Capitulo 18 La Expulsión de Malfoy

Malfoy y sus dos gorilas pasaron casi 4 días en al enfermería debido a las heridas sufridas durante el partido de Quidditch de Febrero.

Slytherin había quedado último sin ninguna posibilidad de avanzar de ese puesto en la Copa. Toda la Casa era ridiculizada y bromeada por el resultado, especialmente Malfoy.

Lo peor para el rubio, fue la Carta Vociferadora que envió su padre cuando él le pidió una nueva escoba. En ella le gritó que era un inútil por perder la escoba y que era una desgracia como Capitán del equipo de la Casa por haber perdido por tanta diferencia de puntos.

"Me vengaré por esto Potter. Lamentarás haber hecho esto, te lo aseguro." Amenazó Malfoy a Harry, luego de que terminara la Carta del Señor Malfoy.

"Tiemblo de miedo, Malfoy." Dijo Harry, entre las risas de todos en el Gran Salón que estallaron en carcajadas por la Carta Vociferadora.

Después de esto, el odio entre ambos llegó a un nuevo punto nunca antes conocido. Si no se peleaban era por que siempre estaba, casualmente, un Profesor para evitarlo.

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Harry, Cho y Hermione habían comenzado a entrenar a los nuevos miembros de la Orden.

"Si alguno de Ustedes tiene problemas en que este entrenamiento sea dado por tres estudiantes, le recomendamos que se retire ahora. Bajo ningún concepto aceptaremos que se nos falte el respeto aquí." Dijo Harry en un tono muy serio antes de la primera sesión.

"Podemos ser estudiantes y todavía no habernos graduado del Colegio, pero sabemos mucho de Artes Marciales. Esa es la razón por la que el Profesor Dumbledore nos encargó llevar esto adelante." Dijo Cho en el mismo tono que Harry.

"A quien considere esto inútil o una perdida de tiempo, se le recomienda retirarse. No aceptaremos a nadie que venga aquí a perder el tiempo, o hacernos perder el nuestro. Quedan avisados todos." Terminó Hermione, con un tono más serio que el de los otros dos instructores.

Ninguno de los presentes se retiró. Los tres Prefectos vieron que estaban ansiosos de probar el entrenamiento, y que entendieron demasiado bien el mensaje suyo. Los tres sonrieron y comenzaron el entrenamiento de ese día.

Como supusieron, todos estaban deseosos de hacerlo, y ninguno de ellos parecía tener problemas con sus instructores o con su edad. Muy pronto los nuevos reclutas descubrieron que sabían lo que hacían con las Artes Marciales, y vieron que eran los instructores indicados para hacerlo.

Los 7 miembros más jóvenes de la Orden, (Harry, Cho, Hermione y los 4 Weasley), comenzaron su entrenamiento propio. En él aprendieron a usar y defenderse con espadas, (Harry usaba la de Gryffindor, que era suya por herencia), más duelo que el que hacían en el Club del Colegio, el uso del arco y flecha y otras técnicas de defensa y ataque para casos de pelea con Mortífagos.

Fred y George comenzaron también con sus creaciones para la Orden.

Harry ni se quería imaginar los que los mellizos eran capaces de inventar para la Orden. De lo que estaba seguro, era que los Mortífagos no la pasarían nada bien con esos inventos. Una muy pequeña parte de su ser lamentaba lo que les podía llegar a pasarles. Pero esto era una muy minúscula parte.

Ron comenzó a entrenarse para el uso de estrategias. Esto consistía básicamente en situaciones complicadas y él debía dar propuestas considerando todas las posibilidades.

En el ajedrez se había vuelto invencible para todos. Los partidos no duraban más de 20 movimientos, eso si tenías suerte de contrarrestarle sus ataques por más de 10 minutos. Definitivamente era un excelente estratega, y era la opción lógica para ese puesto.

Ginny, por su parte, había escuchado varias conversaciones interesantes. La mayoría de ellas eran de miembros de Slytherin que hablaban sobre ordenes recibidas por sus padres.

