—Vamos, tú puedes Asuka. Desde tiempos mitologicos has enfrentado muchos peligros. Peleaste contra el rey demonio del sexto cielo cuando apenas eras una niña, peleaste contra los espectros, desafiaste a los jueces del infierno y saliste vencedora, fuiste la primera saintia dorada en llevar la armadura dorada de Ofiuco, eres la mano derecha del patriarca. También enamoraste a Afrodita, a Hera, tuviste un lindo romance con Athena en el tiempo mitologico, no le temes a nada ni a nadie pero.. Hoy yo.. Asuka de Ofiuco que despertó como "Ceres la diosa del caos y la oscuridad" te enfrentas al mayor desafío de toda tu vida… Ese es.. Enfrentarte contra tu esposa que está embarazada —dije para mí misma. Inhalando y exhalando. Llenando mis pulmones de aire para luego soltar todo dejando también que el valor que había reunido se fuera— —no, no estoy preparada para enfrentarme a Tama-chan. Ya la otra vez me mandó a dormir en la casa del perro, lugar donde me mandan cada vez que..cometo un error. Fue por una simple como tonta equivocación… —Dejé escapar un pesado suspiro bajando mi cabeza haciendo que las bolsas que tengo en las manos sonarán.
-Estuve un par de minutos que para mí se convirtieron en horas. No quería entrar si allí se encontraba mi esposa que ahora ya cumplió los cuatro meses de embarazo. Sus sintomas son peores que antes, es decir, cuando estaba embarazada de Sayaka y Akemi, me pedía cosas casi imposibles pero ahora era mucho peor, quería correr pero no podía hacerlo. Me quedé parada en mi lugar por unos cuantos minutos más hasta que el toque de cierta persona hizo que saltara por el susto que casi me saca el corazón. Volteé y me encontré con una de mis esposas, una hermosa mujer de pelo plateado, cuerpo de infarto, ella sonreía divertida ante mi molestia…
—Parece que te asuste, Darling —dijo mi linda esposa que seguía sonriendo parada a mi lado.
—Casí me matas de un susto, Shiryu-chan —la mire molesta pero teniendo una sonrisa también en mi rostro. Hacía mucho tiempo que no la veía..
—Lo siento cariño. Pero tienes que admitir que fue divertido. ¿Por cierto qué haces con esas bolsas? —Preguntó mi amada chica de pelo plateado.
—Adivina mi amor —dije sonriendo de forma forzada antes de dejar que otro pesado suspiro escape.
—Hm.. ¿Mae-dono está embarazada y tienes que llevarle esto para que no te haga dormir en la casa del perro? —Volvió a decir mi amada.
—Asentí teniendo encima de mí persona una nube de color negro.
—¿Acerté? —Mencionó Shiryu-chan.
—A veces detesto cuando tienes razón. Tengo que llevar esto por qué si no Tama-chan me hará dormir en la casa del perro —respondí llorando muy al estilo anime con grandes cascadas de agua salada cayendo por mis ojazos chulos.
—La chica de pelo plata empezó a reír por lo bajo para mi molestia..
—Lo siento mi vida. Pero tienes que admitir que en cierto sentido es muy divertido —habló mi amada.
—Sí, claro como no. ¿Dónde están las chicas? Pensé que vendrían contigo —pregunté.
—Chouhi-san, Kan'u-san y Ryubi-san están todavía en la academia. Por lo que se Ryomou-san como Hakufu-san se encuentran de viaje con la prima de Sonsaku-san —me respondió mi amada de pelo plata.
—Entonces..eso quiere decir que tengo a mi linda dragoncita para mí sola. Podemos pasar un lindo momento juntas ¿sabes? El verte con ese uniforme me enciende mucho ¿hace cuánto que hemos tenido una noche salvaje de sexo? —Dije mientras me acercaba donde mi esposa quien retrocede antes de que ella hiciera algo o dijera palabra alguna tomé su mano para tirar de ella sin lastimarla. De ese modo su cuerpo estaba junto al mío—. —¿Quieres ir a un lugar más privado, mi amor?
—Ante mis palabras el rostro de Shi-chan como le llamo se encendió en colores hasta que el color rojo se hizo con su rostro…
—Reí divertida ante la molestia de mi chica de cabellera plateada..
—No-No es nada divertido. Eres muy mala conmigo —dijo sonriendo por lo bajo. Ella rodeó con sus brazos mi cuello pegando sus grandes pechos contra los míos.
—¿Lo deberé tomar como un sí? —Pregunte ganándome un tierno beso por parte de mi amada que al separarse nuestros labios habló…
—Pues tú dime señorita Tachibana. ¿Iremos a donde siempre? —Shi-chan se acercó a mi oído para decir aquellas palabras antes de separarse sonriendo.
—Por supuesto que sí pero primero tengo que entregar lo que me ha pedido Tama-chan. Cuando me desocupe necesitaremos otra cama, cariño —mencioné dando un pequeño salto en mi lugar debido a que mi princesa de pelo plateado quitó una de sus manos para dejarla caer encima de mi trasero.
