—Chat… —Suspiré—: te amo.
No lo podés comprender, Chat. Yo apenas puedo. Pero creo que lo más absurdo fue cuando estuve celosa de Bug. Fue algo demasiado obvio de lo que creo que te diste cuenta. E incluso yo misma te lo confesé.
No sé cómo, realmente, pero creo que lo quise entender luego de que nos reconciliáramos.
Las cosas claramente no habían regresado a lo cómodo y fácil, sino que se habían tornado distintas e incómodas. Yo debía acostumbrarme al igual que vos. Ambos tratábamos de comprendernos. Pero de los dos, fui yo quien destacó más.
Mientras dejabas de lado el romanticismo y los miladis, yo forzaba una sonrisa, palabras de ánimo… Quería compensarte, quería mejorar nuestra relación.
Y de pronto, gritaba tu nombre cuando caías y te lastimabas.