En la Orden, gracias a estas conversaciones, se había deducido que podría haber un ataque pronto. El lugar más probable era el Colegio, o también Hogsmeade. Lo que no sabían era la fecha de este posible ataque.

A causa de esto, el entrenamiento era cada vez más riguroso para todos. Ninguno de ellos se quejaba por esto. Sabían que era necesario si el ataque pasaba, y la única manera de contrarrestarlo era estar preparado.

"Nunca se está demasiado preparado para todo. Este es un buen ejemplo de ello." Les recordó Dumbledore, cuando algunos nuevos miembros de la Orden se quejaron del entrenamiento riguroso que recibían.

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En las clases, Harry no tenía problema alguno.

En Transformaciones, donde comenzaron a estudiar el ser Animago, ni él ni sus dos mejores amigos necesitaba aprender nada.

En el entrenamiento privado, Harry ya había dominado 4 de sus 5 formas: el Halcón, la Pantera, el Hipogrifo y el Fénix. McGonagall confiaba que el Dragón no le llevaría más de 1 mes de entrenamiento. Ron y Hermione, habían dominado casi del toda su transformación. Era probable, que los tres terminaran su entrenamiento juntos.

Habían decidido informarle de su transformación a sus familias cuando el entrenamiento hubiera concluido del todo. Ni Dumbledore ni McGonagall se opusieron a esto.

"Como les dijimos cuando comenzaron a entrenarse, Ustedes decidirán el momento de hacerlo." Dijo Dumbledore, cuando discutían el mejor momento para informarles a los demás de esto.

En Defensa, continuaban con más criaturas oscuras. Ahora estudiaban el Lethifold. Esta criatura mataba sin dejar rastros, cuando una persona dormía.

"Al igual que los Dementores, la única forma de derrotarlos es con un Patronus." Explicó Lupin cuando las estudiaban.

En Historia, Binns hablaba de los magos oscuros de la última parte del Siglo XIX. Aunque era historia reciente, la forma en que la daba el Profesor, aburría a todos hasta el punto de quedarse dormidos en la Clase. Como siempre, Hermione era la única que tomaba notas en la clase.

En Pociones, Snape evitaba al trío siempre. Nadie sabía la razón, pero Harry y sus amigos estaban contentos con esto.

"No sé cuál es la razón, Harry, pero esto es maravilloso." Dijo Ron un día mientras hablaban sobre la conducta de su Profesor.

En el resto de las clases, Harry no encontraba demasiados problemas.

En Runas, estaban estudiando sobre el antiguo lenguaje escrito de países de Asia. En Herbología, seguían con las plantas medicinales.

En Astronomía, estudiaban los diferentes cometas y algunas estrellas fugaces.

La mayor sorpresa de todas fue la que Hagrid les tenía preparado en la primera clase de Marzo. Al llegar allí anunció que ese día comenzarían a ver y estudiar a los Fénix.

"¿Por qué no muestra un Fénix, Profesor?" Preguntó Malfoy, con su habitual tono sobrador de siempre.

"Quisiera hacerlo, Sr. Malfoy. Pero los Fénix son aves extremadamente leales a sus dueños. Le he pedido al Profesor Dumbledore que me preste al suyo, pero no he podido conseguirlo." Dijo Hagrid avergonzado.

"Harry, ¿y si traes a Godric?" Preguntó Ron, en un susurro.

"Ni loco voy a mostrárselos a los de Slytherin, Ron. Pero tengo una idea mejor." Dijo Harry con una sonrisa.

"¿De qué estás...?" Comenzó Hermione, pero se calló cuando todos en la clase escucharon un sonido raro.

"¿Qué es ese sonido?" Preguntó Malfoy, medio asustado por el sonido.

"Esa, Malfoy, es la canción de Fawkes." Dijo Harry, al tiempo que el hermoso ave se situaba en su hombro.

"Clase, ese es un Fénix. Es el ave del Profesor Dumbledore, Fawkes." Dijo Hagrid sonriéndole a Harry, que acariciaba la cabeza del ave.

