Capítulo XV: Viajes en el tiempo
Se hallaba tendido en una alfombra voladora. Un fénix volaba a su lado. Alguien le había echado agua fría en el rostro para que despertara.
-¿Dónde estoy?
-A salvo- contestó Ron
-Vamos a casa, Harry-dijo Hermione-A Hogwarts.
Harry miró hacia abajo, nunca había tenido vértigos; estarían a cien metros de altura. Abajo se alcanzaba apenas a ver un pequeño poblado muggle.
-¿Cómo es que no nos ven?
-Fijamos la vieja capa invisible de Dumbledore por debajo a la alfombra. Él ya no la usa. Puede volverse invisible a voluntad.
-¿Qué pasó? ¿Cómo fue que no morí? Él estaba allí.- preguntó Harry, aún confuso. No entendía absolutamente nada. Los rostros de Ron y Hermione cruzaron una mirada un poco tensa. Tensa y rápida.
-¿Le dices tú o yo?
-Tú
-Tú
-Ok, yo.- desistió Ron- Harry, la verdad es que si moriste.
Harry, que estaba mirando al borde de la alfombra, casi se cae.
-A ver, entendí mal ¿Dicen que yo me morí?
-¡No sabes explicar las cosas!-regañó Hermione a Ron.- En nuestro tiempo, tu estabas muerto, ya no. Impedimos que Quien-tu-ya-sabes te matara. Dumbledore nos autorizó, dijo que.que sin ti, ya no habría posibilidad de vencerlo, vaya a saber uno por que. Venimos del futuro.
Harry casi vuelve a caerse.
-¡No sabes explicar las cosas!-remedó Ron a Hermione.
-Vale, chicos. No hace falta que peleen por eso.
-A propósito- comentó Ron, dándose importancia- No creerás que vinimos así nada más ¿Eh? Estamos tres meses en nuestro pasado, un viaje muy largo como para usar giratiempo. Pero antes de explicar.¡Mira! Ya llegamos.
Abajo se veían las copas de los árboles del bosque prohibido. Luego de aterrizar, Hermione apuntó a la alfombra con la varita, murmuró "Deprendus" y una capa invisible se soltó de debajo de ella. El fénix se posó en tierra y se convirtió en una bellísima mujer.
-¿Profesora Delacour?
-Sí "Hagui". "Considegué" conveniente "venig", "podgían pgesentagse" algunas complicaciones. Además, me necesitan "paga volveg "a "nuestgo pgesente". Tu futuro
Tronó los dedos y al instante aparecieron en una salita no muy grande, con líquidos extraños en frascos y pequeños cofres en las repisas. Tenía unas cuantas repisas vacías, papeles y pergaminos por todos lados y un extraño símbolo dibujado en el suelo.
-¿Dónde estamos? Aguarde, si aparecemos aquí. Uno no puede desaparecer en Hogwarts a menos que.
-¿De que "cgees" que es esto?-le preguntó sonriendo, mientras le tendía un anillo de plata, con una gema blanca en el centro.
-¿Ojo de dragón?
-"Clago", ¿Cómo si no? Vengan, pónganse aquí- Dijo señalando al símbolo del suelo. Una vez que lo hicieron, extendió los brazos hacia el Suroeste y pronuncio un largo conjuro, en una lengua que no conocían. Hubo un estallido de luz azul y se empezaron a elevar grandes lenguas de fuego, como si se tratara de polvos flú. Y en unos segundos, todo había pasado.
-Ya terminó- explicó Hermione-este cuarto permite hacer múltiples conjuros, que en cualquier otro lugar no funcionarían; Viajar en el tiempo y el espacio; ocultar cosas.
-Oye, Harry, se nos había olvidado comentarlo, de julio a octubre, ¡creciste mucho! ¡Ya casi eres tan alto como yo!- exclamó Ron. Los tres rieron de buena gana. Sí, ya todo era como antes.
-Una pregunta. ¿Por qué no nos escribiste?
-¡Si les escribí! No creo que haya sido Hedwig, ni con Si.- miró a Fleur de reojo, y corrigió- Hocicos se perdía.
-Esto me huele a chamusquina, "Hagui".- dijo Fleur- ¿Dices que rastrearon a tu lechuza una vez? Nada impide que lo hayan vuelto a hacer.-volvió a tronar los dedos, murmurando "Apareccio". En un segundo, estaba ahí su baúl y Hedwig en su jaula. Fleur examinó detenidamente a la lechuza.
-Si, me lo temía. Han "gastgeado" a tu lechuza. Ya no más.-extrajo un delgado aro dorado de su pata, que harry no había notado.-Vamos "Hagui", el "pgofesog Dumbledog quiegue veglos".
Al llegar frente a la gárgola, Fleur murmuró "Edro", la gárgola se apartó y la puerta se abrió.
-¿Qué dijiste?
-Dije "abgete" en Alto Élfico, un idioma que ya no se gecuegda. No, no el de los elfos domésticos. Quizá tenga opogtunidad de sabeg más de ellos este tgimestge.
Capítulo XVI: Nuevamente en Hogwarts
Allí, Dumbledore les aclaró:
-Sólo recordarán todo los que hayan estado en el secreto: Tú Harry, Ron Hermione, Fleur y yo. Nadie más, para el resto será como si nunca hubiera sucedido. ¡Ah! Y Harry, conseguí que la Orden del Fénix te dejara volver, no tendrás que esconderte.
-Disculpe profesor, ¿Qué exactamente es la Orden del Fénix? Digo, yo la vi como tribunal, pero parece que es mucho más que eso.
-Verás Harry, la Orden del Fénix es un grupo de magos muy importantes: Magos Aurores. No se reúnen sino por casos de extrema gravedad. Lo que viste el año pasado en el pensadero fueron todos juicios realizados por la Orden del Fénix. Se formó con el objetivo de derrotar a Artemius Grindewald en el año 1945.La verdad, no sé por qué Severus te llevó hasta allá, debería haber esperado mi regreso.-añadió pensativo.
-Quizá tenga que ver.hay un Prof. de Hogwarts que intenta controlarme utilizando un Ojo de Dragón. Con su permiso, sospecho de Snape.
-El Profesor Snape, Harry.
-Vale. Bueno, él mintió en el tribunal para hacerme expulsar.
-Y nosotros somos testigos-Exclamaron a dúo Ron y Hermione. Estos explicaron la verdadera historia a Dumbledore, quien frunció el ceño, y se limitó a contestarles en forma algo evasiva:
-Mmm, bueno es tarde y vuelven de un viaje. Vayan a dormir, chicos.
Más tarde, Hermione y Ron le contaron a Harry que Dumbledore había sido el primer presidente de la Orden del Fénix, de hecho, él la había formado, pero al asumir como director de Hogwarts, decidió deponer el cargo.
Las clases seguían igual que antes. Michael Camus seguía dando pociones. Snape había desaparecido, junto con Draco Malfoy. En consecuencia, los de Slytherin casi no se metían con los de Gryffindor durante las clases: habían perdido al que les indicaba como, cuando y con qué molestar a los demás.
Una semana después, Dumbledore anunció en el desayuno:
-En vistas de que en poco más de una semana es día de San Valentín, hemos decidido celebrarlo.
Se oyeron abucheos y expresiones de descontento en todo el salón. Probablemente, los alumnos de cuarto curso hacia arriba recordaban la desastrosa intervención de Gilderoy Lockhart cierto día de San Valentín, hacía dos años.
-.No, no. Así no, sabemos lo que opinan sobre lo que ocurrió hace un par de años. No se hará así, habrá un baile. Lamentándolo con el alma, sin pareja no pueden venir.
Si antes habían protestado, ahora casi todos aplaudieron. La profesora Mc Gonnagall exclamó:
-¡Silencio!- y todos se calmaron. Se dirigió al Prof. Dumbledore, susurrándole - Albus, te dije que iba a ser escandaloso; y no creo.
-Minerva, los alumnos han tenido un año muy pesado, merecen un descanso. Y como no lo hicimos en Navidad.
-Está bien.
Harry se sintió mareado. ¿Pasar otra vez por lo mismo que el año anterior? Miró a su lado y vio que Ron no se hallaba en mejor estado. Esa noche, en el dormitorio, ambos sufrían de insomnio. Harry preguntó:
-¿Con quien piensas ir?
-No lo sé.
-¿Qué tal con Hermione?- preguntó Harry, alargando la palabra. Ron se puso tan rojo, que parecía una lámpara en medio de la oscuridad de la pieza. Pero insistió:
-No lo sé. ¿Y tú?
Harry pensó inmediatamente en Ginny, pero Ron últimamente se había mostrado algo sobreprotector con su hermana. Así que contestó:
-No, yo no sé tampoco.
-Ok, para mañana tenemos que tener a alguien, no quiero que suceda lo mismo que el año pasado.
-Pues no es nada fácil.
-Tienes razón. Estaba pensando.¿No crees que somos un poco tímidos?
-¿A qué te refieres?- preguntó Harry, soltando la carcajada.
-Mira, es difícil de explicar.
-¡Habla ya!
-Ok. Harry ¿te das cuenta? Tenemos 15 años y aún no hemos dado el primer beso. Es un poco raro ¿No?
Harry se puso serio. Miró a Ron como si nunca le hubiera visto antes y le preguntó:
-A ver Ron, si bebiste demasiada cerveza de mantequilla en la cena, o tienes fiebre, te comprendo.
-No, no. Hablo en serio.
-¿Qué? ¿Pasó algo con Hermione mientras no estaba?
Ron se enojó. Harry podía ver su rostro aún mas ruborizado que antes.
-¡¿Por qué insistes que con Hermione?!- gritó- ¡A mi no me gusta ella!- Neville dejó de roncar, y se dio vuelta en su cama.
-Sí, sí. Seguro. Mejor vamos a dormir, antes que se despierten los otros. Hasta mañana.
-Buenas noches Harry.
Por otro lado, en la habitación de las chicas, el proyecto estaba siendo bastante discutido.
-.Pero ¿Por qué no vas con él? Dame una razón.- insistió Parvati a Hermione- Hacen una linda pareja.
-¡Pero si a mí él no me gusta!- exclamó Hermione- ¿Qué quieres que haga? Me gusta.
-Vamos, suéltala.- La apremió Lavender.
-Total, nadie va a decir nada a nadie.
-Su mejor amigo.-susurró con un gesto teatral, en voz tan baja que apenas se le oyó.
-¡No!
-¿En serio?
-¡Sabía que se lo tomarían así!- exclamó enojada, cerrando las cortinas de su cama- ¡Buenas noches!
-No, es que cuando me dijiste, creí que era al revés. ¿Por qué no le pides que vaya contigo al baile?
-Creo que moriría de vergüenza.Pero.creo que le podría decir en la próxima salida a Hogsmeade.
-Bien dicho.
A un tiempo simultaneo, en ambos dormitorios se apagaron las luces.
Capítulo XVII: La duda
Al día siguiente, Harry recibió la siguiente nota al desayuno:
Querido Harry:
No te preocupes, Dumbledore nos contó todo, aunque fue difícil de creer, sobre vuestro viaje en el tiempo. Me alegra que hayan podido impedirlo, chicos. Remus te envía saludos.
