Woooooooooooooo!!!!!!!!!
Siglos más tarde.... aquí llega la tercera parte de Luna Llena!!!! Sé que he tardado decenios, pero es q estoy liadísimaaaaaaa.... lo peor es q este capi ya hace tiempo q lo tenía, pero a mano (soy así de rudimentaria, 1º escribo a mano y luego lo tengo q pasar. Cuestiones tácticas: sólo tengo tiempo de escribir en mis viajes de tren de 2x1 hora al día, y lo aprovecho como puedo).
Cosas.....: La canción es de Tierra Santa, y la he puesto porq no sabía q poner y ya estaba harta de pensar!!!!!! Ala!!!
+ cosas: scriptorium es el sitio dónde los monjes "iluminaban" (es decir, escribían y dibujaban las miniaturas) de los incunables/libros. Refrectorium: comedor. Hermanos legos: los sirvientes de los monjes, no religiosos.
Qué más..... nusé. Mmmm Slowly se llama así en honor de una amiga mía (jejeje, su hermano le llama así cariñosamente, me ha gustado el apodo).
Y pasó a..... respuesta de reviews!!!!!
Alpha: rápido, lo que se dice rápido, ya ves que no... (*Gwen baja los ojos avergonzada*).. pero espero que te guste!!! Supongo q en el próximo capi se explicaran más cosas... a ver si no me lío demasiado :þ
Kalisto: Una altra fan de Sonata!!! Així m'agrada!!!!! Visca!!! (jejejej, se me'n va....). Doncs pots estar tranquil·la, no t'hem desvelat el final de Moulin Rouge... o potser si, però això no té cap importància, tenint en compte q el mateix prota diu q la Nicole mor als 5 minuts de començar la peli... diguéssim q no és sorprenent ¬¬u. M'alegro q t'agradi el fic!!!! Aquí en vé més!!!!
Maika Yugi: Wenas!!! Verdad q si q es encantador Remus??? Aish, me emociono solo con pensar en él..... Creo q me malinterpretaste en el anterior capi... Yo soy la primera atea!! Sólo q estoy intentando reproducir la edad Media, y esa gente SI era religiosa!!! Las reliquias era algo muy valioso... y yo no digo q el trozo este de cruz sea "auténtico" o "falso"... simplemente lo dejo al aire... piensa lo que quieras. (personalmente, el Papa podría ingresar en un asilo q estaría mejor;). Gracias por leer!!!!
Rakshah: És clar q es viva!!! Com volies q la matés???? Pobre Remus, amb el que l'estimo jo... jejej. (és més maco q en Nicolàs/Miquel, jejeje, q dolenta sóc... Muajajajja...) I la veritat, no se m'havia acudit pensar en que ara ella tb serà licàntropa... Com q no pensava fer història del present, sinó només els records de'n Remus, ni m'ho havia plantejat... ja em pensaré aviam si ho deixo caure... M'alegro de q el llegeixis i t'agradi!!
Rinoa: ¿Qui és aquesta? A si, ma germana! No sé q dir-te perq, la veritat, ja et tinc massa vista......... juajuajua..... i com q tu ja t'has llegit el capi, no serà cap novetat... però es lo q hay! Jejejej, quina por en Yafar!! No, no... més aviat, imaginate'l gras, molt gras... saps aquell tipus de gras fastigós, q és fastigós per la persona, no pel greix??? Pos eso! Carinyo!!! Ja ens veurem demà... un petonàs!!!!!
Y como ya estoy saturada de ideas e imaginación.... os dejo con mi tercer capi... (a lo mejor cuelgo un resumen del próximo ya me lo pensaré...)
Disfrutad y luego................... ¡DEJAD REVIEW! (es gratis)
CAPÍTULO III · MEDIEVAL
..·..·´*`·..·..
Su cuerpo reposaba, inconsciente, sobre la camilla en que la habían colocado. Una especie de suero mágico se introducía por sus venas, intentando reemplazar la sangre que había perdido. Estaba estable, le habían dicho. Mejoraría.
