—Yo… ¡Ladybug!
Él se le acercó, sacándola de sus pensamientos. Pero tan solo pensaba en que quería que ya llegara.
—¿Mm? —preguntó, con una media vuelta y una actitud normal. Casi no registraba cómo Chat volvía a tener su actitud y postura de antes. Y cuando lo hizo él ya había hablado.
—¿Viste lo que dije hace un par de semanas?
—Lo que…
—¡Sí, eso de que no sabía si mis sentimientos hacia tu persona eran reales o no! —Sonaba emocionado, se veía eufórico.
Asustaba a Ladybug.
—E-emm…
—¿Te amo? Te amo y creo que ahora me siento listo para afrontarlo de verdad, miladi. No me importa lo que digas: respetaré completamente…
—Chat…
El aludido detuvo su discurso en un santiamén ante el apodo inesperado. De todos modos ya no se creía capaz de continuar su idea.
