Hola, bonito día y bienvenidos a esta nueva loca idea que sale de mi cabeza, si siempre han soñado con tener a los Uchiha en la palma de su mano, pues están en el lugar correcto.
En fin, espero que les agrade esta historia tanto como a mí me encanta escribirla.
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Hoy era un día especial... Cumplía 6 meses de noviazgo con Naruto, hace semanas que la relación estaba un poco deteriorada, así que estaba decidida a que fuera un día increíble, se levantó de la cama, tomando una ducha rápida, amarró su cabello como todos los días y se colocó su ropa normal, un pantalón ancho y una blusa holgada, cubriendo todo con un abrigo largo color negro, le gustaba esa ropa, era cómoda, se miró en el espejo, algunos cabellos negros escapaban de su coleta, se veía sencilla, muchos la tachaban de poco delicada pero... Siendo una Uchiha, su padre siempre priorizó sus entrenamientos sobre la apariencia, además no contaba con el consejo femenino pues su madre había muerto cuando apenas era un bebé, por lo que andar así, se había vuelto lo normal.
Bajó a la cocina donde tomó un poco de leche, no tenía apetito y necesitaba apresurarse si quería tener a tiempo el regalo sorpresa para Naruto, salió de casa dejando una nota a su padre avisando que se quedaría a dormir en casa de Tenten, una pequeña mentira, pues si todo salía bien, hoy se entregaría por completo a su novio, y para eso tendría que pasar la noche fuera de su casa.
El barrio Uchiha lucía lleno de vida, las personas hacían las compras o barrían las calles, le gustaba estar ahí, camino con una sonrisa mientras saludaba a todos, era bien conocida por su actitud tan amable y por ser una de las jóvenes más fuertes del clan junto a Sasuke, Itachi y Shisui, la generación de los chicos talentosos, como a la gente les gustaba llamarlos, destacaba al ser la única mujer que podía estar a su nivel.
Iba pensando en cómo darle a entender a Naruto que estaba lista para dar el siguiente paso, cuando de la nada salió Sasuke, poniéndose frente a ella, logrando que chocara de forma torpe en su pecho, lastimando un poco su nariz.
- ¡Hey! Eso dolió- Se separó de él, formando un mohín con sus labios mientras se cubría la nariz.
- Es tu culpa… ibas demasiado distraída, dime Haru ¿Qué te tiene así?-
Sasuke se colocó a su altura mientras la miraba fijamente a los ojos.
- Nada que te interese tonto, además… ¿No tendrías que estar entrenando con Itachi? No me digas que te escapaste… -
Lo miró con sospecha, a Sasuke le encantaba entrenar, pero Itachi solía ser en extremo exigente, mermando un poco el entusiasmo de su hermano menor, por lo que a la mínima oportunidad, se escabullía hasta que el mayor lo encontraba, cosa que ocurría prácticamente en minutos.
- Así fue Haru, este pequeño volvió a huir, vamos Sasuke, tu hermano te espera, hoy me invitó al entrenamiento, no hagamos que pierda la paciencia.
Ambos chicos se sobresaltaron al escuchar a Shisui, no habían notado cuando había llegado, Haru lo miró con una sonrisa, siempre había sentido algo especial por él, aunque tenía claro que era un amor platónico, lo dejó un poco de lado cuando comenzó a salir con Naruto, sin embargo su corazón aún se alteraba.
- Solo vine a desearle un buen día a Haru, justo estaba por ir al campo, nos vemos-
Se despidió rápidamente tratando de parecer desinteresado, sin embargo se podía notar cierto nerviosismo al haber sido descubierto, con un gesto de la mano se retiró con prisa, Haru no pudo evitar soltar una risa, era divertido ver a un Sasuke de 18 años atemorizado por entrenar con su hermano mayor.
Su risa se detuvo de golpe cuando la mano de Shisui fue a su cabello, acariciándolo suavemente, era un gesto tan inocente pero a la vez tan íntimo, que sus mejillas se colorearon de un rojo intenso.
- Bien pequeña, yo también me voy, debo evitar que Itachi acabe con Sasuke- Le regaló una dulce sonrisa antes de retirarse.
Haruka se quedó quieta, mientras la figura del mayor se perdía.
Llevó una mano a su pecho, el corazón le latía como loco, ese chico iba a acabar con ella, pasó un minuto hasta que logró tranquilizarse y recordarse (con cierto reproche) que ella tenía novio, un novio al que debería prepararle su regalo de aniversario, con las emociones ya reguladas continuó su camino.
