*Todos los personajes son de propiedad de CLAMP... lo digo porque sino
después me retan...*
Lo Prometo...
1. La Desaparición
El viento arremolinaba las hojas secas de árboles; y aunque éstas lucharan por permanecer en el árbol del cual habían nacido, el viento terminaba ganándoles y las arrancaba. Era pleno otoño; una estación triste, y bastante melancólica.
¿Cuánto tiempo había pasado desde aquella vez?, no lo recordaba, ni quería. Pensar en ello la deprimía bastante. Cuando entraba en su habitación y veía aquel oso... se le apretaba el pecho y le costaba respirar... lo quería mucho, es cierto, pero, ¿hace cuánto no lo veía? Sacudía la cabeza prohibiéndose a si misma el volver a pensar en él. Todos los días era lo mismo.
Siguió caminando hacia la escuela, tratando de no pensar en aquel tema.
Una hoja calló a sus pies, ella solo la vio de reojo; pero aun así notó que era de un hermoso color marrón, más bien de un color miel.. ese color... como el de sus ojos...
- Sya...- los sollozos no le permitieron terminar la palabra, lo extrañaba; le quería, demasiado para su corta edad... pero, ya no era aquella niña la cual lloraba ante algunos problemas, o la que siempre llegaba tarde, ahora había crecido... no sólo físicamente, sino también mentalmente, había madurado. Pero aunque hubiese madurado mucho, no podía retener el llanto cada vez que pensaba en él. Miró a su alrededor, estaba muy cerca del parque del Rey Pingüino.
Caminó con paso lento, tratando de no ver los árboles con sus hojas color miel, quería calmarse un poco. Al llegar se sentó en una de las bancas del parque. El viento sopló algo más fuerte, e hizo que el cabello se le moviera. Su cabello, no tan largo como el de su amiga Tomoyo, ya que sólo le llegaba a los hombros.
Suspiró. Sus hermosos ojos verdes, comenzaron a cerrarse. Estaba cansada, no sabía porqué, pero lo estaba; y sin siquiera pensarlo se durmió.
*****************************************************************
Corría jadeante hacia la escuela. "Traté de despertaste pero me arrojaste una almohada a la cara", le había dicho su madre, no era culpa de él tener el sueño tan profundo; la verdad talvez él quería tener el sueño profundo, por lo menos esa vez. Había soñado con ella. Aquella chica que cuando había llegado a un país nuevo, le había mostrado la escuela, y parte de la ciudad. Kinomoto. Ese era su apellido, era realmente una chica agradable, pero desde que la había conocido, jamás la vio con algún chico, ni siquiera se reía a menudo; aunque le habían contado que ella era una chica alegre. Era. ¿Qué le habría sucedido? Talvez algo en su pasado. No lo sabía. Quería ser su amigo; así que se comprometió consigo mismo saber que era aquello que le afectaba. Siguió caminando.
Observó el parque que se encontraba en la vereda de enfrente -Parque Pingüino- pensó. En aquel lugar que la primera vez que se hablaron como amigos. Sonrió. Decidió ir ahí en vez de ir a clases tan temprano, así que cambió su rumbo y se dirigió allí.
******************************************************************
Sakura abrió los ojos. Se había quedado dormida en un parque cuando debería estar en la escuela a esa hora. De pronto sintió unos pasos. ¿Quién venía esa hora al parque? ¿Y con aquel viento?
Venía despreocupado, en realidad venía tarareando una melodía que había escuchado recién. Una canción de cuna en chino; su lengua natal. De repente notó que había alguien en el parque -seguramente también quisieron faltar a clases- pensó, -cuanto descaro, los reprocharé-. Se escondió entre los arbustos que habían cerca de la banca donde se encontraba Sakura. Pero ella no estaba, se había asustado al sentir pasos, así que se había escondido también.
-seguramente se escondieron los muy sinvergüenza, los asustaré para que aprendan a lección- pensó él. Comenzó a contar: -1..., 2..., y...... 3!!!! HUUUAAAAA!!! gritó.
AAAAAAAAAAAAAAAHHH!! Se oyó un grito. Él sonrió triunfante.
Pero el grito no era de varios chicos. En realidad era de una persona. De una chica. De Sakura. La sonrisa se desvaneció de su rostro. Su cara se puso de color ojo, y se arrojó al suelo a pedir perdón. En realidad lo hacía para ocultar el color que tenía su cara.
Sakura aún estaba impactada. Hubiera jurado que era un fantasma..., pero en realidad era un chico.. el nombre... como era... Mao... Yuan Mao, era un chico tímido que provenía de china al igual que... él. Se retiró aquel pensamiento de la cabeza y se dio cuenta de lo ridículo que era la situación.
Se rió. Hace mucho que no reía con tantas ganas.
Yuan la miró sorprendido. Jamás había escuchado su risa, era tan dulce...
-Discúlpame Yuan, es que me sorprendió... bueno, que gritaras de esa forma- dijo entre risas Sakura. Yuan bajó la vista, y miró al suelo.
-Fu... fue culpa mía... creí que eran niños rebeldes que se querían escapar de clases.. por eso yo... bueno... este...- no encontraba las palabras, además la risa le había ganado. Ambos reían.
Una fuerte ráfaga de viento pasó por donde ellos se encontraban. -viento-, pensó Sakura... -como la carta...- Aquel chico tímido. Yuan, era bastante agradable. Tenía el cabello negro azabache, -el negro más oscuro que he visto en mi vida- pensó Sakura; y sus ojos eran de un color grisáceo, pero dulces, suaves...
-Kinomoto- dijo de pronto Yuan - yo... quería... decirte... eh... -su cara tomó un color rojizo nuevamente- BUENOS DIAS!!- dijo, agachándose. "No lo haré aun, seguramente ella ama a alguien..." pensó tristemente.
-Bu... buenos días- dijo Sakura agachándose también, con una gota en la cabeza. No esperaba que eso era aquello que tenía que decirle.
Sakura le sonrió. Aquella mañana se había reído después de mucho tiempo. 6 años. Se fueron a la escuela, después de todo, Sakura se había relajado, alegrado incluso, y Yuan... estuvo a punto de confesar lo que le oprimía el pecho y no le dejaba respirar; pero no lo hizo, pero la vio reír, y nada pudo haber sido mejor que eso.
*****************************************************************
-Sakura!!- gritó-me tenías preocupada, temí que te hubiese sucedido algo en el camino a la escuela.- Dijo Tomoyo, pues a su amiga había llegado tarde después de años sin hacerlo. Tomoyo no había cambiado mucho, su sonrisa y ojos amables eran los mismos, y su cabello era incluso más largo que antes.
-No me pasó nada, es que me encontré en el camino con Yuan- dijo Sakura, tomando asiento en el patio de la escuela; era hora de almorzar.
-Yuan... Mao?, aquel chico chino? No sabía que fuesen amigos-, dijo mientras lo miraba de reojo; se encontraba a una corta distancia de las dos chicas. -ese chico... no es por nada Sakura... pero, no estás tratando de reemplazar a Li?... digo... él es chino... y Li también lo era...- bajó la voz cada vez más, había cometido un error al nombrar a aquel chico que no veían hacía tanto tiempo.
