La Anomalía Anónima

Capitulo III: La Reunión a media noche

Escrito por

Dora-chan

Traducido por

Kary

            El Restaurante  Bonsai. Él quería encontrarla en el Restaurante Bonsai. 

            Kaoru suspiró, jugando con su cuenco de arroz indiferentemente con sus palillos. ¿De todos los lugares, por qué tiene que ser Bonsai? Este estaba situado en uno de los distritos más sucios de Tokio dónde las mujeres eran... demasiado amistosas, se podría decir. Ninguna señorita de educación y familia debe estar paseándose en esas calles, y mucho menos  a medianoche. Kaoru suspiró de nuevo. ¿Qué hacer...? ¿Qué hacer...? 

            Kenshin notó su cena intacta y dijo en su voz usual y compuesta. "Pareces cansada, Kaoru-dono. Quizás deberías acostarse temprano esta noche." 

            Ella encontró su mirada investigándola momentáneamente, entonces apartó sus ojos. ¿Qué haría Kenshin si supiera que planeo encontrarme con otro hombre en un lugar como Bonsai en medio de la noche? Él... Kaoru hizo una pausa. Ella no estaba bastante segura de lo que Kenshin haría, pero ella no lo dejaría averiguar. 

            "Yo pienso… yo quiero…", ella murmuró, mientras se levantaba de la mesa. "Yo no me siento muy bien... " 

            "¿Qué? " pregunto Yahiko, buscando el escepticismo en ella. "Kaoru, el sol ni siquiera se ha puesto, ¿¡y tú ya vas a acostarte!? ¿Por qué no entrenas conmigo un rato? " 

           "¿Acaso siempre tengo que estar detrás de ti cuando entrenas?" dijo Kaoru con enojo. "Yo simplemente estoy cansada. Si quieres practicar entonces sugiero que des algunas vueltas al dojo después de la cena y luego hagas 1000 toques con la espada"

            Yahiko frunció el ceño irritado ante su comentario, pero se quedó callado. Se dio cuenta que ella solo le asignó ese entrenamiento para sacárselo de encima. Esa bruja insidiosa, pensó comenzando a comer lo que le quedaba de cena. 

            Los ojos violetas y sigilosos de Kenshin la siguieron hasta que salió de la habitación. La paz usual y la ternura del rurouni fueron reemplazadas efímeramente por una melancolía velada. Shigeru habría estado satisfecho si hubiera podido observar la mirada del rurouni en ese momento.

            En su propio cuarto, Kaoru comenzó a formar planes frenéticamente de como llevar a cabo su misión. Sabía que se podía confiar hasta cierto punto en Shigeru. Aun cuando ella se presentará en Bonsai, no había ninguna garantía de que él contestará a sus preguntas como lo había prometido; podría ser simplemente una trampa para secuestrarla o matarla o violarla. Y ella estaba muy cansada de ser la damisela-en-dolor siempre. No quería ser para Kenshin su carga, sino su fuerza. 

            Al final su curiosidad consiguió sacar lo mejor de ella y decidió que necesitaba ver a Shoiriki de nuevo... para saber exactamente la clase de hombre que es, y para averiguar lo que él quería con su Kenshin. Ella sonrió irónicamente. Ahora, ella estaba intentando proteger a su rurouni, en lugar de ser al revés. 

            ¿Y si salía furtivamente por la ventana? Ella tenía una sospecha de que Kenshin la inspeccionaba en el medio de la noche con su amable cuidado. O quizás ella debía ser sincera con él y decirle que se encontraría con Shoiriki en Bonsai, y que  regresaría rápidamente. Kaoru se rió disimuladamente para si. Eso sería una tontería. Ella podría oír a  Kenshin diciendo, "Sobre mi cadáver, de gozaru ka". 

            Finalmente, ella decidió elegir una de sus dos opciones. Salió de su habitación y se encontró a Kenshin en la cocina, lavando los platos como el rurouni dulce que es. Él hizo una pausa y sonrió, ella se aclaro la garganta al ver su dulce sonrisa.