Cogió su mano, acariciándola suavemente.
Paulatinamente, su cabeza fue deslizándose hasta el colchón, hasta que el sueño se apoderó de él.
..·..·´*`·..·..
Hace ya mucho tiempo
en un reino desigual,
la fuerza del acero reinó
*
Fueron siglos de cruzadas,
de leyendas y temor,
de conquistas y traición
..·..·´*`·..·..
El orondo abad estaba aposentado en su trono, aguardando. Al ver entrar a Remus, con su aspecto confundido y su extraña indumentaria (túnica abierta sobre unos curiosos pantalones de desgastado azul), extendió su brazo derecho, mostrando un anillo. El joven mago tardó unos segundos en comprender lo que se esperaba de él: se inclinó, en una especie de reverencia, y besó la mano del abad. Pero… ¿qué estaba haciendo? Este lugar le estaba afectando. La autoridad que desprendía el hombre que tenía frente a él lo había impulsado a actuar de aquel modo, sin reflexionar lo que hacía. Pero resultó ser lo correcto. El abad asintió, satisfecho.
-Así pues, decidme mi señor: ¿Cuál es vuestro nombre? ¿Qué os ha traído a este remanso de paz? ¿Estáis de paso, tal vez?
-En realidad, señor, eh…
-Excusadme. Soy Fray Guy de Narvone, abad y señor de todo lo que veis a vuestro alrededor. Tenemos pocos visitantes aquí, y me gusta atenderlos personalmente, pero mi curiosidad a menudo olvida los buenos modales. Por lo tanto, y ahora que ya me he presentado, permitidme que me repita: ¿Qué se os ofrece?
-Bien –asintió Lupin. Ya era hora de terminar con la comedia.- Vengo aquí enviado por Dumbledore, director de Hogwarts, como ya sabréis –una arruga apareció en la frente del abad-, pues está interesado en la cr… en vuestra reliquia.
-¡Oh, la Santa Cruz! Atrae a muchos peregrinos, sí señor. Últimamente ha caído en el olvido, pero antes eran cientos los hombres y mujeres que llegaban cada año procedentes de todo Occidente. Pero… ¿Dumbledore, habéis dicho? –Desechó el nombre con un movimiento impreciso de su brazo.- No lo conozco.
-¿No conocéis a Dumbledore? Entonces, ¿él no os ha hablado de mi llegada?
-¡Por supuesto que no! ¿Es que debería estar informado? Tal vez queráis volver a presentaros, mi señor. Fray Jacob no me ha comentado que fuerais enviado de nadie. Dumbledore… -repitió, pensativo- ¿venís de Britania, mi señor?
-Sí, claro. De Hogsmeade. Soy Remus Lupin. He venido… eh… bueno, ya se lo he dicho, por la cruz.
-Sí, sí. El trozo de la Santa Cruz. Podéis verlo y honrarlo cuando queráis. Fray Jacob o cualquiera de los otros monjes os mostrará la reliquia. –No fue preciso preguntar para comprender que las palabras del abad habían sido literales: ver y honrar. Nunca le dejarían sacar el trozo de madera de la abadía; era su orgullo.- De todos modos creo que estáis interesados en el scriptorium y nuestra colección de libros, ¿no es así? Un erudito, creo que eso es lo que habéis dicho que erais, ¿verdad?
-Sí, así es. –No podía decirle la verdad a ese hombre, por supuesto. No a un muggle que vivía en el pasado o… bien, no tenía ni idea de por qué la abadía estaba encantada (sabía que lo estaba porque, si no, no se hubiera presentado ante él como una estructura ruinosa) o de qué poderes mágicos estaban jugando un papel aquí. Pero una cosa estaba clara: aquel hombre, acomodado en su posición privilegiada, no tenía nada que ver. No tenía ni idea.- Pensé que podría profundizar en mis conocimientos sobre… eh… sobre… los clásicos –terminó, rogando para que la biblioteca de la abadía tuviera una amplia colección de clásicos griegos y romanos. Necesitaba tiempo para pensar, para descubrir qué estaba pasando y decidir qué iba a hacer.