-Estás equivocada, Tomoyo- dijo Sakura, mirándolo con sus ojos verdes inexpresivos que no parecían ser de ella -yo le prometí a Syaoran que lo esperaría para siempre... y si se demora 20 años... 20 años lo esperaré, nunca sería capaz de reemplazarlo. Nunca- estaba calmada. Había recordado aquella promesa recién, y se decidió a cumplirla.
-Los siento- se disculpó Tomoyo, -es que... no te veía tan alegre desde hoy cuando llegaste al colegio, atrasada, y con él...-.
Sakura sólo sonrió. Tomoyo comprendió que Sakura quería cambiar el tema. Así lo hizo.
**********************************************************************
El ambiente era azul, todo aquello que la rodeaba era azul... y poco a poco se dio cuenta que ella estaba flotando sobre el agua; de pie. De pronto sintió que alguien le tomaba la mano, una mano tibia, suave, fuerte y grande... una mano que ella conocía anteriormente. Se dio vuelta y lo vio. Después de 6 años, había vuelto. Sus grandes ojos verdes se nublaron, y las lágrimas que había estado reteniendo por tanto tiempo se liberaron.
-creí... creí que no volverías... te extrañé tanto... tanto, tanto...- dijo entre sollozos. Sintió como él la abrazaba. Se sintió ruborizada. Ya no era aquel niño pequeño, era un chico de 17 años... al igual que ella. Él no decía palabra. Solamente se preocupaba de abrazarla; tantos años sin verse y por fin la tenía en sus brazos, a Sakura, su Sakura.
Cuanto tiempo permanecieron así, no se dieron cuenta... no existía el tiempo en aquella atmósfera donde solo se encontraban ellos dos.
-Sakura. - su rostro tenía un color rojo, pero casi desapercibido, -tanto tiempo... hace tanto tiempo quise tenerte así, conmigo... yo también... te extrañé... perdóname...-.
-Syaoran...- iba a decir algo, pero en vez de eso, hundió su cabeza en el hombro de Syaoran; o al menos, eso intentó. Syaoran estaba muy alto, tanto que Sakura recordó a Touya, su hermano mayor. así que Sakura hundió la cabeza en el pecho de Syaoran, intentando ocultar su sonrojo.
-Sakura... quisiera... que me perdonaras por hacerte esperar tanto...; pero por favor, prométeme algo...- Syaoran cerró los ojos y abrazó más fuerte a su Sakura, -prométeme..., que serás feliz..., muy feliz... conmigo... si es posible... y si no... lo serás... prométeme que si no puedo estar aquí contigo para que seas feliz, tú encontrarás a otro, y serás feliz, por ti, y por los dos- la voz de Syaoran se había vuelto triste y preocupada.
-de... de que hablas??, yo seré feliz contigo, Syaoran, cuando seamos mayores seremos felices para siempre... siempre...- Sakura trató de averiguar que era lo que preocupaba a Syaoran, pero no pudo. Simplemente por más que lo intentaba no entendía el sentido de sus palabras.
-Solo escucha, y prométemelo, que seremos felices juntos, pero, si yo no puedo estar contigo para siempre, tú lograrás ser feliz al lado de otra persona; lo prometes?- el tono de su voz era ahora suplicante; Sakura asintió.
-si eso es lo que quieres, entonces tenlo por seguro, pero te juro que aunque esté con otra persona te seguiré... amando... te amo... Syaoran...- dijo abrazándolo.
-yo también, siempre te amado y siempre te amaré, por eso quiero que tú seas feliz, Sakura... te quiero... te amo mucho...- dijo acariciando la cabeza de ella suavemente como si fuera una niña pequeña.
Poco a poco Syaoran puso su mano en la mejilla de Sakura, mientras la otra la tenía tomada a la mano de ella; con la mano en la mejilla de Sakura, fue acercando su rostro al de él. Su corazón latía rápidamente, y podía sentir como el de Sakura latía con fuerza también. Los rostro de ambos se iban acercando al del otro, y mientras más cerca estaban, más rojas se ponían sus caras. Syaoran tragó saliva, los labios de Sakura estaban a centímetros de los suyos...
SAKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUURAAAAAA!!!
Sakura abrió lentamente un ojo, después el otro... "un sueño..." pensó "fue solo un sueño... pero estoy segura de que pude sentir los latidos de su corazón...".
-Sakurita... estás bien?- dijo una voz familiar -has crecido mucho, al igual que mi hambre!-.
Sakura miró al ser del cual provenía la voz. Abrió mucho los dos ojos. Hacía ya 5 años que no lo veía.
-Ke...Kero... tú... no estabas... dormido??- dijo, tratando de explicarse la razón por la cual su guardián del sol había despertado. Recordaba el momento en que había tenido que sellarlo para que las cartas Clow no volvieran a escapar...
*****************************Flashback*********************************
Se veía a una niña de unos 12 años con un libro color rosa en brazos; el cual apretaba contra su pecho, como intentando evitar algo que tenía que suceder.
-Kero... no puedo...- dijo bajando la cabeza tristemente -no quiero que te vayas... no quiero que nadie más se vaya- dijo apretando aún con más fuerza aquel libro, el cual comenzó a mojarse al recibir unas gotas -lágrimas-.
-Sakura... hay que hacerlo, es necesario; Clow debió hacer lo mismo el día de su muerte; y aunque no queremos, no podemos evitarlo....- el pequeño ser que parecía un peluche amarillo, se acercó a su ama.
Había además otro ser en la habitación. Un hombre con el cabello plateado muy largo; con ojos que eran de aquel color también, su nombre significaba luna en chino; y aunque siempre tenía un semblante serio, esta vez, su rostro reflejaba otro sentimiento; tristeza.
-Nosotros al igual que nuestra ama, debemos resignarnos- dijo Yue- si queremos evitar que el desastre ocurra al escaparse las cartas, debemos ser sellados en el libro-.
Sakura, aún con los ojos llorosos asintió. Notó como Kero se transformaba en su forma real. Éste se acercó a su ama y le acarició su rostro con el de él.
-Pase lo que pase Sakura, seguirás siendo nuestra ama, y especialmente, nuestra amiga- sus ojos dorados comenzaron a nublarse, pero él logró contener las lágrimas, apenas.
-Lo que dice Kerberos es cierto; talvez nuestro cuerpos estén sellados y nosotros dormidos, pero nunca te olvidaremos- dijo Yue, quien para ser tan serio algunas veces, aquella vez su voz seguía siendo fría y dura, pero más blanda que antes. Sakura dejó caer el libro y abrazó a Kero, y luego a Yue.
-Los extrañaré tanto!!! Tampoco los olvidaré nunca... Kero... Yue...- dijo mientras lágrimas corrían por sus mejillas -les prometo que daré lo mejor de mí y que siempre seremos amigos...- dijo sollozando, mientras intentaba retener por un tiempo más las lágrimas.
-Ya es hora, Sakura- dijo Kero en forma calmada.
-Realiza el conjuro el cual nos sellará en el libro, hasta que las cartas vuelvan a causar problemas- la voz de Yue también era calmada. Pero en el fondo ambos sabían cuanto extrañarían a su joven ama.
Sakura asintió mientras se secaba las lágrimas.
-Guardianes de las cartas Sakura, yo, su ama, según el pacto, les ordeno que abandonen su actual forma y se transformen en un sueño eterno... yo Sakura... así lo deseo...- Sakura terminó el conjuro. Ambos estaban siendo rodeados por una neblina dorada... "se van..." pensó Sakura.
