Gracias por todos los reviews, gente bonita! =D A pedido del publico:

Los Pactos

Capitulo IV: Animagos

James fue el primero en reaccionar e ir tras de ella, tocó la puerta de su habitación fuertemente, sin importarle todas las chicas que de seguro estaban escuchando el bullicio.

-¡Lily! – gritó.

-¡Váyanse! – respondió la chica desde el otro lado de la puerta. - ¡No quiero verlos en este momento!

-Pero debemos explicarte, por favor- pero ella no respondió, entonces, Severus le gritó también.

-¡Lily! ¡Sal de ahí ahora mismo! – para sorpresa de todos, la puerta se abrió, y una muy disgustada Lily salió.

-¡Es la peor broma que pudieron hacer! – explotó, los chicos lucharon con las ganas de taparse los oídos, hubiera sido mucho mejor seguir gritando a través de la puerta. -¡¿Cómo se atreven?! Hacerme creer que Remus es un--- pero no pudo terminar, Sirius le había tapado la boca y la estaba empujando hacia la Sala Común.

-No lo digas en voz alta, ¿quieres que toda la escuela se entere? – le susurró al oído.

-¡Es una estúpida, estúpida broma! ¡Que toda la escuela se entere! – gritó malcriadamente.

-No es broma, Blushy – le dijo Sirius, lo más calmadamente posible.

-No me vengan con eso ahora... – les dijo, mirándolos con esos ojos verdes brillantes.- ¡Nunca los perdonaré por esto!

-¡Demonios, Lily! – explotó Sirius finalmente.- ¡Como quisiera que todo esto sea una broma! – Hubo un silencio, ninguno de los chicos sabían que decir, nunca habían visto a Black tan alterado. La chica paseó su vista por la cara de todos.

-¿Dónde está Remus? – preguntó en un susurró.

-Se fue, anochecerá en cualquier momento y necesita estar en un lugar alejado... para no morder a nadie. – le explicó James. Pero no estaba seguro si Lily lo estaba escuchando, ella miraba a la ventana, donde los últimos rayos del sol apenas entraban y podía verse una figura, corriendo hacia el Sauce. Y antes de que cualquiera pudiera hacer algo Lily salió corriendo de la habitación, hacia los terrenos fuera del castillo. Los cinco chicos la siguieron.

-¡Remus! – escuchó el susodicho, era la voz de una chica, él se volvió y se sorprendió de ver a Lily corriendo hacia él.

-¡Lily! – dijo sorprendido.

-Tengo que saber si es verdad... – le dijo acercándose.

-¡No! ¡Aléjate! – miró hacia el cielo, el sol estaba a solo segundos de esconderse por completo, las primeras estrellas habían comenzado a brillar, pero ella siguió acercándose. - ¡Lily, detente! – en ese momento los otros chicos llegaron al lugar, sorprendidos por la velocidad de la chica, que los había dejado atrás en poco tiempo. Severus la tomó del brazo y la empujó hacia atrás, en dirección al castillo.

-Solo quiero saber... – empezó a decir, cuando de pronto, Remus empezó a temblar de pies a cabeza, sus ojos se alzaron al cielo, donde una hermosa luna llena irradiaba un brillo amarillento, y en un pestañeo, estaba convertido en un... lobo. El lobo alzó sus ojos hacia el grupo y empezó a gruñir.

-Oh, no. – se quejó James y sin pensarlo dos veces, y ante la mirada sorprendida de Lily, se transformó en un reno ((N A: ...o ciervo... como demonios se dice?)), Sirius lo siguió casi inmediatamente, convirtiéndose en un enorme perro negro.

-¿Qué... cómo...? – balbuceó la pelirroja. El lobo seguía gruñendo y con ágil salto se lanzó hacia Peter, Severus y Lily, pero el reno (James) se lanzó contra él, alejándolo. El perro (Sirius) se acercó al lobo y le dio golpecito con la cabeza, como para que recobrara la conciencia, entonces, los ojos del lobo dejaron de brillar con malicia, y ahora más bien brillaban con un dejo de arrepentimiento. El perro fue hacia el Sauce y luego de esquivar sus largas ramas golpeadoras, lo paralizó con un rápido movimiento de pata, que dejó el campo libre para que el reno y el lobo entren por un pasadizo que Lily nunca había visto antes. Antes de que la chica pudiera preguntar algo, Peter y Severus la arrastraron hacia el castillo y la sala común de Gryffindor.

