EL DIVÁN

Tercera Sesión: Draco Malfoy

-Pase- permitió el psicólogo, nervioso.

Draco Malfoy entró mirando bien a su alrededor. Había oído voces. Bueno, siempre podía ser que de hablar con tantos locos ya hablara solo... En realidad, un poco de pinta rarita sí tenía el hombre.

-Puede sen...-empezó el psicólogo.

-Antes de nada, quiero que quede clara una cosa, Señor Esquizofrénico. ¿Usted es ése tío a quien la gente le cuenta sus problemas para que usted les solucione la vida, no?- El psicólogo iba a responder pero Draco lo cortó otra vez (podía tener tanta trompa como quisiera, pero ciertamente era algo maleducado)- Pues mire, quería hablarle de mi principal problema...- Draco empezó a deambular por la consulta hasta que se encontró frente a frente con el diván (bajo el cual Ginny empezaba a ponerse nerviosa), y tras dudar dos segundos se echó sin pedir permiso, entrelazó lo dedos y fijó la vista en el techo- Verá, al menos hoy no voy a hablarle de las tendencias políticas o sexuales de mi padre, aunque tengo que hacerlo pronto, porque mi perro se esconde cada vez que lo ve y yo, bueno, me asusto, ni tampoco disertaré sobre mis traumas infantiles porque mis padres no me quieren, los oigo cada noche o creen que seré Death Eather, o de mi pésimo juego en Quidditch, mi complejo de inferioridad frente a Potter (sólo lo supero en capullo y en, bueno, en capullo, ya me entiende), mi falta de amigos, mi debilidad por los ositos de peluche o mi ambigüedad sexual... Es que... bueno, iba a decirle... me gusta una chica.

El psicólogo chasqueó los dedos, fastidiado, y Draco se volteó, inquisitivo.

-Nada, nada. Continúe.

-Muy bien. Mire, no es que me guste, es que estoy... enamorado. ¿Se lo imagina? Yo, ¡enamorado! Es que cuando lo pienso me río solo. Ella... Es la mujer de mi vida. No me separaría nunca de ella. Es... el sol de mi existencia... mi sol cuando hay nubes... mi sol de noche... mi sol cuando hace frío... el astro brillante que guía mis pasos hacia... hacia el sol... El...

-...sol...

-¡Eso mismo! ¿Cómo lo ha sabido? No, si al final va a resultar que usted es bueno y todo...

El psicólogo hizo como si se le cayera el lapiz para poder agacharse y cogerlo. Al hacerlo vió a Ginny toda emocionada debajo el diván con un pobre pañuelo de ropa que casi goteaba de tanto moco suelto...

-¿Dónde se ha metido?-preguntó Draco intentando ver que estaba haciendo ese esquizofrénico.

Este se levantó rápidamente.

-Nada...siga por favor...-le ofreció con una sonrisa forzada.

Draco volvió a tumbarse un poco molesto. A él le gustaba que le hicieran caso.

-El otro día me encontré a "la chica" por el pasillo y yo decidí que o hacía algo al respeto o no...-Draco siguió hablando se su vida, pero el psicólogo tenía otra cosa en mente: una mano llena de pecas había salido de bajo el diván para efectuar una 'exploración'.

El psicócologo (también llamado esquizofrénico) miró la mano con horror. Esta seguió su exploración, ajena a todo (y gracias a los dioses que Draco seguía hablando y hablando mirando al techo). El psicólogo dejó de escuchar lo que decía su paciente para observar a la mano exploradora. Esta seguía su rumbo en busca de algo por encima de la mesita... Gracias al recuerdo de el pañuelo moqueante y un discreto sorbido de sustancias nasales que Draco pareció no oír, el doctor entendió: buscaba la caja de kleenex situada al otro lado de la mesilla. Tan disimuladamente como pudo, empujó con un dedo la caja de cartón hasta la mano, que por su parte estuvo a puntito de volcar la lámpara. Por fin, para alivio del psicólogo neurótico, la mano volvió a su sitio con los kleenex.