-Los quiero mucho!!- les gritó mientras ellos desaparecían. Los dos guardianes sonrieron.
Silencio.
No estaban. Se habían ido.
Sakura miró el libro rosa, el cual ahora tenía el sol en la portada y en la parte de atrás el símbolo de la luna. Sakura abrazó el libro.
-Los quiero... amigos...- logró decir antes de que las lágrimas volvieran a brotar de sus ojos.
****************************Fin Flashback*****************************
"desde aquel día... Yukito ya no visitaba nuestra casa" pensó Sakura..."se fue a otro país" le había dicho su hermano Tuya, seguramente eso le había dicho Yukito a él.
-Sakura....- el ser que parecía un peluche amarillo le hablaba - ¿te encuentras bien?-.
Sakura lo miró, y en su cara apareció una sonrisa, tan lejana antes, que hace tan solo hacía un día que la había tenido en su rostro.
-KERO!!!- dijo mientras lo abrazaba - Kero... Kerito... - el pobre ser estaba siendo asfixiado por la repentina alegría de su ama.
-Sa... Saku...ra... -trataba de decir y de librarse- también te extrañé... pero me... aho...go...- sus pequeños ojitos eran ahora espirales.
-Lo siento- dijo disculpándose, Sakura -es que... hace tanto que no te veía...- de pronto se quedó callada -que ha sucedido? Porqué has despertado? Y Yue?- dijo repentinamente.
-Eh... no lo sé... sentí una extraña presencia y pensé que talvez había ocurrido algo, y aquí estoy. Yue decidió irse a la casa donde vivía con la forma de Yukito, la verdad, ni yo lo entiendo,- El pequeño Kero cruzó sus dos pequeños bracitos sobre su pecho y comenzó a volar por la habitación -debe ser algo relacionado con las cartas... Sakura... has abierto el libro alguna vez después que nos sellaste a mí y a Yue?-.
-No, nunca- respondió Sakura, la verdad no lo había vuelto a ver... le deprimía -No crees que despertaste por... una carta?-.
-Puede ser... donde tienes guardado el libro con las cartas?-
Sakura señaló el cajón donde siempre guardaba cosas importantes, las cartas de Tomoyo, recuerdos de sus amigas, el libro.
-No lo he sacado desde aquella vez- se acercó al cajón y comenzó a buscarlo- aquí está- lo encontró intacto, pero sin los símbolos ni del sol ni de la luna.
-Ábrelo Sakura- pidió Kero- hay que saber la razón por la cual Yue y yo despertamos-.
Sakura obedeció. Todo estaba en orden; contó las cartas. De pronto, Sakura encontró la carta amor.
-Syaoran- murmuró Sakura. Suspiró y despejó su mente; siguió revisando las cartas.
El viento sopló y aulló fuertemente, e hizo que la ventana de Sakura sonara como si estuviera siendo golpeada por alguien.
Abrió mucho los ojos. Se detuvo.
-N...no está...- dijo Sakura -viento... ha desaparecido...-.
-QUE?!- Kero miró hacia la ventana -viento... Sakura, el viento ha estado soplando así últimamente?-.
-Bueno... estamos en otoño... por eso...- Sakura meditó -ahora que lo pienso... el viento comenzó a soplar realmente fuerte... hace sólo uno o dos meses..., eso significa que... Kero... viento...-
-Es posible, puede que viento de alguna manera haya salido del libro y haya comenzado a hacer todo esto... -Kero guardó silencio. Vio a Sakura sacar una carta del libro. Amor. Esa carta, nunca la había visto antes. Se acercó a ella y observó la carta.
-Sakurita... esa carta...- trató de continuar la frase, pero notó como su ama trataba de retener la lágrimas.
-Esta carta fue creada el día que Syaoran volvió a su país natal... no lo he vuelto a ver desde aquella vez...- Sakura intentó sonreír para evitar que el llanto.
Kero se acercó a ella volando con sus pequeñas alitas. Aunque quería saber más acerca de aquella carta, no quería que Sakura sufriera, así que decidió cambiar el tema de conversación.
-Sakura, no tienes alguna torta o un pastel para comer?? Es que me muero de hambreee!!!
Sakura observó a Kero. Sonrió. Su pequeño amigo se preocupaba por ella.
-Hay uno que yo misma hice, quieres probarlo??- dijo mientras abría la puerta de su habitación -cuando vuelva con el pastel, hablaremos sobre lo que puede estar pasando con las cartas-.
Kero observó como su pequeña ama -ahora convertida en una chica de 17 años- bajaba las escaleras. "Lo mejor será no preocuparla" pensaba, "últimamente no parece encontrarse muy alegre". El pequeño animalito voló por toda la habitación; mientras afuera el viento soplaba fuertemente...
**********************************************************************
-Está seguro que funcionará??... digo...- el hombre se arrodilló. Todo su cuerpo temblaba; no por frío, a pesar de que el viento soplaba muy fuerte, sino de miedo. El joven que estaba parado en frente de él, le causaba terror.
-La Torre de Tokio... es el lugar perfecto, además yo nunca me equivoco...- El joven miró al hombre arrodillado a sus pies -o acaso... dudas de mis poderes, T'ang???- la voz del joven sonaba muy seria, escalofriante; y sus ojos rasgados resaltaban en la oscuridad, pues eran de un color miel que parecía casi amarillo... como diabólico. Su cabello era gris, no era como los ojos de Yuan, suaves; todo lo contrario, era muy oscuro, y se mecía con la fuerza del viento.
-No mi señor, por supuesto que no... tan solo...- su voz temblaba, al igual que todo su cuerpo - solo quería asegurarme que todo saldría bien... usted sabe...-.
-Claro que lo sé. Hu Kai-shek jamás se equivoca. Nunca lo olvides.- En su rostro se dibujó una sonrisa -me gustaría saber que estará pensando aquel Cardcaptor en este momento-.
El hombre que se encontraba arrodillado se incorporó. Su estatura sobrepasaba notablemente a la del joven. Era un hombre robusto, de gruesas cejas y ojos igualmente rasgados; que denotaban claramente su origen oriental. Tenía los ojos negros y muy profundos, y su cabello era de igual color.
-Señor... será mejor que volvamos, alguien podría sospechar...- dijo el hombre.
El joven asintió.
-Por primera vez en tu vidas tienes razón, T'ang, lo mejor será volver- el joven agrandó su sonrisa -cuando ese Cardcaptor descubra lo que está sucediendo con sus cartas, se armará un gran escándalo-.
Las siluetas de ambos desaparecieron repentinamente del lugar.
**********************************************************************
-En otras palabras, ni siquiera habías notado la desaparición de la carta- dijo mientras intentaba meterse un gran pedazo de pastel en la boca.
-No había abierto el libro desde que los sellé a ambos, a ti, y a Yue- dijo Sakura mientras observaba como Kero agrandaba considerablemente el tamaño de su boca para poder comer todo el pedazo de pastel de una vez. Una gota surgió de su cabeza.
-Pefo no crfees que talfés la facafte pafa alfgo??- preguntó Kero con la boca llena de pastel.
-Por supuesto que no. Estoy segura que no lo abrí desde ese día- Sakura cruzó los brazos sobre su pecho -talvez alguien lo abrió y como nunca lo revisaba, no lo noté-.
