- Capítulo 3 -
Teman a la Reina, teman a Chaos
Los tres días habían pasado, y tanto Zesshi como su grupo estaban ahora listos para apoderarse de la mazmorra. ¿Iba a ser difícil? Por supuesto, ¿eso importaba? No, claro que no, ellos aún si fuera la mazmorra más imposible de todo Yggdrasil, aun así, lo intentarían con todas sus fuerzas.
Y eso hicieron, armados hasta los dientes con todo tipo de armas y armaduras de clase Divina, solo algunos portaban el famoso set del caos, algo que Zesshi compartió hace mucho tiempo con sus compañeros, pero que no pudo hacerlo con todos debido a la falta de cristales del caos. Cosa que se solucionaría una vez tuvieran el NPC creado junto con el núcleo de caos, pero aún quedaba tiempo para eso.
Si bien podría creerse que aquellos con el set del caos tendrían equipos con apariencias iguales, nada estaba más lejos de la realidad, porque todos los ítem con el cristal de caos en su interior podían cambiar de estado, alternando entre su forma original y el estado del caos, tal y como lo hacían los ítems hermanos Escudo del Caído y La Consumidora.
En este momento se encontraban frente al inmenso castillo, cubierto de arriba abajo por musgo y plantas, y, aun así, seguía manteniéndose en pie, como una voluntad inquebrantable le permitiera no ceder al tiempo.
- Sigue igual que la última vez, que suerte, ¿no chicos? -
El grupo asintió alegré, y varios emoticones con rostros emocionados aparecieron al lado de sus cabezas.
- ¡Jefa! ¡¿Está segura de que no nos van a despedazar ahí dentro?! ¡No quiero perder todos mis ítems y niveles! -
- Daichi, no seas una llorona. Te lo dije miles de veces, les vamos a patear el trasero a todos esos NPC de Mierda y conquistaremos esta mazmorra. ¡¿No tengo razón?! -
- ¡Si! -
Todos levantaron sus puños con emoción, confianza, y determinación, porque todos ellos creían que su líder, aunque joven, jamás se rendiría, y eso les daba fuerzas.
- ¡Ahora, tomemos a esta mazmorra! -
Poderosos gritos de batalla resonaron por todo el lugar, y segundos después, el extenso grupo de cincuenta personas, se introdujo al castillo.
Las horas pasaron, la batalla había sido muy dura, y en proceso algunos murieron y revivieron, perdiendo así sus preciados niveles, pero eso no los detuvo en ningún momento. Y ahora se encontraban en el último piso, ellos estaban en la Sala del Trono.
Frente a los cansados Jugadores miembros de la Orden del Caos, yacía el Jefe Final, y con quien habían estado luchando por bastante tiempo. Este monstruo que los había agotado a más no poder era conocido como...
- ¡Laidly Dowr! ¡Jefe de mierda! ¡¿Puedes morirte ya?! -
- ¡Jefa, por más que le grite no va a contestarle! -
- ¡Es cierto, Senpai! ¡Enfoca tu furia en tus ataques! -
- ¡¿Y qué creen que he estado haciendo hasta ahora?! -
- ¡Onee-chan, no te alteres y enfría tu cabeza! ¡Te necesitamos cuerda para tus ataques! -
- ¡Chicos, creo que Zesshi va a tener un colapso mental! ¡Otra vez! -
- ¡Oh no! -
Las burlas y risas no se hicieron esperar por el resto de sus compañeros, y es que en cierto modo era verdad, Zesshi se enfadaba con facilidad, pero era una furia infantil, porque cuando realmente se enojaba, bueno, mejor pregúntenle a Sōzō no herarudo al respecto, él sabe mejor que nadie que no deben meterse con la joven.
- ¡Después de esto, me las van a pagar! ¡¿Me oyeron?! -
- ¡Si! -
Varios emoticonos sonrientes surgieron de sus compañeros, de sus amigos, a lo que Zesshi solo suspiró molesta.
- En serio ustedes... me sacan de quicio. -
Una sonrisa se formó en el rostro verdadero de Hoshi, y con una determinación renovada, alzó su nueva y recientemente adquirida guadaña, la Guadaña de Mundo "Zesshi Zetsumei", y apuntó al poderoso Dragón frente a ella.
- ¡Ahora matemos a esta perra! ¡¿Quieren?! -
- ¡Así se habla, Líder de Gremio! -
Todos utilizaron sus habilidades en conjunto, realizaron varias estrategias y unieron los atributos de cada uno en varios poderosos ataques. Y, después de un pequeño periodo de tiempo, ellos se alzaron con la victoria.
- ¡A partir de ahora esta mazmorra es nuestra! ¡Pasaremos a la historia! ¡Y desde este momento, los nueve mundos temerán nuestro nombre! ¡Todos temerán al Caos! -
Con este último y poderoso discurso, el Gran Castillo de Dowr fue reclamado por ellos, y ese día su logró sería reconocido por todos en Yggdrasil, todos temerían su poderío, su sola mención causaría escalofríos en las personas. Porque ese día daría oficialmente comienzo a uno de los gremios más impredecibles y caóticos que hayan pisado Yggdrasil.
Esta es la historia del ascenso de la Orden del Caos.
Luego de la conquista de la poderosa mazmorra, el logró del gremio fue de conocimiento popular, hubo personas que quisieron invadir la mazmorra aprovechando que sus miembros estaban debilitados, pero nadie se esperó que el paso sería restringido por un Ítem de Mundo, uno que específicamente impedía el ingreso de desconocidos a la mazmorra por al menos dos meses.
Este hecho desconcertó a muchos, y varias quejas se llevaron a cabo a los desarrolladoras, pero estos informaron que todo había sido realizado de forma legal, por lo que debían conformarse con esto, y por lo tanto los únicos que podían ingresar eran aquellos Jugadores con Ítem de Mundo, pero nadie sería tan estúpido para arriesgarse a morir y perder su ítem más valioso.
Por lo que entonces, la Orden del Caos pudo reorganizarse y comenzar a aplicar mejoras al castillo, y en el proceso disfrutar de sus nuevas recompensas.
Esto último Zesshi lo estaba disfrutando como nadie.
- ¡Que asiento más cómodo! -
Un grito de alegría retumbó por toda la gran sala del séptimo piso, el cual era la misma sala del trono en la cual se habían enfrentado al poderoso Dragon Jefe.
- ¡Este trono es lo mejor! No creí que nos dieran un ítem de Mundo por conquistar esta mazmorra, pero supongo que era obvio, si al gremio de Momonga le dieron el Trono de Reyes, era justo que a mí me dieran uno también. ¡El Trono de la Reina, queda perfecto para mí! -
Mientras Zesshi seguía frotando su cuerpo contra el trono, aún si los sentidos del tacto estuvieran limitados en Yggdrasil, ella quería disfrutarlo al máximo. Lástima que su disfrute sería interrumpido.
[Mensaje]
- Onee-chan, el Ítem de Mundo, la Barrera de la Creación, está funcionando perfectamente, ningún jugador podrá entrar al castillo, aunque lo intente, a menos que también tenga un ítem de Mundo, claro, pero usarlo así sería una tontería. -
- Chishi, ¿interrumpiste mi descanso solo por eso? -
- No, también quería avisarte que ya podemos empezar con la remodelación del castillo, y si quieres y tienes los ítems, puedes ir empezando a crear tu primer NPC. Con el resto ya lo acordamos, y queríamos que tú hicieras los honores, Onee-chan. -
Esto hizo a Zesshi salta del trono y sonreír con locura.
- ¡¿En serio?! -
- ¡Si! Los chicos dijeron que estaba bien, y ya les expliqué que de seguro quieras hacer dos, por eso de los gemelos y todo eso. Puedes asignarles los niveles máximos también, pero recuerda que el resto de nosotros también queremos crear nuestros propios NPC. Así que no te emociones y crees NPC de más, ¿sí? -
- ¡Bien! Que creé la cantidad de NPC que quiera, gracias mi querido Otōto. -
- ¡¿Qué?! ¡No! ¡Onee-chan, tú...! -
- ¡Y adiós! -
El [Mensaje] fue cortado forzosamente, y de inmediato vio como en su pantalla aparecieron nuevos hechizos de [Mensaje], pero ella los ignoró todos y empezó con su trabajo.
- Ahora, ¿por dónde empiezo? Ya tengo los diseños guardados en la consola, solo tengo que subirlos y aplicarlos a Yggdrasil, la historia de cada uno también, los ítem necesarios... creo que los tengo todos, ¿no? -
Zesshi se colocó en una pose pensativa, pero al final alejó todas sus dudas de su mente, porque ella ya sabía qué hacer.
- Son gemelos, ¿no? Es justo que nazcan al mismo tiempo, así que, los haré a ambos a la vez. -
La Semi-Elfa se frotó las manos de la emoción y un emoticón radiante de alegría aprecio al lado de su cabeza.
