IX:
Sin ti, no soy uno.
El verano se les hizo una época muy difícil ya que no se podían ver y muy difícilmente se comunicaban.
Draco había pasado sus vacaciones en Venezuela.
La exuberante vegetación del Amazonas, el caudaloso Orinoco, los animales más exóticos, no lograron quitar de su mente a Etili, al llegar a Falcón se deslumbró con los medanos y sintió como la fina arena se adhería a su cuerpo y el sol intenso le quemaba la piel y recordó el color peculiar de su amada, con el aire frío y fresco, sentado en los medanos mientras observaba las estrellas.
Al subir al páramo descubrió un ambiente frío que lo invitaban a quedarse muy bien abrigado en una pequeña cabaña de madera con una buena taza de chocolate caliente entre las manos o comer un delicioso dulce de leche mientras subía al pico Bolívar en el teleférico mas alto del mundo.
Sintió las olas que acariciaron su piel junto con la arena en sus pies y el sol que lo invitaba a permanecer en el mar mientras se zambullía en las maravillosas aguas claras del parque Morrocoy o el hermoso Canaíma.
Disfrutó del placer y emoción que causaba el montar a un buen corcel en las extensas planicies de los llanos centrales, tal como su amada se lo había descrito.
Pero aun así, conociendo cada rincón del país que recibió en sus brazos a Etili, no pudo evitar extrañarla, deseaba con todas sus fuerzas volver a Hogwarts, volver a verle, volver a sentirle.
Etili había viajado a Tahiti (no Haití) y había disfrutado sus playas únicas, su arena fina, sus paisajes hermosos, pero aun así, le faltaba algo... quería que Draco estuviese ahí con ella y despertar cada día sabiendo que aun se encontraba a su lado.
Aunque amaba esa isla, no pudo disfrutar del todo de sus vacaciones, su corazón deseaba con todas fuerzas que los días que faltaban para volver a Hogwarts pasasen rápido, para volver a verle, volver a sentirle.
Al llegar el día de inicio de clases Draco vio entrar a Etili con uno de sus peculiares vestidos muggles que dejaban la vista de muchos desconcertados, con el hermoso color que tomaba su piel al broncearse.
No sabia la explicación pero todo el camino en el tren sintió el aroma de Etili más intenso, saboreó su piel con un beso en su cuello para luego probar aquel deliciosos bocado que le daban sus labios.
Hablaron largamente durante el camino sin separarse, ya habían pasado suficiente tiempo separados. Mientras hablaban se robaban pequeños besos, se enredaban entre sus brazos y compartían sus risas.
Ya hoy cumplen un año de estar juntos.
Un año desde que en aquella tosca sala de Slytherin sus corazones latieron a un solo latir y sus respiraciones se hicieron una.
Draco había estado preparando ese día con mucha anticipación, ya tenía una meta fija en su mente y deseaba lograrlo, costase lo que le costase.
Se quedó sorprendido al ver un paquete esa mañana en su cama, lo abrió un poco nervioso sin entender el por qué "no seas idiota" se reprochó a sí mismo.
Etili le había enviado una capa negra con un elegante dragón bordado a mano con hilos de plata y verdes, del fuego que este lanzaba se formaba el Malfoy en hilos de oro.
Ese día se olvidó de portar el uniforme para lucir su capa por todas partes, para disgusto de la profesora McGonagall.
A pesar de todo, no tuvieron tiempo de verse, para ser precisos ese día solo se pudieron dirigir miradas cruzadas al caminar por los pasillos y en el comedor.
A media tarde Etili recibió una tarjeta muy elegante con la invitación a un salón de la torre oeste para ese día en la noche.
Etili vestía una hermosa túnica de seda azul cielo, ajustado a su cuerpo, sus rizos sueltos que acariciaban su piel canela. Subió lentamente a la torre.
Draco le esperaba con una de sus hermosas camisas blancas y sus pantalones negros. El cabello peinado hacia tras, pero sin la goma que solía colocarse, le caía de lado a lado.
Tomó la mano de la chica y la introdujo a una habitación con una espléndida decoración Rosas blancas, arbustos verdes y plantas de Tiare, todo alumbrado por velas blancas que flotaban por el aire. Tocaba una dulce melodía un piano encantado y había una terraza amplia con una hermosa butaca blanca.
