Disclaimer:Fairy Tail no me pertenece le pertenece a Hiro Mashima.

Sinopsis: Sorano Aguria es una trabajadora del Convento de Saint Ángel y su turno termina tarde, al regresar a su casa se encuentra con algo, o más bien, alguien, que cambiaría su vida para siempre...


Ángel y Demonio


Era una noche oscura y ella caminaba por las calles de aquella ensombrecida ciudad, si bien era nueva en esta y su trabajo aún no había empezado como tal, tenía que llegar a casa, su hermana estaría preocupada por ella, apuro el paso tanto como pudo pues su vestimenta de monja le impedía gran movilidad, giró por una esquina justo en el momento que un carro pasaba y alumbraba el interior del callejón, su respiración se cortó, se sintió mareada, asqueada, adolorida, sus orbes azules casi se salen de su cuenca cuando vio a un hombre arrodillado, sus orbes afilados y penetrantes, podía sentir su mirada perforando su cuerpo como si no fuera nada, la luz de la luna empezaba a hacerse visible y alumbrar la escena.

Una víctima...

Un agresor...

El hombre estaba en cuclillas, no podía ver bien su rostro pues la capa que traía, cubría sus facciones, pero a pesar de todo, lo que la hizo temer por su vida fue aquello que brillo, tan intenso como nada que hubiera visto nunca, su brillo terrorífico enfocado por la luz de la luna lo detallo tan eficazmente que su cuerpo se detuvo, no podía moverse, sus orbes de bestia se colocaron sobre ella y se levantó, a paso lento, silencioso, se acercó a ella quedando frente con frente.

Si la figura del hombre antes le pareció imponente, ahora que estaba erguido en toda su altura le pareció mas intimidante, era mucho más alto que ella, su cuerpo se tensó cuando el cuchillo brillo cerca de su cuello, sus orbes azules destilaron lágrimas de miedo, no miedo por ella, ella estaba preparada para morir en cualquier momento, miedo y tristeza de abandonar a su hermana después de que se reencontraran tras tantos años.

—No me tienes miedo a mi...—comentó bajo, como un susurro peligroso, tal como una serpiente que analiza a su víctima, el cuchillo de plata contra su cuello, cerró sus orbes para no presenciar su desafortunado final, levantó la mirada hacia la luna y regalo una última oración silenciosa a sus ángeles que la acogieran en su gracia cuando su cuerpo mortal callera inerte y fuera devorado por sí misma, engullido en las profundidades de la tierra y se transformara en alimento para esta .—Eres interesante—tras esas palabras el hombre coloco sus dedos húmedos de sangre de la que no se había percatado antes y depósito un beso en sus labios, la albina solo abrió los ojos descolocada por la súbita acción pero no reaccionó a tiempo cuando este la agarró por el hombro y la lanzó con un fuerte impacto contra la pared sacándole el oxígeno por un momento por el repentino estallido de dolor.

Su capucha cayo, revelando un cabello azul eléctrico, piel clara, sus orbes como suponía, eran los de una bestia salvaje, un tatuaje rojo, iniciaba en su frente, se partía en su ojo derecho hasta su mejilla, pómulos masculinos, oh, y su boca, curveada en una retorcida sonrisa de maldad, su cuerpo masculino se apegó a ella como una segunda piel y manchó sus santas prendas en sucias por la sangre goteante de su anterior víctima, sus labios se posaron sobre los de ella y saboreó su cavidad con su lengua, no trató de defenderse, sabía que era imposible ganarle a un hombre que fácilmente, podía someter a cualquiera bajo su yugo, sus brazos se enroscaron en su cintura, sin dejar de profundizar su beso, deslizó una de estas hacia arriba y agarró la toca y la despojó de este, cayó al suelo y agarró su cabello plateado en volandas, ondeo por un momento ya que al otro, lo tomó y jaló de este fuertemente, no pudo proferir su dolor ya que este enterró su lengua con más profundidad en su boca y empezó a enroscarla con la de ella en un juego por el dominio.

