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Holilla! ¡Qué deprimente y triste capítulo el último! (por el que recibí un par de cuentas del siquiatra, de medicamentos anti-depresivos, de grandes cantidades de helado ·_~ y un par de amenazas de bomba) Hey, no se preocupen que no se ha acabado el fic...

¡Ah, muchas gracias a Kathy Kanzaki, Julieta F., Sailor60 por sus comentarios y palabras de aliento! Y especialmente quiero agradecer a Renailt de quien sin su apoyo (y presión ^_^u je, je) no me hubiera obligado a mover mi flojo trasero para acabar esta historia. ¡Muchas gracias! ;P

Ésta vez he decidido publicar los últimos dos capítulos juntos. Creo que quedó mejor así porque tienen más sentido si se leen juntos (bueno, eso digo yo).

En fin, continuemos con esta historia llamada:

La esperanza del corazón

Por Lau

XV

La Esperanza logra un milagro

Transforma en sol la luna

de tus noches eternas y sombrías;

renueva las sonrisas que en la cuna

para hablar con los ángeles tenías

y abrigando otra vez bajo tu cielo,

de tus horas de niña la confianza,

diles tu último adiós a los dolores,

y engalana de nuevo con tus flores

las ruinas del altar de tu esperanza.

                    Esperanza, de Manuel Acuña.

¿Había sido el fin?

¿Se había...ido?

La lluvia, empujada por el viento, caía fría e inclementemente sobre el rostro de Sakura, quien no podía hacer otra cosa que abrazar el cuerpo exánime de Yukito, repitiendo en voz baja "no puede ser, no puede ser...", hasta que las palabras perdieron todo sentido.

Para Tomoyo, la escena que estaba presenciando se le antojaba horrible y sumamente cruel. Sufría intensamente, porque sufría Sakura, sufría Kero y seguramente sufriría Touya. En busca de apoyo volteó hacia Kero, pero este se sentía tan desolado como su ama parecía estarlo. ¿Era de sorprenderse su desesperación? Después de todo, Yue había sido su única compañía durante todos los años que vivieron con Clow.

"¿Por qué tenía que pasar esto?", preguntó Kero en voz alta, a nadie en particular; y sin esperar respuesta alguna voló hacia Sakura y su compañero. No pudo evitar que una lágrima se le escapara, que cayó sobre el rostro pálido e inanimado del joven. Kero rápidamente se apresuró a secarla. Cuando el pequeño guardián del sol tocó la piel sintió una ligera sensación. Algo tibio, como de aire caliente... algo totalmente inusual con el viento helado que estaba soplando. A menos que... ¡sí, eso era!

"¡¡Sakura!! ¡Está respirando!"

La joven despertó de su letargo y colocó su mano donde le indicó Kero. "¡Es verdad!", dijo, entusiasmada. Concentró su energía en el herido. Sí, todavía se sentía aquella gentil presencia, si bien muy débil, y disminuyendo poco a poco. ¿Y ahora qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudar?, se dijo. Trató de pensar rápidamente en todas las opciones; ahora más que  nunca el tiempo valía oro.

Y justo ahora que más necesitaba tener la mente ágil y despierta todos los pensamientos le venían atropellada y desorganizadamente, sin que fuera capaz de escoger uno solo para actuar.

Sakura. Una voz –o mejor dicho, mezcla de voces: una grave y solemne, otra joven pero sabia- resonaron súbitamente en el interior de su mente. No pienses. Siente.

Ella asintió y obedeció. Sabía que su predecesor tenía razón. Buscó en las profundidades de su alma, y analizó sus propios sentimientos.

Ahí estaba la clave. La había encontrado y, no sabía porque, pero ella estaba segura de que era la correcta. Colocando suavemente a Yukito en el suelo se levantó con una mirada de decisión en los ojos. Curiosamente el clima pareció reaccionar a la nueva determinación de Sakura y la lluvia se detuvo. Las nubes comenzaron a moverse, mostrando un pequeño pedazo de la Luna llena.