- ¡Esto va a ser divertido! -
Ese día Zesshi estuvo muy ocupada navegando sobre la herramienta de personalización de NPC, colocando los archivos 3d de ambos diseños, copiando la historia de cada NPC, sus personalidades, y como se comportarían alrededor de su creadora, el resto de miembros del gremio, y con sus futuros compañeros NPC, que al Zesshi no saber cómo serían solo colocó "serían curiosos al respecto, pero siempre amigables y respetuosos no importa la personalidad".
Las vestimentas con las que equipó a los gemelos fueron lo mejor de lo mejor, ítems de Clase Divina fusionados con cristales del caos reservados exclusivamente para ellos dos, estos ítems fueron forjados con la ayuda de Shukumei no Kajiya, el herrero del gremio, y a quien Zesshi torturó por una semana entera al explicarle las especificaciones de los ítems, y yendo a observar su progreso día a día. Esto agotó tanto la mente de Shukumei no Kajiya, que casi le suplicó a Zesshi que al menos por un tiempo no le pidiera hacer nada para ella, cosa con lo que la Semi-Elfa estuvo de acuerdo, después de todo ya tenía lo que quería.
Les asignó a los NPC sus puestos y rutas de movimiento, aunque ella pensaba que seguramente sería modificado en un futuro, después de todo iban a aumentar la cantidad de pisos, remodelar todo el interior y exterior de la mazmorra.
Durante todo el tiempo en el que Zesshi se encargó de crear a sus NPC, el resto de sus compañeros ya estaban comenzando las remodelaciones de algunos de los pisos, ya que habían planeado y acordado todo con antelación.
Y cuando el día terminó, la mayoría ya se había ido a dormir, mañana sería lunes y todos tenían que descansar para cumplir sus responsabilidades. Los pocos que se quedaron eran el típico trío y un miembro inusual.
- Y yo digo, Chishi-san, que deberíamos crear un grupo de sirvientas especializadas en el combate. -
- No tengo problema con eso, pero, ¿tienen que ser todas Dríadas? ¿No pueden ser de otra especie? -
- ¡Por supuesto que no! Si yo voy a ser su líder, ¿no es obvio que deben ser subordinadas de mí misma especie? Claro, algunas serán hechiceras arcanas, otras divinas, algunas guerreras, pero todas de la especie Dríada. -
- A mí me parece un tanto... -
- ¡Aburrido! -
- ¡¿Perdón?! Kyūban-san, le voy a pedir que retire eso. -
- ¡Pero si se escucha muy aburrido, Daichi-chan! -
- Otra vez con eso del "chan" ... Por favor, llámeme con el "san" si no es mucho pedir, no soy una niña. -
- Pero si solo tienes cuatro años menos que yo, i-chan. -
- ¡Tengo dieciséis años, he dejado de ser una niña hace años! Y no somos lo suficiente cercanas como para que me llamé así. -
- Eso es porque eres una chica tímida y no quieres que seamos super amigas, solo dejas que Senpai se te acerque. -
- Con Zesshi es diferente... -
Daichi miró hacía un lado tímidamente, mientras que un emoticón con sonrisa picará aparecía al lado de Kyūban, Chishi solo se mantenía al margen de la conversación, no era muy bueno con este tipo de temas y menos si involucraban a su hermana.
- ¿Podrá ser...? Daichi-chan, ¿te gusta Senpai? -
La cabeza de Daichi se giró tan rápido, que casi parecía que se iba a desnucar sola.
- ¡Cállate! ¡Nunca digas eso en frente de Zesshi, jamás! ¡¿Oíste?! -
- ¡Ohhh! ¡¿Entonces tenía razón?! Senpai sí que es una chica suertuda, se ganó el corazón de tan buena jovencita. -
- ¡Que te calles! -
La Dríada saltó sobre el Kraken, y aunque no podían hacerse daño mutuamente, si eran capaces de afectarse entre sí de distintas formas, y en este caso, Daichi estaba tirando de los cabellos de Kyūban, a lo que esta se resistía divertida con sus tentáculos. Chishi, bueno, el solo observaba de lejos la situación.
- ¿Qué es todo este escándalo? -
Una voz provino desde el fondo de la inmensa habitación del séptimo piso, la voz de una Semi-Elfa cansada resonó por todas partes, y a su vez detuvo las acciones de sus compañeras y amigas de gremio.
- ¡Jefa! -
- ¡Senpai! ¿Ya terminaste con los NPC? -
- Recién, pero me gustaría hacerles algunas modificaciones una vez que terminemos la remodelación completa del castillo. ¿Y ustedes qué están haciendo? -
Zesshi miró a las mujeres y luego a Chishi, este le saludo tímidamente con un "Onee-chan", le devolvió el saludo y regresó su mirada a ambas mujeres. Estas aún seguían tirando una de la otra, solo que esta vez en lugar de mirarse entre sí, ellas estaban viendo a su líder.
- Me enteré de algo muy divertido, pero Daichi se molestó y me atacó. -
- ... De seguro tendrá sus razones, siempre eres muy entrometida. -
- ¡Hey! ¡No soy entrometida, solo me gusta saber de la vida de los demás! -
- Eso suena tan a entrometida. -
- ¡Senpai! -
- Ahora, ¿podrían separarse? Es raro. -
Ambas notaron que aún seguían agarrándose la una a la otra, por lo que al instante se soltaron y volvieron a sus posiciones anteriores.
- Bien, ahora que todo es normal, ¿quieren ver a mi preciosas creaciones? -
Todos asintieron de acuerdo y siguieron a la Semi-Elfa a través de toda la habitación, caminaron por varias otras habitaciones igual de grandes, y finalmente llegaron a la sala del trono. Ahí se encontraban dos figuras, ambas femeninas, o eso parecía a simple vista.
- Onee-chan, ¿no dijiste que los gemelos serían un chico y una chica? ¿Por qué hay dos chicas? -
Una pequeña risa se produjo desde el avatar de Zesshi, se colocó a unos pasos de sus NPC, y señalo al NPC Ángel.
- Déjame primero presentarte a la Seraph Empyrean, Sariel. Si, sé que es un nombre muy común para un ser de especie ángel, pero que te digo a veces me gusta lo común. Ella es principalmente una Clériga, tiene las clases Alto Clérigo, Clérigo de Batalla, y demás, también tiene clases de Druida y Alto Druida para un buffeo constante. En serio, esta chica, aunque no hace mucho daño, tiene demasiado maná y una cantidad de vida decente, es el soporte por excelencia. -
El trío solo soltó un audible "Wow" y siguió a Zesshi con la mirada.
- Ahora pasemos a mi otra preciada creación, ¿qué tal? ¿Les gusta el diseño? ¿Qué dices Chishi? ¿Te gustaría tenerla de novia? -
El pobre Slime retrocedió un paso ante la atrevida pregunta de su hermana.
- ¡¿Onee-chan?! ¡¿Qué preguntas son esas?! -
- Vamos, solo di Si o No. -
- No voy a decir nada. -
- Vamos. -
- Nunca. -
- ¡Vamos! -
Zesshi siguió insistiendo a que respondiera, hasta que llegó un punto en que Chishi no aguantó más y explotó.
- ¡Como quieras! ¡Si! ¡Es muy bonita, no tendría problemas con que fuera mi novia! -
- Pff... -
- ¿Eh? -
Las risas de Zesshi se filtraron por el micrófono, y aunque en un principio todos creyeron que era porque Chishi había admitido algo vergonzoso, no sentían que fuera así, y el trío llegó a la conclusión de que "aquí hay gato encerrado".
- Chishi, ¿quieres saber que es tan gracioso? -
Temeroso, Chishi preguntó.
- ¿Qu... qué cosa? -
- "Ella" en realidad... ¡Es un hombre! ¡Chishi, acabas de admitir que te gusta un hombre! ¡Y lo mejor de todo es que lo tengo grabado! -
Más risas surgieron de la Semi-Elfa, y durante el tiempo en que ella estaba riéndose sin parar, Chishi solo se encontraba mudo, pero no era el único, Daichi y Kyūban tampoco hablaban.
Pasó casi un minuto entero, hasta que Zesshi se dio cuenta de que era la única riéndose, y esto la confundió.
- ¿Por qué no se ríen? -
La primera del trío en hablar fue Kyūban, solo que esta vez su voz juguetona se había ido.
- Es que, no sé, no entiendo que es lo gracioso, Senpai. -
- Yo tampoco, Jefa. -
- Estoy igual, Onee-chan. -
Zesshi por primera vez en mucho tiempo se quedó muda ante tales respuestas, y por unos momentos no supo que más decir.
- ¿En serio no entienden el chiste? -
- No. -
Contestaron todos al unisonó.