            "Kaoru-dono... sessha pensó que ya estaba en la cama. ¿Se siente bien? " 

            "Yo no estaba cansada... " 

            "¿Oro? " pregunto, limpiando los platos ahora con una tela seca. 

             Un silencio breve. "Yo sé que oíste por casualidad lo que Shoiriki me dijo", empezó abruptamente. Ella había comenzado a  aprender a leer más allá de la sonrisa inocente de Kenshin. 

            "¿Oro?" 

            "¡Los Oro no van a llevarte a ninguna parte!" gruñó a través de los dientes. 

            Él sonrió ligeramente. "Sí, sessha lo oyó", contestó suavemente, su sonrisa marchitándose. 

            "¿Yo supongo... que no me permitirás ir?" 

            "Kaoru-dono", comenzó Kenshin en un tono serio. "Eres libre de ir a donde desees. Sessha no tiene potestad sobre tus acciones." 

            "Yo te conozco demasiado bien, Kenshin. ¿Planeas seguirme? Por eso estás tomando esto a la ligera", dijo ella en tono acusatorio. 

            "Oro... "murmuró, inclinándose para poner los platos secos dentro del armario, y también para esconderse del ceño de Kaoru.  

            "Yo te conozco", ella masculló, cruzando sus brazos esperando a que Kenshin terminara y la viera de nuevo. Cuando él lo hizo (aunque algo renuente), se sorprendió al encontrar su semblante cambiado. Era un cambio agradable, pero él no podía dejar de sospechar que algo se traía entre manos. 

            "Kenshin", dijo ella, su voz suplicantemente dulce. "Yo tengo una idea, pero necesito tu ayuda... " 

@ ---- 

            "¡Honestamente!" murmuró Sano enojado, caminado calle abajo al lado de Kaoru. "¡Bonsai! para encontrarse a alguien, ¡de todos los lugares tenías que escoger Bonsai!" 

            "Yo estaré bien, Sano" dijo Kaoru."Pero me alegro de que estés acompañándome..." 

            Era un cuarto para la medianoche, y la calle de Tokio estaba extrañamente oscura porque la luna decidió no premiarse en el cielo nocturno esa noche. Aunque tarde, las calles estaban lejos de ser desoladas; los hombres libertinos se paseaban por allí, acompañados por sus "mujeres". Cuando Kaoru intentó pasar de manera indiferente e insignificante, varios hombres se le habían medio acercado con los ojos brillantes. Ella se movió instintivamente cerca de Sano y los hombres solo se habían ido cuando Sano gruño amenazadoramente.

            "¿¡En que diablos estaba pensando Kenshin, cuando te permitió venir aquí por la noche y sola!?" Sano rechinó sus dientes cuando miró con fiereza las dagas que tenía un hombre que estaba coqueteando a Kaoru.

            "Yo lo convencí de que volvería bien", contestó Kaoru evasivamente. 

            "¿Qué diablos quieres?", gruñó Sano. "¿Quién es ese tipo con el que te vas a encontrar a estas horas Jou- chan? 

            "Un viejo amigo." 

            "'¡Un viejo amigo!' ¡Por Kami! Los viejos amigos no se encuentran en lugares como Bonsai." 

            Kaoru suspiró y giró sus ojos. Sano era casi una pena tan grande como Kenshin. Adelante había un restaurante que llevaba un cartel de Bonsai. Ella se volvió a Sano. 

            "Gracias por acompañarme, Sano. Ahora puedes irte... " 

           "¡Diablos yo no voy a dejarte sola en un lugar así!" protestó él. 

            "No seas tonto. Yo no te pediría que te fueras a menos que no supiera que estaré bien"

            "¿Quién va a acompañarte después?" 

            "Kenshin" 

            Sano levantó una ceja. Él empezó a protestar de nuevo, pero ella era inexorable y por fin él cedió (sólo después de asegurarse que ella había entrado al restaurante sana y salva) Cuando él se dio vuelta para irse, Kaoru lo oyó murmurando cosas incoherentes acerca de un rurouni tonto. 