"Me alegro de verte, Harry." Dijo Fawkes en su idioma.

"Yo también, Fawkes, pero aquí no puedo hablarte con normalidad. Llamaría demasiado la atención de todos." Dijo Harry al Fénix en un susurro.

"Entendido." Respondió Fawkes, mientras toda la clase lo observaba maravillado.

La clase prosiguió con normalidad.

Luego de que sonara la campana, Harry, Ron y Hermione volvieron al Castillo con Fawkes, situado en el hombro de Harry.

"Ah, me preguntaba dónde estaba Fawkes. Veo que lo llamaste nuevamente, Harry." Dijo Dumbledore sonriendo cuando los 4 entraron al castillo.

"Así es, Profesor Dumbledore. Vimos en clase de Cuidado de Criaturas Mágicas a los Fénix, y pensé que sería bueno mostrar el suyo en vez del mío." Explicó Harry con una sonrisa.

"Es comprensible." Dijo Dumbledore sonriendo, mientras su ave regresaba a su oficina y los 4 iban al Gran Salón para el almuerzo.

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Unos días después de esa clase, Lila se acercó a Harry.

"Harry, ¿podría usar tu lechuza? Hermione tiene la suya enviando una carta y no quiero usar las del Colegio." Dijo la prima de Hermione, con un poco de vergüenza.

"Seguro, Lila. Además creo que Hedwig estará ansiosa de llevar correspondencia. Este año no la usé casi nunca." Dijo Harry acariciando a Lily que estaba en su regazo, como siempre que estaba en la Sala Común.

"Gracias." Dijo la niña, mientras iba a su dormitorio, para bajar unos minutos después con un pequeño paquete.

"¿Para quién es el paquete?" Preguntó Harry con curiosidad, cuando salían de la Torre.

"Mi mamá cumple años mañana y le envío el regalo. Hermione lo compró la semana pasada por mí en Hogsmeade." Dijo Lila, haciendo referencia a la última visita que habían tenido los alumnos mayores a la ciudad mágica.

"Harry, Lila, ¿dónde van?" Preguntó Hermione, que los encontró por el camino.

"Lila me pidió prestada a Hedwig para enviar un paquete a la madre. Vamos a la pajarera de las lechuzas, ¿vienes?" Explicó Harry, mientras seguían su camino.

"Seguro." Dijo Hermione, encaminándose con los dos a su destino.

Cuando estaban por llegar allí, vieron a alguien que salía de la pajarera. Harry hizo retroceder a las chicas para ver quien era.

"Con esto, Potter aprenderá a no meterse más conmigo. Esto le enseñará que a un Malfoy no se lo humilla y se sale con la suya." Dijo Draco, mientras se dirigía hacia otro lado sin notar al grupo de los Gryffindors.

"Hedwig!!!" Exclamó Harry, mientras iba corriendo a la Pajarera, temeroso del destino sufrido por su mascota.

Al llegar allí, vio a su lechuza en el suelo. Estaba de diferente color. En vez del blanco habitual, tenía sus plumas y cuerpo de un color verde brillante. Harry sintió como su cuerpo hervía de furia al recoger a su lechuza.

"Harry, ¿qué...?" Comenzó a decir Hermione, pero se calló al ver la lechuza de su amigo.

"Vamos, la llevaré con Snape. Estoy seguro que él tendrá una poción para devolverle el color a Hedwig." Dijo mientras se dirigía a la salida. Antes de salir, se dirigió a Lila: "Lila, me temo que deberás usar una de las lechuzas del Colegio."

"No hay problema, Harry." Dijo la niña conmocionada por lo que acababa de ver.

Luego de salir de allí, se dirigió corriendo a las mazmorras. Esperaba que Snape pudiera ayudarlo con eso. Al llegar a su destino, golpeó la puerta con insistencia.

"Adelante!" Gritó el jefe de Slytherin.

Harry entró y se dirigió a la mesa donde estaba el Profesor de Pociones. "Ayúdela, Profesor." Rogó el Prefecto, conteniendo las lágrimas.

