Capítulo 6:
Sakura miró en todas direcciones, buscando algún rastro del muchacho con quien estaba segura que había pasado la noche. No había nadie, estaba sola en el cuarto. Su única compañía era el osito de peluche que no había soltado en todo el tiempo que pasó dormida. Una lágrima escurrió por su mejilla, no podía creer que todo lo que sucedió hubiera sido sólo un sueño, ¡no podía ser! Había sido la noche más romántica de su vida, ella le había entregado su cuerpo a la persona que más amaba, y él le hizo el amor en todo el sentido de la palabra. A pesar del miedo y de los temores que ambos tenían, él no dejó en ningún momento de hacerla sentir especial. Nadie nunca la había hecho sentir tan amada en su vida, en sus brazos se sintió la persona más feliz del mundo. ¡¿Cómo pudo todo eso ser tan sólo una ilusión de subconsciente?! Un momento tan maravilloso tuvo que ser real.
Fue cuando un brillo de color rosado iluminó la habitación, sorprendiendo a la muchacha. Al centro del cuarto se encontraban flotando tres objetos rectangulares, los responsables de esa luz tan intensa. Sakura reconoció que se trataba de tres de sus cartas mágicas, se acercó para verlas mejor. Una de ellas era Dream (sueño), otra era Hope (esperanza) y la última... ¡la última nunca antes la había visto! ¡Era una carta completamente nueva!
Mientras tanto, en la mansión Li, un muchacho despertaba en su silla, algo aturdido. Había pasado toda la noche durmiendo sobre el escritorio, por lo menos alguien se había dignado a ponerle una manta encima para evitar el frío de la noche. (Nota del autor: Quienes alguna vez hayan dormido de esa manera, sabrán que es muy incómodo y que al despertar es común tener dolor en el cuello).
Volteó a ver en todas direcciones, tratando de reconocer en donde se hallaba. Se sorprendió al notar que había regresado a su propia recámara y que estaba vestido, cuando esperaba despertar al lado de Sakura. Se frotó los ojos y se pellizcó, tratando de comprobar que no seguía soñando, tenía que estar durmiendo todavía, ya que de no ser así entonces significaría que todo lo que sucedió hace algunas horas fue...
-"¡No! ¡No puede ser! No pudo haber sido sólo una ilusión. No pudo haber sido. Tuvo que ser real, ¡tuvo que serlo!"
El muchacho vio con tristeza hacia su escritorio, frente a él se hallaba la carta que no pudo terminar. En su rostro se veía gran desolación, ¿cómo algo tan real y tan hermoso a la vez pudo ser tan sólo una fantasía? Esta vez fue mucho más real que todas las anteriores, ¿cómo pudo ser sólo un sueño? No lo aceptaba, tenía que haber otra explicación.
Entonces una intensa luz empezó a rodear todo el cuarto, concentrándose en un punto específico del lugar. Al acercarse, Syaoran pudo ver un objeto rectangular materializarse frente a él. La luz se disipó, entonces Syaoran pudo tomar el pequeño objeto entre sus manos. Se trataba de un pequeño pergamino de color verde en el que estaba escrito, en chino antiguo y con letras doradas, un pequeño conjuro, que más que otra cosa parecía un poema.
Syaoran lo leyó sin comprender completamente el significado, entonces escuchó que alguien habría la puerta detrás de él.
-"Vaya, veo que ya despertó, joven Syaoran".- Se trataba de Wei. El mayordomo sonreía como de costumbre, mientras se aproximaba al escritorio del muchacho y acomodaba los papeles en él. Syaoran no volteó a mirarlo, se quedó observando el pergamino, tratando de comprender si tenía relación con lo que había soñado, o mejor dicho, con lo que creyó haber soñado.
Wei le miró de reojo.
-"No debería desvelarse estudiando, es malo para su salud"- Dijo recogiendo la frazada tirada en el suelo. –"Tuve que venir a abrigarlo en la noche. Estaba haciendo mucho frío y no deseaba que usted se resfriara."
Syaoran seguía sin contestar, su mente aún no alcanzaba a inferir nada de lo sucedido. Había algo que no encajaba, pero no lograba deducir que era. Wei amplió su sonrisa y se aproximó a él.
