Bueno, como en el otro tarde tanto he decidido poner este más pronto. Lo que no es el capítulo 15 cuando llegara. Paciencia...
Astartea: JAJAJAJAJA. No me parece en absoluto una chorrada porque cuando leí tu review me estuve riendo como un cuarto de hora. Aunque tengo que admitir que me costo entenderlo. Lo siento soy así. Y no, no es ninguna venganza, es una ida de olla muuuuuuy Grande. Lo siento. J. Y como puedes pensar que me pueda enfadar por esto, JAJAJAJA. Aunque a partir de ahora cada vez que escribo Lechuza, me fijo mucho JAJAJAJA.
Naiko: Pues si comienza a recordar algo. De momento Harry no pinta casi nada, pero en la segunda parte, supongo que empezara a salir de vez en cuando, aunque no te prometo nada, porque no yo misma se como acabara... A y el hombre que le dijo que saliera... también sabréis pronto (o no tan pronto) quien es.
Luzoscura: Muchas gracias. Ya veo que mi hipnotismo surgió efecto, me alegra que te guste la idea, aunque no sea voluntariamente. JAJAJAJA (Kalisto ríe malvadamente)
-¡EH tu! NO me copies la risa.
-De acuerdo Voldie.
-No me llames Voldie o te haré una avadra Kedavra, que no te reconocerán ni tus padres.
-UUUUU Que miedo. Como te borre de la historia ya verás. Venga si te portas bien saldrás en uno los próximos... capítulos.
-Uy Kalisto, que pelo más largo y bonito tienes.- Kalisto se sonroja.
-Ya veremos.
Bueno esto ha sido un aviso de que pronto volverá Voldemort...
Sybill: Si esto te parece erótico, no leas este capítulo... Bueno yo creo que un beso en la mejilla significa amistad o sea, que son amigos es correcto, pero hasta cuando...JAJAJAJAJA
-Vale, Voldie ya no te imito.
De lo de tu fic, lo leí antes de leer el review, JAJAJAJA, un poco bruja si que soy... Y si quieres que te diga la verdad, aunque ya te la he dicho en un review, ME HA ENCANTADO!!! En serio, no lo diría si no fuera verdad. Pues espero que lo sigas pronto...
Sheyla Ryddle: Muchas gracias. Si se gustan o no lo sabremos algún día, de momento y como queda más o menos claro en el capítulo anterior son amigos. Aunque la verdad es que Severus esta cambiando mucho des de que ha llegado su amiga... no se.
Bueno, ahora si, un beso a todas las personas que lean este capítulo y si quieren dejar un review, lo agradeceré.
Alguien piensa que J.K.Rowling se metería en fanfiction.net para escribir fics de Harry Potter, si los personajes son suyos. Verdad que no? Pues claro que los personajes no son míos... bueno menos Gabrielle y alguno más que aparecerá por aquí, aunque Snape si que es mío pero de otra forma JAJAJAJA
14. ¿ERA ROJA O AZUL?
Las semanas pasaron deprisa, el profesor de Cuidado de Criaturas mágicas fue, ese trimestre, Charlie Weasley, porque cada trimestre cambiarían de profesor, porque ninguno podía quedarse más tiempo.
Gabrielle, cada vez que miraba a la profesora McGonagall, le daban ganas de tirarle del moño ese, hasta que la cara de la profesora quedara sin arrugas. Pero no lo llevó a cabo porque sabia que parecería más joven y le gustaría más a Severus.
-¿Pero que carai estoy haciendo?- se recriminó a si misma, durante la clase de transformaciones- Esto es una tontería, él ya me dijo que solo era una compañera- frunció el ceño mientras pensaba- ¿y ella que? Tendré que descubrir por quien siente algo ella.- se rió.
-¿Le pasa algo señorita Cooper?- le preguntó la profesora extrañada.
-No, profesora- dijo inocentemente Gabrielle.
