"¿Conoces la historia del hombre encorvado? Sí, no la conoces deja que te cuente un poco sobre él…
Había una vez un hombre encorvado. Qué salió a dar un paseo llevando puesto pantalones enconvados, zapatos encorvados, camisa, corbata y un saco encorvado.
Dio un largo paseo por un camino encorvado. Encontrando un peñique encorvado con el que compró un gato encorvado en una tienda encorvada. Luego regresó hasta su hogar una casa encorvada, donde alimentó al gato encorvado que compró con el peñique encorvado"
.
.
.
.
.
.
.
.
-Eso es lo que cuentan sobre el hombre encorvado pero… no es muy aterradora si me lo preguntas -dijo una mujer de la cual solamente se podían ver sus ojos rojos como el fuego brillando entre las sombras-. -La verdad prefiero cosas un poco más..reales. Cómo asesinos en serie, accidentes, muerte y dolor ajeno. Me encanta cuando lloran como las perras que son… Debes pensar que soy una mala anfitriona. No te he ofrecido nada aunque -la mujer se rascó la mejilla- -no creo que dures mucho tiempo por aquí de modo que me importa un carajo si soy o no una buena anfitriona. ¿En dónde iba? ¡Ah, sí! Ya lo recuerdo… Te estaba contando pequeñas historias de terror ya que… pronto estaremos en la mejor época de este maldito año -la mujer misteriosa salió de entre las sombras mostrando una aterradora sonrisa. Sus ojos rojos brillaban como el puto infierno mientras que el uniforme que lleva puesto se miraba lleno de sangre. En su derecha carga un cuchillo ensangrentado y en su mano izquierda las ropas de otra mujer también cubiertas del líquido vital-. -Veamos… ¿Por qué no te cuento la historia de cierta zorra que quiso declarar su amor a su eterna enamorada. Te contaré del dolor y el sufrimiento de esa pobre puta que lloró en silencio por culpa de la persona que le rompió el corazón… Nuestra pequeña historia se llama -dijo la mujer de cabello oscuro y sonrisa demente acercándose a su víctima una chica que parecía haber sido brutalmente golpeada. Ella estaba atada a una silla con alambre de púas que se incrustaron en su piel-. -La historia que te contaré se llama…
"Juntas para siempre"
Todo comenzó como un día normal para una chica de cabello azul y ojos color ámbar. Esta se levantó de su cama como lo hacía todos los días para empezar su mañana. Fue al baño para asearse y hacer sus necesidades. Una vez terminado con todo la chica sin saber lo que le esperaba salió de su cuarto encontrándose con sus padres que le sonreían pero en el fondo ella sabía que esas sonrisas son falsas.
No por nada siempre lleva vendas que cubre bajo sus brazos. Todo debido a las constantes visitas de la muerte. ¿Por qué? Bueno, digamos que esta persona no ha tenido una buena relación con sus padres, el hombre es un completo machista. Un hijo de puta en todo el maldito sentido de la palabra mientras que la madre se daba de ser una mujer de la alta sociedad cuando todo el mundo sabía que ella es una puta que va por allí regalando su flácido culo y su seca concha a cualquier pedazo de mierda que pueda llenar con su leche.
La protagonista de esta historia siempre tenía que sonreír sabiendo que su familia no valía ni la mierda que todos ustedes dejan salir en el baño cuando van a cagar. Aún así ella obediente fingía estar feliz con la porquería de vida que le había tocado; fue donde su madre y con algo de asco beso la mejilla de esa zorra, pasando al lado de su padre que siempre le miraba el culo como si este tipo estuviera pensando en que algún día iba a follarse a su hija debido a que siempre se hacía la paja con las bragas de su hija. ¡Oh pero cuánto sufrimiento para esta pobre alma!
La pobre chica se sentó en su asiento para tomar su desayuno. Simplemete era algo horrible. Algo de pan con mermelada pasada y un poco de agua de una dudosa procedencia. Sin chistar nuestra querida protagonista comió sus alimentos pensando que el día de mañana sería algo mejor..en ese momento un chispazo, un recuerdo fugaz de cierta persona fue lo que iluminó un poco el día de la pobre letrista, su sonrisa se hizo un poquito más grande debido que recordó los brillanrtes ojos de su enamorada.
Los minutos pasaron y la comida por fin terminó, es decir, era hora de irse a la escuela donde podría encontrarse con su querida amiga. Por fin hoy sería el día en el que Umi se declara a su amiga pero.. como la vida es una perra. Esta tenía otros planes para ella..
La caminata fue corta pero valió realmente la pena. A lo lejos nuestra amiga de pelo azul como el mismo cielo pudo ver el distintivo color de cabello de su amada aunque está no venía sola.. Ella estaba con un chico. Siempre se pensó que Kotori-chan sería lesbiana. Ya que al ir a una escuela llena de chicas era más que obvio..perdón perdón.. Me estoy desviando del tema. Continuemos..