—Al parecer alguien quiere ser castigada ¿he? —Dije riendo al tiempo que mi amada también reía por lo que acabo de decir. Nos dimos un pequeño beso en los labios antes de separarnos…
—Hazlo lo que quieras conmigo, mami. Sabes que mi cuerpo es tuyo —eran las palabras de mi esposa quien desprendió un poquito su camisa dejando ver un poco de sus pechos…
—Di-Di-Dime Shi-chan… ¿Estás usando ropa interior? —Pregunté con algo de miedo por la castidad de mi mujer.
—Por supuesto que sí. Solamente me molestaba un poco el sostén por eso mismo me lo había quitado ¿acaso no te gusta lo que ves? —comentó con una pícara sonrisa mi linda dragoncita.
—En ese caso podremos ir a comprar un lindo sostén para mi traviesa gatita —sonreí divertida guiñando mi ojo. Provocando que ella volviera a sonrojarse..
—Luego de ese lindo momento compartido con mi esposa de pelo platino. Ambas entramos a nuestro hogar tomadas de la mano siendo recibidas por varios bebés que al ver a su madre de cabellera plateada se acercaron a ella para luego quedar sentados frente a mi esposa. Shi-chan acomodo un poco su falda para ponerse de rodillas mientras pasaba su mano por la mejilla de sus hijos adoptivos mismos que sonrieron levantando sus bracitos por encima de su cabeza… Otros niños que ya contaban con un año de edad se pusieron de pie para dar pequeños golpecitos en los brazos de mi esposa que sonrió por lo bajo. Pero no todo podía ser felicidad ya que…
—Veo que has regresado.., Darling. ¿Trajiste lo que te pedí? —Preguntó mi linda esposa de cabellera rosa desde su lugar en el sillón más grande de la sala.
—Aquí tengo lo que me pediste Tama-chan —me acerqué donde mi esposa poniendo mi rodilla sobre el cojín de aquel mueble para así darle un beso en la mejilla a mi mujercita quien sonrió moviendo su cola. Me separé para sentarme a su lado teniendo las bolsas con los dulces que me pidió. Cuando se los entregó su expresión cambió radicalmente…
—Darling estos no son los dulces que te había pedido. Además no me gustan de esta marca —se quejó Tama-chan moviendo todavía su cola de lado a lado.
—Pero cariño siempre te gustaron estos dulces. Los comías cuando estabas embarazada de Akemi-chan y Sayaka-chan —dije sonriendo nerviosa. Me había acomodado a su lado teniendo mis ojos en su figura y ella tenía sus ojos posados en mi persona.
—¿Ahora me estás llamando mentirosa? —Preguntó con el ceño fruncido mi dama zorro.
—Claro que no solo estoy diciendo que… —Mis palabras fueron silenciadas por las fuertes declaraciones de mi mujer.
—¿Entonces soy una mentirosa? —Volvió a decir mi amada de pelo rosado.
—Por supuesto que no mi amor solo quería decirte que… —De nuevo fui interrumpida por mi esposa quien ahora mismo había encendido sus poderes.
—¿Qué querías decirme? ¿Qué estuviste con alguna golfa? Eso es lo que quieres decirme —su energía bajó de golpe ahora se miraba deprimida como queriendo llorar y eso pasó de la nada empezó a llorar— —seguramente estuviste revolcandote con alguna golfa por allí..ese perfume.. no es el que te regale en tu cumpleaños… ¿Me estás engañando? Dime la verdad
—Suspiré de forma pesada tomando las manos de mi esposa al tiempo que sonreía…
—Tama-chan ¿para qué querría ir con otra mujer? Tengo a las mujeres más hermosas conmigo en este lugar. A parte seré mamá de nuevo. Te amo a ti y no me iría con ninguna otra mujer —dije.
—¡Entonces por qué vienes tan tarde todos los días..! ¡Me estás mintiendo..! —Exclamó mi mujer.
—Cariño. Siempre llego a la misma hora y el que esté llegando tarde es por que una de las maestras se está por jubilar. Por eso mismo las más jovenes tenemos más trabajo, en otras palabras ahora tengo que de dos salones —respondí intentando que mi explicación calmará un poco a mi esposa.
—Tama-chan me miró con sus ojitos llenos de lágrimas cuando se apartó de mi agarre…
—No te creo nada..me estás engañando con alguna mujerzuela. Seguramente debe ser la directora de Yuigaoka.. ¿Es con ella con quien me metes los cuernos? Claro..como ella es joven y bonita y no está así como yo… Te vas con ella a hacer quién sabe qué cosas… —Decía mi esposa con pesadas lágrimas cayendo de sus ojos.
—Sabes que Misaki-chan y yo solo somos amigas. Lo nuestro terminó hace mucho tiempo —ahora tenía una gran vena sobre mi frente mientras intentaba sonar calmada pero…
—Sí, claro y yo me chupo el dedo. ¿¡Sabes que!? Puedes irte con esa golfa. Vete con ella Ángel y a mí déjame que me quedaré con tus hijos.. Así su madre puede irse con cualquier mujerzuela que se le ofrezca… —Dijo ella al ponerse de pie.
—¿Enserio? —Pregunté.
—Vete Ángel… Vete..