Snape vio la lechuza y la reconoció como la de Harry. Sin hacer demasiadas preguntas, se levantó y se dirigió hacia un armario, del cuál sacó una botella, que contenía un liquido de color negro. Le abrió el pico a Hedwig y se lo dio.

Harry, esperó rogando con todo su ser que funcionara. Si su lechuza moría, sería como si perdiera a uno de sus mejores amigos.

Cinco minutos más tarde de que Snape le diera el líquido, Hedwig comenzó lentamente a recuperar su color normal. Harry respiró aliviado por esto. Tomó a su lechuza en brazos y comenzó a acariciarle la cabeza. Hedwig aleteó alegremente por esto, y le mordió con el pico el dedo afectuosamente.

"¿Qué le pasó a tu lechuza, Potter?" Preguntó Snape, luego de unos minutos de silencio.

"Malfoy. Tuve que ir a la Pajarera a enviar una carta y de allí salía él. Dijo, y recito textualmente, "Con esto, Potter aprenderá a no meterse más conmigo. Esto le enseñará que a un Malfoy no se lo humilla y se sale con la suya." Cuando llegué a la Pajarera vi a Hedwig en ese estado." Concluyó Harry, con los ojos llenos de furia.

Esa furia no pasó inadvertida por Snape. Este se levantó y se dirigió a la Chimenea. Lanzó un puñado de polvo, y dijo: "Profesor Dumbledore."

"Severus, ¿qué puedo hacer por ti?" Escuchó Harry que decía el Director.

"Necesito que venga a mi oficina. Tenemos un problema." Respondió Snape en tono grave.

"Estaré allí en unos minutos." Respondió el viejo mago antes de desaparecer.

Harry y el Profesor de Pociones permanecieron en silencio durante unos minutos. Harry, sentía que la furia y el enojo que tenía, continuaba en ascenso. Snape, se dio cuenta de esto. Y temía de lo que pasara entre el Prefecto de Gryffindor y el rubio de su Casa luego de este ataque.

"¿Llamaste, Severus?" Dijo Dumbledore, al entrar en la Oficina. Al ver a Harry, notó él también la furia suya, y se dio cuenta de que algo grave estaba pasando.

"Potter, explícale lo que ha sucedido." Indicó Snape.

"Encantado." Dijo Harry, antes de relatarle al Directo los sucesos que acababan de suceder.

"Yo me encargaré del Sr. Malfoy, Harry, no te preocupes." Dijo seriamente Dumbledore.

"Gracias Profesor." Dijo Harry yendo a la Salida con Hedwig aún en brazos. Antes de salir se dirigió a Snape: "Dígale a Malfoy de mi parte, que si se mete de nuevo con alguna de mis mascotas, lo mataré." Dijo en un tono, que indicaba claramente que no bromeaba. Acto seguido desapareció de la oficina, dejando a los dos Profesores solos.

"No bromea, Albus. Potter es capaz de hacerlo." Dijo Snape, luego de que Harry hubiera salido.

"Lo sé, Severus. Esto es la declaración de guerra que necesitaba Harry. A partir de ahora, no quiero pensar lo que pasará entre ellos dos." Dijo pensativamente el Director.

"¿Qué haremos ahora?" Preguntó el Profesor de Pociones.

"No lo sé, Severus, no lo sé." Dijo Dumbledore antes de salir él también de la Oficina.

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Harry decidió en ese momento que Hedwig viviría con él en su dormitorio siempre. No quería darle a Malfoy una nueva oportunidad de atacarla.

Cuando llegó a la Torre se dirigió directamente a su dormitorio. Allí creó una percha donde colocó a su lechuza. No le importaba si sus compañeros de cuarto tenían algún problema con eso. Hedwig viviría allí, les gustara o no.

"Ahora viene mi contraataque." Pensó Harry mientras se dirigía al lugar donde Fred y George hablaban con sus novias. "Tengo que hablar con Ustedes dos ahora." Dijo seriamente tomándolos de los brazos a ambos.