- ... ¿Estaré tan desactualizada socialmente? Pero, si esos chistes siempre se usaban en mi mundo... Oh, es por eso, los años son diferentes por lo que la sociedad no es la misma, ¿cómo no noté esos cambios hasta ahora? Ah, sí, solo me dedicaba a jugar videojuegos sola o con Chishi... -
La aturdida Semi-Elfa siguió murmurando para sí misma, aislada del mundo exterior y sin prestar atención a quienes la rodeaban.
- ¿Creen qué onee-chan este bien? -
- No lo creo, Chishi-san. -
- Tranquilos, solo hay que despertarla de su trance. ¡Senpai! ¡Daichi-chan quiere decirte algo importante! -
- ¡¿Ehh?! ¡Cállate, Kyūban! ¡No digas nada! -
Con ese gran grito Zesshi salió de su estupor y miró a sus amigos, principalmente a Daichi.
- ¿Qué querías decirme, Daichi? -
Daichi se quedó paralizada por un instante, pero rápidamente se vio obligada a salir de su shock momentáneo, porque la mirada fija de Zesshi estaba haciendo su rostro real ruborizarse hasta los extremos.
- ¿Daichi? -
Temblorosa, nerviosa, y avergonzada, miró de reojo a Kyūban y la observó con malicia, a lo que está solo mostro el signo de la paz en ambas manos. Volvió su mirada a su querida jefa, y con leve tartamudeo, respondió.
- Es... este, yo... quería saber si tú... quisiera salir uno de estos días. -
- ¿Cómo una salida de amigas o algo así? -
- S... si. Pero solo si quieres. -
- Claro no hay problema, luego arreglamos la fecha, la hora, y el lugar, por suerte para ti tengo unos lugares increíbles en mente. -
- Me encantaría. -
Un leve suspiro enamorado salió de Daichi, y a partir de ese momento solo tuvo ojos para Zesshi. Ni siquiera la molesta de Kyūban podría afectarla en ese estado.
Kyūban rio un poco ante esta situación, por el lado, Chishi solo sonrió internamente.
- (Les deseo lo mejor ambas, Daichi-san, Onee-chan.) -
- Bueno, como iba diciendo. Este hermoso chico de aquí es un Incubo, su nombre es Haniel, y es un Trap como pueden ver, lo diseñé de esta forma porque... ¡Se veía tan lindo que no me pude resistir! -
Nadie dijo nada ante tal aclaración, solo siguieron escuchando la explicación de Zesshi.
- Su construcción es simple, es mayormente basado en la defensa, tiene la clase Guardian, Guardia Negra, entre otros. Para hacerla me base en un personaje del mismo tipo que leí en una novela hace tiempo, podría decirse que me copie, pero en realidad solo coloque unas cosas parecidas, lo demás es todo mío. -
Todos asintieron y felicitaron a Zesshi por sus maravillosas creaciones, cosa que la Semi-Elfa aceptó con gusto.
- Ah, Onee-chan, ¿no te olvidas de algo importante? -
- ¿Qué cosa? -
- Los niveles de Karma. -
- Es cierto, no les conté sobre eso, pero creí que era obvio. ¿Un Ángel y un Demonio? Está claro que Sariel tiene el Karma positivo 500 y Haniel en negativo 500, lo coloqué así porque quería que representaran al máximo a su propia especie, el Bien Absoluto y la Maldad Absoluta, blanco y negro, yin y yang, y ese tipo de cosas. Solo que en este caso el lado Yin sería el masculino y el lado Yang el femenino. -
Luego de terminar, Zesshi dio un repentino aplauso y sonrió para sus adentros.
- Creo que ya es hora de que cada uno nos vayamos a la cama, ya es muy tarde, ¿no creen? -
- Senpai tiene razón, me muero de sueño, y mañana no podré jugar mucho, tengo algunos trabajos que hacer. -
- Yo igual, mi jefe me está pidiendo horas extras últimamente. -
- Daichi-san, tú trabajabas de medio tiempo en una tienda de conveniencia, ¿no? -
- Si, es agotador. -
- Chishi y yo mañana apenas terminemos las clases y todas nuestras tareas entraremos a Yggdrasil, si tienen tiempo únanse, pero si están muy cansadas mejor otro día. -
- Claro, que suerte ser tú, Jefa. -
Una pequeña risa incomoda salió de la boca de Zesshi, cosa que el resto notó, pero no dijo nada al respecto.
- Tranquila, de seguro todo mejorara, y no olvides que todavía tenemos que organizar nuestra salida. -
Esas últimas palabras reanimaron el estado de ánimo de la joven dríada. -
- ¡Claro, Jefa! -
- Bueno, con todo ya hecho, los veo mañana o pasado, que duerman bien. ¡Bye bye! -
- Buenas noches, Senpai. -
- Adiós, Jefa. -
- Adiós, Daichi-san, Onee-san. -
- ¡Descansa bien, Chishi-chan! -
- Adiós, Chishi-san. -
Ambos hermanos se desconectaron del juego y volvieron a sus realidades, mientras tanto, Daichi y Kyūban aún seguían en el castillo.
- Así que, ¿tendrán una cita? -
- ¡Ahgg! Ya cállate. -
- No te enojes, sabes que me gusta molestar a los demás. -
- ... Haz lo que quieras. -
Las dos estuvieron en silencio por un tiempo, no era un aire incomodo, solo no sabían de qué hablar al no tratarse demasiado entre sí. Y esto duro solo hasta que Daichi decidió decir algo, hizo una pregunta que había mantenido guardada por mucho tiempo.
- Y... ¿cómo te va con "eso"? -
- Normal, supongo, ¿por qué lo preguntas ahora? ¿Fue por senpai? -
- Si. A ella no le gusta hablar del tema, y yo no quería que se molestara, eso es todo. -
- No tienes que preocuparte por eso, si senpai te dice algo al respecto, ven a mí y cuéntamelo, la voy a regañar mucho y aprovechare para molestarla. -
Kyūban terminó esta última frase con una risita y Daichi la acompaño.
- Ella es muy sobreprotectora contigo porque te quiere. -
- Lo sé, y yo también la quiero, creo que le recuerdo a alguien, o eso me ha hecho pensar. A veces creo que oculta algo, pero no sé qué es. -
- ¿Ocultar? ¿La Jefa? -
- Suena loco, pero, cuando se vuelve muy sentimental suena como si extrañara algo, o quizás es un alguien. De seguro crees que solo estoy diciendo cosas extrañas. -
- No, yo... yo también lo he notado. A veces cuando hablamos a solas y me cuenta de sus cosas, ella de repente se queda en silencio y a veces murmura un nombre. Ella dice Nailah. -
- ¿Nailah? ¿Estas segura? -
- Si, lo recuerdo porque es un nombre inusual. -
- Que extraño. -
- ¿Por qué? ¿Sabes quién es? -
- No, pero lo mencionó una vez, hace tiempo, dijo cosas raras en ese entonces. -
- ¿Qué tipo de cosas? -
- Que era un nombre que recordaba de otra vida. -
El silencio se asentó en ambas mujeres nuevamente, como si estuvieran procesando el significado de esas palabras.
- Entonces... ¿La Jefa es una reencarnada? -
- Puede ser, no lo sé realmente, quizás es un ser superior que decidió volverse un mortal y hacer de este mundo su patio de juegos. ¿Puedes creerlo? -
- Ja, ja, que chistosa. Eso es imposible, y si lo fuera, estamos hablando de la Jefa, ¿crees que ella sería capaz de algo tan diabólico? -
- No. -
Tanto Daichi como Kyūban respondieron simultáneamente, y debido a esto no resistieron las ganas de reír.
- Senpai no podría hacerle daño ni a una mosca, a menos que esta mosca este revoloteando sobre su cabeza sin parar, ahí le declararía la guerra a toda una especie entrera. -
- Es verdad, así es ella. -
Más risas surgieron de ambas, y ya estando al final de la conversación, Daichi habló.
- Creo que ya me voy a dormir, Kyūban-san, no te sobreesfuerces con tu trabajo mañana, ¿bien? -
- Ya, ya, deja a los adultos preocuparse por los jóvenes, y lo mismo digo, Daichi-chan, descansa bien y sueña con senpai. -
- ¡Tú...! -
Un último suspiro surgió por parte de una agotada Daichi.
- Buenas noches, Kyūban-san. -
- Igualmente, Daichi-chan. -
Una detrás de la otra se había desconectado de Yggdrasil, el castillo ahora se encontraba deshabitado, o al menos así lo sería si no fuera por dos seres, quienes durante todo este tiempo habían estado observando las interacciones de su creadora con sus amigos. El pecho de los gemelos se sentía cálido, y una sonrisa que no podía ser mostrada floreció en sus rostros desde otro plano dimensional.
