la mesa", dijo, "Déjame ayudarte con eso." Tomó su vaso y se levantó. Pero justo en ese momento sintió un mareo muy fuerte; se escuchó el ruido del vaso al estrellarse contra el suelo, mientras Yukito se recargaba contra la mesa.
"¡Yukito-san!"
"¿Qué pasó?" preguntó Touya, quien había regresado de la cocina.
"Nada, nada. Es que me levanté muy rápido y se me bajó la presión, es todo. Siento haber roto tu vaso." Yuki se inclinó a recoger los vidrios que se habían dispersado en el piso.
"No te preocupes por eso." Sakura también se arrodilló y empezó a recoger los vidrios. "¿Ya te sientes mejor?"
"Sí, gracias" Yukito sonreía, pero Touya lo miraba preocupadamente. Ahora se arrepentía de haber aceptado sus poderes de vuelta; no bien pudiera hablar a solas con él lo convencería de aceptarlos otra vez.
"¡Ay!" Yukito encogió su mano. Sakura la tomó y observó que se había cortado con uno de las astillas, y que le salía un poco de sangre. Ella alzó su cara y se encontró con la de él. Ambos se miraron. "Yo... no sé que me pasa hoy", dijo lentamente Yukito. "No fue tu culpa... fue un accidente", contestó Sakura.
Quizá hubieran permanecido así largo rato, si sorpresivamente no hubiese aparecido un pañuelo ante sus caras. "Hmph, hmph", tosió Touya.
Había roto el encanto. Ambos voltearon a ver al hermano; Sakura le arrebató el pañuelo y vendó la mano herida. En eso bajó Tomoyo. "Oh, ¿qué te pasó? Escuché un ruido y bajé a ver"
"Um, no fue nada, solo me sentí un poco mareado y tropecé."
Tomoyo no estaba de acuerdo. "¿Nada? ¡No podemos saberlo! Será mejor que descanses, ve y recuéstate. Entonces será mejor que yo me vaya a mi casa. Sakura-chan, quédate a cuidarlo." Tomoyo habló en un tono de voz muy amable, pero firme.
"Pero Tomoyo, ni modo que te deje ir sola-"
"Eso es muy cierto; yo te acompañaré a tu casa, Tomoyo", se ofreció solícitamente Touya.
"¿Hermano?" ·.·
"¿Qué? Tengo que ir a trabajar, y su casa me queda de camino; además ¿dejarías aquí a Yukito sufriendo solo?" dijo dramáticamente Touya.
"Mmm... creo que tienes razón-" acordó Sakura.
"Claro que la tengo. Volveré en un rato. Yuki, te puedes quedar si quieres."
"Pero To-ya, no creo que sea necesario, me puedo levantar..."
"No no no, es mejor, como dice Tomoyo, que descanses. Yo volveré en un par de horas y mientras tanto Sakura te acompañará ¿qué dices?"
"Uh... está bien."
"Bien" Después de recomendarle que se cuidara y que no intentara levantarse, Tomoyo y Touya se fueron rápidamente, dejando a Sakura bastante... bueno, digamos que se le hizo muy raro el comportamiento de su hermano. ¿Qué mosca le picó?, pensó. °~°u
Por su parte, Yukito estaba más que intranquilo. Grandioso, lo último que quería hacer, y heme aquí. ¿Ahora qué hago? se preguntaba.
"¿Quieres que te traiga algo? ¿Una aspirina, algo de agua, un dulce?" le ofreció amablemente Sakura.
"No, gracias. Ya me siento mejor. ¿Por qué no mejor me cuentas como te ha ido? Después de todo hace mucho que no nos vemos"
Ella se sonrojó un poquito. "¡Sí! Bueno, ayer en la escuela..." Empezó a contarle todas aquellas cosas de las Yukito que no estaba enterado. (Aunque se guardó de contarle aquel asunto de Syaoran) Así paso un largo rato, pero a él no le importaba, pues disfrutaba enormemente de la compañía de la muchacha.
Más un tiempo después, Yukito empezó a sentirse intranquilo; había algo que no lo dejaba en paz. Quizá... quizá debería decirle lo que me dijo la carta, o algo...
"¿Estás bien?" La pregunta lo sacó de sus pensamientos. Sakura lo observaba atentamente.
"Sí, seguro, es que me estaba preguntando dónde estaría Kerberos.", mintió.
"¿Kero? Si quieres le habló para que venga a saludarte. Espérame un momento." Sakura corrió hacia las escaleras y le gritó a su pequeño amigo amarillo "¡Kero, baja por favor, Yukito-san quiere saludarte! Kero, ¿me oíste?..."
A Yukito le hacían gracia los modales de Sakura y se sentía muy contento de estar ahí, pasando tan buen rato. A lo mejor estoy cometiendo un gran error, pensó alegremente, pero voy a contarle todo lo que he estado sintiendo; tal vez ella también este confundida-
¡No! ¿Qué vas a hacer?, alguien lo interrumpió, ¿Decirle "creo que tú me gustas..."? ¿No ves que ella todavía quiere a Syaoran?
