ESTE CAPÍTULO SE LO DEDICO A ARWEN!!! (lo esperé justamente pa dedicartelo!!)

Capítulo 8: Ni se te ocurra

Hermione salió como un rayo, estaba cansada de tener tantas dudas en su mente. No quería más dudar de Harry, quería saber la verdad sobre su amor y sobre su relación. Quería acabar con esas dudas de una buena vez por todas, quería asegurarse de que no había estado soñando todo este tiempo.

Por un largo pasillo, antecedente al de la entrada de Gryffindor, se encontró exactamente a quien buscaba, osea su novio. No quería hacerle tantas preguntas en ese lugar, pero parecía que... Harry también la estaba buscando.

- ¡Ah Hermione! Ya estaba yendo hacia la biblioteca para buscarte – dijo Harry deteniéndose ante ella.

- ¿Y eso? ¿Pasó algo?

- Bueno es que no sé hoy noté a Ron un poco distante de Hannah pero no me atreví a preguntarle nada. ¿Sabes algo? – preguntó Harry. Hermione no podía creerlo: Harry había puesto el tema por sí mísmo.

- Sí. El problema es que hace unas semanas Ron le había pedido de hacerlo a Hannah – Harry ensanchó un poco los ojos – y la chama se había retractado. Pero para San Valentín se había decidido de hacerlo, aunque Ron a fin de cuentas no quiso. Entonces desde ese día no se hablan – explicó Hermione.

- Ummh, con razón. Era de esperarse algo por el estilo...

- ¿En serio? – le preguntó Hermione al instante – ¿De verdad te esperabas algo así?

- Bueno, hoy en día no se hace más que pelear por ese tipo de cosas... como tú y yo, por ejemplo.

- Es verdad, pero... ¿posible que todas las parejas reaccionen de ese modo? Digo, cuando yo... cuando yo... – Hermione no lograba decirlo – cuando yo decidí hacerlo... tú no estuviste en contra, en vez Ron sí que se desistió. Así que las reacciones no son iguales.

- Bueno es verdad... – dijo Harry un tanto sonrojado apoyándose a la pared. Hermione le miró a los ojos intensamente, como preguntando mil cosas a la vez – ¿Qué sucede?

- Harry – le dijo Hermione tomándole de las manos – ¿tú me amas?

- Hermione, ¡qué preguntas! ¡P-por supuesto que s-sí! – le balbuceó Harry como una cosa tanto obvia como que Cristobal Colón había descubierto América.

- Dímelo – le murmuró Hermione sin despegarle la vista y acercándo su boca a la de Harry. Éste tampoco aparto su vista.

- Como quieres que te lo diga – susurró Harry tomándole de la barbilla y besándole tiernamente en los labios. Esos labios tan deliciosos... esos labios que le habían gustado tanto su primera vez... Pero Hermione no podía hacer desaparecer esa duda, esa duda que le estaba carcomiendo el cerebro y desesperando como nunca. Debía preguntarle todo a Harry.

- Harry, ¿tú cómo me ves? – le preguntó en un susurro apenas se separaron. Harry la miró extrañado.

- ¿En qué sentido?

- ¿Me ves como una hermana menor?

- ¿Crees que te doy el mismo trato que le da Ron a Ginny? – le preguntó Harry burlón.

- No pero... digo... ¿no es que me ves como una simple amiga, o sí? – dijo Hermione sin soltar sus manos.

- ¿Una simple amiga? ¡Por Dios, Hermione! – exclamó Harry.

- ¡Es que es verdad! Dime, ¿sí o no?

- Claro que no – dijo Harry dándole un piquito.

- Umh... Pero una cosa... si yo por ejemplo... no hubiera querido hacerlo contigo... digo... ¿tu amor por mí sería el mismo? ¿Me amarías con la misma intensidad de siempre?

- ¿Qué pretendes Hermione? – dijo Harry frunciendo el ceño y volviéndose serio. La cosa empezaba a ponerse rara.

- Es que bueno... aún después de reconciliarnos, tu amor por mí no era el mismo... era como un poco más distante... y bueno después de que lo hicimos... te volviste más cariñoso... más amable... más romántico... así que bueno... me preguntaba, ¿tu amor por mí depende si tenemos relaciones sexuales? – Harry se separó un poco de Hermione y frunció más el ceño. Estaba más confudido y no entendía nada... más bien, no entendía a qué punto quería llegar su novia.

- Hermione, ¿estás diciendo que si no lo hubieramos hecho yo no te hubiese querido como ahora? ¿Que mi amor por ti nunca hubiera aumentado? – Hermione apartó la vista, asintiendo levemente – ¿Pero qué estás diciendo?

