Capítulo 6: ¿Todo este amor no es real?

Harry le sonrió a su vez, haciendo entender de que también él se sentía con ganas de vencer a todos. Hermione se secó los ojos, y Harry suspiró echándose para atrás.

- ¿Qué pasa?

- Oh nada. Es que sabes... hoy donde la Trelawney, je, no vas a creer lo que dijo... – dijo Harry con una sonrisa divertida.

- ¿Qué dijo? – habló a su vez Hermione.

- Bueno hoy estuvimos tratando con la bola de cristal otra vez (vamos cinco clases seguidas -_-) y esta vez predijo algo sobre tú y yo.

- ¿Qué dijo? – exclamó un tanto alto Hermione, preocupánose.

- Dijo ique nos pelearíamos en estos días y que me dejarías por otro... realmente absurdo – dijo Harry sin darle mucha importancia. Por alguna razón a Hermione le vino en mente Draco.

- Vale esa tipa está bien chiflada – murmuró Hermione alzando las cejas. Harry se le acercó y le besó en la mejilla.

- Qué importa. Anda, ven aquí – dijo ceñalando el espacio entre sus piernas (n/a: no piensen mal...). Hermione se paró levemente y luego se sentó entre las piernas de Harry, para luego recibir un fuerte abrazo de Harry.

- ¡Te agarré! – murmuró sonriendo.

- ¡Ay, pero qué niño! – dijo Hermione fingiendo de enojarse, para luego sonreír ampliamente (n/a: escena sacada de Marmalade Boy n° 5).

*

Nadie se dio cuenta cuando de repente los primeros días de Febrero habían llegado. La atmosfera estaba cambiando, en sentido del humor de casi todo el mundo, por el día especial que se estaba acercando: San Valentín. Casi todas las parejas estaban preparando cosas fenomenales para el amado, pero ese día se había vuelto un gran problema para Hermione.

Ella nunca había hecho nada especial por alguien, ¿qué podía hacer ahora que tenía un novio por primera vez? Las opciones eran muchas, pero sólo una resaltaba, y esa era la típica opción de regalar chocolates en forma de corazón. Pero más veía a sus compañeras empeñarse en el presente, más frustración le venía. Si todas le regalarían algo incomparable a su novio, ¿por qué ella no?

No quería saber nada del libro que había utilizado para el regalo de Navidad. El osito era muy tierno, sí, pero también muy... cursi como para un muchacho de dieciseis años (n/a: OJO, están en sexto año). Además, tenía que pensar en algo increíble, porque también tenía un grande problema: las fanáticas de Harry.

Ese tema jamás había querido resaltar ni para sí mísma; pero el hecho era que las fanáticas de Harry siempre le estaban por detrás, tuviera novia o no. Se recordaba muy bien cuando ellos dos se habían peleado, que una de ellas, Frances Burnett de quinto año, había tratado de seducirlo haciendo que Harry se encotrara en una situación vergonzosa. Pero el chico había desistido a la seducción de Burnett, haciendo aclarar que aún amaba a Hermione. Y ella también lo amaba.

Se dirigió al Gran Comedor con una hambre tremenda. Las horas de Transfiguración eran siempre pesadas, aún teniendo que mover sólo la varita. Apenas entrada, se dirgió donde Ron, dándose cuenta que Harry no se encontraba.

- Hola Ron – saludó Hermione, viendo a su amigo devorar una pata de pollo – Buen provecho...

- Bueg provesho – dio como saludo Ron. Hermione se sirvió un poco de gnocchi (o ñoquis, como prefieran) con sugo (o salsa de tomate, pero no la ketchup) bien preparado y un poco de polenta hecha al horno apartándola en otro plato (n/a: mi comida favorita!!!*o*). Notó luego en la mesa otras exquisiteces. Los elfos ese día se habían empeñado en la deliciosa cocina italiana.

- Ah, Hermione... – dijo Ron después de tragar un poco de carne – Me dijo Harry que no lo esperaras para comer. Tenía que... emh... hacer unas cosas – Hermione entendió inmediatamente que había gato encerrado. Frunció el ceño, volviéndose hacia Ron.

- ¿Qué cosas? – Ron trató de evitar la mirada inquisidora de Hermione.

- Eh... no lo sé, Herms... creo que debía buscar algo en la habitación...

- ¡Y tal! ¿Posible que yo lo haya visto irse hacia el tercer piso después de Transfiguración? – dijo Hermione.

- Ay, ¡no lo sé Herms! No tengo idea de dónde haya ido, ¡¿está bien?! – exclamó Ron enfureciéndose – ¡Tú eres la que debes saber donde anda tu novio, ¿no?! – Ron volvió como si nada a comer sus alimentos, con Hermione que la miraba atónita, pero con expresión enojada. Alejó el plato de ella y se levantó de la silla.

