Para mí.

Una terrible noticia.

Ya pasados cuatro meses, la filmación se había acabado y Hermione seguía con sus consultas, en Beuxbatons habían empezado las clases por lo que Harry y Hermione se fueron de dicha escuela, Fleur parecía muy enfadada algo que Harry no dio importancia. Se encontraban en el mismo hotel en París, dispuesto a casarse allí después que naciera el bebé. Si en Agosto había quedado Hermione encinta Sirius suponía que en Abril el bebé ya estaría en el mundo dándole a sus padres más trabajo de lo que ya tenían, por lo que decidieron casarse en Agosto para esperar que el bebé no estuviera en sus primeros meses de cuidado y no dejarlo solo cuando se fueran de luna de miel, después de casarse viajarían de nuevo a Inglaterra y vivirían en la casa que Harry tenía allá. Harry no había aceptado más propuesta por el momento y dedicarse a su futura esposa, su bebé y al jugar el Quiddich, no era que las ligas se acercaran, más bien era entrenamiento, sólo practicaba en las mañanas y regresaba a almorzar, después se quedaba toda la tarde con Hermione o salían de compras.

           Eran las siete de la noche del veintitrés de Noviembre, Hermione continuaba leyendo mientras Harry hacía ejercicio, la chica fue al baño por un momento, suponía que debía ser uno de esos dolores comunes pero le vino una especie de tos muy seca, Harry la escuchó y se preocupó mucho, fue al baño y se encontró con Hermione desmayada en el suelo estaba muy pálida, corrió a llamar a Sirius y la llevó a su consultorio. Sirius parecía preocupado y lo más extraño aún era que allí en el consultorio se encontraba Remus Lupin. Harry depositó rápidamente a Hermione en la camilla y Sirius comenzó a revisarla. El problema estaba en sus pulmones.

-Remus, ayúdame, pásame el aparato que está a tu lado, vamos a darle un poco de aire.

Se lo pasó y entonces comenzó a hablar- ¿Cómo has estado Harry?

-Mal, muy mal, y que haces aquí, es extraño verte.

-Llámame Remus, Harry, no te preocupes por Hermione y el bebé, Sirius es un gran doctor.

-Pero yo la veo muy mal...

-En efecto ¡Está mal! Harry, Hermione tiene neumonía y no creo que eso esté bien estando encinta- agregó Sirius- Esto puede causar que Hermione pierda el bebé si no se cuida. Hay que actuar rápido, si esto empeora habrá que operarla y sin duda alguna una operación no será buena en medio de un embarazo, podría afectar gravemente  al bebé...

           En los últimos días Hermione se había sentido de lo peor, tosía muy frecuentemente y sus dolores de cabeza eran cada día más fuertes, le faltaba mucho la respiración y no le daban ganas de comer, la comida le parecía desagradable, aquellos días se transformaron en los peores. Hermione no podía levantarse de la cama, sólo para ir al baño es que en realidad podía. Harry se encontraba cada vez más preocupado por su salud y es que al parecer en vez de mejorar empeoraba cada día más, se encontraba muy pálida y aún faltaban tres meses para el parto. Sirius sin embargo seguía con su tratamiento impidiendo que tuvieran que recurrir a una operación.

-Harry... amor... ¿Dónde estas?

-Aquí cariño.

-Es que no te veo bien

-Todo va a salir bien

-Le dijiste a Sirius que queríamos saber el sexo del bebé

-Por supuesto, está dispuesto a verte mañana.

-Que bueno...

-Descansa...

Y así le besó la frente y la mujer cayó rendida.

"Me alegra que hayas venido Hermione"-Sirius se mostraba muy afable con Hermione-"Pronto sabremos que criatura traerás a este mundo"

Mientras Sirius le hacía la prueba a Hermione, Harry se revisaba con Remus que aunque no sabía mucho de medicina se sabía el tratamiento de Harry porque Sirius se lo había enseñado. Encontró a Harry mal, tenía ataques de nerviosismo y por lo que le pasaba ahora a Hermione no era de gran ayuda. Le mandaron unas pastillas, él las detestaba pero no había otro remedio más que ese para curarse.

-Vaya ¡Esto es increíble!

-¡Qué pasó Sirius!-Aclamaron Harry y Remus al unísono.

-Es magnífico, Harry vas a ser padre de dos bebés, y lo mejor aún es que serán un varón y una hembra.

-Eso no es cierto...

-De veras es cierto ¿A poco no le crees a tu padrino?

-Esto es fabuloso- En la boca de Harry se dibujó la sonrisa que no se había hecho notar por días, fue la sonrisa a la que tanto extrañaba Hermione de ver, era la sonrisa de la que se enamoró cuando tenían 11 años de edad.

           Los dos chicos se abrazaron y salieron por una vez de muchas, del consultorio de su padrino. Nunca se había sentido más reconfortado ¡Tendría dos hijos, un varón y una hembra!, La emoción de ser padre le llegaba hasta las venas y las ganas de que nacieran aumentaron.

Notas de la autora: Jeje ya no tengo nada que decir ^^