- Es que Harry, verás, me he puesto a pensar... ¿posible que tú querías intentar hacerlo desde que nos empatamos? Dime, ¿tenías planeado eso en mente desde ese entonces?

- ¡¿Hermione, pero qué dices?! – Harry soltó las manos de Hermione, estaba completamente impresionado por las preguntas de la chica.

- Bueno pero si es verdad, ¡¿no?! Digo me pediste el empate sólo para hacerlo con alguien, y como no encontrabas a alguien que valiera la pena decidiste que yo era la mejor, ¡¿no?! Que conociéndome de una vida te sería bien fácil convencerme, ¿cierto? Es que digo tu cambio fue demasiado radical después de haberlo hecho, me pregunto, ¡cómo es que no te retractaste como Ron! – Hermione decía cada palabra con un poco de muecas, ya con el ceño fruncido. Harry también lo tenía, y no podía creer lo que la inteligente Hermione le decía en esos momentos.

- Pero Hermione, ¡¿te das cuentas de las vainas que estás diciendo?! ¡Yo no te busco sólo por tener sexo contigo, entiéndelo!

- ¡¿Ah no?! ¡¿Cómo es que te lanzaste a hacerlo apenas te lo propuse?! ¿Cómo es que no te desististe?

- Pero chica, ¡si fuiste tú la que viniste donde mí! ¡Fuiste tú quien me lo propuso de primera! ¡¡Yo no tenía más intenciones de hacerlo!! – exclamó Harry entrando a la defensa (n/a: dale x la izkierda, sigue por la derecha!! XD).

- ¡Era una prueba, Harry Potter! – exclamó Hermione con una voz agudísima.

- Pues sabes, ¡no todos reaccionamos de igual manera! Si Ron no lo quiso hacer, ¡es peo suyo! ¡Allá él si se pasó de marico!

- ¡¿OSEA QUE HACER EL AMOR ES DEMOSTRAR LO "MACHO MACHOTE" QUE ERES?! – gritó Hermione ensanchando los ojos haciendo como si estaba asombrada – ¡Oh, esto es genial!

- No, no me entendiste Hermione, ¡¡no has entendido nada!! – dijo Harry agarrándole de un brazo.

- ¡Déjame! ¡Yo sólo he entendido que para ti no soy más que alguien con quién tener sexo! – exclamó Hermione soltándose bruscamente de Harry, y corriendo al lado opuesto de la torre de Gryffindor.

- ¡¿Pero quién entiende a las mujeres?! ¡Primero dicen una cosa, luego hacen otra! ¡¡Son impredesibles!! – exclamó Harry dando un puño en la pared. Las mujeres eran muy complicadas como para intentar entenderlas (n/a: esta vez estoy de acuerdo con Harry, aún siendo 100% femenista y anti-machista!).

*

Hermione corrió, corrió todo lo que pudo sin rumbo alguno, sólo seguía lo que sus pies le decían. Le había sacado sus verdades a Harry, ¡él lo había admitido! Había admitido que para él, Hermione era sólo una demostración de "macho", siempre y cuando lo hicieran. ¿Cómo había podido ser tan ciega? Creer en los cariños, los abrazos, los tiernos y apasionados besos, ¿cómo había podido dejarse llevar? Ser conquistada con simples regalos, ¿eso era amor? No, esa era la técnica para llevarla a la cama. ¿Cómo había podido creer en ese amor? ¿En ese amor inexistente? Ella para Harry no era más que una "amiga de infancia" y alguien con quien pasar un buen rato. Con quien hacerlo... se dio cuenta luego que la Trelawney había acertado con las predicción.

Después de tanto vagar, notó que había llegado a un lugar muy frío. Por algo era aquella sala famosa del tercer piso. ¿Cómo demonios había llegado hasta ahí? Aunque a ella no le importaba, no le importaba nada en ese momento. Sólo quería alejarse de todo, alejarse de Harry y de los hombres. Pero al parecer eso sería imposible...

Apenas se asomó hacia adentro, pudo notar que la pequeña sala oscura no estaba sola. Entre todo ese polvero y pocotón de muebles viejos, pudo ver una persona asomada a la ventana, haciendo que entrara todo ese frío infernal del exterior. Lo más raro es que no estaba cubierto como se debía estar en esa época tan fría, sino que llevaba la simple túnica negra con la corbata y ya, como si se estuviera derritiendo en un día de verano. Era flaco, de piel pálida, ojos grises como cenizas y el pelo rebeldemente rubio. ¿Quién más sino Draco Malfoy?

