Capitulo 6: Estudio elfico comparativo, por Erika Nelle. ^^
La mañana llegó demasiado pronto, Erika deseaba dormir un poco más, así que volvió a cerrar los ojos intentando olvidar que la luz del sol le daba en plena cara.
Tras unos minutos de pereza, abrió los ojos por fin y se incorporó. Para su desgracia, lo ocurrido el día anterior no había sido un sueño.
No recordaba haberse movido por lo que probablemente alguien la había subido a aquella plataforma del árbol en la que se encontraba y la había arropado con aquella manta tan suave. Había dormido muy bien, aunque el sueño que había tenido le había hecho plantearse muchas cosas.
Quizás se había vuelto loca de verdad, y si así era... bueno, no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo ¿verdad? Tras sopesarlo un buen rato, se decidió por seguir a aquellos "elfos" en su juego, quizás fuera divertido, y si como ellos decían existían los enanos, también le gustaría verlos.
Por un momento pensó que era lo más estúpido que se le había ocurrido nunca. ¡Aceptar así, sin más, que existen los elfos y que viven en el bosque! ¡Simplemente ridículo! Pero lo cierto es que si volvía a Dunstan hablando de elfos y hobbits, la tomarían por loca, igual que la vieja Dolina. Además estaba segura de no poder callárselo demasiado tiempo, no estaba en su naturaleza guardarse ese tipo de cosas.
Prefería vivir con sus locuras en el bosque, que en un psiquiátrico rodeada de médicos y comiendo a base de pastillas de colores.
- Decidido, no me largo de aquí hasta que estas alucinaciones o lo que sean desaparezcan- se dijo con decisión.
- ¿Cómo dices?
Una dulce cara sonriente se había plantado ante ella.
- Thiriel si mal no recuerdo, ¿verdad?- dijo Erika.
- Me alegro de que me recuerdes- respondió ella.- ¿Quieres desayunar? Vamos, la mañana ya está avanzada.
Erika tomó la mano que la joven le tendía para ayudarse a levantar.
- Bueno, la verdad es que tengo un poco de hambre.
La joven asintió sonriente y la condujo hasta una escalera de cuerda que la llevaba hasta suelo firme.
- ¿Por qué estaba durmiendo en ese árbol?- dijo Erika de pronto.
- ¿No te gusta?- dijo Thiriel- nosotros siempre descansamos entre las ramas de los árboles, es una sensación muy agradable cuando las hojas susurran a tu oído.
- Definitivamente vosotros sois muy raritos.
No tardaron en llegar de nuevo a una de aquellas carpas, bajo la cual, habían puesto una larga mesa con gran variedad de frutas y zumos.
- Esto es un banquete- dijo Erika al ver tanta comida.
- Come lo que gustes, hay mucho.
- ¿En serio?- Erika sonrió, ahora sí que se iba a poner las botas.
Después del suntuoso desayuno de frutas y tras media hora para "asentar" la comida Erika decidió que ya que iba a convivir con sus alucinaciones…quiero decir, con los elfos, tendría que aprender más sobre ellos.
- Escucha Thiriel, ¿puedo hacerte unas cuantas preguntas?
- Por supuesto, todas las que gustes.
Aunque antes de que pudiera decir nada más, Lirwen y Nieniel se habían acercado y quisieron participar en la ronda de preguntas. Así, Erika tuvo a su disposición a tres "elfas" para satisfacer su curiosidad.
Como buena estudiante que era, Erika se planteó que para conocer bien a un pueblo había tres cosas básicas que aprender: su historia, filosofía y religión.
Aunque Erika ya creía conocer todas ellas, simplemente estaban locos. Sí, ahí estaban todas sus respuestas.
- ¿Qué deseabas preguntar?- dijo Thiriel.
- Oh, sí, me gustaría que me contarais más cosas sobre vosotros.- dijo Erika.
- ¿Qué cosas?
- Pues, no sé, cosas...como por ejemplo, si sois un pueblo o algún tipo de comuna y en tal caso que tipo de religión tenéis, si es monoteísta o politeísta, si os alimentáis solo de lo que os da el bosque o tenéis algún tipo de manufactura, vuestra organización social y política…esas cosas, ya sabes.
