[Drabble]
Cuando las luces se apagan
—Muzan K. & K. Rei—
Incluso gran el rey demonio se podía sentir como un hombre humano de vez en cuando. O eso sólo cuando se trataba de Rei Kibutsuji, su esposa.
Disclaimer:
Kimetsu no Yaiba © Koyoharu Gotōge
Cuando las luces se apagan © Adilay Fanficker
Advertencias: Inspirado en Kimetsu Gakuen.| Un poco de OOC.
Aclaración: Este fic participa en el FLUFFTOBER 2022 realizado por la página en Facebook: "Es de fanfics".
Día 24: Siestas.
Notas:
Volvemos con esta ship que en lo personal me ha gustado mucho. Ojalá este pequeño fic sea de su agrado.
NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.
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Sus ojos rojizos miraban a través de una de las numerosas ventanas que había en la gran mansión. Hace poco que él había salido para alimentarse, por lo que ahora, debía seguir aparentando ser un hombre común; el esposo de una viuda adinerada que había tenido la "fortuna" de casare con él.
Ella, al ser criada para ser sólo madre y esposa, estaba teniendo problemas para administrar el dinero que dejó su marido. Además de que debía concentrarse en criar a su hija y luchar contra el dolor del duelo.
Fue entonces que Muzan Kibutsuji se cruzó en su camino por casualidad. O eso pensaban todos quienes la conocían.
Pues para empezar, Muzan Kibutsuji, el infame rey de los demonios, había estado detrás del supuesto suicidio, y por noches enteras, estuvo cerca de la joven viuda hasta que ambos comenzaron a hablar de forma casual. Todo formaba parte de su plan para conseguir financiación y seguir en la búsqueda del famoso lirio araña azul.
La fortuna de la viuda le ayudaría mucho. Así que no le costó nada hacerse pasar por un hombre enamorado que buscaba darle confort, y al poco tiempo, cortejarla, ganándose su favor.
Muzan y Rei Kibutsuji se transformaron rápidamente en una pareja destacada y apreciada. Él, con sus vastos conocimientos, logró engrandecer la fortuna de la mujer y mientras que, con una mano hacía negocios con otros humanos, y con la otra mandaba a sus lunas inferiores y superiores en la búsqueda del lirio.
—¿Cariño? ¿Estás bien?
Sus ojos se desviaron un poco hacia la voz que le llamaba.
Pronto, su cara de seriedad cambió a una amena y tranquila.
—Sí, ¿por qué lo preguntas?
—No estabas en la cama cuando desperté —respondió, acercándose a él, usando un camisón largo de mangas 3/4, blanco y casi transparente.
—Estoy bien —respondió Muzan fingiendo calma cuando en realidad estaba furioso.
Tantos demonios, tantas lunas y ninguno era capaz de encontrar siquiera una pista sobre el lirio araña azul.
—Vuelve a dormir, Rei. Yo iré en un rato.
La mujer le sonrió, tomó su rostro con sus manos y lo incitó a inclinarse para darle un suave beso en sus labios.
Cualquier otra mujer que se hubiese atrevido a hacer eso habría muerto instantáneamente y con mucho dolor; sin embargo, Muzan trató de convencerse de que sólo le permitía a ella ese acercamiento porque aún necesitaba fingir ser un hombre humano.
Aunque, en realidad, ya no la necesitase para nada.
Ni a Rei ni a la hija que ella tenía de su anterior matrimonio.
«Sólo las necesito para conseguir mi objetivo. Como al resto de humanos» y aun así, saboreó ese beso, el cual él mismo profundizó hasta lograr quitarle el camisón y llevarla a la cama.
Se quiso convencer de que ya hace mucho que no sentía nada relacionado a los humanos.
Pero al final, compartió la cama con una mujer que logró hacerlo dormir a su lado después de tener sexo.
De las pocas veces que él cerraba los ojos y se relajaba.
—FIN—
¡Espero que les haya gustado y gracias por leer!
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