¿Slytherin o Gryffindor?

Por: MissIntelligence (Fran Weasley)

Capitulo 25: Morsdaemon en Vesubio.

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Hermione aterrizó en un lugar desierto. En el suelo estaba húmedo y mohoso, a la distancia se podían ver olivos y naranjos. Había aterrizado en un claro en una especia de montaña o colina no estaba segura ya que la vegetación era densa. La temperatura alcanzaba por lo menos los veinte grados Celsius.

Miró a sus alrededores tratando de reconocer el lugar donde había aparecido, no habían rastros de Draco o de ningún ser humano. Hermione recordó que el había mencionado Italia como uno de sus posibles destinos, pero en ese momento ninguna ciudad como esta se le venía a la mente ni tampoco un lugar que se pareciera a ese geográficamente. Los árboles eran altos y los arbustos voluminosos, el cielo estaba, ya, cubierto de estrellas, y la luna brillaba imponente en lo alto. Una brisa fría hizo que Hermione se apretara la capa invisible a su cuerpo aún más. Draco no podía está lejos.

Emprendió su camino montaña arriba pasando zorros y pequeños roedores en el camino, siempre teniendo mucho cuidado de no dejar muchas marcas en la tierra o de hacer mucho ruido. Mientras más caminaba montaña arriba más desaparecía la vegetación y mas seco se hacía el terreno. Hermione se estaba haciendo una idea del lugar donde estaba, aún no sabía si era Italia pero tenía la leve idea de que no era una montaña exactamente, quizás algo más complejo.

Un ruido subterráneo comenzó a romper el silencio de la noche y Hermione tuvo que sujetarse de una roca para no perder el equilibrio. La tierra se estaba moviendo como un terremoto y ella no sabía que hacer. Justo cuando el pánico estaba por entrar en Hermione, la tierra dejó de moverse y ella siguió su camino a la cima.

Al acercarse a la cima el terreno comenzó a cambiar de color. Ahora la tierra tenía un color grisáceo con tonos rojos y rocas comenzaron a aparecer en su camino, rocas gigantes y pequeñas, pero ningún árbol o arbusto. Tampoco había vida visible en el lugar. La temperatura había aumentado considerablemente y Hermione estaba sudando terriblemente, la capa la sofocaba pero sabía que era una de las pocas defensas que tenía contra lo que debería enfrentar, así es que la conservó sobre su cuerpo.

Hermione supo que estaba ya casi en la cima cuando las paredes de la montaña se hicieron empinadas y debía escalar para avanzar. Al conseguir subir el último tramo de tierra que le quedaba, se limpió sus túnicas por debajo de la capa y miró a su alrededor. Lo que vio no fue exactamente lo que se esperaba y la tomó por sorpresa. Estaba claro que no era una montaña, era un volcán. Un enorme cráter ocupaba su lugar en la cima, y era evidente que estaba activo por los sonidos que provenían del interior.

Creía saber donde se encontraba, si estaba en lo correcto, estaba en Italia, Nápoles. Y el nombre de ese volcán era Vesubio. Hermione había leído cantidades sobre el montruo activo, era muy temido por los vulcanólogos ya que podía hacer erupción en cualquier momento por lo que era monitoriado veinticuatro horas al día, siete días a la semana. El Vesubio había hecho desaparecer ciudades enteras, como Pompeya y hasta ahora solo se habían encontrado ruinas de la ciudad. Hermione recordaba un párrafo de un libro sobre Pompeya que había leído, la había tocado mucho ya que reflejaba el dolor de los habitantes de la ciudad el día de la erupción, ella repasó el párrafo en murmuros:

'Solo se oían los gemidos de las mujeres, el llanto de los niños. Unos llamaban a su padre, otros a sus hijos, otros a sus esposas. Muchos aclamaban a los Dioses, pero la mayoría estaban convencidos que ya no habían Dioses y esa noche era la última del mundo.'

Hermione caminó rodeando al cráter con mucho cuidado, aún estaba a alguna distancia del cráter pero prefería tener extra cuidado al caminar por un volcán activo.

Caminó con los ojos abiertos y el oído agudo intentando captar cada sonido en busca de Draco y de alguien más. No podía estar muy lejos, solo esperaba no llegar tarde, porque si lo hacía el plan no funcionaría, bueno no era un plan muy elaborado pero ella tenía fe en que lo podían hacer funcionar.

La caminata hizo que Hermione perdiera la mayoría de su energía, pero el esfuerzo no fue en vano, de hecho fue lo mejor que pudo haber hecho.

"¡Silencio!" llamó Lucius Malfoy levantando sus manos al grupo de hombres que estaban parados en un círculo.