- Temo que no he entendido demasiado bien todo lo que nos has dicho pero intentaré responderte.- dijo Thiriel.
Así, Erika se enteró de que aquellas gentes constituían un grupo de veinte personas, vivían en el bosque y no solían tratar con otras personas, aunque les gustaba espiar en los pueblos de los alrededores, vivían de sus cosechas y de lo que les proporcionaba el bosque, tenían grandes habilidades para todo tipo de trabajos y eran felices viviendo así.
- Así que entonces vivís todos juntos ¿y quién es el jefe aquí?- dijo Erika.
- Aquí no hay jefe- respondió Lirwen
- Pero Maglor me llevó ante él.- repuso ella.
- Oh, él tan solo es alguien que dirige ciertas cosas, como los demás dirigimos otras.
- Ah, entonces sois como un pueblo de comunistas ¿no?
- Me temo que no entiendo.
- Ah, olvídalo...pero háblame de eso que me contó ese desagradable de Maglor sobre que vivís muchos años.
- Bueno, es cierto que vivimos algunos años más que los humanos- dijo Thiriel.
-¿Cómo cuantos años más?- se aventuró a preguntar Erika.
- Mucho depende del eldar, pues si se ha cansado del mundo o si es muerto por violencia, abandona el cuerpo. Pero si aún desea vivir, lo hará hasta que el tiempo de la tierra haya acabado.
-¿Me estás diciendo que sois una especie de seres inmortales?- dijo incrédula.
- Inmortalidad no es la palabra que yo utilizaría, tan solo que nuestro tiempo aquí, es el tiempo de la tierra.
- Fascinante.
Thiriel miró entonces hacia el cielo y empezó a cantar algo en voz baja. Erika la miraba con curiosidad, pues hablaba en algún idioma muy extraño.
- Disculpa que te interrumpa pero siento curiosidad por ese idioma que habláis tan raro- dijo Erika.
- ¿Te refieres al sindarin?- dijo ella.
- ¿Sinda...qué?
- Es lo que hablamos aquí- le explicó- verás, usamos el sindarin como lengua coloquial, ya sabes, para hablar entre nosotros. Y el quenya para los documentos, ceremonias y ese tipo de cosas.
- ¿Usáis dos idiomas distintos?
Thiriel asintió con la cabeza.
- Sois más raros de lo que creí en un principio.
Ella rió por lo bajo - No es tan raro, puedo enseñarte algo, si quieres.
- ¿Quieres decir enseñarme a hablar ese idioma?
- Esos idiomas, sí, si tú quieres.
- Por que no, no tengo nada mejor que hacer, así que supongo me vendrá bien ejercitar el cerebro. - respondió Erika.
- ¿Qué te gustaría aprender a decir?- dijo Lirwen con una sonrisa.
- Pues no sé...algo útil como "hola", "adiós", "gracias" o "¡aparta tus manos de mi elfo, bruja!"
Las tres elfas se echaron a reír.
- Bueno para saludar puedes decir 'Aiya' o 'Almare', para despedirte 'Namarië' o 'Laitale' y gracias es 'Hantalë'- dijo Lirwen.
- Y en cuanto a lo último- dijo Thiriel riendo- podría ser algo así como 'Hehtatye i mat háya inya elda'
- Intentaré recordarlo- dijo Erika - y ahora que lo pienso, si habláis un idioma tan peculiar ¿escribís también de una forma peculiar?
- Pues no sé si será peculiar- dijo Nieniel - pero te lo enseñaré.
La elfa se levantó y echó a correr, para volver algunos minutos más tarde con un rollo de pergamino.
Las hojas eran amarillentas pero lo que más le sorprendió a Erika fue su escritura, era algo que no había visto nunca, parecía estar formada solo con 'p' 'b' y 'd' todo lleno de puntos y rayas, aunque era una escritura elegante, que en cierto modo le recordaba al árabe.
- Extraño y bonito- dijo Erika.
- Nos alegra que te guste, los humanos no suelen interesarse por nuestras costumbres y nuestro arte.- dijo Nieniel.
- Ah, pero yo me he pasado los últimos años estudiando el arte de otros pueblos, así que esto es algo habitual para mí.
- No pareces como los demás humanos- dijo Lirwen.
