Este fanfic está elaborado para el evento Halloween que han preparado ShikaTema: Hojas de Arena en el discord. La fase que elegí es:

"3. Escribe una carta a un vampiro para convencerlo de ir a una fiesta de Halloween"

Me disculpo por los posibles errores ortográficos.


Noche de Halloween

Cuando el folleto llegó a su mano, casi lo arruga y lo bota en un tacho de basura, pero de alguna forma su ojo veloz captó el título en letras góticas y de un tono oscuro que tenía el efecto de que se estaba derritiendo, o desangrando por el tono rojizo. Los característicos murciélagos en cada esquina, y los disfraces que comúnmente se usaban. Miro al chico que tenía el disfraz de un vampiro, los colmillos sobresaliendo en una terrorífica sonrisa.

No pudo evitar que su mente rápida y maquiavélica, como él la llamaba, funcionara en una idea. Después de todo le debía por haberla hecho pasar una vergüenza tan grande con las doctoras, ¿Qué jefe de seguridad de un hospital pediría que le vendiera una gran cantidad de sangre? ¿O preguntar a dónde podría comprar? Ni siquiera él hecho de decirle que un hombre rico le había comentado esa pregunta pido evitar las miradas extrañas y los susurros de quién sabe qué cosa.

A este punto le valía sí él se sintiera incómodo entre tantas gentes con disfraces ridículos, estaba segura que esa sería su opinión al ver un aparente disfraz de su especie. Ríe divertida al imaginarás su reacción. Algunas personas giraron a verla, aunque fue momentáneo, más bien fue la sorpresa de escuchar una risa estruendosa interrumpiendo la calle.

…….

Al llegar a su casa y una vez cambiada con ropa cómoda, se fue a la cocina para buscar alguna comida para llenar su estómago vacío, pudo divisar en heladera la comida que su madre le había entregado.

– ¿Qué haría sin ti mamá? – Preguntó feliz sacando el Topper pero al abrirlo, su sonrisa murió. – Pulpo. – Bufo molesta dejando el Topper nuevamente de dónde lo saco, ahora sabía porqué estaba ahí. Fue al cajón donde guardaba las frituras, sacó unos cuantos y fue hasta su escritorio.

Busco un papel blanco y su pluma. Y los dejó sobre su escritorio, se sentó para comer algunas de sus frituras mientras pensaba en cómo empezar con la carta. Odiaba escribir cartas, de alguna forma la presionaban para que la carta sea muy formal a pesar que ellos ya iban tiempo conociéndose. Tal vez era culpa de su profesora de literatura que siempre remarcaba que las cartas se debían escribir con mucha formalidad.

Cuando su estómago se llenó, agarró la pluma y limpio la hoja del resto de las migajas.

– Vamos Temari. – Se apremia.

Pasaron un par de horas antes de poder tener al fin la carta elegida, sin borrones, sin manchas de tinta o de la fritura aceitosa.

– Al fin. – indicó mirando la carta terminada. Se levantó y preparó su garganta para leer en voz alta. – Estimado Nara. Asunto: propuesta de salida. Señor Nara le escribo con la certeza de que no dudaras en dejarme esperando en su llegada toda la noche, además de recordarle el bochornoso momento que me hizo pasar por ayudar a saciar su apetito, no hablo de ese, sino de la tonelada de sangre que tuve que buscar. Le recuerdo que me trajo algunos problemas con mi supervisor, creyendo que tenía la intención de traficar. Aunque usted ya sabe esa historia, pero me gustaría recordarle que aún no le he disculpado, si quiere mi perdón deberá asistir el 31 de octubre a las diez de la noche a una fiesta de disfraz,le sugiero que se vista como el conde Drácula, al menos que quiera lijar sus colmillos. No tengo intención de obligarlo, sin embargo, le recuerdo que si no asiste, tendremos que poner un punto final a todo lo que tenemos. Después de todo, no puedo simplemente aceptar una relación en la que yo solo debo arriesgar mi vida y mi trabajo. Sin más que desearle buena salud, espero pronto una respuesta (presentarse o no presentarse). Saludos. Atentamente Sabaku No.

No pudo evitar reír como una adolescente, dobló a la mitad la carta y busco el sobre, una vez sellado la carta, buscó la esquina más oscura de su casa. Se aclara la voz y dice en voz alta:

– Copiae obscurae ad meam vocationem veniunt, mox cum magistro tuo communicare cupio. Vocem meam attende, umbra: epistulam domino trade*.

