Capítulo nueve
La amenaza
Ya había pasado mucho tiempo y faltaba poco para el partido contra Slytherin, el que daría final a la copa. Todos estaban muy ansiosos y Malfoy se adelantaba a los resultados. - ¡200-0 a favor de Slytherin! - gritaba - Ojalá se callara - se quejó Ron - Déjalo. Si sigue anticipándose, por ahí pierden ellos - lo tranquilizó Hermione - Sí - dijo Annie mordiendo una tostada - Es un estúpido - repuso Harry -¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡AUXILIOOOOOOOOOO! - A Annie se le cayó la tostada de la mano. Todo el colegio se miró asombrado. Los profesores se levantaron y salieron corriendo del vestíbulo.
- ¡OTRO ATAQUE! - gritó Seamus Todos fueron a mirar. Salieron corriendo ellos también, para ver que había pasado. Harry seguía a la multitud, porque él, no podía ver nada. Una chica rubia de ojos claros, abrió camino y fue hacia el frente. - ¡CHO! - chilló El corazón de Harry dio un respingo. ¿Cho? ¿Acaso se refería a Cho Chang? No había ninguna otra Cho, así que, tenía que ser ella. - ¡Abran paso! ¡Llevo a esta niña a la enfermería! - dijo Dumbledore Todo el mundo hizo caso y dejó pasar a Dumbledore. - ¡Se suspenderán las clases por hoy! ¡Prefectos! - pidió. Hermione se dio vuelta - Lleven a los alumnos a sus casas - Los prefectos asintieron. - ¡Los de Gryffindor, síganme! - gritó Hermione Hermione los condujo hacia las salas. En el camino, Harry se encontró con Hedwig, quien le traía dos notas. Harry abrió primero un sobre verde. Era una carta de Sirius. Se acercó a Ron, Hermione y Annie y leyó en voz alta. Querido Harry: Perdona por no escribirte antes. Sólo era para decirte que tengas mucho cuidado con los ataques. Ese atacante parece muy peligroso y te puede agarrar de sorpresa un día. No salgas si no tienes nada importante que hacer. Mejor quédate más tiempo en la sala común. Me enteré de muchas cosas gracias a mi amigo Lupin, como por ejemplo que hay una nueva alumna en Gryffindor. ¿La conoces? ¿Has hablado con ella? ¿Cómo va eso? Dile a Hermione que la felicito por ser prefecta y que te vigile muy de cerca. Saludos Sirius - Tiene razón, Harry - repuso Hermione - ¡Abre el otro! - propuso Ron Harry abrió el otro sobre, que era de un color negro intenso. El papel también era negro y la letra, blanca. Decía: Eres detestable. Es tu culpa todo lo que está pasando. Los ataques no hubieran sucedido si tu no estuvieses aquí. Te puedo atacar en cualquier momento. Morirás, a menos que te vayas de este mundo para siempre. Mucho cuidado No tenía firma. - ¡Es una amenaza! - murmuró Annie - ¡De la persona responsable por los ataques! Te puedo atacar en cualquier momento. Morirás, a menos que te vayas de este mundo para siempre. Mucho cuidado. ¡Muéstrasela a Dumbledore! - Hermione se tapó la boca horrorizada. Al llegar a la sala común, Harry tiró la amenaza al fuego. No le importaba lo que dijeran.
Ya había pasado mucho tiempo y faltaba poco para el partido contra Slytherin, el que daría final a la copa. Todos estaban muy ansiosos y Malfoy se adelantaba a los resultados. - ¡200-0 a favor de Slytherin! - gritaba - Ojalá se callara - se quejó Ron - Déjalo. Si sigue anticipándose, por ahí pierden ellos - lo tranquilizó Hermione - Sí - dijo Annie mordiendo una tostada - Es un estúpido - repuso Harry -¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡AUXILIOOOOOOOOOO! - A Annie se le cayó la tostada de la mano. Todo el colegio se miró asombrado. Los profesores se levantaron y salieron corriendo del vestíbulo.
- ¡OTRO ATAQUE! - gritó Seamus Todos fueron a mirar. Salieron corriendo ellos también, para ver que había pasado. Harry seguía a la multitud, porque él, no podía ver nada. Una chica rubia de ojos claros, abrió camino y fue hacia el frente. - ¡CHO! - chilló El corazón de Harry dio un respingo. ¿Cho? ¿Acaso se refería a Cho Chang? No había ninguna otra Cho, así que, tenía que ser ella. - ¡Abran paso! ¡Llevo a esta niña a la enfermería! - dijo Dumbledore Todo el mundo hizo caso y dejó pasar a Dumbledore. - ¡Se suspenderán las clases por hoy! ¡Prefectos! - pidió. Hermione se dio vuelta - Lleven a los alumnos a sus casas - Los prefectos asintieron. - ¡Los de Gryffindor, síganme! - gritó Hermione Hermione los condujo hacia las salas. En el camino, Harry se encontró con Hedwig, quien le traía dos notas. Harry abrió primero un sobre verde. Era una carta de Sirius. Se acercó a Ron, Hermione y Annie y leyó en voz alta. Querido Harry: Perdona por no escribirte antes. Sólo era para decirte que tengas mucho cuidado con los ataques. Ese atacante parece muy peligroso y te puede agarrar de sorpresa un día. No salgas si no tienes nada importante que hacer. Mejor quédate más tiempo en la sala común. Me enteré de muchas cosas gracias a mi amigo Lupin, como por ejemplo que hay una nueva alumna en Gryffindor. ¿La conoces? ¿Has hablado con ella? ¿Cómo va eso? Dile a Hermione que la felicito por ser prefecta y que te vigile muy de cerca. Saludos Sirius - Tiene razón, Harry - repuso Hermione - ¡Abre el otro! - propuso Ron Harry abrió el otro sobre, que era de un color negro intenso. El papel también era negro y la letra, blanca. Decía: Eres detestable. Es tu culpa todo lo que está pasando. Los ataques no hubieran sucedido si tu no estuvieses aquí. Te puedo atacar en cualquier momento. Morirás, a menos que te vayas de este mundo para siempre. Mucho cuidado No tenía firma. - ¡Es una amenaza! - murmuró Annie - ¡De la persona responsable por los ataques! Te puedo atacar en cualquier momento. Morirás, a menos que te vayas de este mundo para siempre. Mucho cuidado. ¡Muéstrasela a Dumbledore! - Hermione se tapó la boca horrorizada. Al llegar a la sala común, Harry tiró la amenaza al fuego. No le importaba lo que dijeran.