Soltó su cabello y sostuvo su cintura con su mano,el vestido le estaba molestando así que poco a poco lo fue subiendo, lentamente,sin soltarla,probaría a esa mujer fuera como fuera,ella sería suya,sus santas prendas no traerían su salvación,en cuyo caso,solo la ensuciaría más de lo que debe ser para una creyente,las retorcidas verdades de los seres humanos la contaminarían por completo,logró subir lo suficientemente el lateral del vestido y colar su mano dentro de este,recorrió el muslo hasta llegar a su cintura y sentir la línea de sus bragas,redirigió está hacia el centro de sus piernas dónde se encotraba su zona mas íntima y privada y tocó su raja,estás ya estaban tan húmedas que sonrió socarron levantando el rostro de ella para que lo viera directo a los ojos,su cara estaba bañada en hermosas tonalidades de rojo,y no tan solamente por sus mejillas,parte de su cara tenía rastros de la sangre del hombre que había asesinado momentos antes de verla a ella asomarse en el callejón.

—Eres hermosa,tal como un ángel inmaculado que profanare con estás sucias manos llenas de sufrimiento—tomó su mentón y lo levantó haciéndola mirarlo a la cara,la joven monja estaba avergonzada de si misma y de su debilidad,levantó sus manos y tocó el rostro del hombre, lo miró con tal compasión y apiadamiento que tembló cuando vio los orbes de este destilar molestia contenida,agarró su muñeca con tal fuerza que cuando soltó está,las marcas rojas en su piel se hicieron evidentes. —Si vuelves a mirarme de ese modo,¡Te arrepentirás!—siseó con molestia acercando sus rostros a milímetros,sus orbes como los de una bestia sedienta de sangre le enviaron una escalofriante y a la vez emocionante sensación.

—Sorano—confeso su nombre al azulado que parpadeo confuso por un segundo ya que al otro estaba sonriendo,su mirada prácticamente estaba llena de tal malicia pero no le pudo importar menos,llevaba toda una vida conteniendo sus deseos.

Concentrándose...

Nunca perdiendo la meta de vista...

Ser una mujer ejemplar para su hermana...

Ser la perfecta joven...

Nunca pudo ser ella misma y nunca pudo liberarse de las ataduras de ese mundo lleno de expectativas,si ese hombre que estaba loco...

La llave al paraíso y la libraba de todo peso de la realidad...

No podía importarle menos...

Su capturador

Su juzgador

Su verdugo...

—Muy bien Sorano,ya que te presentaste y por lo que veo te has rendido a mi...—se relamió los labios en expectativa al ver lo sumisa que está se estaba portando,muy pronto la haría ver la verdad de ella misma,se acercó más y sus cuerpos se rozaron aún más,dejándola encapsulada entre sus fuertes brazos y la pared del callejón. —Soy Jellal,tu demonio y juzgador,rindete a la tentación de esta manzana prohibida y podrida—sin que Sorano se diera cuenta safo su cinto y bajo la bragueta de su pantalón,movió sus bragas a un lado a la par que sacaba su polla de sus boxers y lo rozaba directamente con su miembro dicha parte de la intimidad de ella y de él, asombrando y preocupando a esta que no estaba muy a favor de perder su virginidad en un callejón frente a un cuerpo,a lo cual,este parecía muy dispuesto en realidad de llevar a cabo.

Gimió al sentir el miembro de este rozar una y otra vez contra su intimidad,apretó con fuerza los hombros de este mientras el roze se volvía más intenso,sus bragas aún estaban puestas,pero su miembro erecto y fuera de sus prendas la rozaban de manera exquisita, causando una maldita fricción que la estaban haciendo pedir por más,la vergüenza que estaba pasando estaba segura que no se comparaba con todos sus años conteniendose, sintió las manos de este agarrar sus santas prendas y sacarlas por la cabeza, tirándolas al suelo y recibiendo un impacto directo de toda la piel clara y libre de imperfecciones de la monja,no pudo resistirse más,ella era todo lo que deseaba en ese momento,puso la punta frente a los labios inferiores de esta y se la metió.

—Nng—se adentró unos escasos milímetros en su intimidad que trataba de abrirse paso al duro y henchido pene del hombre, era tan grande que su interior luchaba por rechazarlo, al contrario de este que se adentraba cada vez más, forzandola a aceptarlo por completo, sus paredes se abrieron y por fin rompió la barrera que los separaba, hundiéndose por completo en su interior, las facciones de la mujer estaban contornadas en el dolor de haber sido invadida, pequeñas lágrimas se acumulaban en sus orbes azules, para su sorpresa, el hombre beso sus orbes goteantes y dio una lánguida lamida a dicho líquido.

—Disculpa...¿Tan mal te sientes por tenerme dentro tuyo? —la mujer le dio una rápida mirada, su disculpa había sido tan sincera que olvido que él la estaba violando y que era un asesino, ella era una monja, para más, aún estaba frente a la escena del crimen y él no parecía para nada preocupado por ello, parecía como si le excitase dicha situación.