Ayer salí de viaje hacia el norte, buscando a Pettigrew. Tengo indicios de que se encuentra cerca de los lagos escoceses, donde me encuentro ahora, y quiero atraparlo para comprobar mi inocencia.
Quiero verlos, a ti y a Ron en vuestra próxima salida a Hogsmeade. Nos reuniremos ya- saben- donde. No llevéis a Hermione.
Sirius
PD: envíame a vuelta de lechuza la fecha de la salida.
Ron se levantó a mirar la pizarra de anuncios en la entrada del Gran Salón. Volvió rápidamente y le dijo a Harry:
-Este fin de semana hay salida.
-Está bien, le contestaré- garabateó una nota que ató a la pata de Hedwig.
La nota era bastante corta y decía lo siguiente:
Sirius:
Todo bien por aquí, la próxima salida es este sábado.
Harry
-¿Por qué no querrá que llevemos a Hermione?
-No lo sé.
Esa noche, Dumbledore mandó a llamarlo a su oficina. Le contó que Sirius le había escrito a él también, y lo autorizó para ir a Hogsmeade ese fin de semana. Lo encaminaría la profesora Mc Gonnagall, que lo dejaría en las afueras del pueblo. Los días pasaron a una velocidad relativamente lenta hasta el sábado. A pesar de que aún se encontraban en invierno, el sol brillaba y la poca nieve que había caído ya se había derretido. Un buen anuncio de la primavera que se acercaba, aunque ese año comenzaba a ser demasiado seco. Harry, Ron, Hermione y la profesora paseaban por las callejones del pueblo. Dejaron a Hermione en una librería, y la profesora los llevó hasta la salida, donde los esperaba un perro al que reconocieron enseguida.
-¡Sirius!
-Buena suerte, Potter, Weasley.- dijo la profesora Mc Gonnagall, y en un inesperado gesto de jovialidad, les guiñó un ojo. Luego, como arrepentida, dio la media vuelta y desapareció. El perro asintió con la cabeza y sin decir una palabra (Obviamente, un perro no puede hablar) los condujo a la misma caverna que habían conocido el año anterior. El perro se convirtió en un hombre alto y delgado con un pequeño estallido.
Sirius se veía casi tan desmejorado como cuando había escapado recién de Azkaban. Su piel estaba amarillenta, sus ojos apagados, y había enflaquecido mucho.
-¿Cómo están, muchachos? Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos. Remus quería venir también, pero no pudo.
Hasta su voz sonaba extraña, sonaba entre apagada y ahogada. Harry miró con pena a su padrino, pero preguntó:
-Eh, ¿Hay alguna razón en especial por la cual nos hayas citado aquí?
-Varias. Pero primero ¿Es cierto que se celebrará un baile en Hogwarts? ¿Tienen ya pareja?
Los dos negaron con la cabeza. Sirius suspiró:
-Vaya, que lástima.
-Oye Sirius.-comenzó Harry
-¿Sí?
-Mira, es que Remus.Cuando vio a la profesora Poly, él la saludó como si se conocieran de toda la vida, pero ella fue muy fría con él, ¿Qué ocurrió con eso?
-¿Cómo dices que se llama? ¿Laura Poly?
-Sí.
-Esta bien, pero yo no tendría que contarles esto. Laura Poly y Remus fueron amigos de toda la vida. Mas o menos en quinto, la cosa pasó de ser una simple amistad. Pasaron los años, y al salir del colegio, Remus decidió proponerle matrimonio a Laura. El problema fue cuando ella descubrió que él era licántropo. No por discriminarlo- añadió rápidamente al ver la cara de Harry- más bien enojada porque le había mentido todos esos años, terminó con él. Remus no había vuelto a verla hasta ahora. Supongo que debe pensar que aún podría recuperarla.
-Es triste.
-Mucho. Hablemos de algo positivo.- Dijo cambiando el tema de pronto, como si recordara algo- ¿Cómo va el Quidditch?
-¡Ah! ¡Harry, con tanto ajetreo, olvidé contarte! Primero: Soy el nuevo guardián de Gryffindor. -exclamó Ron, rebosante de orgullo.
-¡Genial!
-Segundo: Los bateadores son los Hermanos Creevey. Y son bastante buenos. Tercero: Las cazadoras de este año son Ginny, Karla Winslet, que va a tercero y Mary Collins, de séptimo. Era la mejor para el puesto, pero el próximo año habrá que cambiarla. Lástima.
-¿Y buscador?- Preguntó Harry, con la preocupación visible. Temía que lo hubieran reemplazado. Ron chasqueó la lengua, cabizbajo.
-No hemos encontrado a nadie que te iguale, Harry. Seamus se ofreció pero dijo que sería hasta que tu llegaras. No teníamos a nadie más, así que lo pusimos. Perdimos el primer partido: Gryffindor contra Ravenclaw por cincuenta puntos. ¡Ah! Y dejé lo mejor para el final. Adivina quién será el nuevo capitán.
-¿Tú?
-No, tú. Mc Gonnagall dijo que apenas llegaras, ocuparías tu puesto.
-Felicidades.- manifestó Sirius - Tu padre también fue capitán y buscador. Estaría orgulloso de ti.
Harry sentía una sensación extraña. ¿Él? ¿Capitán del equipo, como su padre?
-No sé si estaré preparado.
-¡Claro que sí!-contestó Ron- De tres temporadas jugadas, sólo has perdido un partido. Ni mi hermano Charlie puede decir eso.
-¿Cuándo será el próximo partido?
-En poco más de un mes. Debió haber sido antes, pero se retasó.
-Yo que tú- comentó Sirius- empezaba a preparar desde ahora al equipo. Son todos jugadores nuevos.- Miró el reloj y exclamó- Es tarde, deben ponerse en marcha ahora si quieren llegar a Hogwarts antes del anochecer.
Sirius los acompañó hasta los lindes del bosque en forma de perro. Antes de cruzar el límite, Sirius aprovechó que Harry había quedado un poco atrás y se convirtió en hombre.
-Espera Harry, hay algo más.- su voz sonaba como si le costara sacar las palabras- Tu madre me confió.algunos documentos. No los tengo yo, están en un cuarto secreto de las mazmorras.
-¡Harry, vámonos ya!-gritó Ron, mucho más adelante que ellos.
-Espera, te lo diré en la próxima salida. Vete ya o alguien me verá.
-Adiós Sirius
-Adiós Harry.
Sirius volvió a tomar forma de perro y, dando la vuelta, se perdió en el bosque.
-¿Qué quería decirte?
Por alguna razón, Harry no quiso contarle a Ron lo que le había confiado su padrino, de modo que respondió con una sonrisa un tanto forzada:
-¡Ah! ¡Eso! No, nada importante, solo un consejo sobre como ligar chicas.
-¿Por qué no me dijo a mí también? - se lamentó Ron- Creo que los necesitamos. ¿Aún no tienes a nadie con quien ir al baile?
-No.
-Debemos apurarnos, falta sólo una semana.
-Si.creo que hoy le diré.- pensó Harry en voz alta, olvidándose de con quien se encontraba.
-¿A quién?
-No tiene importancia.-se apresuró a decir Harry.
Siguieron caminando y Ron entró al castillo. Harry se quedó, con el pretexto de dar una vuelta. (aunque estaba cansadísimo)
Se sentó en un banco a descansar y una imagen mental, al principio borrosa, empezó a hacerse cada vez más clara. Nada que ver con Voldemort. Una figura etérea al atardecer, sentada a la orilla de un lago, vestida de blanco entre las flores. Y esa figura tenía los cabellos rojos.
Harry hizo un gesto con las manos, como para apartar el pensamiento. Se había descubierto a sí mismo pensando así varias veces al día. Y de pronto, aunque no quería aceptarlo, comprendió. se dirigió a la orilla del lago, entre los saucedales. Si, allí estaba Ginny. Se aproximó.
-¿Ginny?
Ginny se dio vuelta y se ruborizó mucho al ver a Harry. Con él presente, recordaba con mayor claridad aún todo lo que le había dicho antes de se fuera. Y no le había vuelto a hablar desde entonces.
-¿Sí?- contestó con una nota de emoción en la voz.
-Tu.¿te gustaría ir al baile conmigo?- Y como por arte de magia, la lengua no se le trabó.
Ginny lo miró estupefacta, con los ojos muy abiertos. Harry interpretó ese gesto al revés y dijo rápidamente:
-Bueno.si no quieres.
-Claro que sí.
-Bueno.entonces.¿Qué dijiste?
-Que por supuesto que quiero ir contigo.
Harry la rodeó con los brazos, quería besarla. la tenía a sólo unos centímetros. Pero escuchó unas pisadas atrás de él, y se dio cuenta de que alguien los observaba.
-¡Eh! ¡Harry!
Harry volteó, bastante ruborizado. Hagrid había presenciado toda la escena.
-Eh.te veré luego, Ginny.
-Adiós- musitó esta, aún sin poder creer su suerte.
Harry encaró a Hagrid.
-¿Qué haces aquí?-cuchicheó, visiblemente incomodo.
-Mi trabajo-contestó Hagrid alegremente-¿Qué no lo recuerdas?
-Sí, pero.
-No te preocupes, no le diré nada a nadie.
-Gracias Hagrid
-Bah, no será un problema. Pero mejor entra a cenar; el clima aún no está como para andar fuera a esta hora.- le dijo guiñando un ojo.
Harry entró al castillo. En la cena, nadie hablaba mucho; pues Ron y Hermione habían vuelto a pelear y Harry no sabía por qué.
Una vez metido en su cama, se puso a pensar. Su primer pensamiento fue que, en realidad, el día no había sido para nada malo. Pero muy pronto, otro más urgente le ocupó todo: ¿Qué había querido decir Sirius con "Documentos"? ¿De su madre? ¿Sería en uno de esos cofres que había visto en el cuarto secreto? No podía dormir, así que decidió mandarle a Sirius una lechuza para preguntarle por escrito.
Se levantó con la capa invisible y luego de enviar a Pig con una nota, bajó las escaleras. Al pasar frente del despacho de la Profesora Mc Gonnagall; al lado de la Sala Común, oyó voces discutir:
-¡Harry- y al oír su nombre, el propio Harry dio un respingo- no puede saberlo! ¿Sabes el shock que le provocaría, Albus?
-Mayor razón, Minerva, para decirle cuanto antes. Semejante cosa no puede quedar oculta, porque era su madre.
-¡Albus! Siento pena por el pobre muchacho. ¿Cómo te enteraste?
-Sirius Black. En su última lechuza, me dijo que en el testamento de Lily mencionaba ciertos papeles y notas sobre su pasado, que quería mantener ocultos hasta que le llegase la hora. Pero no especificaba nada más. Sólo decía que estaban ocultos en algún lugar de Hogwarts. Busqué por todos lados hasta que se me ocurrió bajar a la Cámara de Merlín, ya sabes que está llena de cofrecillos con llave. Tenían un hechizo anti abridor; tuve que romper el que tenía la etiqueta "Lily Evans"
"¿Evans?" Pensó Harry "¿Ese era el apellido de soltera de mi mamá?"
