Hola! Después de muuuucho tiempo, volvi! También publiqué una historia nueva, no sé si la quieren leer… es de porq Petunia odia a los Potter. Este

capitulo es mas corto, y ya van a ver porq… me di cuenta q este cap y el anterior terminan en frases muy parecidas… pero igual no la quiero

cambiar. Bueno, lean mis historias y dejen muuuuuchos reviews!!! Besos, Agus.

Capitulo 3: Sin salida

  Los pasillos se hacían interminables. Parecía que a cada paso que ella daba, se alargaban un poco más.

Corría sin pensar en lo que hacía, se chocaba chicos riendo, tiraba sus libros y rompía sus frascos de tinta. Pero nada le importaba, ella seguía

corriendo, tratando de librarse de la realidad que la envolvía. Las lágrimas mojaban su túnica… y llegaron a la puerta de la enfermería. Ella se detuvo

 bruscamente, chocándose con un par de alumnos de séptimo año. No quería entrar allí, no quería ver lo que esa habitación escondía.

  Su hermano la miraba con una profunda tristeza en su rostro. Dándose cuenta que la chica no iba a escuchar lo que él dijera, entró y dejó la puerta

abierta.

   Ginny se quedó observando el lugar por donde Fred había pasado dos segundos antes, y con una repentina seguridad en su rostro, traspasó aquella

puerta blanca.

   Adentro, en la enfermería, estaba el director de Hogwarts, Albus Dumblendore, Ron, Hermione, Sirius y una chica alta, flaca y pálida, con largos pelos

color castaño y mechas rubias. Tenía unos brillantes ojos celestes y una hendidura en el mentón. Ginny la reconoció en seguida, era Vivi, la novia de

Harry. Ella no era de Hogwarts, así que seguramente le habían mandado una lechuza a Hosmeade para llamarla. En estado normal, Ginny hubiera

tenido un ataque de celos y estaría mirando con furia a la chica, pero ahora en el estado en que Vivi estaba –con una cara mucho peor que la

suya, y más flaca que de costumbre- no pudo sentir otra cosa que compasión.

Por último, miró a Harry. Estaba tan blanco como las sábanas y sus ojos no tenían pupilas. Lágrimas de sangre rodaban por su rostro, y unas extrañas

marcas negras como tatuajes habían aparecido en sus mejillas. Parecía algún lenguaje extraño, pero Ginny se dio cuenta que runas no eran. Luego

de unos minutos  de observar al chico de pelo color azabache sobre la cama, este comenzó a convulsionar de vuelta. Se agitaba continuamente,

parecía torturado por mil látigos que le pegaban por todo el cuerpo.

Vivi cayó de rodillas y comenzó a llorar fuertemente. Parecía como si ella también estuviera convulsionando, y apoyó su cabeza sobre el brazo de Harry.

                                                *                              *                            *                             *

Después de dejar el mensaje a Flitwick, Ron se dirigió a donde iba todos los días a toda hora: la enfermería. Sin embargo, era muy duro para él ir

allí… no soportaba ver a su amigo así, y más porque sabía que Harry se encontraba en esa cama por su culpa. Aunque todos lo negaran, era la

verdad, si Harry no hubiera ido a salvarlo, no estaría postrado con como cuatro. Ese pensamiento lo atormentaba cada día y cada noche. Nunca

dormía, y el poco tiempo que lo hacía era para encontrase con horribles pesadillas.  La culpa lo atormentaba continuamente, y Ron no la soportaba.

Pero lo único que podía hacer en ese momento, era ir a ver a su amigo, rogándole a Dios que no lo dejara ir.

Cuando llegó a la enfermería se encontró a los de siempre: Hermione, Dumblendore y Sirius.

-Hola Ron –dijo Hermione, con una voz apagada.

-Hola –murmuró el pelirrojo. Sus ojos se posaron en los ojos sin pupilas, los tatuajes y las gotas rojas de Harry.- ¿Qué… qué le pasó?

- Estábamos parados, hablando y de repente comenzó a convulsionar.  

- Sí… nunca había visto algo parecido –dijo Sirius.

Dumblendore callaba, y de repente dio un respingo, que sobresaltó a todos, y salió de la habitación.

- ¿Qué habrá pasado? –preguntó Hermione extrañada.

- Supongo que se le habrá ocurrido algo, o notó algo que pasaba en el castillo. Sabes que el siente lo que pasa –dijo Ron.

  Sintieron ruidos de la puerta y vieron que entraba McGonagall.

- Dumblendore me informó de la situación –hablaba como siempre, aunque mientras que lo hacía le temblaba un labio- le avisé a sus hermanos –dijo

señalando a Ron- y le mandé una lechuza a una chica de Hosmeade, como me pidió el Director.

- ¿Avisaron a Vivi? –preguntó Hermione- Creí que no la querían en el colegio después de lo que pasó…

- Tiene razón, Granger, pero no podemos negar que era muy cercana a Pot… a Harry y supongo que él la querría presente.

   Un fuerte "pluff" se escuchó por la chimenea. Una alta y flaca chica de unos dieciséis años había aparecido a través de las llamas. Tenía el cabello

largo por la cintura color castaño con mechas rubias y grandes ojos azules que es este momento estabas rodeados por una aureola roja. Ron sabía

que le chica estaba sufriendo mucho por su novio, y más porque no dejaban que ella entre al colegio a verlo. No la dejaban entrar a Hogwarts

después de aquella vez en donde se metió a escondidas a la Sala Común para verse con Harry y sin querer incendió un par de camas. Había visto

a Harry a través de la chimenea, pero nada más que eso.

- Hola Viv… -dijo Hermione, pero Vivi pasó a su lado sin mirarla, con los ojos fijos en su novio. Estaba completamente pálida, y parecía a punto de

desmayarse. Lágrimas caían sobre sus gordos labios, pero ella parecía no darse cuenta. Se paró al lado de Harry, y le dio un suave beso en los labios.

- Hola –susurró con su suave voz. Sonaba rara, ya que ella era una chica que estaba continuamente con una sonrisa, siempre bromeando y riendo.

- Sus labios están calientes –dijo, antes de caer desmayada.

   Cuando despertó, se encontró sobre una de las camas. Se levantó de un salto, sorprendiendo a todos, que pensaban que seguía inconsciente. Vio

que se había unido Dumblendore al grupo y lo saludó cordialmente. Todavía no le había perdonado la prohibición de no poder ver a su novio en la

enfermería. Al rato llegó Fred, y atrás de él Ginny. Allí fue cuando Harry comenzó a convulsionar una vez más.

  Ron sentía que no podía mantenerse en pie, no podía ver sufrir a Harry de esa manera, mientras que él no había recibido más que un rasguño.

  Vivi luchó por no desmayarse una vez más. Esto era más de lo que podía ver, él hombre que amaba estaba sobre esa cama, al borde de la muerte.

Su peso venció las piernas y cayó de rodillas, llorando. Puso sus labios sobre la mano de Harry y en el momento que eso sucedió, él dejó de convulsionar.

   Dumblendore pasó a través del grupo de asustados y tristes personas que rodeaban la camilla y se acercó a Harry. Puso dos dedos sobre su garganta

y bajó la cabeza.

- Lamento anunciar que lo hemos perdido. Harry ha muerto.