V
Etili estaba ensimismada en un libro de cuentos fantásticos, acostada en la hierva ya casi seca por la presencia del otoño, cercana a un árbol, frente al lago.
Draco se le acercó silenciosamente, llevaba horas observándola y había decidido ir hasta donde se encontraba. Se sentó a su lado sin decir nada, ella pasó su vista desde el libro a su acompañante:
- ¿Te ayudo en algo? -
- No te desprenderás de mi tan fácil - dijo fríamente.
- No pensaba hacerlo - dijo volviendo a su lectura.
-¿Puedo quedarme? -
- Claro - Draco se levantó y se sentó apoyando su espalda del árbol. Etili se volteó y lo miró, con un leve suspiro también se levantó y se sentó muy cerca de Draco - ¿puedo recostarme de ti? - Draco le sonrió y acomodó sus piernas para que ella pudiese estar cómoda.
Acarició sus cabellos mientras ella terminaba su libro en silencio. Al llegar la noche entraron juntos, tomados de la mano, causando un gran alboroto, solo cortado por la voz de Severus:
- No hay nada que ver, vayan a comer - Etili le sonrió y él se les acercó. Miró fijamente a Draco - Cuidado con lo que hagas Malfoy, porque olvidaré a que casa perteneces si me das un solo motivo - Draco asintió y entró tomado de la mano con Etili al comedor.
Draco no soportaba mas la situación, a cada momento extrañaba a Etili, extrañaba sus besos, sus caricias, sus palabras, sus bromas, su presencia en si. Las noches eran interminables, como extrañaba esas noches de trabajo juntos.
Etili se le acercó cuando salía de la biblioteca:
- Malfoy - llamó su atención y este volteó un tanto mal humorado - tengo un trabajo de pociones, ¿Me ayudas? - Draco sonrió solo con la mirada.
Ella también le extrañaba, le había pedido ayuda en pociones, una materia que ha ambos se le daba muy bien. Se volvió y se sentaron juntos, un tanto apartados del bullicio de los demás estudiantes. Terminaron sus deberes, deseaban tanto la privacidad que tenían en la noche, deseaban besarse, abrazarse, acariciarse, pero con tantas miradas se le hacia sumamente difícil. Severus se les acercó y entregándole una llave les mostró una sala de estudio apartada de las mesas normales.
A partir de ese momento, ese era el lugar favorito de ambos. No era un lugar muy grande, solo tenia una pequeña chimenea, un par de ventanales, una pequeña biblioteca, la mesa de estudio de roble con sus sillas, un espacio libre mas o menos grande (lo suficiente para practicar con las espadas) con un tapiz verde, la puerta de ingreso y un paisaje en un cuadro.
Etili había adornado aquel lugar con un pequeño pino y una pequeña mata de Tiare que Draco había sacado de Dios sabe donde. La habitación siempre se mantenía fresca, silenciosa, solo roto por sus risas, sus palabras, sus caricias...
Sus deberes lo hacían juntos en aquella pequeña sala, hasta que la señora Pince los sacaba muy entrada la noche y caminaban libremente por los pasillos sin temor a que Filch los cachara (todo por obra de Severus), a veces se iban a las salas comunes, cuando ya todos dormían para estar mas tiempo juntos.
Aquélla noche estaban en la sala común de Slytherin, Etili sentada en uno de los sofás y Draco recostado de sus piernas acariciando sus brazos.
- Este fin de semana será el juego - comentó Draco.
- Y tu sigues de iluso creyendo que podrás derrotarnos ¿no? - dijo Etili en tono burlón. Draco se paró de su regazo de un salto.
- Mira niña, los haremos polvo - dijo molesto.
- Como tu digas, igual ganaremos - dijo muy divertida por la reacción de Draco.
- Te agrada hacerme enfadar ¿cierto? -
- No, ¿Me das helado? - dijo con una gran sonrisa.
-¿Para que me tortures? No te daré - dijo molesto y un tanto sonrojado.
- Bueno no me des - dijo cruzándose de brazos y fijando su vista en el fuego. Volteó a ver a Draco y sin poder resistirlo lo rodeó con sus brazos y besó su cuello, su cabeza, sus labios. Se unieron en un beso largo y profundo, les agradaba tanto sentirse tan juntos...
