Todos los personajes son propiedad de CLAMP.
Antes que nada quiero agradecer a suki, a Anna Li y a Fuente de Luna Nueva por sus reviews. Es bonito saber que hay alguien que lee mi trabajo, ya no digas que le guste. Me alegra que en este caso así sea. Y más por que ésta no es una historia con parejas normales. No conozco muchos fics de Yukito+Sakura (aunque si hay muchos de Yue+Sakura) en inglés, muchos menos en español. (En parte por eso escribo esta historia '_~) No sé porque, si se ven tan KAWAII juntos...(suspiro) Bueno, los dejo con esta pequeña historia titulada:
La esperanza del corazón
Por Lau
IX
Una mañana de sábado
Otro día comenzaba. Los primeros rayos del sol asomaban en el horizonte, iluminando las gotas de rocío que cubrían las plantas de un jardín que estaba muy bien cuidado.
Un joven salió de la casa a la que pertenecía el jardín. Después de regar unos cuantos arbustos, sacó una bicicleta. Se disponía a montarla cuando escuchó una voz detrás de él.
"Es una hermosa mañana de sábado, ¿no crees?" Yukito dio la media vuelta y sonrió.
"Buenos días To-ya. Sí que es una hermosa mañana", saludó. Touya sonrió, con una de aquellas raras sonrisas que poca gente le había visto en su vida, y que guardaba para sus seres queridos. "Pensé que te ibas a quedar ayer en la noche. ¿Qué pasó?"
Yuki se agachó para recoger la manguera con la que había regado las plantas. De esa manera su amigo no pudo ver el rubor que cubrió su cara. "Me sentí mucho mejor, y no quería causar ninguna molestia. De todas formas quiero agradecerte por la cena de ayer, me la pasé muy bien."
Touya estaba seguro de ello. Sólo había tenido que observar la expresión de la cara de su hermana para saber que Yuki había pasado un buen rato. Al menos, según Touya, la comida había servido para que ella dejará de pensar en «ese mocoso», y eso a él le bastaba. Mientras observaba a su amigo, que estaba terminando de enrollar la manguera, su vista recayó sobre el vendaje que Sakura había puesto en su mano el día anterior. Al ver la herida se acordó del asunto que había ido a tratar.
"Yuki" dijo, mientras su expresión se oscurecía, "he venido a hablar contigo." Su amigo parpadeó al oírlo tan solemne. "Esta vez no esperaré hasta el último momento. Estás muy débil, y es muy peligroso que permanezcas así. No voy a quedarme de brazos cruzados mientras tú desapareces, así que he venido a decirte que tomes mi poder otra vez. Acéptalo por favor."
Yukito escuchó todo lo que le dijo su amigo con serenidad. "Gracias Touya, pero no lo haré."
"¿Porqué no?"
"No puedo tomar tu poder dos veces. Si llegara a hacer eso, tú morirías seguramente."
"¿Qué? Tú lo sabías ¿Por qué no me dijiste nada de eso antes, cuando me los regresaste?" gritó Touya, enfadado. Yukito lo miró con una extraña mirada en sus ojos.
"To-ya, tú y Sakura han hecho mucho por mí, y yo no he sido más que un estorbo. Pero no tienes que preocuparte por mí. Creo que he encontrado la solución para todos nuestros problemas. Ahora, si me lo permites, tengo que ir a buscar esa solución al único lugar donde puedo encontrarla." Sin agregar nada más, Yukito se subió a su bicicleta y pedaleó rápidamente, mientras se despedía con el brazo de Touya, quien solo lo observó mientras se perdía en el horizonte.
Para Touya, eso rebasó el límite. "Ya estuvo. Ya me cansé de hacerme el tonto. Voy a ir a hablar con Sakura."
* * *
En una humilde residencia, a las afueras de Tomoeda, las mariposas volaban de flor en flor bajo el hermoso cielo azul. Aquella casa lucía como cualquier casa normal, y no había nada que hiciera pensar que esa casa en particular fuese diferente. Bueno, nada, hasta que una pequeña explosión se escuchara en una de sus ventanas, y algo que se parecía a un pequeño gato negro alado saliera volando a toda velocidad, gritando.
