BLANCO Y NEGRO
Capítulo 2: A veces las cosas parecen complicadas. A veces son complicadas.
Neville llegaba tarde... otra vez. Claro que, como cada viernes, venía de la hora extra de Herbología (para alumnos adelantados, cuatro o cinco contando a Nille y Hermione). Así que si por fin había hablado con Hannah, Ginny estaba dispuesta a perdonárselo todo. Sentado a su lado, leyendo un viejo libro sobre dragones, estaba Malfoy. Se había frustrado tanto cuando ella le dijo que no valía la pena, que la seguía a todas partes, se suponía que para demostrarlo (y sacar de quicio a Foca Fofa de paso). En cuanto las clases terminaban, Malfoy aparecía a su lado. Hiciese lo que hiciese, no se podía deshacer de él ni un instante, exceptuando en el lavabo de chicas, en la torre de Griffindor y en los entrenamientos de quidditch, pero sólo porque lo habrían echado a patadas. Aunque, pensándolo bien, quizás las chicas del lavabo lo habrían invitado a quedarse. Su presencia era extremadamente molesta, pero hay que admitir que, mientras él estaba con ella, ningún chico se atrevía a decirle nada. También hay que admitir que, como paisaje de fondo, no estaba nada mal. Lástima que fuese tan cabrón. Y no podía ni imaginarse qué pasaría cuando Ron se diera cuenta (demasiado ocupado pensando cómo pedirle a Hermione que fuera al baile como para fijarse en quién acompañaba a su hermanita a todas partes), pero seguro que habría pelea.
Llegó Nille (milagrosamente, sin tirar nada) y empezaron a buscar. Ella iba a ayudarlo en un trabajo de Pociones. Aunque no era su mejor materia (se le daban mucho más bien Runas Antiguas, Culturas Mágicas y Transfiguración avanzada), era bastante buena en la clase de Snape, y solía ayudar a Neville si Hermione no podía hacerlo. Y Hermione estaba haciendo prácticas de Mecánica Mágica.
-Tú buscas en estos libros y yo miraré estos.
Nille asintió y empezó a repasar el índice del primer libro. Draco, sin levantar la vista de lo que leía, opinó:
-No sé porqué le ayudas. Es un caso perdido.
-Cállate, Malfoy- ladró Ginny. Mientras Nille hacía ver que no había oído nada, ella se giró para encarar a Malfoy y siseó- ¿Porqué no te largas y me dejas en paz de una puñetera vez?
Draco la miró fríamente y contestó:
-Te dije que te lo demostraría. Vendras al baile conmigo.
-Vete a la mierda- contestó Ginny con hastío, y los dos volvieron a sus cosas. Habían tenido esa conversación cientos de veces, y Draco nunca cedía. Ginny volvió a concentrarse en el trabajo de Neville. Pero entonces llegó Moss, que se sentó al otro lado de Ginny.
-Vengo a devolverte el jersey- susurró, dejando un magnífico ejemplar 'made in Molly Weasley' turquesa encima de la mesa. Ginny lo plegó con cuidado y lo dejó en su bolsa. Moss continuó-: Me fue muy bien. Hola, Neville.
Neville sonrió y siguió a lo suyo. Nunca le han caído bien los slytherin, pero Moss Romery-Esmerton nunca se había metido con él más de lo que se metía con otros chicos. Se reía de ellos, los provocaba y, al final, todos caían a sus pies (menos unos pocos, como Harry, Neville (porque ella lo consideraba demasiado enternecedor como para molestarlo) y Draco). Y entonces ella se cansaba de ellos. Tenía el pelo corto y negro, los ojos grandes y pestañas largas y hoyuelos cuando reía. Segun ella misma comentó cuando Ginny le contó lo de la lista de chicas que los tíos habían hecho, había quedado sexta porque había frustrado a demasiados votantes.
Moss señaló con la barbilla a Malfoy, que se había levantado a buscar otro libro.
-¿Todavía?- preguntó en un murmullo, ahorrándose media frase. La pregunta entera habría sido '¿Todavía te sigue Draco? ¡Nena, vaya suerte! ¿No dijiste que no lo soportabas?'
Ginny hizo rodar los ojos con dramatismo.
-Sigue en sus trece.
-Y a ti no te importa, ¿no?- rió Moss, dándole un codazo pícaro.
-¡Shh! ¡Claro que me molesta!- se defendió Ginny. Se encongió de hombros y siguió-: Admitámoslo: está muy bueno. Pero eso no significa que yo tenga que ir babeando tras él.
-Más bien al contrario- apuntó Moss, conteniendo la risa.
Ginny meneó la cabeza.
-Sabes que no es eso. Es como si yo fuera un objeto, o una medalla, o algo así.
-¿Pero irás con él o no? Porque hay ciertos rumores que...
-No. Ni loca.
-Bien.
-Creo que esperaré a que Harry me lo pida...
-Buena estrategia. Malfoy... bueno, es muy sexy y tal, pero... no sé. Es el típico tío que es gay y no lo sabe.
Ginny y Neville (que, cómo no, había estado escuchando) trataron de no reír muy fuerte. Entonces Malfoy volvió.
-Moss- la saludó con un gesto de mentón y siguió a lo suyo. Neville tenía la cara roja y miraba fijamente un pergamino. Ginny se estaba haciendo daño, mordiéndose el labio para no estallar en carcajadas.
-Draco- le devolvió el saludo Moss, quedándose tan fresca-. Pansy te buscaba.
-Espero que no me encuentre.
-Yo espero que sí- contestó ella, Malfoy la miró interrogante-. A ver si entonces deja de preguntarme dónde te has metido.
-Dile que no me siga como un perrito faldero.
-Mira quien habla- murmuró Ginny bastante alto, pasándole otro libro a Nille.