Ese había sido uno de los mejores días de sus vidas, y a su vez el día en el que fueron traídos a aquel maravilloso mundo, todo por las manos de un ser igual o más maravilloso.
- ¡Otro día otra aventura! -
- Se te ve emocionada, Onee-chan. -
- Sip, las remodelaciones del castillo ya están casi completas, solo falta agregar unas cosas y listo, ¡ya quiero estrenar mi trono en la nueva sala del piso 12. -
- Sigo sin creer que gastaste tanto dinero solo para agregar cinco pisos más, ¿seis no eran suficientes? -
- ¡No! ¡Chishi, tienes que pensar en grande! ¡Si tenemos más pisos, entonces los tontos que los recorran se cansaran más rápido! Puede que no sus cuerpos, ¡pero si lo harán sus mentes! -
Zesshi colocó su mano derecha hacía arriba y la otra contra su pecho, miró el cielo soleado artificial del piso 3, y con su rostro aún inerte, dio lo que parecía ser un discurso inspirador.
- La dura batalla contra enemigos imposibles de vencer, el constante avance a la muerte, y todo por la promesa de riquezas más allá de su imaginación. Solo para que al final sean aplastados junto a sus esperanzas... ¡Simplemente hermoso! -
- Más bien triste... -
- ¡¿No lo entiendes, Chishi?! ¡Es Caos en su estado puro! ¡Y como Diosa del Caos debo impartirlo por igual, nada ni nadie se escapará! -
- Eso suena un poco aterrador cuando lo dices. -
Pero ella ignoró su comentario, estaba sumergida en su papel y por lo que continuó, hoy venía inspirada.
- ¡Cuando caigan, crecerán, y volverán a levantarse, para ser pisoteados hasta el suelo una vez más, y el ciclo se repetirá! ¡Esa es la esencia del Caos! ¡Eso es evolución! ¡El Caos es evolución! -
Y con eso, Zesshi, bajó sus manos, como si ya hubiera dicho todo lo que traía guardado.
- Listo. ¿Qué te pareció mi interpretación de la Diosa del Caos? Estuvo genial, ¿verdad? -
- No sé qué decir realmente. -
- Sé que exageré un poco... quizás demasiado, pero quiero que esta sea la persona en quien todos pienses al escuchar mi nombre. -
- ¿Una exagerada? -
- Tonto. No, una apasionada. Esa es la imagen que quiero crear de Chaos, no, de la Reina. -
- Hablando de eso, ¿por qué te cambiaste el nombre de Zesshi Zetsumei a Chaos? Si de todas formas te conocerán como "La Reina", pero nosotros en el gremio te seguiremos llamando Zesshi. -
- Eso porque si me conocerán como Chaos, La Reina Chaos, el Caos absoluto, y quien junto a su poderoso gremio dominara sobre los Nueve Mundos de Yggdrasil. Y en cuanto a lo del nombre Zesshi... Primero, es raro ser llamada Chaos, así que mientras me acostumbro síganme llamando Zesshi, aunque seguro no dejen de hacerlo nunca. Y segundo, digamos que no quiero ser reconocida por el nombre Zesshi Zetsumei, en su entonces no lo pensé bien, pero podría haber problemas... -
- ¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas? -
- Nada importante, solo el cambio de la historia como es conocida. -
- ¿Eh? ¿Qué se supone que significa eso? -
- Nada, solo olvídalo, son cosas mías. -
- ¿Como digas...? -
La Semi-Elfa colocó su mano en su rostro y se restregó con molestia, aunque el contacto con su piel era mínimo ella aún lo sentía.
- (Solo espero que Antilene siga existiendo en el Nuevo Mundo y aún la nombren como Zesshi Zetsumei, o si no estoy frita.) -
Entonces de forma inesperada y rápida, Zesshi se dio la vuelta y caminó hacía el Gran Árbol, este era el hogar de la mayoría de los heteromorfos tipo planta y creación personal de Daichi.
- ¡Sígueme, Chishi! A menos que quieras hacer algo por tu cuenta, claro. -
- Pues, iba a reunirme con la Chimei-chan en la biblioteca, me pidió ayuda con uno de sus NPC, creo que dijo que era de especie Aracnoide. -
Una sonrisa interna salió a relucir en el rostro de Hoshi, se acercó al su querido y pequeño hermanito Slime, y le dio un codazo cómplice.
- Chishi, ¿no están tú y Chimei muy unidos últimamente? Casi pareciera que fuera A. -
El alterado Slime retrocedió varios pasos y señalo a Zesshi al rostro, él estaba avergonzado.
- ¡¿Qué estás diciendo de repente, Onee-chan?! -
- Solo digo, que se ven muy bien juntos, deberías invitarla a una cita uno de estos días. Y no tienes que preocuparte por el dinero, si no tienes yo te presto, solo quiero verte feliz. -
- ... -
- Vamos, no miento, en serio me parece lindo. Unos jovencitos descubriendo el amor que sienten el uno por el otro... -
Un suspiró nostálgico salió de la boca inerte de Zesshi.
- Como me hubiera encantado tener algo así en ese tiempo. -
Chishi la miró entre confundido y avergonzado hasta los límites, no estaba comprendiendo del todo la situación.
- ¡¿Por qué hablas como si fueras una anciana?! ¡Tenemos casi la misma edad! ¡En vez de darme consejos de amor, deberías ver quien está enganchada a ti en primer lugar! -
- ¿Eh? ¿Le gusto a alguien? ¿A quién? -
- ¿En serio no te diste cuenta aún? -
- Nop, así que dime. -
- No es mi lugar revelarlo, esa persona debería decírtelo cuando esté preparada. -
- ¿Sabes? Este es uno de los motivos principales por lo que las relaciones románticas tardan tanto en formarse, siempre hay una persona que sabe que uno gusta de otro, pero por ese mismo motivo es que no dice nada. Al final estas personas se separan por x cosa y nunca pudieron expresar sus sentimientos. Así que ahora dime todo. -
- ... Bien, tu ganas, pero luego no quiero cargar con la responsabilidad. -
- Tranquilo, solo le diré a esa persona que te amenace con echarte del gremio y eliminar todos tus NPC. -
- ¡¿Ehhh?! ¡Ni tú llegarías tan lejos! -
- ¿En serio? -
En su mente, Chishi, con solo ver a su hermana, pudo imaginar la sonrisa arrogante que seguro estaba formando, junto a una mirada que decía "Pruébame". Y Chishi, por miedo, cedió a sus demandas.
- Es... -
- ¿"Es"? -
Suspiró.
- Es Daichi-san, ella parece perdidamente enamorada de ti. O eso creo, tal vez solo le gustas. -
Un silencio profundo se apoderó de Zesshi, todos sus movimientos se detuvieron, y de alguna forma parecía estar meditándolo.
- ¿Onee-chan? -
Entonces, de la nada volvió en sí.
- Chishi, ¿cómo crees que debería abordarlo? -
- Ehh, ¿A qué te refieres con eso? -
- A ver... Daichi me agrada, incluso me gusta como persona, pero no podría ser su pareja en este momento por la diferencia de edad. -
- Pero solo te supera con cuatro años, he escuchado de cosas más extremas, cosas que rozan lo legal. -
- No, Chishi, me refiero a la madurez demasiado joven para mí, o, bueno, yo soy muy vieja para ella. -
- ¿Qué significa eso? ¿Dices que Daichi-san es una tonta comparada contigo? ¿Eso es lo que dices, Onee-chan? -
Chishi se sentía molesto, las palabras de su hermana, aunque no las entendía del todo, no le gustaban por donde iban, así que dijo lo primero que vino a su mente. Pero su conclusión había sido errónea, y Zesshi se lo hizo saber.
- ¿Qué estupidez estas diciendo? Ella es increíble, una gran chica con una inteligencia envidiable, jamás la llamaría de esa forma tan despectiva. -
- No lo entiendo, ¿entonces que quieres decir? -
Zesshi suspiró, pero no porque las preguntas de su hermano fueran absurdas, más bien fue por su falta de capacidad para formular una respuesta correcta y sin revelar la verdad en proceso.
- (Esto es una puta mierda.) -
Nuevamente restregó su mano en su estoica cara, miró hacia el cielo, pensó sus palabras, y volvió hacía su expectante hermano menor.
- Lo diré sin rodeos y con cero o nula humildad, porque sé que es la verdad. Yo soy por mucho más madura mentalmente que todos ustedes, o al menos los más jóvenes, es por eso que no podría aceptar a Daichi como una pareja potencial al menos hasta que cumpla los dieciocho años. Si, suena absurdo y todo, pero así es como yo lo veo. ¿He aclarado tus dudas? -
Él no dijo nada, solo se quedó en silencio y proceso las palabras de su hermana. Y aunque no llegaba a comprender del todo, sabía que ella no decía esas cosas por simple arrogancia, no, había algo oculto, algo que no quería decir.