"¡YAHOOOO! ¡¡¡Esto es tan divertido!!!" pronto aquel extraño animal se perdió de vista. Una chica de largo cabello café salió detrás de él. "¡Suppi! ¡Espérame!" La chica iba a perseguirlo cuando se escuchó una voz proveniente de la casa.
"¡Nakuru! ¿Le diste de comer azúcar a Spinel otra vez?"
^_^u "¿Yo?, No, como crees, yo nunca haría eso." Luego se volteó bastante preocupada. "Si no lo atrapo estaré en serios problemas", o_ou se dijo. Entonces cerró sus ojos. Un remolino de viento apareció repentinamente girando a su alrededor. Unos ojos rosados y elegantes alas de mariposa aparecieron, y Rubi Moon entró en escena. "Espera a que te alcance", murmuró y levantó el vuelo a la caza de su compañero.
Al pasar por la puerta delantera de la casa vio a un muchacho que estaba a punto de tocar el enrejado. Él levantó su vista y la vio. "¡Hola, buenos días!" saludó. Rubi sonrió y bajó a saludar al joven.
"Vaya, por fin te decidiste a venir. ¿Quieres hablar con Eriol?"
"Sí, por favor", Yukito estacionó su bicicleta contra un poste, y esperó pacientemente que Rubi dejara de estudiarlo con la mirada, antes de contestarle:
"Sólo tienes que entrar y caminar todo derecho hasta la casa. Por ahora te dejo; tengo algunos asuntos pendientes que requieren toda mi atención", Rubi Moon partió rápidamente. Yukito entró a la propiedad. Allí, en el umbral de la casa, se encontraba Eriol, esperándolo.
* * *
Tomoyo rió felizmente mientras encendía su cámara y empezaba a filmar a su mejor amiga. Ambas se encontraban en el templo Tsukimine; Sakura suspiró resignadamente, mientras se preguntaba que obsesión tenía su amiga con las cámaras.
"Tomoyo-chan, no tienes que grabarme, de veras."
"Pero claro que tengo que grabarte. No me perdonaría si me perdiera alguno de los mejores momentos de mi amiga." Tomoyo brillaba radiantemente; nadie podía detenerla cuando se proponía obtener una buena toma, ni siquiera Sakura. "Ahora otra vez", prosiguió "¿Qué pasó ayer en tu casa cuando me fui?" Sakura se sonrojó.
"Ya te lo dije. Yukito-san estuvo conmigo. Luego apareció Yue y me entrego la carta de la Esperanza. Me dijo que no me había dado la carta porque creía que yo no estaba bien... Me emocioné tanto que lo abracé sin detenerme a pensar que estaba haciendo. Tú sabes que nunca le han gustado ese tipo de cosas. En fin, esta vez no se molesto para nada. En lugar de eso, me dijo que no me sintiera mal por el abrazo. Y se fue, pero antes de irse me dijo: «Nos vemos, Sakura-chan». Es como si me lo hubiera dicho otra persona; de hecho parecía como si me lo hubiera dicho Yukito-san. Ahora que lo pienso parecía que yo estaba con los dos al mismo tiempo, ¿No es extraño?"
"Muy extraño" comentó Tomoyo.
"Y no es lo único extraño que pasó ayer" prosiguió Sakura. "Cuando Yukito se cortó con los vidrios vi que había sangrado. Se me hizo muy raro –pensaba que no podía sangrar dado que también es Yue-, y le pregunté a Kero el porque. Kero-chan me explicó que, en esa forma, Yukito puede ser herido, incluso puede morir, porque de alguna forma es más humano así que cuando es Yue. Le pregunte si sucedía lo mismo con él, y Kero me contestó que no, que sólo sucedía con Yue. No sabe porqué le ocurre eso, es un misterio.