Su relación con los 3 Uchihas era un poco extraña… los veía como sus hermanos mayores, habían estado junto a ella toda su vida, fueron los primeros vínculos con el mundo ninja, decidió ser kunoichi por ellos, pero también lograron despertar todo tipo de sentimientos extraños, por ejemplo no soportaba que las chicas se les acercaran, solía ser un poco caprichosa pues le encantaba que le prestarán atención, y también era posesiva, ella lo atribuía a que eran muy cercanos, pues sus familias eran miembros directos del Consejo y gracias a eso pasaban juntos todos los días.
Sin embargo… sabía que había algo diferente, por ejemplo, con Obito también solía convivir mucho, pero no se sentía especialmente afectada si Rin se le acercaba mucho, aunque tampoco era algo que le agradará pues esa chica siempre terminaba por deprimir a su amigo, el caso es que era diferente…
Aunque el sentimiento de posesividad también funcionaba al revés, pues los chicos habían hecho todo lo posible para evitar que Haruka fuera acechada por cualquier hombre fuera del círculo Uchiha y de ellos, siendo Kakashi la excepción pues era su sensei, lo que la había llevado a permanecer soltera sus 18 años de vida, hasta que Naruto se armó de valor, siendo compañeros fue relativamente sencillo acercarse a ella, sin embargo sólo podían estar juntos en contadas ocasiones, inventando excusas para que no los descubrieran, por eso su relación aún no salía a la luz, las únicas que conocían el secreto eran Sakura, que se enteró por descuido del rubio, y Tenten, su mejor amiga.
Suspiró con frustración, al inicio de la relación todo era increíble, Naruto, a pesar de ser tan torpe y distraído, solía sorprenderla con detalles como flores, salidas discretas y hasta una hermosa pulsera con sus iniciales, sin embargo… con el paso de las semanas, mantener todo en secreto les estaba pasando factura, no podían tomarse de las manos, besarse, incluso verse a los ojos por más de tres segundos estaba prohibido si querían evitar que Sasuke sospechara algo y comenzara a ponerse pesado, era la desventaja de tener a su amigo pelinegro en el mismo equipo, además… Otro de los problemas era Sakura (que también estaba en el equipo), desde que la chica se había enterado de la relación, parecía que quería hacer hasta lo imposible para que los demás se dieran cuenta, ya sea con comentarios fuera de lugar o metiendo ideas extrañas a Naruto, porque sí, Haruka se había dado cuenta que Sakura aprovechaba los momentos en que se quedaba a solas con su novio para decirle tonterías que a los pocos segundos tenían al rubio vuelto loco de suposiciones erróneas.
Era extraño, pocas veces tenía contacto con otras chicas pues sus amigos eran solo los hombres Uchiha, pero cuando se formó el equipo, Haru estaba realmente feliz de tener a una mujer como compañera, al principio parecía que se llevaban bastante bien, pero para la pelinegra fue muy obvio notar que Sakura estaba realmente loca por Sasuke, y él… bueno, ni siquiera la notaba, se pasaba el tiempo peleando con Naruto o estando junto a ella, ya sea hablando, entrenando o caminando juntos a casa, Haruka fue capaz de percibir como poco a poco la forma de tratarla que tenía la peli rosa fue cambiando, mucho más con el paso de los años, la convivencia era insoportable, hasta Kakashi tuvo que intervenir pues el odio de la chica era palpable, y más aún cuando Sasuke le pidió que se detuviera pues incomodaba a su amiga, así que ahora sólo hablaban cuando era estrictamente necesario.
Movió la cabeza suavemente, necesitaba dejar de pensar en tonterías y enfocarse, hoy las cosas estaban a su favor, sin misiones, sin su padre, los padres de Naruto en una misión diplomática en Suna y con una coartada necesaria para pasar la noche fuera, debía aprovecharlo.
Sin perder más el tiempo se dirigió directo a la tienda especializada de armamento ninja, debía recoger los kunai especiales, durante días se encargó de investigar lo necesario para poder hacer el encargo de esas armas que le permitirían al rubio utilizarlas para realizar el Hiraishin no jutsu, estaba segura de que le encantarían, el encargado se las entregó envueltas, había gastado casi todos sus ahorros pero estaba segura de que valdría la pena, la siguiente parada era el puesto de Ichiraku, en donde pidió una gran orden del ramen favorito de su novio, y finalmente se dirigió a la tienda de flores, tenía pensado adornar un poco, saludó a la mamá de Ino y compró una docena de rosas rojas, con todo el cargamento listo se dirigió a la casa de Naruto, siendo discreta en todo el camino.