- Aun no te daré el helado - dijo Draco aun abrazado a Etili.
- Ya no lo quiero, me has dado algo aun mas delicioso - volvió a besar sus labios y le sonrió.
- No te vayas, aun no -
- Sabes que por mi me quedaría - le volvió a besar, sentía que el mundo se hacia mil pedazos cada vez que Draco le pedía que se quedase de aquella manera, tan dulce, tan inocente.
El juego fue impresionante. Los equipos se batieron a muerte (y casi se matan), la ética no les importaba mucho mientras encontraran la forma de anotar tantos antes que la deseada Snitch pareciera.
Los cazadores hacían cualquier cosa para tener la pelota roja en las manos el tiempo suficiente para hacerla pasar por alguno de los aros. Los golpeadores no se molestaban en asegurarse de lo que golpeaban o desviaban de ruta eran precisamente las blugers.
Los abucheos y aclamaciones hacían retumbar las tribunas a cada movimiento de los jugadores.
El juego se extendió por mas de tres horas, los jugadores ya no aguantaban mas, los innumerables golpes que habían llevado, las caídas casi mortales y el cansancio de montar la escoba por tanto tiempo.
Gryffindor ganaba con una puntuación de 300 puntos contra 150.
La tribuna ahogó un grito, ambos buscadores bajaban en forma de picada en busca, sin duda alguna, de la preciada pelota dorada. Ante el momento de sorpresa uno de los cazadores de la casa de Slytherin intento a toda costa de marcar un tanto mas.
Draco bajaba rápidamente, seguido de cerca de Harry. Se acostó en la escoba para agarrar mas velocidad...
El cazador se dirigía a toda velocidad hacia los aros, Draco buscaba la forma de esquivar a Harry sin perder de vista la Snitch.
El cazador esquivo a una de las cazadoras, Draco giró rápidamente.
Como una flecha logró marcar un tanto mas para su equipo, Harry había tocado en un mal ángulo la escoba de Draco quien ahora caía a toda velocidad hacia el campo de juego.
De la tribuna no se escuchaba ni el mas leve sonidos, todos impresionados por aquella hazaña de los equipos. Otro cazador de Slytherin consiguió marcar otro tanto junto antes que Draco cayera de lleno en el campo con una mano extendida y una mirada de triunfo.
- Malfoy ha atrapado la Snitch... 300 puntos contra 320 Slytherin ha ganado señores -
La tribuna verde rompió en aplausos, gritos y alegría. Todos los jugadores, sin elección pasaron por manos de la enfermera, quien tenia una cara de preocupación increíble.
Etili había observado el juego completo y con una leve sonrisa celebró la victoria de Slytherin.
Draco tuvo que quedarse esa noche en la enfermería, estaba realmente molesto por ello, pasaría la noche solo en ese lugar, sin poder ir a celebrar con los de su casa, sin poder burlarse de la cara de los Gryffindor.
La puerta se abrió, no pudo ver mas que la sombra de la enfermera y la de otra persona que se dirigían hacia donde el estaba, como no quería otro remedio asqueroso cerró los ojos y procuró parecer que dormía profundamente. Pero su nariz percibió aquel aroma tan anhelado por él, el aroma a Tiare fresco, pero aun así no abrió los ojos.
Etili se acercó con cuidado a la camilla, no quería despertarle, besó su frente y luego sus labios, cuando se disponía a partir, Draco la sujetó y besó su mano.
-¿Cómo has sabido que soy yo? -
- Nadie mas huele tan delicioso, ni besa de esa manera -
-¿De esta manera? - Etili volvió a besar sus labios, pero esta vez el beso fue profundo y correspondido.
- Si, de esa misma - dijo Draco un poco mareado por el beso. Lo cual hizo que Etili sonriera - ¿vienes a felicitarme por mi victoria? - dijo muy divertido viendo a la chica.
- Dieron un excelente partido los dos equipos, cualquiera merecía ganar -
- Pero fuimos nosotros quienes ganamos -
- Si sigues dormirás solo esta noche - dijo algo molesta Etili.
- Te duele que perdieras cierto -
- Te lo estoy advirtiendo por las buenas -
- No me quitaras mi diversión con esas amenazas - rió abiertamente.
