Capitulo 3: el nacimiento de Marte

Titan era un hombre de unos cuarenta años.

Había nacido en Marte, y allí era muy respetado y admirado.

Luego de haber estado estudiando en Aloos, un solitario pueblecito en una montaña muy lejana

a la capital de Marte, volvía por fin a casa.

Estaba muy orgulloso de haber estado esos 20 años trabajando duro, pues ahora era mucho más habil

en el manejo de la espada y otras armas, sin contar la brutal fuerza que ahora poseía.

De repente, en la lejanía, escuchó un llanto de un bebé y el grito de una mujer.

Su rostro denotaba preocupación "Que debe de estar pasando?" su otro lado le contestó "da igual,

tú sigue andando, al fin y al cabo, no te importa" pero su consciencia replicó "no puedes pasar

sin ir a ver que cocurre...además es una buena oportunidad para probar tus nuevas habilidades".

El lado bueno triumfó y Titán se dirigió hacia los arboles en los que se escuchaba el jaleo.

-Calla, mujer, y dame a la niña.

-Por favor, tengan piedad! Mi hija no les ha hecho nada!

-Ella es peligrosa y nos vamos a encargar de hacer justicia!

Por fin, Titán entró en acción.

-Vulcano, Areópago, cuanto tiempo sin vernos!

Los aludidos se giraron y palidecieron.

El silencio reinó durante unos instantes en el bosque. Solo se escuchaban los llantos que provenian

de una mantita que llevaba una joven mujer en las manos.

La mujer, tenía un cabello rojo intenso, que llevaba recogido en una trenza que le llegaba a media cintura.

Su piel era blanca como la nieve, y unos ojos dorados brillaban con furia detrás del flequillo.

Vestía una larga túnica blanca, con unas cintas de color dorado atadas a la cintura.

No llevaba zapatos, y por el estado de su vestido, se notaba que había estado corriendo.

Su nombre era Belona.

Vulcano y Areópago empezaron a temblar y, sin mas se giraron y empezaron a correr.

-Está bien? -preguntó Titán a la joven mujer.

Belona se giró, su cabello fuego siguiendo su movimiento.

-No necesitaba su ayuda!

Titán sonrió. Él era así cuando era más joven.

-Pues parecía que tenía problemas. Que querían?

-Gracias por preocuparse, pero es mi asunto.

-Mmm...Vulcano y Aerópago son malas personas, pero solo se comportan así cuando se enfadan mucho.

-Pues en este caso se equivoca, mi señor, ya que solo querían que les entregara a mi hija.

Belona se giró lentamente y Titán pudo apreciar el símbolo de Marte que resplandecía en la frente de la bebé.

-Es..un Guerrero!

-Una Guerrero, pues señor, parece mentira que no sepa que esta genereción de Guerreros van a ser todas niñas.

-Vaya...he estado veinte años de mi vida entrenando y no me he enterado.

Belona sonrió al igual que Titán, quizás si que podrían llegar a hacerse amigos.

-A donde se dirige?

-A la capital de Marte -dijo Titán- quiere venir conmigo? Si quiere luego la acompañaré a la Luna, señorita...

-Belona, llamame solo Belona.

-Entendido. Es un placer conocerte, Belona. Yo soy Titán.

-El placer es mío. Nos vamos?

-Cuando quieras.

Y los dos empezaron la marcha hacia la capital para luego dirigirse a la Luna, a informar de que una nueva guerrera

había nacido.


**Mitología**

Mmm...verdaderamente, he cambiado muchas cosas.

Para empezar, Marte es el dios de la Guerra, hijo de Jupiter y Juno (les recuerdan, verdad?) fue educado por uno de los

Titanes, que le enseñó la danza y ejercicios corporales.

Belona era su hermana, diosa de la Guerra y conductora del carro de su hermano Marte.

Vulcano era el esposo de Venus, que celoso porque su esposa y Marte se gustaban, llevó a un juicio a Marte, en el que

se le castigó siendo atado de manos y pies por cadenas y luego siendo custodiado por los temibles hermanos Aloos.

El tribunal tomó el nombre de Aerópago que significa "montaña de Marte".

Bueno, espero que hayan disfrutado, y ya ven que en este capitulo los protagonistas han sido más bien los adultos que

la pequeña guerrero Marte...tranquilos, en el siguiente, intentaré que sea por igual!