-¿Y?-apremió Mc Gonnagall- ¿Qué exactamente eran esos papeles?
-Un diario de vida.aguarda. No, no tiene importancia, sólo creí escuchar a alguien. Vamos a dormir, Minerva. Son pasadas la una de la madrugada.
-Una última pregunta. ¿Dónde los guardaste?
-Se los confié a Filch. No los dejé en mi despacho; demasiada gente conoce la contraseña.
-Está bien. Buenas noches, Albus.
-Buenas noches Minerva.
De repente, en medio de toda la confusión y duda que le había causado la conversación; Harry recordó que Dumbledore iba saliendo. Y recordó también que podía ver a través de capas invisibles, como había comprobado en primero.
Le dijo a toda velocidad la contraseña a la Señora Gorda, que refunfuño por la hora a la que la molestaban, y entró a la misma velocidad a la Sala Común. Subió a la habitación. Pensaba en un principio contarle a Ron todo lo que había escuchado, pero luego decidió que este era un asunto que solo le incumbía a él. No podía dormirse, sólo lo logró cuando se juró a sí mismo que la noche siguiente iría a escarbar en la conserjería de Filch, para ver si podía encontrar el diario.
Al día siguiente, a Harry le dolía todo, y no podía concentrarse en ninguna cosa de lo que hacía. Sólo tenía una cosa en mente: El diario de su madre.
-¡Pero si es muy fácil!-le había dicho Ron, asombrado de que Harry no pudiera transmutar al gato en cuervo; en clase de Transformaciones.
-Tengo otras cosas en mente, además-le contestó Harry, algo molesto- ¿No es Hermione la que usualmente dice "¡Pero- sí- es- muy- fácil!"?
-¡No es cierto!- contestó Ron, poniéndose rojo.- Ella no es así, ella.- se tapó la boca con las manos.
-¿Ella que?- preguntó Hermione, que había estado trabajando con Neville.
-Nada-contestaron Harry y Ron al unísono.
Esa noche, Harry se puso su capa invisible y salió con todo sigilo de la Sala Común. Se encaminó a la conserjería de Filch, que estaba vacía. (Filch y su apestosa gata estaban haciendo la ronda)Buscó en el armario y no encontró nada. En una cajonera, en el archivador y en los tres cajones que estaban abiertos del escritorio, y tampoco funcionó. Probó con el cuarto y no se abría. Sacó la varita, murmuró Alohomora y no se abría tampoco. Probó forzar la cerradura con un alambre, había montones de chatarra amontonada en una esquina, (ya estaba convencido de que estaba allí) y el cajón se abrió. En efecto, allí se encontraba una libreta con candado, encuadernada en rojo, que ponía con letras plateadas: "Diario Secreto de Lilian Evans". Cogió el cuaderno, dejó todo lo demás en su lugar y salió de la conserjería esquivando por un pelo a Filch; aunque la Señora Norris miró hacia donde estaba Harry como si sospechara algo.
Cuando Harry llegó a la Sala Común, escogió una butaca cerca de la chimenea (El fuego siempre estaba encendido) y, usando el hechizo "Alohomora", abrió el diario.
Capitulo XVIII: El Diario
Hojeó un buen rato; el diario estaba escrito con tinta verde, el papel era satinado, y un aroma a lirio casi imperceptible salía de las páginas. En el principio, desde tercer curso, había casi solamente cosas acerca su grupo, Las Merodeadoras. Echaba pestes de la profesora de Adivinación, planeaba sus salidas nocturnas, anotaba recetas de pociones. Con cada página, Harry descubría cosas nuevas acerca de la personalidad de su madre. Era una lástima, pero decidió dejarlo para más tarde, no era eso lo que había venido a buscar. Hojeó hasta quinto curso. Las cosas habían cambiado. Su pandilla se había roto y vuelto a unir, estaba enamorada de James. Se fijó especialmente en un titulo que empezaba:
"Domingo, 4 de marzo de 1976
Querido Diario:
Me asaltan las dudas, y no estoy bien. Hay cosas que uno no puede contarle a nadie. Por ejemplo, ayer, cerca de la medianoche, venía de Hogsmeade con Any y el resto de las chicas. Escuché a Dumbledore hablar con Sabrina Sinclair algo sobre mis 'Padres biológicos'. ¿No querrá decir que.? No, no puede ser cierto, no puede. Los demás no escucharon nada, y eso también me preocupa ¿Habré estado desvariando? No lo creo... Además, me falta conseguir demasiados ingredientes para la poción que haré con las chicas la próxima luna llena.
Lily"
"Sábado 7 de marzo de 1976
Querido Diario:
La duda me carcome, ahora que me puse a averiguar sobre algo que Dumbledore mencionó. un hechizo muy difícil que se usa para saber quienes son tus padres. Ando distraída, y no parezco yo. le pediré la capa a Jim, y me iré a hurgar en la sección prohibida de la biblioteca. Recuerdo. Hay algo que no le he contado a nadie. Cuando iba en primero, el Sombrero Seleccionador estaba empeñado a enviarme a Slytherin. Me costó bastante convencerlo de que no lo hiciera; pues yo había conocido a los otros en es tren, y también a esos pesados de Slytherin: Lucius Malfoy y compañía. Y yo escuchaba esa vocecita en mi oído, que me decía: 'Estás segura que no quieres ir a Slytherin? Podrías ser muy poderosa, lo tienes todo en la cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino a la grandeza. esa es la sangre que corre por tus venas. aunque veo determinación. una muchacha rebelde ante su destino." La verdad, el poder jamás me ha atraído demasiado, de modo que pensé con toda mi fuerza 'Slytherin no, por favor, Slytherin no' El Sombrero no quería, pero finalmente me eligió para Gryffindor. Estoy segura que tiene algo que ver con todo esto, pero no podría decir por qué. De hecho, ni siquiera me acordaba de esto, sólo ahora.
Lily"
Harry sintió un sudor frío en las manos, y estuvo a punto de cerrar el diario y dejarlo para otro día. Su confundida cabeza comenzaba a cuestionarse varias cosas. La primera: ¿Por qué a su madre le había pasado exactamente lo mismo que a él? Se obligó a seguir leyendo, tenía que terminar lo que él mismo había empezado.
"Viernes 13 de Marzo de 1976
Querido diario:
Es horrible. y me siento muy mal. Soy una persona sin identidad. No sé ni siquiera de donde vengo, ni como me llamo en realidad. El lunes saqué el libro, pero no logré sino hasta hoy hacer la poción bien, y realizar el hechizo. Se necesita un espejo, una vasija de piedra, dos etiquetas y 250 ml de pluma de Pegaso deshecha en hidroplata, y polvo de cuervo de bicornio diluido en aurum potabile. Mojar un espejo en el líquido, depositar el resto en un cuenco de madera, y sumergir dos etiquetas. Pero en el espejo no apareció ninguno de mis dos 'padres', si no dos estudiantes, como de dieciséis años, de Slytherin y Gryffindor, por lo que pude ver en las túnicas. Luego para terminar, puse las dos etiquetas en el líquido y en una de ellas apareció 'June Müller' y en la otra, que no alcanzó a aparecer por completo, 'T.R.'. No sé quienes son, ni me interesa. en todo caso pongo sus descripciones, para no olvidarlas El muchacho era alto, delgado, de pelo negro y ojos muy verdes. Se parece un poco a Jim, pero no usaba anteojos. La chica era pequeña y delgada, con el pelo rojo como el mío y los ojos grises y brillantes. casi lloro al verla. era igual a mí. Luego de la forma en que traté a algunos de mis amigos, al estar preocupada, esto no lo contaré a nadie. ni siquiera a Jim. Nadie más debe saberlo
Lily"
En este punto de su lectura, Harry estaba mudo por la impresión. ¿T. R.? ¿Tom Ryddle? Aún si hubiese sido un alcance de nombres, Lily, su madre, había anotado su descripción en el diario. Era exactamente la misma del recuerdo que Harry había visto en otro diario, el de Tom Ryddle, en segundo. Y si Voldemort era el padre de Lily, entonces era su. no, ni pensarlo. ¡Si él incluso la había matado!
No quiso seguir leyendo. No podía creer lo que acababa de leer. Y la luz se hizo en su cerebro: El Sombrero no había querido mandarlo a Slytherin porque Voldemort le hubiese transferido algunos de sus poderes, si no porque él los había heredado. Con mucha razón Mc Gonnagall no había querido contarle, hubiese sido preferible no haberse enterado. Intentó serenarse, diciendo que era una coincidencia, de que estaba haciendo suposiciones que probablemente tenían poco o nada que ver con la realidad. sin saber por qué, tenía la impresión de estarse mintiendo a sí mismo.
Bastante mareado, a tal punto que se sentía completamente perdido en la conocida torre, subió a su habitación. Dejó el diario en su baúl, bajo llave. Pero no pudo dormir. Amanecía otra vez.
-Harry, no me digas que otra vez te desvelaste- le regañó Hermione al desayuno.
-No te lo diré, entonces- contestó Harry, bostezando.
-Te conozco, Harry. Si estás así es porque tienes un problema. ¿Qué te ocurre?- Le preguntó Ron- ¿Porqué no nos cuentas?
-Será en otra ocasión- contestó Harry, con otro bostezo.
-Creo que prepararé una poción para dormir- le dijo Hermione- es la ¿Cuánta? ¿Segunda vez esta semana?
-Quinta en el mes- precisó Ron- ¿Tu crees que no te siento dar vueltas por el dormitorio?
-No lo sé
-Pues sí. Vamos, o llegaremos tarde a Adivinación.
-¡¿Siguen allí?!- exclamó Hermione, poniendo expresión asqueada- ¡Uf! ¡Deberían estudiar algo más juicioso, como Runas, o Aritmancia! En todo caso, chicos, si quieren cambiar de clase, Aritmancia es en la sala 5 de la Torre Oeste. Adiós.
Esa clase, desearon haber ido con Hermione. La profesora Trelawney les estaba dando la lata, esta vez, con las entrañas de pájaros.
-Esto da asco- comentó Ron- Hay que cogerla con la mano y desmenuzarla.
-Eso es, Queridos míos. Que sus mentes se liberen de todo pensamiento superfluo y comprendan el intrigante mensaje que estas entrañas intentan enviarnos. Si necesitan ayuda, abran la página 158 del libro "Adivinación: Pasado, presente y futuro"- intervino la profesora, cogiendo las entrañas que Harry estaba tratando de descifrar.- Veo. Oh, no, mi pobre muchacho... No sé si decirlo o no, ¡Que terrible! . Un fuerte maleficio pende sobre tu cabeza, querido mío.- Harry bostezó en ese momento.- si.es.la maldición Mortale Sugnum, el maleficio del sueño eterno.
Harry volvió a bostezar. Ron también lo hizo. Ya estaban acostumbrados a las clases de Trelawney. Esta se molestó y se fue a supervisar el trabajo de Parvati y Lavender.
Y así pasó la semana hasta el jueves. Harry le había encargado a Fred y George una nueva túnica de gala, porque la que tenía del año pasado le iba quince centímetros sobre el tobillo. Le llegó una de color azul grisáceo, o algo así, que le quedaba perfecta. Ron ya estaba desesperado, aún no encontraba pareja.