"Espera un poco Harry." Dijo Fred, mientras besaba a Alicia.

"Ahora." Dijo Harry muy seriamente, con los ojos brillando de furia.

Los mellizos vieron esto, y decidieron seguirlo. Cuando se sentaron en una mesa alejada de todos, Fred preguntó, "¿Qué pasa, Harry?"

"Necesito su ayuda para hacer algo a lo grande, MUY a lo GRANDE." Dijo Harry, con una sonrisa maligna.

"¿Qué planeas?" Dijeron los mellizos interesados.

Harry les contó lo que planeaba: Convertir a todos en la mesa de Slytherin en animales, más precisamente en Hurones. "¿Me pueden ayudar en esto?" Preguntó cuando terminó de explicarles lo que planeaba.

"Encantados." Dijo Fred, sonriendo traviesamente.

"Pero yo tengo una idea mucho mejor." Dijo George sonriendo muy diabólicamente.

"¿Cuál?" Preguntaron Fred y Harry al mismo tiempo.

"Transformarlos a TODOS en el Gran Salón en animales." Dijo el mellizo, acentuando aún más su sonrisa.

"¿Profesores incluidos?" Preguntó Harry, a quien la idea le gustaba mucho.

"Así es. Las 4 Casas y los Profesores también." Dijo George con una de sus grandes sonrisas traviesas.

"¿Cómo haremos para poder hacerlo en la comida sin que los elfos se den cuenta?" Preguntó Fred.

"Tengo algo que nos va a ayudar en ese problema." Dijo Harry, sonriendo.

"¿Qué?" Preguntaron ansiosos los dos Weasley.

"Una capa para volverse invisible." Dijo Harry.

"¿Desde cuando la tienes?" Preguntó Fred, impresionado.

"Navidad de Primero." Dijo Harry, como si fuera un detalle menor.

"¿Tienes una de esas capas desde hace 5 años y nunca lo dijiste?" Preguntó incrédulo George.

"¿Cómo creen que Ron, Hermione y yo nos metemos en tantos líos y seguimos aquí? La usamos para todas las locuras que hacemos." Dijo Harry sonriendo.

"¿Cómo la conseguiste?" Preguntó con curiosidad Fred.

"Era de mi padre." Respondió el Prefecto, dejando en claro que no hablaría más del tema.

"¿Y en qué animal convertiremos a todas las casas y a los Profesores?" Preguntó Fred cambiando de tema.

A partir de ese momento se dedicaron a planear los animales en que convertirían a todos, cuando hacerlo y como entrar sin ser notados en las cocinas.

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Al día siguiente para el desayuno, Harry les prestó la capa a los mellizos. "Si le pasa algo a esta capa, los mato a los dos, ¿entendido?" Dijo amenazándolos con la varita.

"No te preocupes Harry, no le pasará nada." Aseguraron a coro los dos.

"Eso espero." Dijo Harry antes de ir al Gran salón.

Diez minutos después, los dos volvieron y le regresaron la capa a Harry, sonriendo diabólicamente. Esta era la señal de que todo salió como estaba planeado. Los tres se sentaron juntos a esperar que comenzara el "show de los animales."

Media hora después de comenzado el desayuno, comenzaron las transformaciones: Slytherin se transformó en Hurones de color violeta. Instantáneamente, las otras tres Casas estallaron en carcajadas, mientras los Profesores miraban confundidos.

Antes de que alguno de ellos pudiera hacer algo, los estudiantes de Hufflepuff se transformaron en ovejas. Esto provocó aún más la risa de los otros, aumentando el desconcierto de los Profesores.

Dos minutos después fue el turno de Ravenclaw: gatos.

Los Gryffindor se descostillaban de la risa, pero no les duró demasiado, por que dos minutos después todos los ocupantes de la mesa, excepto Harry y los mellizos, se transformaron en conejos.

Los Profesores estaban totalmente desconcertados, y varios notaron al trío que estaba en estado normal. Antes de que alguno hiciera algo, todos se transformaron: Lupin en una tortuga, Flitwick en un ciempiés, Sprout en un canguro, Snape en un zorrino, McGonagall en una mona, Sirius en una mariposa, Hagrid en un gorila gigante y Dumbledore en una hiena.

