Sybill: JEJEJE, es que mi Sev es un demonio muy dulce. AIXXX. Bueno que te voy a decir a ti, tu tb lo sabes... Tienes toda la razón la chiquitina es va disimulando e intentando atrapar a Sevy... Tendre que hacerle algo...
Luzoscura: Cuando me lei tu review vi que tenias toda la razón, JEJEJE. Tienes razón pero piensa que a Gabrielle la poción de rejuvenecimiento la afecta de una manera diferente al resto de la gente, a ella también la afecta en la edad mental. Y la reacción química que hace la poción le provoca este estado sensiblero, por cierto horrible... Pero aqui no acabará la cosa Gabrielle hará cosas peores, jejeje. En este capítulo me parece....
Por lo de acabar no acabo, pero lo explico al final de este capítulo.
Astartea: Yo estoy contigo en la asociación "ladronas de bufandas de Sev". Es que cuando lo escribia me vania el olor a especies que debe hacer y.... bueno.... ya sabes...
Por cierto en este capítulo aparece alguien que todos conocemos, JEJEJEJ...
Por cierto nada de esto es mio solo el argumento y algun que otro personaje, pero aparte de esto, a sí algun hechizo de los cuales estoy orgullosa, pero no se si salen en este o en el siguiente.
Y sin más dilación el capítulo número 18, que por cierto quedan 2 sin este para que se acabe la primera parte...
18. LOS RECUERDOS
Snape sintió que alguien arañaba la puerta de su despacho. Se levantó y fue a abrir, el ya esperaba aquella visita des de hacía algunos días y se extrañó que hubiera tardado tanto.
Un perro negro con unas manchas redondas, parecidad a granos rojos, entró en el despacho. El perro en questión enseñaba los dientes y Severus no pudo reprimir una carcajada. Cuando pudo parar de reir cerró la puerta, para que el perro negro con varicela pudiera ransformarse en unua humano con el pelo largo y negro, con varicela.
-Te parece gracioso, Snape?- le preguntó Sirius muy enfadado, pero con la varicela te apetecia más reirte que asustarte.
-Bueno, ahora ya puedo decir que he visto un perro con varicela- Y volvió a reirse buronamente.
-Sabia que no se podía confiar en ti, pero no sabia que caerías tan bajo...me mentiste.
-Yo? Yo no he caído bajo, y en ningún momento te he mentido.
-Si, claro. Me dijiste que me tomara la pocón porque si no Dumbledore se enfadaria contigo.
-Si y es verdad. La poción era para que no contagiaras al resto de los alumnos. Imaginate como se pondría Albus si se enterara que os he dejado marchar con el virus.
-Lo tenias todo planeado, no?- le preguntó con odio Sirius.
-Haber, Black,- sonrió Snape, que parecía que lo tuviera todo planeado.- tu entraste a ver a Gabrielle porque quisiste, yo no te obligué y segundo yo en ningún momento te dije que esa poción te libraría de que cogieras la varicela mágica...
Sirius se abalanzó sobre él y le pegó un puñetazo en el ojo. Cuando Severus se levantó estaba serio. El profesor era algo más alto que el animago así que no le costo cogerle del cuello de la túnica y levantarlo un poco.
-No vuelvas a pegarme en tu vida, Black- dijo con tono amenazante. Después esbozó una sonrisa con malicia y se rió de él, si pensaba que se iba a rebajar a pelearse a la manera muggle con un hombre con varicela, lo tenía claro. Todavía riendo se fue a sentarse en su escritorio. Sirius, estaba muy enfadado y estaba preparado para pelearse con él, pero la actitud del profesor de pociones le sorprendió y viéndose impotente, abrió la puerta se transformó en perro y salió por ella.
-Por cierto, Black, recuerda que tienes que tomar mucho líquidos- el perro gruñó y se fue por donde había venido.
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Pasaron los días y Gabrielle seguía en la enfermería, ya aparentaba casi su edad y decidió ir a ver a Snape para disculparse de su comportamiento de los últimos días.
Gabrielle llamó a la puerta.
-Adelante- cuando entró Snape la miró- Ah eres tú.
-No quería molestarte...- Gabrielle vio claramente que Snape seguía molesto con ella.- ¡que te ha pasado en el ojos?- le preguntó extrañada.
-¿Qué quieres?- evito su pregunta cortándola fríamente.
-Em... yo venia a disculparme por mi comportamiento del otro día- Snape ni se inmutó.
-De acuerdo. Ahora si no te importa tengo trabajo- esto a Gabrielle le sentó muy mal, que la insultara no le importaría y le parecería normal, pero que la ignorara era otra cosa.