- Felicitaciones por tu victoria - dijo muy bajo - aunque fue solo por 20 puntos - dijo un poco mas contenta.
- Pero igual les ganamos -
Etili se sentó a su lado y vio que Draco había quedado bastante mal después del juego.
- Mira como has quedado -
- Claro con el salvaje de Potter -
- Eso es para que aprendas a no interponerte en su camino -
-¿Y lo vas a defender a él? - dijo molesto.
- Lo puedo defender, pero es a ti a quien pienso cuidar -
Tomó la pomada que estaba en la mesa de noche y comenzó a frotarla en los golpes que tenia Draco en los brazos. Suavemente fue aliviando el dolor de su cuerpo mas con sus caricias que con la pomada. Le quitó tímidamente la camisa de la dormilona y curó su espada desnuda. La acarició y la besó, produciendo que Draco comenzase a excitarse. Este se volteó y buscó los labios de quien lo hacia sentirse tan bien, tan amado, tan cuidado. Se besaron largamente. Etili ruborizada comenzó a curar el pecho de Draco, palpando cada centímetro con sus dedos, quitando el dolor que tenia, convirtiendo todo aquello en una caricia suave. Draco poco a poco fue cediendo y durmió con una gran sonrisa en el rostro.
Al despertar descubrió que ya su cuerpo no le dolía y vio tiernamente a Etili que dormía en el sofá muy cerca de él. No había pasado la noche solo, ella lo había cuidado, lo había vigilado hasta que el sueño se apoderó de ambos. Deseó con toda su alma tenerla cerca de él y vio que despertaba tiernamente. Le dirigió una sonrisa, antes de recoger sus rizos en una cola alta e ir a darle su beso de buenos días.
Las semanas pasaron y las estaciones también, bueno al menos la de otoño. En una semana mas los alumnos se irían a casa de su familia a pasar las festividades.
Draco y Etili se encontraban muy a gusto en el pequeño estudio que tenían solo para ellos enfrente de la chimenea.
- ¿Qué harás en Navidad? - quiso saber Draco, Etili percibió una nota de miedo en sus palabras.
- Me quedare acá con mis tíos - respondió tristemente.
- Pensé que te irías con tus padres -
- Draco son solo dos semanas de vacaciones, no pretenderás que en ese tiempo viaje a América - besó su cuello - ¿tu que harás? -
- Me quedare también - acarició los brazos de la chica y comenzó a besar su brazos descubiertos - ¿no tienes frió? - continuó besándola.
- Cuando estoy contigo nunca lo siento -
Ante esta respuesta Draco buscó los labios de Etili, pero esta se soltó de sus brazos y salió corriendo por los pasillos hasta el patio, cuando Draco salió lo atacó no con menos de veinte bolas de nieve haciendo que se enfureciese.
Draco hubiese respondido al ataque de no estar consciente que su novia solo tenia unos pantalones que le quedaban muy bien, una camisa sin manga y que empezaba a congelarse. Se le acercó a todo rabiar y le colocó la capa sobre los hombros y la volvió a llevar al estudio.
- Estas loca - dijo mientras calentaba un poco de chocolate.
- Si, por ti - Etili se había colocado a su espalada y le besaba el cuello muy dulcemente - no necesito el chocolate - dijo firmemente volteando a Draco, quien la abrazó fuertemente mientras la besaba.
La noche de Navidad fue muy especial e intima, no habían muchos alumnos (un par de Ravenclaw, tres de Gryffindor [Etili y un par de chiquillos de primero] y Draco de Slytherin), todos los demás se habían ido a casa por el temor al brujo tenebroso: Voldemort.
Al acabar la cena Draco acompaño a Etili a su sala común e insistió tanto que no tuvo mas remedio que entrar (los de primero muy cansados por la comilona ya dormían profundamente), observaron largamente las llamas de la chimenea abrazados. Etili besaba cariñosamente el cuello de Draco y este lo disfrutaba enormemente.
Draco ya había decidido que era hora de regresar a su habitación.
Se abrazaron largamente y se besaron. Los labios de Draco recorrieron la base del cuello de Etili y ella se entregó a sus caricias.
Entraron juntos a la habitación...