-"Me imagino que le gustó mucho el regalo de su madre."
-"¿Regalo?"
-"Sí, regalo. Ese pergamino es un presente que su madre decidió hacerle. Su padre se lo dio a ella como regalo de bodas. Tiene un significado sentimental muy especial. Hay toda una leyenda detrás de él."
-"Cuéntamela, por favor, Wei"
-"Por supuesto. Según se dice, hace algunos siglos un joven guerrero del clan Li se enamoró de una muchacha muy hermosa, que era pretendida por todos los varones de la región. Al final, tras superar muchas pruebas, el guerrero consiguió que ella lo aceptara como su prometido. Un día estalló una gran guerra, siendo él uno de los mejores espadachines del clan, tuvo que partir a prestar servicio en el combate, sin embargo, no quería desprenderse de su amada. Fue cuando pidió la ayuda de un poderoso brujo que era primo suyo. El brujo creó este pergamino, el cual fue sellado por los poderes del joven espadachín y de su prometida. Cada noche, usando los poderes del pergamino, el joven guerrero podía ir a visitar a su amada en sueños, el pergamino formaba un puente entre sus mentes, aunque ambos estuviesen dormidos, en el sueño todo lo que hicieran parecería real, y aunque sus cuerpos no se tocaran en la realidad, el contacto entre los dos sería verdadero. Sería un contacto entre sus almas. Ese pergamino era un nexo entre los dos, los mantendría unidos sin importar que tan grandes fueran las distancias. Así podrían estar juntos aunque fuera sólo en sus subconscientes, unidos por un lazo que no podría romperse nunca. Y así sucedió, una noche el espadachín no fue a visitar a su prometida, fue cuando ella supo que algo terrible le había pasado. Una semana después trajeron su cuerpo, había sufrido una herida muy grave durante la lucha y murió en el camino de regreso, desangrándose. Según se cree, él fue el primero en despertar al leviatán. La espada no se selló pese a que su portador ya estaba muerto. La joven se dio cuenta de que el arma le estaba dando una oportunidad para reunirse con su él. Tomó la espada en sus manos y se apuñaló a sí misma, atravesándose el corazón. La espada bebió la sangre de los dos enamorados y después regresó a su funda, cerrando el candado que la mantendría encerrada en espera de su próximo portador. Los padres de los dos amantes decidieron sepultarlos juntos, en un principio se pensó en enterrar el pergamino junto con ellos, pero el brujo que lo creó prefirió guardarlo como un testimonio del amor que existió entre esos dos jóvenes, un amor tan profundo que podía vencer las barreras del tiempo, las distancias e incluso hasta la muerte."
Syaoran observó de nuevo el pergamino, ahora parecía comprender mejor lo que había sucedido. Leyó de nuevo el poema que venía escrito en él:
"A mi adorada flor, que duermes en tu capullo de noche,
espero que la luna acepte ser nuestra cómplice.
Que las estrellas formen un puente entre nosotros,
que lo espíritus guarden el lazo de nuestros corazones
y lo protejan dentro de una caja de luciérnagas."
-"Mi padre en verdad era un romántico."- Dijo al mayordomo tras leer el poema.
-"Él estuvo muy enamorado de su madre, joven Syaoran." Respondió el anciano con algo de melancolía.-"Fue él quien me narró la historia del pergamino. Al igual que a usted, yo también lo cuidé desde pequeño. Era un gran individuo, algo peculiar en su forma de actuar: Por fuera parecía estar hecho de hierro, pero por dentro era tan suave como el algodón. Todos lo respetaban y le temían por su temple y fortaleza, aunque su lado gentil estaba reservado sólo a sus seres queridos. A veces lo veo a usted y no dejo de pensar en lo mucho que se parecen."
-"¿Yo me parezco a mi padre?"- Preguntó el muchacho sorprendido.