"¿Qué vas a hacer?" le preguntó Kero, desconcertado con la nueva determinación que notaba en su ama.

"Lo que nunca debí haber dejado de hacer. Seguir luchando." La joven hechicera miró a Tomoyo, y ésta comprendió. Mientras Sakura se había sentido deprimida no había considerado apropiado grabarla, pero ahora era diferente. Tú puedes, amiga, pensó. Al momento sacó su cámara y una sonrisa apareció en los labios de la hermosa joven de cabello azabache. Otra aventura de  la defensora de la justicia iba a suceder, y ella no iba a permitir que el mundo se la perdiera. Así que prendió la cámara y empezó a grabar; ella tenía la seguridad de que todo iba a salir bien.

Sakura corrió hacia donde había caído su llave mágica. Ésta vez haría el encantamiento con todas sus fuerzas. No permitiría que esas vidas se perdieran.

"Llave que guardas el poder de mi estrella..."

Porque ahora no dejaré

"...muestra tu verdadera forma ante Sakura..."

que te vayas sin saber

"...quién aceptó ésta misión contigo..."

la respuesta a tu hermosa confesión.

"¡LIBÉRATE!"

"¿Qué es esto?", gritó Kero, sorprendido. El báculo de Sakura, en lugar de mostrar su forma acostumbrada, había aparecido con todo el esplendor del poder de su ama, en la misma forma en que había cambiado las últimas cartas, justo el día que derrotaron a Eriol. Impresionante, pensó Kero, no necesitó de nadie esta vez para manifestar tal cantidad de magia.

Sakura sacó del bolsillo su mazo de cartas. Usaría una de ellas, pero ¿cuál? Eso no le importó mucho a la joven, que sacó de entre las cartas, sin ver, la única que quizá podría ayudarle...

La carta de la Esperanza.

"Carta, por favor ayúdame a hacer realidad mi esperanza, con ayuda de este sentimiento que se encuentra dentro de mí corazón."

Sorpresivamente, la carta le respondió, casi inmediatamente. "Y ¿qué es lo que esperas en realidad?" ¿Por qué se lo preguntaba? De alguna manera le dio la impresión a Sakura de que ésta carta se estaba negando a cumplir sus órdenes. ¿Por qué?

La carta se dio cuenta de los que pensaba la joven y replicó, "No, no me estoy negando. Es sólo que necesito una buena razón para ayudarte."

"Por favor ayúdame. Él es mi amigo."

"No me basta"

"¡Puede morir!"

"No me importa", la Esperanza se encogió de hombros.

"¿No lo entiendes? No puedo dejar que eso pase..."

"¿Por qué no?" ¿Acaso esta carta la estaba probando?

"¡Por que lo amo!", gritó Sakura en el borde de la desesperación. Entonces la Esperanza sonrió. Acto seguido se dirigió hacia el joven; tomó una de sus manos y la besó gentilmente. "Gracias", musitó. "Has logrado que la esperanza de nuestra ama renaciera una vez más...y nos has salvado a todos de la catástrofe. Por ello, ahora es mi turno de crear esa realidad que es inspirada por la esperanza de su corazón."

Se inclinó ante su ama obedientemente. "Haré lo que ordene", dijo sencillamente. Sakura sonrió a su vez y alzó su báculo. "¡Esperanza!", llamó.

La graciosa figura de la carta se disipó en una hermosa y pequeña lluvia de brillantes lucecitas, que lentamente cubrieron a Yukito. Poco a poco comenzó a brillar, al principio con una luz suave y azulada como la luz de la luna llena que luego fue aumentando en intensidad. Aquel conjuro estaba requiriendo de mucha magia y aunque Sakura se estaba sintiendo un poco cansada, levantó con mayor decisión el báculo mágico. Se obligó a realizarlo con todas sus fuerzas, hasta estar segura que la magia estaba funcionando correctamente. Entonces bajó su báculo y se apoyó en el, agotada, mientras la carta terminaba de realizar el conjuro. Miró ansiosamente el resplandor, que comenzó a elevarse sobre ellos, al tiempo que deseaba con todas sus fuerzas que resultara. De repente no pudo resistirlo más y cerró los ojos Las lágrimas comenzaron a formarse en ellos sin que pudiera evitarlo. ¿Funcionaría? Por favor...sálvalos.

