Shiryuu pov.
-Hace poco hemos llegado a la casa de quien podría decirse es mi hija adoptiva. Hicimos un largo camino para llegar hasta aquí. Cuando abrió la puerta nos encontramos con una linda chica de pelo grisáceo y mirada color azul. Ella nos sonreía pero esa misma sonrisa se borró cuando su mirada se posó en mi persona. ¡Hasta me había mentalizado sobre lo que podría decirle! Pero todo el valor que tenía se fue a la basura...
[...]
—Un gusto conocerte... —Dije tímida.
—Lo mismo digo, mi nombre es Asuka Otori Maldonado. ¿Eres acaso una nueva amante de mi madre? —Preguntó la chica de pelo grisáceo.
—No.. Yo... —Tartamudee.
—Asuka-chan. Ella es mi esposa. Su nombre es Shiryuu Tachibana es decir, ella también es tu madre mi pequeña princesa por lo que te pediría que fueras un poquito más respetuosa con ella ¿sí? —Escuche a mi mujer quien estaba a mi lado.
—Claro mamá. Por cierto la pequeña que tiene.. mamá Shiryuu es quién creo que es —mencionó mi hija adoptiva quien se acercó donde nos encontramos Moroha-chan y yo.
—Sí, cariño. Ella es tu hermanita —dice mi amada idiota con una pequeña sonrisa que puedo ver desde mi lugar.
—Es muy bonita. ¿Su nombre? —Pregunta de nuevo la chica que está frente a mi persona.
—Ella es Moroha Tachibana —respondí ganándome una fría mirada por parte de mi hija adoptiva.
—Veo que salió como tú mamá. Quiero decir, cuando tenías el pelo rubio, aunque el pelo castaño tampoco te queda mal. ¿Podría cargar a la pequeña? —mencionó Asuka.
—Por supuesto. Solo ten cuidado ella está dormida todavía y no creo que... —De nuevo recibo una mirada de muerte por parte de la chica de mirada azul.
—Sé cómo hacerlo. No por nada soy madre de cinco pequeños —respondió nuestra hija tomando con cuidado a Moroha-chan que dio un pequeño suspiro antes de volver a dormirse.
—Asuka-chan —susurró mi esposa mirando a su hija que soltó un pesado suspiro.
—La mencionada rodó sus ojos teniendo ahora en sus brazos a la pequeña niña de pelo rubio...
—Lo siento mamá.. —dijo nuestra hija mostrando una forzada sonrisa—. —¿Quieren pasar? Creo que a las niñas les alegrará saber que su abuela está de visita
—Mi esposa dejó escapar una risita antes de mirarme..
—Por supuesto. Para eso había venido mi pequeña princesa, quería ver a mis nietas y de paso hablar algunas cosas con tu marido —fueron las palabras que pude escuchar de mi mujer.
—Bueno, vamos adentro —Asuka se dio la vuelta. Ella empezó a caminar delante de nosotras dejando a mi esposa y a mi en nuestro lugar.
—Darling, creo que no le caí bien a tu hija —tome la mano de mi demonio idiota entrelazando mis dedos con los suyos para así también empezar nuestra caminata.
—Tranquila mi amor. No es que no le hayas caído bien, es solo que es un poquito celosa, dale un poquito de tiempo y verás como ustedes dos se llevarán de mil maravillas —contestó mi amada de ojos azules mirándome sonriente como siempre...
—Está bien, confió en ti, Darling —respondí.
—Mamá —llamó la chica de cabello gris al detenerse frente a la puerta de su hogar.
—Nosotras también nos detenemos. Esperando que nuestra hija volviera a hablar...
—¿Mamá Tamamo sabe que te has casado de nuevo? —Preguntó Asuka.
—Pues sí, ella lo sabe —responde mi amada apretando un poco su agarre sin lastimarme.
—Ya veo —fue lo único que escuchamos.
[...]
Unos minutos después...
—¡Abuela! —Cantaron en coro varias pequeñas que tenían el pelo naranjo y ojos color amatista. Ellas corrieron a nuestro encuentro más bien donde se hallaba mi esposa quien se soltó de mi agarre. Se puso de rodillas para estar a la altura de las pequeñas...