-"Más de lo que se imagina. Él le regalo ese pergamino a su madre durante su boda como un símbolo del lazo que, se supone, debía representar su matrimonio: Un lazo de amor que jamás debía romperse. Él decía que ese pergamino aún poseía poderes mágicos, que era capaz de unir la mente de dos personas a través de los sueños. Si el amor entre dos personas es verdadero, entonces el pergamino los unirá con un lazo que será eterno. Por eso se le llamó el 'lazo del corazón'."
-"El lazo del corazón..."- Murmuró Syaoran mientras examinaba el pergamino con mayor detenimiento. El mayordomo le dio una palmada en el hombro.
-"Si desea comprobarlo, sólo debe trazar en el suelo un círculo con una estrella de cinco picos atravesada por una media luna, y recitar el conjuro durante la noche, antes de irse a dormir."
El muchacho asintió, sin dejar de contemplar el pergamino.
-"Wei, podrías agradecerle a mi madre de mi parte. Creo que es el mejor regalo que me han hecho... ¿Wei? "
Syaoran volteó, pero sólo alcanzó a ver la silueta del mayordomo antes de que éste saliera por la puerta.
-"Lo mejor será que se cambie de ropa, falta poco para que inicie su entrenamiento matutino."- Fue lo último que dijo mientras la puerta del cuarto se cerraba.
Syaoran sonrió. Efectivamente todo había sido un sueño, pero lo que vivió con Sakura la noche anterior fue muy real. Y todas las noches volvería a ser lo mismo, con ese pergamino en su poder, ya nadie podría alejarlo de ella.
Él no era el único que estaba feliz, una muchacha en Japón también lo estaba. Sakura no paraba de sonreír mientras abrazaba contra su pecho las tres cartas mágicas que la habían ayudado a reunirse con su novio. Hope y Dream ya le habían explicado lo sucedido mientras dormía. También le dijeron que de no ser por la intervención de ellas dos, el puente que el pergamino trataba de formar no se hubiera completado. Fue cuando nació esa nueva carta, a la que Sakura llamó "The Link" (el vínculo). Esa carta había nacido por la mezcla entre los poderes de Syaoran y Sakura, por ello representaba el vínculo entre los dos.
Para Sakura era una carta preciosa: En el frente de la imagen aparecían dos corazones entrelazados por un listón rojo, y al fondo se veía la silueta de dos personas abrazándose. Quizá no hubieran tenido relaciones sexuales en realidad, pero sí que habían hecho el amor, y el vínculo que se había formado entre ellos había ido más allá de lo físico, más allá de lo espiritual. Sakura guardó las cartas en el libro, colocándolo en el escritorio al lado de su oso de peluche, mismo que abrazó una última vez antes de quietarse la pijama y ponerse el uniforme para ir a la escuela.
Kero y Touya habían pasado toda la noche en casa de Yukito, y apenas regresaban a la residencia Kinomoto. La conversación que tuvieron con Yue no les ayudó en nada, por el contrario, los desesperó más. Pese a lo preocupados que estaban, el guardián sólo se limito a decirles que esperaran, que la situación de la maestra de cartas mejoraría muy pronto. ¿Cómo podría mejorar si ese maldito mocoso la estaba haciendo sufrir? Debían hacerlo pagar, pero al final, y por presiones de Yukito y del mismo Yue, tuvieron que abandonar la idea de volar a Hong Kong para darle su merecido al chiquillo.
Kero se despidió del hermano de Sakura antes de subir a la ventana para entrar al cuarto de su dueña. Dado que, seguramente, el padre de Sakura ya habría despertado, no podía aparecer delante de él así nada más, por lo que no podía entrar por la puerta. Cual fue su sorpresa al ingresar al cuarto cuando vio a su maestra ya arreglada y lista para el colegio, siendo que la imaginaba todavía dormida y que, como siempre, tendría que despertarla. Pero lo que más le sorprendió fue que la expresión en el rostro de la joven hechicera había cambiado por completo, ya no quedaba ningún rastro de la tristeza que tenía la noche anterior.
Al ver que Kero había regresado, Sakura no tardó en correr hacia él, abrazándolo y dándole vueltas en el aire, cómo si fuera un helicóptero, estaba radiante de felicidad.
-"S-Sakura, p-pero que te p-pasa, ¡ahhhh!"- Decía el guardián mareado, tratando de soltarse.