Pero Chishi lo aceptó, si su hermana no quería contárselo aún, él estaría bien con eso, mientras que no lastimara a nadie por hacerlo.
- Un poco, pero con eso es suficiente. -
- Genial. -
- Entonces, ¿qué harás ahora? ¿Le hablaras a Daichi-san al respecto? -
- ... Podría hacerlo, pero siento que le daría falsas esperanzas, tal vez en el futuro conozca a alguien de quien me enamore y no quiero romper su corazón, al menos no tanto como lo haría si le prometiera ser su pareja. -
- Supongo que tienes razón. -
- ¿Ves? Soy más madura para afrontar este tipo de situaciones complicadas para un simple adolescente, ¿a qué no soy genial? -
Varias risas exageradas más por parte de Zesshi, y Chishi supo que su hermana había vuelto a su "yo" habitual.
- Claro, muy madura. -
- ¡Por supuesto que lo soy! -
Ambos comenzaron a reír momentos después, ya estaban muy acostumbrados a este tipo de absurdas situaciones, y no por eso dejarían de divertirse.
- Ya que terminamos de charlar, es hora de que me vaya, lamento si te retrase de tu cita con Chimei. -
Una risita sonó justo después de esas últimas palabras.
- ¡Onee-chan! ¡Que no es una cita! ¡Solo voy a ayudarla con algo! -
- Si, si, solo trátala bien y verás que en poco tiempo no podrán despegarse del otro. Desde ahora espero ese día con ansias. ¡Bueno, ahora sí! ¡Nos vemos luego, Chishi! -
Sin un minuto para escuchar una despedida por parte de Chishi, Zesshi se alejó del lugar a paso veloz, dejando al pobre y avergonzado Slime con una mano en el aire.
Suspiró.
- Así es ella. Ahora, será mejor no hacer esperar a Chimei-san. -
El gran sonrojo de su rostro había disminuido, pero aún persistía, y con ese sonrojo, Chishi partió a su destino.
En el interior del Gran árbol varias criaturas de formas diferentes hacían acto de presencia, algunas eran más pequeñas, otras superaban los tres metros de altura, pero todas tenían algo en común y eso era que servían a un mismo ser. La Diosa de las Plantas y la Creadora de todo lo vivo, Daichi no musume, la Dríada Origen.
Daichi, observó el hermoso ecosistema que había creado con tanto esfuerzo dentro del Gran Árbol, estaba encantada con lo que veían sus ojos, kilómetros y kilómetros de nada más que bosques, llenos de plantas exóticas, criaturas de fantasía, y luz artificial creada a partir de NPC tipo luciérnagas, criaturas que habitaban en todas partes del interior de Gran Árbol. Y mientras que ahí yacía la agradable noche, en el exterior podía apreciarse la bella luz del día, donde las plantas y la vida eran igual de abundantes.
- Que hermoso lugar construiste, Daichi. -
Sorprendida por la visita, Daichi se giró rápidamente hacia la familiar y agradable voz de su persona favorita, la líder del gremio, Zesshi Zetsumei, o Chaos ahora.
- Mi señora Chaos, es un placer verla por aquí. -
- Ja, ja, muy graciosa. -
Un emoticón con sonrisa divertida apareció a un lado de Daichi, a lo que Zesshi solo pudo contestar con otro emoticón, solo que este parecía con los ojos en blanco.
- ¿Y qué tienes planeado para hoy? -
- Nada por el momento, solo entre para disfrutar las vistas. Después de todo la remodelaciones están por acabar y los chicos de diseño querían encargarse de eso, así que no creo que tenga nada más que hacer. -
- Puede ser que... ¿Yggdrasil te esté aburriendo? -
- ¿Qué? No, no es eso. No pienso abandonar Yggdrasil para este punto, hay tantas cosas que podemos hacer. -
Aliviada, Zesshi suspiró con una mano en el pecho.
- Que bueno saber eso, me preocupaba que alguno de ustedes pensara que ya era todo. Estoy feliz de haberme equivocado. -
Un emoticón de una cara alegré hizo acto de presencia.
- No te preocupes por ese tipo de cosas, mejor piensa en que vamos a hacer luego de terminar con el castillo. -
- ¡Oh, si! Se me ocurrieron muchas ideas, como, por ejemplo, seguir explorando en busca de jefes poderosos, incluso si es posible Jefes de Mundo. -
- No lo sé, la última vez tuvimos muchas dificultades. -
- Tranquila, eso fue porque no éramos tan fuertes y experimentados como ahora. ¿Lo olvidas? Soy una Campeón de Mundo, conmigo y mi guadaña nada ni nadie podrá detenernos. -
- Te confías demasiado a veces. -
- Pero solo porque puedo respaldar esa confianza, los tengo a todos ustedes, te tengo a ti, eso es más que suficiente. -
- S... si. Creo que sí. -
La ahora avergonzada dríada, se giró levemente hacía un costado, parecía no poder mirar a Zesshi a los ojos, y la semi-elfa lo sabía. Una sonrisa juguetona se asomó por el rostro de Hoshi.
- Daichi. -
- ¿Sí? -
- ¿Dónde es que estaba nuestro niño grande? -
Un aire de emoción y argullo rodeo a Daichi.
- ¡Ven! ¡Sígueme! -
Daichi tomó la mano de Zesshi y ambas corrieron en dirección al exterior del Gran Árbol, más específicamente al hogar del Guardián de la Vida, y un lugar que la dríada conocía más que nadie en todo el gremio, al igual que todo lo que había construido.
Cuando atravesaron los inmensos árboles del exterior y se introdujeron al interior del nuevo bosque, caminaron hasta el centro del mismo, y ahí lo encontraron. Un gran área donde no había ningún árbol plantado, solo flores, y en medio de todo ese prado de flores yacía una criatura. Morisaki, el primer NPC creado por Daichi, y quien protege junto a sus aliados el piso 3.
Para lograr llegar al piso 4 uno debía vencer primero a Morisaki, un Treant, él estaba especializado en la defensa y ataques de impacto, por lo que su fuerza era algo de temer, y si bien la magia no era su especialidad, si poseía un buen repertorio de hechizos y decente cantidad de MP.
Y por el otro lado estaba Hanuko, ella era un NPC de la especie Rōtasu, y como su nombre lo indicaba era un Loto con forma humanoide, que al igual que Morisaki también poseía el nivel 100. Ella podía variar entre ser soporte y atacante mágico, mientras que el resto de NPC de niveles inferiores ayudaban con sus propias habilidades, todo para defender su bosque y el castillo que habitaba su creadora.
El área de visión de estos NPC se basaba en la vida silvestre que los rodeaba, por lo que mientras alguien estuviera pisando o tocando una sola planta, ellos lo sabrían y atacarían en consecuencia. Y en caso de no ser así por algún hechizo o ítem con el hechizo [Vuelo], aún podrían detectarlos gracias a su gran capacidad sensorial individual, cosa que todos los NPC de alto nivel tenían por si solos.
- Es lindo el lugar, ¿no? Lo hice especialmente para él. -
- ¿Y Hanuko? -
- Escondida, es el factor sorpresa, aunque seguro te das cuenta si miras detenidamente. -
Zesshi hizo caso al consejo y agudizo su mirada, observó los alrededores, había flores por todos lados, pero solo una destacaba entre las demás, era demasiado hermosa como para ser comparada. Y también, estaba el gran detalle de que se encontraba en medio de un pequeño lago, el único lago del lugar, era una flor de loto, distinta al resto de flores.
- ¿Esta sumergida ahí abajo? Es... muy buena idea. -
- Cuando el enemigo venga y se enfrente a Morisaki, él los atrapara por un momento entre sus raíces, y en ese momento, ¡Zas! Hanuko saldrá del lago y los atacará por la espalda. Ni siquiera tendrán tiempo de protegerse, porque Hanuko utilizará su carta de triunfo, Lluvia Primaveral. -
- Ese era un hechizo único de su especie, ¿verdad? -
- Si, crea unas nubes encima de sus oponentes y los debilita hasta tal punto de dejarlos tan débiles como un nivel 30, pero solo dura varios segundos y entonces recuperan todas sus estadísticas. El ataque de Morisaki tiene que ser mortal o sino Hanuko quedara vulnerable durante un tiempo, por el excesivo gasto de maná y eso. Por suerte tiene un ítem de recuperación rápida de maná, pero aun así tomará su tiempo. -
- Bueno, supongo que lo dejamos todo en tus manos, ¿no, Semillita? -
La sonriente semi-elfa posó su mano en el fuerte y ancho brazo de Morisaki, a lo que la dríada contestó con voz un tanto molesta.