-Huuuuuuuaaaa- bostezó Kero mientras se estiraba -lo mejor será que pensemos en eso mañana, no quiero que te desveles por esto, Sakura-.
-Tienes razón- asintió Sakura -además, mañana tengo que ir a la preparatoria- Se estiró ella también - ha sido un largo día-.
-PREPARATORIA!?- gritó Kero realmente fuerte, -cuantos años son los que han pasado?, uno, dos?? Cómo puedes ir a la preparatoria tan joven?-.
-Estás algo perdido Kero, pero sólo un poco- rió Sakura -han pasado 5 años desde que no nos veíamos-.
-5?! Como pasa el tiempo... es decir tu hermano... está en la universidad?? Y tu vas en preparatoria?- Kero aun no podía creerlo.
-No tienes que gritarlo, pero así es- Sakura se tapó con las frazadas de su cama -si quieres mañana hablamos de cómo ha cambiado todo; ahora quisiera...-.
Sus ojos se cerraron sin que ella pudiera evitarlo y no pudo terminar de hablar. Estaba cansada. Kero la miró como se quedaba dormida. Su ama había crecido; era increíble como pasaba el tiempo. Desvió su mirada hacia la ventana. El viento seguía soplando muy fuerte. Luego miró nuevamente a su ama.
-Que duermas bien, Sakurita- dijo mientras se quedaba dormido sobre la cama de ella.
Poco a poco el viento disminuyó su fuerza, pero no cesó. Y pequeñas gotas comenzaron a caer del cielo. Muy pronto esas pequeñas gotas aumentaron en cantidad y se convirtió en una fuerte lluvia.
En ese instante, la carta lluvia desaparecía del libro de las cartas Sakura.
**********************************************************************
Una espesa lluvia caía sobre Tomoeda. Era otoño, pero parecía pleno invierno. Los alumnos de todas las escuelas corrían rápidamente a sus salas para refugiarse de la lluvia.
Sakura no era la excepción. Corría rápidamente. Aquella noche se había dormido muy tarde y ahora le había costado mucho levantarse.
Se detuvo un momento a recuperar aire. Había corrido desde su casa y estaba agotada. La lluvia caía sobre ella. De pronto ya no se mojaba; el agua caía sobre todos menos ella. Miró hacia arriba y descubrió la razón. Un paraguas. "Era obvio" pensó Sakura. Observó al dueño del paraguas. Yuan.
-No deberías estarte aquí mojando con esta lluvia- dijo el mientras sostenía el paraguas de forma tal que Sakura no se mojara.
-Muchas gracias- dijo Sakura sonriente -olvidé el mío en casa, es que se me hizo muy tarde-.
-N...no te preocupes... t...te presto el mío- dijo Yuan desviando la mirada de los ojos de Sakura. Aquellos grandes ojos verdes; eran hermosos, ahora más que nunca, pues brillaban más que antes, cuando él la conoció. -Lleva este contigo...-dijo mientras se lo pasaba y notaba como su cara se ponía muy roja.
-Muchas gracias, pero no puedo aceptarlo, tú te mojarías- trató de decir Sakura. Aquel chico Yuan era muy amable, pero ella no podía permitir que cogiera un resfriado por su culpa -además, mírame, hace poco me caí en una poza, así que ya estoy mojada, no es necesario evitar que me moje más-.
-En una poza...?- preguntó Yuan asombrado - eh... entonces toma...- dijo quitándose su abrigo. -No podría permitirme que te resfriaras- y se lo entregó.
-Gracias...- Sakura no sabía que contestar. Claro que muchos chicos habían sido amables con ella antes. Pero nunca tanto como lo estaba siendo Yuan con ella ahora.
Yuan sonrió. Aquella chica. Sakura Kinomoto; que ganas tenía de llamarla Sakura, pero eso sería demasiado; tendría que ser un gran amigo de ella.
Sakura le devolvió el paraguas. El abrigo era suficiente para mantener el cuerpo tibio. Cuando se lo entregó, sus manos se tocaron. Yuan se sonrojó muchísimo. La había tocado. Sus manos eran suaves y tersas... mientras más pensaba, más se sonrojaba.
Sakura lo miró ingenua.
-Ki... Kinomoto...- dijo de pronto Yuan, como recordando algo - yo... - era el momento; tenía que hacerlo.
No sabía si tenía el valor para decírselo, para hacer que ella supiera lo que sentía. Pero tenía que hacerlo; además si no se lo decía; jamás sabría lo que sentía ella. Lo quería? Seguramente, pero sólo como amigos. Era muy tímido para preguntarle, pero a la vez muy orgulloso para perderla, quería saber la respuesta de lo que diría. "Tarde o temprano" pensó "tendré que decírselo de todas maneras". Ellos eran de dos mundos diferentes. Sin mencionar que apenas se conocían, pero él estaba seguro. Nunca había sentido aquello por una persona. Amor, así lo llamaban; entonces nunca había sentido tanto amor por alguien. Por eso se lo diría, estaba dispuesto a aceptar la verdad.
-...yo...- su rostro se puso rojo; la verdad no sabía como decirlo -yo... te...- tragó saliva. Nunca pensó que le costaría tanto decir la desdichada frase - verás, yo te a...-
-Sakura!!- llegó corriendo a donde se encontraba su amiga - Te estuve buscando, donde has estado todo este rato?-.
Sakura miró a su amiga. Le dedicó una sonrisa. Tomoyo no veía aquella sonrisa desde... desde cuando su amiga hablaba de Syaoran cuando hacía unos días que él se había ido... pero después aquella sonrisa fue desapareciendo. Tomoyo le sonrió a su amiga y la abrazó.
-Me alegra tanto que estés feliz, Sakura- dijo mientras la abrazaba - tú sabes que nada me hace más feliz que verte a ti contenta-.
Yuan notó que sobraba. Decidió sonreír a Kinomoto. La verdad que él entendía los sentimientos de aquella chica que la abrazaba. "Nada me hace más feliz que verte a ti contenta" pensó mientras se alejaba de donde se encontraban las dos chicas.
-Y...Yuan- intentó llamarlo Sakura, pero él ya se había alejado demasiado; no la oía.
-De nuevo estabas con ese chico?- preguntó Tomoyo.
-Así es... Yuan es muy buen chico; mira, incluso me prestó esto- dijo, mostrándole a su amiga el abrigo, el cual le quedaba realmente grande. Sakura metió las manos en los bolsillos del abrigo y encontró una bufanda.
-Porqué no te la pones, Sakura?- sugirió su amiga -si te prestó el abrigo, no creo que le moleste que te coloques su bufanda-.
-Tu crees??, no sé- Sakura miró a su amiga. Ésta asintió -Si tu lo dices... creo que tienes razón-.
Sacó aquella bufanda y se la enrolló alrededor del cuello. No tenía frío. Yuan... de alguna manera, le agradecería ese gesto.
Continuará....
Notas: Jeje, un poco largo, verdad?? Al principio, la idea era que iba a ser de un solo chap, pero... la inspiración fue demasiada. Se supone que debe ser un bonito fic... pero mi mente no piensa lo suficientemente coherente para lograr un fic con sentido... pero se hizo el esfuerzo. Por cierto... no es lindo Yuan?? Me encaaaaaaaaaaanta!! *-*!! Nos vemos en el próximo chap!!