Al terminar de pronunciar la oración, la esquina de la pared fue oscureciendo aún más, era como si toda la sombras provocadas por la luces de afuera y de la lámpara que alumbraba toda la habitación, estaban segundo atraído dónde Temari estaba mirando. Pronto una mano oscura sobresalió de la pared, se extendió hasta ella, quien sin dudarlo dejó la carta en la palma de la mano de la sombra. Al tener la carta, lentamente volvió a adentrarse a la pared, y como llegó, las sombras se fueron dispersando, volviendo al sitio donde antes estaban, siendo la sombra de los muebles.

Temari ríe, ahora solo debía buscar su disfraz para la fiesta. Solo le quedaba un día.

……

Una vez terminado su turno de trabajo, fue directo a su departamento, en la puerta estaba su caja, al fin había llegado. La recogió y entró, tenía que alistarse. Todo lo hizo con calma, después de todo faltaba para las diez de la noche, sin embargo, a cada rato miraba la hora, estaba algo nerviosa de que él no vendrá, después de todo no le agradaba mucho estar en compañía. Y tal vez Tampoco le agradaba estar con ella. Esta sería una oportunidad para acabar con lo que tenía.

Se levantó de su asiento donde estaba maquillándose, necesitaba calmarse. Fue hasta la ventana, la abrió dejando que entre el aire fresco de la noche. Miro afuera admirando los detalles que las personas habían comprado para adornar su casa para la ocasión, hasta había niños acompañados de adultos, y adolescentes pidiendo dulces.

– Falta un minuto para las diez. – Murmuró mirando la hora en su celular, sus ansias aumentaron. – Si no viene, qué importa, él pierde más que yo. – Se dijo con autosuficiencia.

–Espero que tú disfraz represente el narcisismo, porque te quedará como una segunda piel. – Temari sonríe al escuchar su voz, intenta calmarse y gira lentamente. – Aquí estoy. – dijo mientras se inclinaba levemente frente a ella. Mira el disfraz que tenía puesto, un corcel que definía su silueta y juntaba su senos, provocando que se vieran más abundante, sería difícil apartar la mirada, una falda que terminaba en jirones hasta un poco más arriba de la rodilla, una medias pantis oscuras, guantes oscuros hasta el codo, su cabello rubio en un peinado que le recordaba a cuando ella se levantaba de la cama después de una noche intensa, un abanico en sus manos que ocultaba casi todo su rostro, solo dejando ver sus ojos intensos que le encantaba. Sin embargo, cuando lo bajo, el encanto se perdió. Arrugó el ceño al ver que un pedazo de piel en la mejilla le faltaba, dejando entrever los dientes y algunos ligamentos. Tenía mancha de sangre en su cuello, y ahora que se daba cuenta también en el pecho le faltaba un pedazo de piel y se podía ver el hueso de su clavícula. Preocupado se acercó a ella y le agarró de los hombros, aunque los soltó al notar que tenía una mordida dejando ver su hueso.

– ¡¿Qué te pasó?! – Pregunta preocupado. – ¿Quién te atacó? ¡Juro que lo haré sufrir por atreverse a tocarte! – Furioso chasquea los dedos y la sombra inundan la habitación.

– Nadie me atacó, es mi disfraz. – Pudo decir Temari antes de que las risas controlen su boca. Shikamaru la miró confundido, miró la herida en su pecho, sin dudarlo llevó una mano a él notando que la sangre no manchaba, luego arrastró sus dedos hasta la clavícula, no sentía el hueso, subió hasta el cuello dónde se evidenciaba un corte profundo y la costura para unir la cabeza al cuerpo. No sintió los hilos ni la irregularidad de la piel. Temari había dejado de reír cuando sintió los dedos de él sobre su desnuda piel, un hormigueo se apoderó de su cuerpo. Cuando sintió sus dedos en su cuello, no pudo evitar mirar su rostro, su respiración se volvió más intensa al captar su profunda mirada en ella, en su cuello. Tragó saliva de forma ruidosa. Y se arrepintió, él salió de su ensoñación.

– ¿Por qué no escogiste de bruja? Eso te quedaría muy bien. – Dijo enseñando una ceja de forma sugestiva. Temari ríe.

– Acaso te molesta mi disfraz, yo lo veo encantador. – Dijo girando sobre su propio eje. Shikamaru aprecio la vista. – O te molesta porque no soportas los zombies.

– Tú sabes la respuesta, y tengo la certeza que lo hiciste adrede.

