EL UMBRAL DE LA VIDA
Capítulo 5: Vive y deja morir
Aquel túnel hediondo y tenebroso daba miedo, sin duda alguna, Youhei ya había estado allí. Se encontraba desnudo en aquel lugar oscuro. No sabía bien que era lo que había ocurrido, sólo recordó aquel dulce momento en que estaba con Hanamichi antes de perder el conocimiento. Observó sus manos, aún conservaban ese color natural, pero poco a poco empalidecían. Aun podía sentir el frio cuerpo de su amigo sobre el suyo. Comenzó a caminar lentamente. No sentía nada, no sentía frio, no sentía odio, no sentía nada. Estaba muy tranquilo. A medida que avanzaba, se escuchaban risas a su alrededor, murmullos. Youhei caminaba. Solo caminaba. Al horizonte logró divisar una esbelta silueta. Youhei rió y corrió hacia él. Hanamichi lo esperaba. Youhei sólo corría ahora, sin importar su estado, reía jadeante, se sentía feliz de encontrarse con su amado. Llegó a destino. Allí lo vio. Con una mirada triste, los cabellos colorados revueltos y lágrimas en sus mejillas. Youhei entristeció. Intentó abrazarlo, pero no pudo.
-Youhei, no te ilusiones, no estás muerto y no quiero que lo estés- Hanamichi se alejó de su amigo.Youhei vio aquella luz deslumbrante detrás del pelirrojo
-Entra en el umbral, si tu mueres, nunca podré descansar en paz, eres mi mejor amigo y te quiero vivo, Youhei - . Youhei asintió.
Han pasado dos horas, Youhei se encontraba sólo en una habitación extraña y lleno de "cables" por todos lados. Comenzó a sentir olor a putrefacción. Un fuerte y horrible olor que lo obligó a reincorporase en la camilla. Empezó a mirar para todos lados, pero nada lograba ver. Al cabo de unos pocos minutos, un médico entró y detrás de él, una muchacha. Youhei comenzó a temblar y a sollozar, la muchacha, no era otra que la extraña mochilera que se les apareció en la ruta. Esa muchacha llevaba una notable cicatriz en su cuello, que lo asustaba mucho.
El médico, por su parte, comenzó a revisar a Youhei, pero éste no se dejaba, pegando gritos, se deshizo de los "cables" que lo atrapaban, se quitó el oxigenador de encima y salió corriendo de la habitación, sin hacer caso a los llamados del médico... y la muchacha.
Siguió corriendo, salió del hospital y comenzó a correr sin rumbo alguno, no podía dejar de pensar en la cicatriz en el cuello de la chica y en ese mal olor. Prefería seguir sintiendo ese frío cálido de Hanamichi, deseaba estar del otro lado del umbral, junto a su amado pelirrojo. Pero pensó en las palabras de su amigo, todo lo que Hanamichi deseaba para Youhei era la vida, y todo lo que Youhei deseaba para Hanamichi era que él se sintiese feliz.
Dejó de correr, Youhei se sintió perdido, se encontraba en un callejón sin salida. Sintió mareos y ganas de no haber nacido. cayó jadeante en el suelo, necesitaba un abrazo, el abrazo de Hanamichi. Recordó aquellos tiempos en que festejaban los rechazos del pelirrojo, recordó las lágrimas del pelirrojo sobre su hombro al morir su padre, recordó los abrazos que se dieron en diversas ocasiones, recordó .... Recordó, simplemente recordó muchas cosas lindas, que parecían haberse borrado con la muerte de Hanamichi.... Youhei gritó, descargó sus tensiones, gritando y llorando. Estaba desesperado, aun no podía creer que su mejor amigo, no esté allí.
-Youhei - La voz de una muchacha mencionó su nombre. El olor a putrefacción había regresado. El chico volteó su cabeza y la vio. Aquella chica hippie estaba con él. Lo atrapaba. La joven caminó unos pasos hacia el muchacho, quien no dijo una palabra. Sólo observaba la horrible cicatriz en el cuello de la chica. Sintió mucho miedo. Cuando la hippie estuvo a pocos centímetros de él, dijo:
-Necesito tu ayuda, si me ayudas, juro que no me volverás a ver. - Youhei se sorprendió, el rostro de la muchacha mostraba una expresión indiferente.
-¿Me ayudarás, Youhei?-
-Si.- Respondió el muchacho decidido. La mujer sonrió....
Continuará...