Atte: Mizuko
Lo Prometo...
1. La Desaparición
El viento arremolinaba las hojas secas de árboles; y aunque éstas lucharan por permanecer en el árbol del cual habían nacido, el viento terminaba ganándoles y las arrancaba. Era pleno otoño; una estación triste, y bastante melancólica.
¿Cuánto tiempo había pasado desde aquella vez?, no lo recordaba, ni quería. Pensar en ello la deprimía bastante. Cuando entraba en su habitación y veía aquel oso... se le apretaba el pecho y le costaba respirar... lo quería mucho, es cierto, pero, ¿hace cuánto no lo veía? Sacudía la cabeza prohibiéndose a si misma el volver a pensar en él. Todos los días era lo mismo.
Siguió caminando hacia la escuela, tratando de no pensar en aquel tema.
Una hoja calló a sus pies, ella solo la vio de reojo; pero aun así notó que era de un hermoso color marrón, más bien de un color miel.. ese color... como el de sus ojos...
- Sya...- los sollozos no le permitieron terminar la palabra, lo extrañaba; le quería, demasiado para su corta edad... pero, ya no era aquella niña la cual lloraba ante algunos problemas, o la que siempre llegaba tarde, ahora había crecido... no sólo físicamente, sino también mentalmente, había madurado. Pero aunque hubiese madurado mucho, no podía retener el llanto cada vez que pensaba en él. Miró a su alrededor, estaba muy cerca del parque del Rey Pingüino.
Caminó con paso lento, tratando de no ver los árboles con sus hojas color miel, quería calmarse un poco. Al llegar se sentó en una de las bancas del parque. El viento sopló algo más fuerte, e hizo que el cabello se le moviera. Su cabello, no tan largo como el de su amiga Tomoyo, ya que sólo le llegaba a los hombros.
Suspiró. Sus hermosos ojos verdes, comenzaron a cerrarse. Estaba cansada, no sabía porqué, pero lo estaba; y sin siquiera pensarlo se durmió.
*****************************************************************
Corría jadeante hacia la escuela. "Traté de despertaste pero me arrojaste una almohada a la cara", le había dicho su madre, no era culpa de él tener el sueño tan profundo; la verdad talvez él quería tener el sueño profundo, por lo menos esa vez. Había soñado con ella. Aquella chica que cuando había llegado a un país nuevo, le había mostrado la escuela, y parte de la ciudad. Kinomoto. Ese era su apellido, era realmente una chica agradable, pero desde que la había conocido, jamás la vio con algún chico, ni siquiera se reía a menudo; aunque le habían contado que ella era una chica alegre. Era. ¿Qué le habría sucedido? Talvez algo en su pasado. No lo sabía. Quería ser su amigo; así que se comprometió consigo mismo saber que era aquello que le afectaba. Siguió caminando.
Observó el parque que se encontraba en la vereda de enfrente -Parque Pingüino- pensó. En aquel lugar que la primera vez que se hablaron como amigos. Sonrió. Decidió ir ahí en vez de ir a clases tan temprano, así que cambió su rumbo y se dirigió allí.
******************************************************************
Sakura abrió los ojos. Se había quedado dormida en un parque cuando debería estar en la escuela a esa hora. De pronto sintió unos pasos. ¿Quién venía esa hora al parque? ¿Y con aquel viento?
Venía despreocupado, en realidad venía tarareando una melodía que había escuchado recién. Una canción de cuna en chino; su lengua natal. De repente notó que había alguien en el parque -seguramente también quisieron faltar a clases- pensó, -cuanto descaro, los reprocharé-. Se escondió entre los arbustos que habían cerca de la banca donde se encontraba Sakura. Pero ella no estaba, se había asustado al sentir pasos, así que se había escondido también.
-seguramente se escondieron los muy sinvergüenza, los asustaré para que aprendan a lección- pensó él. Comenzó a contar: -1..., 2..., y...... 3!!!! HUUUAAAAA!!! gritó.
AAAAAAAAAAAAAAAHHH!! Se oyó un grito. Él sonrió triunfante.
Pero el grito no era de varios chicos. En realidad era de una persona. De una chica. De Sakura. La sonrisa se desvaneció de su rostro. Su cara se puso de color ojo, y se arrojó al suelo a pedir perdón. En realidad lo hacía para ocultar el color que tenía su cara.
Sakura aún estaba impactada. Hubiera jurado que era un fantasma..., pero en realidad era un chico.. el nombre... como era... Mao... Yuan Mao, era un chico tímido que provenía de china al igual que... él. Se retiró aquel pensamiento de la cabeza y se dio cuenta de lo ridículo que era la situación.
Se rió. Hace mucho que no reía con tantas ganas.
Yuan la miró sorprendido. Jamás había escuchado su risa, era tan dulce...
-Discúlpame Yuan, es que me sorprendió... bueno, que gritaras de esa forma- dijo entre risas Sakura. Yuan bajó la vista, y miró al suelo.
-Fu... fue culpa mía... creí que eran niños rebeldes que se querían escapar de clases.. por eso yo... bueno... este...- no encontraba las palabras, además la risa le había ganado. Ambos reían.
Una fuerte ráfaga de viento pasó por donde ellos se encontraban. -viento-, pensó Sakura... -como la carta...- Aquel chico tímido. Yuan, era bastante agradable. Tenía el cabello negro azabache, -el negro más oscuro que he visto en mi vida- pensó Sakura; y sus ojos eran de un color grisáceo, pero dulces, suaves...
-Kinomoto- dijo de pronto Yuan - yo... quería... decirte... eh... -su cara tomó un color rojizo nuevamente- BUENOS DIAS!!- dijo, agachándose. "No lo haré aun, seguramente ella ama a alguien..." pensó tristemente.
-Bu... buenos días- dijo Sakura agachándose también, con una gota en la cabeza. No esperaba que eso era aquello que tenía que decirle.
Sakura le sonrió. Aquella mañana se había reído después de mucho tiempo. 6 años. Se fueron a la escuela, después de todo, Sakura se había relajado, alegrado incluso, y Yuan... estuvo a punto de confesar lo que le oprimía el pecho y no le dejaba respirar; pero no lo hizo, pero la vio reír, y nada pudo haber sido mejor que eso.
*****************************************************************
-Sakura!!- gritó-me tenías preocupada, temí que te hubiese sucedido algo en el camino a la escuela.- Dijo Tomoyo, pues a su amiga había llegado tarde después de años sin hacerlo. Tomoyo no había cambiado mucho, su sonrisa y ojos amables eran los mismos, y su cabello era incluso más largo que antes.
-No me pasó nada, es que me encontré en el camino con Yuan- dijo Sakura, tomando asiento en el patio de la escuela; era hora de almorzar.
-Yuan... Mao?, aquel chico chino? No sabía que fuesen amigos-, dijo mientras lo miraba de reojo; se encontraba a una corta distancia de las dos chicas. -ese chico... no es por nada Sakura... pero, no estás tratando de reemplazar a Li?... digo... él es chino... y Li también lo era...- bajó la voz cada vez más, había cometido un error al nombrar a aquel chico que no veían hacía tanto tiempo.