            Shigeru estaba esperando por ella en una mesa en medio del restaurante. Él había llegado sólo momentos antes y se alegraba de no tener que esperar mucho tiempo. Levantó una ceja y frunció el entrecejo cuando Kaoru se presentó, sola. ¿¡Dónde diablos estaba Battousai!? ¡Ciertamente él no permitiría que su mujer se aventurase a andar por las calles de Bonsai a esas horas de la noche! No, él no podría. Él se presentaría pronto. Shigeru escondió su confusión y desanimó cuando se puso de pie y sostuvo la silla de Kaoru.

            "Gracias" murmuró ella. Él arqueó su cabeza cortésmente y regresó a su asiento. 

            "Me alegro que hayas venido, Kaoru" empezó, sonriendo cariñosamente. "Tuve miedo de que ya no quisieras verme." 

            "Sabes por que vine, Shigeru", contestó ella.  

            Los ojos de Shigeru se iluminaron en el deleite sarcástico. 

            "¿Saliste sin el permiso del rurouni?" pregunto él     

            Kaoru frunció el ceño. "Quiero respuestas, Shigeru. Me debes algunas respuestas, ¿recuerdas? " 

            "Ah", dijo Shigeru, apoyándose en la espalda de su silla. "¿Qué quiere saber señorita?" 

            "¿Por qué quisiste salir conmigo? " exigió ella, decidida a no pegarse alrededor de un arbusto. Deseando salir lo más pronto posible de ese restaurante infernal. 

            "¿Te gustaría una o dos bebidas antes?" 

            "¡Contesta la pregunta!" 

            Shigeru sonrió, divertido. Ella puede ser tan lista cuando está agitada. "Muy bien. Yo te pedí una cita porque... bien, yo estoy contratado." 

            Kaoru pestañeó. "¿Contratado?" 

            La mirada de Shigeru se fijo en la puerta con impaciencia. ¿Dónde diablos esta Battousai?  

            "Claro", serenamente bebió a sorbos su té. "Yo fui contratado para matarte, ¿ves? Y el llevarte lejos de la protección de Battousai haría mi trabajo más fácil". 

            "¿Battousai? ¿Sabes que Kenshin es... "Kaoru abrió la boca. 

            "Claro. ¿Quién no reconocería esa cicatriz en forma de cruz en su mejilla? " 

            "¿Entonces por que no lo hiciste? " pregunto Kaoru oscuramente. "¿Por qué no me mataste?" 

            Shigeru se apoyó adelante y miró fija y soñadoramente en sus ojos. "Yo no pude, Kaoru", dijo con una intensa suavidad. "Cuando me vi en aquellos mares zafiros que son tus ojos... y sentí el toque delicado de tu piel…... yo no pude" 

            Kaoru se ruborizó, desconcertada. ¡Pero yo pensé...! ¡Yo estaba tan segura que... ahhhh! ¿¡Kami-sama, que demonios le pasa!?  

            "Shigeru", Kaoru tartamudeó incómodamente. "Yo ya te dije que…" 

            Shigeru había esperado que  Battousai se presentara como incógnito en el restaurante y que no tomara un asiento lejos de su mesa para espiarlos silenciosamente…pero nadie como Battousai entró en el restaurante. Diablos. Debí haberlo sabido. Realmente el legendario Battousai no sería lo bastante tonto para enamorarse de una mujer y darles un blanco perfecto a sus enemigos... 

            "Ya sé que tienes a alguien en tu corazón, Kaoru", continuó Shigeru, escondiendo su desilusión. Su cara estaba color carmesí y con una seriedad que incluso podría engañarse a sí mismo"¿Pero tú no podrías darme una oportunidad, Kaoru? ¡Quiero decir, venga, piensa sobre él, a él ni siquiera le gustas para amante! ¿Realmente vas gastar tu juventud esperando siempre por el? " 

            "¡Ese no es tú problema!" le grito Kaoru llorado. "Y Kenshin no es…" 

            "¡Mira la manera en que él te mira, Kaoru! " persistió Shigeru. "Tú sólo eres una niña a sus ojos. Un hombre como él, un hombre que va a terminar en el infierno y peor aun, sus necesidades son las de una mujer madura y que haya experimentado bastante en la vida para entender el dolor que hay en su corazón. ¿Realmente piensas que eres tal mujer Kaoru? "

            "Si él necesitara a una mujer más madura ya abría elegido a Megumi desde hace tiempo" le dijo Kaoru enojadamente. Ella sabe que Kenshin la ama, ella sabe que sus ojos silenciosos siempre se lo dicen y no quiere dudar de ese amor. 