No deseaba admitirlo, pero dentro de ella...

Deseo seguir...

«Oh, ángeles, apiádense de este cordero descarrilado» pero no podía negarlo, deseaba con toda su alma lo que estaba por venir...

En más de un sentido...

Sintió el choque de las caderas de este contra las propias, tomó sus muslos y los elevó enrollándolos en su cadera, sus ingles chocaron más cerca y este sonrió como demonio, las santas prendas olvidadas en el suelo, manchadas con la suciedad de aquel callejón, sus únicas prendas eran sus ajustadores blancos a juego con sus bragas que también yacían a un lado permitiendo perfectamente la entrada y salida del miembro grueso del joven, sus embestidas tomaron algo de fuerza y chasqueo sus partes íntimas una vez más profundizando cada que podía, más dentro de ella.

—Eres una buena niña, Sorano—comentó entre jadeos y gruñidos, sus manos manchadas de sangre colorearon de carmín sus muslos sostenidos con fuerza por él, se movió más de prisa, su interior apretó con fuerza el miembro erecto del hombre que se adentraba hasta el final y quedaba con su punta hundida y conectando los antes de volver a entrar con fuerza y velocidad, penetrándola de tan exquisita forma que creía que si no fuera por la pared, ya habría caído de lo violentas que eran sus embestidas .—Me gusta ver...que cada vez que me deslizó... dentro tuyo... tus pliegues... me aceptan... y mi polla...desparece dentro de ti...con gran facilidad...—susurró con voz ronca y sensual en su oído a la par que jadeaba por el placer y el esfuerzo, mandándole una grata sensación erizando cada cabello de la mujer.a —Tal y como si me estuvieras comiendo...—chocó con mayor fuerza, el gemido que escapo libre de la joven fue música para sus oídos y continuó con su deliciosa y placentera labor.

—¡¡¡Ahmmmmm!!!—gimió particularmente más fuerte cuando sintió que sus embestidas se volvían mas fuertes y rápidas,su interior se apretaba alrededor de este,sentía que estaba cerca y muy posiblemente, él también lo estaba,su cuerpo sudaba y gotas de sudor se deslizaban por su cuerpo por el esfuerzo de embestirla en una posición tan incómoda como esa,sin pleno aviso,agarró con fuerza sus muslos y los separó de su cintura,aún entrando y saliendo de ella,sin embargo,su próximo movimiento, particularmente duro, la hizo llegar al climax llevandoselo con ella al sentir el semen de este llenándola tan cálidamente que incluso goteaba por sus piernas, sacó su polla y miró la forma jadeante de la albina,sonrió una vez más,la agarró aún tratando de recuperarse de su anterior estado y la pegó de manera que su cabeza miraba la pared frente suyo, estaba algo confusa de su repentina acción,sin embargo,el miembro duro del hombre paso justo por debajo de su vagina,rozandola de tal exquisita forma que sus gemidos volvieron a entonar,sus manos delicadas se dirigieron directas al cabello azulino de este y lo jalo fuertemente,las manos de este apresaron sus caderas y profundizó el roce de sus intimidades,era tan malditamente delicioso que ninguno de los dos deseaba detenerse,sin embargo, el sonido de unas risas acercándose al callejón la alertaron.

¿Cómo podría darle la cara a las demás monjas si era pillada in-fraganti teniendo relaciones sexuales con un total desconocido al que literalmente se le estaba entregando en bandeja de plata al no negarse para nada?,la punta de la polla de Jellal empezó a entrar en su interior y de buenas a primeras la penetró de una fuerte estocada, tragándose el dolor y la impresión de haber sido penetrada de un rápido movimiento,sin embargo,este no le dió tregua a su cuerpo ya que empezó a meterla y sacarla.