-¿Qué no aprendiste de la última vez?- le preguntó Harry- Vamos, pídele a Hermione que te acompañe o no podrás ir.
-¿Y tú? ¿Con quien piensas ir?- preguntó Ron, evidentemente evadiendo lo que Harry le había propuesto.
-Ya tengo pareja.
-¿Quien?
-Eh.Ya lo sabrás.- contestó Harry, algo incómodo. No sabía como se iba a tomar Ron la noticia de que salía con su hermana.
-Bueno, se lo pediré.
Se dirigió a la mesa en que Hermione estaba trabajando. Harry vio que, primero, Ron estaba muy rojo. Luego, que se ponía a discutir con ella y finalmente, se dirigía hacia él, furioso.
-¡Que! ¡¿Te burlas de mí?!
-¡¿Qué diablos te ocurre?!- le preguntó Harry, sorprendido.
-¡¿Cómo que "qué diablos"?! ¡Lo sabes perfectamente!
-No, no se nada. ¿Qué pasó?
-Hermione dijo que ella iba a ir al baile contigo.
-¡No puede ser!- exclamó Harry, incrédulo. ¿Él le gustaba a Hermione?
-¿Qué no? Pregúntale
-Escucha: No sé por qué Hermione dijo eso, pero yo voy al baile con. otra persona.
-¿Quién?
-Ginny.- le soltó a bocajarro.
Ron miró un momento a Harry con los ojos como platos. Parecía como si le hubiera dado un pasmo.
-Eh.¿Ron? No quieres estrangularme o algo así, ¿No?
Ron cerró los ojos, respiró hondo un par de veces, y exclamó casi alegremente:
-¡Harry, es la mejor noticia que me podrías haber dado! Es un alivio. claro que Hermione no quiere ir conmigo.
-Espera, hablaré con ella.
Avanzó hacia la mesa en que estaba Hermione, cubierta por una pila de libros.
-¿Por qué le dijiste eso a Ron?
-Es que.pensaba decírtelo más tarde.
-Pues no. Voy con Ginny.
Hermione se ruborizó. Abrió cinco o seis libros a la vez y tartamudeó, como si le costara hablar:
-Bueno. si eso era todo. lo que tenías que decirme. por favor Harry. vete. Tengo mucho trabajo. que hacer.
-Pero.
-¡Vete! ¡O le descontaré puntos a Gryffindor! ¡Soy prefecta, por si no lo recuerdas!- chilló, esta vez con voz firme. Harry le hizo caso y se alejó, no le apetecía quedarse con una Hermione furiosa:
-¿Qué le pasará?
-Es obvio.- contestó Ron, abatido- tú le gustas.- Algo había en su expresión que Harry comprendió lo que pasaba por la cabeza de Ron en ese momento. Le dijo entonces:
-Y ella a ti.
-Si- respondió con un hilo de voz.
-No te preocupes.- lo animó- Ya veremos la manera.
Capitulo XIX: Desastre de baile
Llegó el sábado. Las chicas (Las que tenían pareja) en esos últimos días, habían estado sumidas en una efervescente actividad: Mirando vestidos, probando peinados, discutiendo ideas. La única que no parecía muy animada era Hermione.
Estaban todos los chicos reunidos en la Sala Común, esperando que bajaran las chicas. Ron se había puesto la túnica de gala (una nueva, color azul ultramar), por si acaso, aunque Hermione no había dado ninguna señal de querer ir con él. Harry estaba entre los que esperaban.
-¿Y Hermione?- preguntó Ron, ansioso.
-Dijo que no iba a venir.- contestó Ginny, Bajando. Harry se quedó boquiabierto. Ginny llevaba una túnica color turquesa, que le quedaba muy bien con su pelo. Lo llevaba suelto, y le llegaba casi hasta la cintura; en vez de sus habituales coletas.
-Te ves.preciosa, Ginny.- le dijo Harry. ¿Qué le pasaba? Era como si el corazón le diera un brinco, un ramalazo de energía y calor lo invadiese, todo en una fracción de segundo... Notó que se había puesto colorado. Ni con Cho había sentido nunca nada parecido. La miraba como si fuera la primera mañana, el inicio del mundo, lo más maravilloso.
Casi pudo oír a Pat, murmurando:
-Ándale, que baboso te quedaste, chico.
Harry no tomó en cuenta al recuerdo de Humstall y su otra amiga. Seguía mirando a Ginny.
-Harry, ¿Puedes ayudarme? Convéncela por favor.- rogó Ron. Harry salió de su "trance" y contestó:
-¿Eh? Ah, sí.claro.
Subió las escaleras. No alcanzó a escuchar que Ginny intentaba decirle:
-¡Harry, no puedes entrar ahí! ¡Es un cuarto de chicas!
Harry abrió la puerta que decía "5° curso". Se encontró en una habitación bastante más amplia que la de los chicos, con una ventana enorme y varios armarios. Estaba vacía, salvo por Hermione, que sollozaba amargamente sobre su cama.
-Oye, no llores.
-No puedo evitarlo. Por mi idiotez me quedé sola. Y tú irás con Ginny.
-¿Por qué solo yo? A Ron le gustaría ir contigo.
-¡Pero si pasamos peleando!
-Bah, basta con mirar. El año pasado, cuando fuiste con Viktor ¿Recuerdas como se puso?
-Eh. sí.
-¡Vamos! ¡Arréglate! Te estará esperando abajo.
-Está bien. Pero, sal para que me vista.
-Hasta dentro de un rato.- le dijo Harry, guiñando un ojo mientras cerraba la puerta.
Había pasado cerca de media hora. Hermione abrió la puerta y lo miró pidiendo su aprobación.
-Perfecto- opinó Harry.- Ron te espera, vamos.
-Lástima que no pueda hacer nada por mi pelo.
-No importa, le gustarás igual.
-¡Solo es un baile!- exclamó Hermione, un poco irritada.- No me voy a casar con el ni nada parecido ¡No significa nada!
-Esta bien, está bien.- la calmó Harry. Estaba impaciente por ir con Ginny- Oye, tengo que bajar.
-Ok, nos vemos.
Harry bajó con Ginny hasta el salón. Este había sido decorado para la ocasión. En vez de las típicas mesas por Casa, había un montón de mesas redondas, con dos puestos cada una y una central, grande y con un montón de bandejas. El cielo raso, color negro tinta, mostraba una noche estrellada con luna llena.
En ese momento, Ron veía bajar a una Hermione resplandeciente y de pelo desordenado por la escalera. Usaba el mismo vestido del año pasado, solo que esta vez era de un color un par de tonos más claro.
-Te ves.muy bien- Dijo Ron, cohibido.
-Tu también te ves bien.- contestó ella, como si tuviera prisa por terminar con todo eso.- Bajemos.
-Bienvenidos alumnos.- Dijo Dumbledore, dando el discurso de apertura- Alzo mi copa por todos ustedes, ojalá hayan venido con esa persona especial.- Dumbledore se fijó en la profesora Mc Gonnagall, que frunció el ceño al escuchar eso- Ejem. Pero ya basta de eso ¡Qué empiece la fiesta!
Aparecieron diversos platillos en las bandejas de la mesa grande. Harry fue a buscar un poco para Ginny y él, cuando vio a Ron y Hermione.
-¡Eh! Vengan aquí.- les dijo Harry. Ellos asintieron y acercaron dos sillas más a la mesita.
El baile transcurrió con montones de parejas bailando en la pista; Harry y Ginny entre ellos. Hermione y Ron estaban sentados. Sus amigos los animaron a bailar, y cuando consiguieron que se acercaran a la pista, se fueron a sentar ellos.
Ron y Hermione bailaban ahora un vals lento. Harry y Ginny conversaban. Una vez exhaustos, Ron y Hermione se fueron a sentar y empezaron todos a comer. Cuando terminaron, Dumbledore hizo un nuevo anuncio:
-Ahora -dijo- las parejas pueden ir a dar una vuelta por el parque o algo así. O puede ser que quieran quedarse acá, la decisión es suya.
-¿Vamos?- le preguntó Harry a Ginny.
-No hay problema- le contestó ella, sonrojada.
Afuera también lucía la luna llena. Caminaron por los terrenos, aspirando el perfume de las flores silvestres. Se sentaron en un banco. Harry cogió a Ginny por la cintura, y ella a él por los hombros. Nunca ninguno de los dos se había sentido tan bien. Harry cerró los ojos, de modo que no supo que ella también los había cerrado cuando unieron sus labios.
Nunca sabrían el tiempo que había pasado, hasta que un gemido ahogado les informó que Hermione estaba allí. Se separaron, bastante rojos ambos. Hermione y Ron los miraron largamente. Ron se atrevió a romper el silencio:
-Harry.- musitó asombrado- ¿Cómo.?
Hermione dio un gritito y salió corriendo. Ron se dejó caer en el asiento, mustio.
-Lo sabía, esto no iba a funcionar.
-¿Por qué no vas con ella? ¡Apúrate, vamos!
-Bueno.
Ron salió corriendo tras Hermione. Siguiendo el ejemplo de Harry, subió la escalera hacia el cuarto de las chicas y entró en la habitación.
-Hermione.
-¡Lárgate!- contestó ella, llorando- Además, este es un cuarto de chicas, no deberías estar aquí.
Ron, sin embargo, se sentó en la cama, a su lado.
-Oye, no llores, me gusta más cuando sonríes.
-¡Déjame en paz!
-Sé que no es el mejor momento. Sé que no soy Harry tampoco, ¿Pero no me vas a dar una oportunidad?
-¿Quieres decir.?
Ella lo miró muy fijo. Ron le sonreía, aunque la sonrisa se le borró del todo cuando Hermione le chilló:
-¡¡¡Ya basta de burlarte de mí, Weasley!!! ¡Sal de mi pieza!
-Pero.
-¡Fuera!
Ron salió del cuarto en un estado totalmente depresivo. Tan así, que ni él podía recordar más tarde como fue que había llegado hasta la pieza. Se derrumbó sobre la cama y estuvo largo rato solo, hasta que llegó Harry.
-¿Qué ocurrió? No volviste al baile y me preocupé. ¿Te sientes bien?
-No. Déjame.
-¿Qué pasa, Ron?
-Me detesta, Harry. Ni siquiera me cree cuando le digo que la quiero.
Harry suspiró, pensando. Él sabía que, de alguna manera, Hermione también quería a Ron. Pero no sabía que hacer para que ella lo aceptara.
-Mmm, creo que por el momento, sería mejor que me mantuviera alejado de Hermione.
Ron volteó a mirarlo (Había estado de cara a la pared) Sus ojos castaños revelaban su desesperanza.
-Eh, chicos- dijeron Dean, Seamus y Neville, entrando a la pieza. Al parecer, la fiesta había acabado.- ¿Qué le pasa a Ron?
Harry iba a contestar, pero Ron lo detuvo y dijo:
-Nada más me duele la cabeza.
-Pues ve a la enfermería, con Madame Pomfrey.
-No, así estoy bien.
-Bueno.-contestaron ellos. Harry se quedó al lado de Ron.