Los ojos de la pequeña compositora no podían creer lo que estaba viendo. ¿Su amada Kotori de la mano con un chico? ¿Acaso estaba viendo mal o la vida le hizo de nuevo una mala jugada? La chica de pelo azul negó varias veces con su cabeza intentando quitarse de la mente esa imagen pero el verlos tan felices siendo ella una pobre alma torturada por el vacío de su familia y las tantas bajezas que tenía que escuchar mismas que iban dirigidas a su madre. ¡Oh pero que alma torturada! ¡Qué tragedia! Que puta de mierda…
A pasó lento y decidida a preguntarle sobre su nuevo amigo a la chica que le dio un poco de luz. Umi-chan como era llamada por la fémina de pelo céniza llegó donde su amiga y enamorada. Quedando frente a la pareja que al notar la presencia de la otra chica miraron confundidos a su su contraria que mantenía ocultos sus ojos entre los largos y finos mechones de su cabellera.
Quien rompe el silencio fue la misma peliceniza..
.
.
.
.
.
.
.
.
-Hola Kotori –dijo la peli azul.
-Buenos días, Umi-chan –responde la musa de pelo ceniza sonriendo como siempre lo hacía.
-Am.. Sí quieres puedo dejarlas solas chicas –habló el desconocido.
-No, no hace falta -dijo la pequeña pajarita con una gran sonrisa pintada en su rostro.
-Sí, tú lo dices. Perdón por no haberme presentado mi nombre es xxxxx -dijo el chico que extendió su mano esperando que Umi la tomara pero no pasó nada..
-¿Qué pasa? -Preguntó la pajarita mirando a su amiga.
-No. Suceda nada -dijo Umi.
-Por cierto quiero que seas la primera en conocer a mi novio -dice la peliceniza.
Novio Novio Novio Novio Novio Novio…. Novio…. Novio
.
.
.
.
.
.
.
.
Esa maldita palabra repiqueteaba en la mente de la letrista. Quien se sentía muerta en vida pensando que podría ser feliz con esta persona de sonrisa brillante… Pero… Nunca pasó ya que, esta vida es una perra, te quiere coger por el cuello y ahogarte con sus manos para que mires como la vida se te escapa en un suspiro…
Ah, recuerdos de la vida. Pero continuemos con esto ¿quieres? Tengo mucho más cosas que hacer…
.
.
.
.
.
.
.
Una tonta sonrisa apareció en los labios de la chica de ojos como la miel. Ella quería llorar pero no le iba a dar el gusto a esa maldita de verle llorando por un supuesto amor. Un amor que nació en la mente de Umi-chan. Un amor que nunca debió existir ni mucho menos florecer como lo hizo dejando solamente flores de color negro cuyas espinas empezaron a dañar la cordura de su eterna acompañante en el camino del dolor…
Con unas cuantas palabras bien ensayadas nuestra querida chica de ojos como la miel se despide del par de amantes que le miran sin saber qué decir…
El día pasó con total normalidad para la chica de pelo azul luego de que fue rechazada de forma indirecta por su amada. Llegó a la escuela solo para encontrarse con sus amigas quienes estaban celebrando algo que a decir verdad no valía la pena recordar, el punto es que, dentro de la mente de nuestra pequeña compositora un plan se estaba llevando a cabo donde los más terribles escenarios hacían que su mente perdiera el camino, es decir, la oscuridad había consumido la mente de Umi…
Como siempre todo el mundo osea, las chicas que conforman el grupo de idols que salvará a Otonokizaka celebra el noviazgo de su amiga pero… Cómo siempre debe haber un pero.. Había alguien que no estaba muy feliz por todo esto…
.
.
.
.
.
.
.
-¿Qué pasa contigo, Umi? -Preguntó la futura médico. Una perrita consentida que tuvo siempre lo que quiso sin tener que mover un dedo. Ella se acercó a la peli azul para hablar con ella pero solamente recibió…
-¿Por qué te vas a mamarle la verga a algún viejo obeso? Maki por una puta vez deja de hacerte la importante. Eres solamente una zorra. Vete y déjame en paz -exlcmaó la chica de ojos ámbar.
-¿Umi-chan? -Preguntó la come pan quien también escuchó lo que había pasado.
-¿Saben qué? ¡Jodanse yo me voy a la mierda! -Gritó a todo pulmón la chica de pelo azul quien tomó sus cosas y se fue. Estando en la puerta de espaldas a sus amigas miró por el rabillo de su ojo a quien era su enamorada para luego abrir la puerta de golpe saliendo por ella dejando a todas las féminas de ese singular grupo con las palabras en la boca.