-Entonces... era cierto – dijo.

-No... armamos todo este numerito solo para burlarnos de ti... ¡claro que era cierto! – le dijo Severus.

-Pero... es increíble... pobre Remus... yo no le creí. – dijo apoyando su cabeza en sus manos.

-Tendrás tiempo para disculparte con él después, cuando vuelva.- le explicó Severus.

-¡Y no puedo creer que James y Sirius sean animagos!

-No solo Sirius y James... – dijo orgullosamente Peter.

-¿Ustedes también? – les preguntó... cada vez la sorprendían más.

-Si... pero como nos transformamos en animales muy pequeños no servimos de mucho para calmar a un lobo. – se explicó Peter.

-¿Qué animales son?

-Yo me transformo en un ratón... y prefiero no acercarme a Moony, me tragaría de un bocado.

-¿Y tu, Severus? – preguntó, al no recibir respuesta del chico más serio. Éste le respondió con una voz enfadada.

-Un cuervo.

-Entonces es verdad eso de que un animago se transforma en el animal que lo refleja. – se rió Lily.

-Te ríes ahora, veamos en que te transformas tu. – la amenazó Severus.

-¿Yo? – preguntó incrédula.

-Necesitaremos tu ayuda ahora que sabes lo de Moony. – le dijo. Lily sonrió, no le parecía una mala idea.

Pasaron algunos días antes de que pudiera hablar bien con Remus, y cuando llegó la hora, le pidió disculpas.

-Siento mucho no haberte creído, Moony, – se disculpó, usando su apodo por primera vez. – pero... creí que se burlaban de mi...

-¿Por qué nos burlaríamos de ti? - le preguntó Remus, sintiéndose algo acongojado.

-Yo... creí que sabían que mi padre era un licántropo. – dijo mirando al suelo. Se produjo un silencio incómodo.

-No teníamos idea... – dijo al fin James.

-Sé lo que es vivir temiendo que llegue la luna llena... temiendo eso todos los meses, lo comprendo muy bien... – siguió Lily, que ahora solo miraba a Remus. Lupin hizo un movimiento con la cabeza, como agradeciéndole. Era bueno tener algún amigo que si entendiera.

-Y... –comenzó Sirius. – supongo que ahora nuestros apodos tienen mucho sentido. – le dijo divertido, para cortar ese aire sobrio que tenía la conversación.

-Ni lo sudes. – le respondió Lily, sonriendo.

Ese mismo día los chicos empezaron a enseñarle todo lo que sabían acerca de cómo transformarse, pero no fue después de un año que tuvo resultados. Un momento memorable fue cuando Lily le quitó a James un papel que guardaba recelosamente en el bolsillo.

-¿Qué es esto? – preguntó curiosa, abriendo el papel, que estaba hecho un bollo.

-Nada, ¡damelo! – le dijo, intentando quitárselo.

-'Perico: Sirius, James y Peter.

Pato: Severus y Remus.' –leyó en voz alta lo que decía el papel, abajo estaba firmado por los cinco chicos. - ¿Qué es esto? – preguntó confundida.

-...Una apuesta... – dijo en una vocecita ahogada.

-¿De qué? – le preguntó sospechosa.

-Los chicos y yo... apostamos a quien acertaba en que animal te convertirías...

-¡¿QUË?! – gritó - ¡¿Y ustedes piensan que me voy a transformar en un PERICO o un PATO?!- tuvo que luchar contra las ganas de agarrarlo del cuello.

-Hum... en realidad, Peter dijo que te transformarías en una hiena, pero descartamos eso. – dijo sonriendo inocentemente.

-¡¿Una hiena?! –preguntó, aunque más para si misma, no parecía muy feliz con todo esto. - ¿Qué apostaron, de todas formas?

-Los ganadores recibirán dos galeones de cada perdedor. – dijo, como si estuviera diciendo un discurso.

-Hum... anótame para el perico. – le dijo, sonriendo ante la cara sorprendida de James.