-¿Sabes que te digo?- Snape la miró- que eres insoportable, egoísta y demasiado orgullos para ser humano.- Snape volvió a poner atención a sus pergaminos. Gabrielle bufó de rabia y se fue dando un portazo.
Quería ir algún sitio donde no pudiese encontrarse a ese profesor odioso.
-A Hogsmeade- el carro empezó el camino hacia ese lugar. Snape la vio.
-A veces pienso que realmente esta loca, -se dirigió él también a un carro y fue detrás de ella- como la vea algún mortífago la matarán.
Severus estaba muy molesto por el comportamiento de Gabrielle de hacia menos de una semana. Pero eso no era el porque de que estaba furioso. Estaba enfadado consigo mismo por que Gabrielle había conseguido que él hiciera todo lo que ella quería. Se sentía un persona débil, toda su vida había aparentado ser una persona fuerte que no se dejaba influenciar y ahora con esa mujer había cambiado demasiado.
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-Hola, nena- dijo una voz detrás de ella. Se giró y un brazo la cogió y la empujó hacia un callejón.- Cuánto tiempo ¿no?
-Mal... foy...- el hombre de cabellos rubios se sorprendió.
-¿Me recuerdas?- ella temblando negó con la cabeza. Lucius sonrió.
-Haber si con esto me recuerdas...- se acercó a ella.
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Snape estaba buscando a Gabrielle por todo Hogsmeade, pero no la encontraba, de pronto divisó a lo lejos un trozo de ropa verde y plata, se acercó a ella era su bufanda de Slytherin. Gabrielle no podía andar lejos. Miró en un callejón que había cerca y lo que vio lo dejó helado.
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Lucuis la estaba besando, ella no quería continuar, al principio intentó alejarse de él, pero la embargó un sentimiento familiar y del pasado que impedía que se alejará de él. Fue Malfoy quien rompió el beso.
-Veo que empiezas a recordar- Lucius se rió.- No te preocupes que pronto te iremos a visitar a Hogwarts.
-¿A Hogwarts?- le preguntó todavía temblando.
-El amo no es tonto, cariño. Sabemos, des de hace tiempo que es allí donde te escondes. No sabemos como, pero igualmente te iremos a ver y te...bueno, ya sabes, te mataremos- Lucius se volvió a reír fríamente y desapareció.
Mientras Snape estaba rojo de ira, no había llegado a escuchar su conversación, pero una cosa era clara, ella le había estado utilizando todo este tiempo, no podía ser otra cosa. Si no porque se andaba besuqueando con Malfoy. Una voz en su interior le habló "estás celoso, Severus".
-Que voy a estar celoso, me ha traicionado esto es lo que ha pasado- en ese momento salió del callejón una pálida y asustada Gabrielle. Snape se recompuso.
-¿Severus?- dijo ella.
-Es mejor que volvamos a Hogwarts tienes muchas cosas que contarle a Albus.
-Yo...
-No quiero saberlo, no quiero que me cuentes nada. Me da igual, no me importa con quien te andes besando... pero no se si a Albus le importará tan poco como a mi...
El camino de regreso fue en silencio incomodo. Severus aparentaba que no le importaba nada de lo que le pasará a Gabrielle, mientras ella intentaba recordar algo de Malfoy, mientras se insultaba a si misma por haber sucumbido a los encantos de Lucius.
Cuando llegaron Snape la acompañó hasta el despacho de Dumbledore y entró con ella. Le explicó lo que había visto y se dirigió hacía la puerta.
-Severus, ¿no te quedas?- le preguntó Albus sorprendido. Cuando entró ya se dio cuenta de que estaba molesto, pero pensó que le interesaría saber porque Gabrielle besó a Malfoy.
-No me importa nada, con quien se bese...- dijo sin girarse y acabó de salir del despacho. Albus realmente estaba muy sorprendido pocas veces había visto a su amigo tan enfadado que no diera la oportunidad de explicarse a nadie.
Gabrielle bajó la cabeza, se sentía triste porque sabía que Severus no le dirigiría la palabra en mucho tiempo.
-Gabrielle, no te preocupes por él...- Albus, le sonrió- cuéntame lo que ha pasado- Gabrielle asintió.
-Me pelee con Severus, y decidí ir a Hogsmeade, porque no quería encontrarme con él- Gabrielle miró a Albus- si, ya se que hice mal, pero es que estaba muy enfadada. Malfoy me cogió del brazo y me llevó a un callejón y me preguntó si le reconocía, yo le dije que no. Y entonces me besó.
