Ayyy qué triste lo que le pasa ahora al pobrecito Remus!! I es que todo le pasa a él!! Por cierto: en este capítulo, se hace mención a otro fanfic, "Narcissa's Secrets", de mi amiga Isilme. Así que, si no entendéis algo de James, Lucius, Narcissa y Edward, será mejor que os lo leáis también jeje. Bueno, espero que os guste el segundo capñitulo!! R&B POR FAVOR!!!

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Secrets of the Night

- Mañana hay luna llena, ¿no? - preguntó James, un día cualquiera del mes de enero.

- Sí - respondió Remus, en un suspiro.

- Come - le dijo Sirius - Ahora toca Pociones. Vas a necesitar energía para correr.

- ¿Por qué? - preguntó Remus - ¿Qué habéis hecho?

- Una pequeña sorpresa para Snape - dijo James - Oops.

En aquel momento, una chica de Slytherin pasaba justo por su lado. "Michelle" pensó Remus. La chica se detuvo ante la mirada de culpabilidad de James.

- No perdáis el tiempo - dijo, sonriendo - Snape no vendrá a clase hoy.

Los chicos se miraban unos a otros, desconcertados.

- ¿Cómo que no va a venir a clase? - preguntó Sirius, bruscamente.

- Ehh. ¿qué le pasa? - dijo Remus, dándole un codazo a Sirius.

- Ay. - se quejó éste. Ella se rió.

- Nada - dijo Michelle - lo que le pase a un Slytherin no es de la incumbencia de Gryffindor. Y menos de vosotros.

- Eso serán diez puntos. - comenzó a decir James.

- .Menos para Gryffindor, supongo - interrumpió Lucius. Michelle pareció asustarse, según creyó Remus. - Deberíamos hablar en privado sobre los puntos que les quitas a los míos, Potter.

- Yo no le he quitado ningún punto a los tuyos, Lucius. - dijo James.

- ¿Cómo te atreves a llamarme por mi nombre?

- Es para que nos demos cuenta de lo mal que suena - murmuró Sirius.

La mirada de Lucius pasó de James a Sirius, y de éste a Remus.

- Vaya Lupin - dijo - Te veo demasiado pálido. ¿Por qué no me dejas prepararte una poción.

Michelle se volvió a Lucius, dirigiéndole una terrible mirada de odio.

- ¿Por qué no te vas con tu prometida, Lucius? - dijo ella. Lucius la miró fríamente.

- ¿Por qué no me acompañas entonces? Creo que tu prometido te está buscando.

Dicho esto, la agarró violentamente por el brazo, y la arrastró hacia la mesa Slytherin.

- ¿Qué le pasa a ese? - dijo de pronto Sirius - Ni que quisiera acostarse contigo, James. en aquel momento, James se atragantó con un trozo de pollo. Pero Sirius no se atrevió a tocarlo.

- ¿James? - volvió a preguntar, alejándose un poco, invadiendo el asiento se Remus, pero éste no se dio cuenta. Estaba demasiado inmerso en sus pensamientos como para prestar atención al resto del mundo.

". prometido. tiene prometido. entonces. ya si que no puedo hacerme ilusiones."

Algo confuso, Sirius se volvió a Remus, que seguía soñando.

- Eh - dijo - Creo que le gustas.

Remus salió de su ensimismamiento, y lo miró sorprendido.

- ¿Tú crees? - preguntó - Esto. - comenzó a ruborizarse. Sirius rió.

- Así que era eso. Creo que sí. ¿No has visto cómo te mira?

Remus se ruborizó aún más. Sirius no podía parar de reír. Al fin se tranquilizó.

- En serio. El único problema, es que eres demasiado tímido.

- Y que tiene prometido.

- No creas ni una palabra de ese. - dijo mirando a Lucius - Sólo tienes que hablar con ella - añadió, sonriendo.

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- Luna llena. nos vemos en unas horas - dijo Sirius, mientras Remus salía de la Torre Gryffindor.

Fuera lo esperaba la enfermera, la Sra. Pomfrey. Como siempre. Ella era quién lo acompañaba al Sauce Boxeador. Sirius solía quedarse mirando por la ventana, para ver cuando la enfermera regresaba al castillo. A partir de aquel momento, sólo tenían que contar una hora, y no habría nadie andando por el castillo. Nadie, excepto Filch, y ellos mismos.