Después de clases Gabrielle siguió a Mcgonagall. La profesora se dirigió al despacho del Director. Gabrielle sabia que era arriesgado pero se coló detrás de Minerva cuando esta dijo la contraseña. Subió silenciosamente las escaleras de caracol, bastante atrás de la profesora, para que esta no la viera. McGonagall entró en el despacho de Dumbledore y por suerte de Gabrielle no cerró la puerta y pudo ver i oír todo lo que pasaba dentro, siempre y cuando hablaran fuerte y se pusieran en su campo de visión.
-Hola Minerva
-Hola, Albus. ¿Cómo estas?
-Bien. ¿Has recibido noticias de tu familia?- Aquí Gabrielle agudizó el oído.
-Si mis hijos, están bien. Y mi marido- dijo tristemente McGonagall. Gabrielle saltó de alegría "Esta casada!!!!", pero se calló cuando notó el tono triste de la profesora.- esta como siempre, solo lo podría salvar una poción de la que se desconocen los ingredientes, llamada la "la luz de la esperanza".
-Es una lastima que con el paso del tiempo se perdieran todos los libros donde salía dicha poción y la memoria oral tampoco la recuerde- Minerva asintió y Gabrielle sintió pena por ella.-No te preocupes. Bueno, haber si llega Severus ya...
-Gabrielle ¿qué haces aquí?- le dijo con una voz muy seria. Gabrielle rió nerviosa, Severus la había pillado con las manos en la masa o mejor dicho con los celos en la masa.
-Es que pasaba por aquí...- no le iba a decir "es que estaba celosa de la profesora y he decidido seguirla para ver si entre ella y tu había algo". Gabrielle bajo la mirada. "Patético, ¿cómo he sido capaz de hacer una cosa así. Que no tengo 11 años"
- Vete de aquí, ahora mismo, antes de que alguien te vea. Por cierto, hoy entra en mi despacho y bébete la poción, yo llegare más tarde. La contraseña es esencia inmortal ¿De acuerdo?
-Si, claro, Severus. Hasta luego.- y se fue corriendo bajando las escaleras antes de que alguien más la viera. Fue al gran comedor donde sus amigos la esperaban para cenar. Después de cenar y de ser un poco amable con Malfoy que le explicó que él tenia una gran mansión. Se dirigió al despacho de Severus. Dijo la contraseña que la pareció un tanto extraña. Abrió el armario donde estaban las pociones y se encontró con dos colores.
-¿Cuál era, la azul o la roja?- se pudo a meditar no segundos- esto me pasa por quedarme mirando esos ojos negros. No puedo esperarme a que venga por que seguro que se ríe de mi. Me lo merezco. Bueno...Azul- cogió la botella con el liquido azul y se la bebió. Su cuerpo comenzó poco a poco a decrecer- Mierda, bueno que pinta tendrá a los- se puso a calcular la edad que tendría ahora. Puso cara de horror- menos 2 años. Mierda, que hago, que hago...- ya aparentaba solo 7 años.
Rápidamente cogió la botellita con el líquido rojo y bebió, dejo de decrecer cuando aparentaba 3 años, pero no creció, aunque se tomo otros sorbo del liquido rojo.
-¿Qué haré ahora? Seguro que Snape se enfada mucho y no me habla nunca más- los ojos se le empezaron a humedecer. -Con tan poco tiempo y ya me comporto como una niña de tres años- se sentó en el suelo y se cogió de las rodillas. Media hora después, lentamente se abrió la puerta. Severus vio una figura extremadamente pequeña en un rincón de su cuarto. Su mente funciono a gran velocidad.
-¿Gabrielle?- le preguntó Snape dudando.
-Lo siento- dijo con una voz de una niña de tres años.
-¿Qué te ha pasado?- le preguntó acercándose a ella y poniéndose a su altura.
-Me he equivocado de color, era roja y cogí la azul- Severus intentó reprimir la risa pero no pudo empezó a reír a carcajadas. Gabrielle lo miró con los ojos rojos y enfurecidos- no te rías- y empezó a sollozar de nuevo.
-Lo siento.- luego se puso serio- pero tendrías que haber rejuvenecido más, hasta los menos 2 años, ¿cómo has conseguido parar el efecto?
-Me he bebido una botella de la roja- dijo todavía llorando. Snape frunció el ceño.