El pasado y el futuro se desvanecieron, solo existía el aquí y el ahora. Suspiros... caricias... Etili fue arcilla que sus manos modelaron, fue campo labrado con su cuerpo. Él fue volcán, ella fue tierra, él fuego, ella madera. Él fue poeta y su piel sus versos, fue mariposa surgida del capullo de sus manos. Una ola incontenible la cubrió y la arrastró. Hubo una explosión, la explosión primigenia del universo que les hizo parte suya, ellos dos fueron el universo mismo, sin principio, ni final, sin ayer, ni mañana, sin limites, sin tiempo, sin fronteras... Sus manos le enseñaron el cielo, le mostró las selvas vírgenes, montañas escarpadas, ríos caudalosos y playas tranquilas. Su boca le mostró el sabor de las estrellas; su piel, el aroma del bosque, de las nubes. Su cuerpo fue su roca y su guardia, el de ella fue su templo. Sus ojos fueron su refugio, los de ella su pecado.
Se perdieron juntos y juntos encontraron el camino de regreso.
Etili cerró los ojos y se abandonó en la experiencia exquisita e intercambiable de su cuerpo, de su olor. Él mantuvo los suyos abiertos aprendiendo de su entrega, sus rubores, sus sonrisas.
Ahora él duerme y ella le observa. La luz de la aurora amenaza separarlos y ella llena sus ojos con su imagen apacible, que conserva una leve sonrisa en los labios usualmente recios.
- Draco Malfoy, aun me estremezco al adivinar tu desnudez bajo mis sabanas, al recordar tu cuerpo fuerte, tus suspiros, tu aliento en mi oído y tus manos y tu boca marcando mi piel como fuego. Te miro dormir y recuerdo que apenas hace poco, tus dedos dibujaron en mi cuerpo y tu voz me enseño un canto salvaje, primitivo, que yo no conocía - besó su pecho y se entregó al sueño.
Draco despertó y descubrió el cuerpo de su amada entre sus brazos, como tanto tiempo lo había deseado. Él le había entregado la llave de su corazón y ella la había usado correctamente, hasta el punto de habérsele entregado de tal manera. Recordó sus besos, sus caricias, sus suspiros. Besó la frente de su amada y acarició sus cabellos, su espalda desnuda.
Draco se sentía completo, se sentía...
Sintió el suave despertar de Etili, quien le sonrió tímidamente, besó sus labios amados y sin poder contenerse se volvieron a amar...
@--`---
Nota importante de la Autora, así que lean: ....
Chicos... las relaciones sexuales son algo normal y por eso no les voy a decir que no lo hagan... pero estén conciente que, aunque el amor no tenga edad, sus cuerpos si, hay un tiempo para cada cosa.
Recuerden que aunque ustedes amen con todo el corazón a esa persona y auque sus cuerpos estén activos a partir de los doce o trece años, estos aun no están listos para esta clase de relaciones...
Lo mejor que les recomiendo es que no se pongan a inventar y no mantengan relaciones sexuales prematuras (la adolescencia y la niñez son épocas muy hermosas, no se las frustren, ni se las acorten, ya tendrán tiempo para eso mas tarde), disfruten su noviazgo y esperen tener la suficiente madurez, tanto física como mental, para ver a quien le van a entregar uno de los regalos mas preciados que Dios les ha dado: sus cuerpos... porque a todas estas imagino que ya le han entregado su amor a esa persona.
Sigan a su corazón pero también usen la cabeza.
*Otra cosa sin menos importancia:
Chillen, pataleen, hagan lo que hagan, a esto como mucho le quedan unos dos o tres capítulos...
Recuerden los que les dije a principio: es una historia corta, loca y todo lo demás, que se me ocurrió en un aburrido viaje en autobús, desde Nice hasta Barcelona (Francia amada, España añorada, como me agradó tocar tierras tan amadas como la patria misma), los que ya hayan hecho el viajecito ya saben de que les hablo.... Así que no pretendan que esto sea largo...
Reafirmo que lo mío es estilo Salazar (suspiro) aunque Draco no tenga nada malo (sonrió perversamente), esta tómenla como una historia aparte, en un tiempo y un mundo diferente al que "Una Historia..." se desarrolla. Tómenlo como: que hubiese ocurrido si Salazar Slartinn nunca hubiese llegado a Inglaterra.