-No hace falta que hagas ver que te molesta.
Ginny soltó un bufido de exasperación. ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Qué había hecho ella para merecer eso?
-Bueno, guapísimos. Yo me largo- dijo Moss, cogiendo sus libros, y se fue a una mesa donde cinco chicos de séptimo reclamaban su atención.
Y cada uno volvió a sus asuntos.
-¿Ginny?-. Era Harry. Ginny se sonrosó y sonrió. Gracias a Dios que Malfoy había ido a buscar otro de sus libros de dragones.
-¿Mmm?
-Entrenamiento de quidditch.
-¡Ah! Sí. Claro- sacó su bolsa de debajo de la mesa y se dirigió a Neville-: Después también tengo tiro. ¿Coges los libros y acabamos en la sala común más tarde?
Nille asintió.
-Adiós, Neville- se despidió Harry, Ginny se fue tras él, despeinándo a Nillie por el camino. Tenía entrenamiento de quidditch (el inicio de temporada se acercaba...) y, después, tiro con arco. En la sociedad maga, el tiro con arco er considerado un deporte secundario (la mayoría de magos no le veía la emoción). Pese a todo, se había incorporado a la escuela como deporte opcional hacía dos años, junto con equitación de unicornios, duelo y baile muggle, porque algunos padres se habían quejado de lo sedentario que era el curso para aquellos que no estaban en el equipo de quidditch. A Ginny le encantaba el tiro, era relajante y le iba muy bien para la concentración. Además, era la estrella del equipo de Griffindor, y ese año se haría la primera competición, que aportaría puntos a la casa ganadora. Así que tenía una tarde ocupada.
-¿Adónde ha ido?- preguntó Draco al volver.
-Quidditch-. Neville no estaba dispuesto a hablar demasiado.
-¿Con Potter?
Neville no dijo nada.
-No entiendo el porqué de esa euforia con el niñato Potter. Ella merece algo mejor.
-Alguien mejor que tú, entonces- dijo Neville.
Malfoy estaba lívido. Neville se mordió el labio. No debería haber dicho eso. Obviamente había herido a Malfoy. Y, pese a todo, Neville no sintió ningún placer al darse cuenta.
-En este libro no encontrarás nada- siseó Malfoy, levantándose bruscamente y cogiendo sus cosas-. Busca en el tercer capítulo de 'Los diez mejores antídotos'. De Gojhtaz VorrQuenton.
Y se fue.
Neville se levantó y buscó el libro en la estantería de Pociones. Lo abrió por el tercer capítulo. Toda la información que necesitaba estaba allí. Se podía decir que ya tenía el trabajo hecho. Desconcertado, se quedó mirando la puerta por donde Malfoy había salido. Ahora sí que no entendía nada.
*-*-*-*-*
-Necesitas mi ayuda.
-Yo no necesito nada.
-Oh, vamos. Te importa más de lo que parece.
-¿Qué dices?
-Llevo años observándote, Draco. Años.
Él no respondió.
-¿La quieres a tus pies? Siguiéndola no conseguirás nada. Tienes que vencer su punto débil.
-¿Cuál?
Ella se calló.
-Dime cuál.
Ella bajó la vista, desvalida.
-La besaste- murmuró, dolida.
-Sí.
-¿Por qué?
-Me apeteció.
En la penumbra podía ver como ella luchaba por contener las lágrimas. No le impresionó. Demasiado teatro.
-Neville. Gana a Neville y la ganarás a ella.
*-*-*-*-*
-Ginny, Ginny, lo siento, perdóname.
-Colin, por favor. Déjame vivir.
-¿Si te doy una parte de lo que gané, me perdonarás?
Ella lo fulminó con la mirada.
-Púdrete, Colin.
Colin se fue lloriqueando.
-¡Giiiiinny! ¡Todavía no nos lo has contado!- cantaron dos voces a coro. Ginny tenía ganas de empezar a arrancar tráqueas en vez de bulbos amarillos de Joliolorosa. Quizás era por ser lunes. Aunque se había pasado el fin de semana en Quidditch, tiro y el maldito trabajo de Transfiguración (que tenía que hacer en la biblioteca, y por tanto, con Malfoy), y no te había quedado mucho tiempo para descansar.
-¿Contaros el qué?
-¡Lo de...- empezó Candy.
-...Draco!- acabó Honey.
-Mmmmm... chicas, es que no tengo ganas.
-Ooooooh veeeenga...- imploraron ellas. Como habréis comprobado, además de hablar a la vez sabían sincronizarse, acabar las frases de la otra, alargar las vocales hasta límites insospechados y hacer los mismos gestos a la vez. Peor, mucho peor que Fred Y George. Y eso que no eran gemelas.
-No- cortó Ginny, fulminando a una con cada ojo. Candy y Honey se largaron a su mesa. Ginny continuó arrancando bulbos con toda la mala leche que era capaz de juntar.
-¿Mal humor?
Ginny lo fulminó con la mirada. Él sonrió. Ella también.
-Nille... ¿Qué haces por aquí?
-Tengo hora libre y vengo a hacerle una consulta a la profesora Sprout. Es que la Profesora Milligan ha dejado el puesto esta mañana.
-¿Qué dices? ¿Es noviembre y ya nos quedamos sin profe de defensa?- se quejó Ginny. Luego sonrió- Qué bien, así no tendré que hacer el trabajo de la semana que viene.
-¿No te caía bien?
-Pues no. Era una vaca estúpida.
En ese momento, la profesora Sprout dio por terminada la clase.
-Te espero fuera, ¿Eh, Nillie?- dijo ella, embutiendo los libros en la mochila gastada. Necesitaba aire fresco. Los bulbos de Joliolorosa son muy olorosos. Más que un lavabo público.