—¿Cómo están mis amores? ¿Se han portado bien? —Preguntó mi esposa.
—¡Sí! —Volvieron a decir en coro las pequeñas que sonreían.
—¿Otra abuela? —Preguntó una de las niñas que me miró confundida llevando su dedo índice a sus labios.
—Am.. Yo... —Volvía a tartamudear. Sinceramente no sabía qué decir frente a la pregunta de esta pequeña que seguía mirándome.
—Sí, mi amor. Ella es tu otra abuela aunque es un poquito tímida. De modo que me gustaría que jueguen con ella ¿sí? —Dijo mi amada al ponerse de pie. Ella tenía a una de las bebés en sus brazos..
—Estás pequeñas asintieron levantando sus bracitos por encima de sus cabezas mientras sonreían...
—Asuka-chan ¿dónde está tu marido? —Habló mi amada idiota.
—Creo que está afuera con Yuzaki-kun —contestó nuestra hija. Ella tenía su mano sobre la espalda de la pequeña Moroha-chan.
—¿Conque ese pasivo también está aquí? —Una sonrisa que no pude descifrar se había formado en los labios de mi esposa.
—¿Qué pasa mamá? ¿Tienes algún problema con Yuzaki-kun? —Fueron las palabras de nuestra hija que tenía sus ojos en la castaña.
—No, no tengo nada con él... ¿Sabes qué? Olvida lo que dije —contestó mi amada idiota quien tenía en sus brazos a una de las bebés que daba pequeños golpes en el busto de mi amada.
—¡Abuela..! ¡Abuela! —Exclamaron las pequeñas quienes estaban dando saltitos en su lugar. Ellas me miraban con esos lindos ojitos que tienen. Sonreí de forma involuntaria para enseguida ponerme de rodillas quedando a su altura.
—Sí pequeñas soy su abuela espero que podamos llevarnos bien —dije.
—Parece que ellas ya te consideran su abuela ¿he? —Escuche que habló mi amada que estaba a mi lado.
—Son muy lindas —sonreí mirando a las niñas que me devolvieron la sonrisa.
—Asuka-chan. Si me permites iré a ver a mi yerno. Te encargo a mi pequeña Moroha-chan —Asuka miró a su hija quien soltó un pesado suspiro antes de contestar.
—Bien. Está en el patio como te dije hablando no se que cosa con Yuzaki-kun —fueron las palabras de nuestra hija— —además me debes una gran explicación mamá
—Claro que sí. A veces pienso que la personalidad de Tama-chan se pegó a ti, princesa —dice mi esposa.
—¿Qué quieres decir? —Preguntó la chica de pelo grisáceo frunciendo el ceño.
—Pues como decirlo sin que suene mal… Quise decir que a veces mi amor.. Eres un poquito intensa —responde Asuka.
—¡Moou..! ¡Mamá…! —Exclamó la dueña de casa mientras inflaba sus mejillas. Ella tenía un lindo puchero mientras miraba molesta a su madre.
—Es solo una broma. Nunca diría que mi pequeña princesa bubu es algo dramática también —levantando el dedo índice mi amada habló haciendo enojar a su hija que empezó a emanar una aura oscura.
—Mamá no me llames así… Es vergonzoso.. —Asuka la chica de pelo grisáceo tartamudeó pero en ese momento Moroha-chan empezó a despertarse…
—La pequeña niña de pelo rubio quien estaba en brazos de su hermana mayor comenzó a moverse inquieta. Su llanto se escuchó llenando el lugar..
—Tranquila, no llores pequeña —decía su hermana mayor moviendo el pequeño cuerpo de la niña quien seguía llorando.
—Haber dejame a mi —por instinto me puse de pie para así tomar a mi hija de los brazos de Asuka. Cuando Moroha-chan estuvo conmigo ella se calmó un poco pero sucedió algo que no me esperaba…
—Shi-chan… Lo que está saliendo de tus pechos es lo que creo que es… —entre tartamudeos habla mi esposa.
—¿Estás lactando? —Preguntó incrédula la chica de ojos azules.