- Está muy mal juzgar a la gente a la ligera ¿sabes?- dijo Erika.
Las elfas simplemente sonrieron.
- Os veo muy entretenidas.
Erika levantó la vista y se encontró con aquel tipo, Delmir, el que se comportaba como un caballero de los de antes.
- Me alegro de veros de nuevo- dijo él, tomando la mano de Erika y besándola, con una sonrisa deslumbrante.
Ahora empezaba a pensar que le estaba tirando los tejos de forma descarada.
- Sí, claro, lo mismo digo.- se limitó a responder ella.
- ¿Quieres sentarte?- dijo Thiriel- Le estamos contando a nuestra invitada algunas cosas sobre nosotros.
- Parece interesante. ¿Contaréis después algo sobre vos? La vida en esas...ciudades de los hombres deben de ser fascinantes.- dijo Delmir.
- No demasiado fascinante. Yo más bien diría estresante.
- Me encantaría saber más de...
Unos ladridos interrumpieron al elfo.
-¡Laika!
Erika se levantó y fue a encontrarse con su perrita que llegaba corriendo.
- Laika, pequeña, casi me había olvidado de ti ¿dónde estabas?
La perra ladró un par de veces al tiempo que agitaba la cola.
- ¿Y Maglor?- dijo Thiriel - Esta mañana tu perrita estaba con él.
- ¿Él estaba con Laika? Esta perra es de lo más rara, le coge cariño a la gente más incomprensible.- dijo Erika.
Los demás soltaron divertidas risitas. Sabían que su invitada no comprendía el porqué del carácter peculiar de Maglor, aunque estuvieron seguros de que pronto lo apreciaría como habían hecho ellos mismos.
- Por qué no vamos a bailar un rato- dijo Lirwen - Creo que la fiesta debería empezar de un momento a otro.
Las elfas arrastraron a Erika hasta una zona donde algunos otros elfos que antes no había visto estaban preparándose para tocar una melodía.
- ¿Y esta fiesta tiene algún nombre?- preguntó Erika.
- ¿Un nombre?- repitió Nieniel - a veces la llamamos Mered Lotion, la fiesta de las flores.
- Tengo entendido que antiguamente los hombres llamaban a esta celebración Beltane ¿es cierto eso, lady Erika? - dijo Delmir con una sonrisa.
Erika se sonrojó involuntariamente. Lo poco que conocía de la antigua festividad celta de Beltane era que anunciaba la llegada del verano, y era el último de los tres festivales de la fertilidad. La celebración solía incluir diversiones a través del campo, bailar alrededor un palo o saltar sobre las hogueras. También se recolectaban flores y hierbas, se hacían reuniones de familias y por la noche se solían realizar "ritos de fertilidad".
Erika pensó que si Beltane se parecía a esa fiesta que celebraban estas gentes, definitivamente los cuentos no contaban todo lo que era necesario saber sobre los elfos, y que además no serían cuentos demasiado apropiados para los niños.
- Bueno...que yo recuerde, Beltane anunciaba la llegada del verano, no el solsticio de primavera.- dijo Erika.
- Ah, bueno, de todas formas nosotros también celebramos la llegada del verano.- dijo Delmir.
Erika se tapó la cara con la mano. No sabía cómo debía reaccionar ante semejante comentario.
- Vamos, vamos, es hora de bailar- dijo Lirwen tomando a Erika de la mano cuando la música empezó a sonar.
La joven se dejó llevar, agradecida por que le hubieran evitado el apuro, aunque rezaba porque aquella fiesta de elfos no tuviera nada "demasiado intimo". ^_~
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Seguro que están pensando que mente tan retorcida que tengo...pues sí, la tengo ^^ y les digo que la fiesta de celta de Beltane aunque ya no se realiza, existió y lo que se ha contado es lo que en verdad se hacía ¡todo se hacía! que yo no me invento nada ¿eh?
Espero que les haya gustado este capitulo instructivo sobre los elfos jejeje ¡mil gracias por los reviews!
Y la verdad es que no me había planteado lo del romanticismo, asi que les pregunto a ustedes que son los que leen al fin y al cabo ¿no? ¿Quieren romanticismo? bueno, espero que me contesten.