-Déjame dormir, Harry.
Se hallaba tendido en una alfombra voladora. Un fénix volaba a su lado. Alguien le había echado agua fría en el rostro para que despertara.
-¿Dónde estoy?
-A salvo- contestó Ron
-Vamos a casa, Harry-dijo Hermione-A Hogwarts.
Harry miró hacia abajo, nunca había tenido vértigos; estarían a cien metros de altura. Abajo se alcanzaba apenas a ver un pequeño poblado muggle.
-¿Cómo es que no nos ven?
-Fijamos la vieja capa invisible de Dumbledore por debajo a la alfombra. Él ya no la usa. Puede volverse invisible a voluntad.
-¿Qué pasó? ¿Cómo fue que no morí? Él estaba allí.- preguntó Harry, aún confuso. No entendía absolutamente nada. Los rostros de Ron y Hermione cruzaron una mirada un poco tensa. Tensa y rápida.
-¿Le dices tú o yo?
-Tú
-Tú
-Ok, yo.- desistió Ron- Harry, la verdad es que si moriste.
Harry, que estaba mirando al borde de la alfombra, casi se cae.
-A ver, entendí mal ¿Dicen que yo me morí?
-¡No sabes explicar las cosas!-regañó Hermione a Ron.- En nuestro tiempo, tu estabas muerto, ya no. Impedimos que Quien-tu-ya-sabes te matara. Dumbledore nos autorizó, dijo que.que sin ti, ya no habría posibilidad de vencerlo, vaya a saber uno por que. Venimos del futuro.
Harry casi vuelve a caerse.
-¡No sabes explicar las cosas!-remedó Ron a Hermione.
-Vale, chicos. No hace falta que peleen por eso.
-A propósito- comentó Ron, dándose importancia- No creerás que vinimos así nada más ¿Eh? Estamos tres meses en nuestro pasado, un viaje muy largo como para usar giratiempo. Pero antes de explicar.¡Mira! Ya llegamos.
Abajo se veían las copas de los árboles del bosque prohibido. Luego de aterrizar, Hermione apuntó a la alfombra con la varita, murmuró "Deprendus" y una capa invisible se soltó de debajo de ella. El fénix se posó en tierra y se convirtió en una bellísima mujer.
-¿Profesora Delacour?
-Sí "Hagui". "Considegué" conveniente "venig", "podgían pgesentagse" algunas complicaciones. Además, me necesitan "paga volveg "a "nuestgo pgesente". Tu futuro
Tronó los dedos y al instante aparecieron en una salita no muy grande, con líquidos extraños en frascos y pequeños cofres en las repisas. Tenía unas cuantas repisas vacías, papeles y pergaminos por todos lados y un extraño símbolo dibujado en el suelo.
-¿Dónde estamos? Aguarde, si aparecemos aquí. Uno no puede desaparecer en Hogwarts a menos que.
-¿De que "cgees" que es esto?-le preguntó sonriendo, mientras le tendía un anillo de plata, con una gema blanca en el centro.
-¿Ojo de dragón?
-"Clago", ¿Cómo si no? Vengan, pónganse aquí- Dijo señalando al símbolo del suelo. Una vez que lo hicieron, extendió los brazos hacia el Suroeste y pronuncio un largo conjuro, en una lengua que no conocían. Hubo un estallido de luz azul y se empezaron a elevar grandes lenguas de fuego, como si se tratara de polvos flú. Y en unos segundos, todo había pasado.
-Ya terminó- explicó Hermione-este cuarto permite hacer múltiples conjuros, que en cualquier otro lugar no funcionarían; Viajar en el tiempo y el espacio; ocultar cosas.
-Oye, Harry, se nos había olvidado comentarlo, de julio a octubre, ¡creciste mucho! ¡Ya casi eres tan alto como yo!- exclamó Ron. Los tres rieron de buena gana. Sí, ya todo era como antes.
-Una pregunta. ¿Por qué no nos escribiste?
-¡Si les escribí! No creo que haya sido Hedwig, ni con Si.- miró a Fleur de reojo, y corrigió- Hocicos se perdía.
-Esto me huele a chamusquina, "Hagui".- dijo Fleur- ¿Dices que rastrearon a tu lechuza una vez? Nada impide que lo hayan vuelto a hacer.-volvió a tronar los dedos, murmurando "Apareccio". En un segundo, estaba ahí su baúl y Hedwig en su jaula. Fleur examinó detenidamente a la lechuza.
-Si, me lo temía. Han "gastgeado" a tu lechuza. Ya no más.-extrajo un delgado aro dorado de su pata, que harry no había notado.-Vamos "Hagui", el "pgofesog Dumbledog quiegue veglos".
Al llegar frente a la gárgola, Fleur murmuró "Edro", la gárgola se apartó y la puerta se abrió.
-¿Qué dijiste?
-Dije "abgete" en Alto Élfico, un idioma que ya no se gecuegda. No, no el de los elfos domésticos. Quizá tenga opogtunidad de sabeg más de ellos este tgimestge.
Capítulo XVI: Nuevamente en Hogwarts
Allí, Dumbledore les aclaró:
-Sólo recordarán todo los que hayan estado en el secreto: Tú Harry, Ron Hermione, Fleur y yo. Nadie más, para el resto será como si nunca hubiera sucedido. ¡Ah! Y Harry, conseguí que la Orden del Fénix te dejara volver, no tendrás que esconderte.
-Disculpe profesor, ¿Qué exactamente es la Orden del Fénix? Digo, yo la vi como tribunal, pero parece que es mucho más que eso.
-Verás Harry, la Orden del Fénix es un grupo de magos muy importantes: Magos Aurores. No se reúnen sino por casos de extrema gravedad. Lo que viste el año pasado en el pensadero fueron todos juicios realizados por la Orden del Fénix. Se formó con el objetivo de derrotar a Artemius Grindewald en el año 1945.La verdad, no sé por qué Severus te llevó hasta allá, debería haber esperado mi regreso.-añadió pensativo.
-Quizá tenga que ver.hay un Prof. de Hogwarts que intenta controlarme utilizando un Ojo de Dragón. Con su permiso, sospecho de Snape.
-El Profesor Snape, Harry.
-Vale. Bueno, él mintió en el tribunal para hacerme expulsar.
-Y nosotros somos testigos-Exclamaron a dúo Ron y Hermione. Estos explicaron la verdadera historia a Dumbledore, quien frunció el ceño, y se limitó a contestarles en forma algo evasiva:
-Mmm, bueno es tarde y vuelven de un viaje. Vayan a dormir, chicos.
Más tarde, Hermione y Ron le contaron a Harry que Dumbledore había sido el primer presidente de la Orden del Fénix, de hecho, él la había formado, pero al asumir como director de Hogwarts, decidió deponer el cargo.
Las clases seguían igual que antes. Michael Camus seguía dando pociones. Snape había desaparecido, junto con Draco Malfoy. En consecuencia, los de Slytherin casi no se metían con los de Gryffindor durante las clases: habían perdido al que les indicaba como, cuando y con qué molestar a los demás.
Una semana después, Dumbledore anunció en el desayuno:
-En vistas de que en poco más de una semana es día de San Valentín, hemos decidido celebrarlo.
Se oyeron abucheos y expresiones de descontento en todo el salón. Probablemente, los alumnos de cuarto curso hacia arriba recordaban la desastrosa intervención de Gilderoy Lockhart cierto día de San Valentín, hacía dos años.
-.No, no. Así no, sabemos lo que opinan sobre lo que ocurrió hace un par de años. No se hará así, habrá un baile. Lamentándolo con el alma, sin pareja no pueden venir.
Si antes habían protestado, ahora casi todos aplaudieron. La profesora Mc Gonnagall exclamó:
-¡Silencio!- y todos se calmaron. Se dirigió al Prof. Dumbledore, susurrándole - Albus, te dije que iba a ser escandaloso; y no creo.
-Minerva, los alumnos han tenido un año muy pesado, merecen un descanso. Y como no lo hicimos en Navidad.
-Está bien.
Harry se sintió mareado. ¿Pasar otra vez por lo mismo que el año anterior? Miró a su lado y vio que Ron no se hallaba en mejor estado. Esa noche, en el dormitorio, ambos sufrían de insomnio. Harry preguntó:
-¿Con quien piensas ir?
-No lo sé.
-¿Qué tal con Hermione?- preguntó Harry, alargando la palabra. Ron se puso tan rojo, que parecía una lámpara en medio de la oscuridad de la pieza. Pero insistió:
-No lo sé. ¿Y tú?
Harry pensó inmediatamente en Ginny, pero Ron últimamente se había mostrado algo sobreprotector con su hermana. Así que contestó:
-No, yo no sé tampoco.
-Ok, para mañana tenemos que tener a alguien, no quiero que suceda lo mismo que el año pasado.
-Pues no es nada fácil.
-Tienes razón. Estaba pensando.¿No crees que somos un poco tímidos?
-¿A qué te refieres?- preguntó Harry, soltando la carcajada.
-Mira, es difícil de explicar.
-¡Habla ya!
-Ok. Harry ¿te das cuenta? Tenemos 15 años y aún no hemos dado el primer beso. Es un poco raro ¿No?
Harry se puso serio. Miró a Ron como si nunca le hubiera visto antes y le preguntó:
-A ver Ron, si bebiste demasiada cerveza de mantequilla en la cena, o tienes fiebre, te comprendo.
-No, no. Hablo en serio.
-¿Qué? ¿Pasó algo con Hermione mientras no estaba?
Ron se enojó. Harry podía ver su rostro aún mas ruborizado que antes.
-¡¿Por qué insistes que con Hermione?!- gritó- ¡A mi no me gusta ella!- Neville dejó de roncar, y se dio vuelta en su cama.
-Sí, sí. Seguro. Mejor vamos a dormir, antes que se despierten los otros. Hasta mañana.
-Buenas noches Harry.
Por otro lado, en la habitación de las chicas, el proyecto estaba siendo bastante discutido.
-.Pero ¿Por qué no vas con él? Dame una razón.- insistió Parvati a Hermione- Hacen una linda pareja.
-¡Pero si a mí él no me gusta!- exclamó Hermione- ¿Qué quieres que haga? Me gusta.
-Vamos, suéltala.- La apremió Lavender.
-Total, nadie va a decir nada a nadie.
-Su mejor amigo.-susurró con un gesto teatral, en voz tan baja que apenas se le oyó.
-¡No!
-¿En serio?
-¡Sabía que se lo tomarían así!- exclamó enojada, cerrando las cortinas de su cama- ¡Buenas noches!
-No, es que cuando me dijiste, creí que era al revés. ¿Por qué no le pides que vaya contigo al baile?
-Creo que moriría de vergüenza.Pero.creo que le podría decir en la próxima salida a Hogsmeade.
-Bien dicho.
A un tiempo simultaneo, en ambos dormitorios se apagaron las luces.
Capítulo XVII: La duda
Al día siguiente, Harry recibió la siguiente nota al desayuno:
Querido Harry:
No te preocupes, Dumbledore nos contó todo, aunque fue difícil de creer, sobre vuestro viaje en el tiempo. Me alegra que hayan podido impedirlo, chicos. Remus te envía saludos.