-Vaya, pues me parece que tendrás que estar así durante bastante tiempo- la niña lo miró – si te bebes tan seguido las dos pociones, la roja lo único que hace es detener el rejuvenecimiento y al cabo de unas horas a un paso muy lento empieza a envejecer, hasta tu edad.
-¿De cuanto tiempo estas hablando?
-Una semana al menos- la niña empezó a llorar más fuerte- veo que contra más rejuveneces más rápido te afecta en el comportamiento. Venga no te preocupes, solo será una semana.- la acarició el pelo, pero ella continuaba llorando. Snape se levantó- Venga vamos a ver a Dumbledore.-Cogió a la niña en brazos, que se puso a llorar en su hombro mientras él la abrazaba- no querrás que te vea así, ¿no?- la niña se restregó los ojos con las manos y negó con la cabeza- pues basta de llorar ¿de acuerdo?
-Vale.- dijo
-Le diremos a tus amigos que estas enferma y que volverás la semana que viene. Vamos- se dirigió a la chimenea y tiró polvos flu.- Despacho de Dumbledore.
Cuando llegaron en el despacho se encontraban Lupin y Sirius, que junto a Dumbledore miraron extrañados la niña que llevaba en brazos.
-Lo siento Albus, pero es un asunto de extrema importancia, es sobre Gabrielle.
-Ya he puesto en antecedentes a Sirius y a Remus. ¿Quién es esta niña?
-Este es el problema ella es Gabrielle- dijo secamente. Los otros tres los miraron con sorpresa- se ha equivocado de poción y ha rejuvenecido más, pero para parar el rejuvenecimiento se ha tomado la otra...- Gabrielle escondía su cabeza en el hombro de Severus.- Bueno, en resumen que no volverá a su estado normal hasta dentro de una semana.- Al oír eso Gabrielle volvió a ponerse a llorar.- Gabrielle...
-No lo puedo evitar...
-Extrañamente la edad que tiene físicamente le afecta también en la conducta- les explico a los otros que todavía no sabían que decir- tranquila solo será una semana- le dijo acariciándole el pelo.
-Lo siento, te he dejado toda la túnica mojada- Snape respiró profundamente para no enfadarse.
-no...importa- le dijo dejándola en una silla. Todos se extrañaron del intentó de Snape de ser amable. Dumbledore les sirvió una taza de chocolate a Gabrielle y te para Snape. Luego se dirigió a Dumbledore- diremos a sus compañeros que esta enferma.
-Si, es una buena idea. Informaremos a Poppy de que vendrá la joven Gabrielle, por una semana.- dijo Dumbledore.
-Me parece bien- dijo Severus.
-A mi no – dijo Gabrielle, todavía sollozando.
-Gabrielle deja de comportarte como si tuvieras 3 años.
-Tengo 3 años.
-No tienes tres años tienes 24- dijo bebiendo un sorbo de te.
-¿Pues dime, donde quieres estar escondida esta semana?- le preguntó Dumbledore a Gabrielle.
-Con él- dijo señalando a Severus. Este se atraganto con el te y empezó a toser hasta que del esfuerzo quedo rojo. Sirius y Remus se quedaron blancos era la primera vez, que supiesen, que alguien prefería quedarse con Snape, dejándole escoger. - él es el que conoce mejor las pociones que me he tomado.
-En eso tiene razón, Severus- le dijo Dumbledore.
-Lo siento, Albus pero me niego. La tuve que soportar cuatro días con 11 años y quede más que harto. Si entonces no quería comerse la verdura ve a saber tu lo que pasará ahora.- dijo severamente.
Gabrielle empezó a sollozar de nuevo, los ojos se le volvieron a llenar de lagrimas y ella puso cara de pena.
-Gabrielle, no me mires así. Y no llores. Cuando digo que no es NO. Lo siento pero no podría soportarte una semana más. Les daré el honor de conocerte a fondo a los demás.
-Por eso mismo tu eres el que me conoce mejor de todo Hogwarts. Por favor- puso cara de pena cada vez más acentuada.
-Snape, no dejarás que a la niña le coja un trauma porque tu no quieres estar con ella ¿no?- le dijo Sirius divertido ante la escena.