- Jefa, ya sabe que solo yo puedo decirle Semillita a Morisaki. -
- Mi culpa, me dejé llevar. No volverá a pasar, ¿estoy perdonada? -
Con los brazos cruzados y la cabeza gacha, Daichi finalmente levantó la mirada y observó a Zesshi.
- Perdonada, pero, quiero que mañana salgamos otra vez, ¿sí? -
- ¡Trato hecho! -
Dos emoticonos aparecieron, uno para cada una, y ambos eran el de un rostro sonriente y llenó de felicidad.
- Por cierto, Jefa, ¿oíste sobre ese grupo que se ha estado formando? -
- ¿Grupo? -
- Si, se hacen llamar Nine's Own Goal, y todos son heteromorfos. Por lo que escuché, se unieron por el constante abuso de los jugadores humanoides. Me da mucha pena que eso ocurra, en serio, las personas no saben marcar un límite. -
Daichi parecía estar echando humo por las orejas, estaba muy molesta en realidad. Por otra parte, Zesshi estaba muy calmada, pensativa más bien.
- ¿Qué piensas, Jefa? -
Zesshi no respondió, solo estuvo en la misma posición por un poco más, hasta que asintió con la cabeza, como si hubiera llegado a una resolución.
- Daichi, ¿qué piensas de echarles una mano a esos chicos...? -
En lo que parecía ser una espaciosa habitación de un edificio medieval, se encontraban dos grupo de personas y seres de formas diferentes. Si bien los grupos no superaban la cantidad de cinco personas, cada grupo actuaba de guardaespaldas para la persona que los representaba, y estas personas estaban sentadas en una silla una frente a la otra, lo único que evitaba tocarse entre sí era una mesa de madera circular.
Una de estas personas era, claramente, Zesshi, o en este caso Chaos, ella traía puesta su armadura en Estado del Caos al igual que todo su cuerpo, mientras que en su mano y apoyada contra la mesa estaba su guadaña más poderosa, La Zesshi Zetsumei.
Chaos, se sentía tranquila, aun cuando frente a ella habían desconocidos, al menos en su mayoría, otros los conocía, pero no personalmente. Ella no estaba preocupada, porque detrás de ella estaban sus queridos guardaespaldas, y los jugadores más poderosos del gremio La Orden del Caos.
Chishi-sei nen'eki, un heteromorfo de la especie Slime Elder Black Ooze, el mejor hechicero de alteración de estados que jamás haya conocido, y aún más importante, era su querido hermano menor.
Daichi no musume, una heteromorfo de tipo espiritual, su especie en el pináculo de su evolución era conocida como Dríada Origen, o Orijin doraiado. Ella, si bien no era muy poderosa individualmente, sus invocaciones si lo eran, y aún más si utilizaba su carta de triunfo secreta, el poderoso hechizo "El Origen del vida".
Kyūban, una demi-humana de la especie Kraken, originalmente era conocida como una Tako on'na, pero debido a ciertos aumentos en su clase racial, ella pudo transformarse en la forma "definitiva" de su especie, aunque su caso es uno muy raro. Ella es esencialmente una valkiria, alguien que maneja tanto el poder de un guerrero como el de un hechicero, en este caso el de un Elementalista de Agua. Y es alguien a quien temer en las batallas.
Chimei-tekina katto, o la Bibliotecaria, es una demi-humana perteneciente a la especie Arachne, ella es una asesina a toda regla, posee habilidades para eliminar se un solo ataque a un enemigo de nivel determinado si es que este no la ve primero, esto porque si bien no tiene el mejor poder de ataque, su sigilo se considera lo mejor de lo mejor, casi como el de un ninja, que en este caso es una de sus clases. Sus armas principales son sus garras cuchillas, con las que ya ha despedazado a varios enemigos en el pasado.
Y, por último, pero no menos importante, el escudo del grupo, el tanque andante, su nombre es, Sekai no gādian. Un humanoide de la muy elegida especie Humana, él es quien protege a todos de las hordas de monstruos, y mientras que sus compañeros se encargan de destrozarlos, Sekai los cubre a todos. Su personaje es tan único e inusual que no posee una pizca de daño, pero si una monstruosa cantidad de defensa, casi enfermiza quizás, la primera vez que Zesshi lo vio y descubrió su composición solo pudo decir "Por favor, elimina esta mierda".
Aun así, Sekai siguió su deseo de ser un escudo hecho y derecho, y Zesshi respetando eso, lo ayudo por tanto tiempo, junto al resto de su gremio, a subir de nivel hasta el punto en que se convirtiera en el escudo que tanto deseaba.
Y eran por todas esas cualidades que hoy se encontraban acompañando a su líder, porque ella confiaba en su fuerza, Zesshi tenía una fe incondicional en su equipo.
- Creo que no necesito presentarme, ni tampoco decir para que hemos venido aquí, asumo que su líder ya les habrá contado todo. -
Su voz estaba cambiada, ya no era la usual voz de joven adolescente, ahora gracias a su nuevo y adquirido modulador de voz, Zesshi podía intercalar entre su voz original y la de Antilene, esto con ayuda de varios programadores pagados por sus consentidores padres, y una seiyū conocida de su madre, quien a su vez era una agradable mujer a la que llamaba tía. Todas las especificaciones de Hoshi dieron sus frutos, y fue de esta forma que consiguió su nueva voz, y aquella que sería perpetua para ella.
- Es correcto, Chaos. -
- Bien, ¿entonces qué opinan al respecto? -
- Lo hemos discutido, pero antes de aceptar nos gustaría saber, ¿por qué? Siendo uno de los gremios más poderosos de Yggdrasil, tal vez el más poderoso hasta la fecha. -
- Si, por el momento así es. -
- ¿Por qué nos ofreces ayuda? -
Touch Me parecía realmente confundido, y era normal estarlo, después de todo dudarías si alguien de la posición de Zesshi viniera y diera ayuda "gratuita" a un grupo que ni siquiera es un gremio, y lo peor de todo, es que eran heteromorfos, seres infames en Yggdrasil.
Ni el pobre Campeón de Mundo, sus compañeros, o incluso alguien en toda Yggdrasil podría saber los verdaderos motivos de sus acciones, nadie más que la misma Zesshi. Porque ella sabía en lo que se convertirían, y quería moldearlos a algo que pudiera serle de utilidad en futuro.
Pero más importante, deseaba tener un motivo para interactuar con quien se convertiría en el último de los 41, el ser Supremo, Ainz Ooal Gown.
Zesshi quería volverse un amigo íntimo de esa persona, que confiara en ella, le contara sus miedos, sus dudas, anhelos, esperanzas, ¡quería saberlo todo! Para un día cumplir su mayor deseo, el deseo de todo fan de la franquicia Overlord...
- (¡Con esto me cogeré a Albedo!) -
Los pensamientos lascivos de Zesshi se vieron rápidamente interrumpidos por el habla de Touch Me, quien parecía estar esperando una respuesta.
- ¿Y? -
- Si, lo siento, estaba perdida en mis pensamientos. -
Zesshi se aclaró la garganta y procedió a dar su respuesta.
- Todo esto lo hacemos porque creemos en su causa, sabemos cómo es que los jugadores humanoides y demi-humanos te casen solo por el simple hecho de la especie que elegiste ser. Por eso queremos ayudarlos, y darles el apoyo que no tuvieron desde un principio. -
El paladín y su grupo aun cuando no podían expresar emoción alguna por sus rostros, si se podía decir que parecían conmovidos, o al menos por los emoticones que lanzaban sus compañeros.
- Me gusta tu forma de pensar, está bien, aceptamos. -
- ¿No deberían realizar una votación primero? -
Sorprendido, Touch Me miró cauteloso a Zesshi, a lo que está viendo su repentino cambio de humor, respondió.
- Para que lo sepas, me di cuenta de su forma de elecciones cuando dijiste "lo hemos discutido", por eso asumí que utilizaban el mismo método que en mi gremio. -
- Ah, entonces me disculpo, con mi grupo estábamos un poco paranoicos al respecto, no creíamos que tu gremio tuviera bueno motivos para reunirse con nosotros. -
- No tienes que disculparte por eso, nos hemos creado una pequeña "fama" en Yggdrasil. Así que no los culpo por dudar de mi gremio. -
- Siendo ese el caso, con respecto a la pregunta anterior, acordamos que respetarían mi juicio sobre ti y tu gremio, y que yo sería quien diera la palabra al final. -
- Ya veo. ¡Bien! Ya que esta todo solucionado, me gustaría agradecerles por aceptar esta alianza con nosotros. -
- El gusto es nuestro. -
Ambos sellaron el trato con un apretón de manos, y con eso la reunión se dio por terminada.
Zesshi se levantó de su asiento y caminó hacía a un costado de la mesa.