Pero aquella noche, él no era el único que observaba a Remus. En otra de las torres, dos ojos verdes estaban fijos en el chico: los ojos de Michelle Rowland, la chica de Slytherin. Había subido a la Torre de Astrología para terminar uno de los muchos trabajos que debían terminar los estudiantes de 7º curso. En un momento que decidió tomarse un respiro, se asomó a la gran ventana para tomar el aire. Entonces vio dos figuras moverse abajo, camino del sauce Boxeador. Quería usar el telescopio para verlos de cerca, pero se detuvo al oír una voz.

- Vamos Remus - dijo la mujer - Vendré temprano a recogerte, ¿de acuerdo?

"¿Remus?" pensó. "¿No es.¿ ¿Qué le pasa?"

Intentó ver lo que hacían allí abajo, pero antes de que se diera cuenta, aquella mujer que identificó rápidamente como la Sra. Pomfrey, se dirigía de vuelta al castillo. Michelle no se lo pensó dos veces, y bajó corriendo la Torre de Astrología. Pero se detuvo en seco. No había nadie, lo cual significaba que Filch andaría por ahí. Tenía que ir con cuidado. Pero no se movió. Siguió allí de pie, en la escalera, mientras unas voces se aproximaban.

- ¿Narcissa? - preguntó Michelle.

Narcissa se detuvo, asustada, mirando a Michelle con una nota de preocupación en el rostro.

- ¿Edward? - volvió a decir Michelle - Pero. pero.

- Chelle - comenzó Narcissa - No es lo que parece.

- No soy tonta, Narcissa .

- Bueno. ya sabes que no me quiero. casar. con Lucius.

- Lo sé. Te entiendo. Sé por qué lo dices.

- ¿Cómo? - preguntó Narcissa.

- Se insinuó a ese Potter y a uno de sus amigos.

- Dios. - murmuró Narcissa - Bueno, esto.

- Ya me iba - se apresuró a decir Michelle - pero. Si no te importa, me he dejado unos libros arriba.

- Yo te los llevaré.

- Gracias. Adiós.

Salió a todo correr, sin pararse a pensar lo que podía suceder si Filch la encontraba a aquellas horas.

"He perdido mucho tiempo. he de darme prisa"

Al llegar a la puerta principal, se detuvo, mirando alrededor.

"¿Dónde está Filch?"

Sin pensárselo dos veces, echó a correr en dirección al Sauce Boxeador.

"¿Cómo demonios ha entrado por aquí?"

Se mantuvo a una distancia prudente, dándole vueltas a una posible entrada.

"Ni idea. No tengo otra salida"

Sacó su varita, y apuntando al Sauce, musitó:

- ¡Inertis!

Volvió a guardar su varita, y se acercó al árbol, que ahora permanecía inmóvil. Buscaba algo, sin saber el qué, hasta que dio con una pequeña abertura.

"No cabré por ahí en la vida" Volvió a sacar su varita.

- ¡Augeo!

Acto seguido, el hueco se ensanchó y Michelle entró por él. El camino que tenía delante era estrecho, oscuro y sinuoso.

- ¡Lumos!

Se adentró por él. Aunque llevaba la varita en alto, no alcanzaba a ver el fin del camino. Inconscientemente, su mano se dirigió al colgante que le había regalado Narcissa.

Entonces lo vio. Pero ya no era Remus. Ahora era. un lobo. Un hombre lobo. Ella se quedó allí, petrificada. No podía moverse. Estaba aterrorizada. Agarraba el colgante con fuerza. El lobo se detuvo. La miró. Michelle comenzó a retroceder. Corrió lo más deprisa que pudo hasta legar al fin del túnel, y salió sin detenerse a mirar alrededor, o quitar el hechizo que había usado antes.

- Movilius - dijo una voz, cuando ella entró en el castillo.

De la nada, surgieron Sirius, James y Meter. El sauce comenzó a moverse un poco. Los tres chicos miraban en dirección al castillo.

- Se lo dirá a todo el mundo - dijo al fin James.

- No. - replicó Sirius. - Estaba llorando.