Ayer salí de viaje hacia el norte, buscando a Pettigrew. Tengo indicios de que se encuentra cerca de los lagos escoceses, donde me encuentro ahora, y quiero atraparlo para comprobar mi inocencia.
Quiero verlos, a ti y a Ron en vuestra próxima salida a Hogsmeade. Nos reuniremos ya- saben- donde. No llevéis a Hermione.
Sirius
PD: envíame a vuelta de lechuza la fecha de la salida.
Ron se levantó a mirar la pizarra de anuncios en la entrada del Gran Salón. Volvió rápidamente y le dijo a Harry:
-Este fin de semana hay salida.
-Está bien, le contestaré- garabateó una nota que ató a la pata de Hedwig.
La nota era bastante corta y decía lo siguiente:
Sirius:
Todo bien por aquí, la próxima salida es este sábado.
Harry
-¿Por qué no querrá que llevemos a Hermione?
-No lo sé.
Esa noche, Dumbledore mandó a llamarlo a su oficina. Le contó que Sirius le había escrito a él también, y lo autorizó para ir a Hogsmeade ese fin de semana. Lo encaminaría la profesora Mc Gonnagall, que lo dejaría en las afueras del pueblo. Los días pasaron a una velocidad relativamente lenta hasta el sábado. A pesar de que aún se encontraban en invierno, el sol brillaba y la poca nieve que había caído ya se había derretido. Un buen anuncio de la primavera que se acercaba, aunque ese año comenzaba a ser demasiado seco. Harry, Ron, Hermione y la profesora paseaban por las callejones del pueblo. Dejaron a Hermione en una librería, y la profesora los llevó hasta la salida, donde los esperaba un perro al que reconocieron enseguida.
-¡Sirius!
-Buena suerte, Potter, Weasley.- dijo la profesora Mc Gonnagall, y en un inesperado gesto de jovialidad, les guiñó un ojo. Luego, como arrepentida, dio la media vuelta y desapareció. El perro asintió con la cabeza y sin decir una palabra (Obviamente, un perro no puede hablar) los condujo a la misma caverna que habían conocido el año anterior. El perro se convirtió en un hombre alto y delgado con un pequeño estallido.
Sirius se veía casi tan desmejorado como cuando había escapado recién de Azkaban. Su piel estaba amarillenta, sus ojos apagados, y había enflaquecido mucho.
-¿Cómo están, muchachos? Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos. Remus quería venir también, pero no pudo.
Hasta su voz sonaba extraña, sonaba entre apagada y ahogada. Harry miró con pena a su padrino, pero preguntó:
-Eh, ¿Hay alguna razón en especial por la cual nos hayas citado aquí?
-Varias. Pero primero ¿Es cierto que se celebrará un baile en Hogwarts? ¿Tienen ya pareja?
Los dos negaron con la cabeza. Sirius suspiró:
-Vaya, que lástima.
-Oye Sirius.-comenzó Harry
-¿Sí?
-Mira, es que Remus.Cuando vio a la profesora Poly, él la saludó como si se conocieran de toda la vida, pero ella fue muy fría con él, ¿Qué ocurrió con eso?
-¿Cómo dices que se llama? ¿Laura Poly?
-Sí.
-Esta bien, pero yo no tendría que contarles esto. Laura Poly y Remus fueron amigos de toda la vida. Mas o menos en quinto, la cosa pasó de ser una simple amistad. Pasaron los años, y al salir del colegio, Remus decidió proponerle matrimonio a Laura. El problema fue cuando ella descubrió que él era licántropo. No por discriminarlo- añadió rápidamente al ver la cara de Harry- más bien enojada porque le había mentido todos esos años, terminó con él. Remus no había vuelto a verla hasta ahora. Supongo que debe pensar que aún podría recuperarla.
-Es triste.
-Mucho. Hablemos de algo positivo.- Dijo cambiando el tema de pronto, como si recordara algo- ¿Cómo va el Quidditch?
-¡Ah! ¡Harry, con tanto ajetreo, olvidé contarte! Primero: Soy el nuevo guardián de Gryffindor. -exclamó Ron, rebosante de orgullo.
-¡Genial!
-Segundo: Los bateadores son los Hermanos Creevey. Y son bastante buenos. Tercero: Las cazadoras de este año son Ginny, Karla Winslet, que va a tercero y Mary Collins, de séptimo. Era la mejor para el puesto, pero el próximo año habrá que cambiarla. Lástima.
-¿Y buscador?- Preguntó Harry, con la preocupación visible. Temía que lo hubieran reemplazado. Ron chasqueó la lengua, cabizbajo.
-No hemos encontrado a nadie que te iguale, Harry. Seamus se ofreció pero dijo que sería hasta que tu llegaras. No teníamos a nadie más, así que lo pusimos. Perdimos el primer partido: Gryffindor contra Ravenclaw por cincuenta puntos. ¡Ah! Y dejé lo mejor para el final. Adivina quién será el nuevo capitán.
-¿Tú?
-No, tú. Mc Gonnagall dijo que apenas llegaras, ocuparías tu puesto.
-Felicidades.- manifestó Sirius - Tu padre también fue capitán y buscador. Estaría orgulloso de ti.
Harry sentía una sensación extraña. ¿Él? ¿Capitán del equipo, como su padre?
-No sé si estaré preparado.
-¡Claro que sí!-contestó Ron- De tres temporadas jugadas, sólo has perdido un partido. Ni mi hermano Charlie puede decir eso.
-¿Cuándo será el próximo partido?
-En poco más de un mes. Debió haber sido antes, pero se retasó.
-Yo que tú- comentó Sirius- empezaba a preparar desde ahora al equipo. Son todos jugadores nuevos.- Miró el reloj y exclamó- Es tarde, deben ponerse en marcha ahora si quieren llegar a Hogwarts antes del anochecer.
Sirius los acompañó hasta los lindes del bosque en forma de perro. Antes de cruzar el límite, Sirius aprovechó que Harry había quedado un poco atrás y se convirtió en hombre.
-Espera Harry, hay algo más.- su voz sonaba como si le costara sacar las palabras- Tu madre me confió.algunos documentos. No los tengo yo, están en un cuarto secreto de las mazmorras.
-¡Harry, vámonos ya!-gritó Ron, mucho más adelante que ellos.
-Espera, te lo diré en la próxima salida. Vete ya o alguien me verá.
-Adiós Sirius
-Adiós Harry.
Sirius volvió a tomar forma de perro y, dando la vuelta, se perdió en el bosque.
-¿Qué quería decirte?
Por alguna razón, Harry no quiso contarle a Ron lo que le había confiado su padrino, de modo que respondió con una sonrisa un tanto forzada:
-¡Ah! ¡Eso! No, nada importante, solo un consejo sobre como ligar chicas.
-¿Por qué no me dijo a mí también? - se lamentó Ron- Creo que los necesitamos. ¿Aún no tienes a nadie con quien ir al baile?
-No.
-Debemos apurarnos, falta sólo una semana.
-Si.creo que hoy le diré.- pensó Harry en voz alta, olvidándose de con quien se encontraba.
-¿A quién?
-No tiene importancia.-se apresuró a decir Harry.
Siguieron caminando y Ron entró al castillo. Harry se quedó, con el pretexto de dar una vuelta. (aunque estaba cansadísimo)
Se sentó en un banco a descansar y una imagen mental, al principio borrosa, empezó a hacerse cada vez más clara. Nada que ver con Voldemort. Una figura etérea al atardecer, sentada a la orilla de un lago, vestida de blanco entre las flores. Y esa figura tenía los cabellos rojos.
Harry hizo un gesto con las manos, como para apartar el pensamiento. Se había descubierto a sí mismo pensando así varias veces al día. Y de pronto, aunque no quería aceptarlo, comprendió. se dirigió a la orilla del lago, entre los saucedales. Si, allí estaba Ginny. Se aproximó.
-¿Ginny?
Ginny se dio vuelta y se ruborizó mucho al ver a Harry. Con él presente, recordaba con mayor claridad aún todo lo que le había dicho antes de se fuera. Y no le había vuelto a hablar desde entonces.
-¿Sí?- contestó con una nota de emoción en la voz.
-Tu.¿te gustaría ir al baile conmigo?- Y como por arte de magia, la lengua no se le trabó.
Ginny lo miró estupefacta, con los ojos muy abiertos. Harry interpretó ese gesto al revés y dijo rápidamente:
-Bueno.si no quieres.
-Claro que sí.
-Bueno.entonces.¿Qué dijiste?
-Que por supuesto que quiero ir contigo.
Harry la rodeó con los brazos, quería besarla. la tenía a sólo unos centímetros. Pero escuchó unas pisadas atrás de él, y se dio cuenta de que alguien los observaba.
-¡Eh! ¡Harry!
Harry volteó, bastante ruborizado. Hagrid había presenciado toda la escena.
-Eh.te veré luego, Ginny.
-Adiós- musitó esta, aún sin poder creer su suerte.
Harry encaró a Hagrid.
-¿Qué haces aquí?-cuchicheó, visiblemente incomodo.
-Mi trabajo-contestó Hagrid alegremente-¿Qué no lo recuerdas?
-Sí, pero.
-No te preocupes, no le diré nada a nadie.
-Gracias Hagrid
-Bah, no será un problema. Pero mejor entra a cenar; el clima aún no está como para andar fuera a esta hora.- le dijo guiñando un ojo.
Harry entró al castillo. En la cena, nadie hablaba mucho; pues Ron y Hermione habían vuelto a pelear y Harry no sabía por qué.
Una vez metido en su cama, se puso a pensar. Su primer pensamiento fue que, en realidad, el día no había sido para nada malo. Pero muy pronto, otro más urgente le ocupó todo: ¿Qué había querido decir Sirius con "Documentos"? ¿De su madre? ¿Sería en uno de esos cofres que había visto en el cuarto secreto? No podía dormir, así que decidió mandarle a Sirius una lechuza para preguntarle por escrito.
Se levantó con la capa invisible y luego de enviar a Pig con una nota, bajó las escaleras. Al pasar frente del despacho de la Profesora Mc Gonnagall; al lado de la Sala Común, oyó voces discutir:
-¡Harry- y al oír su nombre, el propio Harry dio un respingo- no puede saberlo! ¿Sabes el shock que le provocaría, Albus?
-Mayor razón, Minerva, para decirle cuanto antes. Semejante cosa no puede quedar oculta, porque era su madre.
-¡Albus! Siento pena por el pobre muchacho. ¿Cómo te enteraste?
-Sirius Black. En su última lechuza, me dijo que en el testamento de Lily mencionaba ciertos papeles y notas sobre su pasado, que quería mantener ocultos hasta que le llegase la hora. Pero no especificaba nada más. Sólo decía que estaban ocultos en algún lugar de Hogwarts. Busqué por todos lados hasta que se me ocurrió bajar a la Cámara de Merlín, ya sabes que está llena de cofrecillos con llave. Tenían un hechizo anti abridor; tuve que romper el que tenía la etiqueta "Lily Evans"
"¿Evans?" Pensó Harry "¿Ese era el apellido de soltera de mi mamá?"