Hermione encontró una roca como extra protección y escuchó y miró atentamente.

Habían por lo menos diez hombres y Lucius Malfoy. Era evidente que todos eran Mortífagos, quienes seguramente estaban ahí para presenciar la ceremonia. Draco estaba en el medio del círculo, inconsciente.

"Como todos ustedes ya saben, hoy es el día en el cuál volveremos a la cima, cuando volveremos a tener el poder sobre el mundo mágico y sobre el de los sangre-sucia. Hoy es el día en el cuál se volverá realidad la peor pesadilla de todos." Dijo Lucius al grupo de hombres que escuchaban atenta y solemnemente.

"Creo, Lucius, que dar el discurso es mi tarea." Dijo una voz. De las sombras salió una figura encapuchada en negro caminando lentamente.

Lucius parecía tener temor, "Lo siento, mi señor. No volverá a suceder." Dijo haciendo una reverencia al encapuchado.

La figura encapuchada se paró a los pies de Draco y alzó la voz a los Mortífagos. "Este cuerpo a mis pies posee poderes que nadie ha presenciado antes en el mundo mágico, y les aseguro que esta vez mataremos a todo el que se oponga a nuestras leyes."

El hombre se quitó la capucha descubriendo una piel verdosa de color moho y unos ojos rojos como los de una serpiente. El pulso de Hermione comenzó a aumentar al reconocer a Lord Voldemort. Ella metió la mano al bolsillo de su túnica asegurándose que la botella que contenía la poción estaba aún ahí. Ahora se daba cuenta de lo que significaba esa poción para salvar su vida. Miró una vez más al cráter del volcán que parecía haber despertado de un momento a otro. Hermionen dirigió su atención nuevamente al grupo de Mortífagos en frente de ella.

Estaban todos rígidos aún parados en un círculo alrededor de un Draco inconsciente.

"Comencemos." Ordeno Voldemort.

Al instante los Mortífagos inclinaron la cabeza y se arrodillaron en frente de Voldemort y de Draco solemnemente, sin hacer ruido, como zombis. El señor Oscuro miró alrededor del círculo para asegurarse que nadie estaba mirando o tenía la cabeza levantada, solo entonces sacó su varita y gritó, "¡Enervate!"

Los ojos de Draco se abrieron rápidamente como si se hubiera acordado enseguida donde estaba y lo que sucedía, pero no movió ni un hueso, se quedó mirando al cielo como una estatua.

"¡Moderatio!" dijo Voldemort alzando su varita una vez mas. Draco se levantó al instante, sus ojos estaban ahora desorbitados. Voldemort se acercó a el lentamente rodeándolo amenazante. "¡Crucio!"

Draco se dobló en dolor y Lord Voldemort no parecía querer parar en vez de eso alzó su voz chillona y exclamó. "¡Escúchame!"

"¡Deja al Demonio dentro tuyo salir! ¡Te lo ordeno!"

Draco calló al suelo en dolor. Su camisa se estaba rasgando por la aparición de enormes músculos. Sus ojos comenzaron a cambiar de color a un rojo vivo y su piel estaba adquiriendo un color gris.

"¡No eres humano, nunca lo fuiste! ¡Eres Morsdaemon, Draco Malfoy nunca existió!" gritó Voldemort. "¡¿Quién eres?!"

Draco parecía estar resistiéndose a Voldemort, "Dra-co Malf-oy." Gruñó entrecortadamente.

"¡NO! ¡CRUCIO!"

Hermione no sabía que hacer, sabía que debía esperar que Draco tuviera sus poderes para vencerlo pero también sabía que no podía quedarse escondida mientras Voldemort lo destruía, pero no sabía que hacer.

"¡QUIÉN ERES!" Demandó Voldemort una vez más.

"¡MORSDAEMON!" Gritó Draco entre el dolor de su transformación y la del maleficio.

Voldemort bajó su varita, ahora con una sonrisa malvada en sus labios, "Excelente."

"¡¿A QUIÉN SIRVES?!" Gritó Voldemort.

"¡A MI SEÑOR, VOLDEMORT!" Gruñó Morsdaemon arrodillándose ante El-Que-No- Debe-Ser-Nombrado.

La satisfacción habitaba en la cara de Voldemort. "¡Matadlo!" comandó apuntando a uno de los Mortífagos que aún estaban arrodillados y con las cabezas inclinadas.

Draco/Morsdaemon saltó encima del hombre desgarrando su piel y con su puño atravesó al hombre sacando su corazón. Era horrible y desagradable para Hermione a quién le caían lágrimas al sentirse tan inútil detrás de esa roca.