-"¡Kero! ¡Kero! No te imaginas la noche tan hermosa que tuve. Fue, fue tan hermoso..."- La muchacha se llevó las manos al pecho, suspirando. Al hacerlo, soltó al guardián, que salió disparado y se estrelló contra la pared del cuarto.
-"P-pero si ayer estabas que te consumía el llanto, chamaca."- Dijo mientras se reincorporaba tambaleándose con un par de espirales en vez de ojos.
-"Sí, pero eso fue ayer. ¡Hoy estoy de maravilla!"- La muchacha tomó su mochila y salió corriendo por al puerta. –"¡Nos vemos Kero! ¡Cuídate!"- Dijo antes de dar un portazo.
Kero se desplomó de nuevo.
-"En verdad, yo no entendió a las adolescentes. Un día están que se mueren de tristeza, y al siguiente están brillando de alegría. ¿Habrá alguien que las comprenda?...¡Ay! ¡Mi cabeza! Esa malvada de Sakura se fue sin siquiera disculparse por haberme lanzado."
Sakura bajó las escaleras cantando. Saludó al retrato de su madre como acostumbraba hacerlo y después se dirigió al comedor, donde su padre y su hermano ya estaban desayunando.
-"¡Buenos días!"
-"Buenos días, hija."
-"Vaya, veo que el monstruo se levantó hoy de buen humor. ¿Qué pasó? Soñaste que destruías la ciudad o algo así."
Sakura ni siquiera se inmutó por el comentario de Touya.
-"Ay, hermanito, que cosas tan graciosas dices a veces."- Respondió riendo ligeramente.
Lógicamente, Touya se quedó con cara de WHAT?! después de escuchar semejante respuesta. Esperaba que ella se enfadara y le diera un pisotón o algo por el estilo, pero continuaba como si nada.
Sakura acabó de desayunar antes que su padre y su hermano, se puso sus patines y, después de despedirse, salió a toda velocidad rumbo a la escuela. Touya y Fujitaka continuaron comiendo, aunque algo parecía haber llamado la atención de Touya, su padre notó que se encontraba muy pensativo.
-"¿Sucede algo, hijo?"
-"Papá, no notaste que Sakura estaba demasiado alegre hoy."
-"Sí, ¿qué tiene eso de extraño?"
-"Que ayer estaba deshaciéndose en lágrimas. Algo debió haberle pasado para que se comportara de esa forma. ¿No sabes si llegó alguna carta hoy?"
-"No, no ha llegado nada por el correo. Yo mismo revisé antes de preparar el desayuno."
-"Que extraño, supuse que habría recibido alguna carta de ese mocoso chino y por eso estaría tan feliz, pero veo que me equivoqué. ¿Qué le habrá sucedido?"
-"No lo sé, pero imagino que debió haber sido algo muy agradable para que Sakura se sintiera mejor."
-"Supongo."
Mientras Touya y Fujitaka terminaban de desayunar, Sakura se encontró con Yukito a pocas calles de la casa.
-"Buenos días, pequeña Sakura."
-"¡Buenos días, Yukito!"- La muchacha rió ligeramente.
-"¿Sucede algo?"
-"Me sigues llamando 'pequeña Sakura', pese a que he crecido mucho en los últimos dos años."- Respondió sonriéndole. El joven respondió de la misma manera.
-"Veo que hoy estás muy animada."
-"Sí, es que, si supieras..."- La muchacha suspiró mientras miraba soñadoramente hacia arriba, Yukito parecía saber a que se debía y su sonrisa se amplió. –"Luego te contaré lo que sucedió, lo mejor será que me vaya o llegaré tarde a la clase."
-"Sí, yo también tengo que ir a recoger a Touya para dirigirnos a la universidad. Cuídate, Sakura."
-"Tú también. ¡Nos veremos luego!"
La muchacha se alejó patinando, el joven de gafas sólo la observó antes de reanudar la marcha en su bicicleta.
-"Veo que tenías razón sobre lo de Sakura".- Dijo como si se estuviera hablando a sí mismo.