-Estás equivocada, Tomoyo- dijo Sakura, mirándolo con sus ojos verdes inexpresivos que no parecían ser de ella -yo le prometí a Syaoran que lo esperaría para siempre... y si se demora 20 años... 20 años lo esperaré, nunca sería capaz de reemplazarlo. Nunca- estaba calmada. Había recordado aquella promesa recién, y se decidió a cumplirla.
-Los siento- se disculpó Tomoyo, -es que... no te veía tan alegre desde hoy cuando llegaste al colegio, atrasada, y con él...-.
Sakura sólo sonrió. Tomoyo comprendió que Sakura quería cambiar el tema. Así lo hizo.
**********************************************************************
El ambiente era azul, todo aquello que la rodeaba era azul... y poco a poco se dio cuenta que ella estaba flotando sobre el agua; de pie. De pronto sintió que alguien le tomaba la mano, una mano tibia, suave, fuerte y grande... una mano que ella conocía anteriormente. Se dio vuelta y lo vio. Después de 6 años, había vuelto. Sus grandes ojos verdes se nublaron, y las lágrimas que había estado reteniendo por tanto tiempo se liberaron.
-creí... creí que no volverías... te extrañé tanto... tanto, tanto...- dijo entre sollozos. Sintió como él la abrazaba. Se sintió ruborizada. Ya no era aquel niño pequeño, era un chico de 17 años... al igual que ella. Él no decía palabra. Solamente se preocupaba de abrazarla; tantos años sin verse y por fin la tenía en sus brazos, a Sakura, su Sakura.
Cuanto tiempo permanecieron así, no se dieron cuenta... no existía el tiempo en aquella atmósfera donde solo se encontraban ellos dos.
-Sakura. - su rostro tenía un color rojo, pero casi desapercibido, -tanto tiempo... hace tanto tiempo quise tenerte así, conmigo... yo también... te extrañé... perdóname...-.
-Syaoran...- iba a decir algo, pero en vez de eso, hundió su cabeza en el hombro de Syaoran; o al menos, eso intentó. Syaoran estaba muy alto, tanto que Sakura recordó a Touya, su hermano mayor. así que Sakura hundió la cabeza en el pecho de Syaoran, intentando ocultar su sonrojo.
-Sakura... quisiera... que me perdonaras por hacerte esperar tanto...; pero por favor, prométeme algo...- Syaoran cerró los ojos y abrazó más fuerte a su Sakura, -prométeme..., que serás feliz..., muy feliz... conmigo... si es posible... y si no... lo serás... prométeme que si no puedo estar aquí contigo para que seas feliz, tú encontrarás a otro, y serás feliz, por ti, y por los dos- la voz de Syaoran se había vuelto triste y preocupada.
-de... de que hablas??, yo seré feliz contigo, Syaoran, cuando seamos mayores seremos felices para siempre... siempre...- Sakura trató de averiguar que era lo que preocupaba a Syaoran, pero no pudo. Simplemente por más que lo intentaba no entendía el sentido de sus palabras.
-Solo escucha, y prométemelo, que seremos felices juntos, pero, si yo no puedo estar contigo para siempre, tú lograrás ser feliz al lado de otra persona; lo prometes?- el tono de su voz era ahora suplicante; Sakura asintió.
-si eso es lo que quieres, entonces tenlo por seguro, pero te juro que aunque esté con otra persona te seguiré... amando... te amo... Syaoran...- dijo abrazándolo.
-yo también, siempre te amado y siempre te amaré, por eso quiero que tú seas feliz, Sakura... te quiero... te amo mucho...- dijo acariciando la cabeza de ella suavemente como si fuera una niña pequeña.
Poco a poco Syaoran puso su mano en la mejilla de Sakura, mientras la otra la tenía tomada a la mano de ella; con la mano en la mejilla de Sakura, fue acercando su rostro al de él. Su corazón latía rápidamente, y podía sentir como el de Sakura latía con fuerza también. Los rostro de ambos se iban acercando al del otro, y mientras más cerca estaban, más rojas se ponían sus caras. Syaoran tragó saliva, los labios de Sakura estaban a centímetros de los suyos...
SAKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUURAAAAAA!!!
Sakura abrió lentamente un ojo, después el otro... "un sueño..." pensó "fue solo un sueño... pero estoy segura de que pude sentir los latidos de su corazón...".
-Sakurita... estás bien?- dijo una voz familiar -has crecido mucho, al igual que mi hambre!-.
Sakura miró al ser del cual provenía la voz. Abrió mucho los dos ojos. Hacía ya 5 años que no lo veía.
-Ke...Kero... tú... no estabas... dormido??- dijo, tratando de explicarse la razón por la cual su guardián del sol había despertado. Recordaba el momento en que había tenido que sellarlo para que las cartas Clow no volvieran a escapar...
*****************************Flashback*********************************
Se veía a una niña de unos 12 años con un libro color rosa en brazos; el cual apretaba contra su pecho, como intentando evitar algo que tenía que suceder.
-Kero... no puedo...- dijo bajando la cabeza tristemente -no quiero que te vayas... no quiero que nadie más se vaya- dijo apretando aún con más fuerza aquel libro, el cual comenzó a mojarse al recibir unas gotas -lágrimas-.
-Sakura... hay que hacerlo, es necesario; Clow debió hacer lo mismo el día de su muerte; y aunque no queremos, no podemos evitarlo....- el pequeño ser que parecía un peluche amarillo, se acercó a su ama.
Había además otro ser en la habitación. Un hombre con el cabello plateado muy largo; con ojos que eran de aquel color también, su nombre significaba luna en chino; y aunque siempre tenía un semblante serio, esta vez, su rostro reflejaba otro sentimiento; tristeza.
-Nosotros al igual que nuestra ama, debemos resignarnos- dijo Yue- si queremos evitar que el desastre ocurra al escaparse las cartas, debemos ser sellados en el libro-.
Sakura, aún con los ojos llorosos asintió. Notó como Kero se transformaba en su forma real. Éste se acercó a su ama y le acarició su rostro con el de él.
-Pase lo que pase Sakura, seguirás siendo nuestra ama, y especialmente, nuestra amiga- sus ojos dorados comenzaron a nublarse, pero él logró contener las lágrimas, apenas.
-Lo que dice Kerberos es cierto; talvez nuestro cuerpos estén sellados y nosotros dormidos, pero nunca te olvidaremos- dijo Yue, quien para ser tan serio algunas veces, aquella vez su voz seguía siendo fría y dura, pero más blanda que antes. Sakura dejó caer el libro y abrazó a Kero, y luego a Yue.
-Los extrañaré tanto!!! Tampoco los olvidaré nunca... Kero... Yue...- dijo mientras lágrimas corrían por sus mejillas -les prometo que daré lo mejor de mí y que siempre seremos amigos...- dijo sollozando, mientras intentaba retener por un tiempo más las lágrimas.
-Ya es hora, Sakura- dijo Kero en forma calmada.
-Realiza el conjuro el cual nos sellará en el libro, hasta que las cartas vuelvan a causar problemas- la voz de Yue también era calmada. Pero en el fondo ambos sabían cuanto extrañarían a su joven ama.
Sakura asintió mientras se secaba las lágrimas.
-Guardianes de las cartas Sakura, yo, su ama, según el pacto, les ordeno que abandonen su actual forma y se transformen en un sueño eterno... yo Sakura... así lo deseo...- Sakura terminó el conjuro. Ambos estaban siendo rodeados por una neblina dorada... "se van..." pensó Sakura.