Bien ahora respondo los review que me han hecho sonreír =0):
Etili estaba ensimismada en un libro de cuentos fantásticos, acostada en la hierva ya casi seca por la presencia del otoño, cercana a un árbol, frente al lago.
Draco se le acercó silenciosamente, llevaba horas observándola y había decidido ir hasta donde se encontraba. Se sentó a su lado sin decir nada, ella pasó su vista desde el libro a su acompañante:
- ¿Te ayudo en algo? -
- No te desprenderás de mi tan fácil - dijo fríamente.
- No pensaba hacerlo - dijo volviendo a su lectura.
-¿Puedo quedarme? -
- Claro - Draco se levantó y se sentó apoyando su espalda del árbol. Etili se volteó y lo miró, con un leve suspiro también se levantó y se sentó muy cerca de Draco - ¿puedo recostarme de ti? - Draco le sonrió y acomodó sus piernas para que ella pudiese estar cómoda.
Acarició sus cabellos mientras ella terminaba su libro en silencio. Al llegar la noche entraron juntos, tomados de la mano, causando un gran alboroto, solo cortado por la voz de Severus:
- No hay nada que ver, vayan a comer - Etili le sonrió y él se les acercó. Miró fijamente a Draco - Cuidado con lo que hagas Malfoy, porque olvidaré a que casa perteneces si me das un solo motivo - Draco asintió y entró tomado de la mano con Etili al comedor.
Draco no soportaba mas la situación, a cada momento extrañaba a Etili, extrañaba sus besos, sus caricias, sus palabras, sus bromas, su presencia en si. Las noches eran interminables, como extrañaba esas noches de trabajo juntos.
Etili se le acercó cuando salía de la biblioteca:
- Malfoy - llamó su atención y este volteó un tanto mal humorado - tengo un trabajo de pociones, ¿Me ayudas? - Draco sonrió solo con la mirada.
Ella también le extrañaba, le había pedido ayuda en pociones, una materia que ha ambos se le daba muy bien. Se volvió y se sentaron juntos, un tanto apartados del bullicio de los demás estudiantes. Terminaron sus deberes, deseaban tanto la privacidad que tenían en la noche, deseaban besarse, abrazarse, acariciarse, pero con tantas miradas se le hacia sumamente difícil. Severus se les acercó y entregándole una llave les mostró una sala de estudio apartada de las mesas normales.
A partir de ese momento, ese era el lugar favorito de ambos. No era un lugar muy grande, solo tenia una pequeña chimenea, un par de ventanales, una pequeña biblioteca, la mesa de estudio de roble con sus sillas, un espacio libre mas o menos grande (lo suficiente para practicar con las espadas) con un tapiz verde, la puerta de ingreso y un paisaje en un cuadro.
Etili había adornado aquel lugar con un pequeño pino y una pequeña mata de Tiare que Draco había sacado de Dios sabe donde. La habitación siempre se mantenía fresca, silenciosa, solo roto por sus risas, sus palabras, sus caricias...
Sus deberes lo hacían juntos en aquella pequeña sala, hasta que la señora Pince los sacaba muy entrada la noche y caminaban libremente por los pasillos sin temor a que Filch los cachara (todo por obra de Severus), a veces se iban a las salas comunes, cuando ya todos dormían para estar mas tiempo juntos.
Aquélla noche estaban en la sala común de Slytherin, Etili sentada en uno de los sofás y Draco recostado de sus piernas acariciando sus brazos.
- Este fin de semana será el juego - comentó Draco.
- Y tu sigues de iluso creyendo que podrás derrotarnos ¿no? - dijo Etili en tono burlón. Draco se paró de su regazo de un salto.
- Mira niña, los haremos polvo - dijo molesto.
- Como tu digas, igual ganaremos - dijo muy divertida por la reacción de Draco.
- Te agrada hacerme enfadar ¿cierto? -
- No, ¿Me das helado? - dijo con una gran sonrisa.
-¿Para que me tortures? No te daré - dijo molesto y un tanto sonrojado.
- Bueno no me des - dijo cruzándose de brazos y fijando su vista en el fuego. Volteó a ver a Draco y sin poder resistirlo lo rodeó con sus brazos y besó su cuello, su cabeza, sus labios. Se unieron en un beso largo y profundo, les agradaba tanto sentirse tan juntos...