- Cuando necesiten ayuda pueden enviar un mensaje por el grupo, si ninguno de nosotros está ocupado iremos de inmediato. Y en caso de estar faltos de oro, cristales de datos, o cualquier cosa, no duden en pedirlas. Con eso, nos despedimos. -
Después de dar leve reverencia, Zesshi miró a Chishi y este asintió, y de forma instantánea un [Portal] se abrió frente a los ojos de todos. Para que al final Zesshi lo cruzara y el resto de sus compañeros la siguieran.
Fue solo cuando el [Portal] se cerró que todos pudieron dar un suspiro de alivio, la tensión alrededor se había evaporado.
- Creí que nos mataría a todos. -
- No exageres, Wish III-san. -
- ¡¿Exagerar?! ¡Es Chaos de quien hablamos, esa mujer es un monstruo andante! ¿Y viste quienes la seguían? -
- Si no mal recuerdo, el slime era Chishi-sei nen'eki, un jugador que está en el top 20. -
- ¿Aun así creen que exagero? -
- Wish III-san, tiene razón, Chaos es muy peligrosa. -
- Momonga-san, Nishijienrai-san, Wish III-san, no sé preocupen en vano, si algo hubiera pasado tenemos a Touch Me-san con nosotros. ¿Es el Campeón de Mundo recuerdan? -
- Tienes razón, Takemikazuchi-san, Touch Me podría haberla derrotado con su [Descanso de Mundo]. -
Todos miraron hacía el paladín, de alguna manera esperanzados con la respuesta positiva que daría, pero todas sus expectativas se vieron tiradas a la basura por las palabras de Touch Me.
- Es imposible. En mi estado actual me sería imposible vencerla. -
- ¡Touch Me-san, ¿qué dices?! ¡Tú eres un Campeón de Mundo! ¡Aún con la diferencia de niveles tal vez...! -
- Esa es la cosa, ella también es un Campeón de Mundo. -
Los cinco jugadores lo miraron paralizados, incapaces de creer sus palabras. Solo uno se atrevió a hablar, Momonga.
- ¿Qué te hace decir eso, Touch Me-san? -
- Su guadaña, cuando la vi de cerca descubrí la palabra grabada "Mundo". No se ve a simple vista, pero ahí está, y sé que es autentico porque mi armadura tiene la misma palabra en esa caligrafía, esa es la firma de los desarrolladores, y lo que te delata como portador del título Campeón de Mundo. -
- Pero no hemos escuchado de nadie llamado Chaos que haya ganado uno de los Torneos Marcial Oficial. -
- No, pero pudo haberse cambiado el nombre, de ahí que se empezó a hablar de Chaos. -
- Si tan solo recordara los ganadores del torneo. -
- Lastima que todos los registros se eliminaron para proteger la identidad de los ganadores, así impiden que varios grupos de jugadores abusen de un jugador solitario. -
- Tsk... Para ellos si hay medidas de protección, Desarrolladores de Mierda. -
- Lo que importa ahora es que somos sus aliados, así que no debemos actuar hostiles frente a su gremio a menos que empiecen primero, ¿entienden? -
El grupo asintió como uno solo, a lo que Touch Me suspiró aliviado por segunda vez.
- Será mejor que volvamos y avisemos al resto. -
Touch Me se levantó de su asiento y caminó junto a sus amigos, para luego atravesar el [Portal] que Momonga había abierto para ellos.
Y así, es como a partir de este día una poderosa alianza se habría formado, La Orden del Caos y el futuro, y muy reconocido, Ainz Ooal Gown.
El futuro era maravilloso a los ojos del Caos.
El tiempo paso, días, semanas, meses, e incluso un par de años, y durante todo ese trayecto sucedieron miles de aventuras.
La Reina Chaos y su poderoso gremio fueron reconocidos por todos, temidos y amados, no importaba, porque siempre que algo ocurría en Yggdrasil era o por culpa de la Orden del Caos, o por aquel infame gremio afiliado a ellos, Ainz Ooal Gown, el gremio autoproclamado "Villanos".
Uno de los gremios más poderosos de Yggdrasil, solo superados por unos cuantos, entre ellos Seraphim, y su gremio amigo, La Orden del Caos.
En cuanto a estos dos últimos, durante esos años surgieron conflictos entre ellos, más por parte de las instigaciones de La Reina que por el líder de Seraphim, Chaos quería destruirlos por completo, mostrarles de lo que eran capaces, y que nadie podía meterse con ella y con su gremio.
Y un día lo consiguieron, esto al invadirlos junto con la ayuda de Ainz Ooal Gown, y un heteromorfo de especie Ángel que Chaos había infiltrado, claro, esto no había sido gratis, tuvo que pagar mucho dinero por sus servicios, pero al final valió la pena. Seraphim fue completamente destrozado, sus NPC asesinados, y gran parte de sus tesoros saqueados, siendo estos divididos entre ambos gremios y el jugador infiltrado.
Desde ese día Seraphim fue la burla de todo Yggdrasil, y su vez esto inicio su futura bancarrota, al cual tratarían de evitar por meses, pero al final se cansaron de los constantes asesinatos por parte de jugadores PK, por lo que disolvieron el gremio y la mayoría de sus miembros abandonaron el juego, solo habiendo unos pocos que aún siguen ocultos de ojos asesinos.
Fue a partir de eso que el miedo se apoderó de todos en Yggdrasil, todos temían ser los siguientes, estaban aterrados de aquella persona, no, aquel monstruo que había iniciado todo esto por simple capricho.
Todos temían a La Reina, todos y cada uno de los jugadores de Yggdrasil gritaban aterrado el nombre de...
CHAOS
Todos mueren al final, eso era algo que Hoshi sabía y que había experimentado con anterioridad, pero aun así ver que alguien que amas se va frente a tus ojos, duele, duele demasiado, y ese dolor empeora al saber que no puedes hacer nada para evitarlo.
Hoy Hoshi perdería a alguien, una persona muy querida para ella, a quien siempre consideraría parte de su familia.
Esta oscura noche, su preciada amiga Pulpina daría su último respiro, y volvería al ciclo de reencarnación para repetirlo hasta la eternidad... justo como ella. Solo que, en su caso, Pulpina estaba condenada a renacer sin memoria y en un mundo destrozado que solo volvería a matarla.
Postrada en una cama, una mujer casi a dos años de sus treinta, cabello castaño y largo, piel pálida y de apariencia demacrada, observaba a un pequeño grupo de personas reunidas a su alrededor, todas estas personas eran algunos de sus muy buenos amigos y compañeros de Yggdrasil.
- Hola, Pulpina. -
- Senpai... Gracias por venir, a todos. -
- No digas tonterías, es obvio que vendríamos, ¿no, chicos? -
- Por supuesto, Jefa. -
- S... si. -
La voz cortada de Hiroshi y sus lágrimas solo hicieron notar aún más la situación en la que estaban.
- Ya, ya, no llores. -
Chimei, o en este caso Shiraori, consoló a su deprimida pareja y sobó su espalda. Por su parte, Shiraori solo se limitó a asentir a la pregunta de quien consideraba una gran amiga y su futura cuñada.
- Me hubiera gustado que todos estemos juntos en la habitación, pero somos demasiados, supongo que tendrán que esperar su turno. -
- No te preocupes, Senpai. Con que todos hayan venido soy más que feliz. -
Una sonrisa pacifica adornó el rostro de Kyūban, como si ya estuviera lista para afrontar la muerte. Y Hoshi odio eso, su pecho ardía en rabia, odiaba este mundo, odiaba a todos los idiotas que permitieron que tan maravillosa persona pasara por esto.
En su corazón deseaba que Chaos los matara a todos, pero eso no sucedería, porque en este mundo aún no tenía el poder, ella era débil, tan débil como un jugador de nivel 1.
Hoshi solo era una basura desechable, y alguien quien no podía salvar ni a un amigo.
Las lágrimas surcaron el rostro de Hoshi, sus puños se apretaron con fuerza, y sus hombros se pusieron rígidos.
- ¿Por qué? ¿Por qué tiene que pasarte esto? -
- Senpai... -
- No quiero que mueras, no quiero perderte. -
- Eso no es verdad, no me vas a perder, yo siempre voy a... -
- ¡No lo digas! No digas que estarás en mi corazón, eso... ¡Eso no me es suficiente! ¡Yo quiero tenerte a mi lado! -
La rabia, la tristeza, todo mermaba lentamente, hasta que al final solo quedo un sollozo.
- ... Aunque sea egoísta de mi parte, me gustaría que estuviéramos juntas por siempre. -
- Onee-chan... -
- Jefa... -
- Lo sé, yo también deseo eso. Pero todas las cosas tienen su final, y este es el mío. -
- No puedo aceptarlo. -
- No tienes que hacerlo, solo... ven aquí y deja que tu Kōhai favorita te dé un abrazo. -
La triste y joven mujer caminó hasta la cama, se sentó y vio con alegría los brazos abiertos de su amiga.