Salío al aire libre y contempló el cielo. El sol estaba decantándose hacia un lado. Tendría que darse prisa si quería tirar un rato.
-¡Ginny!- era Hannah Abbot, una chica de pelo rubio y ojos verde claro, más gatunos que los de Malfoy, si es posible.
-Han... ¿Cómo va?
-Ir tirando- se encogió de hombros, sonriendo.
Malfoy apareció de la nada detrás de Ginny. Parecía lúgubre. Y Neville salió del invernadero y se quedó parado, mirándola.
-¿Has conseguido pareja para el baile?- preguntó Ginny.
-Pues no, todavía no-. Hannah sonrió-: A este paso no lo conseguiré nunca. ¿Y tú? ¿Vas con...- señaló a Neville, tratando de acordarse de su nombre.
-Neville- apuntó Gin.
-Eso- Hannah sonrió, encantadora-. Neville.
Neville seguía con la boca abierta.
Malfoy le dió un codazo disimulado, Nille cerró la boca. Draco sacudió la cabeza.
-Qué más querría ella.
-¿Qué?- dijeron las dos chicas a la vez. Ni que fueran Candy y Honey. Hannah, mirando a Ginny con cara de '¿Sí? ¿En serio?' y a Neville con interés. Ginny, por su parte, mirando a Malfoy con cara de '¿Qué coño dices?'. Pero disimuló en cuanto Draco le guiñó un ojo. No es que confiara en él, sino que estaba realmente sexy cuando guiñaba el ojo.
Neville estaba rojo como la grana.
-Um, sí- disimuló Ginny, estilo Fred&George-. Se lo pedí, pero, ya ves, le gustan rubias.
Hannah no se dió por aludida, sólo se encogió de hombros y comentó:
-Vaya. Qué mala suerte. ¿Entonces, Neville... tienes pareja ya?
-No-. Consiguió pronunciar Neville.
-Está intentando decidir a que chica decir que sí- explicó Draco. Le guiñó un ojo a Hannah-. Todavía estás a punto de apuntarte.
Hannah rió.
-Me tengo que ir. ¡Adiós!- dijo, alejándose y agitando la mano.
-¿Por qué has dicho eso?- preguntó Neville.
Draco se encongió de hombros.
-Seguro que ahora se acuerda de tu nombre.
*-*-*-*-*
-¿Dónde se ha metido Hermione?- preguntó a Ron. Acababa de llegar de una sesión agotadora de tiro, pero estaba contenta porque acababa de salir de una ducha tonificante, Malfoy se había ido a medio entrenamiento (quizás, con un poco de suerte,lo había matado de aburrimiento) y Harry le había sonreído al cruzarse en la escalera.
-En su habitación- contestó Ron-.
Era raro que Hermione se quedara en la habitación en vez de hacer deberes en la sala común o jugar una partida rápida de ajedrez con Ron antes de cenar. Subió a ver qué pasaba.
-Hermione.
Estaba sentada en el marco de la ventana gótica, los pies colgando a medio metro del suelo.
-Hola.
-¿Qué pasa?
Parvati salió del cuarto de baño mascullando 'maldita regla'. Cuando vio a Ginny inclinó la cabeza y dijo:
-No lo entiendo.
-¿Qué?
-Pedirle a Neville para ir al baile cuando estás saliendo con Malfoy.
-¡Yo no salgo con Malfoy!
-Ya-. Parvati asintió sarcásticamente, cerrando la puerta mientras salía.
Ginny se quedó mirando la puerta. Así que Hannah había recordado el nombre de Neville. La voz de Hermione la devolvió a la realidad:
-¿Crees que tengo el pelo tan horrible?
-¿Qué? Eh. No, claro que no. Es un color bonito.
-Ya. Pero mira, se riza al lado de la cara y se hincha como Crookshanks enfadado- se pasó la mano por el pelo con un gesto abatido. Ginny no podía ver qué cara ponía, porque la luz del crepúsculo entraba por la ventana, dejando la cara de Hermione a la sombra.
-¿Otra vez escuchaste a la Foca Fofa esa? Anda, baja-. Ginny levantó la mano.
Hermione bajó de un salto.
-No.
-¿Blaise Zabini?
-No.
-Moss.
-Sí.
-Oh, venga-. Ginny la cogió de los hombros y la sentó en el tocador de Lavender-. Sabes que está celosa de ti.
-¡Pero ella no tiene el pelo horrible!
-No, ella tiene una reputación horrible. Además, deberías oírte. Pareces Myrtle.
Hermione sonrió.
-¿Sabes que deberías hacer si realmente te preocupa?- preguntó Ginny; Hermione sacudió la cabeza-. Buscar un conjuro alisador más fácil de aplicar que esa crema horrible. Hay cientos de miles de libros en la biblioteca. En alguno debe haber un hechizo que alise el pelo. También podrías preguntar a Madame Pomfrey.
-Pero, sabes, no es sólo el pelo. Es todo. Me planteo mi vida y no sé si realmente merece la pena vivirla. Quiero decir, no sé, por ejemplo Ron. ¿Realmente vale la pena? Es divertido y amigo mío, pero, digámoslo claro: no me entiende. Y no sé si es lo que busco.
-Él te quiere. Y creo que, de alguna manera, os complementáis.
-Pero, ¿y si me equivoco?
Ginny le pasó una mano por el pelo.
-No te preocupes. Todo saldrá bien.
Hermione asintió y preguntó por Harry. No le gustaba hablar de sus problemas. Prefería hacer como siempre, escuchar los de Ginny y dar consejos. Ginny también lo prefería. Nunca sabía qué decir cuando alguien estaba triste. Aunque parecía que esta vez se las había arreglado bastante bien.