- Aun no te daré el helado - dijo Draco aun abrazado a Etili.
- Ya no lo quiero, me has dado algo aun mas delicioso - volvió a besar sus labios y le sonrió.
- No te vayas, aun no -
- Sabes que por mi me quedaría - le volvió a besar, sentía que el mundo se hacia mil pedazos cada vez que Draco le pedía que se quedase de aquella manera, tan dulce, tan inocente.
El juego fue impresionante. Los equipos se batieron a muerte (y casi se matan), la ética no les importaba mucho mientras encontraran la forma de anotar tantos antes que la deseada Snitch pareciera.
Los cazadores hacían cualquier cosa para tener la pelota roja en las manos el tiempo suficiente para hacerla pasar por alguno de los aros. Los golpeadores no se molestaban en asegurarse de lo que golpeaban o desviaban de ruta eran precisamente las blugers.
Los abucheos y aclamaciones hacían retumbar las tribunas a cada movimiento de los jugadores.
El juego se extendió por mas de tres horas, los jugadores ya no aguantaban mas, los innumerables golpes que habían llevado, las caídas casi mortales y el cansancio de montar la escoba por tanto tiempo.
Gryffindor ganaba con una puntuación de 300 puntos contra 150.
La tribuna ahogó un grito, ambos buscadores bajaban en forma de picada en busca, sin duda alguna, de la preciada pelota dorada. Ante el momento de sorpresa uno de los cazadores de la casa de Slytherin intento a toda costa de marcar un tanto mas.
Draco bajaba rápidamente, seguido de cerca de Harry. Se acostó en la escoba para agarrar mas velocidad...
El cazador se dirigía a toda velocidad hacia los aros, Draco buscaba la forma de esquivar a Harry sin perder de vista la Snitch.
El cazador esquivo a una de las cazadoras, Draco giró rápidamente.
Como una flecha logró marcar un tanto mas para su equipo, Harry había tocado en un mal ángulo la escoba de Draco quien ahora caía a toda velocidad hacia el campo de juego.
De la tribuna no se escuchaba ni el mas leve sonidos, todos impresionados por aquella hazaña de los equipos. Otro cazador de Slytherin consiguió marcar otro tanto junto antes que Draco cayera de lleno en el campo con una mano extendida y una mirada de triunfo.
- Malfoy ha atrapado la Snitch... 300 puntos contra 320 Slytherin ha ganado señores -
La tribuna verde rompió en aplausos, gritos y alegría. Todos los jugadores, sin elección pasaron por manos de la enfermera, quien tenia una cara de preocupación increíble.
Etili había observado el juego completo y con una leve sonrisa celebró la victoria de Slytherin.
Draco tuvo que quedarse esa noche en la enfermería, estaba realmente molesto por ello, pasaría la noche solo en ese lugar, sin poder ir a celebrar con los de su casa, sin poder burlarse de la cara de los Gryffindor.
La puerta se abrió, no pudo ver mas que la sombra de la enfermera y la de otra persona que se dirigían hacia donde el estaba, como no quería otro remedio asqueroso cerró los ojos y procuró parecer que dormía profundamente. Pero su nariz percibió aquel aroma tan anhelado por él, el aroma a Tiare fresco, pero aun así no abrió los ojos.
Etili se acercó con cuidado a la camilla, no quería despertarle, besó su frente y luego sus labios, cuando se disponía a partir, Draco la sujetó y besó su mano.
-¿Cómo has sabido que soy yo? -
- Nadie mas huele tan delicioso, ni besa de esa manera -
-¿De esta manera? - Etili volvió a besar sus labios, pero esta vez el beso fue profundo y correspondido.
- Si, de esa misma - dijo Draco un poco mareado por el beso. Lo cual hizo que Etili sonriera - ¿vienes a felicitarme por mi victoria? - dijo muy divertido viendo a la chica.
- Dieron un excelente partido los dos equipos, cualquiera merecía ganar -
- Pero fuimos nosotros quienes ganamos -
- Si sigues dormirás solo esta noche - dijo algo molesta Etili.
- Te duele que perdieras cierto -
- Te lo estoy advirtiendo por las buenas -
- No me quitaras mi diversión con esas amenazas - rió abiertamente.