Y sin pensarlo ni un segundo la abrazó.
- ¡Abrazo del pulpo! -
A Zesshi siempre le resultó un poco molesto cuando Kyūban la abrazaba con sus tentáculos, pero ahora que era envuelta en esos débiles brazos, Hoshi sintió el profundo amor que su amiga tenía por ella. Este era el amor de una hermana mayor consolando a su pequeña hermana, era un tipo de amor que pensaba solo una persona podía darle.
Y por un momento, creyó haber visto a Nailah en ella.
Ese pensamiento solo hizo aún más dolorosa su despedida, pero a su vez despertó una idea en su mente. Algo que acabaría con su dolor y le otorgaría su mayor deseo.
Las despedidas sucedieron como estaban previstas y sin ningún inconveniente de por medio, y siendo este el último día de vida de su amiga, Hoshi quería aprovecharlo al máximo. Por lo que, cuando todos terminaron sus charlas, ella pidió un momento a solas con Kyūban.
- ¿De qué querías hablar, Senpai? -
- Algo importante, quería contarte mi mayor secreto. -
- Ohh, secreto, cuéntamelo todo. -
Hoshi sonrió ante la voz juguetona de su amiga, aun cuando la muerte le pisaba los talones, ella actuaba de esa manera tan infantil. Era tan admirable su fuerza, y a la vez solo rompía más su corazón.
Sentada en su asiento al lado de la cama, Hoshi miró pensativa a su amiga.
- ¿Recuerdas esa vez que mencioné el nombre de Nailah? Fue hace años, pero... -
- Si lo recuerdo, ese día senpai estaba un poco rara, por eso aún me acuerdo. -
- Bueno, pues, ¿cómo lo digo? Tenías razón. -
- ... ¿Eh? -
- Yo soy una reencarnada. -
Un breve silencio adornó la habitación, el shock momentáneo de Kyūban desapareció, y en su lugar, sus ojos al igual que su boca, se abrieron en un estado de sorpresa pura.
- E... estas bromeando, ¿no? ¡¿Dime que estas bromeando, Senpai?! -
- No bromeo. -
- ... -
Kyūban estaba muda, había sido tomada con la guardia baja, y aún si se hubiera preparado no sería distinto, o al menos eso pensaba ella.
- Te lo contaré desde el principio. -
Solo un asentimiento por parte de Kyūban basto para que Hoshi contará su historia, primero empezó con la primera vida que recordaba, es decir, su anterior vida, el cómo vivió un tormento continuo con esos monstruos que decían ser sus padres, los problemas con su hermana, sus citas al psicólogo, y todo lo demás hasta su muerte.
Luego siguió lo más difícil de creer, el hecho de que era un Zanhferian, una especie de criatura divina que existe fuera de la creación y que decidió vivir como un mortal durante un tiempo. Le contó sobre Lao, su "amigo" y quien la ayudo a reencarnarse, el cómo funciona la vida luego de la muerte, las dimensiones, y todo lo que Lao le había contado. También le contó sobre esta dimensión y el cómo sabía lo que sucedería con Yggdrasil, y por qué se esmeraba tanto en ser la más poderosa.
Todo ese tiempo en el que Hoshi estuvo hablando, Kyūban solo se mantuvo callada y escuchando cada palabra.
- ... Y esa es toda la historia, pero sinceramente no espero que me creas. Ni yo misma me lo creería. -
- Te creo. -
Estas palabras la tomaron por sorpresa, y no trató de ocultarla.
- ... ¿Así de fácil? -
- Si. ¿Por qué me mentirías? Nunca lo has hecho, al menos no con una mala intención. -
- ¿En serio soy tan honesta? -
- Yo siempre te sentí así. Eres una gran persona, Senpai, no te sientas menos. -
- No lo hago, solo... es raro escucharlo de alguien más. Con todos los secretos que tenía, pensé que, para este punto ya tendría una lista llena de mentiras. -
- Senpai, a mi ojos eres el ser más puro que jamás he conocido. -
- Bueno... Se supone que soy una especie de ángel, ¿no? Si no fuera pura, no sé qué sería. -
- Supongo que sí. -
Unas pequeñas risas surgieron de sus bocas, y terminó con Kyūban tosiendo al final.
- Voy a extrañar estos momentos. -
- No tienes que extrañarlos. -
- ¿Qué quieres decir? -
- Puedo pedirle a Lao que te reencarne en el Nuevo Mundo. Ya que no puede interferir contigo en vida, puede ayudarte en la muerte. -
- ¿Crees que acepte? -
- Estoy 99% segura de que sí, ya lo hizo con mi hermana, ¿qué importan unas almas más? -
- Aun así... Te tengo mucha envidia, Senpai. -
- ¿A mí? ¿Por qué? -
- ¿Cómo que por qué? ¡Vas a ir al Nuevo Mundo con tu personaje de Yggdrasil! Yo soñaría con estar en tu posición, y no solo tú, el resto también lo hará. Será una locura cuando lleguen, y si Ainz Ooal Gown también lo hace, creo que ese mundo va estar besando sus pies muy pronto. -
- En ese sentido tienes toda la razón. Pero no te preocupes, solo tienes que pedirle a Lao reencarnar en una Tako on'na y crecer hasta convertirte en una Kraken. -
- Pero dijiste que se tarda años en lograr algo mínimamente decente y más si no tienes el talento, no quiero ser alguien débil para siempre. -
- Para eso tenemos Deseo de una Estrella, podemos pedir lo que queramos siempre que tengamos los niveles, y para eso se pueden utilizar a los NPC Mercenarios para pedir los deseos. -
- ¿Crees que funcione? -
- Tiene que, en Overlord aclararon que la variedad de deseos se volvió ilimitada, si tienes los niveles, el hechizo de Super Nivel Deseo de una Estrella, o el ítem, nada te impide cumplir cualquiera de tus deseos. -
- Por eso gastaste tanto dinero en el gachapon, querías sacar tatos ítem de Deseo de una Estrella como pudieras. -
- ¡Exacto! Si no mal recuerdo conseguí uno doce, Chishi tenía tres, creo, y alguno de ustedes había sacado uno que otro. Así que creo que tenemos más que suficientes. -
- Demasiados diría. -
- Hey, mejor prevenir que lamentar. -
Ambas se sonrieron mutuamente, sabían que, si todo salía bien, solo pasaría un tiempo hasta que volvieran a reunirse, pero aun así era doloroso.
- Voy a extrañarte. -
- Yo también, pero no te vuelvas loca en mi ausencia, ¿entendido? -
- Lo intentaré, aunque no prometo nada. -
- Solo con que sigas siendo tú, entonces estaré conforme. -
Una lagrima solitaria se escapó del ojo de Hoshi, ella no quiera perderla.
- Eres una de las mejores personas que conocí en todas estas vidas. -
- Pero si solo recuerdas tener dos. -
- Y de estas dos vidas, tú fuiste una de esas personas. Gracias por ser mi amiga. -
- Yo también lo agradezco, hiciste de mi rutinaria y solitaria vida algo más emocionante y sociable. Eres una gran amiga. -
Hoshi tomó las manos de Kyūban y las apretó ligera y suavemente, se acercó hacía ella, miró sus ojos y sin previo aviso plantó un beso en su frente.
- Para que me recuerdes. -
- Ya tengo muchos recuerdos hermosos contigo, aunque lo intentara no podía olvidarte. -
- Entonces agrega este, quiero que sea uno de tus más preciados recuerdos. -
- Ya lo es. -
El anterior ambiente tensó y triste ya no existía, ahora parecía ser cálido y alegre, como si no fuera una despedida, sino un "hasta luego".
- Creo que ya debo irme, el tiempo de visita se está acabando. -
- Claro. -
Con lentitud, Hoshi se levantó de su asiento, y caminó hasta la puerta de la habitación, siempre observándola, temiendo que si apartaba la mirada ella podría desaparecer y nunca volver.
Entonces llegó a la puerta, la abrió, y estando a punto de irse, Hoshi la vio sonreír. Era tan hermosa.
- Adiós, Hoshi. -
Le dolía, hacía arder su corazón de impotencia decir aquellas palabras, pero debía hacerlo, tenía que hacerlo, o sino jamás se lo perdonaría.
- Adiós... Reiko. -
Y entonces, Hoshi salió de la habitación.
Reiko, quien la observó irse, sintió paz en su corazón, el peso de sus hombros se había ido. Ahora ella podía irse en tranquilidad.
- Mi niña creció bien. -
Sus ojos se cerraron, su cuerpo en constante lucha finalmente cedió. Su conciencia se hundió en un mar de oscuridad, lugar donde su sonrisa brillaría, y su pureza sería perpetua.
Ese día, Reiko, falleció.