Hasta el proximo capi!!
La mañana llegó demasiado pronto, Erika deseaba dormir un poco más, así que volvió a cerrar los ojos intentando olvidar que la luz del sol le daba en plena cara.
Tras unos minutos de pereza, abrió los ojos por fin y se incorporó. Para su desgracia, lo ocurrido el día anterior no había sido un sueño.
No recordaba haberse movido por lo que probablemente alguien la había subido a aquella plataforma del árbol en la que se encontraba y la había arropado con aquella manta tan suave. Había dormido muy bien, aunque el sueño que había tenido le había hecho plantearse muchas cosas.
Quizás se había vuelto loca de verdad, y si así era... bueno, no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo ¿verdad? Tras sopesarlo un buen rato, se decidió por seguir a aquellos "elfos" en su juego, quizás fuera divertido, y si como ellos decían existían los enanos, también le gustaría verlos.
Por un momento pensó que era lo más estúpido que se le había ocurrido nunca. ¡Aceptar así, sin más, que existen los elfos y que viven en el bosque! ¡Simplemente ridículo! Pero lo cierto es que si volvía a Dunstan hablando de elfos y hobbits, la tomarían por loca, igual que la vieja Dolina. Además estaba segura de no poder callárselo demasiado tiempo, no estaba en su naturaleza guardarse ese tipo de cosas.
Prefería vivir con sus locuras en el bosque, que en un psiquiátrico rodeada de médicos y comiendo a base de pastillas de colores.
- Decidido, no me largo de aquí hasta que estas alucinaciones o lo que sean desaparezcan- se dijo con decisión.
- ¿Cómo dices?
Una dulce cara sonriente se había plantado ante ella.
- Thiriel si mal no recuerdo, ¿verdad?- dijo Erika.
- Me alegro de que me recuerdes- respondió ella.- ¿Quieres desayunar? Vamos, la mañana ya está avanzada.
Erika tomó la mano que la joven le tendía para ayudarse a levantar.
- Bueno, la verdad es que tengo un poco de hambre.
La joven asintió sonriente y la condujo hasta una escalera de cuerda que la llevaba hasta suelo firme.
- ¿Por qué estaba durmiendo en ese árbol?- dijo Erika de pronto.
- ¿No te gusta?- dijo Thiriel- nosotros siempre descansamos entre las ramas de los árboles, es una sensación muy agradable cuando las hojas susurran a tu oído.
- Definitivamente vosotros sois muy raritos.
No tardaron en llegar de nuevo a una de aquellas carpas, bajo la cual, habían puesto una larga mesa con gran variedad de frutas y zumos.
- Esto es un banquete- dijo Erika al ver tanta comida.
- Come lo que gustes, hay mucho.
- ¿En serio?- Erika sonrió, ahora sí que se iba a poner las botas.
Después del suntuoso desayuno de frutas y tras media hora para "asentar" la comida Erika decidió que ya que iba a convivir con sus alucinaciones…quiero decir, con los elfos, tendría que aprender más sobre ellos.
- Escucha Thiriel, ¿puedo hacerte unas cuantas preguntas?
- Por supuesto, todas las que gustes.
Aunque antes de que pudiera decir nada más, Lirwen y Nieniel se habían acercado y quisieron participar en la ronda de preguntas. Así, Erika tuvo a su disposición a tres "elfas" para satisfacer su curiosidad.
Como buena estudiante que era, Erika se planteó que para conocer bien a un pueblo había tres cosas básicas que aprender: su historia, filosofía y religión.
Aunque Erika ya creía conocer todas ellas, simplemente estaban locos. Sí, ahí estaban todas sus respuestas.
- ¿Qué deseabas preguntar?- dijo Thiriel.
- Oh, sí, me gustaría que me contarais más cosas sobre vosotros.- dijo Erika.
- ¿Qué cosas?
- Pues, no sé, cosas...como por ejemplo, si sois un pueblo o algún tipo de comuna y en tal caso que tipo de religión tenéis, si es monoteísta o politeísta, si os alimentáis solo de lo que os da el bosque o tenéis algún tipo de manufactura, vuestra organización social y política…esas cosas, ya sabes.