- Felicitaciones por tu victoria - dijo muy bajo - aunque fue solo por 20 puntos - dijo un poco mas contenta.
- Pero igual les ganamos -
Etili se sentó a su lado y vio que Draco había quedado bastante mal después del juego.
- Mira como has quedado -
- Claro con el salvaje de Potter -
- Eso es para que aprendas a no interponerte en su camino -
-¿Y lo vas a defender a él? - dijo molesto.
- Lo puedo defender, pero es a ti a quien pienso cuidar -
Tomó la pomada que estaba en la mesa de noche y comenzó a frotarla en los golpes que tenia Draco en los brazos. Suavemente fue aliviando el dolor de su cuerpo mas con sus caricias que con la pomada. Le quitó tímidamente la camisa de la dormilona y curó su espada desnuda. La acarició y la besó, produciendo que Draco comenzase a excitarse. Este se volteó y buscó los labios de quien lo hacia sentirse tan bien, tan amado, tan cuidado. Se besaron largamente. Etili ruborizada comenzó a curar el pecho de Draco, palpando cada centímetro con sus dedos, quitando el dolor que tenia, convirtiendo todo aquello en una caricia suave. Draco poco a poco fue cediendo y durmió con una gran sonrisa en el rostro.
Al despertar descubrió que ya su cuerpo no le dolía y vio tiernamente a Etili que dormía en el sofá muy cerca de él. No había pasado la noche solo, ella lo había cuidado, lo había vigilado hasta que el sueño se apoderó de ambos. Deseó con toda su alma tenerla cerca de él y vio que despertaba tiernamente. Le dirigió una sonrisa, antes de recoger sus rizos en una cola alta e ir a darle su beso de buenos días.
Las semanas pasaron y las estaciones también, bueno al menos la de otoño. En una semana mas los alumnos se irían a casa de su familia a pasar las festividades.
Draco y Etili se encontraban muy a gusto en el pequeño estudio que tenían solo para ellos enfrente de la chimenea.
- ¿Qué harás en Navidad? - quiso saber Draco, Etili percibió una nota de miedo en sus palabras.
- Me quedare acá con mis tíos - respondió tristemente.
- Pensé que te irías con tus padres -
- Draco son solo dos semanas de vacaciones, no pretenderás que en ese tiempo viaje a América - besó su cuello - ¿tu que harás? -
- Me quedare también - acarició los brazos de la chica y comenzó a besar su brazos descubiertos - ¿no tienes frió? - continuó besándola.
- Cuando estoy contigo nunca lo siento -
Ante esta respuesta Draco buscó los labios de Etili, pero esta se soltó de sus brazos y salió corriendo por los pasillos hasta el patio, cuando Draco salió lo atacó no con menos de veinte bolas de nieve haciendo que se enfureciese.
Draco hubiese respondido al ataque de no estar consciente que su novia solo tenia unos pantalones que le quedaban muy bien, una camisa sin manga y que empezaba a congelarse. Se le acercó a todo rabiar y le colocó la capa sobre los hombros y la volvió a llevar al estudio.
- Estas loca - dijo mientras calentaba un poco de chocolate.
- Si, por ti - Etili se había colocado a su espalada y le besaba el cuello muy dulcemente - no necesito el chocolate - dijo firmemente volteando a Draco, quien la abrazó fuertemente mientras la besaba.
La noche de Navidad fue muy especial e intima, no habían muchos alumnos (un par de Ravenclaw, tres de Gryffindor [Etili y un par de chiquillos de primero] y Draco de Slytherin), todos los demás se habían ido a casa por el temor al brujo tenebroso: Voldemort.
Al acabar la cena Draco acompaño a Etili a su sala común e insistió tanto que no tuvo mas remedio que entrar (los de primero muy cansados por la comilona ya dormían profundamente), observaron largamente las llamas de la chimenea abrazados. Etili besaba cariñosamente el cuello de Draco y este lo disfrutaba enormemente.
Draco ya había decidido que era hora de regresar a su habitación.
Se abrazaron largamente y se besaron. Los labios de Draco recorrieron la base del cuello de Etili y ella se entregó a sus caricias.
Entraron juntos a la habitación...