-¿Los clásicos? Bien, bien. Interesante elección. Yo prefiero a Bernardo de Claraval, nuestro benefactor, o… Pero no discutiré vuestros gustos. –Hizo una pausa, ensimismado, y luego volvió a centrarse en su interlocutor.- ¡Oh! Perdón. Estaba pensando en… ¡pero qué os importan a vos mis disquisiciones! No temáis, diré a Fray Jacob que os conduzca a vuestros aposentos. Sencillos, por supuesto, la Casa de Dios no es una lujosa casa de huéspedes, como comprenderéis –Remus no pudo evitar una significativa mirada al oro y las joyas que lucía el abad-, pero no os faltará nada. Ya os indicará dónde está el refrectorium. Y la biblioteca, por supuesto. De todos modos –añadió cuando el mago ya retrocedía para salir- no es demasiado grande. En pocos días os la conoceréis de cabo a rabo.
¿Habían sido imaginaciones suyas… o había marcado con especial énfasis esos pocos días que necesitaría?
..·..·´*`·..·..
El mismo padre de antes lo condujo a una pequeña y humilde celda: paredes de piedra gris, una minúscula ventana, un sencillo escritorio de madera y un camastro (probablemente duro e incómodo) cubierto por una fina manta. "Muy bien, Albus Dumbledore. Si lo que querías era animarme vas por el buen camino. Un poco más de entusiasmo y me quedo a vivir aquí", ironizó. El monje, que ya le había indicado el camino a aquellas dependencias que pudiera necesitar (y las horas a las que se servían las comidas) se retiró, dejándole solo.
Lo primero que haría, antes de visitar la abadía, sus libros o la famosa reliquia, era escribir a Dumbledore. Con su varita hizo aparecer tinta y pergamino y, con esmero, trazó unas líneas al director. Esperaba que él podría explicarle qué estaba sucediendo aquí. Por qué tenía la impresión de haber viajado unos mil años en el pasado. Por qué nadie parecía saber nada de la magia, a pesar de estar rodeados de ella. Por qué el abad no sabía quién era Dumbledore, o dónde estaba Hogsmeade. Por qué Dumbledore lo había mandado a una abadía fantasma sin advertirle de lo que iba a encontrarse. Ni por un momento se le ocurrió que Dumbledore no tuviera respuesta a sus preguntas. Así que llamó a su Slowly, la lechuza que lo había acompañado en el viaje, le ató el mensaje a la pequeña pata izquierda y la envió a un largo viaje cruzando dos países y un estrecho. Mientras esperaba la respuesta de Hogwarts, procuraría pasar desapercibido y simular estar muy interesado en la biblioteca de la abadía.
..·..·´*`·..·..
Y la magia surgirá en el reino Medieval
*
Medieval
una época de guerra y de poder
Un lugar
de castillos, de leyendas y de fe
*
Medieval
una época que quiere renacer
Un lugar
de misterios, de leyendas y de fe
..·..·´*`·..·..
Ocupó el resto de la tarde en visitar el conjunto arquitectónico. No era un experto en arte, pero sus conocimientos le bastaban para observar las notables diferencias con lo que quedaba de iglesias y catedrales en su actualidad y la portalada de la abadía que se alzaba ante sus pies: para empezar, la piedra de la construcción era más blanca, como más limpia. Por lo menos, la que no estaba pintada. Porque las paredes, las estatuas, los motivos decorativos, todo estaba pintado con vivos colores que diferían de la habitual piedra gris.