-¿Harry? Pues... es que no sé. A ver, ¡me gusta! Es, como siempre, un sueño... pero tengo la impresión de que me lo preguntará por lo de la lista y las fotos y todo eso...
-No... de hecho, tendrías que haber oído la bronca que le pegó a Colin.
Ginny se sonrojó.
-Pero... él sabe que le diré que sí. Siempre lo ha sabido. Estoy harta de ser demasiado fácil.
-Si te lo pide, no te pararás a pensar. Le dirás que sí directamente. Pero si te preocupa, siempre puedes pedirle a otro cualquiera.
-No es plan.
-No. Claro.
-¿Se lo has dicho a Ron?- Ginny cogió un cepillo y empezó a pasarlo por el pelo de Hermione.
-No. Ni a Harry. Pero se van a enterar. Ya has oído a Parvati.
-¿Sabes? No es tan malo como parece. Ahora en serio. Neville le habla, de hecho. No sé porqué. El otro día lo ayudó con un trabajo, y hoy lo ha ayudado con... bueno, con la chica que le gusta. De un modo un poco Slytherin, pero al fin y al cabo ahora ella se acuerda de que se llama Neville.
-No sé. Sabes que su padre es seguidor de Voldemort. Recuerda lo de Tom Riddle. Deberías hablar con Ron y Harry.
-No. Puedo con él yo sola, no necesito a ese par siguiéndome también. Además, llevo más de una semana así y no ha hecho nada malo. Y Moss dice que no es tan... no sé, da la impresión de que Malfoy tiene muchos problemas.
-Eloïse me dijo no-se-qué de un hermano que se suicidó o algo así. Pero lo de Moss... ¿Cómo confías en ella?
-¿En Moss? Ella... No es la mejor persona para confiar un secreto... o un novio, pero no es mala chica. En serio. No me mires así.
-Mmmm... no sé. A mí me cae peor que Malfoy.
-Es que Malfoy está más bueno.
Hermione rió.
-Cierto. Cuando andáis por el pasillo los dos juntos... la gente se gira para veros mejor. No sé cómo Ron todavía no se ha enterado. Ni Harry. Pero...- Hermione midió las palabras antes de continuar- ve con cuidado. No se trata de su padre o de Voldemort... sólo que... no sé qué pretende. Y sea lo que sea, no va a ser bueno.
Ginny sacudió la cabeza. Todo era demasiado difícil.
*-*-*-*-*
-¿Dónde te metiste ayer?- le espetó en cuanto salió de Defensa (mmm... el profesor nuevo era joven y muy mono...) y lo encontró esperándola en la puerta.
-¿Me echaste de menos?- preguntó él, levantando las cejas provocativamente. Ginny no sabía si pegarlo o besarlo. Se decidió por un cambio de tema rápido.
-No sé qué pretendes siguiéndome, Malfoy, pero está claro que no funciona. Déjame en paz.
Draco extendió los brazos.
-Está bien-. Se giró y empezó a andar en dirección a las mazmorras.
-¡Espera!
Él se giró con una mirada sarcástica.
-¿Qué hiciste anoche en mi sala común?- lo interrogó ella, los ojos entornados.
-¿Qué?
-No mientas. Te dejaste esto- le lanzó una cosa plateada y se marchó.
Él la vio alejarse, perplejo, y miró lo que teóricamente se había dejado en la sala común de Gryffindor. Una esclava plateada con una pequeña esmeralda rodeada de minúsculas piedrecitas de obsidiana. En la cara interior, escrita en latín y en runas mágicas, leyó una frase que conocía demasiado bien:
Siempre Acechante.
Y, debajo, el escudo de la familia Malfoy.
*-*-*-*-*
N/A: Gracias a Nhoa y Moss por betaread-ear este capítulo. ¡Sois las mejores! Por cierto, el nombre de Moss está basado en el de Moss. ^^ El resto de Moss, no. Bueno, sólo el ser Slytherin. Lo cual no es malo, como la Moss de verdad os podría demostrar.
Gracias a Nurieta por escuchar mis ideas sobre esto y darme su opinión. :) ¡Eres un solete!
Gracias a la gente maravillosa que leyó y 'reviewó' el capítulo anterior:
cali-chan: ¿Verdad que Ginny es fantástica? Es mi ídolo. ^^ Y neville también. ¡Es un osito de peluche!
Fleur Delacour: ¿te recuerda a Wildest Dreams? A mí me recuerda más a Draco Sinister... mi Draco se parece mucho al de Cassandra Claire, pero no puedo evitarlo... Por cierto, dice que si quieres la chaqueta de cuero, te la regala. Tiene un par más en el armario. Sobre Buscándote en la oscuridad, es cierto, lo tengo un poco abandonado (¿quién puede resistirse a Draco?) pero está en camino, no voy a dejaros colgadas.
Ashley: ¡Thanks anyway! :)
Jade: No... no está tonta... ¿crees que Malfoy seguiría interesado si ella se hubiera dejado? ;)
Tom: ...'At least write in engish'? Sorry, i don't know what 'Engish' is. :p
A los que no se molestaron en escribir su opinión: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? SOIS UNOS VAGOS.
Bueno, ¿qué os parece todo? La trama real ya ha empezado a aparecer, el problema es que vosotros no os habéis dado cuenta. Todavía. Y, para complicarlo más, todos los personajes se dedican a decirme qué quieren y qué no, y me duele la cabeza... Ginny (la que más grita) quiere dejar claro que Malfoy no le gusta. Ya yaaaa... Malfoy dice que le vende la chaqueta de cuero a Cali-chan por diez galeones.
REVIEW!!! ES FACIL!!! NO TE VAS A CONTAGIAR DE NADA!!! Y me alegrarás el día. :)
Capítulo 2: A veces las cosas parecen complicadas. A veces son complicadas.