-¿Te beso?- le preguntó sorprendido el Director. Ella asintió.- ¿Y lo reconociste?- Gabrielle buscó las palabras adecuadas.
-Fue algo extraño, mientras me besaba- Gabrielle se sonrojó- sentí algo extraño, como si ese beso me fuera familiar.
-Puede que este relacionado con tu pasado- ella asintió.
-Me dijo que... hace tiempo que sabían que yo estaba aquí...
-No te preocupes ya me lo imaginaba- le respondió Albus.
-Si, pero yo no lo imaginé. Creo que tengo que irme de Hogwarts...
-Pero que estas diciendo, Gabrielle, no puedes irte.- la intentó convencer Dumbledore- solo salir te matarán.
-Albus, tengo que hacerlo, no puedo arriesgarme a que ataquen Hogwarts con todos los niños por aquí. Tienes que entenderlo, no quiero ser responsable de la muerte de nadie...
-Lo entiendo pero quédate un par de días, hasta que ha Severus se le pase el enfado...
-Me parece que por eso me tendría que quedar bastante tiempo- Gabrielle suspiró tristemente- pero te prometo que me quedaré un par de días.
-Y no te preocupes por él, seguro que se le pasa...- intentó tranquilizarla Albus.
-No lo veo muy probable...
-Veo que lo aprecias mucho.
-Si, todo este tiempo me ha tratado y se ha portado muy bien conmigo.- Gabrielle sonrió tristemente.
-Él también te aprecia, porque sino no se hubiera enfadado tanto contigo.
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Gabrielle no se equivocaba, Severus no le dirigió la palabra en muchos días.
-¿Qué le pasa a tu padrino, Gabrielle?- le preguntó Carla.
-Me parece que se ha enfadado conmigo.- les respondió Gabrielle, mientras estaban comiendo.
-Pues como continué así, Slytherin acabará perdiendo tantos puntos como Gryffindor, que últimamente ya son muchos.- le dijo Matt.
Por la tarde Gabrielle decidió ir a hablar con Snape, quería arreglar su problema. Golpeo la puerta.
-Adelante- dijo Severus desde dentro de su despacho. Gabrielle, en su apariencia de 11 años entro en él.
-Hola Severus- este la ignoró completamente.
-Si no te importa tengo mucho trabajo que hacer, Gabrielle- dijo más fríamente que en cualquier otro momento que ella hubiera estado presente.
-Tenemos que hablar.
-Yo no tengo nada que decir, ni quiero escuchar nada, ahora si no te importa...
-Pero...- alguien llamó a la puerta desesperadamente. Severus le dejo entrar.
-Profesor, son los mortífagos, el profesor Dumbledore me ha mandado avisarle- dijo un chico de Ravenclaw, jadeando.- están en la entrada, con algunos rehenes y piden por una mujer, no recuerdo como se llamaba.
-Señor Ribb, vaya a su sala común y procure que nadie salga de ella- el chico se fue corriendo.
Gabrielle se dirigió rápidamente hacía la estantería donde estaban las pociones azul y roja, Severus iba a salir, pero la siguió con la mirada.
-¿Cuál es, Severus?- le preguntó señalando las botellas.
-¿Estas loca? ¿Cómo vas a enfrentarte con Voldemort, si a penas sabes magia?
-Mira, Severus no estoy por tonterías, dime de una puñetera vez cual de las dos botellas es. No pienso permitir que nadie muera por mi culpa ¿lo entiendes? Hace tiempo que tendría que haber salido de Hogwarts...- Severus se resignó y le acercó un potecito que contenía poción roja. Ella se fue al baño, se cambio y salió como una mujer de 24 años.
Se dirigió decidida con el ceño fruncido hacia la puerta, pero Severus la cogió del brazo.
-Aunque todavía este enfadado contigo... ten cuidado.- le susurró. Gabrielle sonrió y puso su mano encima de la de él. Y siguió su camino seguida por Snape.
Al llegar a la puerta principal, Gabrielle suspiró fuertemente. Se repitió a si misma que no iba dejar que nadie muriera por su culpa. Salió por la puerta y vio una decena de mortífagos, que tenían cogidos a un par de alumnos y delante de ellos estaba Voldemort.
-Voldemort, aquí me tienes, deja a los niños en paz- Voldemort se rió fríamente.
-Veo que te has decidido a venir, sabia que de esta manera- dijo señalando a los dos niños- no podrías negarte.
-No se que es lo que quieres de mi, ni lo que he hecho para que me quieras matar...- dijo acercándose a él- pero esto es entre tu y yo. Deja a los chicos.