-Permíteme que te diga algo, jovencito –se sobresaltó, pues no había visto aparecer a nadie. Ahora, a su lado, una vieja arrugada de no más de metro y medio de estatura lo contemplaba con frialdad-. Yo que tu me largaría de este maldito lugar ahora que puedes.
-¿Marcharme? ¿Por qué? ¿Habéis dicho que el lugar está maldito?
Pero la interpelada no pudo responder. Otra persona lo hizo en su lugar.
-No digas bobadas, Geraldine. Y vos, mi señor, no deis crédito a esta vieja que ya ha vivido demasiado.
La propietaria de la voz resultó ser la misma de los azules ojos que lo habían espiado en el claustro. Ahora, bajo los últimos rayos de sol, comprobó que el rostro hacia justicia a los ojos: era muy bella. Pero los ropajes que indicaban su posición social en la abadía (era una monja) escondían el resto de su ser y su belleza.
-Trágate tus palabras, hermana Marie, sabes que lo que digo es tan cierto como que he vivido demasiado… como tu misma has apuntado.
-Vamos, vamos, no exageres…
-¡Y tú lo sabes mejor que nadie!
-¿Queréis acompañarme al interior de la Casa de Dios, mi señor? –dijo a Lupin, ignorando a la vieja. Y luego, como si se acordara de ella, añadió:- Y tu, Geraldine, ¿entras?
La vieja la miró con rabia, sabiéndose vencida, y escupió al suelo.
-Sabes perfectamente que no –y se fue.
-Lo que ella decía sobre este lugar…
-No le hagáis caso –repitió la hermana Marie a Remus-, no debéis temer esta vieja abadía… a no ser que temáis morir de aburrimiento! –rió-. Esto es un remanso de paz -, susurró al entrar al templo.
Y realmente lo era. La nao central se extendía hasta el ábside, hacia dónde avanzó, decidida, la joven. Él la siguió. No creía poder resistirse a su voluntad. Si ella decía que no pasaba nada raro en el monasterio, estaba dispuesto a creer que él era un caballero del Rey Arturo. Si ella le pedía que lo acompañara a la iglesia, nada más lejos de su intención contrariarla. Sus ojos, maravillaban. Su sonrisa, encandilaba. Sus ligeras carcajadas, enamoraban.
-Mi señor –lo apremió- ¿no deseabais ver la reliquia?
-¿La reliquia? Sí, así es. Pero… ¿cómo lo sabéis?
-¿Cómo? Deberíais preguntar "¿cómo no?"… Vienen pocos visitantes hasta aquí, y las noticias vuelan en nuestra pequeña comunidad. Un peregrino es… como un regalo de cumpleaños largamente esperado –le dirigió una mirada divertida, esperando su reacción. Remus enrojeció, no tanto por el comentario de ella sino más bien por sus ojos, y la intensidad con que lo miraban… "¡Es una monja!" Se reprendió, "¡Está casada con Dios!".
A ella, simplemente le devolvió la sonrisa.
-Así pues, ¿el fragmento de la Santa Cruz?
Marie miró a su alrededor, como confirmando que estaban solos. Caminó hasta la parte posterior del altar y abrió el pequeño armario que, supuestamente, contenía la reliquia. Perdón: lo intentó. La portezuela no cedió a pesar de sus esfuerzos.
-Qué raro… -dijo, frunciendo el ceño-, siempre está abierto…
-¿Raro? No, más bien me parece muy oportuno.
-¿Mi señor? –lo miró, confusa.
-Por supuesto. No fuera caso que el recién llegado forastero tan interesado en la reliquia tuviera tentaciones poco… eh… piadosas.
Una carcajada escapó de los labios de Marie mientras se apartaba del altar.
-¿Cómo no se me había ocurrido? Entonces, deberéis recorrer al método tradicional. Pedir permiso, y esas cosas… Bien, mi señor, hoy ya os he rescatado de una anciana charlatana y he fallado en mi intento de mostraros la reliquia… creo que por el momento me retiraré.
-¿Entonces os vais?