Los tres Gryffindors, estaban doblados de la risa. Había salido todo perfecto. Cuando todos se transformaron de nuevo, los miraban con ganas de matarlos. Esto provocó aún más la risa de los tres.

"Señores Fred y George Weasley y Señor Potter, estoy seguro que el Sr. Filch tendrá una buena tarea para Ustedes esta noche." Dijo Dumbledore divertido por todo lo que había pasado. El trío solo pudo asentir mientras trataban de parar de reírse.

"Genial!" Exclamó Fred, cuando logró calmar la risa.

"Salió como lo planeamos." Dijo George, mientras todos se levantaban para ir a clases.

"Al mejor estilo Merodeador." Dijo Harry, yendo a Defensa.

"Así es, Harry." Aprobó Fred, que iba junto al resto de los alumnos de Séptimo a Herbología,

"Eres un Prefecto, Harry! No puedes hacer esa clase de cosas!" Le recriminó Hermione cuando se sentó en su asiento en el Salón de Defensa contra las Artes Oscuras.

"Hermione, te recuerdo que mi padre fue Premio Anual de este Colegio." Dijo Harry besando a su novia. Hermione no dijo nada, solo sonrió.

Cuando Sirius y Lupin entraron, le enviaron a Harry una sonrisa aprobadora. Harry suspiró aliviado, confiaba que ellos dos, ex Merodeadores, no tuvieran problemas con ese tipo de bromas.

"No me equivoqué." Pensó Harry, mientras escuchaba a Lupin hablar sobre los Zombies, tema que empezaban a ver ese día.

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Esta fue la única broma de ese estilo que Harry hizo, pero continuó con algunas menores. Los mellizos y él comenzaron a jugarles bromas a todos, sobre todo a Malfoy.

El rubio de Slytherin estaba furioso con Harry. Había perdido otros 200 puntos por el ataque a Hedwig, sepultando a su casa definitivamente en la Copa de las Casas. Slytherin tenía a hora -700 puntos. Malfoy era evitado por todos sus compañeros, excepto por sus dos amigos-gorilas-guardaespaldas Crabbe y Goyle. El resto lo odiaba con todo su ser.

Harry y él se odiaban más que nunca, sobre todo luego de una sesión de duelo, donde Harry, emulando al falso Ojo Loco Moody, lo transformó en el Increíble Hurón Saltarín, en color fucsia fosforescente.

"Pagarás por esto, Potter." Amenazó Malfoy, entre las carcajadas de todos los presentes.

"Tiemblo por tu amenaza, Draco." Dijo Harry entre carcajadas.

Una noche luego de una sesión del Club de Artes Marciales, Harry decidió darse una ducha en el baño de los Prefectos. Al llegar allí se quitó la ropa para bañarse.

"Ahora no te escaparás, Potter." Dijo Malfoy, mientras Crabbe y Goyle lo sujetaban de los brazos..

"Malfoy, ¿qué haces aquí? Este lugar está prohibido para ti." Dijo Harry, mientras se desprendía fácilmente de los dos gorilas de Slytherin.

"Petrificus Totalus." Gritó Malfoy, congelando a Harry, en el instante. "Te avisé que te arrepentirías de todo lo que me hiciste Potter." Dijo el rubio, al tiempo que le pegaba una patada en las costillas.

Malfoy, Crabbe y Goyle comenzaron a golpear a Harry durante casi 15 minutos antes de que se escucharan tres "Petrificus Totalus", y los tres Slytherin se cayeran al piso inmóviles.

"Finite Incantatem." Dijo Roger Davies, el Premio Anual, dirigiendo su varita a Harry.

Harry, con la ayuda de Roger, se levantó y vio que con él estaban Terry Boot, el Prefecto de Ravenclaw de Quinto Año, y Ernie Macmillan, el Prefecto de Quinto de Hufflepuff.