-De acuerdo, no veo porque no tendría que hacerlo- le hizo una seña a sus mortífagos que dejaron a los niños libre, estos corrieron, llorando hacia los profesores. En ese momento fue cuando Gabrielle se dio cuenta de que estaban McGonagall, Dumbledore, Remus y Sirius, a parte de Snape, los otros profesores estaban con los niños en las salas comunes.
Voldemort divisó a Severus.
-Hola Snape, que grata sorpresa, veo que hoy también podré acabar contigo- Severus le dedicó una sonrisa de odio. Voldemort solo se rió.
-Me buscabas a mi ¿no? Pues deja a los demás en paz.- le dijo Gabrielle.- ¿Quieres matarme? Pues venga.
-Pero crees ¿Que así tiene gracia? Sin saber porque te quiero matar ni todo lo que has hecho hasta tus diecinueve años- Voldemort negó con la cabeza. Gabrielle se quedó helada, había sido él el que le había robado sus recuerdos.
-Finnite Olvidate – dijo Voldemort apuntándola con la varita. El hechizo tocó de lleno a Gabrielle, que retrocedió algunos metro y cayó al suelo de rodillas. Snape se acercó rápidamente a ella.
-¿Estas bien?- Gabrielle lo miró con los ojos desorbitados, todos los recuerdos se estaban apareciendo delante de sus ojos. Gabrielle gimió y unas lagrimas cayeron de sus ojos.
-Cabrón- dijo dirigiéndose hacia Voldemort- ¿Quieres matarme? Pues bueno estoy preparada- dijo con unas lagrimas resbalándole por las mejillas- me lo merezco...
-¿Pero que estas diciendo?- le preguntó Severus muy sorprendido. Gabrielle giró la cabeza hacia Snape.
-Pues eso, que me lo merezco- los ríos de lagrimas que salían de sus ojos cada vez eran más densos- yo... yo mate a mis padres.
Severus se quedó de piedra, no sabía si creerla o si Voldemort estaba influyendo sobre ella.
-Vete de aquí, Severus, no quiero que te pase nada- Gabrielle le sonrió- gracias por todo lo que has hecho por mi. -Severus no se movió de su lado- Por favor Severus, aléjate de mi- Severus continuo estático- lo siento.
Cogió la varita y con un extraño hechizo Severus fue desplazado lejos de Gabrielle.
-Ahora ya puedes matarme Voldemort- Voldemort levantó la varita.
-Gabrielle no puedes dejar que te mate, después de ti ira a por otros- Snape estaba gritando des del sitio donde le había dejado Gabrielle- Al menos tienes que intentar vencerlo.
Gabrielle lo miró. Severus había echo muchas cosas por ella, era el momento de devolvérselas. No tenia ganas de luchar, había hecho demasiado daño a demasiadas personas que quería. Pero por otra parte, no quería hacerle daño también a Severus... Gabrielle se levantó decidida y sacó su varita. Ahora recordaba un montón de hechizos de utilidad en esas situaciones, la habían educado para cuando llegará un momento como ese. Se giró hacia Severus y le sonrió dulcemente, él le devolvió la sonrisa.
-Expeliarum- la varita de Gabrielle salió disparada, hacia los arbustos. Esta se echo a reír.
-Por Merlin, Voldemort. ¿Te crees que sin varita no puedo intentar vencerte? – Gabrielle le sonrió malvadamente. Gabrielle miró una piedra que había e el suelo y con un movimiento con la mano esta salió disparada hacía Voldemort. Todos los profesores incluyendo a Sirius se quedaron petrificados, había utilizado magia sin varita.
-Esto se llama mágia antigua- dijo Gabrielle sonriendo. Por su parte Voldemort hizo una seña a su mortífagos y la lucha empezó.
N/A: Que os ha parecido??? Ya era hora de que apareciera Voldie, no? Y parece que por fin Gabrielle a recuperado la memoria... me parece recordar que en el último capítulo explica quien es.
Por cierto el motivo por el que termino este fic, bueno más que terminarlo le cambio de nombre, porque como podeis ver ya no tendrá sentido, si ha recuperado la memoria...
Por favor dejad reviews!!!!
Y un consejo: Procurad no dejaros la mochila en el tren. Si al final será verdad que tengo un mundo a parte.... JEJEJE.
Tengo en proyecto algunos fics más, pero por el momeno los dejaré en el ordenador, porque con tres ya tengo más que suficiente, pq hay que ver la mania que tengo en hacer fics largíssimos...
Bueno, ahora si que os dejo que continueis con vuestras vidas: ¡SED FELICES!
