Notas de la autora:

Hola Minna-san. Después de una larga espera aquí está el siguiente capítulo. Ya no tengo exámenes y estoy de vacaciones!!! Tres meses de descanso!!! * Shiomei tiene un brillo en los ojos espectacular sinónimo de su alegría*

Por si acaso alguien desea saber, mi nuevo mail ( solo para messenger) es:

cheerfulandsmilinggirl@hotmail.com

Muy largo? Sí... no sabía qué poner. Espero encontrarme con alguno de ustedes un día de estos, así que a ver si me dejan en sus reviews sus mails en hotmail para agregarlos a mis contactos. Ya no los entretengo más,

¡ Vamos al fic!

Ahora, ¡VAMOS AL FIC!

Dedicatoria:

Este fic va para todos mis queridos reviewers. Gracias por el apoyo constante que me brindan. Espero sus comentarios para este fic también.

Disclaimer:

¿ De casualidad ven mi nombre en los otros disclaimers? Creo que no. Si lo hacen, por favor vayan a un oculista porque mi nombre difiere tremendamente con el de Nobuhiro Watsuki, que es el creador de RK. Yo solo uso sus personajes para saciar mis ganas de escribir.



Clave:

* bla bla bla *? pensamientos



INOPORTUNIDADES

Previo:

- Entonces estaban jugando,- ambos asintieron y Kenji dio una carcajada infantil y luego agregó: y yo que pensé que estaban haciendo el amor...- dijo esto como si fuera el tema de conversación de siempre, es más, como si fuera el tema de conversación normal de un MOCOSO DE CINCO AÑOS!!!.

No es preciso decir que a Kaoru y a Kenshin la respiración se les cortó de súbito. Luego de un momento la sangre les empezó a subir a la cara, al darse cuenta del significado de las palabras del niño. Cualquier cosa habrían esperado de él menos algo así. Kami-sama!!! ¿Qué padre espera que su hijo de cinco años, al cual por cierto creía ingenuo, empieza a hablar de temas como estos como si nada. Los pobres se quedaron idiotizados por un buen rato. Los pensamientos de ambos tenían en común ser la confusión por antonomasia. Si la noche de ayer fue una de la más vergonzosas de su vida, esta, sin lugar a dudas, era la peor.

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Cuarto Capítulo.-

- Ken...ji...??? - preguntó Kaoru casi atragándose en cada sílaba, como si hubiese comido un plato cocinado por ella misma.

- Okaasan???- respondió Kenji con otra pregunta. En su cabecita tenía miles de hipótesis acerca del porqué del extraño comportamiento de sus padres pero ninguna iba por el rumbo correcto.- ¿ Dije algo malo?

- Hai!, es... es decir no... Kenji... eh - y luego se calló de nuevo. No sabía qué decir y en momentos como estos era mejor cerrar la boca antes que decir la primera estupidez que se le saliera por impulso.

Kenshin estaba idiotizado. Sí y, queridos lectores, no vayan a creer que era porque descubrió que su hijo no eran tan ingenuo como creía. No qué va. Si eso, al menos por el momento, le valía un rábano. Lo que no podía creer era que su hijo había salido más despierto que él. Él, con todo y su lado Battousai, nunca había sido tan... tan... ¿ Cómo decirlo para que no parezca grosero?... ummm... desenvuelto... eso es... desenvuelto respecto a esos temas. Un ejemplo de esto es que en su noche de bodas tuvo que pasarse media hora hablando con Kaoru de cuán linda estuvo la ceremonia, otra pensando en cómo acercársele y otra temiendo que los años años hubiesen "desgastado" ciertos" atributos" suyos. Y es que diez años no pasan en vano y él lo sabía muy bien. Aquella agilidad y destreza ya no eran las mismas en las peleas pero a la hora de... ustedes saben... pues todo estaba muy bien hasta al día siguiente que la espalda lo mataba. Sí. Su desempeño podía ser fabuloso en la cama tanto que Kaoru volaba tan alto que podía distinguir treinta formas distintas al oír su nombre en sus labios, pero al día siguiente él pagaba la factura... y cómo la pagaba. Dolía de solo pensar.

