El nacimiento de Mercurio.
Baco había corrido mucho.
Nuna en su vida recordaba haber corrido tanto.
Dioses, era padre!!
Acababa de llegar de viaje, y Admeto se lo había notificado hacia breves instantes.
Siguió corriendo hasta llegar a la habitación de su amada Cilene.
Cuando entró, le abrió la puerta una sirvienta y le condujo hacia la cama donde
reposaba su esposa.
El doctor le miró.
-Señor Baco, le he de comunicar que ha su esposa le quedan segundos de vida.
Baco miró al Doctor con el entrecejo ceñido.
Miró a su esposa, que reposaba en la cama y respiraba agitadamente.
-Pero...no puede ser! -dijo, mientras sentía su alma romperse.
-Cilene está bien!!
-Lo siento, mi señor, pero el cansancio del parto ha sido demasiado para ella.
Los ojos de Baco se inundaron de lágrimas mientras se arrodillaba la lado de
la cama de su esposa y le cogía suavemente la mano.
Unos recuerdos indundaron su mente.
Cuando se habían enterado de que Cilene iba a tener un hijo, habían estado muy
felices.
Pero entones, el doctor les notificó que, si seguían adelante, podría ser perjudicial
para la salud de Cilene.
Era una mujer muy delicada, y siempre lo había sido.
Sus cabellos cortos azulados, y sus ojos azul claro como el cielo contrarrestaban con
el color pálido de su piel.
Ahora, Baco se sentía culpable.
-Cilene, Cilene -murmuraba mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas- no me dejes!
El doctor y las ayudantes se retiraron, entendían que era un momento delicado.
-Baco...cielo... -Cilene le miró, y apuntó una leve sonrisa- hemos tenido...una hija..
-Cilene, por favor, no me dejes...que haremos sin ti?
-Por...favor, Baco...cuida de nuestra hija...y recuerda...que yo...siempre estaré...contigo...
-Cilene, te juro que lo haré pero...
-Baco, escuchame...debes de vigilar...a nuestra hija...ella...es una Guerrero...y...ellos...
...la quieren...ver....muerta...
-Quienes?
Pero la pobre mujer ya estaba a punto de dejar el mundo.
-Por...favor...Baco...cuida a...mi pequeña...Mercurio...te...amo...
Los ojos de Cilene se cerraron suavemente, mientras la piel empezaba a palidecer.
Baco siguió gritando y llorando el nombre de su amada esposa, pero ya nada pudo hacer que la
joven volviera a la vida.
Al cabo de una semana, después del entierro de su esposa, Baco se suicidó.
No podía aguantar el dolor de la muerte de su amada.
Pero dejó a Mercurio con Luna, una amable mujer consejera de la Reina Selene.
Su hija estaría segura.
Y él, volvería con Cilene.
Luna miró a la pequeña que descansaba en sus brazos.
Iban en la nave camino a la Luna.
-Tranquila Mercurio. Yo te cuidaré hasta que llegue el momento. Cumpliré la promesa que
hice a tu padre.
Luna acercó más a la pequeña contra su cuerpo y depositó un dulce beso en su frente.
A su lado, sonriente, iba su esposo Artemis, quien había aceptado a Mercurio como su hija
adoptiva.
La pequeña Mercurio suspiró entre sueños.
No sabía la pequeña historia de su nacimiento ni era consciente de lo que le esperaba.
**Mitología**
Está bien, está bien...pobre Mercurio! Pero es que...necesitaba que no todos los nacimientos
fueran felices ya que...top secret!!!
Haber...Cilene es el nombre de un monte que había en la ciudad Arcadia, y es donde nació
Mercurio. Por eso decidí que la madre de Mercurio se llamara así.
Baco era hijo de Jupiter y Semelé (N.A: Jupiter tenía muchas amantes ¬¬) y fué guiado por
Mercurio hasta Arabia, a la mansión de las ninfas de Nisa, que le alimentaron.
Cogí nombres de personajes mitologicos o de lugares que estubieran relacionados de una manera
u otra con Mercurio.
En este capítulo no he hecho descripciones muy extensas ya que, precisamente, el "top secret"
me lo impide. Tranquilos, fans de Mercurio! En la siguiente parte de este fic, cuando hable
de la juventud de las Sailors, Mercurio tendrá mucha más importancia!!!