Pero si puede pasarles algo malo, espero que nunca ocurrirá, no si puedo impedirlo..."
"Yo no me preocupo porque sé que eso no pasará", agregó Tomoyo. "¡Sakura-chan es muy fuerte!" Ambas caminaban hacia el pequeño santuario donde se realizaban los pedidos y las oraciones de los fieles.
Sakura siguió suspirando. "Yo espero que no, aunque siento que mi poder ha disminuido un poco últimamente. No sé porque esta disminuyendo, y me preocupaba que esto pudiera estar afectando a Kero y a Yue, pero ninguno de los dos me ha comentado nada al respecto" señaló.
Las dos jóvenes caminaron hacia el pequeño puesto donde se vendían amuletos para la buena suerte y el amor. Tomoyo compró uno; Sakura no. Recordó cuando la profesora Mizuki les había dado a ella y a Meiling un amuleto para conseguir el amor, hacía tantos años. Que chistoso, pensó, todavía tengo ese amuleto guardado en algún lado. Aunque creo que no sirvió de mucho después de todo...
Recordó aquellos lejanos tiempos infantiles. Por un momento sintió nostalgia de aquel cariño tan puro que sintió en ese entonces. Aquel sentimiento que la había inspirado a hacer tantas cosas, incluso a pasar el Juicio Final. Lástima que las cosas no siempre resultan como deseamos, concluyó.
"Señorita, ¿no desea un amuleto también?" la voz de la dependienta, una mujer cubierta por un velo, la sacó de sus recuerdos. "No, muchas gracias. Ya tengo uno", contestó amablemente Sakura, solo que no funcionó para mí, pensó para sí.
"No es que no funcionen. En algunos casos es cuestión de tiempo y de pasar muchas pruebas antes de obtener lo que deseamos" contestó la dependienta, con una sonrisa. Ante la sorpresa de Sakura, se quitó el velo, descubriendo una cara familiar.
"¡Mizuki-sensei!"
"Buenas tardes, señorita Kinomoto, señorita Daidouji."
"¿Vino de visita? ¡Me da tanto gusto verla!" Sakura se encontraba feliz de ver a la que había sido su guía en el aprendizaje de la magia; algo natural, pues Sakura siempre se sentía feliz ante la cercanía de algunas personas como ella.
"De hecho vine porque parece que hay pequeñas dificultades. Eriol me pidió que viera si todo estaba bien. Parece que tu magia no anda muy bien últimamente" dijo la profesora Mizuki.
"¿Eriol? ¿Porqué no vino? ¿Se quedó en Inglaterra?"
"No. Está aquí también; pero no pudo venir porque tenía unos pendientes que arreglar. ¿Qué les parece si caminamos a algún lugar donde podamos hablar libremente?" ofreció amablemente la profesora.
"Sí." Una vez que caminaron hacia el viejo árbol de cerezo que se encontraba en la parte posterior del templo se detuvieron. Ahí, la señorita Mizuki tomo en su mano una hoja que cayó suavemente del árbol. "Dime, ¿no te has sentido débil últimamente?"
Sakura pensó cuidadosamente la pregunta. "Sí, un poco", admitió.
"¿A que crees que se deba? ¿Te ha pasado algo recientemente?" interrogó su antigua profesora.
"No, nada ha pasado. Ningún enemigo nos ha atacado. Todo ha seguido en orden" respondió Sakura. La profesora se acercó a ella. "No. No me refiero a ese tipo de cosas", dijo en voz baja.
No se estará refiriendo a... La profesora asintió lentamente. ¿Será posible qué...
"Sakura", dijo la señorita Mizuki, "veo que intentas descubrir porque ha disminuido tu magia. Creo que deberías hablar con la única persona que puede aclararte tus dudas. Así recordarás lo que ya has olvidado" finalizó enigmáticamente.
"¿Quién es esa persona?" preguntó Tomoyo.
"El mago Clow", contestó Mizuki-sensei.
* * *
Como siempre, cualquier comentario que quieran dejar será muy bien recibido.
¡Nos vemos!