-¿Qué le pasó? -Preguntó una chica de pelo castaño claro casi rubio mirando a sus compañeras.
-Quién sabe… -Dijeron en coro las chicas de tercer año. Nozomi y su pareja se miraron por unos segundos antes de mirar donde Kotori-chan.
-¿Hm? -Ladeó la cabeza como una pequeña ave la chica de ojos ámbar.
-Chicas vamos a terminar aquí la reunión de hoy. kotori-chan ¿podemos hablar a solas unos minutos? -Preguntó la peli morada quien tenía sus ojos cerrados y sus brazos debajo de sus pechos.
-Claro. No hay problema -dijo la pajarita.
-¿Entonces podemos irnos? -Preguntó la come pan desde su asiento.
-Dejando escapar un pesado suspiro Eli habló-. -Claro que sí. Nos veremos mañana
-Las chicas de este pequeño grupo de idols se fueron quedaron solas una pequeña pajarita y sus dos compañeras. Ninguna dijo algo, solamente el sonido del reloj que habían puesto allí rompía con el silencio incómodo que se había formado.
Nozomi siendo que había ocupado el lugar de madre. Comenzó la pequeña plática que tendrían con la pajarita de ojos ámbar…
-¿De qué querían hablar chicas? -Preguntó Kotori.
-Es sobre Umi -mencionó la chica de pelo morado.
-... -Kotori-chan se quedó en silencio unos cuantos minutos antes de hablar.
-¿Sabías que ella estaba enamorada de ti, Kotori? -Preguntó Eli.
-No lo sabía..pero… Yo no soy lesbiana -respondió la de ojos ámbar levantando la cabeza encontrándose con los ojos acusadores de sus amigas.
-Podrías haberle dicho que no la quieres de ese modo. La pobre ha estado como un zombie todo este tiempo pensando en cómo declararse -terminó decir la chica de pelo rubio dejando que un pesado suspiro escape de ella. Eli se puso de pie tomando sus cosas rodeando la silla donde se encontraba su novia y al dar unos cuantos pasos para llegar a la puerta de salida quedó de espaldas-. -Sí fuera tú aclararía las cosas con ella
-Es mejor que hables con ella antes de que todo esto se salga de control. Es por qué no quiero que ninguna de ustedes a quienes considero como mis hermanas menores termine lastimada -dijo la chica de pelo morado al ponerse de pie. Tomando sus cosas para luego irse dejando sola a la pajarita.
-Creo que tienen razón… Debo hablar con Umi-chan -dijo al vacío del cuarto la pequeña niña de ojos ámbar.
.
.
.
.
.
.
.
Ese mismo día en la noche…
-Tengo que hablar con ella. No quiero que por un simple malentendido mi amistad con Umi-chan termine en la nada -se dijo a sí misma la pequeña de pelo ceniza quien estaba yendo a la casa de su amiga.
-Era una noche realmente fría. Algo muy raro para el mes en el que estaban.., esto fue Kotori-chan pasó por alto sin saber que estaba por meterse en la boca del lobo, en otras palabras estaba yendo justo a las puertas del mismo infierno. cuando llegó a la casa de su amiga. Notó que la puerta estaba abierta algo extraño debido a que los padres de la chica eran muy paranoicos a pesar de que su hija pasaba por una vida de mierda.
Sin pedir permiso la pajarita entró en la casa ajena. Las luces estaban apagadas y el silencio se hizo notar. Quiso encender una luz pero no servían por eso mismo opto por caminar a ciegas por todo el lugar pisando comida tirada por el piso, tocando sin darse cuenta algunas alimañas que salieron de sus escondites para comer, ya a Kotori-chan se le hacía extraño que una familia que lo tenía todo viviera así después de la injustificada muerte del patriarca de esta casa… Pero ella sabía bien de quién era la culpa del declive de esta familia y por ende la culpa a veces evitaba que durmiera en las noches. Aunque gracias a unas buenas cogidas con su novio la pajarita podía ver y también podemos decir que llena…
Caminó por unos cuantos minutos a ciegas hasta que llegó al cuarto de su amiga de ojos color miel. La puerta de la habitación estaba abierta parecía no haber nadie… Aunque no era del todo cierto…
-Kotori me alegra que hayas venido a visitarme… -Dijo la dueña del cuarto con su voz apagada.
-Umi-chan.. Por el amor de Athena me diste un buen susto -contestó la intrusa al darse la vuelta quedando frente a su amiga.
-¿Sabes lo que es el dolor? -Preguntó Umi. La letrista tenía sus ojos cubiertos por los cabellos que caen como cascadas azules sobre sus orbes.
-¿Qué quieres decir? -Tragando saliva Kotori-chan dio un paso hacia atrás..