-Los quiero mucho!!- les gritó mientras ellos desaparecían. Los dos guardianes sonrieron.
Silencio.
No estaban. Se habían ido.
Sakura miró el libro rosa, el cual ahora tenía el sol en la portada y en la parte de atrás el símbolo de la luna. Sakura abrazó el libro.
-Los quiero... amigos...- logró decir antes de que las lágrimas volvieran a brotar de sus ojos.
****************************Fin Flashback*****************************
"desde aquel día... Yukito ya no visitaba nuestra casa" pensó Sakura..."se fue a otro país" le había dicho su hermano Tuya, seguramente eso le había dicho Yukito a él.
-Sakura....- el ser que parecía un peluche amarillo le hablaba - ¿te encuentras bien?-.
Sakura lo miró, y en su cara apareció una sonrisa, tan lejana antes, que hace tan solo hacía un día que la había tenido en su rostro.
-KERO!!!- dijo mientras lo abrazaba - Kero... Kerito... - el pobre ser estaba siendo asfixiado por la repentina alegría de su ama.
-Sa... Saku...ra... -trataba de decir y de librarse- también te extrañé... pero me... aho...go...- sus pequeños ojitos eran ahora espirales.
-Lo siento- dijo disculpándose, Sakura -es que... hace tanto que no te veía...- de pronto se quedó callada -que ha sucedido? Porqué has despertado? Y Yue?- dijo repentinamente.
-Eh... no lo sé... sentí una extraña presencia y pensé que talvez había ocurrido algo, y aquí estoy. Yue decidió irse a la casa donde vivía con la forma de Yukito, la verdad, ni yo lo entiendo,- El pequeño Kero cruzó sus dos pequeños bracitos sobre su pecho y comenzó a volar por la habitación -debe ser algo relacionado con las cartas... Sakura... has abierto el libro alguna vez después que nos sellaste a mí y a Yue?-.
-No, nunca- respondió Sakura, la verdad no lo había vuelto a ver... le deprimía -No crees que despertaste por... una carta?-.
-Puede ser... donde tienes guardado el libro con las cartas?-
Sakura señaló el cajón donde siempre guardaba cosas importantes, las cartas de Tomoyo, recuerdos de sus amigas, el libro.
-No lo he sacado desde aquella vez- se acercó al cajón y comenzó a buscarlo- aquí está- lo encontró intacto, pero sin los símbolos ni del sol ni de la luna.
-Ábrelo Sakura- pidió Kero- hay que saber la razón por la cual Yue y yo despertamos-.
Sakura obedeció. Todo estaba en orden; contó las cartas. De pronto, Sakura encontró la carta amor.
-Syaoran- murmuró Sakura. Suspiró y despejó su mente; siguió revisando las cartas.
El viento sopló y aulló fuertemente, e hizo que la ventana de Sakura sonara como si estuviera siendo golpeada por alguien.
Abrió mucho los ojos. Se detuvo.
-N...no está...- dijo Sakura -viento... ha desaparecido...-.
-QUE?!- Kero miró hacia la ventana -viento... Sakura, el viento ha estado soplando así últimamente?-.
-Bueno... estamos en otoño... por eso...- Sakura meditó -ahora que lo pienso... el viento comenzó a soplar realmente fuerte... hace sólo uno o dos meses..., eso significa que... Kero... viento...-
-Es posible, puede que viento de alguna manera haya salido del libro y haya comenzado a hacer todo esto... -Kero guardó silencio. Vio a Sakura sacar una carta del libro. Amor. Esa carta, nunca la había visto antes. Se acercó a ella y observó la carta.
-Sakurita... esa carta...- trató de continuar la frase, pero notó como su ama trataba de retener la lágrimas.
-Esta carta fue creada el día que Syaoran volvió a su país natal... no lo he vuelto a ver desde aquella vez...- Sakura intentó sonreír para evitar que el llanto.
Kero se acercó a ella volando con sus pequeñas alitas. Aunque quería saber más acerca de aquella carta, no quería que Sakura sufriera, así que decidió cambiar el tema de conversación.
-Sakura, no tienes alguna torta o un pastel para comer?? Es que me muero de hambreee!!!
Sakura observó a Kero. Sonrió. Su pequeño amigo se preocupaba por ella.
-Hay uno que yo misma hice, quieres probarlo??- dijo mientras abría la puerta de su habitación -cuando vuelva con el pastel, hablaremos sobre lo que puede estar pasando con las cartas-.
Kero observó como su pequeña ama -ahora convertida en una chica de 17 años- bajaba las escaleras. "Lo mejor será no preocuparla" pensaba, "últimamente no parece encontrarse muy alegre". El pequeño animalito voló por toda la habitación; mientras afuera el viento soplaba fuertemente...
**********************************************************************
-Está seguro que funcionará??... digo...- el hombre se arrodilló. Todo su cuerpo temblaba; no por frío, a pesar de que el viento soplaba muy fuerte, sino de miedo. El joven que estaba parado en frente de él, le causaba terror.
-La Torre de Tokio... es el lugar perfecto, además yo nunca me equivoco...- El joven miró al hombre arrodillado a sus pies -o acaso... dudas de mis poderes, T'ang???- la voz del joven sonaba muy seria, escalofriante; y sus ojos rasgados resaltaban en la oscuridad, pues eran de un color miel que parecía casi amarillo... como diabólico. Su cabello era gris, no era como los ojos de Yuan, suaves; todo lo contrario, era muy oscuro, y se mecía con la fuerza del viento.
-No mi señor, por supuesto que no... tan solo...- su voz temblaba, al igual que todo su cuerpo - solo quería asegurarme que todo saldría bien... usted sabe...-.
-Claro que lo sé. Hu Kai-shek jamás se equivoca. Nunca lo olvides.- En su rostro se dibujó una sonrisa -me gustaría saber que estará pensando aquel Cardcaptor en este momento-.
El hombre que se encontraba arrodillado se incorporó. Su estatura sobrepasaba notablemente a la del joven. Era un hombre robusto, de gruesas cejas y ojos igualmente rasgados; que denotaban claramente su origen oriental. Tenía los ojos negros y muy profundos, y su cabello era de igual color.
-Señor... será mejor que volvamos, alguien podría sospechar...- dijo el hombre.
El joven asintió.
-Por primera vez en tu vidas tienes razón, T'ang, lo mejor será volver- el joven agrandó su sonrisa -cuando ese Cardcaptor descubra lo que está sucediendo con sus cartas, se armará un gran escándalo-.
Las siluetas de ambos desaparecieron repentinamente del lugar.
**********************************************************************
-En otras palabras, ni siquiera habías notado la desaparición de la carta- dijo mientras intentaba meterse un gran pedazo de pastel en la boca.
-No había abierto el libro desde que los sellé a ambos, a ti, y a Yue- dijo Sakura mientras observaba como Kero agrandaba considerablemente el tamaño de su boca para poder comer todo el pedazo de pastel de una vez. Una gota surgió de su cabeza.
-Pefo no crfees que talfés la facafte pafa alfgo??- preguntó Kero con la boca llena de pastel.
-Por supuesto que no. Estoy segura que no lo abrí desde ese día- Sakura cruzó los brazos sobre su pecho -talvez alguien lo abrió y como nunca lo revisaba, no lo noté-.