            "Piensas que él te ama", dijo Shigeru, leyendo su mente. "Pero él es el tipo de hombre que... que trata a todos con una compasión amorosa y una enorme bondad ¿Él te ha sostenido alguna vez en sus brazos, Kaoru? Bien, claro que lo ha hecho. ¿Pero él se ha quedado contigo después del abrazo? Claro que lo hace. Aunque él no quiere cruzar la línea, Kaoru. Eres todavía una niña" 

            Los ojos dolidos de Kaoru vacilaron momentáneamente hacia algo encima del hombro de Shigeru y Shigeru atrapó su mirada con curiosidad perspicaz. Su mente corrió procesando meticulosamente la tela y de repente todo se puso claro. Por un momento o dos miró fijamente Kaoru con puro susto. ¡... ¡Claro! pensó. Debería  haberlo sabido... 

            Aclarando su garganta indiferentemente, Shigeru recogió su taza de té de porcelana y pretendió jugar con ella en sus manos. Mirando fijamente un lado brillante de la taza, vio lo que él estaba buscando y pilló su respiración. Allí, en la especulación pulimentada de la taza, estaba sentada silenciosamente una figura pelirroja en una mesa pequeña detrás de Shigeru. 

            Inteligente, pensó Shigeru cuando miro a Kaoru con un temor renovado. ¡Battousai había estado desde el principio en el restaurante, incluso antes de que yo llegara aquí...! ¡¡Ella le hizo llegar antes que nosotros para que pudiera espiarnos en una esquina, mientras ella intentaba sacarme respuestas, había puesto a Battousai delante de mis narices...!! 

            Esta mujer... es inteligente. Yo no pude descubrir antes su plan. 

            Sin embargo... ella no sabe que yo ya lo sé. Una sombra apareció en los ojos de Shigeru. 

            "Yo lo siento, Kaoru", él se disculpó solemnemente. "Yo fui demasiado lejos. Pero es que no puedo resistir la idea de que una mujer este gastando su vida esperando a un hombre que nunca le devolverá sus sentimientos. Además, Kaoru, él no te merece." 

            "¡Que!" dijo Kaoru, con un destello en sus ojos "No eres nadie para decidir eso." 

            "Es la verdad." declaró Shigeru gravemente. "Me enfada verlo vivir bajo tú techo. Él no merece verte sonreír todas las mañanas."  

            "Detente", gruñó Kaoru.  

            "Él no merece tocarte ni hacerte sonreír. Él no merece estar contigo o incluso mirarte. ¡Kami-sama, él no merece hacer ni siquiera tu lavado! " 

            "¡Ya es suficiente!" Kaoru golpeó la mesa con el puño. "No me voy a quedar aquí escuchándote insultar a  Kenshin de esa manera. Ya sabes que él es el legendario Battousai... ¿cómo te atreves a hablar de él de esa manera? ¡Por qué el resguardo a toda la gente del Japón y ayudo a construir un futuro lejos de la violencia! " 

            "Sí, él trajo paz a Japón. ¿Pero tienes idea de cómo lo hizo? Él trajo paz a través de sangre, la sangre de civiles, Kaoru. ¿Sabes cuántas personas mató, cuánta sangre inocente vertió y dejo verter, cuántos huérfanos dejo... sólo para traer esta poca paz al Japón? " 

            Una taza de té caliente le salpicó en la cara a Shigeru. Él lo vio venir, no reclamó, y permitió que el líquido caliente goteara por su cabello y cara. Una expiación, para las palabras él le dijo. 