"¿Por qué lloras?"

La desesperación y el desconsuelo de la joven hechicera cedieron el lugar a la sorpresa y a la más hermosa alegría cuando aquella voz cálida y vibrante de preocupación y cariño le habló desde arriba.

Ella abrió los ojos e inmediatamente sonrió, dichosa. Sobre ella, volando con sus hermosas alas más blancas que nunca, tras una esplendorosa Luna llena, se encontraba Yue. Tenía el aspecto más magnífico que jamás haya tenido. Ya no tenía ni una herida, ni sangre en su cuerpo; el dolor que sintiera todo ese tiempo había desaparecido completamente. ¡La magia había logrado lo que parecía imposible!

Majestuosamente, descendió sobre la joven y delicadamente tomó su cara con sus blancas manos.

"No llores, por favor. Si tú estás triste, yo..." "...estás triste., lo sé. No te preocupes", le dijo Sakura, mientras se secaba los ojos, "Estás lágrimas son lágrimas de felicidad." Se levantó, y entonces él la abrazó tiernamente.

"Sakura, lo que dije hace rato es cierto." Ella no podía creer lo que escuchaban sus oídos. "No sé cuando fue; pero un día además de ser Dueña de mi vida te convertiste en la Dueña de mi corazón." Sin agregar nada más Yue unió sus labios a los de Sakura en un beso cálido, enmarcado por la suave caída de níveas plumas blancas.

Para Tomoyo y Kero, que observaban aquella escena, no podían sentirse más contentos con aquel desenlace. "Creo que me ha entrado una basura en el ojo", dijo Kero, tallándose un ojillo. "Toma" le dijo Tomoyo, conmovida, mientras le alcanzaba un pañuelo –sin dejar de grabar, claro está-. Detrás de ellos, escondidos entre los árboles se encontraban Eriol, la profesora Mizuki, Supi y Nakuru. "Bien hecho, Sakura", dijo simplemente Eriol, "y gracias por hacerlo feliz. Cuida bien de ellos, por favor." Mirando a Yue agregó "Clow estaría feliz de verte ahora...me alegra que hayas sabido aprovechar tu segunda oportunidad. Se feliz, Yue." 

Cuando ambos rompieron el beso Sakura lo observó, extrañada. "¿Yue?"

"¿Sí?"

"¿Pero y...Yukito-san...? Él..."

Yue sonrió discretamente ante una Sakura ruborizada. "¿Te preocupa si tienes que escoger a uno de los dos? No tienes por que. Él está parado frente a ti en este mismo momento. Nosotros somos una sola persona ahora..." La joven, parpadeó, sorprendida. "Es una larga historia que luego te contaré, Sakura-chan." Al oírlo llamarla así ella vio que lo que él decía era verdad, y lo abrazó, emocionada. "¡Es verdad, es verdad!, ¡estoy tan contenta por ti!" Después de ésta exclamación de júbilo Sakura volvió a ser una muchachita tímida y frágil. No era para menos, pues había llegado la hora de contestar la confesión de su guardián. Reuniendo todo su coraje, de alguna manera manejó para poder hablar:

"Yue...yo...Aishiteru, Yue-san."

"Lo sé."

"¿¿Cómo??"

"Lo escuché cuando se lo dijiste hace rato a la carta" Sakura rió. "Que malo, pero me alegro que me hayas oído." Entonces recordó algo de lo que quería hablar desde la plática en el aeropuerto con su hermano. "Oye...sobre esa beca en el extranjero", Yue se sorprendió a su vez, "me gustaría que la aprovecharas."

"¿Y tú como sabes de la beca...? Bueno, eso no importa ahora. Lo único que me importa ahora es esto", terminó Yue, besándola de nuevo,  añadiendo una bella escena de amor a aquella noche de primavera.

                                                       *                 *                 *

Aishiteru= Te amo (wahhh!!)