Su punta se hundia hasta el final,chocaban sus caderas con gran fuerza , rapidez y fiereza,sin detenerse a pesar de que las voces eran más cercanas cada vez más,su mano derecha se dirigió hacia uno de sus pechos y empezó a apretarlo,con el pulgar e índice jugueteo con su pezón, preparándola desquiciadamente, profundizó los choques y se mordió el labio con fuerza para tragarse lo más que pudiera cada gemido,cada vergonzosa nota que su garganta profería por la sensación de estar siendo follada de manera tan brusca era un insentivo para este,sus orbes avellanas maliciosos la vieron y sin dejar de jugar con su pecho ahora con su boca, chupando lo y mordiendolo llevó su mano a la intimidad que penetraba tan diligentemente y hundió sus dedos allí también,la impresión hizo que Sorano abriera los ojos azulinos de par en par y tratará de contener lo más que pudiera todos los gemidos que se le pudieran escapar,vio la silueta de las personas que se acercaban y ninguna de estas se percató del acto sexual de ella y este,sin embargo,ambos cuerpos empezaron a sentir que se aproximaba el final,las embestidas de Jellal fueron más rápidas y está profirió más gemidos hasta que ambos se corrieron,llenándola tan perfectamente que las gotas de su semen caliente seguía saliendo de su intimidad unida a la polla del peli-azul que tenía una sonrisa de oreja a oreja tras haber soltado su pecho.

Sacó su miembro de Sorano y se subió los pantalones,cerró la bragueta y se reacomodo el cinto,la mujer de cabellos blancos aún trataba de recuperarse,sintió que alguien la vestía y cuando vio, sí, él le estaba colocando las sagradas prendas que había lanzado al suelo cuando la desnudo para hacerlo,una vez lista,se levantó y le dio una sonrisa.

—Quiero que hagas algo mañana—la mujer lo miró parpadeando para instarlo a que continuará. —Llama a la policía y di que encontraste un cuerpo—los ojos de la albina se abrieron de par en par,incrédula de sus palabras... «¿Se va a entregar?»el pecho de esta se oprimió ante dicho pensamiento y como si Jellal entendiese sus dudas se aclaró. —Hazlo,no te preocupes por mi,nos veremos pronto.—con eso dicho desapareció en las sombras, dejándola con una sola misión.


A la mañana siguiente, llamó a la policía como este le había indicado y después de un rato llegaron los carros patrullas,estaba hablando con algunos oficiales dramatizando de tal manera que ninguno se dio cuenta de su mentira.

Ella sabía quién era el asesino...

—Bueno hermana,no tiene de qué preocuparse resolveremos este caso más rápido de lo que cree.—se giró al escuchar esa voz tan reconocible para ella,se había grabado a fuego en su alma,pero casi se muere al escuchar lo que dijo el oficial a su lado.

—Capitan Fernandes,es bueno tenerlo en este caso trabajando.—habló el oficial enérgico de que su superior estuviera allí.

—Claro,todo sea por el bien de la ciudad,entonces Hermana,nos contaria que sabe de esto—habló en tono de oficial pero la pobre monja entendió el porque de sus palabras la noche anterior,no había manera de señalarlo, él era una fuerza influyente.

—Le contaré todo lo que se de esto,para que esté hombre pueda regresar a la gracia de nuestro señor con la mente en paz—dijo sabedora de las almas humanas,una sonrisa falsa de comprensión se reflejó en la boca de este,nadie se percató,pero ella si,ella sabía cómo el sonreía en verdad.

—Entonces acompañeme a la comisaría,allí hablaremos con calma— lo siguió,aunque ella sabía que cuando llegarán no hablarían,y está de acuerdo con ello,ella deseaba más de ese hombre,cuando ya estaban en el carro patrulla se digno hablarle a pesar de que el carro ya estaba en marcha.

—Capitán—este la miró de reojo.

—¿Pasa algo, Hermana Sorano?— dijo con algo de burla impresa en sus palabras.

—¡Folleme!,quiero que me folle más duro que ayer, quiero pertenecerle una vez más y que nuestros jugos se unan en una sola esencia—el hombre sonrió socarrón ante las palabras sucias de la que fue una monja la noche anterior.

—Sabia que te había encantado,muy bien Hermana,de ahora en adelante,tu serás mi puta personal—con eso dicho miró la calle por la que viajaban,su dirección,un bosque.

Un bosque donde la haria gemir más de la cuenta...

Donde sus oídos se llenarían de la magnífica nota de su nombre expulsados por esos eróticos labios.

Ella fue un ángel...

Probó las delicias del pecado y cayo...

Sus sucias manos la mancharon y ahora era suya...

El demonio rio complacido.


Hola,está es una de las historias que tenía en el baúl,jeje,al final la publique,está si lleva unos buenos tiempos escrita y fue mas o menos cuando empecé a escribir Lemmon 18 así que,no la juzguen tanto,jeje :)

Soy fan Jerza pero también tengo mis sub-parejas,y bueno,aquí traje dos de ellas.

Espero les haya gustado.