Cualquier persona podría haber pensado que Yukito estaba meditando, pero no era así. En realidad, estaba sosteniendo una dura batalla consigo mismo, en la que el ganador decidiría la suerte y las acciones de ambas partes.
No, creo que ya no está más con él. Lo percibo. Y no le veo nada de malo que le diga qué siento...
¿No recuerdas qué te pasó –qué me pasó- cuando quise a Clow? ¿Quieres sufrir de la misma manera otra vez?
¡Ella no es como Clow! Ella es amable, dulce. ¿Cómo podría-
-herirnos? ¡Mírate! Aquí estás, sin poder realizar tus sueños. ¿No querías esa beca? Pero no puedes aceptarla porque tienes que permanecer aquí, para cumplir con un deber que nadie me preguntó si quería hacer. No voy a pasar por lo mismo otra vez. No permitiré que dejes que nos lastimen otra vez...
Parecía que ya había un ganador. "No", imploró Yukito, "quiero permanecer así." Era inútil; la parte inexpresiva de él tomó posesión de su cuerpo y de su mente, por más que intentó evitarlo.
El cambió no fue inmediato; esta vez se notó primero en su carácter. "Primero estudiaré la situación antes de decir una tontería", masculló fríamente.
Sakura ya regresaba a la sala. "Ahorita viene Kero. ¿En qué estábamos?" El chico de cabello plateado no contestó; miraba seriamente hacia la ventana. "¿Yukito?" insistió Sakura.
Él respondió con otra voz. "Lo siento; estoy cambiando..." Fue cubierto por una par de alas blancas, y una luz intensa llenó la habitación.
Cuando las alas se abrieron una cascada de plateado cabello cayó; aquellos hermosos ojos avellana, antes tan cálidos, se habían congelado en unos duros -más no menos bellos- ojos violeta.
"¿Yue?"
Él saludó con una ligera inclinación de cabeza. Sacó la carta de la Esperanza. "Vine porque quiero devolverte esta carta que se encontraba bajo mi protección."
"¿Hum? Kero nunca me dijo nada de eso." Kero, que en ese momento iba bajando las escaleras, al oír la última parte se regresó por donde había llegado. "Creo que estoy en problemas" ¯-¯', se lamentó.
"No, está bien. Yo le dije que no lo hiciera. No creí que estuvieras bien para saberlo", comentó Yue.
Sakura volvió a sonrojarse. Le conmovió que él pudiera preocuparse tanto por ella. "¡Oh, Yue, muchas gracias!" Sin aviso, corrió y lo abrazó. Y es que le alegraba tanto que por fin él fuera su amigo, además de ser su guardián... Tan repentinamente como lo había abrazado lo soltó, porque recordó que a Yue no le gustaban nada las demostraciones de afecto. "Lo siento", se disculpó, avergonzada, "te prometo que no volveré a hacerlo. Es que me dio mucho gusto que te preocuparas por mí."
Lo que ella no sabía, es que Yue, el Juez de las cartas mágicas, estaba impactado y aún más confundido de lo que ya estaba. Cuando ella lo abrazó, cuando la cálida piel de su mejilla tocó la suya, sintió en un instante todas las emociones que se encontraban en lo profundo de su ser, como una descarga de adrenalina. Alegría, paz, tranquilidad, júbilo, ternura... No es sorprendente que Yukito tenga una vida tan diferente de la mía, pensó. También pudo aspirar el dulce aroma de cerezas que ella despedía...
Sakura no pudo mirarlo mientras lo abrazaba, pero sus ojos se suavizaron de gran manera y por unos instantes pudieron verse en ellos pequeñas manchas avellana...
Fue así como Yue entendió los sentimientos de su otro yo, los mismos sentimientos que él alejó de sí por tanto tiempo. Al sentirlos en carne propia, comprendió lo poderosos que eran y deseó volver a sentirlos nuevamente.
Odiaba admitirlo, pero por una vez Yukito tenía razón. Pero antes de decirle algo a Sakura tenía que saber quien era, si quería ayudarla.
Volteóse, dándole la espalda y dijo un poco más suavemente "No hay problema. No te sientas mal por eso. Yo debo irme ahora", y se dirigió a la ventana.
Pero al llegar ahí, algo curioso ocurrió. ¡Yue sonrió! Quizá por primera vez en su verdadera forma, sonreía sinceramente. Aún dándole la espalda a su Dueña, se despidió, "Hasta luego, Sakura-chan" y voló.
Sakura se quedó ahí petrificada. °.° "¿Acaso dijo «Sakura-chan»?"
"¡Tadaima!" Touya ya había llegado a casa y entraba a la sala. "¿Dónde esta Yuki?"
"Él me dijo «Hasta luego, Sakura-chan»" solo pudo balbucir Sakura, quien todavía miraba estupefacta a la ventana.
Bien, Touya pensó, puedo decir, sin ninguna duda, ¡que mi plan fue todo un éxito!
* * *
¿Qué les gustó? ¿Qué no les gustó? Me gustaría mucho saber. ¡Este capítulo me quedó muy grande! ¡Gomen!
¡Nos vemos!