Su noche de bodas sí que podía ser considerada bochornosa. La pobre de Kaoru después de sufrir un buen rato filosofando en la inmortalidad del mosquito comenzó a preguntarse si Kenshin estaba bien. Se acercó a él tímidamente, vestida aún con el kimono ceremonial, y movió algunos mechones color rojo incandescente que cubrían el rostro de su esposo. Este reaccionó al momento que sus manos rozaron su mejilla; algo dentro de él lo movió a poseerla y algo físico lo exteriorizaba perfectamente. Qué barbaridad ni siquiera empezaban nada y él ya creaba imágenes que están prohibidas de describir en este fic porque ya no existe el rating NC-17 y porque la autora prefiere navegar por terrenos menos escabrosos. Y más por instinto que por otro motivo decidió dar el primer paso. Solo basta decir que unas horas más tarde Kaoru estaba tan confundida por el cambio de actitud en Kenshin que deseó, por primera vez en la vida, haber vivido en la época del bakumatsu un romance prohibido con Battousai. Claro que luego se arrepintió de ese pensamiento... pero... si Kenshin era así de apasionado... imagínanse a su lado feroz... solo de pensar la hacía imaginarse cosas inadecuadas...

Mala Kaoru... mala, mala y mala...

Aunque rechazaba el pensamiento de hacerse viejo no podía evitar pensar en que en poco tiempo no tendría fuerzas ni para cocinar y eso significaba morir por envenenamiento con la comida que hacía Kaoru.

¡No!- pensó- eso no... él tenía solo treinta y cinco años...

** Corrección. Treinta y seis y eso significa que estás a cuatro años de la temida base 4** *Está bien, está bien... treinta y seis años ¿contento?... Oh Kami ahora empiezo a hablarme a mí mismo *. ¡ No!- volvió a exclamar para sí mismo y dejando de lado a su conciencia- No vale la pena Himura, ni aunque te lo niegues a ti mismo vas a lograr engañarte... confórmate... en unos pocos años, quizá un par algo más, ya no estarás apto para el "combate"... - un gesto de horror se formó en el rostro de Kenshin.

Pobre Kaoru piensa en ella, ella tan joven y bella. ¡Pobre!, ella que esperaba tener una familia tan grande... qué vergüenza tener que decirle: Lo siento koishii pero mi espalda y "algo" más ya no me dan... tú sabes... la edad... ¿ Qué tal si adoptamos y hacemos felices a tantos niños que se encuentran sin padres en este triste y desgraciado mundo???

¡¡¡ No, no y no!!!

Ella seguro terminaría golpeándome con su boken en ciertos lugares que... auch!... de solo pensarlo ya le dolían. * No... es mejor que mientras esté en condiciones Kaoru y yo empecemos a pensar en nuestro próximo hijo... oro!?... hijo?!... * Con Kenji tenían suficiente para al menos tres milenios. Entonces mejor una hija, una niñita igual a Kaoru. Alto, pensándolo bien mejor una niña con la apariencia de Kaoru, porque si hereda el carácter... madre mía.... mejor ni pensar en eso... este mundo solo podía soportar una Kaoru ya que solo había un Kenshin para soportar a una sola; dos sería francamente imposible. Ya se imaginaba a madre e hija, boken en mano, listas para pelear, y con el mismo gesto de decisión en el rostro que muchas veces llevó a Kenshin a pensar, cuando aún no se casaba con Kaoru, si llevaría el mismo gesto en determinadas ocasiones y otra vez el curso de sus pensamientos se fueron por terrenos peligrosos...

* Ay Kenshin ahora sí que estamos en líos!!!- El pelirrojo ya se empezaba a dar cuenta que estaba desesperado. Si solo Sano lo oyera ya se hubiera reído de él. Aquel tori atama si que era cruel... pero aún así él se había encariñado mucho con Kenji...