            "Ya he tenido bastante de ti" susurró Kaoru, sus ojos luminosos por las lágrimas de dolor. Su respiración era desigual cuando se puso de pie y caminó alejándose. Cuando ella habló de nuevo su voz todavía era un intenso cuchicheo. "No quiero verte de nuevo mas nunca, déjanos a mi y a Kenshin en paz" 

            Shigeru, con un remordimiento extraño, miró apenado a Kaoru que salía rápidamente del restaurante. 

            "Perdóname, Kaoru" murmuró él bajo su respiración. "Yo no había querido herirte, sólo a Battousai". 

@ ---- 

            Kenshin camino lentamente detrás de Kaoru. Los dos estaban agradecidos por la oscuridad que ocultaba sus crudas emociones. Kaoru escondió su angustia y su tristeza mientras Kenshin ocultaba su agonía y vergüenza con golpes ardientes. 

            Ella le dirigió una mirada a él y sintió un súbito dolor en su corazón. Su cabeza se arqueó, él parecía absolutamente desalentado cuando intentó esconder su dolor frente a ella. Pobre Kenshin... las lágrimas se recargaron a en sus ojos cuando lo continuó mirando fija y suavemente. No es verdad... lo que Shigeru dijo no era verdad... Un hombre no debe ser juzgado por sus pecados, pero el se lastima por esos pecados. Y ese hitokiri ya no existía ¿no?, Kenshin era el más amable y más noble de todos los seres. 

            Ella sintió una súbita ola de amor por él y extendió su mano hacia él. Su mano dudó en pleno vuelo, incierto de exactamente qué hacer, y ella la retiró. ¿Cómo le dices a un hitokiri que almacena todo el dolor y culpa dentro de su corazón que eso no les devolverá la vida a sus víctimas? ¿Cómo le dices a un asesino que se perdone por sus pecados del pasado? ¿Y por último... cómo le dices a un rurouni absolutamente desmoralizado que su amor es profundamente anhelando y que deseas compartir su carga con él? 

            Así que absorta y afligida en sus pensamientos, Kaoru no notó a dos hombres que se le acercaban, hasta que uno de ellos la agarro por la muñeca. Kaoru abrió la boca y miró fijamente a su aprehensor. Algunos seis pies de alto, tenía el pelo oscuro aceitoso y una mueca dentuda. Él sonrió con desprecio. 

            "No te había visto antes", él la examinó de arriba abajo lujuriosamente. "Esto es incomparable. Yo soy normalmente amigable... y  er…, familiar con las mujeres que hay por aquí." 

            Kaoru hizo mueca a su aplicación de la palabra 'familiar', pero ella guardó su calma y dignidad. "Por favor ponga sus manos lejos de mi" dijo ella, su voz escasamente civil. Cómo ese bastardo podía confundirla con una... 

            Él comenzó a presionar más su muñeca. "¿Oh, cariño, nosotros no nos habíamos visto antes? No hay ningún problema, me gustan enérgicas. ¿Cuánto…? " 

            "¡No la toques!" dijo Kenshin con un gruñido bajo, asesino. Él alzó su cabeza a y bajo su melena roja reveló una luz ambarina… intensamente mortal.

            El hombre, casi un pie más alto que Kenshin, miró al pequeño pelirrojo desdeñosamente. "Éste es mi distrito, muchacho. Permitiste que tú mujer vagará por aquí a estas horas de la noche, y ella tubo la fortuna de encontrarse conmigo para hacerme disfrutar, naturalmente"

            Antes de parpadear, Kenshin ya tenía su espada en la garganta del hombre. Ajeno a sus movimientos, Kaoru oyó un sonar de armas, el corte de carne, un gruñido desbocado, y de pronto encontró el brazo izquierdo de Kenshin firme,  alrededor de su cintura. Sin advertir él la apretó fuertemente contra si (tan fuerte que el aire difícilmente entraba en sus pulmones) y sintió su respiración. Instintivamente, ella rodeó sus brazos alrededor del cuello del rurouni y se sostuvo firme; ella logró vislumbre a dos hombres que estaban bajo un charco de sangre, esforzándose para poder levantarse. 