-¿Usted que cree? ¿Hice bien?- preguntó Draco mirándole.

El psicólogo se enderezó tratando de parecer profesional y lo miró interrogante.

-¿Me ha escuchado, verdad?- Draco lo agujereó con una mirada bastante amenazadora.

-Por supuesto... -susurró él. La verdad era que no... pero si se lo decía, acarrearía ciertas consecuencias que prefería no conocer.

-¿Entonces?- insistía Draco.

-Claro- tanteó él.

-Ah, ¿así que hacer tantas putadas y ligarme a esas chicas para luego dejarlas tiradas estuvo bien? Me alegro...- suspiró Draco, volviendo a observar la pintura resquebrajada del techo.

El esquizofrénico (también llamado psicólogo) se quedó con la boca abierta. No era exactamente lo que... pero mejor no liarla más.

-Bueno, continúe.

-Sí, verá... ésa chica.... su sonrisa... su mirada... su pelo... sus piernas... su piel... sus pecas... sus ojos... sus cejas... sus rodillas... sus muelas... sus manos... sus tobillos... sus granos... sus orejas...

-Esto... ¿me está hablando de una relación puramente física, no?

-¡No! ¿Cómo puede decir eso? ¡Ella es el gran amor de mi vida! ¡Es mi...

-...sol...

Draco lo miró.

-Iba a decir mi 'sangre'. No se pase de listo.

-Oh-. El psicólogo se encogió en su silla.

-Es mi sangre y mi destino... mierda, ahora me ha cortado el rollo.

-Lo siento.

Draco entrecerró los ojos con concentración.

-Vale. Mi sangre y mi destino... La voz que canta la canción de mi soledad... Mi cielo y mis alas... Mi inspiración y mi musa... Mi tierra y mis raíces... Mis flores y mi fruto... La amapola de mi camino... La lluvia de mi verano... El rosal de mi jardín... pero...

-¿Pero?- dijo el psicólogo.

-¿Pero?- dijo Ginny.

-¿Porqué lo pregunta dos veces?- dijo Malfoy.

El psicólogo se indignó. ¿Qué se había creído ése niñato? ¿Que él tenía voz de niña pelirroja? Pero lo soportó profesionalmente:

-Se me ha escapado.

-Me está usted cortando mucho. Pero bueno, ¿Qué le decía? Ah sí...- Draco puso cara dramática- pero para ella.... para ella... para ella no soy más que... Un objeto sexual.

El psicólogo le miró un poco divertido. ¿Y le extrañaba? Con su gran 'colita'...¡era lo más normal del mundo! Él sentía lo mismo que la loca esa de debajo el diván con mocos sueltos...¡después le tocaba limpiarlo a él!(los mocos claro)

-¿Usted que cree?-preguntó Draco mirándole con cara suplicante.

-Yo creo que usted tiene toda la raz...-iba a continuar, pero una mano le cogió el tobillo aprentándole con fuerza. La cabeza de la mocosa esa negaba como la loca que era.

-¿Perdón?-preguntó el pobre confundido.

-Nada, nada... digo que no creo eso, en absoluto... usted tiene muchas más virtudes... seguro que está enamorada de usted por su carácter- dijo él teatralmente. Eso no se lo creía ni Dios.

-¿De donde ha sacado esa estúpida idea de que ella esta enamorada de mí?-preguntó este escandalizado.

-Oh...este...¿no es así?-estaba desconcertado.

-No lo sé. Peró lo dudo...-susurró con todo el melodrama de su corazón.

-Él nombre de esa chica es...-empezó el psicólogo un poco nervioso por la reacción de los bajos del diván al oír otras palabras que no fuesen 'Ginny Weasley'.

-Uh...esto...no sé si...bueno...Ginny Weasley- confesó en casi un susurro. Pero se oyó claramente.