... Kenji... . Está bien, él siempre quiso que Kenji fuera millas más inteligente, feliz, etc, etc... que él pero no era justo que saliera tanto así!!! Él estaba envejeciendo y aún no podía seducir convenientemente a su mujer sin que cruzara un tinte de rubor en su mejilla o sin que sucediera algo que les impidiera intimar, y su hijo ya hablaba de sexo como si fuera un tipo de juego... aunque él conocía ciertos juegos interesantes también... pero eso no va al tema! ... Himura no hentai!- se dijo a sí mismo...

Pensándolo bien... alguien debería haberle contado acerca del tema al niño... ciertamente era perspicaz e intuitivo pero no era para tanto... " hacer el amor"... esa frase era usada por gente mayor, al menos eso él esperaba. Diablos! Ni él la usaba y su hijo ya lo hacía!!! Es más, debieron haberle explicado lo que ello implica... la mejor parte era que le ahorraba lo bochornoso de hablar con su hijo acerca de cómo vienen al mundo los niños además de darle ciertos "tips" necesarios para poder ser feliz en esos temas... pero...quién diablos era él para pensar en dar consejos?!?!?!? Él entre toda la gente no era el más apropiado para aconsejar acerca del tema. Si tenía problemas para pasar la noche con su mujer tranquilamente sin dolores de espalda y sin hijos interrumpiéndolos, imagínenese explicándole a su hijo eso... él ni siquiera era bueno hablando, siempre prefería evitar temas así de comprometedores. Quien quiera que haya sido la persona él le estaba agradecido...

Además para cuando Kenji estuviera mayor y apto para aquella "charla", el sería un anciano que andaría con una espada de filo invertido que pesa más que él, con el mismo gi raído y color magenta, y la misma hakama color blanco que ya parecería un estropajo, mientras su esposa seguía joven y cada vez más disilusionada al tener una tropa de niños adoptados y una roca por esposo!!!!!. Luego los hombres seguirán viéndola, como siempre que no se dan cuenta que ella va con él a su lado, mientras camina hacia el mercado y él estaría atrás de ella tratando de igualar el paso con ello pero fallaría en el intento porque su espalda le comenzaría a doler... los hombres le dirían asquerosidad y media a su mujer, y él no podría defenderla, y seguro que su hijo haría su aparición, al lado de todos los huérfanos que habían adoptado, y todos se reirían de él en su cara y se compadecerían de su madre por haberse casado con un tonto como él... ¡ Eso no podía pasar!

Kenshin movió la cabeza como queriendo disolver aquellas melodramáticas fantasías. Ahora la duda que lo embargaba era: ¿quién sería el que le comentó aquel "detalle" a su hijo?

El meollo del problema era que Kenshin en vez de estar en shock o en bersek, como Kaoru, estaba sorpendido. Él sabía que para ciertos temas el no era precisamente un conocedor pero que su hijo de cinco años fuera tan carefree con el tema era la prueba que él necesitaba para saber que realmente él, a sus treinta y cindo años - treinta y seis!, le recordó de nuevo su mente - está bien, que a sus TREINTA Y SEIS años era un completo idiota en ciertos temas. Si su hijo hablaba con liberalidad y soltura de aquello a esa corta edad, no quería ni imaginarse cuando fuera adolescente.



Lo que él no podía sentir debido a su estupor era que un ki estaba creciendo irremediablemente a su costado. Su hermosa, exquisita y no menos feminina esposa estaba roja de rabia.