—Abuela… Leche —dijo una de las pequeñas niñas que estaban mirando sorprendidas lo que pasaba. Incluso yo estaba sorprendida.
—No-No-No sé qué está pasando… Quiero decir, es raro por qué no estoy embarazada —respondí teniendo mis mejillas rojas como un par de tomates.
—La pequeña Moroha seguía llorando quizás por hambre. Suspire yendo a uno de los sillones de la casa de Asuka. Me senté con la pequeña que continuaba moviéndose inquieta hasta que después de que me desabotonara la camisa y dejará expuesto mi pecho…
—Ya, ya mi niña. No llores mamá está aquí contigo. Toma aquí tienes cariño —dije acercando mi pecho a su boquita. Con algo de temor Moroha mi hija metió mi pezón dentro de su boca y así empezó a chupar la leche que empezó a salir…
—Bebé… —Dijo otra de mis pequeñas nietas que se sentó a mi lado.
—Sí, cariño. Es una bebé muy pequeña —sonreí mirando a quien ahora considero como mi nieta mientras mi hijita seguía bebiendo la leche que estaba escapando de mi pecho.
—Es algo raro pero…en cierto modo me recuerda mucho cuando cierta persona era una niña —escuche a mi esposa decir..
—Lamento si me comporte tan mal con ella, mamá pero… —habló la chica de pelo gris quien estaba al lado de su madre.
—No tienes que preocuparte, Asuka. Entiendo que para ti sea.. algo extraño. Amo a tu madre y en este tiempo que hemos estado juntas me demostró que no todo en la vida son batallas —dije mirando a mi bebé tomar la leche de mi pecho. La pequeña estaba calmada chupando la leche que dejaba salir…
—Tienes razón. Ahora tenemos otras responsabilidades. Ahora mismo hay pequeñas personitas que dependen de nosotras.. Los tiempos de guerra han terminado y ahora tenemos que vivir por nuestros hijos e hijas —contestó Asuka que esbozó una sincera sonrisa.
—Me alegra que por fin hayan dejado de querer matarse con la mirada y me refiero a ti. Mi pequeña princesa bubu —volvió a decir mi amada esposa que seguía sonriendo.
— Ya te dije mamá que no me llames así..es muy vergonzoso —susurró la chica de ojos azules teniendo sus mejillas tan rojas como una manzana madura.
—Pero te gustaba que te llame así. Además ¿recuerdas cuando ibas a dormir en la cama con Tama-chan y conmigo? Diciendo que había un monstruo debajo de tu camita —habló la mujer de pelo castaño quien empezó a hipar por alguna razón.
—Ay mamá..no digas..eso… —Dijo por lo bajo la dueña de casa quien parece quería que la tierra se la tragará.
—Bubu… —dicen algunas de las pequeñas de cabello naranjo mirando donde está su segunda madre.
—Me-Mejor me iré a preparar la cena… —fue lo último que escuchamos de nuestra hija quien se fue a paso lento hacia la cocina.
—Mi querida esposa rió por lo bajo. También sonreí mirando a las niñas que estaban junto a mí para luego mirar a la bebé quien usando su manito apretaba mi pecho para seguir bebiendo la leche que salía de mí…
—Gracias Darling… —Susurré por lo bajo. Una pequeña lágrima cayó de mis ojos pero mantuve una gran sonrisa que fue correspondida por mi esposa.
—No tienes por qué darme las gracias, mi amor. No tienes que agradecer nada —fueron las palabras de mi amada idiota quien se acercó done estoy sentada. Ella se agacho un poco para así poder besarme en los labios. Su toque cálido y dulce hizo que mi corazón latiera a mil por hora. Mis mejillas se pusieron rojas mientras movía mis labios al compás del beso…
—Nos separamos rápidamente ya que las niñas que estaban presentes empezaron a quejarse diciendo cosas como…
—Germanes.. uuuhhh…. —Dicen todas las niñas que hicieron una mueca de desagrado para luego reír divertidas.
—Te amo, mi pequeña dragoncita —mi esposa puso su frente contra la mía mientras su respiración se hacía una con la mía.