-Lo que quiero decir es que… Hay muchas formas de sentir dolor. Cuando eres tan infeliz como yo.. Quieres sentir algo de felicidad. Pero está se va como una mariposa que escapa cuando intentas tocarla o incluso es tan pequeña como una mota de polvo. Pero a veces también es como la mierda que caga un perro. Pero si hablamos de dolor también está el que te inflingues a ti misma… Podría decir que soy una masoquista. Amante del dolor por eso mismo me cortaba todos los días para intentar que mi vida se extinga y de esa forma no vivir más con estas personas que me hicieron tan miserable pero -las palabras de Umi se quedaron en sus labios. Una sonrisa cruel aparece en su rostro deformando un poco su boca la cual profiere estas palabras- - les he quitado todo su dolor, su sufrimiento… ¡Contempla mi obra más grande! -Exclamó la desequilibrada letrista gritando a los cuatro vientos.
-De repente la luz se encendió casi como arte de magia develando lo que había en la cama de Umi. En su cama. En aquel lugar donde dormía por las noches esperando a ser visitada por su padre se hallan los cuerpos de ambos seres inmundos completamente desnudos y con sus estómagos abiertos. Teniendo un corte desde la garganta hasta los genitales…
El hombre tenía una cara de completo terror con su cabeza posada en la mesa de noche de la letrista. Mientras que su madre, es mejor decir, su cabeza, se encontraba en las manos de esta persona. Con una gran sonrisa en su demente rostro Umi-chan levantó la cabeza cercenada de su madre para besarla en la mejilla todo esto ante la mirada atónita de su amiga… Que intentó correr pero…
-¡Bang..!
Un disparo en la pierna de la chica la hizo caer de costado en el cuarto ajeno.
-¡Bang..! ¡Bang..!
Dos disparos nuevamente hicieron el silencio morir. Una bala atravesó la pierna de la pajarita que se quejó por el inmenso dolor. Otra bala atravesó el brazo de la modista que se quedó de espaldas en el piso que pronto fue manchado por su propia sangre…
-¿Qué mierda..? ¡Umi…! -Exclamó Kotori-chan.
-Lo siento. Pero esto es necesario… -Dijo la demente de pelo azul tirando la cabeza de su madre que rodo por el suelo-. -Ahora si eres una buena niña..quizás no te lastime…demasiado
-¿Por qué me haces esto..? -Preguntó la modista del grupo sintiendo como el cuerpo de su amiga se pegaba al suyo siempre con la pistola que Umi-chan sacó de su padre apuntando contra su cabeza.
-Para que estemos juntas. Desde que te vi supe que eras para mí y no voy a permitir que un tipo que salió de la nada me quite a mi amada… Ahora duerme por siempre, kotori-chan -dijo Umi disparando de nuevo. Apagando la vida ajena..
.
.
.
.
.
.
.
Unos minutos después…
-Con esto será más que suficiente. Ahora nada nos podrá separar. Estaremos… Para siempre juntas -dijo Umi-chan quien estaba sentada en el piso con la cabeza de su amiga. La pajarita había dejado este mundo y su amiga era la culpable de todo por darle alas.
¡Fin!
.
.
.
.
.
.
-¿Y qué te pareció mi relato? ¿Te gustó? -Preguntó de nuevo la mujer que viste el uniforme ensangrentado sentada en el regazo de su víctima.
-La chica que estaba atada de pies y manos lloraba como una bebé recién nacida mirando con el único ojo que tenía a su captora.
-Vamos no me dirás que fue un mal cuento. Cómo sea, me importa una mierda, tal como Kotori tu vida terminará pronto. Por cierto no te preocupes por nada no vas a sufrir mucho -responde aquella misteriosa mujer al ponerse de pie quedando de espaldas a su presa para luego voltear y dejar que su puño golpee la mejilla ajena. La silla donde estaba su primera víctima cae de forma pesada-. -Oh, lo siento. No era mi intención es que a veces no mido mi fuerza pero eso a quien le importa ¿verdad? Bueno mejor me voy..te dejaré con mis amigos se encargaran de ti, buena suerte, espera.. No creo que tengas suerte por qué vas a morir convirtiendote en la mierda de mis perros. Así que.. será un nos vemos -terminó de decir la mujer sacando de sus ropas llenas de sangre un pequeño control que abrió una compuerta de donde salieron varios perros. Los canes fueron donde la mujer que estaba atada para empezar a comerla.
-Los gritos de agonía de esta mujer no pudieron ser escuchados por qué tenía tapada la boca con lo que parecían ser sus bragas…
.
.
.
.
.
.
Unos rato después..
-Vaya, parece que si tenían hambre. Joder no dejaron nada… -Esta mujer dejó escapar una risa demente mientras caminaba por el chiquero. Sus perros habían destrozado el cuerpo de aquella persona dejando sólo restos de lo que antes fue… -Hmm.. me habría gustado pasar más tiempo contigo…
