AZKABAN
Estoy tendido sobre una fría y dura loza de piedra negra. Mi cama; por así decirlo, aunque esto está muy lejos de parecerse a una.
Sería cómico llamarla así. O, al menos, así me lo parecería si no estuviera en esta condición.
Tengo frío, mucho frío. Y estoy hambriento y muy, muy cansado. A pesar de que aquí siempre está oscuro no podría dormir. Y si lo intentara, tal vez no soportaría las pesadillas.
Así son las cosas aquí ... en el infierno.
Todos los días ves cosas capaces de erizarte las cejas, así que tratas de no hacerlo, tratas de no ver nada de lo que pasa a tu alrededor. Lo intentas con todas tus fuerzas, todo el tiempo que puedes.
De cualquier manera, no es nada comparado con lo que oyes y sientes: los gritos, lamentos y maldiciones de los prisioneros que aún no sucumben ante la locura son horribles. Y si lograras ignorarlos, quedan los dementores.
Incluso si resistes todo lo demás, ellos terminarán por enloquecerte.
Esas creaturas asquerosas y deformes acechan en las sombras. Sigilosos. Alimentándose de ti, de tus recuerdos. Casi los sientes irse, poco a poco, uno a uno; absorbidos por ellos.
Y te sientes inmensamente infeliz.
Deseas dejar de luchar. Vivir? No tiene sentido, no cuando vives así. Si a esto se le puede llamar vida.
No tienes nada a que aferrarte. Te lo quitan todo. Y la mayoría no sobrevive.
No sé por qué, pero yo sigo aquí. Aún no enloquezco. Aún.
En medio de todo este horror sólo pienso en mi ira, en mi dolor.
Porque soy inocente. Y ni siquiera tuve un juicio. Era inocente. Y no pude despedirme de mi padre.
No pude explicarles: ni a él, ni a Moony, ni a Dumbledor. El ministerio simplemente me encerró aquí, sin preguntar.
Y mientras yo me carcomo en esta inmunda prisión de piedra negra, el traidor sigue libre, solamente con un dedo menos en pago por su crimen.
Pobre James, pobre Lily. Fue mi culpa. Yo confié en él, no ellos. Fue mi "maravilloso" plan, no el suyo.
Y cada vez que lo pienso quiero llorar, arden mis ojos, pero no puedo.
Porque ya no me quedan lágrimas que derramar en mi obscura prisión.
Pero tal vez algún día, llore de nuevo, lejos de este lugar.
Lejos de Azkabán.