Pero más cosas importantes ocurrieron ese año, algo que poco a poco cambiarían la amistad de Los Merodeadores para siempre.

Sirius, Remus, James y Peter se dieron cuenta desde un principio que a Severus le gustaba Lily, y que Lily respondía a sus emociones, pero nunca pensaron que llegarían a nada serio... hasta la noche de brujas de su cuarto año.

-Uff, mi cabello está imposible hoy. – se quejó Lily, sus amigos miraron su peinado, para ellos estaba igual a todos los días, y se preguntaron si esa era una de esas cosas que 'solo las chicas notan'. Habían empezado a acostumbrarse a la idea de que Lily, no era igual a ellos, al principio, para ellos era una parte más del grupo... pero aprendieron de la mala manera que eso no era cierto, Lily no era 'uno más del grupo', Lily era LA chica. Se enojaba al escuchar cualquier comentario sexista de Sirius, se enfadaba ante la facilidad de James de olvidar que tenía novia(la cual cambiaba casi a diario), gritaba cuando ellos se peleaban, no entendía que pelearse era una actitud normal de chicos de su edad, odiaba todas sus bromas, aunque no podía ocultar que algunas le hacían gracia, le enojaba el carácter de Peter, la seriedad de Severus, y al único que no gritaba era a Remus, lo trataba como si fuera de vidrio desde que se enteró que era licántropo, esto lo molestaba un poco, pero sabía que tenía sus ventajas.

-Creo que se ve bien. – dijo Severus, sonriendo un poco, cosa que solo podías atraparlo haciendo cuando estaba cerca de Lily. Los otros chicos pusieron caras horrorizadas "¡¿La contradice?! ¡¿Es que no ha aprendido nada?!" pero para su sorpresa, ella sonrió y murmuró un 'gracias' mientras se sonrojaba. Se miraron confundidos... ¡nunca iban a poder comprender a las mujeres! y para su martirio, Severus era el único que parecía comprenderlas.

Después de la cena, en la que Lily y Severus intercambiaron unas miradas coquetas, Remus, Sirius, James y Peter, se retiraron temprano, tenía la idea de poner ratas en las camas de sus compañeros antes de que todos vayan a sus habitaciones.

-¿Tu crees... que debemos decirles? – le preguntó Lily, comiendo el último bocado de dulce de la noche.

-No creo que sea buena idea. – le respondió Severus, mientras tomaba jugo de calabaza.

-Pero son nuestros amigos... deberían saber. – lo miró con ojos suplicantes.

-Si quieres decirles... yo no me opongo, pero sabes el escándalo que van a hacer, va a ser peor que cuando James estuvo de novio con esa chica de Ravenclaw por dos días completos.

-Lo sé... tal vez no sea buena idea.- murmuró, levantándose de la mesa, Severus la siguió. Al llegar a la Sala Común, esperaron charlando mientras sus amigos terminaban sus travesuras diarias.

-Bien, cada chico en Gryffindor, excepto nosotros, claro, tiene una sorpresita bajo sus sábanas. – se rió, Sirius.

-Es tan falto de imaginación, estamos perdiendo el toque. – dijo Remus.

-No es nuestra culpa, Severus ya casi no nos ayuda.- se quejó James.

-Si... no se qué lo tiene tan ocupado. – agregó Sirius mientras entraban en la Sala Común de Gryffindor, y en ese momento entendieron que era lo que lo tenía tan ocupado: Severus estaba besando a Lily.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!- gritaron los cuatro al mismo tiempo, haciendo que Lily y Severus se den cuenta de su presencia.

-¡Mis ojos! ¡Mis hermosos ojos! – se quejó James, cerrando fuertemente los ojos.

-¡Wakala! ¡Eso es algo que nunca podré olvidar! – dijo asqueado Sirius, y tenía razón, no podría olvidarlo nunca, de todas formas, fue la primera y única vez que vieron a Severus sonrojarse.

Fin del Capitulo IV

Me tarde mucho en este! Y para colmo no me gustó mucho u_u espero que el proximo sea mejor! No se olviden de dejar reviews =)

Dentro de unos cuantos capitulos se enterarán del porqué del nombre del fic ¬_¬

Irrel