Al llegar al centro de l salón Draco pasó sus manos cuidadosamente por la cintura de Etili y se dejaron llevar por la música, una paso lento, una respiración suave.
Ella se abrazó a sus hombros y colocó su mentón en él, respiraba suavemente sobre su cuello, Draco la separó un poco y besó dulcemente sus labios y ella hizo aquello que tanto deseaba, apartó sus labios de los de él para besar su cuello, mientras acariciaba sus cabellos.
Se sentaron en la butaca y contemplaron el cielo estrellado, siempre juntos. Ella entre las piernas de él y rodeada de sus brazos... aquellos brazos en los que se sentía segura.
Hablaban y Draco robaba sus besos cada vez que ella volteaba a mirarle.
- ¿Qué harás al salir de aquí? -
- Estudiaré leyes y encontraré trabajo en el Ministerio de Magia y ¿tu? - preguntó volviendo a besar su cuello.
- Estudiaré medicina - dijo tomando la mano del chico y besándola - luego trabajaré en el hospital del mundo mágico - recostó su espalda al pecho del chico y subió suavemente su cara. Draco bajó la suya y suavemente volvió a besar sus labios, sentía su corazón saltar de alegría. Acarició sus hombros y abrazó su cintura - Te Amo -
- Yo te amo mas - y volvieron a unir sus labios.
Al separarse Draco tomó la mano de Etili y besándola colocó un hermoso anillo de plata con las iniciales de Etili gravadas y una pequeña luna, a su vez Etili coló uno a Draco con el mismo diseño que la capa.
En un beso profundo sellaron su pacto y bailaron suavemente bajo el cielo una pieza suave que sonaba. La brisa fría de otoño los unía mas en su baile.
La piel tibia de Etili, su olor a Tiare, un beso fugas en su cuello.
Las ganas de acariciarle, el olor de bosque que su cuerpo desprendía. Un beso en su oído... el desencadenamiento de los sentimientos, los deseos.
Unieron sus labios en un profundo beso que acariciaban sus labios, que les probaban como si nunca antes lo hubiesen hecho, o hubiesen descubierto algo tan delicioso, las caricias en sus espaldas.
Como si fuera una delicada muñeca de porcelana Draco mantenía a Etili en sus brazos, mientras desataba las trenzas de su vestido en su espalda, mientras ella embriagaba cada célula de su piel al besar su cuello, su pecho, mientras le sacaba la camisa.
Como si se tratase de seda fina Etili acarició el pecho de Draco ya completamente descubierto, Draco logró zafra la ultima trenza...
Fue el encuentro de dos opuestos. Fueron volcanes y mareas.
Entrelazaron sus cuerpos, sus almas, sus corazones. Se fundieron como el hierro al entrar al calor, para nunca mas separarse.
Fue el encuentro de los continentes, la mezcla del caribe con el mediterráneo, de la noche con la claridad.
Suspiros... caricias... Sintieron el fin del mundo y el renacer de uno nuevo. Draco volvió a dibujar su piel con sus besos, sus caricias. El pasado se borró de sus mentes, sus corazones latieron al unísono, no existiría nada mas que ellos.
Etili cerró los ojos y se volvió a abandonar en la experiencia exquisita e intercambiable de su cuerpo, de su olor.
Recorrieron el mundo, descubrieron nuevos lugares, se perdieron y volvieron a encontrarse para regresar juntos, aun más inseparables que al principio.
La mañana los descubre juntos, protegiéndose el uno al otro.
Etili reposaba con su cabeza en el pecho de Draco. Él la contemplaba en sus brazos, acariciaba su espalda, sus cabellos. Recordó sus besos, sus caricias, sus suspiros. Besó la frente de su amada y acarició sus cabellos, su espalda desnuda.
Draco se sentía completo, se sentía... completo.
Etili era quien le faltaba, no deseaba perderle de nuevo, la abrazó con fuerzas y observó su dulce cara aun dormida, con su sonrisa, sintió su respiración chocar contra su piel.
Sintió el despertar de la chica y la abrazó con mas fuerza, juntándola mas a él.