- Tienes razón Ron, me voy a buscarlo – dijo en un murmullo, agarrando su mochila y dirigiéndose a las puertas del Gran Comedor.

Subió las escaleras y se dirigió al tercer piso, ya que había visto a Harry irse por ese lado. No tenía ni la mínima idea de porqué se podía encontrar ahí... ni porqué no le había dicho nada.

Llegada a las escaleras del segundo piso para el tercero, caminó lentamente. Se pusó a pensar entonces que tal vez Harry tenía que hablar en privado con alguien... pero su miedo era que no sabía con QUIÉN. ¿Posible que era otra fanática? ¿No tendría por qué preocuparse? ¿O sí?

Ya al final de la escaleras pudo oir unas voces provenir del lugar. Con cuidado, miró ambos los lados, pero no vio a nadie. Entonces pudo entender que las voces pronvenían de una habitación a la derecha. Se acercó a ella cautelosamente. Efectivamente pudo identificar la voz de Harry con otra voz... ¿masculina?

- ¿Tienes algún problema que yo y Hermione estemos juntos? – dijo Harry con una arrogancia inmensa. Hermione se sobresaltó al ver que hablaban de ella.

- No Potter, para nada – murmuró la otra voz divertida. Hermione creyó reconocerla – Sólo que tú sabes... se ha vuelto apetitosa en estos últimos tiempos.

- Mira maldito, atrévete a acercártele y verás que te vuelo la cara – amenazó Harry con veneno en las palabras.

- Ja ja ja – rió la voz horriblemente. – Ni creas que le haré daño. Sólo quiero divertirme. Nada más – lo que pasó de seguido Hermione no pudo entenderlo. Parecía que Harry hubiese agarrado el otro muchacho por el cuello amenazadoramente.

- Te advierto, Malfoy, de ésta no pasas – Hermione pudo entender entonces que Harry le pegaba un puñetazo en la cara a Malfoy. Se llevó una mano a la boca. – Atrévete no más a tocarla y a decirle algo, que te borró esa idiota sonrisa de la cara.

- No si antes yo se la quito a Granger, Potter – dijo Malfoy al parecer con un guiño. Hermione había entendido esa frase perfectamente. Malfoy quería... quería...

Se alejó rápidamente del lugar tratando de no hacer ruido, y apenas llegada al segundo piso empezó a correr por las escaleras. ¿Malfoy había llamado a Harry para decirle eso? ¿Nada más para advertirle que quería hacerla suya? No podía creerlo, ¿por qué para los hombres las mujeres eran sólo objetos sexuales? ¡¿Qué veía Draco en ella?!

*

Las primeras semanas habían pasado volando, que inesperadamente había llegado San Valentín. Hermione a fin de cuentas había decidido no esforzarse tanto en un regalo, pues la intención era la que contaba, así que optó por una simple bandana azul con una snitch en el medio (comprada en Hogsmeade), y unos chocolaticos a forma de snitch. Pensaba que era suficiente.

En ese momento se encontraba en la clase de Aritmancia, la última hora de las clases pomeridianas. Pronto tendría que dar el regalo a Harry, y se sentía un tanto nerviosa. A su lado estaba sentada Hannah, que parecía estar mucho más nerviosa que ella.

- ¿Tú también debes darle el regalo a Ron, verdad? – le preguntó en susurros. Hannah, que ese día llevaba una media cola con su pelo rubio bien liso, la miró apenada.

- Ajá... – murmuró.

- ¿Qué le regalarás?

- Eh... no es un objeto – murmuró casi inaudible Hannah, tal vez para que no la oyera la profesora que por suerte estaba distraída mientras explicaba. Hermione enarcó una ceja.

- ¿No es un obj...? – ensanchó los ojos – ¡¿Eh?! Osea que tú... que tú...

- S-sí... – balbuceó Hannah roja hasta las puntas de la larga melena. Estaba sumamente avergonzada.

- ¡¿Y... y estás segura?! ¡¿No tienes miedo?! – le preguntó en un murmurllo Hermione. La veía muy atónita. No se esperaba eso de la inocente y sutil Hannah.

- No creo... es que verás, siento... – se aseguró que la profesora no las viera – siento que para nosotras de esta edad ha llegado el momento, ¿no? Es decir no tengo miedo alguno porque... porque creo que yo también lo deseo y... bueno si sirve para que nuestro amor sea más intenso, estoy dispuesta a hacerlo con todo mi empeño – Hermione no podía creer lo que decía Hannah, porque todo correspondía a los motivos del porqué ella lo había hecho... para salvar su amor entre Harry y ella.

- ¿Tú qué sentiste al hacerlo? – le preguntó Hannah con un poco de pena. Hermione miraba al vacío, pero después salió de sus pensamientos e hizo como si volvía a prestar atención a la clase.

- Oh... tú mísma debes probarlo para saber – respondió sin más rodeos.