Neville llegaba tarde... otra vez. Claro que, como cada viernes, venía de la hora extra de Herbología (para alumnos adelantados, cuatro o cinco contando a Nille y Hermione). Así que si por fin había hablado con Hannah, Ginny estaba dispuesta a perdonárselo todo. Sentado a su lado, leyendo un viejo libro sobre dragones, estaba Malfoy. Se había frustrado tanto cuando ella le dijo que no valía la pena, que la seguía a todas partes, se suponía que para demostrarlo (y sacar de quicio a Foca Fofa de paso). En cuanto las clases terminaban, Malfoy aparecía a su lado. Hiciese lo que hiciese, no se podía deshacer de él ni un instante, exceptuando en el lavabo de chicas, en la torre de Griffindor y en los entrenamientos de quidditch, pero sólo porque lo habrían echado a patadas. Aunque, pensándolo bien, quizás las chicas del lavabo lo habrían invitado a quedarse. Su presencia era extremadamente molesta, pero hay que admitir que, mientras él estaba con ella, ningún chico se atrevía a decirle nada. También hay que admitir que, como paisaje de fondo, no estaba nada mal. Lástima que fuese tan cabrón. Y no podía ni imaginarse qué pasaría cuando Ron se diera cuenta (demasiado ocupado pensando cómo pedirle a Hermione que fuera al baile como para fijarse en quién acompañaba a su hermanita a todas partes), pero seguro que habría pelea.
Llegó Nille (milagrosamente, sin tirar nada) y empezaron a buscar. Ella iba a ayudarlo en un trabajo de Pociones. Aunque no era su mejor materia (se le daban mucho más bien Runas Antiguas, Culturas Mágicas y Transfiguración avanzada), era bastante buena en la clase de Snape, y solía ayudar a Neville si Hermione no podía hacerlo. Y Hermione estaba haciendo prácticas de Mecánica Mágica.
-Tú buscas en estos libros y yo miraré estos.
Nille asintió y empezó a repasar el índice del primer libro. Draco, sin levantar la vista de lo que leía, opinó:
-No sé porqué le ayudas. Es un caso perdido.
-Cállate, Malfoy- ladró Ginny. Mientras Nille hacía ver que no había oído nada, ella se giró para encarar a Malfoy y siseó- ¿Porqué no te largas y me dejas en paz de una puñetera vez?
Draco la miró fríamente y contestó:
-Te dije que te lo demostraría. Vendras al baile conmigo.
-Vete a la mierda- contestó Ginny con hastío, y los dos volvieron a sus cosas. Habían tenido esa conversación cientos de veces, y Draco nunca cedía. Ginny volvió a concentrarse en el trabajo de Neville. Pero entonces llegó Moss, que se sentó al otro lado de Ginny.
-Vengo a devolverte el jersey- susurró, dejando un magnífico ejemplar 'made in Molly Weasley' turquesa encima de la mesa. Ginny lo plegó con cuidado y lo dejó en su bolsa. Moss continuó-: Me fue muy bien. Hola, Neville.
Neville sonrió y siguió a lo suyo. Nunca le han caído bien los slytherin, pero Moss Romery-Esmerton nunca se había metido con él más de lo que se metía con otros chicos. Se reía de ellos, los provocaba y, al final, todos caían a sus pies (menos unos pocos, como Harry, Neville (porque ella lo consideraba demasiado enternecedor como para molestarlo) y Draco). Y entonces ella se cansaba de ellos. Tenía el pelo corto y negro, los ojos grandes y pestañas largas y hoyuelos cuando reía. Segun ella misma comentó cuando Ginny le contó lo de la lista de chicas que los tíos habían hecho, había quedado sexta porque había frustrado a demasiados votantes.
Moss señaló con la barbilla a Malfoy, que se había levantado a buscar otro libro.
-¿Todavía?- preguntó en un murmullo, ahorrándose media frase. La pregunta entera habría sido '¿Todavía te sigue Draco? ¡Nena, vaya suerte! ¿No dijiste que no lo soportabas?'
Ginny hizo rodar los ojos con dramatismo.
-Sigue en sus trece.
-Y a ti no te importa, ¿no?- rió Moss, dándole un codazo pícaro.
-¡Shh! ¡Claro que me molesta!- se defendió Ginny. Se encongió de hombros y siguió-: Admitámoslo: está muy bueno. Pero eso no significa que yo tenga que ir babeando tras él.
-Más bien al contrario- apuntó Moss, conteniendo la risa.
Ginny meneó la cabeza.
-Sabes que no es eso. Es como si yo fuera un objeto, o una medalla, o algo así.
-¿Pero irás con él o no? Porque hay ciertos rumores que...
-No. Ni loca.
-Bien.
-Creo que esperaré a que Harry me lo pida...
-Buena estrategia. Malfoy... bueno, es muy sexy y tal, pero... no sé. Es el típico tío que es gay y no lo sabe.
Ginny y Neville (que, cómo no, había estado escuchando) trataron de no reír muy fuerte. Entonces Malfoy volvió.
-Moss- la saludó con un gesto de mentón y siguió a lo suyo. Neville tenía la cara roja y miraba fijamente un pergamino. Ginny se estaba haciendo daño, mordiéndose el labio para no estallar en carcajadas.
-Draco- le devolvió el saludo Moss, quedándose tan fresca-. Pansy te buscaba.
-Espero que no me encuentre.
-Yo espero que sí- contestó ella, Malfoy la miró interrogante-. A ver si entonces deja de preguntarme dónde te has metido.
-Dile que no me siga como un perrito faldero.
-Mira quien habla- murmuró Ginny bastante alto, pasándole otro libro a Nille.