El pasado y el futuro se desvanecieron, solo existía el aquí y el ahora. Suspiros... caricias... Etili fue arcilla que sus manos modelaron, fue campo labrado con su cuerpo. Él fue volcán, ella fue tierra, él fuego, ella madera. Él fue poeta y su piel sus versos, fue mariposa surgida del capullo de sus manos. Una ola incontenible la cubrió y la arrastró. Hubo una explosión, la explosión primigenia del universo que les hizo parte suya, ellos dos fueron el universo mismo, sin principio, ni final, sin ayer, ni mañana, sin limites, sin tiempo, sin fronteras... Sus manos le enseñaron el cielo, le mostró las selvas vírgenes, montañas escarpadas, ríos caudalosos y playas tranquilas. Su boca le mostró el sabor de las estrellas; su piel, el aroma del bosque, de las nubes. Su cuerpo fue su roca y su guardia, el de ella fue su templo. Sus ojos fueron su refugio, los de ella su pecado.
Se perdieron juntos y juntos encontraron el camino de regreso.
Etili cerró los ojos y se abandonó en la experiencia exquisita e intercambiable de su cuerpo, de su olor. Él mantuvo los suyos abiertos aprendiendo de su entrega, sus rubores, sus sonrisas.
Ahora él duerme y ella le observa. La luz de la aurora amenaza separarlos y ella llena sus ojos con su imagen apacible, que conserva una leve sonrisa en los labios usualmente recios.
- Draco Malfoy, aun me estremezco al adivinar tu desnudez bajo mis sabanas, al recordar tu cuerpo fuerte, tus suspiros, tu aliento en mi oído y tus manos y tu boca marcando mi piel como fuego. Te miro dormir y recuerdo que apenas hace poco, tus dedos dibujaron en mi cuerpo y tu voz me enseño un canto salvaje, primitivo, que yo no conocía - besó su pecho y se entregó al sueño.
Draco despertó y descubrió el cuerpo de su amada entre sus brazos, como tanto tiempo lo había deseado. Él le había entregado la llave de su corazón y ella la había usado correctamente, hasta el punto de habérsele entregado de tal manera. Recordó sus besos, sus caricias, sus suspiros. Besó la frente de su amada y acarició sus cabellos, su espalda desnuda.
Draco se sentía completo, se sentía...
Sintió el suave despertar de Etili, quien le sonrió tímidamente, besó sus labios amados y sin poder contenerse se volvieron a amar...
@--`---
Nota importante de la Autora, así que lean: ....
Chicos... las relaciones sexuales son algo normal y por eso no les voy a decir que no lo hagan... pero estén conciente que, aunque el amor no tenga edad, sus cuerpos si, hay un tiempo para cada cosa.
Recuerden que aunque ustedes amen con todo el corazón a esa persona y auque sus cuerpos estén activos a partir de los doce o trece años, estos aun no están listos para esta clase de relaciones...
Lo mejor que les recomiendo es que no se pongan a inventar y no mantengan relaciones sexuales prematuras (la adolescencia y la niñez son épocas muy hermosas, no se las frustren, ni se las acorten, ya tendrán tiempo para eso mas tarde), disfruten su noviazgo y esperen tener la suficiente madurez, tanto física como mental, para ver a quien le van a entregar uno de los regalos mas preciados que Dios les ha dado: sus cuerpos... porque a todas estas imagino que ya le han entregado su amor a esa persona.
Sigan a su corazón pero también usen la cabeza.
*Otra cosa sin menos importancia:
Chillen, pataleen, hagan lo que hagan, a esto como mucho le quedan unos dos o tres capítulos...
Recuerden los que les dije a principio: es una historia corta, loca y todo lo demás, que se me ocurrió en un aburrido viaje en autobús, desde Nice hasta Barcelona (Francia amada, España añorada, como me agradó tocar tierras tan amadas como la patria misma), los que ya hayan hecho el viajecito ya saben de que les hablo.... Así que no pretendan que esto sea largo...
Reafirmo que lo mío es estilo Salazar (suspiro) aunque Draco no tenga nada malo (sonrió perversamente), esta tómenla como una historia aparte, en un tiempo y un mundo diferente al que "Una Historia..." se desarrolla. Tómenlo como: que hubiese ocurrido si Salazar Slartinn nunca hubiese llegado a Inglaterra.
Bien ahora respondo los review que me han hecho sonreír =0):