- Temo que no he entendido demasiado bien todo lo que nos has dicho pero intentaré responderte.- dijo Thiriel.
Así, Erika se enteró de que aquellas gentes constituían un grupo de veinte personas, vivían en el bosque y no solían tratar con otras personas, aunque les gustaba espiar en los pueblos de los alrededores, vivían de sus cosechas y de lo que les proporcionaba el bosque, tenían grandes habilidades para todo tipo de trabajos y eran felices viviendo así.
- Así que entonces vivís todos juntos ¿y quién es el jefe aquí?- dijo Erika.
- Aquí no hay jefe- respondió Lirwen
- Pero Maglor me llevó ante él.- repuso ella.
- Oh, él tan solo es alguien que dirige ciertas cosas, como los demás dirigimos otras.
- Ah, entonces sois como un pueblo de comunistas ¿no?
- Me temo que no entiendo.
- Ah, olvídalo...pero háblame de eso que me contó ese desagradable de Maglor sobre que vivís muchos años.
- Bueno, es cierto que vivimos algunos años más que los humanos- dijo Thiriel.
-¿Cómo cuantos años más?- se aventuró a preguntar Erika.
- Mucho depende del eldar, pues si se ha cansado del mundo o si es muerto por violencia, abandona el cuerpo. Pero si aún desea vivir, lo hará hasta que el tiempo de la tierra haya acabado.
-¿Me estás diciendo que sois una especie de seres inmortales?- dijo incrédula.
- Inmortalidad no es la palabra que yo utilizaría, tan solo que nuestro tiempo aquí, es el tiempo de la tierra.
- Fascinante.
Thiriel miró entonces hacia el cielo y empezó a cantar algo en voz baja. Erika la miraba con curiosidad, pues hablaba en algún idioma muy extraño.
- Disculpa que te interrumpa pero siento curiosidad por ese idioma que habláis tan raro- dijo Erika.
- ¿Te refieres al sindarin?- dijo ella.
- ¿Sinda...qué?
- Es lo que hablamos aquí- le explicó- verás, usamos el sindarin como lengua coloquial, ya sabes, para hablar entre nosotros. Y el quenya para los documentos, ceremonias y ese tipo de cosas.
- ¿Usáis dos idiomas distintos?
Thiriel asintió con la cabeza.
- Sois más raros de lo que creí en un principio.
Ella rió por lo bajo - No es tan raro, puedo enseñarte algo, si quieres.
- ¿Quieres decir enseñarme a hablar ese idioma?
- Esos idiomas, sí, si tú quieres.
- Por que no, no tengo nada mejor que hacer, así que supongo me vendrá bien ejercitar el cerebro. - respondió Erika.
- ¿Qué te gustaría aprender a decir?- dijo Lirwen con una sonrisa.
- Pues no sé...algo útil como "hola", "adiós", "gracias" o "¡aparta tus manos de mi elfo, bruja!"
Las tres elfas se echaron a reír.
- Bueno para saludar puedes decir 'Aiya' o 'Almare', para despedirte 'Namarië' o 'Laitale' y gracias es 'Hantalë'- dijo Lirwen.
- Y en cuanto a lo último- dijo Thiriel riendo- podría ser algo así como 'Hehtatye i mat háya inya elda'
- Intentaré recordarlo- dijo Erika - y ahora que lo pienso, si habláis un idioma tan peculiar ¿escribís también de una forma peculiar?
- Pues no sé si será peculiar- dijo Nieniel - pero te lo enseñaré.
La elfa se levantó y echó a correr, para volver algunos minutos más tarde con un rollo de pergamino.
Las hojas eran amarillentas pero lo que más le sorprendió a Erika fue su escritura, era algo que no había visto nunca, parecía estar formada solo con 'p' 'b' y 'd' todo lleno de puntos y rayas, aunque era una escritura elegante, que en cierto modo le recordaba al árabe.
- Extraño y bonito- dijo Erika.
- Nos alegra que te guste, los humanos no suelen interesarse por nuestras costumbres y nuestro arte.- dijo Nieniel.
- Ah, pero yo me he pasado los últimos años estudiando el arte de otros pueblos, así que esto es algo habitual para mí.
- No pareces como los demás humanos- dijo Lirwen.