-¿Y?-apremió Mc Gonnagall- ¿Qué exactamente eran esos papeles?
-Un diario de vida.aguarda. No, no tiene importancia, sólo creí escuchar a alguien. Vamos a dormir, Minerva. Son pasadas la una de la madrugada.
-Una última pregunta. ¿Dónde los guardaste?
-Se los confié a Filch. No los dejé en mi despacho; demasiada gente conoce la contraseña.
-Está bien. Buenas noches, Albus.
-Buenas noches Minerva.
De repente, en medio de toda la confusión y duda que le había causado la conversación; Harry recordó que Dumbledore iba saliendo. Y recordó también que podía ver a través de capas invisibles, como había comprobado en primero.
Le dijo a toda velocidad la contraseña a la Señora Gorda, que refunfuño por la hora a la que la molestaban, y entró a la misma velocidad a la Sala Común. Subió a la habitación. Pensaba en un principio contarle a Ron todo lo que había escuchado, pero luego decidió que este era un asunto que solo le incumbía a él. No podía dormirse, sólo lo logró cuando se juró a sí mismo que la noche siguiente iría a escarbar en la conserjería de Filch, para ver si podía encontrar el diario.
Al día siguiente, a Harry le dolía todo, y no podía concentrarse en ninguna cosa de lo que hacía. Sólo tenía una cosa en mente: El diario de su madre.
-¡Pero si es muy fácil!-le había dicho Ron, asombrado de que Harry no pudiera transmutar al gato en cuervo; en clase de Transformaciones.
-Tengo otras cosas en mente, además-le contestó Harry, algo molesto- ¿No es Hermione la que usualmente dice "¡Pero- sí- es- muy- fácil!"?
-¡No es cierto!- contestó Ron, poniéndose rojo.- Ella no es así, ella.- se tapó la boca con las manos.
-¿Ella que?- preguntó Hermione, que había estado trabajando con Neville.
-Nada-contestaron Harry y Ron al unísono.
Esa noche, Harry se puso su capa invisible y salió con todo sigilo de la Sala Común. Se encaminó a la conserjería de Filch, que estaba vacía. (Filch y su apestosa gata estaban haciendo la ronda)Buscó en el armario y no encontró nada. En una cajonera, en el archivador y en los tres cajones que estaban abiertos del escritorio, y tampoco funcionó. Probó con el cuarto y no se abría. Sacó la varita, murmuró Alohomora y no se abría tampoco. Probó forzar la cerradura con un alambre, había montones de chatarra amontonada en una esquina, (ya estaba convencido de que estaba allí) y el cajón se abrió. En efecto, allí se encontraba una libreta con candado, encuadernada en rojo, que ponía con letras plateadas: "Diario Secreto de Lilian Evans". Cogió el cuaderno, dejó todo lo demás en su lugar y salió de la conserjería esquivando por un pelo a Filch; aunque la Señora Norris miró hacia donde estaba Harry como si sospechara algo.
Cuando Harry llegó a la Sala Común, escogió una butaca cerca de la chimenea (El fuego siempre estaba encendido) y, usando el hechizo "Alohomora", abrió el diario.
Capitulo XVIII: El Diario
Hojeó un buen rato; el diario estaba escrito con tinta verde, el papel era satinado, y un aroma a lirio casi imperceptible salía de las páginas. En el principio, desde tercer curso, había casi solamente cosas acerca su grupo, Las Merodeadoras. Echaba pestes de la profesora de Adivinación, planeaba sus salidas nocturnas, anotaba recetas de pociones. Con cada página, Harry descubría cosas nuevas acerca de la personalidad de su madre. Era una lástima, pero decidió dejarlo para más tarde, no era eso lo que había venido a buscar. Hojeó hasta quinto curso. Las cosas habían cambiado. Su pandilla se había roto y vuelto a unir, estaba enamorada de James. Se fijó especialmente en un titulo que empezaba:
"Domingo, 4 de marzo de 1976
Querido Diario:
Me asaltan las dudas, y no estoy bien. Hay cosas que uno no puede contarle a nadie. Por ejemplo, ayer, cerca de la medianoche, venía de Hogsmeade con Any y el resto de las chicas. Escuché a Dumbledore hablar con Sabrina Sinclair algo sobre mis 'Padres biológicos'. ¿No querrá decir que.? No, no puede ser cierto, no puede. Los demás no escucharon nada, y eso también me preocupa ¿Habré estado desvariando? No lo creo... Además, me falta conseguir demasiados ingredientes para la poción que haré con las chicas la próxima luna llena.
Lily"
"Sábado 7 de marzo de 1976
Querido Diario:
La duda me carcome, ahora que me puse a averiguar sobre algo que Dumbledore mencionó. un hechizo muy difícil que se usa para saber quienes son tus padres. Ando distraída, y no parezco yo. le pediré la capa a Jim, y me iré a hurgar en la sección prohibida de la biblioteca. Recuerdo. Hay algo que no le he contado a nadie. Cuando iba en primero, el Sombrero Seleccionador estaba empeñado a enviarme a Slytherin. Me costó bastante convencerlo de que no lo hiciera; pues yo había conocido a los otros en es tren, y también a esos pesados de Slytherin: Lucius Malfoy y compañía. Y yo escuchaba esa vocecita en mi oído, que me decía: 'Estás segura que no quieres ir a Slytherin? Podrías ser muy poderosa, lo tienes todo en la cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino a la grandeza. esa es la sangre que corre por tus venas. aunque veo determinación. una muchacha rebelde ante su destino." La verdad, el poder jamás me ha atraído demasiado, de modo que pensé con toda mi fuerza 'Slytherin no, por favor, Slytherin no' El Sombrero no quería, pero finalmente me eligió para Gryffindor. Estoy segura que tiene algo que ver con todo esto, pero no podría decir por qué. De hecho, ni siquiera me acordaba de esto, sólo ahora.
Lily"
Harry sintió un sudor frío en las manos, y estuvo a punto de cerrar el diario y dejarlo para otro día. Su confundida cabeza comenzaba a cuestionarse varias cosas. La primera: ¿Por qué a su madre le había pasado exactamente lo mismo que a él? Se obligó a seguir leyendo, tenía que terminar lo que él mismo había empezado.
"Viernes 13 de Marzo de 1976
Querido diario:
Es horrible. y me siento muy mal. Soy una persona sin identidad. No sé ni siquiera de donde vengo, ni como me llamo en realidad. El lunes saqué el libro, pero no logré sino hasta hoy hacer la poción bien, y realizar el hechizo. Se necesita un espejo, una vasija de piedra, dos etiquetas y 250 ml de pluma de Pegaso deshecha en hidroplata, y polvo de cuervo de bicornio diluido en aurum potabile. Mojar un espejo en el líquido, depositar el resto en un cuenco de madera, y sumergir dos etiquetas. Pero en el espejo no apareció ninguno de mis dos 'padres', si no dos estudiantes, como de dieciséis años, de Slytherin y Gryffindor, por lo que pude ver en las túnicas. Luego para terminar, puse las dos etiquetas en el líquido y en una de ellas apareció 'June Müller' y en la otra, que no alcanzó a aparecer por completo, 'T.R.'. No sé quienes son, ni me interesa. en todo caso pongo sus descripciones, para no olvidarlas El muchacho era alto, delgado, de pelo negro y ojos muy verdes. Se parece un poco a Jim, pero no usaba anteojos. La chica era pequeña y delgada, con el pelo rojo como el mío y los ojos grises y brillantes. casi lloro al verla. era igual a mí. Luego de la forma en que traté a algunos de mis amigos, al estar preocupada, esto no lo contaré a nadie. ni siquiera a Jim. Nadie más debe saberlo
Lily"
En este punto de su lectura, Harry estaba mudo por la impresión. ¿T. R.? ¿Tom Ryddle? Aún si hubiese sido un alcance de nombres, Lily, su madre, había anotado su descripción en el diario. Era exactamente la misma del recuerdo que Harry había visto en otro diario, el de Tom Ryddle, en segundo. Y si Voldemort era el padre de Lily, entonces era su. no, ni pensarlo. ¡Si él incluso la había matado!
No quiso seguir leyendo. No podía creer lo que acababa de leer. Y la luz se hizo en su cerebro: El Sombrero no había querido mandarlo a Slytherin porque Voldemort le hubiese transferido algunos de sus poderes, si no porque él los había heredado. Con mucha razón Mc Gonnagall no había querido contarle, hubiese sido preferible no haberse enterado. Intentó serenarse, diciendo que era una coincidencia, de que estaba haciendo suposiciones que probablemente tenían poco o nada que ver con la realidad. sin saber por qué, tenía la impresión de estarse mintiendo a sí mismo.
Bastante mareado, a tal punto que se sentía completamente perdido en la conocida torre, subió a su habitación. Dejó el diario en su baúl, bajo llave. Pero no pudo dormir. Amanecía otra vez.
-Harry, no me digas que otra vez te desvelaste- le regañó Hermione al desayuno.
-No te lo diré, entonces- contestó Harry, bostezando.
-Te conozco, Harry. Si estás así es porque tienes un problema. ¿Qué te ocurre?- Le preguntó Ron- ¿Porqué no nos cuentas?
-Será en otra ocasión- contestó Harry, con otro bostezo.
-Creo que prepararé una poción para dormir- le dijo Hermione- es la ¿Cuánta? ¿Segunda vez esta semana?
-Quinta en el mes- precisó Ron- ¿Tu crees que no te siento dar vueltas por el dormitorio?
-No lo sé
-Pues sí. Vamos, o llegaremos tarde a Adivinación.
-¡¿Siguen allí?!- exclamó Hermione, poniendo expresión asqueada- ¡Uf! ¡Deberían estudiar algo más juicioso, como Runas, o Aritmancia! En todo caso, chicos, si quieren cambiar de clase, Aritmancia es en la sala 5 de la Torre Oeste. Adiós.
Esa clase, desearon haber ido con Hermione. La profesora Trelawney les estaba dando la lata, esta vez, con las entrañas de pájaros.
-Esto da asco- comentó Ron- Hay que cogerla con la mano y desmenuzarla.
-Eso es, Queridos míos. Que sus mentes se liberen de todo pensamiento superfluo y comprendan el intrigante mensaje que estas entrañas intentan enviarnos. Si necesitan ayuda, abran la página 158 del libro "Adivinación: Pasado, presente y futuro"- intervino la profesora, cogiendo las entrañas que Harry estaba tratando de descifrar.- Veo. Oh, no, mi pobre muchacho... No sé si decirlo o no, ¡Que terrible! . Un fuerte maleficio pende sobre tu cabeza, querido mío.- Harry bostezó en ese momento.- si.es.la maldición Mortale Sugnum, el maleficio del sueño eterno.
Harry volvió a bostezar. Ron también lo hizo. Ya estaban acostumbrados a las clases de Trelawney. Esta se molestó y se fue a supervisar el trabajo de Parvati y Lavender.
Y así pasó la semana hasta el jueves. Harry le había encargado a Fred y George una nueva túnica de gala, porque la que tenía del año pasado le iba quince centímetros sobre el tobillo. Le llegó una de color azul grisáceo, o algo así, que le quedaba perfecta. Ron ya estaba desesperado, aún no encontraba pareja.