—También te amo, mi demonio idiota —respondí de la misma manera cálida. Me separe un poquito para luego tomar con una de mis manos las ropas de mi amada para que ella se acercará así mismo nos dimos otro beso…
—¡Germanes…! —Gritaron con una gran sonrisa en sus rostros. Las pequeñas niñas nos miraban sonriendo.
—A los pocos minutos de estar compartiendo un tierno momento tuvimos que separarnos tras haber escuchado las quejas de mis nietas. Que al verme solamente dijeron…
—¡Chibuela…! —Teniendo tres años de edad y como se les hacía difícil decir mi nombre ellas exclamaron sonriendo. Desde ese momento me convertí en su abuela..
—Claro que sí.. Pequeñas. Soy su abuela —dije mirando a mis pequeñas. Mientras una traviesa lágrima corría por mis ojos…
Shiryuu pov end.
[...]
Minutos después en el patio de la casa…
—¿Estás seguro de esto, Ninja? —Preguntó un chico de pelo morado y ojos verdes.
—Por supuesto que sí. Además tengo a Asuka en la palma de mi mano —respondió el dueño de casa sonriendo triunfal.
—¿Qué quieres decir? —Habló el Argentino. Estaba intrigado por saber de lo que hablaba su compañero de armas.
—Tengo en mi poder un USB donde hay..digamos material comprometedor. Sí algo me pasa y ahora si algo te pasa a ti. Este pequeño irá a las manos de Tamamo y ya sabes como es cuando se enoja —respondió el Hondureño antes de reír.
—Quién iba a decir que veríamos a esa demonio pervertida y roba chicas contra las cuerdas —comentó el Argentino de ojos verdes.
—¿Sigues molesto con ella por haberte quitado a Shiki? —Pregunta Ninja.
—¡Me duele como el orto..! ¡Ella es un amor…! ¡Además tiene un buen cuerpo! No puedo creer que se haya ido con esa pervertida de… —Antes de que algo más escapara de los labios del autor de ojos verdes una voz que ellos conocían se escuchó detrás de ellos. Con algo de miedo plasmado en sus ojos los dos chicos se giraron para encontrarse con una no muy feliz castaña que sonríe molesta…
—¿Conque soy una pervertida? ¿Una roba chicas? —Dijo Asuka quien tenía sus brazos cruzados por debajo de sus grandes pechos. Tenía una gran vena sobre su frente mientras ella fruncía el ceño.
—¡Asuka! —Gritaron los dos chicos. Retrocediendo con cada paso que daba su amiga..
—¿Cuándo llegaste? —Preguntó el chico dueño de casa.
—He llegado hace poco. Con mi esposa pero..las preguntas podemos dejarlas para después.. Ahora quiero que me digan ¿de qué tanto estaban hablando? Vamos, somos amigos y podemos hablar con confianza.. —Respondió la castaña.
—No, no es lo que parece…nosotros estamos hablando de otra Asuka ¿cierto? —el chico Argentino tembló de miedo al ver como una gran aura negra rodeaba el cuerpo de la ahora castaña.
—¿En serio? ¿La conozco? —Preguntó la chica.
—Es..Es… Una ninja no creo que la conozcas —dijo el dueño de casa temblando.
—¿Se refieren a una linda chica de pelo castaño que sale con Homura-chan? La conozco. Es una vieja amiga pero no creo que ella sea un demonio. Aunque es una bestia en la cama —respondió la ascendida mirando molesta a sus amigos.
—Sa-Sabes que..si me pasa algo tengo en mi poder el USB donde hay muchas cosas que te incriminan. ¿No querrás que Tamamo se entere, cierto? —Amenazó el chico vestido de ninja.
—Asuka se detuvo en seco a tan solo unos pasos de sus amigos—. —Es un riesgo que estoy dispuesta a correr.. Por eso Mach deine Ärsche bereit, das wird sehr weh tun (preparen sus traseros por qué esto va a doler mucho)
—¿Qué dijiste? —Preguntó el chico con el brazo impuro.
—Haftzone! Jagdzone! (¡Zona de encarcelamiento! ¡Zona de caza!) —Dijo la castaña en otro idioma. Creando una gran cúpula oscura…
—Mierda…