- Está muy mal juzgar a la gente a la ligera ¿sabes?- dijo Erika.
Las elfas simplemente sonrieron.
- Os veo muy entretenidas.
Erika levantó la vista y se encontró con aquel tipo, Delmir, el que se comportaba como un caballero de los de antes.
- Me alegro de veros de nuevo- dijo él, tomando la mano de Erika y besándola, con una sonrisa deslumbrante.
Ahora empezaba a pensar que le estaba tirando los tejos de forma descarada.
- Sí, claro, lo mismo digo.- se limitó a responder ella.
- ¿Quieres sentarte?- dijo Thiriel- Le estamos contando a nuestra invitada algunas cosas sobre nosotros.
- Parece interesante. ¿Contaréis después algo sobre vos? La vida en esas...ciudades de los hombres deben de ser fascinantes.- dijo Delmir.
- No demasiado fascinante. Yo más bien diría estresante.
- Me encantaría saber más de...
Unos ladridos interrumpieron al elfo.
-¡Laika!
Erika se levantó y fue a encontrarse con su perrita que llegaba corriendo.
- Laika, pequeña, casi me había olvidado de ti ¿dónde estabas?
La perra ladró un par de veces al tiempo que agitaba la cola.
- ¿Y Maglor?- dijo Thiriel - Esta mañana tu perrita estaba con él.
- ¿Él estaba con Laika? Esta perra es de lo más rara, le coge cariño a la gente más incomprensible.- dijo Erika.
Los demás soltaron divertidas risitas. Sabían que su invitada no comprendía el porqué del carácter peculiar de Maglor, aunque estuvieron seguros de que pronto lo apreciaría como habían hecho ellos mismos.
- Por qué no vamos a bailar un rato- dijo Lirwen - Creo que la fiesta debería empezar de un momento a otro.
Las elfas arrastraron a Erika hasta una zona donde algunos otros elfos que antes no había visto estaban preparándose para tocar una melodía.
- ¿Y esta fiesta tiene algún nombre?- preguntó Erika.
- ¿Un nombre?- repitió Nieniel - a veces la llamamos Mered Lotion, la fiesta de las flores.
- Tengo entendido que antiguamente los hombres llamaban a esta celebración Beltane ¿es cierto eso, lady Erika? - dijo Delmir con una sonrisa.
Erika se sonrojó involuntariamente. Lo poco que conocía de la antigua festividad celta de Beltane era que anunciaba la llegada del verano, y era el último de los tres festivales de la fertilidad. La celebración solía incluir diversiones a través del campo, bailar alrededor un palo o saltar sobre las hogueras. También se recolectaban flores y hierbas, se hacían reuniones de familias y por la noche se solían realizar "ritos de fertilidad".
Erika pensó que si Beltane se parecía a esa fiesta que celebraban estas gentes, definitivamente los cuentos no contaban todo lo que era necesario saber sobre los elfos, y que además no serían cuentos demasiado apropiados para los niños.
- Bueno...que yo recuerde, Beltane anunciaba la llegada del verano, no el solsticio de primavera.- dijo Erika.
- Ah, bueno, de todas formas nosotros también celebramos la llegada del verano.- dijo Delmir.
Erika se tapó la cara con la mano. No sabía cómo debía reaccionar ante semejante comentario.
- Vamos, vamos, es hora de bailar- dijo Lirwen tomando a Erika de la mano cuando la música empezó a sonar.
La joven se dejó llevar, agradecida por que le hubieran evitado el apuro, aunque rezaba porque aquella fiesta de elfos no tuviera nada "demasiado intimo". ^_~
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Seguro que están pensando que mente tan retorcida que tengo...pues sí, la tengo ^^ y les digo que la fiesta de celta de Beltane aunque ya no se realiza, existió y lo que se ha contado es lo que en verdad se hacía ¡todo se hacía! que yo no me invento nada ¿eh?
Espero que les haya gustado este capitulo instructivo sobre los elfos jejeje ¡mil gracias por los reviews!
Y la verdad es que no me había planteado lo del romanticismo, asi que les pregunto a ustedes que son los que leen al fin y al cabo ¿no? ¿Quieren romanticismo? bueno, espero que me contesten.
Hasta el proximo capi!!