Etili acarició y besó el pecho amado y luego sus labios, también se sentía completa y no deseaba que aquello acabara.
Volvieron a unir sus labios "Sin ti no soy uno" susurro suavemente Draco al oído de Etili antes de volver a unir sus labios.
En el bosque inexplorado, ahora había nacido una pequeña planta de Tiare, blanca, pura, hermosa.
El bosque nunca mas pudo, ni deseó que el Tiare se fuese y este jamás pensó en irse.
Besos profundos, cargados de amor, deseo y esperanza para vivir.
Vidas que nunca mas se separaron... porque:
¡Siempre fueron, son y serán uno"
@--`--
Bueno he llegado al final.
Mil gracias por seguir la historia, siendo corta y todo lo demás. A mí me gusta el final... porque me da la oportunidad de mas tarde poder hacerle una continuación, aunque no es una promesa. La historia terminó de ser escrita el 13 de noviembre... y es hasta hoy que puedo editarla.
Ustedes saben, la escuela y todo eso... pero ya casi termino el lapso... así que Rinoa no te sientas mal por el hecho de no haber leído tu historia... prometo hacerlo para mañana (Sí Dios los permite)
Para mis demás lectores... "Una historia pronto tendrá capitulo nuevo..." también se acerca el final.. aunque faltan unas cosillas y averiguaremos porque se ha ido a Hogwarts Etili... Y aquellos que ya han leído esa, si entran a mi profiel encontraran un par de historias que escribí para el mes aniversario de mi cole, y el de este año pronto lo subiré (gané de nuevo el concurso =0D)
Bien espero que les gustara mi versión de Draco... y la trama y todo lo demás...
Repito no soy escritora, solo es algo que a veces nace en mi e intento expresarlo.
Que todo en vuestras vidas marche de maravilla y consigan todo lo que se han trazado en vuestras vidas.
Dejen mensajes con sus opiniones, tranquilos que también acepto el que dice "¡NO VUELVAS A ESCRIBIR NUNCA MAS!", Así que agobiados o presionados no se sientan.
Cuídense muchoooo.
Sin ti, no soy uno.
El verano se les hizo una época muy difícil ya que no se podían ver y muy difícilmente se comunicaban.
Draco había pasado sus vacaciones en Venezuela.
La exuberante vegetación del Amazonas, el caudaloso Orinoco, los animales más exóticos, no lograron quitar de su mente a Etili, al llegar a Falcón se deslumbró con los medanos y sintió como la fina arena se adhería a su cuerpo y el sol intenso le quemaba la piel y recordó el color peculiar de su amada, con el aire frío y fresco, sentado en los medanos mientras observaba las estrellas.
Al subir al páramo descubrió un ambiente frío que lo invitaban a quedarse muy bien abrigado en una pequeña cabaña de madera con una buena taza de chocolate caliente entre las manos o comer un delicioso dulce de leche mientras subía al pico Bolívar en el teleférico mas alto del mundo.
Sintió las olas que acariciaron su piel junto con la arena en sus pies y el sol que lo invitaba a permanecer en el mar mientras se zambullía en las maravillosas aguas claras del parque Morrocoy o el hermoso Canaíma.
Disfrutó del placer y emoción que causaba el montar a un buen corcel en las extensas planicies de los llanos centrales, tal como su amada se lo había descrito.
Pero aun así, conociendo cada rincón del país que recibió en sus brazos a Etili, no pudo evitar extrañarla, deseaba con todas sus fuerzas volver a Hogwarts, volver a verle, volver a sentirle.
Etili había viajado a Tahiti (no Haití) y había disfrutado sus playas únicas, su arena fina, sus paisajes hermosos, pero aun así, le faltaba algo... quería que Draco estuviese ahí con ella y despertar cada día sabiendo que aun se encontraba a su lado.
Aunque amaba esa isla, no pudo disfrutar del todo de sus vacaciones, su corazón deseaba con todas fuerzas que los días que faltaban para volver a Hogwarts pasasen rápido, para volver a verle, volver a sentirle.
Al llegar el día de inicio de clases Draco vio entrar a Etili con uno de sus peculiares vestidos muggles que dejaban la vista de muchos desconcertados, con el hermoso color que tomaba su piel al broncearse.