-No hace falta que hagas ver que te molesta.
Ginny soltó un bufido de exasperación. ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Qué había hecho ella para merecer eso?
-Bueno, guapísimos. Yo me largo- dijo Moss, cogiendo sus libros, y se fue a una mesa donde cinco chicos de séptimo reclamaban su atención.
Y cada uno volvió a sus asuntos.
-¿Ginny?-. Era Harry. Ginny se sonrosó y sonrió. Gracias a Dios que Malfoy había ido a buscar otro de sus libros de dragones.
-¿Mmm?
-Entrenamiento de quidditch.
-¡Ah! Sí. Claro- sacó su bolsa de debajo de la mesa y se dirigió a Neville-: Después también tengo tiro. ¿Coges los libros y acabamos en la sala común más tarde?
Nille asintió.
-Adiós, Neville- se despidió Harry, Ginny se fue tras él, despeinándo a Nillie por el camino. Tenía entrenamiento de quidditch (el inicio de temporada se acercaba...) y, después, tiro con arco. En la sociedad maga, el tiro con arco er considerado un deporte secundario (la mayoría de magos no le veía la emoción). Pese a todo, se había incorporado a la escuela como deporte opcional hacía dos años, junto con equitación de unicornios, duelo y baile muggle, porque algunos padres se habían quejado de lo sedentario que era el curso para aquellos que no estaban en el equipo de quidditch. A Ginny le encantaba el tiro, era relajante y le iba muy bien para la concentración. Además, era la estrella del equipo de Griffindor, y ese año se haría la primera competición, que aportaría puntos a la casa ganadora. Así que tenía una tarde ocupada.
-¿Adónde ha ido?- preguntó Draco al volver.
-Quidditch-. Neville no estaba dispuesto a hablar demasiado.
-¿Con Potter?
Neville no dijo nada.
-No entiendo el porqué de esa euforia con el niñato Potter. Ella merece algo mejor.
-Alguien mejor que tú, entonces- dijo Neville.
Malfoy estaba lívido. Neville se mordió el labio. No debería haber dicho eso. Obviamente había herido a Malfoy. Y, pese a todo, Neville no sintió ningún placer al darse cuenta.
-En este libro no encontrarás nada- siseó Malfoy, levantándose bruscamente y cogiendo sus cosas-. Busca en el tercer capítulo de 'Los diez mejores antídotos'. De Gojhtaz VorrQuenton.
Y se fue.
Neville se levantó y buscó el libro en la estantería de Pociones. Lo abrió por el tercer capítulo. Toda la información que necesitaba estaba allí. Se podía decir que ya tenía el trabajo hecho. Desconcertado, se quedó mirando la puerta por donde Malfoy había salido. Ahora sí que no entendía nada.
*-*-*-*-*
-Necesitas mi ayuda.
-Yo no necesito nada.
-Oh, vamos. Te importa más de lo que parece.
-¿Qué dices?
-Llevo años observándote, Draco. Años.
Él no respondió.
-¿La quieres a tus pies? Siguiéndola no conseguirás nada. Tienes que vencer su punto débil.
-¿Cuál?
Ella se calló.
-Dime cuál.
Ella bajó la vista, desvalida.
-La besaste- murmuró, dolida.
-Sí.
-¿Por qué?
-Me apeteció.
En la penumbra podía ver como ella luchaba por contener las lágrimas. No le impresionó. Demasiado teatro.
-Neville. Gana a Neville y la ganarás a ella.
*-*-*-*-*
-Ginny, Ginny, lo siento, perdóname.
-Colin, por favor. Déjame vivir.
-¿Si te doy una parte de lo que gané, me perdonarás?
Ella lo fulminó con la mirada.
-Púdrete, Colin.
Colin se fue lloriqueando.
-¡Giiiiinny! ¡Todavía no nos lo has contado!- cantaron dos voces a coro. Ginny tenía ganas de empezar a arrancar tráqueas en vez de bulbos amarillos de Joliolorosa. Quizás era por ser lunes. Aunque se había pasado el fin de semana en Quidditch, tiro y el maldito trabajo de Transfiguración (que tenía que hacer en la biblioteca, y por tanto, con Malfoy), y no te había quedado mucho tiempo para descansar.
-¿Contaros el qué?
-¡Lo de...- empezó Candy.
-...Draco!- acabó Honey.
-Mmmmm... chicas, es que no tengo ganas.
-Ooooooh veeeenga...- imploraron ellas. Como habréis comprobado, además de hablar a la vez sabían sincronizarse, acabar las frases de la otra, alargar las vocales hasta límites insospechados y hacer los mismos gestos a la vez. Peor, mucho peor que Fred Y George. Y eso que no eran gemelas.
-No- cortó Ginny, fulminando a una con cada ojo. Candy y Honey se largaron a su mesa. Ginny continuó arrancando bulbos con toda la mala leche que era capaz de juntar.
-¿Mal humor?
Ginny lo fulminó con la mirada. Él sonrió. Ella también.
-Nille... ¿Qué haces por aquí?
-Tengo hora libre y vengo a hacerle una consulta a la profesora Sprout. Es que la Profesora Milligan ha dejado el puesto esta mañana.
-¿Qué dices? ¿Es noviembre y ya nos quedamos sin profe de defensa?- se quejó Ginny. Luego sonrió- Qué bien, así no tendré que hacer el trabajo de la semana que viene.
-¿No te caía bien?
-Pues no. Era una vaca estúpida.
En ese momento, la profesora Sprout dio por terminada la clase.
-Te espero fuera, ¿Eh, Nillie?- dijo ella, embutiendo los libros en la mochila gastada. Necesitaba aire fresco. Los bulbos de Joliolorosa son muy olorosos. Más que un lavabo público.