-"Le dije a su hermano y a Kerberos que estaría mejor. Sólo era cuestión de esperar."- Respondió una voz que parecía provenir del interior de Yukito.
-"Me alegra verla feliz de nuevo. Imagino que Li debe haberla compensado por todo el tiempo que se mantuvo sin escribirle."
-"¿Cómo sabes que fue por ese joven?"- Preguntó Yue.
-"Por la misma razón que tú."
-"También sentiste ese desprendimiento de magia que sucedió anoche, ¿no es así? Me sorprendió que Touya y Kerberos no lo hubieran percibido"
-"Supongo que se debe a que esa energía estaba relacionada íntimamente con la de la Luna y la noche, al igual que nuestros poderes."
-"¿Nuestros poderes?"- Inquirió el guardián de la Luna.
-"¡Claro! No olvides que aunque nuestras mentes estén separadas, compartimos el mismo cuerpo, eso significa que yo también poseo parte de tu poder mágico."- Respondió Yukito, con una sonrisa mayor. El guardián contestó con un tono más serio.
-"Sin embargo, no deja de preocuparme esa extraña presencia que he estado sintiendo desde hace meses. Viene de muy lejos, pero es un poder extraordinario y a la vez siniestro. Tengo el presentimiento de que algo muy grave está por suceder."
-"Sí, yo también lo he sentido. Y la fuente de esa presencia produce una energía muy similar a la nuestra. Tal vez debamos hablar con Touya y con tu amigo sobre ese asunto, antes de avisarle a Sakura."
-"Me da la impresión de que ella ya está enterada, y por cierto, Kerberos no es amigo mío."
-"A mí me parece que te llevas demasiado bien con él para no considerarlo tu amigo, je, je."- Yukito rió ligeramente mientras sentía como si Yue se sonrojara en su interior.
-"Como sea, lo importante es que Sakura ya está mejor."
-"Y algo me dice que no volveremos a verla triste por algún tiempo."- Agregó el joven de anteojos, al tiempo que llegaba a casa de los Kinomoto.
Eran las cinco de la tarde cuando Sakura habló por teléfono a casa de los Li. Le respondió una de las hermanas de Syaoran, que le saludó con la efusividad de siempre. La joven no pudo hacer nada al respecto, salvo apenarse mientras le aparecía una enorme gota en la cabeza.
-"Lo siento mucho, Sakura, pero el pequeño, err.... es decir, Syaoran, no puede responder ahora."
-"Me lo imaginaba. Debe estar entrenando y preparándose para ocupar su puesto como jefe. No te preocupes, no quiero que lo distraigas, sólo dale saludos de mi parte, por favor."
-"¿Pero cómo sabes que él...?"
-"No tiene importancia, sólo dile que le hablé por teléfono, ¿sí? Te lo agradezco mucho."- Sakura no dejó de sonreír. No se sentía decepcionada por no haber podido hablar con él, sabía que debía ayudarlo de alguna manera. La situación era tensa y él necesitaba de su apoyo. Pensó que lo mejor era hablar con Kero y Yue para saber que decisión tomar.
Entre tanto, Syaoran practicaba en el jardín, luchando contra uno de los espadachines del clan. El miembro del consejo de ancianos que supervisaba el entrenamiento lo miraba con severidad. El muchacho sólo ignoraba al viejo y continuaba peleando lo mejor que podía. Un par de figuras lo observaban desde una de las ventanas de la mansión.
-"El joven se está esforzando mucho, ¿no lo cree así, señora?
-"Tienes razón, Wei. No dudo que Syaoran se convertirá en un gran líder. Sólo desearía que las condiciones de la situación fueran más adecuadas para ello. Nunca es prudente tomar decisiones precipitadas, sin importar que tan grande sea la presión que ejercen sobre nosotros."
-"¿Pudo convencer al consejo de que rompieran el compromiso matrimonial?"
-"No, pero no me preocupa. No voy a rendirme hasta que los ancianos acepten. Ellos deben entender que lo está en juego aquí no es la seguridad del clan, sino la felicidad de mi hijo. Nadie ha dicho que esa alianza sea el único recurso que tengamos, todavía contamos con varios. Para todos los problemas siempre hay más de una salida, sólo que a veces no nos percatamos de ello."