No sabia la explicación pero todo el camino en el tren sintió el aroma de Etili más intenso, saboreó su piel con un beso en su cuello para luego probar aquel deliciosos bocado que le daban sus labios.
Hablaron largamente durante el camino sin separarse, ya habían pasado suficiente tiempo separados. Mientras hablaban se robaban pequeños besos, se enredaban entre sus brazos y compartían sus risas.
Ya hoy cumplen un año de estar juntos.
Un año desde que en aquella tosca sala de Slytherin sus corazones latieron a un solo latir y sus respiraciones se hicieron una.
Draco había estado preparando ese día con mucha anticipación, ya tenía una meta fija en su mente y deseaba lograrlo, costase lo que le costase.
Se quedó sorprendido al ver un paquete esa mañana en su cama, lo abrió un poco nervioso sin entender el por qué "no seas idiota" se reprochó a sí mismo.
Etili le había enviado una capa negra con un elegante dragón bordado a mano con hilos de plata y verdes, del fuego que este lanzaba se formaba el Malfoy en hilos de oro.
Ese día se olvidó de portar el uniforme para lucir su capa por todas partes, para disgusto de la profesora McGonagall.
A pesar de todo, no tuvieron tiempo de verse, para ser precisos ese día solo se pudieron dirigir miradas cruzadas al caminar por los pasillos y en el comedor.
A media tarde Etili recibió una tarjeta muy elegante con la invitación a un salón de la torre oeste para ese día en la noche.
Etili vestía una hermosa túnica de seda azul cielo, ajustado a su cuerpo, sus rizos sueltos que acariciaban su piel canela. Subió lentamente a la torre.
Draco le esperaba con una de sus hermosas camisas blancas y sus pantalones negros. El cabello peinado hacia tras, pero sin la goma que solía colocarse, le caía de lado a lado.
Tomó la mano de la chica y la introdujo a una habitación con una espléndida decoración Rosas blancas, arbustos verdes y plantas de Tiare, todo alumbrado por velas blancas que flotaban por el aire. Tocaba una dulce melodía un piano encantado y había una terraza amplia con una hermosa butaca blanca.
Al llegar al centro de l salón Draco pasó sus manos cuidadosamente por la cintura de Etili y se dejaron llevar por la música, una paso lento, una respiración suave.
Ella se abrazó a sus hombros y colocó su mentón en él, respiraba suavemente sobre su cuello, Draco la separó un poco y besó dulcemente sus labios y ella hizo aquello que tanto deseaba, apartó sus labios de los de él para besar su cuello, mientras acariciaba sus cabellos.
Se sentaron en la butaca y contemplaron el cielo estrellado, siempre juntos. Ella entre las piernas de él y rodeada de sus brazos... aquellos brazos en los que se sentía segura.
Hablaban y Draco robaba sus besos cada vez que ella volteaba a mirarle.
- ¿Qué harás al salir de aquí? -
- Estudiaré leyes y encontraré trabajo en el Ministerio de Magia y ¿tu? - preguntó volviendo a besar su cuello.
- Estudiaré medicina - dijo tomando la mano del chico y besándola - luego trabajaré en el hospital del mundo mágico - recostó su espalda al pecho del chico y subió suavemente su cara. Draco bajó la suya y suavemente volvió a besar sus labios, sentía su corazón saltar de alegría. Acarició sus hombros y abrazó su cintura - Te Amo -
- Yo te amo mas - y volvieron a unir sus labios.
Al separarse Draco tomó la mano de Etili y besándola colocó un hermoso anillo de plata con las iniciales de Etili gravadas y una pequeña luna, a su vez Etili coló uno a Draco con el mismo diseño que la capa.
En un beso profundo sellaron su pacto y bailaron suavemente bajo el cielo una pieza suave que sonaba. La brisa fría de otoño los unía mas en su baile.
La piel tibia de Etili, su olor a Tiare, un beso fugas en su cuello.
Las ganas de acariciarle, el olor de bosque que su cuerpo desprendía. Un beso en su oído... el desencadenamiento de los sentimientos, los deseos.