-¿Qué no aprendiste de la última vez?- le preguntó Harry- Vamos, pídele a Hermione que te acompañe o no podrás ir.
-¿Y tú? ¿Con quien piensas ir?- preguntó Ron, evidentemente evadiendo lo que Harry le había propuesto.
-Ya tengo pareja.
-¿Quien?
-Eh.Ya lo sabrás.- contestó Harry, algo incómodo. No sabía como se iba a tomar Ron la noticia de que salía con su hermana.
-Bueno, se lo pediré.
Se dirigió a la mesa en que Hermione estaba trabajando. Harry vio que, primero, Ron estaba muy rojo. Luego, que se ponía a discutir con ella y finalmente, se dirigía hacia él, furioso.
-¡Que! ¡¿Te burlas de mí?!
-¡¿Qué diablos te ocurre?!- le preguntó Harry, sorprendido.
-¡¿Cómo que "qué diablos"?! ¡Lo sabes perfectamente!
-No, no se nada. ¿Qué pasó?
-Hermione dijo que ella iba a ir al baile contigo.
-¡No puede ser!- exclamó Harry, incrédulo. ¿Él le gustaba a Hermione?
-¿Qué no? Pregúntale
-Escucha: No sé por qué Hermione dijo eso, pero yo voy al baile con. otra persona.
-¿Quién?
-Ginny.- le soltó a bocajarro.
Ron miró un momento a Harry con los ojos como platos. Parecía como si le hubiera dado un pasmo.
-Eh.¿Ron? No quieres estrangularme o algo así, ¿No?
Ron cerró los ojos, respiró hondo un par de veces, y exclamó casi alegremente:
-¡Harry, es la mejor noticia que me podrías haber dado! Es un alivio. claro que Hermione no quiere ir conmigo.
-Espera, hablaré con ella.
Avanzó hacia la mesa en que estaba Hermione, cubierta por una pila de libros.
-¿Por qué le dijiste eso a Ron?
-Es que.pensaba decírtelo más tarde.
-Pues no. Voy con Ginny.
Hermione se ruborizó. Abrió cinco o seis libros a la vez y tartamudeó, como si le costara hablar:
-Bueno. si eso era todo. lo que tenías que decirme. por favor Harry. vete. Tengo mucho trabajo. que hacer.
-Pero.
-¡Vete! ¡O le descontaré puntos a Gryffindor! ¡Soy prefecta, por si no lo recuerdas!- chilló, esta vez con voz firme. Harry le hizo caso y se alejó, no le apetecía quedarse con una Hermione furiosa:
-¿Qué le pasará?
-Es obvio.- contestó Ron, abatido- tú le gustas.- Algo había en su expresión que Harry comprendió lo que pasaba por la cabeza de Ron en ese momento. Le dijo entonces:
-Y ella a ti.
-Si- respondió con un hilo de voz.
-No te preocupes.- lo animó- Ya veremos la manera.
Capitulo XIX: Desastre de baile
Llegó el sábado. Las chicas (Las que tenían pareja) en esos últimos días, habían estado sumidas en una efervescente actividad: Mirando vestidos, probando peinados, discutiendo ideas. La única que no parecía muy animada era Hermione.
Estaban todos los chicos reunidos en la Sala Común, esperando que bajaran las chicas. Ron se había puesto la túnica de gala (una nueva, color azul ultramar), por si acaso, aunque Hermione no había dado ninguna señal de querer ir con él. Harry estaba entre los que esperaban.
-¿Y Hermione?- preguntó Ron, ansioso.
-Dijo que no iba a venir.- contestó Ginny, Bajando. Harry se quedó boquiabierto. Ginny llevaba una túnica color turquesa, que le quedaba muy bien con su pelo. Lo llevaba suelto, y le llegaba casi hasta la cintura; en vez de sus habituales coletas.
-Te ves.preciosa, Ginny.- le dijo Harry. ¿Qué le pasaba? Era como si el corazón le diera un brinco, un ramalazo de energía y calor lo invadiese, todo en una fracción de segundo... Notó que se había puesto colorado. Ni con Cho había sentido nunca nada parecido. La miraba como si fuera la primera mañana, el inicio del mundo, lo más maravilloso.
Casi pudo oír a Pat, murmurando:
-Ándale, que baboso te quedaste, chico.
Harry no tomó en cuenta al recuerdo de Humstall y su otra amiga. Seguía mirando a Ginny.
-Harry, ¿Puedes ayudarme? Convéncela por favor.- rogó Ron. Harry salió de su "trance" y contestó:
-¿Eh? Ah, sí.claro.
Subió las escaleras. No alcanzó a escuchar que Ginny intentaba decirle:
-¡Harry, no puedes entrar ahí! ¡Es un cuarto de chicas!
Harry abrió la puerta que decía "5° curso". Se encontró en una habitación bastante más amplia que la de los chicos, con una ventana enorme y varios armarios. Estaba vacía, salvo por Hermione, que sollozaba amargamente sobre su cama.
-Oye, no llores.
-No puedo evitarlo. Por mi idiotez me quedé sola. Y tú irás con Ginny.
-¿Por qué solo yo? A Ron le gustaría ir contigo.
-¡Pero si pasamos peleando!
-Bah, basta con mirar. El año pasado, cuando fuiste con Viktor ¿Recuerdas como se puso?
-Eh. sí.
-¡Vamos! ¡Arréglate! Te estará esperando abajo.
-Está bien. Pero, sal para que me vista.
-Hasta dentro de un rato.- le dijo Harry, guiñando un ojo mientras cerraba la puerta.
Había pasado cerca de media hora. Hermione abrió la puerta y lo miró pidiendo su aprobación.
-Perfecto- opinó Harry.- Ron te espera, vamos.
-Lástima que no pueda hacer nada por mi pelo.
-No importa, le gustarás igual.
-¡Solo es un baile!- exclamó Hermione, un poco irritada.- No me voy a casar con el ni nada parecido ¡No significa nada!
-Esta bien, está bien.- la calmó Harry. Estaba impaciente por ir con Ginny- Oye, tengo que bajar.
-Ok, nos vemos.
Harry bajó con Ginny hasta el salón. Este había sido decorado para la ocasión. En vez de las típicas mesas por Casa, había un montón de mesas redondas, con dos puestos cada una y una central, grande y con un montón de bandejas. El cielo raso, color negro tinta, mostraba una noche estrellada con luna llena.
En ese momento, Ron veía bajar a una Hermione resplandeciente y de pelo desordenado por la escalera. Usaba el mismo vestido del año pasado, solo que esta vez era de un color un par de tonos más claro.
-Te ves.muy bien- Dijo Ron, cohibido.
-Tu también te ves bien.- contestó ella, como si tuviera prisa por terminar con todo eso.- Bajemos.
-Bienvenidos alumnos.- Dijo Dumbledore, dando el discurso de apertura- Alzo mi copa por todos ustedes, ojalá hayan venido con esa persona especial.- Dumbledore se fijó en la profesora Mc Gonnagall, que frunció el ceño al escuchar eso- Ejem. Pero ya basta de eso ¡Qué empiece la fiesta!
Aparecieron diversos platillos en las bandejas de la mesa grande. Harry fue a buscar un poco para Ginny y él, cuando vio a Ron y Hermione.
-¡Eh! Vengan aquí.- les dijo Harry. Ellos asintieron y acercaron dos sillas más a la mesita.
El baile transcurrió con montones de parejas bailando en la pista; Harry y Ginny entre ellos. Hermione y Ron estaban sentados. Sus amigos los animaron a bailar, y cuando consiguieron que se acercaran a la pista, se fueron a sentar ellos.
Ron y Hermione bailaban ahora un vals lento. Harry y Ginny conversaban. Una vez exhaustos, Ron y Hermione se fueron a sentar y empezaron todos a comer. Cuando terminaron, Dumbledore hizo un nuevo anuncio:
-Ahora -dijo- las parejas pueden ir a dar una vuelta por el parque o algo así. O puede ser que quieran quedarse acá, la decisión es suya.
-¿Vamos?- le preguntó Harry a Ginny.
-No hay problema- le contestó ella, sonrojada.
Afuera también lucía la luna llena. Caminaron por los terrenos, aspirando el perfume de las flores silvestres. Se sentaron en un banco. Harry cogió a Ginny por la cintura, y ella a él por los hombros. Nunca ninguno de los dos se había sentido tan bien. Harry cerró los ojos, de modo que no supo que ella también los había cerrado cuando unieron sus labios.
Nunca sabrían el tiempo que había pasado, hasta que un gemido ahogado les informó que Hermione estaba allí. Se separaron, bastante rojos ambos. Hermione y Ron los miraron largamente. Ron se atrevió a romper el silencio:
-Harry.- musitó asombrado- ¿Cómo.?
Hermione dio un gritito y salió corriendo. Ron se dejó caer en el asiento, mustio.
-Lo sabía, esto no iba a funcionar.
-¿Por qué no vas con ella? ¡Apúrate, vamos!
-Bueno.
Ron salió corriendo tras Hermione. Siguiendo el ejemplo de Harry, subió la escalera hacia el cuarto de las chicas y entró en la habitación.
-Hermione.
-¡Lárgate!- contestó ella, llorando- Además, este es un cuarto de chicas, no deberías estar aquí.
Ron, sin embargo, se sentó en la cama, a su lado.
-Oye, no llores, me gusta más cuando sonríes.
-¡Déjame en paz!
-Sé que no es el mejor momento. Sé que no soy Harry tampoco, ¿Pero no me vas a dar una oportunidad?
-¿Quieres decir.?
Ella lo miró muy fijo. Ron le sonreía, aunque la sonrisa se le borró del todo cuando Hermione le chilló:
-¡¡¡Ya basta de burlarte de mí, Weasley!!! ¡Sal de mi pieza!
-Pero.
-¡Fuera!
Ron salió del cuarto en un estado totalmente depresivo. Tan así, que ni él podía recordar más tarde como fue que había llegado hasta la pieza. Se derrumbó sobre la cama y estuvo largo rato solo, hasta que llegó Harry.
-¿Qué ocurrió? No volviste al baile y me preocupé. ¿Te sientes bien?
-No. Déjame.
-¿Qué pasa, Ron?
-Me detesta, Harry. Ni siquiera me cree cuando le digo que la quiero.
Harry suspiró, pensando. Él sabía que, de alguna manera, Hermione también quería a Ron. Pero no sabía que hacer para que ella lo aceptara.
-Mmm, creo que por el momento, sería mejor que me mantuviera alejado de Hermione.
Ron volteó a mirarlo (Había estado de cara a la pared) Sus ojos castaños revelaban su desesperanza.
-Eh, chicos- dijeron Dean, Seamus y Neville, entrando a la pieza. Al parecer, la fiesta había acabado.- ¿Qué le pasa a Ron?
Harry iba a contestar, pero Ron lo detuvo y dijo:
-Nada más me duele la cabeza.
-Pues ve a la enfermería, con Madame Pomfrey.
-No, así estoy bien.
-Bueno.-contestaron ellos. Harry se quedó al lado de Ron.
-Déjame dormir, Harry.