Draco volvió donde Voldemort y se arrodilló presentando el corazón del hombre.

"Excelente." Repitió.

Hermione no sabía si entrar en acción o esperar aún más. Se paró a un lado de la roca aún con la capa puesta, observando en lo que Draco se había convertido en tan poco. Era un monstruo, no era comparado al Slytherin con el cuál había estado no hace mucho atrás y pensar en el beso que habían compartido era lo más doloroso del mundo. En un intento de avanzar un poco más Hermione perdió el equilibrio provocando que varias rocas cayeran volcán abajo. Ella se tapó la boca para disminuir el ruido que producía su respiración, miró expectante a la escena frente a ella.

Draco escaneaba los alrededores en busca de alguien. Hermione se escondió nuevamente detrás de la roca.

"Hay alguien aquí, lo presiento, Mi Señor." Dijo Lucius Malfoy haciendo lo mismo que Draco.

"Deja que Morsdaemon se encargue de ello." Respondió Voldemor relajadamente.

Los ojos de Draco se posaron en el lugar exacto donde Hermione se encontraba escondida. El tomó unos pasos hacia delante.

Hermione estaba temblando por debajo de la capa.

"¡Granger!" gritó Draco lanzandose hacia la roca que la protegía.

Hermione fue lo suficientemente rápida para moverse a un lado. Draco se estrelló con la roca.

Ella dio unos pasos hacía atrás todo el tiempo mirando a Draco y observando cada movimiento que hacía.

Draco se recuperó en menos de dos segundos y al parecer podía presentir donde se encontraba por que comenzó a moverse enseguida en dirección a Hermione. Ella corrió volcán arriba si acercarse demasiado al cráter del volcán, podía sentir a Draco pisandole los talones.

Se refugió detrás de otra roca, esperando que se le hiciera más difícil encontrarla. Metió la mano al bolsillo de su túnica y sacó la botella que contenía la poción Mortevita, sacó la tapa y dio una mirada por detrás de la roca a Draco. Aún parecía estar confundido. Ella miró una vez más la botella y sin pensarlo dos veces se la llevó a sus labios y tragó todo el contenido. Esperó a que algo sucediera.

"¡Granger!" gritó Draco saltando sobre la roca. Hermione no pudo reprimir un grito. No sabía porque la poción no estaba funcionando.

Ella corrió hacia el cráter del volcán con Draco no muy lejos por detrás. Estaba atrapada entre la lava y el Morsdaemos que la perseguía. Se quitó la capa para enfrentar a Draco.

"¡Granger!" repitió Draco mostrando sus colmillos a Hermione.

"¡Draco, escucha!" gritó ella con todas sus fuerzas, "¡Soy yo, HERMIONE!"

"¡Y DEBES MORIR!" exclamó Draco tomando a Hermione por el cuello.

"Dra-co." Dijo Hermione casi sin aire.

Morsdaemos ahora sonreía con satisfacción al ver como Hermione se quedaba sin aire.

La vista de Hermione comenzaba a nublarse y estaba terriblemente consiente del latido de su corazón que ahora disminuía con cada segundo que pasaba. Abrió los ojos una ves mas, y ahora la vista no parecía tan borrosa y su corazón latía mas rápido que nunca. Era como si alguien hubiera prendido una luz dentro de ella. De pronto Hermione se sintió con la fuerza suficiente para arrancar las manos de Draco de su cuello y de lanzarlo a un lado y así lo hizo.

Hermione miró sus manos, las cuales brillaban de la misma manera que lo hacía su marca en su muñeca. "¡DRACO, SOY HERMIONE!"

En dos segundos Draco estaba nuevamente en sus pies y corriendo hacia Hermione.

"No merecer vivir." Murmuró Draco en su oído tomándola por los hombros he inclinándola por la orilla del cráter del volcán y enterrando su puño en el estómago de Hermione.

Ella gritó al sentir como su piel se rasgaba. "DRA- Sangre comenzó a salir de la boca de Hermione. "Dra-co, soy yo. No-s b-esa- mos" dijo entre gritos ahogados por la sangre y el calor que emitía la lava ardiente del volcán que rugía debajo de ella. Draco parecía estar escuchando ahora. "Dra-co. yo y-o." Hermione podía ahora sentir como si algo fuera rasgado de ella. "Yo t-e te amo."

Los ojos de Draco comenzaron a cambiar de rojo a blanco.

"Te a-mo." Repitió Hermione entre la sangre de su boca y la muerte que se acercaba. "Te amo, Draco Malfoy."

Luego todo se nubló.

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