-"Esa era una de las frases que solía ocupar mi señor muy a menudo. A veces no deja de sorprenderme lo mucho que el joven se parece a él."
La hechicera asintió con algo de melancolía.
-"Él ha heredado mucho de su padre. A veces me da la impresión de que el espíritu de mi esposo ha reencarnado en mi hijo. Tal vez sea sólo mi imaginación, pero hay ocasiones en que percibo un aura muy extraña alrededor de mi hijo. A veces pienso que se trata de él, que aún lo sigue protegiendo desde el otro mundo. Es algo que no se puede afirmar por completo, pero que sin embargo te pone a pensar."
El mayordomo asintió.
-"Por lo visto, al joven Syaoran realmente le agradó su presente."
-"Sabía que sería así. Esa joven ha sido la única capaz de hacer sonreír a mi hijo. Me parece justo que sea ella quien tome el lugar de su prometida. Sin embargo, con el paso de los siglos los poderes del pergamino se han debilitado. Yo realicé el conjuro y el aura mágica de Syaoran se encargó de buscar a la maestra de cartas, pero si la magia de esa niña no hubiera actuado en el momento justo, el vínculo no se hubiera completado. La mezcla entre los poderes de mi hijo y los de la maestra de cartas fueron los que formaron ese lazo permanente, el pergamino sólo servirá como una llave para cruzar el puente entre sus mentes. No importa lo que el consejo de ancianos haga, ese puente no se podrá romper. Así, aunque yo no pueda reunirlos físicamente, al menos seguirán estando cerca el uno del otro."
-"Muy cierto. Aunque me sorprende que siendo tan jóvenes, el amor que existe entre ellos sea tan profundo. Veo que usted también pensó en todo."
La jefa del clan Li hubiera asentido pero comenzó a toser con brusquedad, Wei se acercó a ella bastante preocupado. Ella le insistió en que sólo necesitaba descansar, así que el mayordomo decidió acompañarla a su habitación.
-"Por cierto señora."- Dijo Wei mientras caminaban. – "Me comuniqué esta mañana con el señor Yamada. Me dijo que estaría encantado de prestar su ayuda."
-"Eso está bien. Si alguien puede ayudarnos a encontrar solución para esta crisis, ése es Katsuhiro Yamada."
-"Dijo que llegará de Inglaterra dentro de una semana, junto con dos de sus alumnos."
-"¿Acaso alguno de esos alumnos es quien posee la mitad del poder de...?"
-"Así es, señora."
-"Excelente, la ayuda que ellos puedan prestarnos será invaluable."
La hechicera sonreía mientras entraban a la alcoba. Ya adentro, la jefa del clan Li le pidió a Wei que se retirara.
-"¿Está segura de que no desea nada, señora?"
-"No, Wei. Eso es todo, puedes retirarte."
El mayordomo hizo una reverencia antes de salir. Irean se recostó en su cama y tomó una foto que se encontraba en su cómoda. En ella aparecía un hombre de aproximadamente 30 años, vestía con un atuendo ceremonial y en el cinto portaba una espada cuyo mango saltaba a la vista por su peculiaridad. Físicamente era muy parecido a un muchacho que ya todos conocemos. La expresión de melancolía en el rostro de la mujer aumentó.
-"Han pasado muchos años, ¿no es así? Durante todo este tiempo no he hecho más que fingirme ciega ante las atrocidades que ha cometido el consejo de ancianos, pero ya es hora de que todos ellos paguen. Ninguno lo sabe, pero durante todo este tiempo sólo he estado reuniendo evidencias y preparando una trampa para desenmascararlos tal como lo que son: un grupo de sinvergüenzas que se aprovechan de los demás para conseguir sus intereses. Un grupo de criminales que debe ser castigado cuanto antes. Ellos creen que habiéndome envenenado ya me tienen en su poder, pero son ellos quienes han caído en mis garras. Esos desgraciados pagarán por todo, pagarán por lo que te hicieron, por lo que nos hicieron. Ya arruinaron nuestras vidas, no permitiré que arruinen la de nuestro hijo. Acabaré con ellos de una vez por todas, y con la ayuda de Yamada ya no habrá forma de que puedan detenerme."