Unieron sus labios en un profundo beso que acariciaban sus labios, que les probaban como si nunca antes lo hubiesen hecho, o hubiesen descubierto algo tan delicioso, las caricias en sus espaldas.
Como si fuera una delicada muñeca de porcelana Draco mantenía a Etili en sus brazos, mientras desataba las trenzas de su vestido en su espalda, mientras ella embriagaba cada célula de su piel al besar su cuello, su pecho, mientras le sacaba la camisa.
Como si se tratase de seda fina Etili acarició el pecho de Draco ya completamente descubierto, Draco logró zafra la ultima trenza...
Fue el encuentro de dos opuestos. Fueron volcanes y mareas.
Entrelazaron sus cuerpos, sus almas, sus corazones. Se fundieron como el hierro al entrar al calor, para nunca mas separarse.
Fue el encuentro de los continentes, la mezcla del caribe con el mediterráneo, de la noche con la claridad.
Suspiros... caricias... Sintieron el fin del mundo y el renacer de uno nuevo. Draco volvió a dibujar su piel con sus besos, sus caricias. El pasado se borró de sus mentes, sus corazones latieron al unísono, no existiría nada mas que ellos.
Etili cerró los ojos y se volvió a abandonar en la experiencia exquisita e intercambiable de su cuerpo, de su olor.
Recorrieron el mundo, descubrieron nuevos lugares, se perdieron y volvieron a encontrarse para regresar juntos, aun más inseparables que al principio.
La mañana los descubre juntos, protegiéndose el uno al otro.
Etili reposaba con su cabeza en el pecho de Draco. Él la contemplaba en sus brazos, acariciaba su espalda, sus cabellos. Recordó sus besos, sus caricias, sus suspiros. Besó la frente de su amada y acarició sus cabellos, su espalda desnuda.
Draco se sentía completo, se sentía... completo.
Etili era quien le faltaba, no deseaba perderle de nuevo, la abrazó con fuerzas y observó su dulce cara aun dormida, con su sonrisa, sintió su respiración chocar contra su piel.
Sintió el despertar de la chica y la abrazó con mas fuerza, juntándola mas a él.
Etili acarició y besó el pecho amado y luego sus labios, también se sentía completa y no deseaba que aquello acabara.
Volvieron a unir sus labios "Sin ti no soy uno" susurro suavemente Draco al oído de Etili antes de volver a unir sus labios.
En el bosque inexplorado, ahora había nacido una pequeña planta de Tiare, blanca, pura, hermosa.
El bosque nunca mas pudo, ni deseó que el Tiare se fuese y este jamás pensó en irse.
Besos profundos, cargados de amor, deseo y esperanza para vivir.
Vidas que nunca mas se separaron... porque:
¡Siempre fueron, son y serán uno"
@--`--
Bueno he llegado al final.
Mil gracias por seguir la historia, siendo corta y todo lo demás. A mí me gusta el final... porque me da la oportunidad de mas tarde poder hacerle una continuación, aunque no es una promesa. La historia terminó de ser escrita el 13 de noviembre... y es hasta hoy que puedo editarla.
Ustedes saben, la escuela y todo eso... pero ya casi termino el lapso... así que Rinoa no te sientas mal por el hecho de no haber leído tu historia... prometo hacerlo para mañana (Sí Dios los permite)
Para mis demás lectores... "Una historia pronto tendrá capitulo nuevo..." también se acerca el final.. aunque faltan unas cosillas y averiguaremos porque se ha ido a Hogwarts Etili... Y aquellos que ya han leído esa, si entran a mi profiel encontraran un par de historias que escribí para el mes aniversario de mi cole, y el de este año pronto lo subiré (gané de nuevo el concurso =0D)
Bien espero que les gustara mi versión de Draco... y la trama y todo lo demás...
Repito no soy escritora, solo es algo que a veces nace en mi e intento expresarlo.
Que todo en vuestras vidas marche de maravilla y consigan todo lo que se han trazado en vuestras vidas.
Dejen mensajes con sus opiniones, tranquilos que también acepto el que dice "¡NO VUELVAS A ESCRIBIR NUNCA MAS!", Así que agobiados o presionados no se sientan.
Cuídense muchoooo.