Salío al aire libre y contempló el cielo. El sol estaba decantándose hacia un lado. Tendría que darse prisa si quería tirar un rato.
-¡Ginny!- era Hannah Abbot, una chica de pelo rubio y ojos verde claro, más gatunos que los de Malfoy, si es posible.
-Han... ¿Cómo va?
-Ir tirando- se encogió de hombros, sonriendo.
Malfoy apareció de la nada detrás de Ginny. Parecía lúgubre. Y Neville salió del invernadero y se quedó parado, mirándola.
-¿Has conseguido pareja para el baile?- preguntó Ginny.
-Pues no, todavía no-. Hannah sonrió-: A este paso no lo conseguiré nunca. ¿Y tú? ¿Vas con...- señaló a Neville, tratando de acordarse de su nombre.
-Neville- apuntó Gin.
-Eso- Hannah sonrió, encantadora-. Neville.
Neville seguía con la boca abierta.
Malfoy le dió un codazo disimulado, Nille cerró la boca. Draco sacudió la cabeza.
-Qué más querría ella.
-¿Qué?- dijeron las dos chicas a la vez. Ni que fueran Candy y Honey. Hannah, mirando a Ginny con cara de '¿Sí? ¿En serio?' y a Neville con interés. Ginny, por su parte, mirando a Malfoy con cara de '¿Qué coño dices?'. Pero disimuló en cuanto Draco le guiñó un ojo. No es que confiara en él, sino que estaba realmente sexy cuando guiñaba el ojo.
Neville estaba rojo como la grana.
-Um, sí- disimuló Ginny, estilo Fred&George-. Se lo pedí, pero, ya ves, le gustan rubias.
Hannah no se dió por aludida, sólo se encogió de hombros y comentó:
-Vaya. Qué mala suerte. ¿Entonces, Neville... tienes pareja ya?
-No-. Consiguió pronunciar Neville.
-Está intentando decidir a que chica decir que sí- explicó Draco. Le guiñó un ojo a Hannah-. Todavía estás a punto de apuntarte.
Hannah rió.
-Me tengo que ir. ¡Adiós!- dijo, alejándose y agitando la mano.
-¿Por qué has dicho eso?- preguntó Neville.
Draco se encongió de hombros.
-Seguro que ahora se acuerda de tu nombre.
*-*-*-*-*
-¿Dónde se ha metido Hermione?- preguntó a Ron. Acababa de llegar de una sesión agotadora de tiro, pero estaba contenta porque acababa de salir de una ducha tonificante, Malfoy se había ido a medio entrenamiento (quizás, con un poco de suerte,lo había matado de aburrimiento) y Harry le había sonreído al cruzarse en la escalera.
-En su habitación- contestó Ron-.
Era raro que Hermione se quedara en la habitación en vez de hacer deberes en la sala común o jugar una partida rápida de ajedrez con Ron antes de cenar. Subió a ver qué pasaba.
-Hermione.
Estaba sentada en el marco de la ventana gótica, los pies colgando a medio metro del suelo.
-Hola.
-¿Qué pasa?
Parvati salió del cuarto de baño mascullando 'maldita regla'. Cuando vio a Ginny inclinó la cabeza y dijo:
-No lo entiendo.
-¿Qué?
-Pedirle a Neville para ir al baile cuando estás saliendo con Malfoy.
-¡Yo no salgo con Malfoy!
-Ya-. Parvati asintió sarcásticamente, cerrando la puerta mientras salía.
Ginny se quedó mirando la puerta. Así que Hannah había recordado el nombre de Neville. La voz de Hermione la devolvió a la realidad:
-¿Crees que tengo el pelo tan horrible?
-¿Qué? Eh. No, claro que no. Es un color bonito.
-Ya. Pero mira, se riza al lado de la cara y se hincha como Crookshanks enfadado- se pasó la mano por el pelo con un gesto abatido. Ginny no podía ver qué cara ponía, porque la luz del crepúsculo entraba por la ventana, dejando la cara de Hermione a la sombra.
-¿Otra vez escuchaste a la Foca Fofa esa? Anda, baja-. Ginny levantó la mano.
Hermione bajó de un salto.
-No.
-¿Blaise Zabini?
-No.
-Moss.
-Sí.
-Oh, venga-. Ginny la cogió de los hombros y la sentó en el tocador de Lavender-. Sabes que está celosa de ti.
-¡Pero ella no tiene el pelo horrible!
-No, ella tiene una reputación horrible. Además, deberías oírte. Pareces Myrtle.
Hermione sonrió.
-¿Sabes que deberías hacer si realmente te preocupa?- preguntó Ginny; Hermione sacudió la cabeza-. Buscar un conjuro alisador más fácil de aplicar que esa crema horrible. Hay cientos de miles de libros en la biblioteca. En alguno debe haber un hechizo que alise el pelo. También podrías preguntar a Madame Pomfrey.
-Pero, sabes, no es sólo el pelo. Es todo. Me planteo mi vida y no sé si realmente merece la pena vivirla. Quiero decir, no sé, por ejemplo Ron. ¿Realmente vale la pena? Es divertido y amigo mío, pero, digámoslo claro: no me entiende. Y no sé si es lo que busco.
-Él te quiere. Y creo que, de alguna manera, os complementáis.
-Pero, ¿y si me equivoco?
Ginny le pasó una mano por el pelo.
-No te preocupes. Todo saldrá bien.
Hermione asintió y preguntó por Harry. No le gustaba hablar de sus problemas. Prefería hacer como siempre, escuchar los de Ginny y dar consejos. Ginny también lo prefería. Nunca sabía qué decir cuando alguien estaba triste. Aunque parecía que esta vez se las había arreglado bastante bien.