Ya había anochecido. Syaoran se despidió del anciano como de costumbre y corrió hacia su alcoba. Tomó el pergamino en sus manos junto con un pedazo de gis que sacó del escritorio. Antes de iniciar el conjuro revisó su billetera: el preservativo ya no estaba. Syaoran se confundió, ¿cómo es posible que el condón hubiese desaparecido si tan sólo habían estado soñando? Pensó que quizá se debió a la magia del pergamino. Empezó a preguntarse que hubiera pasado si no lo hubiera traído consigo al momento de soñar, quizá Sakura en verdad hubiera quedado embarazada. No lo sabía, pero para no correr riesgos, tomó otro de la caja que tenía guardada en un cajón de su escritorio.
Trazó el circulo en el suelo tal como Wei se lo había dicho, y conjuró el pergamino en el centro del mismo. Entonces comenzó a sentir una pesadez tremenda en los párpados. Se acercó a la cama y se precipitó sobre ella, quedándose dormido. El pergamino se elevó en el aire y comenzó a brillar.
Sakura ya se preparaba para dormir. Antes de acostarse, se acercó al escritorio, abrió el libro mágico y sacó la carta Link del interior. La abrazó por un momento, después la dejó sobre la cubierta del libro y se dirigió a la cama, no sin antes tomar su oso de peluche. Una vez que se durmió, la carta comenzó a brillar.
Empezó a soñar. La imagen de Syaoran apareció en su ventana, el muchacho la abrió y se acercó a ella. Sakura abrió los ojos, salió de la cama y corrió hacia él. Syaoran la recibió en sus brazos. La abrazó fuertemente mientras comenzaba a besarla.
-"Sakura, ¿ya sabes lo que está sucediendo?"
-"Ya lo sé. Sé que esto es tan sólo un sueño, pero no importa, estoy junto a ti y eso es lo único que me interesa."
-"Sakura..."
El muchacho le sonrió, ella también lo hizo. La tomó en sus brazos y la llevó de vuelta hacia la cama, en ningún momento dejaron de mirarse el uno al otro. Se recostaron al tiempo que comenzaban a besarse de nuevo. No pasó mucho antes de que estuvieran haciendo el amor, con mayor fogosidad y pasión que la noche anterior, felices porque sabían que ya nada ni nadie podría separarlos.
-"S-Syaoran, ¡ah!…" La muchacha trataba de hablar mientras jadeaba. –"Por favor... prométeme que no nos separaremos..."
-"No... no lo haremos... nadie nunca va a separarnos..."- Respondió antes de besarla de nuevo.
Continuaron haciendo el amor en medio de sus sueños, la luz de la luna los iluminaba. Dentro de una semana llegaría Katsuhiro Yamada a Hong Kong, y dentro de un mes el conflicto estaría en su punto crítico, la guerra no tardaría en empezar, pero a ellos ya no les importaba. Sabían que la superarían juntos, superarían todos los obstáculos y, con la noche como testigo, se mantendrían unidos. Que nada ni nadie intente violar ese lazo, porque nunca lo conseguirá. En sus respectivas alcobas, el pergamino y la carta mágica brillaban con mayor intensidad cada vez que los dos enamorados, ahora convertidos en amantes, alcanzaban el clímax.
Tal como lo decía la leyenda, entre ellos existía un amor verdadero. Un amor entre dos personas que, unidas por un lazo del corazón, es capaz de superar cualquier barrera, aún la de la muerte, la distancia y el tiempo.
Fin (por el momento)
Nota final: Bueno, como no recibí ninguna respuesta de la webmaster, decidí subirlo en este lugar. Espero críticas y comentarios sobre esta versión. por cierto que me gustó más la versión lime, me parece que es más romántica que ésta, pero espero que de todas maneras les guste.
Desgraciadamente no tuve tiempo de escribir nada la semana pasada (ya saben, la fiesta de navidad y todo ese asunto). Espero terminar pronto el capítulo 3 de mi otro fanfic que está en proceso.
¡Saludos!
Doc.exe