El Slytherin se volteó apenas oyó la puerta cerrarse. ¿Quién estaba ahí? Aquella muchacha que tanto odiaba e insultaba de Gryffindor, de cabellos rizados y normalmente alborotados, de piel color carne y de dos lindos ojos color miel, sumándole sendo cuerpazo que había heredado de quién sabe quien. Ese cuerpo que hacía exitar a Draco varias veces, y que le hacía llenar la cabeza de pensamientos eróticos. ¿Quién más sino Hermione Granger?

Draco guiñó al verla, como siempre, nunca haría ver alguna expresión que no fuera malévola o irónica. La miró de pies a cabeza... aún con tanta ropa encima su cuerpo era exquisito. Se acercó a la muchacha sin más preámbulos.

- ¿Qué te trae por aquí, Granger? ¿Buscando sangre decente para tus venas? – dijo Draco inyectando veneno por todos lados. Hermione frunció el ceño al instante.

- No creo que la encuentre por aquí si tú estás presente – respondió desafiante Hermione. Draco la miró con sus ojos penetrantes.

- Créeme Granger, no todo es como lo que piensas – dijo Draco parándosele enfrente, y luego viéndola de arriba a abajo. – Ni yo pensé que algún día despertarías mis más grandes deseos eróticos – Hermione, que no se atrevía a mover dedo, sentía que Draco la comía enterita con la mirada.

- Deja tus fantasías eróticas para alguien más, Malfoy – dijo Hermione mirando a Draco directamente a los ojos. – Conmigo no tienes oportunidad.

- ¿Y quién lo ha dicho? – en un momento en que Hermione no pudo reaccionar, Draco le agarró por la cintura y la pegó practicamente a su cuerpo. Hermione no sabía que hacer, todos sus sentidos no funcionaron de repente, era como si se hubieran dormido, y sólo su mente pudiera entender lo que pasaba.

- Suéltame ya, Malfoy – dijo Hermione tratando de alejar su rostro del de Draco, en vano.

- Te digo una cosa, sangre sucia – le susurró Draco al oído, apretando las manos de Hermione con una sola. – Yo soy un Malfoy. Siempre obtengo lo que busco – Hermione pudo sentir como el aliento de Draco bajaba de su oreja hasta su cuello, donde de repente sintió como si un Drácula le estuviera chupando la sangre (n/a: entienden lo q digo? Saben ese beso, el chupete o no sé. Yo me sé el nombre en italiano, q exactamente es succhiotto [chupón]). Quería liberarse de él, pero el chico le agarraba las dos manos muy fuertemente. La chica sentía tanto miedo, no tenía ni idea de lo que podría pasar.

- Déjame por favor, déjame – Hermione había empezado a tener miedo. En un momento se había recordado de la advertencia de Draco, aquella vez con Harry: la quería violar.

- No temas, Hermione Granger. Este es sólo el inicio – sin preaviso alguno, sintió que el chico le besaba muy fuertemente en la boca, pidiendo permiso para entrar.

Hermione trataba de desistirse, pero el miedo y la tensión eran tales que ya no tenía ni control de sí mísma. Sintió como su saliva se mezclaba con la de Draco, como la lengua del muchacho se revolcaba descontroladamente en su boca y exploraba cada centímetro de ella. Hermione no lograba moverse, se sentía incapacitada, como bloqueada por todo lo que estaba sucediendo.

Por desgracia suya, apenas Draco separó su boca de la de ella, la tumbó directamente en un sofá que estaba ahí detrás de ella. Hermione estaba sumamente atemorizada, no lograba ni gritar, estaba por ser violada y su segunda vez no sería tan delicada como la primera. Draco entraría a la fuerza mientras que Harry había actuado como si Hermione se hubiese podido romper. Empezó a temer lo peor cuando Draco le empezó a desabrochar la túnica. Antes que nada le había puesto un hechizo en las manos y piernas para que no pudiera golpearle o hacerle daño.

- No, no no no, por favor... Ni se te ocurra... – gemía Hermione mientras trataba de alzar el volúmen de su voz, pero no podía por otro hechizo que se le había apenas aplicado. Draco sonreía maliciosamente, con su típico guiño en la cara. Violaría a una de las muchachas más bellas y provocativas de toda Hogwarts, superaría el record.

- Tranquila nena, no quedarás embarazada. Ando siempre preparado (n/a: como era de esperarse, eh?) – dijo Draco sin un minuto que perder, desabrochando la camisa y la corbata de Hermione. A ésta le empezaron a salir lágrimas arrepentidas y dolidas por todo lo que había hecho.

- Harry, lo siento... perdóname – susurró Hermione sintiendo como las lágrimas le corrían por los lados de la cara, y cerraba los ojos. Sintió luego que la lengua de Draco le empezaba a lamer el cuello... no, eso no podía estar pasando...

Sólo les digo: DEJEN REVIEWS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ^O^