Capítulo trece
Tres pájaros de un tiro
Harry se levantó un día lluvioso y triste y bajó a desayunar. Tenía ganas de atrapar al atacante. Se decidió a decirle a Ron, a Hermione y a Annie. - ¡Sí, así lo haré pomada! - dijo Ron mientras se estrujaba las manos - Te hará él o ella antes - contestó Annie - Dice Cudosa y eres hombre muerto - - Podemos averiguar en libros - propuso Hermione - Hermione: Ya sabemos que amas los libros, pero creo que no nos van a ayudar en este caso - contestó Ron Hermione le dirigió una sonrisa sarcástica. Fueron a las clases. Con la profesora Sprout, vieron unas plantas, muy hermosas, llamadas Flornas, que odiaban que las tocaran. Eran naranjas con una rosa en la cabeza. A Justin- Finch-Fletchley, un chico de Hufflepuff, una le clavó una espina en el dedo, porque sin querer, su varita la había rozado. - Sean amables con ellas - pidió la profesora Sprout - Si fueran amables con nosotros... - se quejó Ernie Macmillan, otro chico de Hufflepuff, que estaba ayudando a Justin a sacarse la espina. - ¡Por las espinas no se preocupen! ¡Cuando yo era chica, tenía las manos llenas de espinas de Flornas! ¡Mi jardín estaba lleno de ellas! - contó la profesora Sprout - No son buenas plantas para tener en el jardín - dijo Ron con voz entrecortada, peleando con una - Pero son hermosas - suspiró Annie - Por fuera, pero por dentro son unas plantas monstruosas - contestó Harry, esquivando una piña Al terminar la clase, todos tenían espinas en los dedos y estaban con uno que otro golpe. En Historia de la Magia, vieron unos gnomos que querían la Tierra para ellos solos. Luego de la clase más aburrida que Harry haya visto en siglos, se fueron a almorzar. En el camino, algo duro les impidió seguir caminando. Miraron al piso. Eran Justin-Finch-Fletchley, Ernie Macmillan y Hannah Abbott, los tres de Hufflepuff. Habían sido atacados. - ¡Ay no! - exclamó Hermione, con una mano en la boca La profesora Mc Gonagall llegó corriendo por el pasillo, seguida por una multitud de curiosos. - ¡Dios mío! - exclamó, de la misma manera que Hermione - ¡No habrá clases por hoy! ¡Todos a sus salas! - - ¡Otra vez no! - se quejó Ron Pero por la mirada que le dirigió Mc Gonagall, se dio cuenta de que era mejor no discutir. Eran cuatro largas horas encerrados en la sala común de Gryffindor. - Tenemos que descubrir quién es - dijo Annie
Harry se levantó un día lluvioso y triste y bajó a desayunar. Tenía ganas de atrapar al atacante. Se decidió a decirle a Ron, a Hermione y a Annie. - ¡Sí, así lo haré pomada! - dijo Ron mientras se estrujaba las manos - Te hará él o ella antes - contestó Annie - Dice Cudosa y eres hombre muerto - - Podemos averiguar en libros - propuso Hermione - Hermione: Ya sabemos que amas los libros, pero creo que no nos van a ayudar en este caso - contestó Ron Hermione le dirigió una sonrisa sarcástica. Fueron a las clases. Con la profesora Sprout, vieron unas plantas, muy hermosas, llamadas Flornas, que odiaban que las tocaran. Eran naranjas con una rosa en la cabeza. A Justin- Finch-Fletchley, un chico de Hufflepuff, una le clavó una espina en el dedo, porque sin querer, su varita la había rozado. - Sean amables con ellas - pidió la profesora Sprout - Si fueran amables con nosotros... - se quejó Ernie Macmillan, otro chico de Hufflepuff, que estaba ayudando a Justin a sacarse la espina. - ¡Por las espinas no se preocupen! ¡Cuando yo era chica, tenía las manos llenas de espinas de Flornas! ¡Mi jardín estaba lleno de ellas! - contó la profesora Sprout - No son buenas plantas para tener en el jardín - dijo Ron con voz entrecortada, peleando con una - Pero son hermosas - suspiró Annie - Por fuera, pero por dentro son unas plantas monstruosas - contestó Harry, esquivando una piña Al terminar la clase, todos tenían espinas en los dedos y estaban con uno que otro golpe. En Historia de la Magia, vieron unos gnomos que querían la Tierra para ellos solos. Luego de la clase más aburrida que Harry haya visto en siglos, se fueron a almorzar. En el camino, algo duro les impidió seguir caminando. Miraron al piso. Eran Justin-Finch-Fletchley, Ernie Macmillan y Hannah Abbott, los tres de Hufflepuff. Habían sido atacados. - ¡Ay no! - exclamó Hermione, con una mano en la boca La profesora Mc Gonagall llegó corriendo por el pasillo, seguida por una multitud de curiosos. - ¡Dios mío! - exclamó, de la misma manera que Hermione - ¡No habrá clases por hoy! ¡Todos a sus salas! - - ¡Otra vez no! - se quejó Ron Pero por la mirada que le dirigió Mc Gonagall, se dio cuenta de que era mejor no discutir. Eran cuatro largas horas encerrados en la sala común de Gryffindor. - Tenemos que descubrir quién es - dijo Annie