Baco había corrido mucho.
Nuna en su vida recordaba haber corrido tanto.
Dioses, era padre!!
Acababa de llegar de viaje, y Admeto se lo había notificado hacia breves instantes.
Siguió corriendo hasta llegar a la habitación de su amada Cilene.
Cuando entró, le abrió la puerta una sirvienta y le condujo hacia la cama donde
reposaba su esposa.
El doctor le miró.
-Señor Baco, le he de comunicar que ha su esposa le quedan segundos de vida.
Baco miró al Doctor con el entrecejo ceñido.
Miró a su esposa, que reposaba en la cama y respiraba agitadamente.
-Pero...no puede ser! -dijo, mientras sentía su alma romperse.
-Cilene está bien!!
-Lo siento, mi señor, pero el cansancio del parto ha sido demasiado para ella.
Los ojos de Baco se inundaron de lágrimas mientras se arrodillaba la lado de
la cama de su esposa y le cogía suavemente la mano.
Unos recuerdos indundaron su mente.
Cuando se habían enterado de que Cilene iba a tener un hijo, habían estado muy
felices.
Pero entones, el doctor les notificó que, si seguían adelante, podría ser perjudicial
para la salud de Cilene.
Era una mujer muy delicada, y siempre lo había sido.
Sus cabellos cortos azulados, y sus ojos azul claro como el cielo contrarrestaban con
el color pálido de su piel.
Ahora, Baco se sentía culpable.
-Cilene, Cilene -murmuraba mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas- no me dejes!
El doctor y las ayudantes se retiraron, entendían que era un momento delicado.
-Baco...cielo... -Cilene le miró, y apuntó una leve sonrisa- hemos tenido...una hija..
-Cilene, por favor, no me dejes...que haremos sin ti?
-Por...favor, Baco...cuida de nuestra hija...y recuerda...que yo...siempre estaré...contigo...
-Cilene, te juro que lo haré pero...
-Baco, escuchame...debes de vigilar...a nuestra hija...ella...es una Guerrero...y...ellos...
...la quieren...ver....muerta...
-Quienes?
Pero la pobre mujer ya estaba a punto de dejar el mundo.
-Por...favor...Baco...cuida a...mi pequeña...Mercurio...te...amo...
Los ojos de Cilene se cerraron suavemente, mientras la piel empezaba a palidecer.
Baco siguió gritando y llorando el nombre de su amada esposa, pero ya nada pudo hacer que la
joven volviera a la vida.
Al cabo de una semana, después del entierro de su esposa, Baco se suicidó.
No podía aguantar el dolor de la muerte de su amada.
Pero dejó a Mercurio con Luna, una amable mujer consejera de la Reina Selene.
Su hija estaría segura.
Y él, volvería con Cilene.
Luna miró a la pequeña que descansaba en sus brazos.
Iban en la nave camino a la Luna.
-Tranquila Mercurio. Yo te cuidaré hasta que llegue el momento. Cumpliré la promesa que
hice a tu padre.
Luna acercó más a la pequeña contra su cuerpo y depositó un dulce beso en su frente.
A su lado, sonriente, iba su esposo Artemis, quien había aceptado a Mercurio como su hija
adoptiva.
La pequeña Mercurio suspiró entre sueños.
No sabía la pequeña historia de su nacimiento ni era consciente de lo que le esperaba.
**Mitología**
Está bien, está bien...pobre Mercurio! Pero es que...necesitaba que no todos los nacimientos
fueran felices ya que...top secret!!!
Haber...Cilene es el nombre de un monte que había en la ciudad Arcadia, y es donde nació
Mercurio. Por eso decidí que la madre de Mercurio se llamara así.
Baco era hijo de Jupiter y Semelé (N.A: Jupiter tenía muchas amantes ¬¬) y fué guiado por
Mercurio hasta Arabia, a la mansión de las ninfas de Nisa, que le alimentaron.
Cogí nombres de personajes mitologicos o de lugares que estubieran relacionados de una manera
u otra con Mercurio.
En este capítulo no he hecho descripciones muy extensas ya que, precisamente, el "top secret"
me lo impide. Tranquilos, fans de Mercurio! En la siguiente parte de este fic, cuando hable
de la juventud de las Sailors, Mercurio tendrá mucha más importancia!!!
