Título: Are You Sleeping, Are You Sleeping, Baby Draco? - Estás durmiendo, Estás durmiendo, Pequeño Draco?-
Autor: Priestess of Avalon
Traducción al castellano por: Youko Gingitsune - Youko_Gingitsune@hotmail.com
Rating: PG
Página:
http://www.iespana.es/silveryouko/esp_index.htm
Derechos: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.
~*~*~*~
Lucius bebió un poco de su vaso de agua, le disgustaba cualquier cosa que interfiriera con su mente, y continuó trabajando. En un segundo plano se escuchaban gritos agudos.
Niñera incompetente, pensó. No vale lo que se le paga.
"No puedes hacer que el bebé deje de llorar?"
"Lo estoy intentando, señor!"
Pero eso sólo causó que los gritos se hicieran más fuertes. Dejando su pluma a
un lado prestó más atención. Esos gritos sonaban más desesperadamente asustados
que otra cosa.
Debe ser el nuevo ambiente y la gente. Pasó el único mes de su vida en el
hospital y es sólo su segundo día en casa. Supongo que es mejor que suba, podría
reconocer mi voz… además el doctor dijo que esto no es bueno para sus pulmones.
Pensó Lucius para sí.
Cuando entró en la guardería el fuerte olor a miedo confirmó su hipótesis. La
niñera que había contratado estaba sentada, melindrosamente meciendo la cuna y
cantando en esa irritante voz de bebé que las mujeres usan. Atrás de ella estaba
Narcissa, incapaz de esconder su disgusto al bebé que había terminado con los
viajes de su esposo a su lecho y llevado a que ella encontrase comodidad en
otros lugares.
Fue la vista de su esposa lo que hizo que surgiese en su pecho una sensación de
cólera. "Ustedes dos. Pueden irse. Ahora."
Con los ojos grandes en sorpresa ambas salieron rápidamente y él se inclinó
sobre la exquisitamente elaborada cuna de ébano. Lucius no tenía la menor idea
de cómo actuar, pero al menos realmente quería hacer algo, que era más de lo que
las otras dos podrían decir.
Levantó el bulto que no dejaba de moverse, envuelto en una suave y gruesa manta,
y lo sostuvo contra su hombro izquierdo. Era sorprendente cuán cómodo se sentía
ahí, cálido, sólido y aferrado… mientras pequeños dedos se cogían del cuello de
su camisa para asegurarse de ahí.
"Vamos, tengo trabajo que hacer."
Quizá reconoció la voz de su padre porque sus gritos en las escaleras ya eran
más calmados y suplicantes, como si esperara que mejorase pronto.
Lucius se sentó en el escritorio de su estudio, su hijo encajando perfectamente
en la curva de su brazo que encontró interesantes las filas interminables de
papeles que estaban disminuyendo, las prioridades se estaban realineando en la
parte más cercana a Lucius.
"Mi Draco, mi dragón," Murmuró. No tenía la menor idea de cómo hablar a un bebé
así que le habló como si fuera un adulto, aunque sin la cautela que le hacía
elegir con cuidado cada palabra con una precisión que no lo implicaría en nada.
"Lo sé, lo entiendo. Casi todos quisieron que murieras por una razón u otra
desde el día en que naciste. No te culpo por no querer cerrar los ojos cerca de
ellos lo suficiente para poder dormir. Pero yo te quiero con vida y saludable.
Para eso necesitas descansar. Estás aquí, conmigo, puedes descansar tranquilo."
El olor a miedo había disminuido considerablemente. Draco todavía estaba
respirando agitadamente y lloriqueando con suavidad, pero parecía estar
prestándole atención, a sus palabras o al tono de su voz.
"Eso está mejor, no lo crees? Eres mi hijo y me he asegurado de poder tenerte
seguro. Y, Draco? Seré honesto: No sé lo que estoy haciendo. No sé cómo ser un
padre. Nunca tuve un buen ejemplo cuando crecí." Dijo sin sarcasmo, sólo dando
una seca descripción de los hechos. "Pero prometo hacerlo mejor de lo que fue
para mí contigo. Lo más posible es que seré estricto, dominante, impaciente,
distante y formal contigo. Y exigente, muy exigente. Pero nunca nadie podrá
jamás herirte sin responder por sus actos ante mí. Nunca. Nunca te torturaré
tampoco. Ya te amo demasiado. No puedo prometerte que algún día te mostraré mi
amor…" Por un momento esto lo entristeció. "Pero ahí lo tienes."
Miró hacia abajo y se sorprendió. Draco estaba profundamente dormido.
Lucius Malfoy era bien parecido, inteligente, extremadamente rico, poderoso y,
con todo eso, típicamente arrogante. Estaba acostumbrado a que se arrastraran
por él. La revista Witch Weekly paraba intentando entrevistarlo. Death Eathers y
oficiales del ministerio lamían sus botas. Inclusive Voldemort lo trataba con
cierto cauto respeto. Pero nunca se había sentido más adulado en toda su vida,
nunca se había sentido tan realizado como ahora, ante el descubrimiento de que
él era el único en el que Draco confiaba lo suficiente para ponerse a dormir.
Sonriendo, volvió a coger su pluma y comenzó a revisar el libro de cuentas,
todavía meciendo a su hijo en un brazo.
~*~*~*~
Nota de la traductora: Este fic no es mio, yo sólo lo traduje, sin embargo tengo permiso de la autora ^_^ para poder usarlo como referencia del pasado de Draco en mis fics, que hasta ahora cuentan 'Draconigenae' y 'Draco Malfoy y la Leyenda de la Serpiente Plateada'.