El caso de ella era distinto. No podía creer cómo su pequeñito, inofensivo, tierno, amoroso y alegre ángel se refirió a temas en el que ella ni siquiera se atrevía a hablar con Megumi, a pesar que la mujer sí que era insistente para que ella le contara los detalles. ¡ Pero por Dios, su hijo tenía cinco años!. Él lo dijo como si nada, como si fuera lo más natural del mundo... bueno en realidad lo era pero... pero... nada explicaba que él supiera de eso... está bien, podía ser hijo de Kenshin y podría haber heredado el "instinto" de su padre * Y qué instinto! * pero no era para que supiera de esto así de fácil. Era labor de Kenshin darle aquella "charla" cuando creciera, al menos unos diez años más. pero ¿ cinco años?. Solo algo cruzaba por su mente: Aku. Soku. San. Nunca antes había concordado con el demente de Saito pero ahora le fascinaba la idea de aplicar sus creencias contra el maldito que corrompió a su inocentísimo y sacrosanto niño... y eso no podía esperar... la maldad había encarnado en alguien y ese alguien era: Sanosuke Sagara. Eso era seguro ¿ o no?

Kaoru se levantó de donde estaba y sin dirigir palabra a nadie fue al dojo y cogió su boken, claro que hubiese preferido una katana pero no había una a la vista. Salió del dojo dejando a un Kenshin aún pensativo y a un Kenji con una gran interrogación en la cabeza. Sus padres eran raros pero... ¿ya estaban completamente idiotas?

Luego de que Kaoru se fuera a ajusticiar al pobre de Sanosuke, Kenji empezó a jalarle de los cabellos a su padre para llamarle la atención. Este salió de su pequeño mundo de lamentos y observó a su hijo, luego dijo...

- Kenji-chan... cómo es que ...

- ¡¡¡Otousan!!! ¿a dónde ha ido Okaasan?- preguntó Kenji interrumpiendo

- ¿Oro?

- ¿Oro?- repitió el niño. - hasta en casos como este la estupidez predominaba.

- ¿¿¿Tu okaasan??? - Kenshin miró a todos lados- dónde está?

- ¿¿¿Eso te pregunté otousan- respondió Kenji con un gesto de impaciencia- se fue al dojo hace un momento y luego se fue a la calle... qué le pasa???

- No sé Kenji-chan...

- ¡¿No dijo nada?!

- No. Solo empezó a repetir en voz baja: Eku. Toku, Chan Tori Atama o algo así Otousan.- Kenshin se paró rápidamente abriendo los ojos de un tamaño muy grande- sabes qué pasa?

- No sé Kenji-chan pero si no me apuro creo que habrá una catástrofe...- dijo Kenshin incorporándose- quédate aquí cuidando el dojo... ¿está bien?...

- ¡¡¡Está bien!!!- respondió el niño muy feliz al saber que le legaban una responsabilidad. Después que vio la figura de su padre alejarse frunció el ceño y se preguntó: ¿ Qué es una catástrofe? Lo mejor será preguntarle a ojii-san apenas lo vuelva a ver...



.-.-.-.-.-.- Mientras tanto cerca a la vivienda de Sanosuke.-.-.-.-.-.-.



Kaoru seguía caminando. La mirada fija hacia adelante. Su cabello amarrado en una cola muy alta y su expresión era la personificación del terror. Se iba acercando hacia donde vivía Sano. Su boken estaba lista en sus manos y preparada para darle una terrible lección al osado street fighter. Abrió la puerta de súbito y la vista ahí presentada no era una específicamente deseable. Si tan solo hubiese aguzado el oído un poco más hubiera sido más cauta como para no entrar de esta manera.

Ahí, en medio de la habitación y sobre un futon estaba la figura conocidísima de Sanosuke y otra femenina, debajo de él, se reía de algún comentario que él le hacía al oído o, quizá, por alguna caricia. Con un gesto de disgusto ella solo dijo:

- ¡¡¡SAGARA!!!

- ¡¡¡Jou-chan!!! ¿Qué diablos haces aquí?- preguntó incorporándose y dejando ver el rostro de la persona que estaba "acompañándolo". Cabello negro, piel blanca como la nieve y se podían distinguir unos labios muy rojo. No! no podía ser...

- MEGUMI!!!!!!!! - gritó ella- QUÉ DIABLOS HACES AQUÍ?!?!?!?!?