"Terry, ve a buscar a Dumbledore, Snape y McGonagall, Ernie trae a Madame Pomfrey. Ahora!" Ordenó el Premio Anual dirigiéndose a los dos Prefectos. Los dos asintieron y salieron corriendo en busca de esas personas.

"Gracias, Roger." Dijo Harry débilmente, tomándose las costillas que le dolían.

"No hay de qué, Harry. ¿Qué pasó?" Preguntó señalando a los tres Slytherins.

"Entraron aquí, Malfoy me echó el encantamiento de inmovilización total y comenzaron a golpearme hasta que llegaron Ustedes tres." Dijo Harry, quien tosió y escupió sangre. "Diablos, creo que tengo un par de costillas rotas."

En ese momento entraron, los Profesores Dumbledore, Snape y McGonagall, junto a Madame Pomfrey. Antes de que Harry pudiera decir o hacer algo, se desmayó.

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Madame Pomfrey llevó a Harry de inmediato a la enfermería donde lo revisó. Tenía 4 costillas rotas, el brazo y la muñeca izquierda rotos, y algunas heridas internas. No sabía cuando recuperaría el conocimiento.

Dumbledore se reunió esa noche con McGonagall y Snape para discutir el futuro de Malfoy.

"Hay que expulsarlo. Lo agredió con saña. La excusa de una pelea está fuera de lugar aquí, Severus." Dijo seriamente la Jefa de Gryffindor.

Antes de que alguno de los otros dos Profesores pudiera responder, alguien golpeó a la puerta.

"Adelante!" Exclamó Dumbledore, preguntándose quien sería.

Al abrirse la puerta entraron a la Oficina del Director, Alicia, Robert McNeil y Hermione. Los tres Prefectos de Gryffindor tenían una expresión de seriedad y decisión en sus caras.

"¿En qué puedo ayudarlos, Srta. Spinnet?" Preguntó Dumbledore, sorprendido por la visita y las expresiones de los 3.

"Profesor Dumbledore, todos los Prefectos de la Casa Gryffindor hemos decidido, que a menos que el Sr. Draco Malfoy, junto a sus compañeros Vincent Crabbe y Gregory Goyle, todos alumnos de la Casa Slytherin, sean expulsados de este Colegio bajo el cargo de agresión y lesiones contra el Prefecto de la Casa Gryffindor Harry Potter, Usted y la Profesora McGonagall, Jefa de nuestra Casa, tendrán las insignias de Prefecto de todos nosotros. Y la mía, de Premio Anual, va primera de todas." Dijo Alicia muy seriamente. Sus acompañantes asintieron con seriedad y decisión a esto.

"Con sus insignias va mi renuncia también, Albus." Dijo McGonagall en el mismo tono que el de la Premio Anual.

Dumbledore se dio cuenta de que ninguno bromeaba. Aunque en algún momento de los 5 últimos años había tenido la esperanza de lograr sacar a Draco Malfoy del sendero de su padre y evitar que se convirtiera en un Mortífago, esto había dilapidado todas las esperanzas en ese asunto.

"No se preocupen, los Sres. Malfoy, Crabbe y Goyle serán expulsados y sus varitas quebradas en cuanto el Sr. Potter se recupere o el lunes por la mañana, si Harry no se despierta." Dijo en tono serio, antes de dirigirse al Jefe de Slytherin: "Severus, comunícate con sus padres e informales de lo sucedido y que deberán venir a buscar a sus hijos. También comunícale a tus alumnos la decisión."

"Así lo haré." Dijo Snape antes de retirarse de la Oficina.

"Nosotros también nos retiraremos, Profesor. Sentimos haber necesitado hacer esta amenaza, pero ese ataque fue imperdonable." Dijo Alicia, mientras ella y los otros dos Prefectos se dirigían a la puerta para salir de la Oficina.

"Sé que tenías esperanzas con Draco Malfoy, Albus, pero la Srta. Spinnet lo dijo muy bien: el ataque fue imperdonable." Dijo McGonagall luego de unos segundos de silencio.