-¡Bien!-de debajo el diván salió una exclamación de victória.

-¿Decía?-preguntó Draco desconcertado por ese 'bien' que se acababa de oír tan claramente.

-Que estoy seguro que ella le corresponde- aseguró él muy convencido.

Una cabeza pecosa apareció brevemente de debajo el diván con una mirada de furia al mismo tiempo que dipositaba un par de kleenex usados hacía el exterior.

-Bien..creo que es hora de que se marche Sr. Malfoy de la gran coli...digo, adiós Sr. Malfoy.-este se levantó poco ruborizado por todos los secretos contados esa tarde y le dió la mano. Se dirigó hacía la puerta. La abrió y la cerró a su paso.

De debajo el diván salió una chica muy sonrojada y con un paquete de klenex en la mano. Mientras acababa de hacer uso de paquete dejó un rastro blanco de klenex por todo el despacho. Él la miró un poco divertido por la situación.

-¿Qué le hace tanta gracia?-preguntó ella molesta después de ver la pequeña sonrisa que se asomaba en su boca.

-No, nada- negó él.

La puerta se abrió de golpe y apareció Draco. Éste se paró en seco para ver bien la escena. Su sol estaba allí. De pie. Mirándole. Y no había entrado ni salido nadie.

¿Había estado allí todo el rato? ¿Lo oyó todo? ¡Imposible...!

El psicólogo suspiró. Gracias a Dios que al día siguiente le tocaba la sesión de adultos y no tendría que aguantar hormonas que le dejaran la consulta llena de kleenex usados.

A/N: Bueno, personalmente no sé qué cree LaLi, pero yo (Nimph) creo que este es el mejor capítulo hasta ahora, aunque haya tardado algo más en acabarse. Por cierto, esto lo escribimos las dos, LaLi y yo, así que cuidadín con los reviews de alguna que nos fusiona y dice (por ejemplo) 'muy bien! sigue escribiendo'. Mal rollo, porque nos sentimos abandonadas (las dos, porque nadie sabe en quién pensaba la que dejó la notita traidora).

Bueno, esta vez pringo yo y respondo a TOOOOOOODOS los reviewers!!!

Lady Susite (ya tenemos pensado qué pasará exactamente con Snapey. Gracias por la idea!)

Usako

Lyxie-Nix-Jade (ahá! fuiste tú quien olvidó a LaLi-chan, uh? ^_~)

Blume-chan (nos dejaste con la intriga de si eres inglesa, japonesa o hispano-hablante )

Iris Pollens

NoNa (woo...gracias)

Lina Saotome

Favila (pobre loquero... si es encantador)

Patty*Potter

Claudia (jajajaja... no te preocupes, tanto Remus como Sirius y Snapey serán los próximos en caer ^_~)

Hermione12 (también hay Ronnie, por supuesto)

Dauragon (¡Hola! a LaLi le hizo musha ilusión que te pasaras)

Júbilo (aquí tienes a Draquie-poo para ti)

Ariadna

Kali

Eowyn (estamos deliberando si haremos R/H o H/H... igual hacen un trio, aunque la colita de harry no dé para mucho ^_~)

Rowen@ Phoenix (que somos dooos....)

Polgara

Cami

AnySeverus

Honguito (que somos dos, leñe! ya eres el tercer olvidadizo...)

Finn-chan (¿Cómo que 'tu' fic? *nimph suspira, derrotada ^_~)

silorangi

Leia-Pandora

kitty

Aruna (AAAAH!!! ¿Lo leíste Y DEJASTE REVIEW???? *nimphie se emociona y da saltitos a su alrededor* Wooo misae? petunitus!)

Spacey

GRACIAS A TODOS!!! *los abraza* Y ahora, señores, ¿ven ese botoncito de aquí abajo, a la izquierda de pantalla? Pues dejen review. ^0^ Y en la próxima sesión... ¡Reeeeeeeeemus Luuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuupiiin!!!!