-¡Cállate Black!- casi le grito Snape.
-Por favor te prometo que me portaré bien y ni notarás que estoy allí- le dijo Gabrielle.
-Vamos Severus ¿Qué te cuesta? – apoyó a Gabrielle Dumbledore. "La integridad psíquica" murmuro Snape para si.
-De acuerdo- dijo Snape. Gabrielle hizo una gran sonrisa y lo abrazó.
-No te arrepentirás.- le dijo la niña.
-Me parece que es demasiado tarde... -susurró Severus.
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-Muy bien, tu quédate aquí, y no salgas ni toques nada. ¿De acuerdo?- la niña asintió- no-toques-nada- le repitió- voy a decirle a tu amiga, que estas enferma. ¿Cómo se llama?
-Carla Hobson.
-De acuerdo. – abrió la puerta pero antes de cerrarla- y recuerda, no...
-Ya lo he entendido, que no puedo tocar nada- dijo ya enfadada- Snape se fue- es que ha veces es de un pesado... Aunque si le hubiera escuchado cuando lo de los colores ahora no estaría aquí. – pensó un momento- en definitiva, tiene motivos para desconfiar.
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En la sala común de Slytherin estaban Matt y Carla, impacientándose porque Gabrielle todavía no llegaba.
-¿Que le habrá pasado?- preguntó Matt. Pero antes de que Carla pudiera responder nada, la puerta de la sala común se abrió y apareció el profesor Snape. Busco a alguien con la mirada y se dirigió hacia Matt y Carla.
-Señortita Hobson, la señorita Cooper no vendrá a dormir esta noche- los dos se alarmaron.
-¿Le ha pasado algo?- preguntó Matt.
-Nada de que preocuparse señor Wolf. Esta enferma y hasta la semana que viene no podrá volver aquí.- dijo Severus secamente.
-¿Podemos ir a verla?- le preguntó Carla.
-No- dijo un podo sobresaltado- es que... tiene varicela mágica, y ya saben lo contagiosa que es. Bueno ahora ya lo saben. Si quieren decirle algo me lo tendrán que decir a mi o dármelo por escrito, yo se lo daré a ella.
-Dígale que esperamos que se recupero pronto- le dijo Matt.
-Claro, señor Wolf- dijo casi escupiendo el nombre del chico.- Buenas noches.
-Buenas noches, profesor Snape- dijeron Matt y Carla. Snape se fue casi rezando de que Gabrielle no hubiera tocado nada. Matt y Carla se quedaron un buen rato hablando de lo que le pasaba a Gabrielle. Mucha gente les preguntó que era lo que quería el profesor y ellos se lo contaron.
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Ya en el despacho y después de revisar 10 veces que Gabrielle no hubiera tocado nada, se puso a corregir trabajos. Al ver que Gabrielle estaba en una butaca sin hacer nada, le dio un libro de pociones para que aprovechara el tiempo. Al cabo de 10 minutos Gabrielle estaba completamente dormida.
Snape desde su mesa la observaba. Aunque era más pequeña continuaba teniendo el precioso pelo rubio de Gabrielle, los mismo ojos (ahora cerrados) y los mismos labios. Snape salió de sus pensamientos cuando alguien llamó a la puerta.
-Adelante.- Entraron Lupin y Sirius-perro con una bandeja con comida.
-Como pensamos que no te atreverías a dejarla sola, os hemos traído la comida- dijo Remus mientras Sirius se transformaba en humano, luego se acercó a ella.
-Que bonita se ve dormida. Todavía no entiendo como puede atreverse a quedarse aquí contigo.
-Sirius...- le dijo Remus. Snape empezaba a enfadarse.
-De acuerdo- luego miro el libro que tenia la niña cogido- que malo que eres dándole somníferos en forma de libro.
-Muy graciosos, Black.- en ese momento la niña se despertó.
-¡Hola!¿Qué hacéis aquí?- preguntó Gabrielle.
-Os hemos traído la cena- le dijo Remus con una sonrisa y acercándole la bandeja.