- ¿¿¿No es obvio tanuki??? No sé cómo es que Kenshin y tú lograron tener a Kenji. Si no fuera yo quien cuidó de ti durante el embarazo aseguraría que sigues virgen... ho ho ho ho!!!!- respondió ella colocándose el cabello hacia la espalda y tratando de cubrirse un tanto el cuerpo quitándole la sábana a Sanosuke.

- Mala decisión

Al instante Sanosuke estaba tal y como vino al mundo. Kaoru estaba roja de furia y por el espectáculo que estaba frente a él. Nada mal, nada mal - pensó Kaoru-... ¿Kaoru Himura en qué diablos pensando?- se autorecriminó.

- ¡¡¡Kitsune!!!!- exclamó Sano tratando de cubrirse lo que para ese momento era imposible de ocultar...

- ¡¡¡ho ho ho ho ho!!!- se rió Megumi ante la expresión avergonzada de Sanosuke.

- ¡¡¡Oh Kami-sama!!! - dijo Kaoru volteando la cabeza y poniéndose una mano en la frente, olvidándose por un instante de la misión que había venido a cumplir.



Mientras tanto en el dojo Kamiya...

Kenji, que estaba jugando en el corredor, levantó la cabeza al oír el sonido de la puerta abriéndose,

- ¿Okaa-san, Otou-san?- preguntó el niño

- No Kenji-chan. No es Okaasan ni Otousan...

Kenji sonrió en reconocimiento. Se levantó y fue corriendo al encuentro de su querido:

- ¡¡¡Ojii-san!!!

La figura siempre impactante de Hiko Seijuro entraba al dojo con una gran sonrisa en el rostro. Vio al niño corriendo a su encuentro. Cuando el niño ya estaba en sus brazos empezó a preguntarle:

- ¡Ojii-san! ¡Ojii-san! ¿ Me trajiste el juguete nuevo que te pedí el otro día?

- Por supuesto Kenji-chan

- ¡¡¡Dámelo, dámelo!!!

- Está bien Kenji-chan, pero primero dime...

- ¿Qué, qué Ojii-san? ¡Dime rápido! - preguntó ansioso el niño. Seijuro hiko tenía una de las sonrisas más grandes que podía haber. Sus ojos tenían un brillo especial. parecía que ellos también sonreían. Luego él preguntó:

- ¿Qué reacción tuvo el baka deshi y la tanuki, - fingió toser - digo, tus padres cuando supieron - otro tosido - tú ya sabes ?- Preguntó tratando de contener la risa

Kenji solo quedó mirando a su Ojii-san por un momento. Luego de dos segundos se echaron a reír juntos. Hiko pensó, mientras veía a su "nieto" jugar con el trompo que le había echo el mismo:

- No hay duda que este niño se parece más a mí que al baka deshi. Definitivamente, mejor así.

Una carcajada más y la alegría era casi, casi total, ya que para que fuera completa él necesitaba ver, personalmente, las caras de estupefacción de los padres del niño. Por el momento se conformaba con imaginar...

Y no cabe duda que tenía una gran imaginación...



Continuará...

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Notas finales:

¡Ok Minna-san ya está hecho! ¿ qué les pareció el capítulo... horrible verdad???... no me convence... aún así. ¿¿¿ Qué creen que pasará luego???? ¡Hiko Seijuro es el causante de todo! ¡ Ese malvado! ¿¿¿Sanosuke pagará la factura por equivocación???

Bueno Minna-san, si desean que suceda algo en este fic mándenme en sus reviews sus propuestas. Estoy dispuesta a recibir todas las ideas. Lo importante es que este fic los complazca a ustedes. ¡¡¡Ya que han esperado tanto no se merecen menos!!!

Vamos, tú que acabas de leer esto aprienta el botón que está allí abajo y mándame tu comentario.

Recuerda que:

¡¡¡ MÁS REVIEWS = ACTUALIZACIONES MÁS RÁPIDAS!!!

Hasta la vista

Shiomei