            Kenshin aterrizó fácilmente en un tejado cercano, y cuanto su pie tocaba el tejado él saltaba a otro de nuevo. No se detuvo hasta estar a buena distancia, fuera de las calles infames de Tokio. Él finalmente se quedo quieto en el medio de una calle desolada en un barrio respetable, y suavemente puso a Kaoru en la tierra. 

            Ellos permanecieron en su posición por un largo tiempo, sus brazos que la envolvían en un abrazo sutil y cariñoso. Cuando sintió que él comenzaba a soltarla se aferró obstinadamente a él, prolongando el momento. Permíteme ayudarte, Kenshin, rogó ella silenciosamente cuando enterró la cara en su hombro. ¡Yo no puedo ser tan bonita como Tomoe, o tan madura como Megumi, pero yo no te amo menos! Onegai... 

            Suavemente pero educadamente, él desenredo sus brazos de ella y caminó hacía atrás, él arqueó su cabeza. Los ojos de Kaoru rebosaron en lágrimas. 

            Kenshin... 

            Él no la miraba. Sabía lo que vería en sus eternos ojos azules: dolor, anhelo, reproche, y lo peor de todo... amor. Yo lo siento, Kaoru-dono. Él tenía razón. Yo no merezco nada de esto. Yo no te merezco a ti, no tengo derecho a ver tu sonrisa, cuando todas las personas que yo he matado están pudriéndose en sus tumbas... Cuando todas las viudas que yo he dejado están llorando sobre  sus maridos muertos... 

            Perdóname, Kaoru. 

            El pelo de Kaoru se ensombreció bajo su rostro. "Kenshin…" dijo ella suavemente. "¿Tú me has mirado alguna vez como mujer, Kenshin? No como una muchacha inocente a la que necesitas proteger, o la deidad a la que le rindes culto desde lejos, ¿solo como a una mujer?" 

            Ella le buscaba su respuesta, sus lágrimas vertiéndose bajo su cara de tal manera que hizo que su corazón doliera. Claro te veo así, él pensó, con su corazón en su garganta. Incalculables veces. 

            Kaoru enterró la cara manchada en lágrimas en sus manos. "Kenshin... si no me ves así, entonces sugiero que me lo digas pronto." 

            Con eso, ella se volvió de él y corrió calle abajo hacia su dojo, dejando a un rurouni pelirrojo mirando fija y apologéticamente la lejana figura de ella en la noche sin luna. 

@ ---- 

La Nota de autor: Un poco triste, supongo, pero esto no va a ser siempre deprimente, va a haber humor, yo lo aseguro. ¡Por favor dejen sus reviews * olfateo *: (Y por favor no odien Shigeru demasiado! Él se redimirá en el futuro (yo espero)... 

Notas de la traductora:

Bueno si, gomen, gomen, gomen se suponía que tenía que tener listo este capitulo hace mucho pero no había podido subirlo, espero que me este quedando bien.

Hay una aclaración que dio la autora como respuesta a un reviews, le preguntaron si Kenshin fue quien mató a los dos hombres, y Dora-chan le respondió que no, que Shigeru aun no ha despertado a Battousai (aun no…).

Cualquier duda me lo comunican, ya saben mi email y si no POR FAVOR, dejen un mensaje, solo aprietan ese lindo botoncito lila de abajo y digan que tal les parece.

PD: Saku, gracias por tu mensaje, de verdad apreció tu consejo, voy a tratar de estar más pendiente para que no me vuelva a ocurrir lo mismo (¬¬ ella si sabe hacer comentarios constructivos no como tú ¡¡¡Si Hotaru es contigo!!!)  Muchas  gracias por tu mensaje Saku- san ^ -^

Y gracias también a vicky, pamky, Rin, Somi, Megumi, Susy  por sus mensajes y tengan por seguro que les llega a la autora…. ^^

Kary

Ja ne