CAPÍTULO 15: JUNTO A UN AMIGO

-¿Eres feliz aquí?-me preguntó, una vez en mi terraza.

-Cuando está Draco-le dije.-El resto del tiempo se me hace muy largo y tedioso. ¿Y tú en Hogwarts? ¿Te haces respetar? Mi hijo me ha contado que mantienes a raya a los Gryffindor.

-No es un mal sitio, aunque me sobran ciertos alumnos-dijo mirando al cielo estrellado.

-Después de lo que ha pasado con el asunto de la Cámara Secreta-le dije-da la impresión de que el Señor Tenebroso pueda volver algún día.

-¿Tú crees?-me miró sorprendido.

-No lo sé. Aunque en ese caso nosotros no correríamos peligro.

      Por la expresión de Snape entendí que prefería no darle vueltas a la idea, y cambié de tema.

-Pareces triste. ¿No pasas demasiado tiempo en las mazmorras?

-Estoy acostumbrado. Son un buen refugio. Tú también pareces triste…casi tanto como en Hogwarts.

-¿Nunca te has parado a pensar en lo diferentes que serían ahora las cosas si tus planes y los míos hubieran salido bien?-le pregunté, mirándolo a los ojos.

-Lo hago constantemente, pero ¿de qué sirve? Sólo me quedan los recuerdos.

-Te comprendo.

      En aquel determinado momento, hice caso a la vocecita que pedía consuelo dentro de mi corazón, me incliné hacia él y lo besé. Me respondió, algo aturdido, y sentí como sus labios ardían en contacto con los míos. Parecimos recordar al mismo tiempo que aquello era un error, porque nos separamos rápidamente. Me sentí avergonzada y me senté de nuevo, con las mejillas convertidas en un infierno. Él me miró gravemente.

-Lo…lo siento-murmuré.-No he podido evitarlo, supongo que…Nos parecemos mucho tú y yo. Necesitaba besar a alguien que me gustara de verdad. 

      Snape siguió mirándome con expresión serena, como si hubiera perdido las palabras que quería decir.

-No debo entender eso como que te gusto, en ningún caso-dijo finalmente.

      De pie enfrente mía, vestido de negro y a la luz de las antorchas, me pareció atractivo. Atractivo, solitario y falto de cariño…como yo. Le sonreí abiertamente.

-Deberías entenderlo así-dije, levantándome.-¿Ibas a algún sitio en especial esta noche?

-No…

-Quédate conmigo entonces. Si quieres.

      Me acerqué de nuevo a él y acaricié su mejilla, sin dejar de mirarlo a los ojos. Él pasó una mano por mi pelo largo y rubio, como si quisiera cerciorarse de mi existencia, o de sus emociones con respecto a mí.

-Tu marido…-empezó a decir.

-No vendrá, estoy segura.

      Por si acaso me dirigí a la puerta y murmuré un hechizo bloqueador. Al poco rato, estábamos sobre la colcha, mirándonos el uno al otro en la penumbra. Él parecía no saber muy bien qué hacer, aunque sus ojos me decían que yo le gustaba y quería intentarlo. ¿Cuándo fue la última vez que estuvo así con alguien?. me pregunté, pero ya sabía la respuesta, así que no dije nada. Por una vez en la vida, decidí llevar la iniciativa.

      Incluso cuando pareció coger confianza, noté cuán diferente era aquel hombre de Lucius. Su piel era cálida, me trataba bien e hizo que una sensación de ternura naciera en mi corazón. No podía ser un mortífago. Mi intuición me dijo que no lo era. Intenté hablar, pero decir algo en ese momento carecía de sentido. Aquello era una ilusión, algo que desaparecería más tarde como todas las cosas buenas de mi vida. Hacía años una situación así con Snape me habría parecido imposible, pero ahora había olvidado a Lucius y sus maldades por un momento, y me sentí tranquila en los brazos de mi gran amigo, que ya era mucho más.

* * *

      El amanecer me despertó. Me sorprendí al sentir un cuerpo cálido junto al mío, acostumbrada como estaba a las huidas de mi marido. Snape me miraba con los ojos muy abiertos. Tomé una de sus manos entre las mías, porque era consciente de lo que vendría luego.

-Narcissa, yo…

-Sssh, no digas nada. Ya lo sé.

      Se incorporó pesadamente.

-Tengo que marcharme. Si no, tendrás problemas.

-Severus…Me gustaría volver a verte.

      Me miró con cierta tristeza, y supe que no podíamos decir nada, ni concretar otro encuentro. Yo seguiría estando con Lucius, como siempre, y él volvería a su soledad en Hogwarts. Lo vi marchar.