-Tengo obligaciones, mi señor.
"Tal vez sea una monja" pensó el mago mientras ella desaparecía por una puerta al lado de la sacristía, "pero, en todo caso, es una monja poco ortodoxa".
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Ya era completamente de noche cuando, por fin, regresó a su "habitación". Después del paseo había asistido a la cena (con los hermanos legos), y se había visto obligado a responder miles de preguntas sobre "el exterior", que había ido inventando sobre la marcha (sus conocimientos sobre la Francia medieval eran aún peores que los de arte y arquitectura bajo-medieval), pero debió acertar bastante, pues nadie parecía haberse sorprendido con sus palabras. Por su parte, todo lo que él había sacado en claro era que hacía años (muchos años) que nadie salía fuera de los límites de la abadía. Geraldine, la vieja que lo había increpado ante la iglesia, permaneció callada durante toda la cena y él no encontró motivos para sacarla de su mutismo. Realmente no parecía que estuviera en sus cabales, pobre mujer.
Empujó la puerta de su celda, dispuesto a tumbarse directamente en la cama…. Los acontecimientos del día le habían trastornado lo suficiente como para pasarse el resto de la noche dándole vueltas, pero después del largo viaje y la sorprendente acogida con la que se había encontrado, lo último que quería era pasarse la noche en vela en un incómodo camastro. No, quería dormir.
Pero solo entrar se percató de que tal vez sus deseos deberían posponerse: en el alféizar de la ventana, aguardando para entrar, estaba la pequeña lechuza que había mandado hacía tan solo unas horas a un largo viaje.
-¡Slowly! ¿Ya de regreso?
Abrió la ventana y dejó que la lechuza se posara en su hombro, picoteándole cariñosamente la mejilla. Mientras cerraba de nuevo vio que en su pata había un mensaje… el mismo que había puesto él antes.
-¿No has entregado tu mensaje? ¿Qué te ha pasado? –comprobó que no estuviera herida, pero parecía estar bien… tan solo algo agotada-. Vamos, bonita. ¿Qué te ha pasado? Es la primera vez que veo una lechuza que no entrega su carta… Sólo si pudieras contármelo…
Entonces, la lechuza empezó a actuar de un modo muy poco habitual en ella. Se elevó enfrente de Lupin, dejando escapar pequeños gritos para llamar la atención. Luego, adoptó la posición habitual que adquiriría antes de emprender un vuelo… y voló directa hacia los cristales de la ventana, golpeándose y cayéndose hacia atrás.
-¡Slowly!
Se lanzó para recoger a la lechuza pero ésta, antes de llegar al suelo, ya había remontado el vuelo de nuevo y volvía a colocarse sobre Remus. Lo miró, señalando hacia la ventana.
-¡Vaya! Era comedia. ¡Pues me habías asustado! ¡Ya lo creo! –la acarició suavemente.- Estás intentando decirme algo, ¿verdad? –Slowly agitaba las alas, frenética.- El porqué no has podido entregar el mensaje… -pareció asentir-… porque has chocado con algo… Hay algo que no te deja pasar, es eso ¿no?… ¿una barrera? ¿Sí? ¿Una barrera mágica? Mmmm… Esto es cada vez más curioso –susurró para sí, una vez Slowly se hubo calmado como corroborando sus suposiciones-. ¡Muy bien! Mañana iré a ver qué pasa. Pero, de momento, creo que voy a dormir un poquito, ¿te parece, Slowly?
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Era ya bien entrada la noche cuando consiguió dormirse, pero era aún más tarde cuando un ruido lo despertó. La habitación estaba en calma, Slowly dormía plácidamente y los rayos de luna se colaban por la ventana. Pero volvió a escuchar el ruido:
TOC, TOC, TOC.
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Por los caminos van
dispuestos a luchar
ellos son hijos
del reino Medieval
*
Son herederos de
la raza singular
que en otro tiempo
buscaron libertad
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