Si! Por fin, empiezan los nacimientos de las outers!!
Estos episodios se los dedico a todos los fans de la pareja UranoxNeptuno
y a los fans de las sailors exteriores!
Nota: ahora ya no habrá tanta mitología, lo siento! Es que si no tardaría
mucho y hay cosas 'top secret' que no se podrían hacer si sigo la mitología.
Pero esto no significa que los fics dejen de ser interesantes!
El nacimiento de Urano
Yo no habría aceptado casarme con él si no fuera porque ella también decidió casarse.
Seguíamos amandonos, pero ahora todo era diferente. Yo sabía que mi marido me amaba.
Pero yo no le amaba.
Mi corazón era y sería siempre para Neptuno.
Soy Hakura, reina de Urano. Y ella era Michiriko, reina de Neptuno.
Las dos éramos reinas, y nuestros destinos no nos dejaban amarnos.
Pero ahora, mientras contemplaba mi pequeña Haruka, supe que ella no iba a sufrir el
mismo destino.
Michiriko y yo no lo íbamos a permitir.
Nuestras hijas se iban a casar con quien quisieran, y ya sabíamos lo que iba a ocurrir.
Mi pequeña había nacido con el símbolo de Urano, y sabía que esta vez, el legendario amor
que unía a Neptuno y a Urano iba a ser indestructible.
La Reina Serenity había accedido a permitir todo tipo de relaciones entre sailors.
Suspiré feliz.
Mi marido estaba furioso. Mi hija había salido como yo, un poco masculina, y él no acababa
de hacerse a la idea.
Recuerdo como si fuera ayer como nació.
Yo estraba entrenando con la espada, pese a que el médico me lo tenía prohibido.
Y de repente, rompí aguas.
Yo estaba muy tranquila, pero mi marido se puso muy nervioso y me riñó por entrenar.
No le amo, y nunca lo haré. Cuando estaba a punto de dar a luz a mi hija, se puso a darme
un discurso sobre como tenía que comportarme.
Por supuesto que me negué a que asistiera al parto.
Me inventé una nueva ley durante el trayecto al médico "El marido de la Reina no podrá
asistir bajo ninguna circumstancia al nacimiento de su hija".
Mis súbditos tampoco le soportan, y estuvieron muy felices al enterarse de que él no conocería
a su hija hasta que yo la presentase a su pueblo.
Me dirigí a los escalones que daban a un gran balcón. Cogí a mi hija y me asomé.
Una gran multitud aplaudió y gritó en cuando me vió.
Sonreí con orgullo al ver a que mi hija no lloraba ni se asustaba.
Las casas y mi castillo estaban hechas con arena y metales, para evitar que el viento las destruyera.
Pero ese día, se notaba que los ciudadanos habían estado limpiandolas.
Los metales relucían bajo el inmenso cielo amarillento.
Sonreí tiernamente al ver a mi hija mover la mano, intentando coger a la gente.
Miré de reojo a mi marido, que se limitó a darse la vuelta y marcharse.
Mi sonrisa augmentó aún más. En Urano, las mujeres teníamos derecho a escoger a los hombres, y eramos
nosotras las que decidíamos.
Mi consejo era solo de mujeres, al igual que mi corte.
El hombre al que había esposado lo escogí porque tenía el pelo rubio y los ojos azules, así que no iba
a alterar el físico de mi pequeña. Ya saben, si su pelo hubiera sido negro, Haruka ahora tendría el
pelo oscuro. Algo inpensable para una neo reina de Urano.
Pero ahora, sabía que muy pronto tendríamos que ir a la Luna. Por supuesto que yo iba con mi Haruka.
Me despedí de la gente y me dirigí a mi habitación.
Era hora de hacer las maletas.
Volvería a ver a mi amada.
Estos episodios se los dedico a todos los fans de la pareja UranoxNeptuno
y a los fans de las sailors exteriores!
Nota: ahora ya no habrá tanta mitología, lo siento! Es que si no tardaría
mucho y hay cosas 'top secret' que no se podrían hacer si sigo la mitología.
Pero esto no significa que los fics dejen de ser interesantes!
El nacimiento de Urano
Yo no habría aceptado casarme con él si no fuera porque ella también decidió casarse.
Seguíamos amandonos, pero ahora todo era diferente. Yo sabía que mi marido me amaba.
Pero yo no le amaba.
Mi corazón era y sería siempre para Neptuno.
Soy Hakura, reina de Urano. Y ella era Michiriko, reina de Neptuno.
Las dos éramos reinas, y nuestros destinos no nos dejaban amarnos.
Pero ahora, mientras contemplaba mi pequeña Haruka, supe que ella no iba a sufrir el
mismo destino.
Michiriko y yo no lo íbamos a permitir.
Nuestras hijas se iban a casar con quien quisieran, y ya sabíamos lo que iba a ocurrir.
Mi pequeña había nacido con el símbolo de Urano, y sabía que esta vez, el legendario amor
que unía a Neptuno y a Urano iba a ser indestructible.
La Reina Serenity había accedido a permitir todo tipo de relaciones entre sailors.
Suspiré feliz.
Mi marido estaba furioso. Mi hija había salido como yo, un poco masculina, y él no acababa
de hacerse a la idea.
Recuerdo como si fuera ayer como nació.
Yo estraba entrenando con la espada, pese a que el médico me lo tenía prohibido.
Y de repente, rompí aguas.
Yo estaba muy tranquila, pero mi marido se puso muy nervioso y me riñó por entrenar.
No le amo, y nunca lo haré. Cuando estaba a punto de dar a luz a mi hija, se puso a darme
un discurso sobre como tenía que comportarme.
Por supuesto que me negué a que asistiera al parto.
Me inventé una nueva ley durante el trayecto al médico "El marido de la Reina no podrá
asistir bajo ninguna circumstancia al nacimiento de su hija".
Mis súbditos tampoco le soportan, y estuvieron muy felices al enterarse de que él no conocería
a su hija hasta que yo la presentase a su pueblo.
Me dirigí a los escalones que daban a un gran balcón. Cogí a mi hija y me asomé.
Una gran multitud aplaudió y gritó en cuando me vió.
Sonreí con orgullo al ver a que mi hija no lloraba ni se asustaba.
Las casas y mi castillo estaban hechas con arena y metales, para evitar que el viento las destruyera.
Pero ese día, se notaba que los ciudadanos habían estado limpiandolas.
Los metales relucían bajo el inmenso cielo amarillento.
Sonreí tiernamente al ver a mi hija mover la mano, intentando coger a la gente.
Miré de reojo a mi marido, que se limitó a darse la vuelta y marcharse.
Mi sonrisa augmentó aún más. En Urano, las mujeres teníamos derecho a escoger a los hombres, y eramos
nosotras las que decidíamos.
Mi consejo era solo de mujeres, al igual que mi corte.
El hombre al que había esposado lo escogí porque tenía el pelo rubio y los ojos azules, así que no iba
a alterar el físico de mi pequeña. Ya saben, si su pelo hubiera sido negro, Haruka ahora tendría el
pelo oscuro. Algo inpensable para una neo reina de Urano.
Pero ahora, sabía que muy pronto tendríamos que ir a la Luna. Por supuesto que yo iba con mi Haruka.
Me despedí de la gente y me dirigí a mi habitación.
Era hora de hacer las maletas.
Volvería a ver a mi amada.