-¿Harry? Pues... es que no sé. A ver, ¡me gusta! Es, como siempre, un sueño... pero tengo la impresión de que me lo preguntará por lo de la lista y las fotos y todo eso...
-No... de hecho, tendrías que haber oído la bronca que le pegó a Colin.
Ginny se sonrojó.
-Pero... él sabe que le diré que sí. Siempre lo ha sabido. Estoy harta de ser demasiado fácil.
-Si te lo pide, no te pararás a pensar. Le dirás que sí directamente. Pero si te preocupa, siempre puedes pedirle a otro cualquiera.
-No es plan.
-No. Claro.
-¿Se lo has dicho a Ron?- Ginny cogió un cepillo y empezó a pasarlo por el pelo de Hermione.
-No. Ni a Harry. Pero se van a enterar. Ya has oído a Parvati.
-¿Sabes? No es tan malo como parece. Ahora en serio. Neville le habla, de hecho. No sé porqué. El otro día lo ayudó con un trabajo, y hoy lo ha ayudado con... bueno, con la chica que le gusta. De un modo un poco Slytherin, pero al fin y al cabo ahora ella se acuerda de que se llama Neville.
-No sé. Sabes que su padre es seguidor de Voldemort. Recuerda lo de Tom Riddle. Deberías hablar con Ron y Harry.
-No. Puedo con él yo sola, no necesito a ese par siguiéndome también. Además, llevo más de una semana así y no ha hecho nada malo. Y Moss dice que no es tan... no sé, da la impresión de que Malfoy tiene muchos problemas.
-Eloïse me dijo no-se-qué de un hermano que se suicidó o algo así. Pero lo de Moss... ¿Cómo confías en ella?
-¿En Moss? Ella... No es la mejor persona para confiar un secreto... o un novio, pero no es mala chica. En serio. No me mires así.
-Mmmm... no sé. A mí me cae peor que Malfoy.
-Es que Malfoy está más bueno.
Hermione rió.
-Cierto. Cuando andáis por el pasillo los dos juntos... la gente se gira para veros mejor. No sé cómo Ron todavía no se ha enterado. Ni Harry. Pero...- Hermione midió las palabras antes de continuar- ve con cuidado. No se trata de su padre o de Voldemort... sólo que... no sé qué pretende. Y sea lo que sea, no va a ser bueno.
Ginny sacudió la cabeza. Todo era demasiado difícil.
*-*-*-*-*
-¿Dónde te metiste ayer?- le espetó en cuanto salió de Defensa (mmm... el profesor nuevo era joven y muy mono...) y lo encontró esperándola en la puerta.
-¿Me echaste de menos?- preguntó él, levantando las cejas provocativamente. Ginny no sabía si pegarlo o besarlo. Se decidió por un cambio de tema rápido.
-No sé qué pretendes siguiéndome, Malfoy, pero está claro que no funciona. Déjame en paz.
Draco extendió los brazos.
-Está bien-. Se giró y empezó a andar en dirección a las mazmorras.
-¡Espera!
Él se giró con una mirada sarcástica.
-¿Qué hiciste anoche en mi sala común?- lo interrogó ella, los ojos entornados.
-¿Qué?
-No mientas. Te dejaste esto- le lanzó una cosa plateada y se marchó.
Él la vio alejarse, perplejo, y miró lo que teóricamente se había dejado en la sala común de Gryffindor. Una esclava plateada con una pequeña esmeralda rodeada de minúsculas piedrecitas de obsidiana. En la cara interior, escrita en latín y en runas mágicas, leyó una frase que conocía demasiado bien:
Siempre Acechante.
Y, debajo, el escudo de la familia Malfoy.
*-*-*-*-*
N/A: Gracias a Nhoa y Moss por betaread-ear este capítulo. ¡Sois las mejores! Por cierto, el nombre de Moss está basado en el de Moss. ^^ El resto de Moss, no. Bueno, sólo el ser Slytherin. Lo cual no es malo, como la Moss de verdad os podría demostrar.
Gracias a Nurieta por escuchar mis ideas sobre esto y darme su opinión. :) ¡Eres un solete!
Gracias a la gente maravillosa que leyó y 'reviewó' el capítulo anterior:
cali-chan: ¿Verdad que Ginny es fantástica? Es mi ídolo. ^^ Y neville también. ¡Es un osito de peluche!
Fleur Delacour: ¿te recuerda a Wildest Dreams? A mí me recuerda más a Draco Sinister... mi Draco se parece mucho al de Cassandra Claire, pero no puedo evitarlo... Por cierto, dice que si quieres la chaqueta de cuero, te la regala. Tiene un par más en el armario. Sobre Buscándote en la oscuridad, es cierto, lo tengo un poco abandonado (¿quién puede resistirse a Draco?) pero está en camino, no voy a dejaros colgadas.
Ashley: ¡Thanks anyway! :)
Jade: No... no está tonta... ¿crees que Malfoy seguiría interesado si ella se hubiera dejado? ;)
Tom: ...'At least write in engish'? Sorry, i don't know what 'Engish' is. :p
A los que no se molestaron en escribir su opinión: ¿Qué he hecho yo para merecer esto? SOIS UNOS VAGOS.
Bueno, ¿qué os parece todo? La trama real ya ha empezado a aparecer, el problema es que vosotros no os habéis dado cuenta. Todavía. Y, para complicarlo más, todos los personajes se dedican a decirme qué quieren y qué no, y me duele la cabeza... Ginny (la que más grita) quiere dejar claro que Malfoy no le gusta. Ya yaaaa... Malfoy dice que le vende la chaqueta de cuero a Cali-chan por diez galeones.
REVIEW!!! ES FACIL!!! NO TE VAS A CONTAGIAR DE NADA!!! Y me alegrarás el día. :)