-Muchas gracias, Remus- Cuando Gabrielle abrió la cubierta de la bandeja se quedó quieta y la sonrisa se le borró de la cara. Los ojos empezaron a humedecerse.
Snape se acercó rápidamente para ver que la había perturbado tanto y se quedó blanco.
-No, otra vez no...- miro a la niña- no llores, yo lo soluciono.- y se fue hacia la chimenea tranquilamente y desapareció.
-Pero ¿Por qué lloras, Gabrielle?- le preguntó Sirius muy sorprendido.
-No lloro, Severus me ha dicho que no llore y yo no lloro...
-Bueno... y porque estas así- intentó formular la pregunta de otro modo.
-Porque... no me gusta ni la verdura ni el pescado- y las lagrimas empezaron a caerle.
-Pero Gabrielle, no es para ponerse así- la intentó tranquilizar Sirius, pero consiguió el efecto contrario.
-¡Déjame en paz!- entonces empezó a llorar más fuerte. En ese momento llegó Snape con una bandeja de comida.
-¿Qué le has hecho, Black?- le dijo Snape acusándolo.
-Yo nada- se defendió Sirius– solo le he preguntado porque lloraba.
-¿Y te parece poco?- luego se dirigió a la butaca donde estaba Gabrielle y se puso de rodillas delante de ella- No hace falta que hoy te comas la verdura y el pescado. Venga no llores, Gabrielle. – dijo con la voz más dulce que poseía, la niña se secó las lagrimas –te he traído carne y patatas- a la niña se le iluminaron los ojos y sonrió ampliamente.
Al cabo de unos segundos parecía que nunca hubiese llorado. Sirius y Remus se sorprendieron al notar el cambio de reacción.
-¿Qué ha pasado? – le preguntaron a Snape.
-Es algo muy extraño, cuanto más joven se hace con la poción rejuvenecedora más se comporta como la edad que aparenta y menos como la que tiene.
-Es... curioso- susurró Remus.
-En resumen que la tenéis que tratar como si tuviera 3 años- al cabo de un rato Sirius y Lupin se fueron a sus habitaciones.
Snape continuo con su trabajo, hasta las 10 cuando se dio cuenta de que Gabrielle se había vuelto a dormir en la butaca. Transformó la otra butaca en una pequeña cama. Cogió a la niña cuidadosamente en brazos y la llevó hacia la nueva cama y la tapó. En los jardines de Hogwarts empezaba una gran tormenta. Severus continuó trabajando y hacia las 12 se fue a su habitación que tenia una puerta que comunicaba con su despacho. Se cambio y se metió en la gran cama, dejando la puerta abierta. Media hora después notó como alguien e zarandeaba.
-¿Qué pasa Gabrielle?- dijo medio dormido. Se oyó un trueno que hizo que Gabrielle diera un brinco.
-¿Puedo dormir contigo?- le preguntó con carita de pena.
-¡No! Creo que es mejor que...
-Es que me dan mucho miedo los truenos, por favor...- Severus pensó en lo pesada que podía ponerse esa niña y accedió.
-De acuerdo, pero que esto no salga de aquí ¿de acuerdo?- él la vio asentir entre la oscuridad, y le hizo un hueco en su cama.
-Buenas noches, Severus- ella se abalanzó sobre él y le dio un beso de buenas noches en la mejilla.
-Buenas noches, Gabrielle.
-¿Me cuentas un cuento?- le preguntó.
-¡No!
-Valía la pena intentarlo.
-Duérmete- y poco a poco los dos se fueron durmiendo.
N/A: que bonito. Pobre Severus ahora le ha tocado cargar con una niña de tres años. SI con 11 años era ya un pelmazo de niña ahora con 3 cualquiera le niega nada, no?
Bueno Luzoscura, de momento ni para ti ni para mi, se queda en el aire. Minerva esta casada pero su marido esta muy enfermo... Bueno, ya veremos...
Hasta la próxima, por cierto, si alguien tiene idea de lo que puede pasar con alguna de las edades que tendrá Gabrielle, durante la semana, por favor un e-mail o en el messenger... Estoy falta de inspiración haber si con lagunas ideas...
enarha@hotmail.com
Gracias a todos