Sabía que el rubio no estaría ahí ya que ayer le había avisado que pasaría el día entrenando Jiraiya, con confianza entró por la ventana, sabiendo que su novio solía dejarla abierta, todo era un caos, el chico no destacaba por ser ordenado, poniendo manos a la obra comenzó a recoger y ordenar la habitación, quitó los pétalos de las rosas para esparcirlos en la cama, era demasiado cursi y cliché pero… quería hacer especial su primera vez, decidió dejar el regalo sobre el escritorio, se lo daría más tarde, y finalmente guardó el ramen en el refrigerador, tenía pensado que lo comerían al final de todo, ya habían pasado un par de horas desde que salió de su casa, estaba algo nerviosa, iba a ser la primera vez que alguien la vería completamente desnuda, y no solo eso… con esos nervios decidió tomar otra ducha, quería estar impecable, aprovechando que había un baño en el cuarto del rubio se duchó rápidamente.
Estaba terminando de vestirse cuando se comenzaron a escuchar ruidos, se apresuró para salir del baño, al parecer Naruto había llegado temprano, con la emoción a flor de piel tomó la perilla, estaba a punto de abrir cuando del otro lado se escuchó algo extraño… un gemido, abrió los ojos con sorpresa, tal vez había escuchado mal, se quedó quieta, casi sin respirar, y de nuevo, alguien del otro lado gimió, se ruborizó pensando que tal vez eran los padres de Naruto, que habían llegado en ese momento, pero… tenía un extraño presentimiento y un poco de miedo… antes de poder hacer cualquier otro movimiento, los ruidos aumentaron, pero ahora también gemía un hombre, sintió como si un balde de agua hirviendo cayera sobre ella, esa voz era de Naruto, estaba segura, su mente trataba de buscar cualquier cosa para justificar lo que oía, sin embargo, en el fondo sabía lo que estaba ocurriendo, con la respiración agitada y el corazón latiendo sin freno tomó una decisión, abrió la puerta con cuidado, dejando una abertura pequeña, se detuvo unos segundos, sabía que su corazón iba a sufrir pero… necesitaba hacerlo, con una respiración profunda se asomó, encontrando una escena grotesca, Naruto, su novio, estaba sobre Sakura, penetrándola sin descanso, ambos gimiendo como locos, desnudos, sudorosos, en ese momento Haruka sintió ganas de vomitar, no lo podía creer, no supo en que momento había comenzado a llorar, pero las lágrimas caían por sus mejillas, quiso salir y encararlos, exigir una explicación, golpearlos, pero no lo hizo… no pudo.
Se dio media vuelta y salió de la habitación por la ventana, corrió sin parar hasta llegar a su casa, por fortuna no se encontró con nadie, su padre tampoco había llegado, por lo que agradeció no tener que dar explicaciones, fue directo a su cuarto y sólo en ese momento dejó salir todo su dolor, lloró como hace años no lo hacía, le dolía, la habían traicionado, Naruto había jugado con ella, y Sakura, a pesar de que no eran amigas, sabía de la relación, y aun así se metió con él, con un hombre con novia, no podía entenderlo…
Continuó llorando hasta que se sintió agotada, se recostó en la cama sin ganas de hacer nada, estuvo así hasta que su padre llegó, lo supo por todo el ruido que se escuchaba, después de un rato subió a su habitación y abrió la puerta, encontrándola a ella.
- Haru… creí que estarías en casa de Tenten, eso decía la nota- Encendió la luz, pero no podía ver bien a su hija pues le daba la espalda.
- Hubo un cambio de planes- Susurró sin dar otra explicación.
- ¿Estás bien? ¿Ocurrió algo?- Preguntó con un matiz de preocupación, la voz de Haru se escuchaba baja, y extraña, no era normal verla así.
- No… solo estoy cansada, fue un día pesado, dormiré y mañana estaré como nueva- Se encogió en su lugar dando a entender que no diría nada más.
Su padre suspiró, resignándose a no tener más respuestas, le deseo una linda noche, apagó la luz y salió de la habitación, esperando que su hija estuviera bien, sin poder hacer nada más, fue a su habitación para descansar.
Haruka permaneció despierta por un par de horas, algunas lágrimas traicioneras bajaban de vez en cuando, el dolor seguía siendo el mismo, no podía dejar de darle vueltas a las cosas, culpándose indirectamente, Naruto hace tiempo le había dicho que era momento de pasar a la siguiente etapa, pero su miedo e inseguridad le habían impedido acceder, y por fin, cuando ya había tomado la decisión, se enteraba de que su novio se revolcaba con Sakura, hasta parecía una broma de mal gusto, estuvo torturándose bastante tiempo, pero después de varias horas el cansancio la venció y por fin se durmió, esperando que el sueño fuera suficiente para sacarla de su espantosa realidad.
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¿Y bien? ¿Qué tal? Espero que tengan ganas de leer más, apenas es el preámbulo de lo bueno, nos vemos en el siguiente.