La hora de Aritmancia terminó en un santiamén, después de la breve conversación entre Hannah y Hermione. Hannah parecía no querer salir de la clase, y se veía muy tensa mientras guardaba sus cosas. Hermione la entendía por completo, ella había estado como quince minutos pensando si entrar o no al dormitorio masculino, aquella vez.

- Dale... – le dijo Hermione para darle ánimos – todo va a ir bien.

- Sólo espero que Ron no me rechase – suspiró nerviosa Hannah saliendo por la puerta junto a Hermione. Ésta la miró extrañada.

- ¿Por qué debería rechazarte?

- Es que... verás, él bueno... me pasó algo parecido a lo tuyo con Harry, pero con la diferencia que él me lo pidió primero... estabamos paseando en el lago, nos empezamos a besar, y luego él me miró a los ojos, todo temblando (n/a: d frío, recuerden el clima d England) "Hannah, ¿quisieras hacerlo conmigo?". Yo me quedé sorprendida por la propuesta, y con nerviosismo le dije que no y lo dejé ahí. No nos hemos peleado, por Dios – dijo viendo la cara de Hermione – pero sabes, algo se ha perdido entre los dos.

- Tal cual lo que me pasó a mí – pensó Hermione mientras ya llegaban al tercer piso – Bueno... no sé qué decir. Todo depende de él.

- Sí – respondió Hannah, alejándose al pasillo de la entrada de Hufflepuff.

Hermione vio alejarse su amiga hacia su casa. La Gryffindor en vez debía bajar otro piso para ir a la suya. Pero luego, recordándose que Harry tenía entrenamiento esa tarde, decidió ir a la biblioteca o dar un paseo por el castillo. No tenía ganas de hacer tareas, quería relajarse un rato. No se atrevía a salir, con la nieve que había y el frío que hacía, además que no quería ir al lugar de siempre...

En un momento se recordó de Draco, mientras paseaba lentamente por los largos pasillos del tercer piso. Recordó aquella vez en que había oído la conversación entre él y Harry, y lo que había oído. En esas últimas semanas el chico no había hecho ver ni su sombra ante ella, pues al parecer Harry lo había puesto en su lugar. Pero de todos modos la cosa le inquietaba...

¿Por qué? ¿Por qué Draco Malfoy había dicho eso? ¿Por el sólo hecho de ser hombre y sentirse atraído por la figura de ella? Hermione no los entendía, a los hombres. De vez en cuando podían ser cariñosos, otras veces arrogantes, y otras veces excesivamente burlones. Podían llegar a olvidar su orgullo y defender su amor, pero podían dejarlo todo y buscarse una nueva aventura. Era una cosa verdaderamente extraña; sinceramente no entendía el sexo opuesto, como éste de seguro no entendía tampoco el otro.

Metiendo las manos en el bolsillo pudo encontrar una cosa que al sacarla le hizo sonreir mucho: era la pulsera que Harry le había regalado para Navidad. Nunca se la ponía, quería mantenerla como un tesoro secreto, pero la quería tener siempre con ella. Así que qué mejor lugar que el bolsillo de su chaqueta.

Entonces Harry, como era de imaginarse, empezó a pensar en todo lo que había ocurrido entre ella y Harry, desde su empate (o noviazgo). Esos bellos momentos en que por los pasillos andaban juntos, a veces agarrados de la mano, o simplemente se sonreían con amor. Pero, ¿acaso Harry ya desde esos momentos había querido hacerlo con ella? La pregunta que se ponía Hermione era un tanto peculiar; raro que no se la hubiera puesto antes. Se puso a pensar, también... en todo lo que había dicho Hannah, que correspondía a lo que ella había pensado. Ella había querido hacerlo para salvar su situación con Harry... ¿no? ¿Sólo por eso se había entregado, cierto? Aunque, pensándolo bien, también ella había deseado hacerlo en cierta forma.

Lo que aún no le quedaba claro a ella era si Harry ya desde el inicio de su noviazgo había tenido ese tipo de intenciones. Porque si lo era, entonces... ¿él sólo se había interesado en ella para tener sexo?

Hermione se detuvo en seco. No podía creer la conclusión a la cual había llegado.

- Osea que... si Harry sólo quiso empatarse conmigo porque le atraigo sexualmente... entonces... ¿Todo este amor no es real?

Nota de la autora:

Epaa!!!!!!!!!!!! Jaja este cap tmb tiene record, en dos días lo terminé!!!! Wuaaa!!!

Mil gracias x sus reviews!!! Tmb ellos han pasado el record =^.^=!!! Sólo espero q continúen así y dejen más reviews x este cap.. q x cierto espero no les haya desilusionado. Pal prox cap sólo piensen en la predicción de Trelawney... (dejenme en los reviews lo q deducen de esto).En fin chaus!! Ya saben mi lema, DEJEN REVIEWS!!!

[cap dedicado a la prof. Minto, con kien tengo tres 10 en inglés... thanks a lot, miss!]