– ¿Cómo crees? – Fingió indignación. – Yo solo ví este lindo disfraz, no es mi culpa que me enamore de él. – Dijo con inocencia.

Shikamaru ríe negando con la cabeza. Se acerca a ella.

– Sin embargo, puedo hacer una excepción, después de todo no eres un cualquier zombies. – Le guiña el ojo, le ofrece su brazo, ignorando el sonrojo de ella y su sonrisa nerviosa por el cumplido. – Será mejor ir a esa fiesta a menos que pasemos al banquete principal.

Temari sintió que el calor aumentaba en ella, abrió su abanico y se dió aire para refrescarse.

– Usted sabe que primero es el baile y luego la cena. – Sonríe con picardía. – No quiere que le avisé a su madre por su poca caballerosidad con una dama encantadora como yo. – Le golpea el pecho con el abanico. – Vamos.

Temari caminó por su lado hasta la salida, Shikamaru no pudo evitar seguirla con la mirada, con una sonrisa en su rostro.

……

El ruido vibrante se volvió más fuerte cuando entraron, no era alguien que le gustará las fiestas, ni siquiera soportaba la fiesta que realizaban su comunidad, la cual estaba bastante alejada de la que ahora asistía. Estaba muy seguro de que ni siquiera se podía entablar una conversación. Y Temari le aseguro cuando le dedicó una sonrisa y le hizo una señal, caminaron entre el mar de gente, cuerpo sudoroso y el olor a licores por dondequiera, fueron hasta el chico de las bebidas. Temari se encargó de pedir las bebidas, y él a contemplar los disfraces como ella los llamaba. Había encontrado más disfraces de supuestos vampiros.

Sintió el toque cálido de Temari, al bajar la mirada ella le señaló una dirección y le ofreció una botella de cerveza, nuevamente buscaron la forma de caminar entre el montón de personas. No entendía cómo podían disfrutar de una fiesta como está. Era un desorden total.

La brisa fresca le alertó el cambio de ambiente, apartó la mirada de un par de pareja que estaban más que besando.

– Aquí estaremos mucho mejor. – Dijo Temari alzando la voz para que lo escuché. – Vamos a esa glorieta. – Señaló, él lugar estaba alumbrado por una tenue luz, y se podía notar que ya estaba siendo ocupado por una pareja.

Shikamaru sabía lo que ella quería que hiciera. Se adelantó, aclara su garganta de forma ruidosa para que la pareja interrumpida su sesión de besos y manoseo.

– ¿Algún problema amigo? – El chico pregunta sin intención de acomodar su ropa o quitar la mano del trasero de su pareja.

– Me gustaría que desocupen este sitio. – El chico ríe junto con su pareja, y antes que pudiera decir algún comentario sarcástico, sus ojos se iluminaron. – Ahora. – Ordena, ambos siguieron la orden sin pretexto, se levantaron y se alejaron del lugar dejando la pequeña glorieta para ellos.

– Me gustaría tener ese poder, sería más fácil atrapar a los niños traviesos del hospital o ancianos cascarrabias que siempre están discutiendo cuando les dice que está prohibido. – Dijo mientras se sentaba.

– No será que lo quieres para hipnotizar a tu jefe y te cambié el lugar de trabajo. – Shikamaru con una sonrisa se sentó a su lado. Ella ríe, eso era verdad. – Pensé que querías ir a esta fiesta para bailar.

Temari sonríe mirando el cielo que no se podía ver ninguna estrella o la luna, estaba despejado el cielo, pero la luz artificial provocaba que esté levemente alumbrado la noche.

– Deberías agradecerme que no quiera torturarte. – Señaló. Shikamaru la mira con aprecio, agarra con delicadeza su mano, y la lleva hasta su labios, le da un ligero beso en el dorso de ella.

Con su otra mano la atrae a él, para estar más juntos. Temari descansa su cabeza en su hombro, giró si cabeza mirando su cuello, una sonrisa maliciosa se apoderó de su rostro, sin pensarlo dos veces se acerca más a su cuello y ancla sus dientes en él, ejerce presión sintiendo como el cuello masculino se tensa y siseó de dolor.

– Mujer problemática. – Gruñe en un tono ronco que le produjo un ataque de risa. – Si sigue así, volveremos a tu departamento, donde debimos quedarnos.

– Tendré que tentar mi suerte. – Le guiña el ojo y bebe un trago de su botella.


Fin.

* Las fuerzas oscuras están acudiendo a mi llamada, quiero comunicarme con tu maestro pronto. Escucha mi voz, sombra: entrega la carta al maestro.