Esta viñeta fue escrita para el evento "dulce o truco" de la página de Facebook Shikatema: Hojas de Arena


Siempre juntos

El cuerpo de la morgue desapareció, eso fue lo primero que escucho cuando entro a la división de inteligencia de Konoha, la conmoción era evidente la gente corría de un lugar a otro, la revisión de los videos de las cámaras de seguridad era una prioridad, averiguar cuales habían sido los puntos vulnerables que permitieron tal acto y por supuesto detectar y detener a quien había realizado tal acto. Él simplemente camino por el lugar apoyando a los demás miembros, analizando las fallas y dando teorías de cómo podría haberse llevado a cabo el acto, aunque esa no era la razón principal por la que estaba en ese lugar sin duda se había convertido en la prioridad por lo que ayudar era parte de su deber…

La noche había caído para cuando abandono el recinto las luces de las calles iluminaban el camino de regreso, los ninjas en la división de inteligencia seguían buscando el cadáver sin mucho éxito hay quienes pensaban que para esa hora ya lo habrían sacado de la aldea y probablemente estuvieran llegando a la frontera… a alguna frontera pues no tenían idea de quién o a que aldea pertenecía el perpetuador, aun así le permitieron retirarse a su casa había hecho todo lo que estaba en sus posibilidades para ayudarlos a encontrarlo, por lo que ahora regresaba a casa.

Al menos eso era lo que todos pensaban, pero la realidad era otra una vez entrando a los terrenos de los Nara se adentró en el bosque, hasta lo más profundo ahí donde estaba aquella pequeña y vieja cabaña, un lugar que solo conocía el líder del clan. Entró por la vieja puerta y ahí en la cama que dominaba el centro de aquel espacio es que la vio, su precioso cabello rubio resplandecía libre de sus acostumbradas cuatro coletas, aun podía oler el suave perfume del bosque impregnando su piel justo como siempre debió haber sido, como era antes de que los estúpidos consejeros de Suna y el clan anularan su matrimonio, antes de que la alejaran de ellos. Antes de que los obligaran a dejar de ser dos en uno aun cuando se habían materializado en un nuevo ser.

Paso su mano por su pálido rostro a pesar de que el rigor se estaba haciendo presente aun podía sentir un leve rastro de calidez en la piel, bajo su rostro para poder besar su frente como no lo había hecho en mucho tiempo y podría jurar que la casi imperceptible sonrisa que solía darle cada vez que lo hacía apareció en sus labios, eso le animo a trepar en la cama y recostarse junto a ella, la abrazo como lo hacía ataño y por primera vez años se permitió llorar, un llanto silencioso porque su orgullo no le permitía que fuera de otra manera, se mantuvo ahí por algunos minutos. Seco sus lágrimas y salió de aquel lugar.

En camino a casa no pudo evitar sonreír porque ahora siempre estarían juntos, porque volverían a ser una familia, pero por ahora debía prepararse para mañana cuando le informaran que el cuerpo robado era el de ella, tenía que pensar en los 200 movimientos que le permitieran evitar un conflicto con Suna, pero eso ahora no importaba solo quería disfrutar el momento, ese que espero por años, muchos años… porque su padre había cumplido su promesa y su madre había vuelto a casa, porque de nuevo eran una familia y estarían siempre juntos.

Porque tenía Diecisiete años y había esperado doce para esa imagen nuevamente… su padre sosteniendo la mano de su madre… abrazándola por un costado mientras su cabeza eta recargada en su cuello, en ese gesto que recuerda haber visto cada mañana cuando se colaba a la recamara de sus padres y se metía en la cama con ellos… porque nadie lo sabría y ahora él tenía sus padres de nuevo, aunque ellos fueran solo cadáveres…


No es lo mejor pero me gusto como quedo