"Lo sé, Minerva. Tenía algunas esperanzas, pero esto las sepultó." Dijo Dumbledore en tono serio.

"Ahora habrá que esperar que Potter se recupere." Dijo la Profesora de Transformaciones saliendo de la Oficina.

"Espero que se recupere pronto, Minerva, realmente eso espero." Dijo Dumbledore, mientras comenzaba a usar su Pensadero.

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Para el lunes, Harry no se había despertado todavía y Dumbledore decidió seguir con lo que había prometido.

Durante el desayuno de ese día, comunicó la decisión de expulsar a los tres alumnos y las razones de esta decisión. Acto seguido procedió a quebrar las varitas de los tres, además de retirar a la Casa Slytherin 200 puntos por cada uno de ellos.

Después de eso, Slytherin estaba con -1300 puntos. Hufflepuff, que iba tercero tenía 200 puntos. Ravenclaw iba segundo con 368 y Gryffindor iba primero, cómodamente, con 780. Ese año la Copa iría nuevamente a la Casa de los Leones, a menos que ocurriera una catástrofe.

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Ron, Hermione y Sirius no se despegaban de Harry en ningún momento. El ex- convicto estaba allí en los horarios de Clase. El resto del día se lo repartían entre los dos Prefectos.

El miércoles por la noche, 5 días después del ataque, Harry abrió los ojos. Al tratar de encontrar sus anteojos, tiró una jara de agua que había en la mesita de luz.

"Harry! Por fin te despertaste!" Exclamó Hermione, mientras arreglaba la jarra y le daba los anteojos a su novio.

"¿Qué pasó?" Preguntó confundido al ver que estaba nuevamente en la Enfermería del Colegio.

"¿Qué es lo último que recuerdas?" Preguntó Hermione sentándose al lado de su cama.

"A Malfoy y sus gorilas golpeándome en el baño de los Prefectos, luego Roger, Ernie y Terry entrando en el baño y petrificándolos. Roger quitándome el hechizo de inmovilización total antes de enviar a los otros dos a buscar a los Profesores y Madame Pomfrey. Luego de eso nada más. ¿Me desmayé?" Preguntó tomando la mano de su novia.

"Sí. Has estado aquí por 5 días. Nos tenías bastante preocupados a todos." Dijo Hermione, con preocupación.

"Dentro de poco voy a mudarme aquí. Pasó más tiempo en la Enfermería que nadie más." Dijo Harry, con una sonrisa para tranquilizar a Hermione. Luego agregó: "¿Qué pasó con Malfoy y sus dos gorilas?"

"Dumbledore los expulsó. Si no lo hubiera hecho, tendría que estar buscando Prefectos para Gryffindor, además de una Vice Directora y Profesora de Transformaciones, además de Jefa de Gryffindor." Explicó Hermione. Ante la cara de confusión de su novio agregó: "Lo amenazamos con que sino pasaba eso, tendría las insignias de todos nosotros. Además de la renuncia de McGonagall."

"Guau, linda amenaza." Dijo Harry antes de quedarse dormido de nuevo.

Hermione lo besó antes de llamar a Madame Pomfrey, para decirle que Harry se había despertado y regresar a la Torre Gryffindor para decirle a sus compañeros que se había despertado.

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Harry salió de la enfermería dos días más tarde. La enfermera le recomendó que tuviera cuidado y que no ese esforzara demasiado por unos días.

"No cometas ninguna locura como las de siempre, Potter." Advirtió Madame Pomfrey cuando Harry salía de la Enfermería acompañado por Ron y Hermione.

"No se preocupe, Madame Pomfrey, hasta fin de año no planeo regresar a verla." Dijo Harry despidiéndose.

"¿Fin de año? ¿Planeas regresar aquí, Harry?" Preguntó Ron con curiosidad.

"Ron, excepto en Segundo todos los años terminé aquí para los últimos días del año. ¿Por qué debería ser diferente este?" Preguntó con una sonrisa Harry. Sus dos amigos se rieron, mientras los tres se dirigían a la Torre Gryffindor.