-Huuuuuuuaaaa- bostezó Kero mientras se estiraba -lo mejor será que pensemos en eso mañana, no quiero que te desveles por esto, Sakura-.
-Tienes razón- asintió Sakura -además, mañana tengo que ir a la preparatoria- Se estiró ella también - ha sido un largo día-.
-PREPARATORIA!?- gritó Kero realmente fuerte, -cuantos años son los que han pasado?, uno, dos?? Cómo puedes ir a la preparatoria tan joven?-.
-Estás algo perdido Kero, pero sólo un poco- rió Sakura -han pasado 5 años desde que no nos veíamos-.
-5?! Como pasa el tiempo... es decir tu hermano... está en la universidad?? Y tu vas en preparatoria?- Kero aun no podía creerlo.
-No tienes que gritarlo, pero así es- Sakura se tapó con las frazadas de su cama -si quieres mañana hablamos de cómo ha cambiado todo; ahora quisiera...-.
Sus ojos se cerraron sin que ella pudiera evitarlo y no pudo terminar de hablar. Estaba cansada. Kero la miró como se quedaba dormida. Su ama había crecido; era increíble como pasaba el tiempo. Desvió su mirada hacia la ventana. El viento seguía soplando muy fuerte. Luego miró nuevamente a su ama.
-Que duermas bien, Sakurita- dijo mientras se quedaba dormido sobre la cama de ella.
Poco a poco el viento disminuyó su fuerza, pero no cesó. Y pequeñas gotas comenzaron a caer del cielo. Muy pronto esas pequeñas gotas aumentaron en cantidad y se convirtió en una fuerte lluvia.
En ese instante, la carta lluvia desaparecía del libro de las cartas Sakura.
**********************************************************************
Una espesa lluvia caía sobre Tomoeda. Era otoño, pero parecía pleno invierno. Los alumnos de todas las escuelas corrían rápidamente a sus salas para refugiarse de la lluvia.
Sakura no era la excepción. Corría rápidamente. Aquella noche se había dormido muy tarde y ahora le había costado mucho levantarse.
Se detuvo un momento a recuperar aire. Había corrido desde su casa y estaba agotada. La lluvia caía sobre ella. De pronto ya no se mojaba; el agua caía sobre todos menos ella. Miró hacia arriba y descubrió la razón. Un paraguas. "Era obvio" pensó Sakura. Observó al dueño del paraguas. Yuan.
-No deberías estarte aquí mojando con esta lluvia- dijo el mientras sostenía el paraguas de forma tal que Sakura no se mojara.
-Muchas gracias- dijo Sakura sonriente -olvidé el mío en casa, es que se me hizo muy tarde-.
-N...no te preocupes... t...te presto el mío- dijo Yuan desviando la mirada de los ojos de Sakura. Aquellos grandes ojos verdes; eran hermosos, ahora más que nunca, pues brillaban más que antes, cuando él la conoció. -Lleva este contigo...-dijo mientras se lo pasaba y notaba como su cara se ponía muy roja.
-Muchas gracias, pero no puedo aceptarlo, tú te mojarías- trató de decir Sakura. Aquel chico Yuan era muy amable, pero ella no podía permitir que cogiera un resfriado por su culpa -además, mírame, hace poco me caí en una poza, así que ya estoy mojada, no es necesario evitar que me moje más-.
-En una poza...?- preguntó Yuan asombrado - eh... entonces toma...- dijo quitándose su abrigo. -No podría permitirme que te resfriaras- y se lo entregó.
-Gracias...- Sakura no sabía que contestar. Claro que muchos chicos habían sido amables con ella antes. Pero nunca tanto como lo estaba siendo Yuan con ella ahora.
Yuan sonrió. Aquella chica. Sakura Kinomoto; que ganas tenía de llamarla Sakura, pero eso sería demasiado; tendría que ser un gran amigo de ella.
Sakura le devolvió el paraguas. El abrigo era suficiente para mantener el cuerpo tibio. Cuando se lo entregó, sus manos se tocaron. Yuan se sonrojó muchísimo. La había tocado. Sus manos eran suaves y tersas... mientras más pensaba, más se sonrojaba.
Sakura lo miró ingenua.
-Ki... Kinomoto...- dijo de pronto Yuan, como recordando algo - yo... - era el momento; tenía que hacerlo.
No sabía si tenía el valor para decírselo, para hacer que ella supiera lo que sentía. Pero tenía que hacerlo; además si no se lo decía; jamás sabría lo que sentía ella. Lo quería? Seguramente, pero sólo como amigos. Era muy tímido para preguntarle, pero a la vez muy orgulloso para perderla, quería saber la respuesta de lo que diría. "Tarde o temprano" pensó "tendré que decírselo de todas maneras". Ellos eran de dos mundos diferentes. Sin mencionar que apenas se conocían, pero él estaba seguro. Nunca había sentido aquello por una persona. Amor, así lo llamaban; entonces nunca había sentido tanto amor por alguien. Por eso se lo diría, estaba dispuesto a aceptar la verdad.
-...yo...- su rostro se puso rojo; la verdad no sabía como decirlo -yo... te...- tragó saliva. Nunca pensó que le costaría tanto decir la desdichada frase - verás, yo te a...-
-Sakura!!- llegó corriendo a donde se encontraba su amiga - Te estuve buscando, donde has estado todo este rato?-.
Sakura miró a su amiga. Le dedicó una sonrisa. Tomoyo no veía aquella sonrisa desde... desde cuando su amiga hablaba de Syaoran cuando hacía unos días que él se había ido... pero después aquella sonrisa fue desapareciendo. Tomoyo le sonrió a su amiga y la abrazó.
-Me alegra tanto que estés feliz, Sakura- dijo mientras la abrazaba - tú sabes que nada me hace más feliz que verte a ti contenta-.
Yuan notó que sobraba. Decidió sonreír a Kinomoto. La verdad que él entendía los sentimientos de aquella chica que la abrazaba. "Nada me hace más feliz que verte a ti contenta" pensó mientras se alejaba de donde se encontraban las dos chicas.
-Y...Yuan- intentó llamarlo Sakura, pero él ya se había alejado demasiado; no la oía.
-De nuevo estabas con ese chico?- preguntó Tomoyo.
-Así es... Yuan es muy buen chico; mira, incluso me prestó esto- dijo, mostrándole a su amiga el abrigo, el cual le quedaba realmente grande. Sakura metió las manos en los bolsillos del abrigo y encontró una bufanda.
-Porqué no te la pones, Sakura?- sugirió su amiga -si te prestó el abrigo, no creo que le moleste que te coloques su bufanda-.
-Tu crees??, no sé- Sakura miró a su amiga. Ésta asintió -Si tu lo dices... creo que tienes razón-.
Sacó aquella bufanda y se la enrolló alrededor del cuello. No tenía frío. Yuan... de alguna manera, le agradecería ese gesto.
Continuará....
Notas: Jeje, un poco largo, verdad?? Al principio, la idea era que iba a ser de un solo chap, pero... la inspiración fue demasiada. Se supone que debe ser un bonito fic... pero mi mente no piensa lo suficientemente coherente para lograr un fic con sentido... pero se hizo el esfuerzo. Por cierto... no es lindo Yuan?? Me encaaaaaaaaaaanta!! *-*!! Nos vemos en el próximo chap!!
Atte: Mizuko
